Penúltimo Capítulo: Let It All Burn.

XXXXX

Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también este mira dentro de ti _ Friedrich Nietzsche.

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Anko ajustó su cabello para acomodarlo en su cola de caballo habitual, colocó su gabardina beige sobre sus hombros, ajustó sus protectores para las piernas, posicionó el collar que compartía con Naruto sobre su cuello; dejó escapar un suspiro cuando el objeto presionó contra su pecho.

Una vez que estuvo completamente lista, se miró al espejo, luciendo satisfecha por lo que veía. Un nuevo día comenzaba, eso significaba que era hora de ir al trabajo, esperaba que TI no estuviera muy ajetreado hoy.

La sonrisa en su rostro no tardó mucho en desaparecer cuando un extraño presentimiento le estrujó el corazón.

Frunció el ceño, volvió a suspirar pero esta vez de molestia. Desde que despertó ella se encontró sintiéndose totalmente intranquila; ni siquiera fue capaz de comer nada, su estómago se agitaba de una forma demasiado angustiada que no le permitió desayunar.

Algo andaba mal, no era normal que su espíritu se afligiera sin razón alguna. Pero no podía entender que era lo que estaba fuera de lugar, no comprendía el porqué de estos sentimientos.

Pero eso no era lo peor.

Intentó tomar un vaso de agua por la mañana, pero el objeto se resbaló de sus manos de una manera inexplicable, provocando que la taza se rompiera en miles de pedazos.

Sus entrañas se retorcieron en ese instante, sintió que una opresión maligna le envolvía el pecho, ¿La razón por la que estaba tan perturbada? Sencillo, esa taza había sido un regalo de Naruto.

Fue como un presagió, un mal augurio; que el rubio se encontrara lejos de casa, cumpliendo una misión clasificada desde hace ya varios días, solo hizo que su paranoia aumentara.

Masajeó sus cienes para borrar los pensamientos negativos que abrumaban su mente. Naruto estaría bien, él volvería a casa como siempre lo hacía, no tenía de que preocuparse.

Intentó convencerse así misma, pero extrañamente no funcionó. Dejó que su mirada se desviara a un costado de la cama, más precisamente al cuadro colocado sobre la mesita de noche.

Era la foto que se tomó con Naruto cuando estuvieron en aquel festival hace años atrás; caminó hasta pararse frente al objeto, sonrió cuando los recuerdos pasaron por delante de sus ojos.

Se veían tan felices juntos.

Sin embargo, su sonrisa tenía algunos tintes de tristeza, melancolía. La incertidumbre la estaba matando, necesitaba hablar con Kunerai de esto o terminaría volviéndose loca.

Depósito un beso sobre sus dedos índice y medio, luego los movió para posicionarlos sobre la foto, más específicamente, sobre la figura de Naruto.

"Por favor, regresa a casa" no entendía porqué eso salió como una súplica, como un ruego, como una oración.

Tampoco comprendía porqué sintió un peso opresivo sobre sus hombros.

"Tienes que regresar..."

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"Vaya, vaya, pero si es el muchacho de las nueve colas"

Aunque no lo demostró exteriormente; todo el interior de Orochimaru hirvió de ira al contemplar a la escoria parada frente a él, esa maldita cabeza rubia hizo que sus ojos se inyectaran en sangre con tan solo verlo.

Era la persona responsable de arruinar sus planes, por su culpa es que nunca pudo obtener a Sasuke, por ende el Sharingan también estaba lejos de sus manos, lo que a su vez hacía que su recipiente perfecto se hubiera escapado incluso antes de que pudiera tenerlo.

Eso sin contar que el chico también se encargó de asesinar a toda su guardia personal, los cuatro del sonido.

Estaba acostumbrado a que sus planes fallaran, el fracaso era normal cuando eras un científico, pero que el culpable de dicho fracaso no fuera nada más ni nada menos que un maldito niño enclenque, lo hizo enfadar hasta la médula.

Se retorció aún más cuando se percató que el Uchiha también estaba presente; se movió a un costado de su compañero de equipo, cubriéndole las espaldas. Una muestra más de que su maravilloso plan terminó siendo un fiasco.

"Orochimaru" Naruto tuvo que contenerse para no saltar directamente al ataque, tenía que ser cuidadoso, no esperó tanto por este momento para terminar arruinandolo con un error de manual como lo era precipitarse antes de tiempo.

Tenía que analizar cuidadosamente la situación, su rival, su entorno, el clima, los recursos que podía utilizar y explotar. Todos los factores giraron violentamente en su cerebro, proporcionándole una imagen clara de lo que debía hacer.

Sus ojos chocaron contra los del Sanin; fuego contra acero, frialdad contra locura, azul contra verde. Una fuerza de la naturaleza enfrentándose contra un agente del caos, un animal salvaje contra una víbora astuta.

Dos depredadores al acecho, calculando cuál sería su primer movimiento. Las piezas encajaron en el rompecabezas, era hora del espectáculo.

Yamato observó el intercambio silencioso con una expresión preocupada; esto no era nada bueno, se suponía que la misión original era capturar al espía infiltrado de Sasori, pero todo terminó dando un giro de ciento ochenta grados con la presencia del Sanin.

Sabía que en esta misión se corría el riesgo de que acabaran envueltos en una trampa; la información no provenía de una fuente muy confiable después de todo. Pero ni en sus más profundos sueños imaginó que dicha emboscada sería orquestada por el mismo Orochimaru, eso cambiaba las tornas y los parámetros de la misión.

Ya no se enfrentaban a un espía desconocido, estaban luchando contra un ninja de nivel Kage. Su mente se movió rápidamente analizando todas las posibilidades que tenían.

Su equipo era fuerte, Sakura era aprendiz de Lady Tsunade, con habilidades de curación y de combate que la ponían en un nivel alto de Chūnin. Sasuke por otro lado, era el Jōnin más fuerte de la aldea, con un potencial casi ilimitado gracias a su Sharingan.

Naruto era el peso pesado. Segundo los informes de la Hokage, después de su viaje de entrenamiento el rubio se había convertido en el ninja más importante de la aldea; era incluso más fuerte que Jiriaya, durante la prueba de sus habilidades también se dijo que jugó con Kakashi senpai como si fuera un niño.

Yamato confío en su equipo; tenía un ninja al nivel de Orochimaru, la ventaja numérica, además de otros dos adolescentes con cualidades muy prometedoras, su propio elemento madera lo convertía en una rival a tener en cuenta.

Podían hacerlo si trabajaban juntos.

El hombre estaba apunto de dar órdenes, pero se detuvo abruptamente cuando un aura asesina, la más poderosa que nunca antes había sentido, se apoderó del lugar intoxicando la atmósfera con una presión enfermiza que lo hizo retroceder varios pasos hacia atrás.

Naruto liberó un pulso de chakra de una densidad tan poderosa que provocó que el puente debajo de sus pies se desquebrajara en un montón de grietas.

Los viento también se volvieron huracanados, enviando ráfagas de aire que balanceaban al puente de un lado para el otro.

Orochimaru no perdió tiempo en corresponder el desafío con una sonrisa dibujada en sus labios. Liberó todo su instinto asesino a borbotones a la vez que su chakra estallaba con la misma opresión de una avalancha.

Su lado del puente también explotó al no poder soportar la presión, causando que las astillas de madera volaran en todas las direcciones.

Para este punto; los vientos terminaron convirtiéndose en un tifón que sacudió todo el terreno y obligó a los presentes a cubrirse el rostro mientras reforzaban sus pies con chakra para no salir volando.

"(El viento quema)" Sasuke pensó para si mismo a la vez que sentía como el aire que chocaba contra su cuerpo hervía con un calor asombroso. Entonces este era el nivel de fuerza que obtuvo su compañero después de su viaje, sin duda era muy destacado.

La curiosidad lo invadió cuando observó el semblante lleno de odio que se apoderaba de las facciones del rubio. Conocía muy bien esa mirada, era la misma que él utilizaba cada vez que veía a su hermano.

Orochimaru tenía una mueca similar, eso le indicó que esta batalla no era cualquier cosa, fue algo personal.

"(Nunca había visto a Naruto de esta forma)" La línea de pensamientos de Sakura iba por un carril completamente distinto.

Se sintió preocupada al ver a su compañero de equipo llenarse de una mirada totalmente enloquecida, era como ver a otra persona. Quería hacer algo para detener lo que sabía estaba a punto de comenzar, pero algo en el fondo de su mente le dijo que no interfiriera.

Esta era un lucha que tendría que librar solo; eso la frustró. Aún así, ella iba a respetar sus sentimientos.

Yamato vió las reacciones de su equipo; conocía hacia donde iba esto, no le gustó en lo más mínimo. Estuvo apunto de gritarle algo a Naruto pero el chico fue más rápido que él.

"Yamato, Sakura, Sasuke... Quédense atrás" Las cuerdas que sostenían el puente se retorcieron bajo la presión del aire. "Orochimaru es mío"

La sonrisa del aludido aumento en intensidad al oír eso. "¿Entonces quieres medirte contra un Sanin, mocoso? ¡Bien! ¡Planeaba asesinar a un titiritero este día, pero tampoco me molesta llevarme la cabeza de un jinchūriki como trofeo!" Gritó a través del viento de una forma enloquecida.

Kabuto no pudo evitar que su rostro se tiñera con incredulidad al observar a su maestro tan delirante, tan sediento de sangre. "(Nunca ví a Lord Orochimaru de esta forma)"

Era conciente de qué el Sanin odiaba al hombre por haber arruinado sus planes, pero esto era un eufemismo.

"¡Lo único que te llevarás será un pase directo al infierno!" El grito de Naruto igualó la locura de su contrincante.

Sus miradas colisionaron entre sí en busca de dominar al otro, ninguno dio un paso atrás, ninguno cedió un centímetro de terreno, no darían el brazo a torcer.

Entonces sucedió.

Orochimaru ya no se encontraba parado sobre el puente tenchi, tampoco estaba mirando a los ojos de rubio. Fue teletransportado a una especie de alcantarilla, una alucinación inducida por el poder bruto.

No eran los ojos del chico, eran los ojos de un demonio. El zorro de nueve colas se alzó frente a él como una montaña inalcanzable, entonces...

"¡ARGHHHHHHHHH!"

El zorro le rugió en la cara con una intensidad tan colosal que podría causar tsunamis solo con el sonido de su voz; obligándolo a regresar a la realidad en donde no le quedó de otra más que dar un paso atrás, admitiendo a regañadientes que había obtenido la primera derrota.

Su instinto asesino fue brutalmente superado.

A pesar del estrepitoso fracaso, la sonrisa nunca desapareció de su rostro. "Impresionante"

Naruto también sonrió al saber que tenía la primera victoria en el bolsillo, cualquier otro ninja se jactaría de su logro, acaba de hacer retroceder a un Sanin. Aún así, se negó a bajar la guardia, era conciente de que esto apenas iba a comenzar, se acabaron los juego.

Los presentes recuperaron el aire que no sabía que estaban conteniendo una vez que el instinto asesino de los dos ninjas comenzó a disminuir. El viento volvió a seguir su ciclo normal, el puente dejo de sacudirse; las expresiones de alivio no tardaron en llegar, por un momento pensaron que todo el lugar se derrumbaría.

El alivio de Yamato le duró poco cuando recordó que aún tenía que detener al rubio, no iba a permitir que se enfrentara solo contra un enemigo del calibre de Orochimaru. Como líder de escuadrón tenía que interferir.

"Naruto te orde..." Su pedorata fue interrumpida por tercera vez en ese día cuando Sasuke lo atrapó por el brazo evitando que pudiera intervenir; esto ya era el colmó, tantas interrupciones estaban colmando su paciencia.

"¡¿Qué?!" Le preguntó al Uchiha con un poco más de fuerza de la que debía.

Sasuke no se inmutó ni un poco. "No dejaré que interfieras en su pelea" Yamato estaba a punto de protestar, pero una mirada mordaz de su parte lo hizo callar.

"Naruto se ha preparado una vida entera para este momento..." Observó la espalda de su amigo, se veía como la muralla impenetrable que siempre fue. Una construcción incapaz de ser tumbada mientras se moviera por sus amigos.

"Puedo entender lo que siente, por eso sé que no debemos meternos en el camino, no nos concierne, no es nuestro lugar"

Yamato no parecía muy convencido aún. Sabía que el capitán admiraba mucho a Kakashi, así que conocía exactamente que decir para terminar de convencerlo. "Confía en tu camarada, él ganará"

Tanto Sakura como Yamato quedaron totalmente anonadados cuando el Uchiha dijo esa afirmación con tanta convicción en su voz; era como si hablara de una verdad absoluta, un hecho inamovible.

Al Jōnin no le quedó más que ceder. "Bien..." No se sentía nada contento con el desenvolvimiento de las cosas, pero era capaz de entender que Sasuke compartía un vínculo muy sofisticado con el rubio. Si él decía que estaría bien, entonces confiaría en eso.

Naruto sonrió levemente al escuchar la conversación que surgió a sus espaldas. Su amigo definitivamente recorrió un largo camino desde el día que se conocieron, ya no era el mismo arrogante bastardo que no pensaba en los demás, había crecido.

Sakura también lo hizo, no era la misma niña llorona que dependía de que alguien más la salvara, ahora era capaz de defenderse a si misma. No necesitaba girarse para darse cuenta de que los dos le estaban sonriendo.

Ambos confiaron en él, depositaron su fé en que ganaría; sus amigos lo estaban mirando, tendría que lucirse un poco, no debía decepcionarlos.

"Mantente fuera de esto Kabuto" Orochimaru habló con un tinte de peligro en su voz. Su subordinado aceptó su demanda con un asentamiento, no era tan estúpido como para intentar desafiarlo.

Fue inteligente, una herramienta muy útil; esa era la única razón por la que mantuvo al chico cerca. Pero en este instante, si tenía la osadía de interferir en su combate, le arrancaría la cabeza sin pensarlo dos veces.

Naruto compartió una última mirada llena de odio con el Sanin antes de que todo estallara.

No hubo ninguna advertencia, ninguna señal; solamente un susurro en el aire. En un momento los dos mantenían su posición, y al momento siguiente se encontraron en el centro del puente con sus antebrazos colisionando entre sí, enviando un sonido estruendoso que hizo estremecer todo el terreno.

Orochimaru fue el primero en moverse. Lanzó un poderoso derechazo con la intención de arrancarle la cabeza al rubio pero se demostró que su movimiento fue erróneo cuando Naruto se agachó debajo del golpe y contestó con un recto de izquierda que se conectó contra su rostro.

La fuerza del ataque provocó que saliera volando fuera del puente, su cuerpo comenzó a caer en picado en la dirección del río que tenían debajo. Maldijo silenciosamente cuando sintió el sabor metálico de la sangre en su boca.

Tenía que admitir a regañadientes que el chico sabía cómo dar un buen golpe. Mientras aún se encontraba cayendo, decidió que no debía perder tiempo así que se apresuró a hacer sellos manuales.

Al presenciar que Orochimaru caía del puente, Naruto se apresuró a saltar detrás de él. Dejó a sus compañeros atrás sin dar una última mirada, estarían bien, Kabuto no tenía ninguna oportunidad contra los tres estando solo.

Tuvo que abandonar ese tren de pensamiento cuando observó que el Sanin realizaba una secuencia de sellos manuales para preparar un Jutsu; reconoció esas señales, fueron destinados a utilizarse para los ataques de agua.

Se apresuró a realizar sus propias señales con las manos mientras aún caía en picado.

"Elemento agua: Bala de agua" Orochimaru reunió chakra en su boca, luego expulsó un potente chorro de agua de alta presión con el objetivo de atravesar el pecho del rubio. Frunció el ceño con decepción al contemplar que su rival ya tenía un counter para eso.

"Elemento fuego: Jutsu gran bola de fuego" Naruto se aseguró de añadir chakra extra a la técnica para que la bola de fuego adquiriera un tamaño más prominente, convirtiéndola en una esfera infernal que arrasó con todo a su paso.

Las dos técnicas se anularon entre en sí con una explosión ensordecedora que generó una ola de vapor en el aire producido por la ebullición del agua al chocar contra el fuego.

