Kathy y Thomas quedaron en sentados en la puerta de su casa, aún llorando por la no despedida de Tyrone.
En eso, Uganda y Pedro, que estaban cerca, llegan y empiezan a hablar con ellos y a consolarlos.
Luego de eso llega Víctor y para subirles el ánimo a Kathy y Thomas, empezó a contar sus característicos chistes. Finalmente, mientras se reían, Kathy y Thomas se sintieron mejor y entraron a su casa. Kathy se estaba agarrando el brazo por el codo que tenía raspado y al que sus padres le hicieron curación.
Decidieron llamar por teléfono a Tyrone, pero no contestó. Llamaron dos veces más y no contestó, lo que hizo que Thomas se pusiera a llorar otra vez y que Kathy se fuera a su habitación muy muy deprimida.
Por otro lado, Tyrone llegó junto a Ronald en el camión, luego de desempacar y agradecerle a Ronald, disfrutó que ahora estaba en su nueva casa. Sus padres le compraron una casa bastante linda de color naranja, también con algunos muebles, todo esto con sus ahorros, que era poco más de 10 millones de dólares, que llevaban ahorrando durante más de 30 años (casi todo el tiempo que llevaban juntos). Tyrone insistió en que sacaran un crédito entre los tres, pero sus padres son muy perseverantes y decidieron pagar con sus ahorros todos los gastos, dejándoles únicamente 600 mil trescientos cincuenta y dos dólares. Como sea, Tyrone estaba organizando su habitación y todas sus cosas para que su casa se pareciera mucho a su habitación de cuando era niño, hasta colgando cuadros con sus fotos con sus antiguos amigos, editadas con un fondo de nubes azules, que era la que más quería… De milagro Tyrone no cantó las canciones que cantaba con sus amigos cuando era niño mientras acomodaba la mudanza.
Sólo cuando su cuarto y la sala comedor estuvieron listos decidió salir a almorzar a un Burger King que vio cerca. Había también un McDonald's, que estaba más cerca, pero a Tyrone no le apetecían mucho las hamburguesas de allá. Pero como no logró encontrar el Burger King, no tuvo más opción que comer en un Subway que encontró. De pronto, Tyrone recordó la primera vez que comió en un Subway, hace mucho tiempo…
Retrospectiva, 19 años atrás
Tyrone entraba junto con su mejor amigo Pablo y su otra amiga Uniqua a un restaurante de sándwiches llamado Subway, en él se encontraban ya Tasha y Austin, sus otros amigos, sentados en una mesa para 15 personas, la única en todo el lugar. Pablo estaba muy emocionado y hablaba con Tyrone:
PABLO: –¿A que crees que sepan los Sándwiches de aquí, Tyrone?–
TYRONE: –Bueno, a sándwiches–
UNIQUA (risueña) –Creo que a lo que se refería Pablo es si crees que los sándwiches de aquí son ricos–
AUSTIN: –Si no fueran ricos, Uniqua, no estaría este lugar tan lleno de gente–
TYRONE –Austin tiene razón, estos sándwiches deben ser ricos–
PAPÁ DE PABLO (susurrando) –Niños, les diré un secreto, este lugar no es famoso por sus Sándwiches, cualquier persona puede hacer sándwiches iguales o hasta más ricos que los de aquí… lo que los hace tan conocidos son las galletas que dan de postre, que no tienen igual.
Los cinco niños quedan pasmados y Tasha dice muy confundida: –Si es así, ¿Entonces porque almorzamos aquí mami?
MAMÁ DE TASHA –Porque nunca hemos comido en un Subway, esta es nuestra primera vez aquí
TASHA –Oh, por todos los cielos, es cierto que nunca hemos comido aquí… pero si los sándwiches no son tan sabrosos, ¿Por qué no comemos en un Burger King o algo por el estilo?
UNIQUA (irritada) –Ay, Tasha, siempre quieres saber todo, no entiendo tu necesidad…
MAMÁ DE UNIQUA (en tono de reproche) –Niñas, no vayan a pelear–
Una hora después, todos salen satisfechos del restaurante y con cara de querer más, a Tyrone esto le pareció una gran experiencia y a partir de ese momento, amó las galletas de Subway.
Fin de la retrospectiva
Tyrone recordó las otras tantas veces que comió en Subway y las lágrimas se le salieron. Lastimosamente, el lindo recuerdo acabó cuando, mientras salía del local, un ladrón lo asaltó con un cuchillo, si no fuera porque dentro del establecimiento estaba un policía, Tyrone no estaría con nosotros para esta historia. Tyrone volvió corriendo a su casa antes de que le pasará algo más y cerró la puerta con llave. Luego de calmarse con un vaso de agua siguió organizando. En una caja encontró todas sus cosas de su infancia, y también un álbum de fotos. Del álbum se cayó una foto en específico y cuando la vio casi llora. Era la foto de sus amigos y el, recién saludos de la preparatoria y estaban todos sonriendo, detrás de la foto había un número escrito con la letra de su madre, decía un número que no le era familiar para nada, pero pensó que podría ser importante si lo escribió junto a tan valiosa foto.
Tyrone había perdido su celular hacía dos años y en el tenía sus contactos, pero le tocó comprar otro y recuperar poco a poco sus contactos, pero hubo muchos que no logro encontrar, así que ahora no tiene muchos contactos de sus amigos de la universidad o sus amigos de la infancia, por ejemplo. Marcó el número y llamó para ver de quién era. Espero un rato para colgar. Estaba a punto de hacerlo cuando respondieron:
–Buenas tardes, ¿En que puedo ayudar?– dijo una voz al otro lado del teléfono, una voz del todo familiar que sorprendió a Tyrone:
–Espera… ¿Austin?– dijo él algo sorprendido.
–Un momento cariño, creo que nos encontramos con alguien interesante, lo pondré en alta voz– dijo y unos tres segundos después, aquella persona que Tyrone creía que era Austin dijo –Uniqua, ¡Estamos hablando con Tyrone! – Se escuchó una risa femenina y Tyrone río de aquel encuentro, –¿Uniqua? ¿Austin? ¿Son ustedes, amigos?