Los dos cayeron sobre la superficie del río casi simultáneamente; canalizaron chakra en los pies para que no terminaran hundiéndose. Naruto estaba a punto de apresurar su ataque, pero tuvo que fruncir el ceño con disgusto al ver como Orochimaru corría en la dirección contraría ignorándolo por completo.

Corrió detrás de él dando inicio a una especie de persecución. No era tan tonto como para pensar que el Sanin estaba tratando de escapar, era obvio que esa no era su intención.

Su objetivo real era alejarlo de sus compañeros para que no pudiera recibir ningún tipo de ayuda si las cosas se tornaban difíciles; no le preocupaba eso, confiaba en sus habilidades. Además, no quería ayuda en primer lugar.

También tomó nota de que ese primer ataque que logró acertar en el rostro de su enemigo no sucedió por pura coincidencia. Orochimaru quería llevar la pelea al río a propósito, muy probablemente planeaba utilizar técnicas de agua para contrarrestar sus Jutsus de fuego.

Un pensamiento inteligente, tenía que darle un punto por el ingenio. Desafortunadamente eso no sería suficiente para frenarlo, le demostraría que sus llamas no le tenían miedo a un poco de agua.

Se hartó de esta estúpida falsa persecución, ya se habían alejado bastante de su posición original, ni siquiera podía discernir la figura del puente en la distancia. No existía necesidad de seguir alargando esto más, era momento de volver a la ofensiva.

Tomó un kunai de su bolsa ninja, amarró una etiqueta explosiva a su alrededor y luego lo arrojó hacia la cabeza del Sanin con una presión mortal.

Orochimaru percibió el ataque que se aproximaba desde su espalda, así que saltó hacia un costado dando una voltereta en el aire para esquivar el kunai que paso de largo. Tuvo que agradecer a sus rápidos reflejos por sacarlo del peligro cuando la cosa explotó unos segundos después con un retumbo rugiente de llamas y ceniza.

Decidió que era suficiente con su jueguito, así que se volteó en el aire para quedar de frente con el rubio al mismo tiempo que realizaba sellos manuales. "Elemento agua: Ola cortante de agua"

Aterrizó en el suelo para después lanzar un chorro de agua de su boca nuevamente; la diferencia era que este Jutsu era mucho más potente que el anterior, poseía la capacidad de perforar incluso el titanio más fuerte. Imagínate las maravillas sangrientas que podría hacer en un cuerpo de carne.

Naruto no se vió perturbado en lo más mínimo a pesar de la amenaza, su pecho se hinchó de una forma anormal cuando acumuló una gran cantidad de chakra en sus pulmones. "Elemento fuego: Bomba flama de dragón"

Escupió de su boca una corriente de llamas torrenciales que se precipitaron hacia adelante con un brilló cegador producido por la inmensa cantidad de calor que emanaba de la técnica.

Al igual que pasó anteriormente; los dos ataques se contrarrestaron entre sí, pero esta vez ninguno de los dos dejó caer el Jutsu. En su lugar, mantuvieron el flujo de chakra de manera constante, dando inició a un choque de poderes en donde ambos buscaban la manera de anteponerse al otro.

Mantener las dos técnicas en constante funcionamiento se volvió cada vez más inestable cuando la atmósfera comenzó a ser inundada por una cortina de niebla que se produjo gracias a la evaporación continua de agua.

Tanto Orochimaru como Naruto soltaron el flujo de chakra de sus respectivos ataques cuando la neblina se volvió tan densa que prácticamente terminaron perdiendose de la vista a pesar de estar a solo unos metros de distancia.

Naruto sonrió cuando la visibilidad se volvió casi cero. Era conciente de que el Sanin le siguió el juego a propósito, los dos deseaban transformar el terreno de esta forma, por eso mantuvieron sus técnicas chocando durante tanto tiempo.

Eran ninjas, este era su método de combate favorito, escondidos entre las sombras, ejerciendo tácticas de sigilo y atacando por sorpresa como un susurro mortal.

No eran guerreros, eran shinobis, jugar sucio era lo suyo. Movió su mano en un medio sello de carnero causando que tres clones de sombra hicieran acto de presencia, les dio la orden de atacar de frente.

Una vez que se fueron, comenzó a hundirse lentamente en el agua; una expresión astuta se apoderó de sus rasgos, tenía algo planeado para el Sanin.

Orochimaru por otra parte, observó la cortina de niebla con un semblante lleno de soberbia. Pero eso no significaba que no estuviera menos alerta, sus ojos se movieron de forma analítica en todas las direcciones buscando de dónde provendría el siguiente ataque.

Tenía la capacidad de moverse de su posición, de idear una estrategia, aún así, no lo hizo. ¿Por qué? Bastante simple, se sentía curioso, estaba muy interesado por saber cuánto había mejorado el rubio durante los últimos años, así que dejaría que él llevara la iniciativa.

No solo fue por curiosidad mórbida, hacer eso también le permitiría conocer más aspectos sobre su rival para idear una estrategia viable. Podía tanquear algunos golpes si era necesario, aunque prefiriría no hacerlo.

Abandonó ese tren de pensamiento cuando tres kunais volaron por el aire con la intención de empalarlo. Contuvo el impulso de rodar los ojos, de todo las cosas que esperaba de parte del rubio un movimiento de manual no estaba en su lista.

Atrapó uno de los kuanis en una muestra de agilidad, luego lo utilizo para bloquear lo otros dos proyectiles que se acercaban. Una vez que lo hizo, frunció el ceño cuando sintió una presencia justo detrás de él.

Naruto apareció justo en su espalda con la intención de acertarle un patada en la nuca pero él se movió mucho más rápido; giró en un borrón de velocidad, para después incustrar el kunai de antes sobre el pecho del rubio.

Se sintió un poco desilucionado cuando en lugar de sangré, Naruto desapareció en una nube de humo.

No tuvo mucho tiempo para decepcionarse ya que la nube de humo producida por el clon lo cegó el tiempo suficiente para que no pudiera obsevar la aproximación de los dos rubios que aparecieron en medio de la niebla con el objetivo de apresurarlo.

El primero de ellos se abalanzó con una ráfaga de golpes que esquivó con relativa facilidad gracias a su estilo serpiente que le permitía maniobrar su cuerpo en ángulos imposibles de realizar para cualquier otro ser humano.

Aprovechó un descuidó del rubio en donde se adelantó demasiado en el momento de atacar para acertar un golpe en sus entrañas que lo hizo desaparecer en una nube de humo.

El segundo trató de golpearlo con un patada voladora, pero él atrapó el pie con sus manos y luego arrojó al rubio hacia una acumulación de rocas con toda la fuerza que pudo reunir.

Se sintió complacido al ver que las piedras se destruían debajo de la espalda de Naruto con un crujido enfermizo. Sin embargo, al igual que antes, el chico volvió a desaparecer en una nube de humo.

No estaba sorprendido en lo más mínimo, todo este tiempo supo que combatía contra un clon. Por esa razón es que no se asombró cuando Naruto apareció justo detrás de él emergiendo debajo del agua.

Se movió justo a tiempo para atrapar al rubio por la garganta con una mirada desinteresada. "¿Sabes? Esto se está tornando bastante aburrido, ¿Es todo lo que tienes?"

No pudo contener la risa sádica que escapó de sus labios cuando observó que el enclenque se retorcía debajo de su agarré en busca de aire. Sin embargo, la alegría le duró muy poco cuando escuchó el sonido de algo chisporroteando.

Encontró su respuesta en el pecho de Naruto; sus ojos se abrieron en estado de shock, era una etiqueta explosiva.

No tuvo tiempo para alejarse cuando la etiqueta detonó en un festival de llamas y pólvora que lo envío a volar varios metros hacia atrás con su piel ligeramente chamuscada por las quemaduras.

Giró en el aire, posicionando sus pies sobre el agua y forzándolos para detener su retroceso. Una vez que finalmente lo logró; se demostró que no tendría nada de tiempo para descansar cuando volvió a escuchar otro chisporroteo.

Dejó que su mirada cayera sobre sus pies para observar con constante horror como una etiqueta cegadora flotaba sobre el agua. La cosa estalló con un flash que fulminó todos sus sentidos, dejándolo totalmente desorientado.

El Naruto real abandonó su escondite debajo del agua con una sonrisa depredadora partiendo su rostro. Su plan funcionó a la perfección, ahora le demostraría al Sanin que cometió un grave error al cederle la iniciativa.

Era un concepto simple, si intentas jugar con un animal salvaje después no te sorprendas cuando te muerda.

Acortó la distancia en un borrón de velocidad, conectando un potente puñetazo en las entrañas del hombre que provocó que escupiera sangré, luego lanzó un uppercut que impacto contra su barbilla y que lo elevó varios centímetros en el aire.

Esa era la apertura que necesitaba, la aprovecharía al máximo. Su mano brilló cuando el chakra se arremolinó de forma violenta sobre su palma hasta adquirir la forma distintiva de un Rasengan.

Orochimaru sintió que todo su cuerpo gritaba en protesta cuando la esfera giratoria se estrelló contra su pecho como un rugido de guerra; su camiseta fue hecha jirones, su carne fue quemada de forma agonizante, la sangre salpicó en diferentes direcciones.

La técnica terminó por mandarlo a volar varios metros hacia atrás con una explosión estrepitosa; apretó la mandíbula con ira cuando se encontró rebotando sobre el agua sin poder detenerse. Fue realmente humillante, como si fuera arrojado como una simple piedra.

No debió subestimar al chico desde un principio, aprendió eso a las malas. Su cuerpo podía soportar algunos golpes gracias a su regeneración mejorada, ¿Pero un Rasengan? Era obvio que no, odiaba esa maldita técnica.

No debía seguir regalando vidas así como así, errores como estos costaron batallas; se equivocó, tuvo que admitirlo con todo el dolor en su orgullo.

Dio algunos chapoteos más hasta que finalmente se detuvo, cayó de espaldas sobre la superficie acuática luciendo como si un camión le hubiera pasado por encima.

Naruto guardó las manos en los bolsillos mientras caminaba para acercarse a la figura moribunda del hombre; se detuvo cuando comprobó que se encontraban a varios metros de distancia. Su ataque había hecho un daño bastante significativo pero sabía que eso no sería suficiente para dejar fuera a un Sanin.

Posicionarse a una distancia prudente era el mejor curso de acción, quién sabe que podría estar tramando esa serpiente escurridiza. Eso no significaba que no podía burlarse de su oponente.

"¿Sabes? Te ves bastante patético ahora" Mientras hablaba, notó que la niebla comenzaba a disiparse gradualmente.

Lo entristeció en cierta manera, pensó que su tapadera tardaría por lo menos algunos minutos más, pero tampoco tenía mucho de que sorprenderse. Esta era una zona bastante árida, debió suponer que el viento terminaría apartando la neblina más rápido de lo normal.

Se encogio de hombros, no exista mucho que pudiera hacer al respecto.

Sus sentidos se pusieron alerta cuando escuchó que el Sanin comenzaba a reír desde su posición acostada, la risa fue aumentando cada vez más en escala hasta convertirse en carcajadas.

Estaba por preguntarse si el hombre se había vuelto loco pero fue interrumpido cuando la boca de Orochimaru se abrió de una manera totalmente inhumana.

Dos manos salieron de la boca, luego pudo discernir la figura de una cabeza, y al momento siguiente un nuevo Orochimaru emergió desde su propio cuerpo con una sustancia verde viscosa cubriéndolo.

Naruto se sintió asqueado. Conocía esa técnica, Orochimaru también la utilizo en el bosque de la muerte así que no era la primera vez que contemplaba el acto tan perturbador; eso no hacía que fuera más fácil, nunca se acostumbraría a ver eso.

Comprobó el estado de su enemigo, lucía como nuevo, sin ningún razguño en su persona. El cuerpo anterior yacía flácido sobre el agua mientras Orochimaru sonreía sádicamente.

Escuchó la voz del hombre. "Dime, mocoso..." Sonaba como si se estuviera divirtiendo. "¿Por qué odiarme tanto?"

Observó que Sanin comenzaba a caminar en círculos alrededor del río así que decidió imitar sus acciones, dando inicio a una marcha en donde los dos dieron vueltas alrededor del otro sin apartarse la mirada. Parecían dos bestias al acecho de su presa.

"¿Es por lo de Anko?" La mención de la chica hizo que su interior hirviera de rabia; detestaba que la serpiente tuviera la osadía de pronunciar su nombre pero se forzó a si mismo a mantener el control. El bastardo solo estaba provocandolo, buscando cualquier error en su guardia.

El Sanin siguió con su pedorata; se notaba que era un egocéntrico que amaba el sonido de su apestosa voz. "Si este desprecio es por mi estúpida ex aprendiz entonces no deberías tomártelo tal mal. Nada de lo que hice fue personal, ella era una simple rata para experimentos, nada más"

Naruto apretó los puños con tanta fuerza que la sangre brotó de sus palmas; fuera de eso, no mostró ningún otro rastro de emoción ante las palabras. Canalizó toda su ira interna en un único objetivo, iba a cortarle la lengua al bastardo, haría que se tragara todas sus palabras.

"¿O quizás todo es por el Hokage?" Orochimaru seguía sonriendo de esa forma repugnante que lo carecterizaba. "Ahí si puedo decirte que me atrapas con las manos atadas, eso sí fue meramente y profundamente personal" Se relamió los labios como si disfrutara la idea.

"Pero no deberías juzgarme, después de todo le hice un favor a la aldea. Que un anciano decrépito ocupara el puesto de Hokage era un insulto"

Lejos de parecer afectado, Naruto sonrió burlonamente. "Te recuerdo que ese anciano decrépito es el mismo que te dejó sin brazos y te obligó a salir huyendo con tus cuatro niñeras cargándote"

Una vena apareció en la frente de Orochimaru, sin embargó la sonrisa no desapareció. "Siempre queriendo tener la última palabra, comienzas a fastidiarme cada vez más, Mocoso"

El rubio abrió los brazos mientras su expresión se volvía sarcástica. "¿Qué puedo decir? Es parte de mi encanto"

Se sintió complacido al ver que el plan de Orochimaru de provocarlo terminó volviéndose en su contra. Aunque no lo demostraba en el exterior, hubieron ciertos razgos, ciertas señales que le indicaban que el Sanin estaba perdiendo los estribos.

Cometió el error de meterse con el anciano, no te burles de alguien que terminó dándote una paliza.

La caminata de los dos llegó a su fin cuando ambos comenzaron acercarse hacia el centro del río; quedando uno frente al otro, separados solo por centímetros. Se miraron de cerca, analizando a su oponente al máximo, buscando cualquier factor que pudieran explotar en él.

Orochimaru sonrió al mismo tiempo que asumía una posición de batalla, Naruto siguió su ejemplo, estaban tan cerca que sus antebrazos se tocaban; ojos azules chocaron contra ojos verdes, ninguno iba a retroceder.

"Voy a matarte" Siseó como una serpiente.

"Que curioso, iba a decir lo mismo" Naruto correspondió la amenaza con el misma nivel de odió.

Transcurrieron algunos segundos en los que no sucedió nada, se mantuvieron inmóviles como una piedra. Una nube apareció en el cielo opacando la luz del sol, las aves en el risco se alejaron graznando, las corrientes del río colisionaron contra las rocas.

Una gota de sudor comenzó a caer por el rostro de ambos. Todas la piezas se alinearon en el tablero, de aquí en adelante todas las posibilidades serían infinitas; un error, una pieza colocada en el lugar incorrecto, una estrategia mal calculada, cualquier cosa podría marcar el fin.

Las gotas de sudor cayeron, chocaron contra la superficie del agua. Los peones avanzaron.

La superficie acuática estalló salpicando en todas las direcciones cuando los dos dieron inicio a un intercambio agresivo de Taijutsu. Los golpes iban y venían con la única intención de causar el mayor daño posible, se movieron a una velocidad tan vertiginosa que fue imposible de mirar para cualquier otro ninja que no estuviera al mismo nivel.

Las ondas de choque provocaron que el río se sacudiera de forma embravecida como si de una inundación se tratase.

Naruto esquivó a un lado para evitar un puñetazo que amenazaba con romperle la nariz, luego contraatacó con un gancho de derecha que se conectó contra la mandíbula del Sanin; aturdiendolo levemente.

Observó como Orochimaru se recuperaba rápidamente, el hombre rugió de rabia antes de intentar apresurarlo con un recto de izquierda. Sin embargo, logró reaccionar a tiempo, agachándose debajo del golpe para después plantar un codazo asesino en el estómago de su oponente; obligándolo a retroceder mientras tosía sangre.

Orochimaru maldijo internamente cuando sintió que sus entrañas ardían de dolor. No iba a dejar que esto se quedara así, su mente experimentada giró furiosamente mientras pensaba en un plan para tomar represalias.

Observó que el rubio lo atacaba con otro derechazo así que maniobró para atrapar el brazo y hacer palanca con su codo; esa acción hizo que el rubio siseara de dolor, pero Orochimaru no se detuvo allí.

Dio un leve salto en el aire lanzando un rodillado con intenciones destructivas que Naruto fue capaz de bloquear con su brazo libre en el último momento. Una vez que las dos extremidades de su oponente estuvieron atrapadas, el Sanin lanzó el último movimiento.

Utilizó el impulso de su salto para descender con un codo asesinó que colisionó contra la parte posterior de la cabeza del chico, enviándolo a tambalearse torpemente hacia adelante como si estuviera ebrio.

Naruto se sacudió el aturdimiento, ese golpe había hecho que sus ojos se desorbitaran temporalmente pero se recuperó bastante rápido. Recibir este tipo de ataques no era nada nuevo para él, años de entrenamiento con Jiraiya lo condicionaron para esto; tomó nota de que el sabio sapo parecía tener mucha más fuerza que su compañero.

Los golpes de la serpiente fueron una caricia comparados con el modo sabio.

Orochimaru no quería perder la ventaja que obtuvo así que continuó con su acometida con una patada circular. Abrió mucho los ojos cuando el rubio dejó de tambalearse y regresó a la vida como si estuviera poseído, no esperaba que él se recuperara de su combo con tanta rapidez.

Vió que Naruto sonreía sádicamente al mismo tiempo que defendía su patada estrellando un codazo contra su tibia, causando que el hueso emitiera un crujido repugnante cuando se quebró.

Su recuperación acelerada se encargó de sanar el daño recibido rápidamente pero eso no evitó que sus nervios enviaran pulsaciones de dolor por todo su cuerpo; apretó la mandíbula para contener el grito que deseaba escapar de sus labios.

Orochimaru reaccionó a tiempo para atrapar un puñetazo del rubio entre su palmas, luego se apresuró a contraatacar con un puñetazo propio, pero Naruto también atrapó el golpe de igual manera.

Con sus puños restringidos por el otro ambos dieron inicio a una competencia de fuerza bruta en donde intentaron empujarse hacia atrás. Ninguno cedió ni un centímetro de terreno, ninguno quería perder la ventaja.

La potencia de sus dos chakras chocando contra el otro provocó que el agua a su alrededor estallara en al aire y los envolviera en una especie de remolino.

Naruto arrojó un rodillado pero Orochimaru hizo exactamente lo mismo; la colisión de sus dos rodillas envío una onda de choque que sacudió todo el terreno.

Volvieron a repetir la acción una tras otra vez, lo que desencadenó en una ola de explosiones de aire que hizo eco alrededor de las paredes del barranco.

Los dos llegaron a un acuerdo silencioso de separarse una vez que notaron que esto no los estaba conduciendo a ninguna parte. Permitieron que sus puños se liberaran, no pasó ni un segundo de tiempo cuando la andanada de golpes volvió a retomarse justo donde la dejaron.

Fue un combate de estilos totalmente diferentes en donde Orochimaru aprovechaba la agilidad, flexibilidad y movimientos poco ortodoxos tanto para atacar como para defenderse. Naruto en cambio se destacó más por su agresividad extrema; yendo a la ofensiva todo el tiempo y marcando un ritmo frenético en el combate. Atacó con la rudeza de un animal, con golpes destinados a romper huesos.

Su gran contextura física le permitió abrumar a sus oponentes con una fuerza imparable, aunque Orochimaru demostró que no era un rango S por nada ya que se las arregló bastante bien para eludirlo.

Iba a terminar con eso, era hora de aumentar el ritmo.

Orochimaru sonrió soberbiamente cuando alcanzó al rubio con un jab de izquierda en la cara. Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando en lugar de tambalearse hacia atrás; Naruto atrapó su brazo con un agarre de hierro, impidiéndole que pudiera retroceder.

Hizo una mueca de dolor cuando rubio lanzó una patada circular que se conectó contra su pantorrilla, desgarrando sus ligamentos como si fuera un bisturí afilado. La fuerza detrás de la patada hizo que su pierna se levantara del suelo, perdiendo un punto de apoyo.

Aprovechando el desbalance recién producido, Naruto tiró de su brazo obligándolo a caer de espaldas y finalizó su combo con un potente puñetazo reforzado con chakra que impactó contra su pecho, dejándolo completamente sin aire.

El ataque provocó que el cuerpo del Sanin se hundiera varios metros bajo el agua acarreando a que se perdiera de la vista; así que Naruto agudizó sus sentidos para no ser tomado por sorpresa.

Sintió una presencia justo en la espalda cuando Orochimaru emergió con una patada de hacha que amenazaba con partirlo a la mitad. Esquivó el golpe girando hacia un costado, luego bloqueó una seguidilla de golpes rápidos para contraatacar con una despiadada patada frontal que hizo que la mandíbula del Sanin emitiera un ruido sordo cuando sus dientes castañaron juntos.

Atrapó un kunai de su bolsa ninja con el objetivo de lanzar un tajo horizontal; se decepcionó al ver que Orochimaru ya tenía un counter para eso. El hombre se agachó debajo del ataque y luego contraatacó con un rodillazo en sus costillas, pero antes de que el golpe llegara Naruto se aseguró de canalizar chakra en esa zona para absorber la mayor parte del daño.

El rodillazo se enterró dolorosamente en sus entrañas, pero fue capaz de tomarlo sin muchos problemas. Sin embargo, se maravilló internamente cuando Orochimaru tuvo la brillante idea de atraparlo por su chaleco y atacar con un potente cabezazo. No cabía duda, el tipo era un estúpido.

Se demostró que ese movimiento fue equivocado cuando Naruto ni quería se movió un centímetro. En su lugar, echó el cuello hacia atrás tomando impulso para contestar con su propio cabezazo.

Orochimaru maldijo cuando la frente del chico colisionó contra su nariz produciendo un crujido cuando los huesos se fracturaron; ahora entendía que cometió un grave error al meterse en un duelo de cabezasos. ¡Ese maldito mocoso tenía la cabeza como una piedra!

La fuerza del impactó fue tal, que los pies del Sanin fueron obligados a alejarse mientras se deslizaban por la superficie del agua. No queriendo perder ni un segundo de tiempo, Naruto arrojó el kunai que tenía con una precisión mortifera hacia la cabeza de su enemigo.

Orochimaru reaccionó con lo justo, esquivó moviendo su cabeza hacia un costado pero se demostró que un segundo más tarde hubiera sido fatal cuando el objeto rozó su mejilla, dejando atrás un rastro de sangre que se escurrió por su rostro.

Se preparó para el contraataque; arrojó una gran cantidad de shurikens de sus bolsillos los cuales surcaron el aire con su filo brillando bajo los rayos del sol.

Naruto saltó en el aire dando una voltereta para esquivar los proyectiles entrantes. No comprendía muy bien qué sentido tenía este ataque tan simplista, pero sus dudas fueron rápidamente respondidas cuando observó el alambre ninja brillando alrededor de los shurikens.

Orochimaru tiró del cable ninja con una sonrisa en su labios; el efecto fue inmediato. Las armas que Naruto había esquivado anteriormente regresaron hacia atrás con toda su fuerza, empalándolo por la espalda mientras aún se encontraba en el aire.

El Sanin no lució sorprendido cuando el rubio desapareció en una nube de humo, dejando atrás una roca maltrecha cortesía del Jutsu de reemplazo. Sabía que él no caería en un truco tan barato como ese.

En cambio, el hombre se giró justo a tiempo para ver que Naruto se apresuraba a atacarlo desde de uno de sus puntos ciegos. Intentó alejarse para tomar algo de distancia, pero sus ojos se abrieron en estado de shock cuando su oponente se movió en un destello de velocidad que fue incapaz de seguir.

Naruto reapareció frente a él con su puño izquierdo cubierto por llamas azules. "Arte ninja secreto..."

Fue tan rápido que casi no pudo verlo, apenas le dio tiempo para cruzar los brazos delante de su rostro antes de que la avalancha lo golpeara con una fuerza abismal. "Pistón celestial"

El rubio arremetió con un puñetazo tan potente que creó una onda supersónica cuando se estrelló contra su objetivo, causando que todo el risco retumbara con un estruendo atronador.

No pudo evitar darse una palmadita mental por su trabajo bien hecho cuando Orochimaru salió volando en la dirección contraría como un saco de papas con sus brazos colgando flacidamente; totalmente quemados y fracturados.

Dejó que un bufido burlón escapara de sus labios, escuchar los huesos del bastardo desquebrajarse bajo sus manos se sintió realmente satisfactorio, fue como una melodía para sus oídos.

Las reflexiones de Orochimaru iban en una línea totalmente diferente mientras aún volaba por el cielo. Rugió de dolor cuando movió sus brazos para comprobar cuál era su estado; los perdió por completo, eran inútiles, no podría combatir con ellos.

Eso significaba que tendría que utilizar su técnica de reencarnación por segunda vez en el día. Eso sumado a el hecho de que aún no conseguía ningún golpe significativo sobre su oponente, solo hizo que se sintiera más enfadado.

Su corazón se llenó de desprecio cuando tuvo que aceptar a regañadientes que el chico había crecido, no era el mismo enclenque al que se enfrentó en el bosque de la muerte, ahora era un fuerza a tener en cuenta.

No golpeó tan fuerte como Tsunade, pero eso no significaba que no doliera como el infierno. No podría ganarle en un combate cuerpo a cuerpo, su breve intercambio se encargó de dejar eso en claro; su potencia física fue muy superior a la suya.

Tenía que cambiar de estrategia. Rechinó los dientes como un animal rabioso, admitir eso fue humillante.

Su boca se abrió de forma anormal cuando volvió a repetir el proceso de cambiar de cuerpo. Permitió que su piel anterior cayera flacidamente mientras daba una voltereta para aterrizar de pie sobre el agua, sus manos ya se movían en una secuencia de sellos manuales.

"Elemento agua: Jutsu dragón de agua"

Naruto observó el dragón de agua de varios pies de altura que se alzaba sobre él; sus cejas se entrecerraron, al parecer el bastardo finalmente dejó de subestimarlo y tomó la decisión de ir en serio.

Bien, respondería a su desafío con todo lo que tenía. Sus músculos se tensaron en anticipación, sus pulmones se inundaron de chakra, un Jutsu listo para ser arrojado. "Elemento fuego: Garuda"

Escupió tres pilares de llamas que giraron en el aire hasta fusionarse entre sí, obteniendo la apariencia de un dragón de fuego que surcó los cielos hasta encontrarse con su contraparte de agua.

Cuando los dos Jutsus estallaron se formó una cortina de vapor que bloqueó su vista temporalmente. Era conciente de que su enemigo intentaría usar esto a su favor, así que se preparó para eludir cualquier amenaza entrante.

No tuvo que esperar demasiado cuando tres kunais rompieron la cortina de vapor con el objetivo de ensartarlo; esquivó saltando a un costado dejando que los proyectiles pasaran de largo, pero se vió forzado a reaccionar rápidamente cuando Orochimaru apareció a través de la niebla con una patada voladora.

Utilizó sus antebrazos para bloquear el ataque el cual lo hizo deslizarse un buen número de pies hacia atrás. Levantó la mirada, percatandose de que el Sanin preparaba un ataque al mismo tiempo que plantaba los pies sobre el agua.

Las fluctuaciones en el chakra le indicaron cuál era el Jutsu que usaría, así que se apuró a buscar una forma de contrarrestar.

"Ataque sombra de víboras"

"Ataque sombra de víboras"

Los dos gritaron al unísono a la vez que levantaban un brazo hacia al frente provocando que cuatro serpientes salieran de las mangas de sus respectivos trajes y dieran inicio a una batalla entre ellas por la supremacía.

Una de las serpientes de Naruto logró anteponerse a las demás de Orochimaru, haciéndolas estallar en una nube de humo y abalanzandose sobre su enemigo para morderlo por el cuello.

Una vez sus colmillos se incrustaron en el objetivo, Naruto utilizó a la serpiente para jalar a su oponente hacia él, propinandole un potente puñetazo en todo el rostro.

Contuvo el impulso de chasquear la lengua cuando Orochimaru comenzó a derretirse en un clon de barro; se sintió aún más molesto cuando el agua a su alrededor explotó revelando a tres clones que se escondían debajo del río. Lo atraparon por las piernas y el torso, restringiendo sus movimientos.

Levantó la vista, contemplando que el Orochimaru real saltaba en el aire al mismo tiempo que realizaba sellos manuales. Estaba loco si de verdad creía que iba a dejar que terminara lo que sea que estuviera planeando.

Sus poros se volvieron calientes cuando el chakra del fuego bombeó por todo su sistema. "Arte ninja secreto: Monje de fuego"

Su cuerpo fue totalmente infundido con llamas azules que estallaron en todas las direcciones como una muralla infernal que desintegró a los tres clones en un instante.

La técnica fue tan potente que se elevó como un pilar en el aire, provocando que a Orochimaru no le quedara más remedio que usar un Jutsu de sustitución si no quería morir quemado. (frenando su Jutsu anterior en el proceso.)

Una vez que la sacudida se detuvo. Tanto Naruto como Orochimaru volvieron a encontrarse en el centro del río mientras sus miradas se desviaban para contemplar que una gran parte del acantilado fue destruída por las llamas.

El Sanin observó a su rival con dagas brillando en sus ojos, estaba seguro de que si hubiera logrado terminar su combo anterior el rubio no habría salido tan ileso esta vez. Pero el Jutsu que tenía planeado utilizar requería mucho chakra, por ende, también necesitaba algo de tiempo para reunirlo.

Era obvio que su oponente no le regalaría esa oportunidad, debía crear un brecha de tiempo en donde no pudiera ser interrumpido. Por esa razón es que, tragándose todo su orgullo con un nudo en la garganta, se echó a correr en la dirección contraría.

"¿Eh?" Una gota de sudor se deslizó por la nuca de Naruto cuando vizualizó que el Sanin huía como un cobarde. Debió imaginar que intentaría algo así, seguía siendo una serpiente rastrera después de todo; no le importaba a qué métodos debía recurrir, solo le importaba ganar.

Dejó que su sopresa se diluyera mientras daba inició a la persecución. La sola idea de que Orochimaru estaba corriendo de él hizo que su pecho se alegrara de forma mórbida; no huía porque deseaba hacerlo, lo hizo porque se vió forzado a hacerlo.

Él lo forzó a escapar; sonrió sádicamente, le haría ver que está tortura apenas estaba iniciando. Sus manos brillaron a una velocidad vertiginosa mientras canalizaba el chakra para su próxima movimiento.

Una vez que terminó la secuencia, diez esferas de fuego azúl, las cuales contaban con un tamaño similar a una pelota de ping pong, aparecieron en cada uno de sus dedos.

"Arte ninja secreto: Gorriones asesinos" Les esferas se elevaron en el aire y luego salieron disparas en la dirección de su objetivo al mismo tiempo que su forma cambiaba hasta adquirir la apariencia de diez pajados de fuego.

Orochimaru giró levemente la cabeza para observar las diez amanezas que se acercaban a su posición, su mirada se volvió a analítica. "Elemento agua: balas acuáticas" Enfocó un pulso de chakra en las plantas de sus pies, provocando que diez esferas líquidas se formaran con el agua del río.

Las esferas se abalanzaron sobre los gorriones con la intención de frenarlos, pero el Sanin tuvo que abrir mucho los ojos cuando las llamas consumieron el agua como si no fuera nada y siguieron avanzando sin detenerse.

"(¡Me lleva!)" Que el chico pareciera tener un counter para todo lo que le lanzaba se estaba tornando algo molesto.

Sabiendo que los pájaros estaban a punto de alcanzarlo, realizó un medio sello de carnero, creando un clon de agua que se encargó de atraparlo por el cuello de su camiseta y lo arrojó hacia al frente como una bala humanada.

Se confirmó que su movimiento fue el correcto cuando dos gorriones impactaron en la posición en la que había estado hace solo unos segundos atrás, destruyendo a su clon de agua con una explosión de llamas que emitió un brillo cegador.

El sonido estridente detrás de su espalda le indicó a Orochimaru que el tamaño de los proyectiles no los hacía menos peligrosos. Giró su cuerpo cuando se estrelló contra la superficie del agua, dio unas volteretas más para recuperar el control antes de reanudar su carrera nuevamente.

Se derritió de alivio cuando vizualizó que el cauce del río se terminaba en una catarata a unos metros al frente. Ya estaba cansado de estar encerrado en este maldito risco, fue claustrofóbico; además, podía utilizar esto para deshacerse de las nueve molestias que lo perseguían. (Nueve si contabas al rubio)

El Sanin llegó hasta la orilla de la cascada, luego saltó sin importarle en lo más mínimo la imponente caída de cien metros que tenía por delante, los ocho gorriones lo siguieron de cerca.

Con el viento sacudiendo su cabello, posicionó los brazos por encima de la cabeza haciendo que tomaran un forma piramidal antes de sumergirse bajo el agua. Los ocho pájaros arribaron poco después, detonando contra el terreno del lago con un rugido chirriante que cubrió con llamas azules toda la atmósfera.

Naruto admiró todo lo ocurrido desde la cima de la catarata. Se preguntó si su ataque logró causar algún daño en su oponente; aún más importante, tenía la duda de dónde se habría metido Orochimaru. Si no tenía ningún daño entonces lo más posible era que se estuviera escondiendo.

Desde su posición contaba con una vista bastante clara del ámbito que tenía debajo. Era un inmenso lago, rodeado por una playa y un bosque al cual no le encontraba ningún final.

Decidió que la mejor forma de encontrar al tipo era ir a buscarlo; saltó desde el acantilado. La caída tardó algunos segundos antes de que sus pies aterrizaran sobre el centro del lago con un ligero chapoteo.

Sus ojos escanearon el área de forma analítica. Algunas llamas aún crepitaban sobre la superficie, algunas hojas revoloteando por el lugar, la brisa del viento acariciaba sus facciones con un susurro de frialdad. La atmósfera era tranquila; ese era exactamente el problema.

Entonces lo sintió.

Todo el terreno comenzó a sacudirse como si de un terremoto se tratase, una cantidad inconmensurable de agua se arremolinó delante de él cuando Orochimaru emergió desde las profundidades cabalgando una montaña líquida.

"Elemento agua: Jutsu explosión de agua, colisión de olas" Apenas pudo discernir la voz del Sanin gritar el nombre de la técnica antes de que un tsunami de veinte metros de altura se precipitara hacia su dirección.

Naruto sintió que una gota de sudor se delizaba por su frente a la vez que realizaba sellos manuales con urgencia. Tenía que darle crédito a su oponente, jamás imaginó que el tipo tuviera un control sobre elemento agua tan perfeccionado como para tirarle un lago entero encima.

Iba a tener que trabajar horas extra si quería sobrevivir a esto, por suerte aún tenía algunos ases bajo la manga. "Arte ninja secreto: Gran aniquilación de fuego"

Escupió una cantidad incalculable de llamas las cuales se arremolinaron para construir una muralla descomunal que igualó en tamaño al tsunami de agua, dando inicio a un encuentro de proporciones titánicas que provocó que todo el entorno temblara.

La técnica que utilizo fue una variente del 'Elemento fuego: Gran aniquilación de fuego' solo que mejorado al doble gracias a su Kekkei Genkai. Uno pensaría que el elemento agua se impondría en este duelo de monstruos gracias a su ventaja narutal, pero sus llamas eran mucho más potentes que las normales, desobedecieron toda ley o orden establecido.

Por esa razón es que Naruto no se sorprendió cuando su Jutsu comenzó a ganar terreno contra su rival de agua. Orochimaru por otra parte, abrió los ojos de forma horrorizada cuando su técnica terminó siendo diesmada, provocando que la avalancha infernal cayera sobre su cabeza.

Se apresuró a utilizar una sustitución para no morir calcinado, pero lastimosamente no saldría ileso de ésta ya que no se movió lo suficientemente rápido.

El Jutsu causó una explosión masiva que arrasó con el setenta porciento del lago en un espectáculo de fuegos artificiales que se elevó hasta las nubes. Naruto silbó al contemplar toda el rastro de devastación; eso le enseñaría al estúpido Sanin a no volver arrojarle un tsunami encima, fue insultante que creyera que el elemento agua sería suficiente para contrarrestar su fuego. "(¡Ja! Si claro)" Ni todos los maremotos del mundo apagarían sus llamas.

Orochimaru aterrizó sobre la playa con una rodilla apoyada en el suelo, jadeaba de forma frenética al mismo tiempo que sus ojos se inyectaban en sangre producto de la rabia que estaba sintiendo.

Su aspecto era totalmente demacrado, lleno de quemaduras, raspones, suciedad, su cinturón morado desapareció de la vista. Pero sin dudas el rasgo que más se destacaba en él era que había perdido uno de sus brazos.

Lanzó un fuerte puñetazo sobre la tierra en una muestra de frustración. Esto simplemente no podía estar pasándole, durante toda la batalla la balanza se mantuvo inclinada hacia un único lado; el lado de su contrincante, por más que intentó una tras otra vez, fue incapaz de hacer algo que inclinara las tornas a su favor.

¿Cómo era eso posible? ¿Cómo demonios el rubio mejoró tanto en tan solo tres años? Durante su batalla en el bosque de la muerte el chico no fue nada más que un molesto mosquito metiéndose debajo de su piel, pero ahora ni siquiera podía alcanzarlo.

Claro que aún tenía muchos trucos por utilizar, pero no era tan tonto para creer que el rubio no tenía los suyos propios. Aceptó el encuentro con la intención de aplastar una pequeña larva y terminó envuelto en una batalla real.

Se forzó a si mismo a tranquilizarse, debía mantener la cabeza fría si quería ganar; hacer eso sería más fácil si Naruto no hubiera elegido ese preciso momento para aparecer en la playa con una sonrisa burlona.

"Si alguien pregunta, te culpare por todo este desastre" El rubio comentó casualmente mientras señalaba con un pulgar toda la devastación que tenían detrás. Para dejar más en claro su punto, un pedazo de la catara también terminó colapsando en una montaña de polvo.

Se sorprendió cuando Orochimaru en realidad sonrió ante la broma.

"No respondiste mi pregunta..." Esa respuesta lo confundió.

Observó como el hombre abría la boca con la intención de utilizar su Jutsu de reencarnación, provocando que otro Orochimaru emergiera de su interior sin ningún tipo de rasguño. Una vez que el proceso estuvo completo, el hombre se explicó. "¿Por qué odiarme tanto? Te lo pregunté antes pero no respondiste"

Allí estaba esa estúpida pregunta de nuevo, lo estaba poniendo de los nervios. ¿Qué acaso no era obvio? Para empeorar las cosas, el Sanin le sonreía de una forma tan perturbada que solo lo hizo enfadar más. "¿Eso qué importa?"

Orochimaru rodó los ojos como si hubiera dicho la cosa más estúpida del mundo. "Claro que importa, mocoso insolente..." El hombre dejó que su arrebató se diluyera para volver a sonreír de forma burlona. "Sería un completo insulto asesinar a un roedor que no tiene ningún tipo de convicción, las personas sin un propósito son igual de interesantes que un cascarón vacío"

Naruto entrecerró los ojos al escuchar esas palabras; aunque no lo demostró exteriormente, se sintió algo perplejo por dentro. ¿El bastardo le estaba hablando de ideales o algo así? No podía entenderlo con exactitud, tampoco comprendía por qué fue tan insistente en que expresara vocalmente su motivo para matarlo.

Fue raro. No pensó que al Sanin le interesara otra cosa que no fuera matar gente, realizar experimentos y actuar de forma extraña.

"Te lo pondré así..." Orochimaru tenía una expresión enloquecida mientras hablaba. "Yo te detesto con toda mi alma porque eres el causante de arruinar uno de mis planes más sofisticados; traer a Sasuke a mi lado... ¿Tienes idea de todo lo que hubiera podido lograr si tuviera el Sharingan? Bueno, todo eso se fue a la basura ya que tú me lo arrebataste"

No retrocedió ni un centímetro cuando el hombre lo miró con todo el desprecio que pudo reunir. Le dio asco que hablara de Sasuke como si fuera un simple objeto, pero decidió no interrumpir, tenía curiosidad por lo que diría a continuación.

"Esa es la razón de mi odio, porqué te metiste en el camino de mi ambicion, la cual es vivir para siempre..." Los ojos del Sanin adquieron un brillo totalmente lunático mientras levantaba su palma en el aire. "Caminaré por la tierra por la eternidad, conoceré todos los misterios y Jutsus existentes en el mundo, no me detendré hasta que mis manos rocen la perfección. Esa es la razón por la que te destesto, la razón por la que voy a destruirte"

Era definitivo, el tipo estaba completamente chiflado; que le hablara de sus metas como un villano que proclama su nombre al mundo solo lo terminó de confirmar, fue repugnante admirar a una persona tan trastornada y con un nivel de soberbia que no tenía límites.

Fue como ver a un psicópata con la mentalidad de un niño malcriado. Sin embargo, lo siguiente que escuchó lo hizo replantearse muchas cosas.

"¡¿Qué hay de ti?!" El Sanin parecía extrañamente enojado. "¿Cuál es la maldita razón por la que quieres matarme? ¡Porque me resulta una completa y vil burla que mi maravillosa ambición choque contra un motivo tan burdo como lo es luchar por una simple mujer!"

Naruto cerró los puños, su mandíbula se apretó, sus dientes rechinaron. Frunció el ceño de manera peligrosa mientras su expresión se llenaba de pura aversión, ¿Qué estaba insinuando el tipo? ¿Qué sus motivos no eran tan fuertes?

¿Cómo el bastardo se atrevía a cuestionar si sus razones era correctas o no? ¿Qué su odio no fue suficiente? Entrenó día tras noche con el único objetivo de matarlo, se marchó del lado de la persona que más amaba por tres años para volverse más fuerte; perfeccionó, practicó, aprendió, estudió. Todo lo hizo con el fin de encontrar la forma más efectiva para destruirlo.

Todo su esfuerzo, sudor, sangre; respiró para este momento, ¿Y el desgraciado tenía la osadía de decir que su convicción era estúpida?

Hizo que Anko pasara por un infierno, destruyó su vida, esa maldita marca la torturó durante todas las noches, tuvo que verla llorar incontables veces.

¡¿Y tenía el descaro de decir que esas lágrimas no significaron nada?! Su paciencia se acabó, estaba arto de toda esta maldita charla. Iba a dar un paso al frente con el objetivo de reunar el combate una vez más.

Pero por alguna razón, no lo hizo.

"Es posible que nunca hayas amado a nadie en tu vida así que no lo entenderías..."

La ceja de Orochimaru tembló de forma impersectible cuando escuchó eso.

Naruto permitió que su atención se desviara en la dirección de la nubes que flotaban en el cielo. "No es solo una simple mujer, ella me salvó incluso cuando no tenía las fuerzas para salvarse a si misma, me mostró la luz incluso cuando tu maldita oscuridad la atormentaba todos los días"

El Sanin se estremeció cuando esos ojos azules lo observaron con la expresión más acerada que había visto nunca. Fue como si una pared de concreto le cayera encima; un muro inamovible.

Una determinación tan fuerte como el diamante.

"Por esa razón es que voy a devolverle el favor, fulminándote de la existencia"

El rubio ni siquiera comprendía por qué le estaba contando esto al hombre, se sentía estúpido. Debería estar partiéndole la cara, no teniendo una charla de ideales sin ningún sentido; cuando cayera el día iban a terminar matandose de todos modos, así que todo este esfuerzo era una perdida de tiempo.

Aún así, existía algo en su interior que simplemente lo empujó a contestar.

Orochimaru tenía una expresión ininteligible. "Ya veo, entonces todo se resume a que deseas su reconocimiento más que nada" Una imagen vinó a su cabeza, un recuerdo que creyó haber olvidado. "Petetico" Sonrió burlonamente al final.

El rubio estaba a punto de replicar, pero lo interrumpió levantando una mano "Pero sé reconocer una verdadera convicción cuando la veo, así que..." Llevó la manos al estómago al mismo tiempo que abría su boca, provocando que una serpiente saliera de su interior en una escena desagradable.

Dicho animal también abrió sus fauses para revelar una espada que se escondía dentro de ella; atrapó el objeto por el mango, blandiéndolo en una posición de combate.

"Adelanté Naruto, demuéstrame que es más fuerte, tu convicción o mi ambición" Su rostro se tornó enloquecido.

Naruto tomó nota de que esta era la primera vez que el Sanin lo llamaba por su nombre; dejó escapar un bufido burlón mientras permitía que su atención se desviara hacia la espada que portaba, la reconoció en un instante.

Era la Kusanagi, el arma personal de Orochimaru. Poseía la capicidad de cortar casi cualquier cosa, además de eso también poseía otras cualidades interesantes como poder alargarse a tamaños absurdos o ser controlada mentalmente.

Tendría que ser cuidadoso. Puede ser que su Taijutsu era inmensamente superior al de su adversario pero sabía que en una batalla de armas las tornas del combate cambiarían. El Kenjutsu nunca fue lo suyo, así que no se molestó en aprenderlo, a diferencia suya, Orochimaru era un experto en eso.

Eso no significaba que estuviera indefenso, era bueno que Jiraiya se hubiera tomado la molestia de encontrar un arma que se adaptara perfectamente a su estilo de lucha. Sacó un pergamino de almacenamiento que escondía entre los múltiples bolsillos de su chaleco Jōnin.

Desenrolló la cosa a la vez que canalizaba su chakra; una nube de humo más tarde y el contenido del pergamino se reveló como un bastón de bō negro con bordes metálicos el cual atrapó entre sus manos asumiendo una pose de batalla.

"Lo que digas, bastardo..." Sonrió de forma confiada, era momento de que empezara la segunda ronda.

Orochimaru no pudo contener la leve risa que escapó de sus labios cuando vizualizó la postura que asumía el chico; reconoció esa pose de batalla a la perfección, le trajó muchos recuerdos de cuando era niño, cuando cierto mono solía enseñarle.

"(Incluso en la tumba sigues persiguiendome, anciano)" Pudo ver el alma de Sarutobi justo detrás del rubio, su querido sensei lo miraba con expresión paternal.

Le dio ganas de vomitar.

Una vena palpitó en su frente, solo Dios sabía lo mucho que disfrutaría descuartizando al chico.

Los dos combatientes se sonrieron de forma depredadora mientras el viento chocaba contra sus rostros haciendo que sus mechones de cabello se ondularan con la brisa. Eran concientes de que el primer acto llegaba a su fin, era el momento de abrir el telón para dar hincapié al acto dos.

Los peones hicieron su trabajo, era hora de que la segunda línea avanzara al campo de batalla en busca del primer jaque. La reina abandonó su fortaleza dando un paso al frente.

Tanto Naruto como Orochimaru se abalanzaron hacia al otro, chocando sus armas en el centro de la playa con una colisión metálica que hizo que las chispas bailaran con un chirrido ensordecedor.

Naruto se vió forzado a girar su cuerpo a un costado cuando su enemigo lanzó una estocada con el fin de empalarlo, luego contraatacó con un golpe horizontal con su bastón que el Sanin logró a bloquear justo a tiempo.

Maniobró el bastón de un lado a otro cuando observó que Orochimaru lo apresuraba con una andanada de tajos que provenían desde todos los ángulos; se mantuvo a la defensiva, bloqueando y esquivando todos los cortes con precisión.

El estilo del hombre con la espada fue brutal, no se parecía en nada al estilo de pelea que había usado anteriormente. Era mucho más agresivo, más punzante; además de que siempre fue al frente, tomando las riendas del combate.

Iba a tener que ser cuidadoso, la Kusanagi no era un arma que podía tomarse en juego, solo bastaba un roce para terminar siendo rebanado.

Levantó el Bō por encima de su cabeza en una posición horizontal para bloquear un espadazo que provino desde arriba, dando inicio a un choque de fuerzas en donde los dos lucharon por mantener la supremacía. Acumuló chakra en sus talones al mismo tiempo que empujaba hacia adelante; no pudo evitar sentirse complacido cuando Orochimaru fue obligado a retroceder.

Estaba a punto de dar inicio al contraataque pero primero tuvo que saltar hacia atrás para evitar la patada lateral que amenazaba con destruirle el estómago. Una vez que creó algo de distancia, se plantó fuerte en el suelo para descargar una avalancha de estocadas con la punta de su bastón.

Los ataques se precipitaron con un velocidad vertiginosa, sin embargo Orochimaru maniobró a través de todos ellos con la gracia de un bailarín. Se acercó al rubio con paso lento pero asegurado; giró a un costado, luego a otro, se agachó debajo de una escotada, luego otra, hasta que finalmente alcanzó a romper la guardia de su oponente.

Naruto abrió mucho los ojos cuando el Sanin reapareció dentro de su guardia en un borrón de velocidad dibujando un corte en diagonal que provenía de abajo hacia arriba en forma ascendente. Echó la cabeza hacia atrás evitando el ataque por centímetros; aún así, se demostró que un segundo más tarde hubiera sido fatal cuando algunos de sus mechones rubios fueron cortados.

Nuevamente fue orillado a retroceder cuando Orochimaru lo abrumó con una carga demoledora de espadazos, todos ellos con el único propósito de cortarlo por la mitad. Esto estaba comenzando a cabrearlo, así que se dispuso a buscar una abertura que pudiera utilizar para obtener algo de ventaja.

No tardó mucho en encontrar dicha abertura cuando observó que Orochimaru lo atacaba con un tajo horizontal; se agachó debajo del golpe y barrió las piernas del hombre, provocando que cayera de espaldas en el suelo.

Una vez que se libró de la presión causada por la espada, saltó lejos de su enemigo para crear algo de distancia al mismo tiempo que realizaba sellos manuales.

"Elemento fuego: Jutsu flamas del fénix" Orochimaru se puso de pie con una voltereta para contemplar que su oponente escupía una cantidad considerable de bolas de fuego en su dirección.

Se arrojó hacia un costado para evitar los proyectiles infernales, los cuales lo pasaron de largo destrozando los árboles del bosque que tenía detrás.

Sin embargó, no tuvo tiempo de reincorporarse cuando Naruto lo sorprendió reapareciendo frente a su posición maniobrando un bastón de bō que prometía muchísimo dolor.

El arma descendió sobre su cabeza con un golpe de hacha, en donde fue solo gracias a su cuerpo similar al de una serpiente que logró doblarse en un ángulo imposible, eludiendo el ataque y luego contrarrestando con una patada de burro que se conectó contra la mandíbula del rubio.

Durante todo el proceso, el Bō terminó estrellándose contra el suelo creando un pequeño cráter. Naruto retrocedió varios pasos mientras fruncia el ceño con irritación, sintió el sabor metálico de la sangre revólverse en su boca, ese maldito golpe hizo que se mordiera la lengua.

Lastimosamente, sus quejas fueron interrumpidas cuando se percató que Orochimaru realizaba sellos manuales al mismo tiempo que pateaba el suelo. "Elemento tierra: Bala perforante"

La tierra se desquebrajo cuando una esfera de roca de un metro de diámetro salió disparada del suelo con el propósito de aplastarlo. Hizo que el bö girará en sus manos mientras canalizaba chakra a través del objetó para reforzar su estructura; su mente ya analizaba una forma de contrarrestar la amenaza.

Saltó en el aire dando un giro de trescientos sesenta grados para tomar impulso, luego movió su bastón en un golpe diagonal que se estrelló contra la esfera de roca destrozándola en miles de pedazos en una muestra de pura fuerza bruta.

Esa acción provocó que una pequeña nube de polvo lo cegara brevemente, por esa misma razón es que Naruto casi no lo ve venir cuando la punta de una espada casi le atraviesa la cabeza.

Echó el cuello hacia un lado evitando la estocada por breves centímetros; se dio la vuelta para ver que la Kusanagi volaba por el aire pasándolo de largo. Al parecer el Sanin le había arrojado el objeto como si fuera un kunai.

Pero el ataque no se detuvo allí ya que Orochimaru manipuló la espada con sus habilidades telequineticas, haciendo que el arma regresara en su dirección y lo comprometiera en una batalla.

Naruto giró su bastón para bloquear los tajos asesinos mientras reflexionaba para si mismo que esto fue verdaderamente extraño. Entablar una lucha con una espada voladora fue una de las cosas más raras que le pasaron en la vida, sabía que el Sanin estaba manipulando la cosa mentalmente pero eso no lo hacía menos desconcertante.

Tuvo que abandonar esa línea de pensamiento cuando Orochimaru tomó la decisión de unirse en el combate, dando inicio a una especie de duelo de dos contra uno en donde su enemigo realizó movientos combinados junto a la espada con el propósito de hostigarlo.

Se demostró que ese plan estaba haciendo efecto cuando Naruto comenzó a ser abrumado por el hecho de tener que lidear con dos rivales a la vez, provocando que su guardia sufriera con más aberturas.

Maldijo internamente cuando un puñetazo se conectó limpiamente contra su quijada, causando que su cuello emitiera un chasquido doloroso. Plantó su bastón en el suelo de forma vertical para bloquear un espadazo de izquierda, luego utilizó su mano libre para atrapar un puñetazo por parte de Orochimaru, pero lastimosamente no fue capaz de esquivar el tercer golpe de seguimiento.

Una potente patada frontal se estrelló contra su nariz con un crujido enfermizo, forzandolo a dar varios pasos atrás con sus sentidos totalmente desorientados; esa brecha de tiempo fue suficiente para que el Sanin acortara la distancia enviando una seguidilla de golpes que se hundieron contra su estómago.

Se retorció cuando sintió que su entrañas ardían en protesta; trató de atrapar la cabeza del hombre golpeando con su bō pero se le hizo imposible ya que la espada se abalanzó sobre él nuevamente, haciendo que tuviera que saltar hacia un costado si no quería terminar siendo partido por la mitad.

Una vez que creó algo de distancia, se percató de que sus dos enemigos lo apresuraban desde dos direcciones diferentes, Orochimaru corrió para atacarlo por la espalda mientras la espada volaba para tomarlo de frente. Sintió que una bombilla se encendía en su cabeza cuando se le ocurrió una solución temporal para lidear con la Kusanagi.

Esperó a que sus oponentes se acercaran, cuando estuvieron solo a centímetros de tocarlo; hizo su movimiento en una fracción de segundo. Primero, creó un clon sin realizar sellos manuales que apareció en su espalda, dicha copia se encargó de atrapar el golpe del Sanin y mantenerlo inmovilizado en el lugar.

Segundo, giró su cuerpo a un lado, dejando que la estocada pasara de largo y provocando que la espada quedara de costado frente a él. Tercero, canalizó chakra en su bastón, lanzando un poderoso ataque ascendente que se conectó contra el mango de la espada y la envío a volar varios metros por encima del cielo.

Sonrió, eso le daría algo de tiempo. Dio media vuelta para vizualizar que su clon era despachado en una nube de humo después de recibir un rodillazo en el estómago por parte del Sanin; se encogio levemente cuando recibió el recuerdo.

Olvidándose de eso; se movió en un estallido de velocidad cargando un golpe demoler con su bastón que iba destinado a romper las costillas de su enemigo. Sin embargo, Naruto abrió mucho los ojos cuando Orochimaru dobló su espalda hacia atrás en un ángulo totalmente inhumano, dejando que el ataque pasara por encima de él sin causarle ningún daño.

La sorpresa del rubio fue su error ya que el Sanin aprovechó ese momento de vacilación para reincorporarse, acortar la distancia y posicionar las manos sobre el pecho de su oponente. "Elemento rayo: Jutsu de parálisis electromecánica"

Naruto apretó la mandíbula cuando una poderosa descarga de electricidad salió disparada de las manos del hombre, provocando que todos sus nervios aullaran de dolor cuando su cuerpo fue paralizado de pies a cabeza.

Eso no era lo peor; todos sus sentidos gritaron con urgencia cuando la espada que había despachado con anterioridad ahora se encontraba cayendo en picado desde el cielo con el propósito de incrustarse en su cráneo.

Tenía que encontrar una manera de librarse de la técnica de Orochimaru o iba a terminar muriendo de una forma bastante horrible. Su mente trabajó frenéticamente mientras analizaba todas las alternativas que tenía al alcance, se le ocurrió una solución bastante rápido.

La expresión de Orochimaru se volvió perpleja al darse cuenta de que el rubio tomaba aire en sus pulmones para realizar un Jutsu de fuego sin realizar ningún sello manual; eso no debería ser posible, tal control sobre el elemento era algo inaudito. "Elemento fuego Jutsu flamas del fénix"

Fue forzado a utilizar una sustitución para esquivar las esferas de fuego que lo bombardearon a quema ropa. (Abandonando la técnica de rayo en el proceso)

Naruto saltó hacia atrás justo a tiempo para evitar el filo de la espada que se incrustó en el suelo con un estruendo ensordecedor el cual causó un leve cráter en la tierra. Tragó saliva al verlo, un segundo más tarde y eso podría haber sido su cabeza.

Analizó rápidamente la situación. Nada de lo que intentaba estaba haciendo efecto, no podía seguir enfrentándose contra Orochimaru en un duelo directo mientras aún tuviera esa espada; tenía que idear una estrategia para separar al hombre de la Kusanagi, la pregunta era, ¿Pero cómo?

Pensaría en eso progresivamente, lo primero en su orden de prioridades era volver a equilibrar la balanza a su favor, ya tenía un plan para hacer eso.

Orochimaru corrió en la dirección del rubio al mismo tiempo que tomaba su espada por el mango para desenterrarla del suelo. Una vez que la distancia entre los dos se redujo, lanzó una estocada hacia al frente que su adversario esquivó moviendose a un costado.

Al ver que su golpe inicial no había funcionado; movió su brazo en forma de un semicírculo de abajo hacia arriba, tomando impulso para arrojar un tajo horizontal que iba destinado a cortar al rubio por la mitad. Chasqueo la lengua con molestia cuándo Naruto alcanzó a bloquear el ataque con el Bō.

Sin embargo, su desagrado se convirtió rápidamente en sorpresa cuando el chico hizo que el bastón se deslizara por debajo de su axila, penetrando su guardia y provocando que uno de los extremos del arma colicionara contra su barbilla.

La fuerza detrás del bastonazo fue tal, que el cuerpo del Sanin fue obligado a elevarse varios pies en el aire. Naruto aprovechó esto para arremeter con una estocada que chocó contra el estómago del hombre; ese acto causó que Orochimaru saliera disparado hacia el follaje del bosque como una bala humana.

El rubio se permitió una felicitación mental al contemplar que el primer paso de su plan fue ejecutado con éxito; ese último movimiento que realizó con su bastón no estaba destinado a generar algún daño significativo en su adversario, sino empujarlo.

Llegó a la conclusión de que el terreno de la playa era demasiado abierto, no existían muchos rincones donde esconderse ni recursos que pudieran ser explotados, lo que su vez desencadenaba en que ambos no tuvieran otra opción más que enfrentarse en un combate directo.

Esa ventaja jugó a favor de Orochimaru gracias a su habilidad sumamente avanzada en las artes del Kenjutsu, así que decidió que la mejor opción que tenía para recuperar la ventaja era un cambio de terreno.

Si no podía atacar de frente entonces atacaría por sorpresa; el bosque era un espacio estrechó que le brindaría los puntos de cobertura que necesitaba para mantenerse lejos de la peligrosa espada al mismo tiempo que buscaba un punto débil para acertar un golpe mortal.

La idea era simple, iba a hacer que el cerebro de su enemigo se volviera totalmente loco al no poder encontrarlo. Era momento de dar inicio al caos; ese pensamiento lo hizo sonreír.

Saltó a las ramas de los árboles, adentrandose en el bosque mientras susurraba. "Arte ninja: Jutsu de ocultarse en la neblina"

Orochimaru voló a través de la arboleda luciendo realmente fastidiado. Dio un giro en el aire para intentar frenar su retroceso pero lastimosamente no funcionó; diciendo cambiar de estregia, clavó su espada en el tronco de un árbol utilizándolo como un soporte para detener, o al menos reducir la velocidad de su vuelo.

Suspiró cuando la acción funcionó. Volvió a dar una voltereta en el aire pero esta vez su cuerpo si le respondió; cayó en picado con sus pies posicionandose sobre el césped, sus talones se deslizaron algunos centímetros hacia atrás hasta que finalmente se detuvo.

Limpió un poco de suciedad de su hombro mientras dejaba que sus ojos escanearon el nuevo terreno. El bosque era demasiado frondoso, lo único que podía ver eran árboles, todos ellos tenían una contextura gruesa y se elevaron a un altura que bloqueo los rayos del sol.

Como si la visilidad no fuera poca, una densa neblina hizo acto de presencia en el área, haciendo que la atmósfera se volviera pesada. Entrecerró los ojos para intentar divisar algo a menos de diez metros; no consigo nada.

Se puso en guardia inmediatamente, sabía que su oponente estaba planeando algo, eso no significaba nada bueno. Aún así, no pudo evitar sentirse ligeramente intrigado, con una cortina de niebla tan espesa como ésta el rubio, por más experto que sea, tampoco sería capaz de encontrarlo correctamente, ¿En qué rayos estaba pensando?

Allí fue cuando todo el caos comenzó a desatarse.

Se dio la vuelta cuando sintió una presencia en su espalda, pero lo único que alcanzó a ver fue una onda de aire en el tronco de un árbol; eso lo extraño.

Percibió una presencia nuevamente que se acercaba desde su costado izquierdo, blandió su postura hacia esa dirección preparandose para cualquier ataque. Sin embargo, volvió a pasar exactamente lo mismo, una onda de aire a algunos metros de distancia.

La pregunta vinó inmediatamente a su mente, ¿Qué demonios era eso? Volvió a girarse cuando algo entró en su radar, pero esta vez pudo distinguir una figura.

Era el maldito rubio, estaba apoyado en el tronco de un árbol con una postura extraña, similar a un arácnido. Orochimaru estaba apunto de dar inicio a su acometida; sin embargo, fue forzado a detenerse a la vez que abría mucho los ojos cuando la figura del chico simplemente desapareció como si fuera un fantasma, dejando atrás un estela de aire.

El Sanin no entendía en lo más mínimo que era lo que estaba pasando, ¿Cuál era la técnica que utilizó? ¿Acaso era un jutsu de teletransportación? Tragó grueso cuando una idea vinó a su cabeza, un recuerdo de la técnica insignia del cuarto Hokage.

¡No! ¡Eso tenía que ser imposible!

Cerró sus ojos, la vista no funcionó para nada en este terreno, solamente alteraba su comprensión de las cosas, así que optó por fiarse de sus demás sentidos. Dejó que su radar de chakra escaneara toda el área en busca de la presencia de su adversario; cuando lo encontró, finalmente comprendió que era lo que sucedía.

Naruto estaba en todas partes; era lo que sus sentidos le decían, pero sabía muy bien que era lo que verdaderamente significaba eso. El chico estaba saltando a través de los troncos de los árboles a una velocidad tan monstruosa que parecía que se estaba teletransportando.

Ese hecho provocó que su radar se volviera loco al percibir el chakra de su adversario rebotando en diferentes direcciones constantemente.

La ondas de aire que vió anteriormente ahora tenían una explicación, fueron causadas por pura potencia física cuando su oponente se impulsó de un árbol a otro. De repente tuvo sentido que el rubio lo hubiera aplastado totalmente en Taijutsu al inicio del combate, era un súper dotado.

Suspiró de alivio al saber que no era el Jutsu del trueno volador a lo que se enfrentaba. Aún así, cuando se acaba un problema entonces empieza otro.

Por más experiencia y sentidos mejorados que tuviera no sería capaz de predecir de dónde provendría el ataque, si no fuera por ésta asquerosa niebla quizás tendría más posibilidades...

Sintió ganas de abofetearse en la cara, había estado tan sumido en su asombro que se olvidó que tenía algunos Jutsus de viento en su repertorio, ¿Cómo es que no pensó en eso desde un principio?

Eso no importaba, se regañaría más tarde por ser un burro. Estaba apunto de dar inició una secuencia de sellos manuales cuando un kunai voló por el aire, enterrandose frente a sus pies con una etiqueta explosiva quemándose.

Maldijo al mismo tiempo que saltaba para evitar la explosión que casi lo hace volar en pedazos; el potente extruendo de la explosión ensordeció sus oídos, el olor a pólvora nubló su olfato, el sabor a ceniza intoxicó su gusto, la nube de humo negra no le permitió ver nada.

Con la mayoría de sus sentidos bloqueados temporalmente, Orochimaru no fue capaz de detectar el bastón de bō que pasó volando por el aire hasta estrellarse con su frente con un fuerte retumbo que lo hizo dar una voltereta hacia atrás de trescientos sesenta grados.

Rechinó los dientes cuando cayó de bruses en el césped de forma dolorosa, sintío que todo su cerebro daba vueltas cuando una fuerte jaqueca se apoderó de sus cienes.

Ignorando las protestas de su cuerpo que le pedían un muy necesitado descansó; volvió a ponerse de pie con la ayuda de su espada solo para admirar que la tierra (Tanto delante como detrás de él) se desquebrajaba en pedazos cuando cuatro rubios salieron debajo del suelo en una formación cuadrada con el propósito de atacarlo.

Por suerte ninguno de ellos tenía un bastón, eso significaba que debían ser clones. Maniobró su cuerpo ágilmente para esquivar el derechazo que amenaza con partirle la mandíbula para después contraatacar con una estocada que se clavó en la garganta del clon, haciendo que estallara en una nube de humo.

Levantó la mano para atrapar entre sus palmas una patada lateral que apuntaba a su estómago; en una demostración de fuerza bruta, Orochimaru arrojó el clon en la dirección de otro clon, provocando que desaparecieran en una nube de humo cuando sus cuerpos chocaron.

Lastimosamente el Sanin no fue capaz de esquivar el golpe al hígado que recibió por parte del cuarto clon, causando que todo su cuerpo se estremeciera cuando sintió que todo el aire abandonaba sus pulmones.

Como represalia; descargó un brutal tajo que decapitó al rubio pero a diferencia de los demás clones, éste no desapareció en una nube de humo sino que estalló en una fuerte explosión que mando a sus talones a deslizarse varios metros hacia atrás.

"(¡Malditos clones explosivos!)" Rugió de rabia cuando las llamas quemaron su piel.

Estos trucos baratos ya lo estaban sacando de quicio. Conocía muy bien que era lo que su rival pretendía con ello, no quería regalarle ni un solo respiro para que no pudiera dispersar la niebla con algún Jutsu de viento.

No solo eso, también buscaba alterar todos sus sentidos con ataques constantes de todo tipo, todos ellos destinados a desorientarlo. Su vista, olfato, oído, tacto, gustó y su sexto sentido; el que le permitía percibir el chakra de las personas, también fue neutralizado ya que el Naruto verdadero aún se encontraba saltando de árbol en árbol, haciéndole imposible la tarea de localizarlo.

Los pensamientos de Orochimaru se vieron interrumpidos cuando fue bombardeado por una andanada casi infinita de shurikens que vinieron desde todas las direcciones. Arriba, atrás, adelante, los costados.

Sus manos se apretaron fuertemente alrededor del mango de su espada con el objetivo de desviar todos los proyectiles, pero se detuvo abruptamente cuando todas las armas cayeron sobre el suelo o se incrustaron en los troncos de los árboles pasándolo totalmente de largo.

Levantó una ceja con desconcierto, ¿Eso qué fue? ¿Por qué el ataque falló? No creía que su rival tuviera tan mala puntería. Su expresión se volvió horrorizada cuando la respuesta le cayó encima como un balde de agua fría.

Todos los shurikens estallaron en una nube de humo que inundó el bosque, revelando que los objetos en realidad eran un montón de clones camuflados gracias al Jutsu de transformación.

Un ejército de rubios se cernió a su alrededor luciendo sonrisas depredadoras que prometían mucho dolor. De todas las cosas que espeba enfrentar, un ejército de un solo hombre no era una posibilidad que hubiera pasado por su cabeza.

"(Tiene que ser una broma)" Todos los clones se abalanzaron sobre él con un grito de guerra. Orochimaru se tronó el cuello, buscó el lado positivo de las cosas, esto le serviría para desempolvar algunos pasos de Kenjutsu.

Mientras aún se mantenía trasladándose de árbol en árbol. Naruto sonrió cuando todas las piezas comenzaron a encajar en su rompecabezas

Recibió el recuerdo de sus clones siendo masacrados brutalmente; el propósito era exactamente ese, solo fueron carne de cañón, señuelos utilizados para terminar de desorientar a su enemigo

Sabía que el cerebro del Sanin estaba trabajando horas extras para mantenerse al día con tantos ataques; eso era bueno, la sobrecarga de información lo volvería torpe y descuidado.

Una vez que sintió que la totalidad de su ejército era diezmado, se movió para lanzar la última etapa de su plan. Creó un clon de sombra, dándole la orden de esconderse bajo tierra mientras él se encargaría de atacar de frente.

Orochimaru terminó de eliminar al último de los clones solo para observar por el rabillo del ojo que el Naruto real se avalanbaza sobre su cabeza con una velocidad tan cegadora que se le hizo imposible reaccionar.

El chico aterrizó frente a él estrellando un fuerte bastonazo horizontal que impactó contra su frente, provocando que su todo su cuerpo se tambaleara como si estuviera ebrio

Cuando finalmente recuperó los sentidos, echó su espada hacia atrás tomando impulso para ejecutar un ataque decapitador. Sin embargo, esa acción fue interrumpida cuando de manera sorpresiva; el suelo a su costado se destruyó en muchos fragmentos de roca cuando otro Naruto que se escondía bajo tierra saltó sobre su brazo, inmovilizándolo y imposibilitándole el uso de su espada.

Se movió con la intención de lanzar un puñetazo al clon para hacerlo desaparecer, pero tuvo que detenerse cuando el Naruto real lo apresuró con su bastón girando violentamente. Orochimaru echo la cabeza a un lado, evitando la estocada del bō, luego contrarrestó con una patada lateral que iba destinada a crear algo de distancia con su oponente.

Se demostró que ese movimiento no fue el más idóneo cuando el rubio se agachó debajo de la patada y comenzó a enrollar cable ninja alrededor de su pierna. El Sanin abrió mucho los ojos al verlo; una porción del cable estaba enterrada bajo tierra, por esa misma razón es que, cuando el chico tiró del cable, su pierna quedó completamente inmovilizada sobre el suelo.

Un solo pensamiento inundaba la mente de Naruto en ese momento. ¡Ya casi lo tenía! Su enemigo estaba inmovilizado, la espada neutralizada para que no pudiera ayudarlo, solo un paso más y podría conseguir un golpe certero.

Aún así, sabía que esto no era suficiente. Su enemigo estaba sorprendido eso era cierto, pero era de Orochimaru de quien estaban hablando, el tipo era la serpiente más escurridiza que había conocido nunca. Si se apresuraba a atacar antes de tiempo corría el riesgo de que el desgraciado encontrara una forma de escapar.

No era suficiente, necesitaba algo más, algo que descolocara totalmente a su rival, algo que jamás viera venir

Por esa misma razón es que, cuando un kunai apareció en la mano de Orochimaru con el objetivo de apuñalarlo, no lo esquivó. Movió su cuerpo para dejar que su hombro se llevara la peor parte; tuvo que contener el gritó de dolor que deseaba escapar de su garganta una vez que el objeto se incrustó en su carne, atravesando sus músculos y salpicando sangre.

La primera parte del plan estaba lista, seguía la segunda fase. Canalizó el chakra en su sistema para utilizar el Jutsu de transformación sin sellos manuales; adquirió la apariencia de un pequeña roca al mismo tiempo que se aseguraba de dejar una pequeña nube de humo atrás con el propósito de ocultar su presencia, y para que Orochimaru creyera que era un clon en lugar del original.

Cuando el Sanin abrió los ojos en estado de shock, supo que el imbécil había caído redondito. Ahora seguía la fase tres.

Observó que su enemigo se daba la vuelta para apuñalar al otro rubio con el pensamiento erróneo de que ese era el verdadero, dejando su guardia totalmente abierta en el proceso.

Todas las alarmas se encendieron en la mente de Orochimaru cuando el Naruto que sostenía su espada desapareció en una nube de humo después de que lo apuñalara en la cabeza.

Cuando escuchó el sonido distintivo de una transformación efectuandose detrás de su espalda, supo inmediatamente que había cometido un grave error. Se dio la vuelta en un intento de detener el ataque de su oponente solo para darse cuenta de que ya era demasiado tarde.

"Bōjutsu: Lanza Wukong" Naruto canalizó chakra en uno de los extremos del bastón para después arrojar una abismal estocada que atravesó el pecho de Orochimaru de un lado a otro, destruyendo su corazón.

Sonrió cuando el Sanin comenzó a toser sangre de manera descontrolada; esa era una vida menos, sabía que al hombre ya no le quedaban muchas, era solo cuestión de tiempo para que comenzara derrumbarse.

Tenía esto en el bolsillo, podía ganar.

Lastimosamente, existía una abolladura en su elaborado plan que nunca tuvo en cuenta.

Por lo general, cuando un shinobi consigue un golpe mortal sobre su enemigo, su guardia cae por una milésima de segundo cuando creen que el encuentro ya está decidido. Era un principio que llegabas a aprender cuando te convertías en un ninja curtido por años de combate, Orochimaru conocía este principio bastante bien.

Sabiendo que la guardia del chico había caído momentáneamente gracias al golpe que consiguió, Orochimaru se movilizó lo más rápido que pudo. Solo tenía una oportunidad.

Abrió la boca para utilizar su técnica de la reencarnación, una vez que su cabeza salió de su cuerpo anterior; utilizó su lengua para atrapar su espada y abalanzarse hacia su enemigo con un ataque a quema ropa.

Naruto abrió los ojos en estado de shock. No había tenido en cuenta que Orochimaru tenía la capacidad de cambiar de cuerpo tan rápido, esa fue su equivocacion.

Trató de alejarse, pero fue inútil, el ataque fue demasiado rápido y se encontraban demasiado cerca como para evitarlo.

La espada terminó perforando su estómago hasta sobresalir por su espalda.

Ahora era el turno de Orochimaru de sonreír enloquecidamente cuando el rubio comenzó a toser una gran cantidad de sangre. Utilizó sus manos para salir de la boca de su anterior cuerpo, terminando el proceso de mudar de piel.

La alegria le duró muy poco al hombre cuando de manera inesperada, Naruto atrapó su lengua (la cuál aún sostenía la espada) para tirar de él hacia adelante y atrapando su cuello en un abrazo demoledor.

Trató de escapar, pero el agarre de hierro fue inamovible. Detuvo sus frustrados intentos de escape cuando las siguientes palabras que escuchó lo dejaron completamente paralizado de miedo.

"Arte ninja secreto: Monje de fuego, máxima potencia" Orochimaru no tuvo tiempo para lucir aterrado cuando todo el bosque fue sacudido por un pilar de llamas azules que se elevó hasta las nubes con un brillo cegador.

El ataque produjo una onda espansiva de fuego que se encargó de destruir todo lo que se encontraba a su paso como un tsunami infernal.

Los gritos de agonía del Sanin al ser quemado vivo fueron eclipsados cuando el bombardeo terminó con una explosión inconmensurable que nivelo todo el terreno. Todos los árboles fueron reducidos acenizas causando que el bosque se convirtiera en un páramo desértico teñido de negro.

Naruto dejó caer el cuerpo carbonizado de Orochimaru al suelo mientras daba alguno pasos hacia atrás antes de caer de rodillas, apoyó una mano en el suelo cuando comenzó a toser sangre de nuevo.

Su chaleco Jōnin desapareció por completo, dejándolo solamente con la primera capa de su uniforme, el bastón de bō tampoco se encontraba a la vista.

La espada aún yacía clavada en su vientre así que decidió removerla. Le tomó toda su fuerza de voluntad no desmayarse de dolor cuando sacó el objetó metálico de su torso; por suerte logró mover sus órganos internos antes de recibir el ataque, evitando cualquier daño fatal, si no fuera por eso ya estaría muerto.

Dejó que el chakra curativo cerrada la herida. Se dio cuenta de un dato bastante extraño mientras eso pasaba; a pesar de que se estaba curando, la debilidad en su cuerpo no despareció, sus manos se sentían entumecidas y su vista era ligeramente borrosa, también tenía náuseas.

Una bombilla se encendió en su cabeza, por fin entendió que le pasaba. Era veneno, muy posiblemente su enemigo había envenenado la hoja de la espada, aunque sus heridas se sanaran no serviría de nada ya que ahora estaba intoxicado.

Eso lo convertía en una bomba de tiempo, podría colapsar en cualquier momento. Por primera vez en su vida agradeció el hecho de ser un jinchūriki, la influencia del zorro en su sistema de chakra le otorgó una durabilidad sobrehumana, por esa razón es que el veneno aún no lo mataba.

Pero eso solo era una solución temporal, tenía que darse prisa o de verdad terminaría muriendo aquí.

Viendo que el bulto cercenado que tenía delante abría la boca con el propósito de volver a cambiar de piel. Naruto se apresuró a actuar con rapidez.

Mordió su pulgar mientras estrellaba la mano contra el suelo. "Jutsu de invocación" Una serpiente azul, de diez metros de largo, hizo acto de presencia en una nube de humo.

Levantó la espada a la vez que hablaba con urgencia. "Aoda, necesito que te lleves esto ¡Ahora!" La serpiente no protestó, el animal dio un asentamiento antes de tragarse la Kusanagi de un bocado y desaparecer en una nube de humo.

Sonrió cuando su compañero se marchó, Aoda era algo así como su citación personal, era su aliado más fiel dentro del reino de las serpientes. Respondía solamente a sus órdenes, la espada estaría segura con él.

Su expresión cambió a un ceño fruncido cuando Orochimaru terminó el proceso de reencarnar de cuerpo, el hombre posicionó los pies en medio del páramo devastado mientras le devolvía una mirada llena de odio.

Orochimaru no estaba enojado, estaba totalmente furioso. Nunca en todos sus años de vida había tenido que soportar una muerte tan dolorosa como esa; la sensación de su piel siendo rostizada, sus órganos internos evaporandose, fue horripilante.

Para el colmo, ese maldito mocoso seguía vivo, incluso cuando apuñaló una espada envenenada con las toxinas más potentes por su estómago, ¡El desgraciado seguía vivo!

Nunca antes se enfrentó a un oponente tan terco, nunca antes se enfrentó a alguien que lo llevara hasta este límite, fue asesinado cinco veces en un solo combate, ¡En un solo combate!

Fue indignante. Tampoco podía sentir su espada por ningún lado, trató de invocarla pero tampoco funcionó, eso solo hizo que su ira aumentara.

Su atención se desvío de esa línea de pensamiento para observar al rubio arrodillado algunos metros frente a él, se veía en un estado deplorable, no parecía estar en las condiciones para seguir luchando.

El Sanin halló consuelo en esa idea, fue difícil, pero el combate llegó a su fin. "Mírate..." Habló en un tono soberbio. "Esto es lo que obtienes por intentar compararte a un Sanin. Tardó más de lo esperado, lo admito, pero ya alcanzaste tu límite, mocoso"

Naruto no dijo nada, su respuesta fue agachar la cabeza con un semblante ininteligible. Eso lo intrigó, al parecer el chico por fin se dio por vencido; no tenía problemas con eso, eso haría las cosas más fáciles.

"Ya que diste una buena pelea seré misericordioso y acabaré con esto de una vez"

Sus manos se juntaron para formar el sello del tigre. Lo que estaba haciendo no era un acto de compasión, ¡Para nada! Lo único que deseaba era torturar a su enemigo pero sabía muy bien que eso no era produnte; no contra un oponente tan astuto, tenía que asesinarlo cuanto antes. Cada segundo que pasaba, era un segundo más en donde el rubio podría intentar hacer algo para tomar reprimendas.

Naruto seguía sin dar respuesta. No chisto, no protestó, se quedó quieto, como si sencillamente aceptara su destino; era un comportamiento impropio de él.

Orochimaru se encogió de hombros, no era su problema, canalizó chakra en su estómago con la intención de arrojar una técnica de viento. Aquí se acababa todo, recordaría esto como un amargo día, uno en donde su orgullo fue brutalmente aplastado, la humillación que sufrió no tenía nombre.

Pero al final del día él fue el vencedor, su ambición se impuso, prevalecería y seguiría prevaleciendo. Caminar por la tierra por siempre, ese era su sueño, nadie se lo quitaría; Orochimaru el inmortal, le gustaba como sonaba.

"Elemento viento: bala de..."

...

... Una sensación extraña.

...

... Ardor, sintió mucho ardor.

...

...

... Su cuerpo explotó.

Orochimaru fue incapaz de terminar su técnica ya que fue forzado a caer de rodillas cuando la sangre comenzó a filtrarse de todos los oficios en su rostro; ojos, boca, nariz, orejas, la sustancia carmeci emanó de su cara como una cascada.

Naruto sonrió diabólicamente. "Parece que no soy el único contra las cuerdas"

Todos las alarmas se encendieron en su cabeza; esto no podía estar pasándole, no en este momento, no cuando estaba a punto de ganar, ¡No debía ser posible! ¡No ahora! ¡No ahora! Sintió que su estómago se contorcionaba con arcadas antes de que comenzara a vomitar coágulos de sangre.

La voz del rubio lo trajo de regreso a la realidad. "Tú inmortalidad tiene una debilidad, ¿No es así?"

El chico lo sabía, no solo eso, ¡El desgraciado se estaba poniendo de pie! ¡Eso no era posible! ¡El veneno era suficiente para matar a un elefante en segundos! ¡¿Cómo demonios es que aún podía moverse?! Orochimaru sintió que su pecho se hinchaba con una sensación que no había sentido en años...

Miedo.

"Has muerto un total de cinco veces..." La expresión de Naruto se volvió enloquecida. "No solo eso, también has recibido un sin número de golpes fatales durante todo el encuentro, tu cuerpo ya no es capaz de seguir regenerando todo ese daño y te está rechazando"

Sonrió de forma desquiciada antes de continuar. "Jiraiya me habló de tu diabólico Jutsu, la reencarnación del cadáver vivo en donde transfieres tu conciencia al cuerpo de otra persona. Todos las almas y cuerpos que has robado es lo que te permite reencarnar una tras otra vez sin problemas pero esa técnica tiene un inconveniente, por alguna razón el cuerpo anfitrión te rechaza cada tres años, lo que te obliga a cambiar de cuerpo si no quieres terminar muriendo y me atrevo a apostar que el hecho de ser asesinado solo acorta aún más ese periodo de tiempo, ¡¿No es así?!" Para este punto estaba brillando de alegría.

Orochimaru se limpió la sangre de los ojos al mismo tiempo que su expresión se volvía horrorizada. No tenía sentido seguir ocultandolo, su secreto fue descubierto; el cuerpo actual que portaba ahora estaba a punto de cumplir el plazo de los tres años, haber muerto tantas veces provocó que ese plazo de tiempo que le quedaba se acabara.

No podía seguir peleando en estas condiciones, no habría más reencarnaciones, no tenía más trucos ni ningún Jutsu de regeneración que lo salvara la próxima vez.

El siguiente embate que reciba... Sería el último. Su oponente sabía eso perfectamente.

Sintió que su orgullo se rompía como un cristal cuando una idea surgió en su cabeza, odiaba con cada fibra de su alma lo que estaba apunto de hacer, pero no había otra alternativa. No iba a morir aquí, aún tenía muchos conocimientos por descubrir.

Ya lo hizo con Itachi un vez, podía hacerlo una segunda, ya encontraría la forma de vivir con eso...

Tenía que huir.

"Ni siquiera creas que te dejare escapar..." Naruto habló como si pudiera leer sus pensamientos. "¿En serio crees que cometeré el mismo error de hace tres años? ¡No! ¡Esta vez no irás a ninguna parte! ¡Me aseguré de que mis clones prepararan una contra medida por si intentabas huir!"

Un escalofrío recorrió su espalda cuando escucho esas palabras; observó que el rubio chocaba sus palmas juntas con el objetivo de realizar un Jutsu, la acumulación de chakra en el aire le indicó cuál era la técnica que estaba por utilizar.

Sus ojos se abrieron con terror.

"Fūinjutsu: Formación de las cuatro llamas violetas" El páramo se sacudió cuando una barrera púrpura rodeó todo el escenario de batalla, encerrando tanto al Sanin como al rubio en una prisión cuadrada imprenetrable.

Naruto no pudo evitar reír maniáticamete cuando vió la expresión estupefacta en el rostro de su oponente; era obvio que el hombre reconocería la técnica, era la misma que utilizó para encerrar al tercer Hokage durante la invasión a la hoja.

Fue difícil, pero durante su viaje de entrenamiento logró encontrar una manera de realizar la técnica con cuatro etiquetas de sellado en lugar de cuatro personas. Mientras aún combatía contra Orochimaru en el bosque, se aseguró de enviar algunos clones para que prepararan la barrera en caso de que algo saliera mal.

Ser precavido al final dio sus frutos. Podía olerlo en el aire, el bastardo serpiente apestaba a miedo, ver el terror en sus ojos lo llenó de satisfacción; ya no tenía escapatoria, iba a destruirlo, su venganza estaba más cerca que nunca.

Su pecho se hinchó de alegría, fue incapaz de contener las carcajadas que escaparon de su boca. "¡¿Te gusta mi regalo Orochimaru?! ¡Creí que sería bastante poético matarte con la misma técnica con la que mataste al anciano! ¡¿No te da alegría Orochimaru?! ¡Podrás morir de la misma manera que tu sensei!"

El mencionado apretó la mandíbula con tanto fuerza que podía jurar que sus dientes se rompieron. Una vez que su sorpresa inicial se redujo, su rostro fue inundado por una rabia salvaje, casi como un animal rabioso.

Un único pensamiento se repetía en su mente. No iba a morir aquí, no importaba lo que tuviera que sacrificar.

¡Caminaría por la tierra hasta el fin de los siglos y el armagedón! ¡Alcanzaría la perfección y el conocimiento eterno! ¡Un maldito mocoso no iba a cegar su ambición! ¡Su destino!

"¡¿Con quién crees que estás tratando, maldito?! ¡Soy un Sanin!"

Jamás sería vencido, no existía ni un solo ser sobre la faz de la tierra que pudiera subyugar su codicia; no se arrodilló ante nadie, no obedeció a nadie, él era su propio rey, un dios. Venció a la enfermedad, venció a la muerte, no iba a perder contra una cuchara insignificante.

Él era...

"¡Soy la serpiente blanca! ¡Orochimaru el inmortal!"

Naruto fue obligado a saltar varios metros hacia atrás cuando un montón de pretuberancias comenzaron a crecer en el cuerpo del hombre, envolviéndolo hasta hacerlo desaparecer de la vista. Los montículos de carne blanca crecieron hasta alcanzar tamaños inimaginables, se moldearon y trasmutaron hasta tomar la forma de una serpiente de ocho cabezas.

La bestia tenía una apariencia siniestra, ocho colas se ondularon en su espalda, su piel blanca estaba cubierta de escamas simulando el aspecto de un dragón, su estatura eclipsó los rayos del sol mientras sus colmillos siseaban de forma amenazante.

El rubio observó la monstruosa figura con una ceja tambaleante. "(Tiene que ser una broma)"

Debió suponer que no sería tan fácil, era obvio que Orochimaru se aferraría a la vida hasta el último segundo. Pero ni en sus más profundos sueños imaginó que el hombre tenía un Jutsu como éste guardado bajo la manga.

No era estúpido, no podía enfrentarse a esa cosa solo, quizás si estuviera en plena forma podría hacerlo, pero su reservas de chakra estaban desgastadas después de estar combatiendo por tanto tiempo; el veneno también se abría paso por su sistema, carcomiéndolo lentamente. Era una bomba de tiempo humana, por esa razón es que debía aprovechar hasta la última mota de energía que le quedara.

Lanzar Jutsu destructivo tras Jutsu destructivo sería estúpido, no ganaría en una batalla de larga duración, necesitaba acabar esto con un solo movimiento. Su siguiente ataque tenía que ser el último y para hacer eso necesitaba ayuda.

Utilizaría el Jutsu de invocación, la serpiente de ocho cabezas que tenía delante tecnicamente no estaba inscrita en el contrato de invocación, así que los jefes serpiente no deberían tener problema en ayudarlo.

Aún así, existía la posibilidad de que no lo hicieran ya que se estarían enfrentando contra Orochimaru, iba en contra de las reglas intervenir en un combate de dos invocadores. Tenía que ser cuidadoso, si invocaba al jefe equivocado entonces todo estaría perdido.

Necesitaba a una serpiente muy grande y que poseyera las habilidades suficientes para aguantar en un combate contra ese monstruo de ocho cabezas, eso hacía que la lista se redujera aún más. ¿Quién cumplía con esos requisitos? Una bestia realmente fuerte, con un espíritu indomable para desobedecer las reglas, que odie tanto a Orochimaru como para atreverse a ayudarlo incluso con las consecuencias que eso acarreaba.

Tragó un nudo en su garganta cuando un nombre vinó a su cabeza, se iba a arrepentir de esto pero no quedaba de otra; solo esperaba que la serpiente no se lo tragara vivo antes de que pudiera explicarse. Sé mordió el pulgar, extrayendo sangre y chocando su mano contra el suelo. "Jutsu de invocación"

El campo de batalla fue inundado por una gigantesca nube de humo cuando una colosal serpiente de color morado con rayas negras en su espalda hizo acto de presencia. Su estatura no igualaba en tamaño a su contraparte de ocho cabezas, pues era algunos metros más pequeña que la otra, pero eso no la hacía menos imponente.

En la parte posterior de su cabeza portaba cuatro cuernos, dos grandes y otros dos pequeños con puntas redondas, sus ojos eran verdes con un pequeño iris negro.

El animal contempló su entorno con una mirada confusa; dicha confusión se transformó rápidamente en respulsion cuando observó el insignificante rubio que se paraba sobre su cabeza.

¡¿Cómo se atrevía ese miserable humano a pararse sobre la cabeza del gran Manda?! ¡El rey serpiente! Lo peor de todo es que esta no era la primera vez que pasaba esto, ¡Era la segunda!

"¡Tú! ¡Desagradable saco de carne!" Naruto rio nerviosamente cuando la serpiente lo miro con todo el odio que pudo reunir. "H-Hola de nuevo" Saludo torpemente.

"¡Maldito insecto insignificante! ¡Tienes agallas para volver invocarme, maldita escoria! ¡Dame una sola razón para no devorarte ahora mismo!" Su columna vertebral tembló con un escalofrío cuando Manda abrió sus fauses para dejar más en claro su punto. Bueno, almenos la bestia tuvo la cortesía de preguntar antes de comerlo, eso era algo bueno.

Sabía que era necesario escoger sus siguientes palabras con cuidado. Invocó a Manda solo una vez en el pasado, eso sucedió durante la invasión de Konoha en donde tuvo que enfrentarse a Gaara en su forma bijū. En aquel entonces realizó la invocación más por desesperación que por otra cosa y la serpiente no se lo había comido solo porque el Shukaku tuvo la brillante idea de insultarlo gritándole, 'Asqueroso reptil rastrero'

No hace falta decir que Manda no se tomó muy bien la ofensa, solo por esa razón es que decidió ayudarlo esa vez. Pero ahora era distinto, tenía que convencer a la bestia para que se enfrentara nada más ni nada menos que a su invocador personal; era un dicha que el animal no simpatizara mucho con Orochimaru desde hace muchos años.

"Verás la explicación corta es esta, ¿Ves esa cosa de allá?" Manda dió un asentimiento en respuesta. "Bueno, ese es Orochimaru y necesito tu ayuda para matarlo" Fue directo al grano, sin rodeos, no quería jugar con la paciencia de la invocación.

Manda parecía perplejo ante la idea. "¿Acaso perdiste la cabeza? ¿Qué te hace creer que voy a ayudarte a matar a mi invocador?" Naruto rodó los ojos con exasperación.

"¡Ay vamos! Los dos sabemos que odias al tipo tanto como yo. Tú lo detestas, yo lo detesto, así que lo matamos, enterramos el cuerpo y guardamos el secreto; todos ganan"

Sorprendentemente, la serpiente en realidad se lo estaba reeplanteando; sin embargo, tras pensarlo por algunos segundos, comenzó a negar con la cabeza. "No, eso solo me meterá en problemas con Hakuja" Parecía hablar más consigo mismo que con nadie más "Además de eso..."

Manda fue incapaz de terminar su oración cuando se vió forzado a deslizarse a un costado para evitar la bola de fuego colosal que fue arrojada por una de las bocas de la serpiente de ocho colas.

El proyectil siguió de largo hasta estrellar contra el suelo del páramo en una gran explosión que causó un terremoto en miniatura. El ataque no se detuvo allí, al parecer la serpiente blanca se había hartado de la espera ya que dio inicio a un bombardeo de bolas de fuego con el objetivo de destruir al primer enemigo que encontró en su campo de visión.

Los ojos de Manda ardieron en sangre en un grito de intenciones asesinas cuando observó a la escoria que tenía la osadía de atacarlo. Su cuerpo se arrastró por todo el terreno girando en círculos para evitar los proyectiles en llamas que querían comprometerlo.

"¿Ves a lo qué me refiero?" Escuchó la voz del rubio gritar desde su cabeza. "Técnicamente no es una ofensa al contrato serpiente si Orochimaru te atacó primero, dile a ese anciano que fue en defensa propia"

Lejos de parecer convencido, el animal frunció el ceño con el doble de disgusto. "¡¿Acaso pretendes darme órdenes?!"

Naruto se rascó el cabello de forma furiosa, lidear con la invocación estaba resultando en una verdadera molestia, nunca antes conoció a alguien tan terco como él. "¡Vamos Manda! ¡Te daré cien sacrificios a cambio!"

Eso en realidad hizo que los ojos de la serpiente brillaran. "Que sean quinientos"

Abrió mucho los ojos al escuchar eso, ¿De dónde demonios iba a sacarse quinientos sacrificios? "¡¿Que?!"

Manda negó con la cabeza mientras se agachaba para evitar las bolas de fuego que casi lo rostizan vivo. "Tómalo o déjalo"

Chasqueó la lengua con molestia, era como vender su alma al diablo, pero al parecer no tenía más alternativas. "Bien" aceptó a regañadientes.

El efecto fue inmediato, la bestia siseó de forma complacida antes de lanzarse hacia al frente navegando a través de los proyectiles sin ningún tipo de problema mientras se deslizaba a una velocidad tan cegadora que dejó a Naruto en shock.

Desapareció en un borrón de velocidad solo para reaparecer segundos después frente a su enemigo lanzando un golpe con su cola que se estrelló contra la cabeza de la serpiente que escupía fuego, provocando que el monstruo de ocho colas retrocediera hacia atrás con un estruendo que sacudió la tierra.

La serpiente blanca detuvo su asalto para sisear con rabia en la dirección de su contraparte, todos sus colmillos expuestos de manera amenazante.

Manda devolvió el desafío siseando con el doble de fuerza mientras su cuerpo se elevaba en toda su altura, siendo oscurecido por los rayos del sol. "Agarrate bien, mocoso" Naruto sonrió levemente mientras flexionada las piernas sobre la cabeza de la serpiente y chocaba sus palmas juntas.

"Voy a enseñarle a ese desperdició de Orochimaru que solo existe un trono en el reino serpiente" La expresión de Manda se volvió sanguinaria. "Y es mío"

Las dos bestias titánicas fueron iluminadas bajo una luz carmesí cuando el ocaso anunció su llegada en el cielo simbolizando el principio del fin, las cortinas del telón estaban por cerrarse.

La mayoría de las piezas en el tablero fueron abatidas, la reina fue tomada, la carrera por la coronación daba inició; al caer el día solo un rey quedaría en pie. Las puertas del acto final se abrieron.

La serpiente blanca fue el primero en moverse. Las cabezas tres, cinco y seis inflaron sus vientres con el objetivo de descargar un Jutsu a gran escala; la tercera cabeza arrojó un chorro de agua de sus fauses, la sexta cabeza escupió un torrente de aceite y la quinta terminó de complementar el ataque cuando exhaló una descarga de electricidad que se combinó con las dos sustancias líquidas.

Un tsunami de dimensiones abismales chocó contra Manda en una explosión eléctrica que transformó todo el paisaje, brindándole un pequeño lago en donde el jefe serpiente terminó ahogándose.

Las ocho cabezas observaron el lago con ojos entrecerrados en sospecha; el agua y el aceite comenzó a ser absorbidos por el suelo, revelando la figura de una cascarón vacío que yacía tendido en la tierra.

Una muda de piel.

La serpiente blanca se dio la vuelta justo a tiempo para observar qué Manda se había movido sigilosamente tras su espalda sin que se diera cuenta.

"Elemento viento: Navaja divina" El jefe serpiente lanzo un latigazo con su cola al aire, ese hecho causó que se creara una corriente de viento horizontal con forma arqueada que se precipitó hacia adelante decapitando a la tercera cabeza con un tajo limpió.

Manda siseó complacido cuando su enemigo se retorció de dolor ante la perdida de una de sus cabezas; eso le enseñaría al animal tonto a no volverse a meter contra el gran rey de las serpientes. Su alegría rápidamente se convirtió en duda cuando escuchó que Naruto preparaba un Jutsu encima de su cabeza.

El rubio estiró su mano izquierda al frente mientras su otra mano se posaba delante de su rostro en un medio signo de carnero. "Elemento fuego: positivo" Tras su llamado, un orbe giratoria con llamas anaranjadas (El cual contaba con el tamaño de una pelota de tenis) hizo acto de presencia en su palma izquierda.

"Arte ninja secreto: Negativo" Un segundo orbe de llamas azules apareció junto a su contraparte anaranjada. Contemplando que el primer paso de su técnica estaba listo, comenzó a hacer que las dos esferas giraran alrededor de si a una velocidad vertiginosa mientras daban inicio al proceso de fusionarse.

"¿Qué demonios estás haciendo?" La invocación hizo la pregunta del millón, Naruto sonrió en respuesta.

"Voy a arrojarle un azúl al bastardo" En eso consistía su plan, utilizaría su ataque definitivo para acabar con Orochimaru de una vez por todas. Sin embargo, el Jutsu era muy complejo, requería mucha concentración y tiempo para prepararlo o la cosa terminaría explotandole en la cara; obviamente no quería eso.

Observó que los dos orbes comenzaban a rechazarse entre si, trataron de alejarse como dos polos opuestos, se negaron a obedecer su orden; eso era normal, la idea principal de la técnica era esa, hacer que el Jutsu se volviera inestable hasta que desencadenara en una explosión masiva.

"Necesito que me consigas algo de tiempo mientras preparo la técnica"

Manda no entendía nada de lo que su invocador balbuceaba, tampoco tuvo tiempo de preguntar cuando se percató que su oponente se recuperaba del ataque anterior con una expresión furiosa.

Sus pupilas se dilataron en señal de emergencia cuando vió que las siete cabezas restantes hinchaban el vientre todas al mismo tiempo; se dejaron de rodeos, ahora irían con todo. Se preparó para lo que sea que el monstruo pretendía arrojarle.

Allí fue cuando todo el caos se desató.

Manda se zambullo hacia un costado, reptando a través de todo el terreno para evitar la ola de ataques que lo apresuraron desde todas las direcciones. Fue atacado por toda clase de Jutsus; balas de viento, balas de tierra, balas de aceite, torrentes de fuego, corrientes eléctricas, bombas de gas y veneno.

¡Fue una maldita locura! La única razón por la que aún seguía vivo fue gracias a sus grandes capacidades en el departamento de velocidad. Podía decir con orgullo que no existía ningúna otra invocación sobre la tierra que fuera tan rápido como él, era su mayor arma.

Se deslizó por el suelo evitando el sin número de ataques que deformaban cada vez más el páramo, convirtiéndolo más en una especie de cráter apocalíptico en lugar de un páramo en si.

El cielo fue sacudido por los relámpagos, las cenizas revolotearon en el aire, la tierra se tambaleó con innumerables terremotos, el área fue iluminada por torrenciales ríos de fuego.

Si, la palabra apocalipsis le queda muy bien a la escena.

Manda analizó las cabezas de su rival mientras aún continuaba su huida por los alrededores, descubrió que elemento dominada cada serpiente. La primera controlaba el fuego, la segunda viento, la cuarta tierra, quinta rayo, sexta aceite, séptima gas, octava veneno y la tercera (la que había decapitado anteriormente) controlaba el agua.

Con eso en mente, hizo un balance de cuáles eran los Jutsus más peligrosos llegando a la conclusión de que esos eran los que debía eliminar si quería ganar la contienda. No iba a seguir escapando por siempre, era hora de contraatacar.

"Elemento viento: cortina imperial de polvo" Lanzó una potente corriente de viento desde sus fauses en la dirección del suelo, provocando que toda el área fuera cubierta por una nube de polvo monstruosa y desapareciendo de la vista de su enemigo.

Se deslizó sigilosamente mientras utilizaba su visión infrarroja mejora con chakra para detectar la posición de su oponente; su movimiento muy posiblemente terminó desconcertando a la serpiente blanca ya que el bombardeo se detuvo de forma temporal.

Otra cosa que notó era que el gigante de siete cabezas no tenía la misma capacidad de rastreo que él ya que no fue capaz de encontrarlo. Todo jugaba a su favor, momento para actuar.

La serpiente blanca analizó los alrededores con miradas analíticas en espera de su oponente, se demostró que no tendría que esperar demasiado cuando detectó que tres ataques se acercaban desde tres lugares distintos. "Elemento viento: Balas de aire"

Observó que tres proyectiles de aire presurizado se acercaban por el frente y los costados; la cuarta cabeza se movió para contrarrestar, escupió tres esferas de roca gigantescas con el objetivo de defenderse.

Los ataques colisionaron entre sí generando una detonación que envío múltiples fragmentos de roca volando por el aire al mismo tiempo que el viento se encargaba de dispersar el polvo del lugar, provocando que la visibilidad regresara.

El monstruo se desconcertó cuando no vió a la otra serpiente por ningún lado. Movió sus cabezas a un lado, luego a otro, después echó un vistazo al cielo.

No encontró nada. Todas sus escamas se tensaron cuando recordó que se olvidó de mirar abajo.

El terreno se deformó violentamente cuando Manda viajó bajo tierra con rapidez. Una vez que detectó que estaba justo en frente de su enemigo, salió debajo del suelo con un terremoto devastador; sus fauses se abrieron mientras su cuerpo se enroscaba alrededor de la serpiente de veneno.

Sus colmillos se clavaron en la cabeza del animal, matándolo instantáneamente. Uno menos.

Antes de que el abominable engendro blanco pudiera tomar represalias contra él; maniobró su cuerpo para arrojarse hacia un costado, liberando a la otra serpiente y alejándose del peligro.

Manda estaba apunto de felicitarse a si mismo por el logro conseguido pero esa acción se vió interrumpida cuando el titán de ahora seis cabezas, se abalanzo sobre él en un ataque de ira por su cabeza perdida.

El jefe serpiente fue embestido por una andanada de ataques simultáneos en donde logró mantenerse al día gracias a dos factores. Uno, su velocidad superior que le permitió reaccionar antes que su enemigo. Dos, la mente del monstruo estaba cegada por la rabia, provocando que sus movientos se volvieran toscos y torpes; las seis cabezas en lugar de coordinarse entre ellas terminaron estorbándose en el camino de la otra.

Manda esquivó a un lado evitando por poco la mordida que casi lo toma por el cuello, luego manipuló su cuerpo, doblandose en un ángulo irregular hacia abajo para evitar la bala de aceite que fue disparada a quema ropa. Las cabezas siete y cuatro intentaron atacarlo desde dos direcciones diferentes al mismo tiempo, pero su su carga fue tan apresurada que las dos cabezas terminaron chocando entre sí torpemente.

A pesar de su ventaja momentánea, el jefe serpiente era conciente de que no podría mantener este ritmo para siempre; su oponente era físicamente muy superior a él, era más grande, también tenía más cabezas, solo era cuestión de tiempo para que el tonto animal entendiera eso. Así que su mente de víbora comenzó a girar violentamente mientras planificaba una estrategia.

Se le ocurrió una idea.

Se demostró que sus reflexiones anteriores estaban en lo cierto cuando la serpiente blanca comenzó a ganar terreno poco a poco a medida que las seis cabezas se organizaban para atacar juntas. El monstruo se movió en un borrón de velocidad, dando inicio a un ataque coordinado imposible de prever.

Las cabezas siete y seis atacaron por abajo, mordiendo la cola de Manda para inmovilizarlo en el suelo, las cabezas dos y cuatro se enrroscaron alrededor del cuerpo de su enemigo asfixiandolo en un agarre de hierro, las últimas dos cabezas realizaron el movimiento final enterrando sus colmillos en la cabeza de la serpiente morada.

El titán no tuvo tiempo de celebrar su victoria ya que el cuerpo que sostenía en sus fauses comenzó a desintegrarse como si fuera papel quemado, demostrando que solo era una muda de piel. Al igual que al inicio del combate, Manda se deslizó de forma sigilosa detrás de su enemigo cuando éste bajo la guardia; preparó su Jutsu característico con el fin de cortar otra cabeza.

"Elemento viento: Navaja divina" El tajo de aire viajó con un susurró mortal que terminó degollando a la serpiente de fuego. Contuvo el impulso de regodearse cuando observó que la bestia se retorcía lamentando la perdida de su líder.

En lugar de eso, se zambullo hacia un costado cuando vió que su enemigo comenzaba a escupir Jutsus tras Jutsus nuevamente. Se deslizó por los alrededores serpenteando en zig zag para esquivar la embestida colosal de ataques.

Mientras todo esto sucedía. La cabeza de la serpiente número dos dejó su bombardeo de lado cuando Orochimaru asomó el cuerpo a través de su boca; el Sanin contempló todo el combate que se desarrollaba delante de él con el ceño fruncido en molestia.

Debió suponer que esa serpiente morada lo traicionaría algún día, los dos se llevaban muy mal, sus orgullos siempre chocaron con el otro. Pero que uniera fuerzas con el rubio para intentar matarlo fue un golpe bajo que ni siquiera él vió venir; debió asesinar a ese reptil cuando tenía la oportunidad, ahora estaba pagando las consecuencias.

Sacudió la cabeza, eso no era importante en este momento. Desde su posición podía observar que Naruto estaba preparando esa técnica infernal que uso contra él en el bosque de la muerte; tenía que frenarlo, si quería ganar la contienda debía idear una estrategia para deshacerse del rubio, una vez que lo hiciera Manda caería eventualmente.

Con eso en mente, realizó una secuencia de sellos manuales para después estirar sus palmas hacia adelante. "Elemento viento: Grullas Cazadoras"

El aire se acumuló en sus manos hasta tomar la forma de dos grullas de tamaño mediano. Su plan era simple, una de las aves atacaría de frente como distracción, mientras la otra se encargaría de rodear la barrera por el borde hasta posicionarse en el punto ciego de su enemigo; viajaría en un vuelo bajo, casi pegado al suelo para no ser detectada.

Orochimaru le ordenó a sus dos creaciones moverse, hora de dar inicio a la ofensiva.

Manda dirigió una mirada de urgencia por encima de su cabeza a la vez que continuaba reptando por el terreno. "Por favor dime que lo que sea que estás haciendo está listo porque me estoy quedando sin chakra"

Naruto se preocupó al escuchar eso, su compañero había utilizado muchas técnicas con el fin de ganar tiempo pero al parecer eso lo había desgastado; necesitaba darse prisa, su atención se centro únicamente en la técnica. Para este punto, los dos orbes que sostenía en su mano chirriaban de una forma ensordecedora a la vez que soltaban algún que otro rayo.

Una gota de sudor se deslizó por su frente, le tomó todo su esfuerzo no perder el control sobre el Jutsu, casi estaba terminado, casi lo tenía, solo un minuto más.

Tuvo que abandonar esa línea de pensamiento cuando se percató que Manda detenía su huída, una flecha de electricidad colisionó demasiado cerca de su cabeza en un estallido cegador que aturdió levemente los sentidos de la invocación y provocó que se detuvieran.

Las alarmas de alerta se encendieron en su cabeza cuando vizualizó que la serpiente de cinco cabezas escupía una esfera de tierra y una esfera de aire en su dirección. "¡Ataque entrante!" Naruto gritó para alertar a Manda.

El jefe serpiente respondió con un bufido. "¡Lo tengo!" Se preparó para contrarrestar la amenaza con un Jutsu. Sin embargo, se detuvo abrutamente cuando las dos esferas chocaron entre sí antes de que pudieran alcanzarlo, generando una leve cortina de polvo que los envolvió a ambos.

Naruto tosió cuando sintió que las motas de suciedad se metían en sus pulmones, su mente trabajando horas extras para analizar cuál era el propósito de este ataque. Era obvio que las dos esferas no estaban destinadas a causar daño, sino a aturdir, cortar su campo de visión, ¿Pero por qué? La respuesta vinó rápidamente a él cuando percibió una presencia que se acercaba desde el frente.

Levantó la vista para admirar que una grulla de viento de tamaño mediano rompía la cortina de polvo con el objetivo de estellarse contra él. No sabía que era lo que hacía esa cosa ni tampoco quería averiguarlo, hinchó sus pulmones para realizar un Jutsu sin usar sellos manuales. "Elemento fuego: Jutsu gran bola de fuego"

La bola de llamas ardientes salió disparada hacia adelante, diesmando a la grulla fácilmente gracias a su ventaja elemental. El ataque siguió de largo hasta explotar en cielo en un espectáculo de fuegos artificiales.

El polvo comenzó a dispersarse, provocando que tanto Manda como él recuperarán la visión. El titán de cinco cabezas seguía allí frente a ellos, no se había movido ni un centímetro; eso hizo que Naruto entrecerrara los ojos con sospechosa, era extraño que el monstruo no hubiera utilizado la cortina de polvo para realizar un ataque sorpresa o alguna otra maniobra.

Abandonó esa línea de pensamiento cuando escuchó que las esferas en su palma comenzaban a chirriar con muchísima más potencia; las llamas anaranjadas se fusionaron con las azules, creando un solo orbe que se sacudía salvajemente cuando la energía acumulada en su interior se volvió demasiado inestable para seguir soportando su estructura. El Jutsu estaba listo, una sonrisa se formó en sus labios

"¡¿Qué demonios es eso?!" Manda parecía incrédulo al percatarse del orbe que flotaba por encima de su cabeza. Incluso el jefe serpiente tuvo que sorprenderse al ver una masa de poder puro tan descomunal como esa, era como admirar una de esas famosas bijūdamas pero en versión pequeña.

El rubio suspiró de cansancio, sin duda fue difícil, pero era momento de terminar con esto. "Manda, puedes regresar, voy a..."

...

...

... Dolor, todo su cuerpo se llenó de dolor.

...

... Algo se estrelló contra su espalda, enviando su cuerpo a un mundo de agonía.

...

Naruto fue incapaz de terminar su oración cuando su sentido del peligro se disparó, una presencia entró en su radar desde su retaguardia.

Trató de girar, pero fue imposible, sucedió demasiado rápido, no hubo ningún chance para reaccionar.

Una grulla de viento colisionó contra la parte izquierda de su espalda en una explosión de hojas de viento cortantes, el resultado fue desastroso...

Su brazo izquierdo, el que sostenía la técnica, fue amputado casi de raíz.

La sangre se filtró de su costado como una catarata, cayó de espaldas sobre la cabeza de la invocación. Admiró como su brazo izquierdo caía al vacío, el orbe de llamas se disipó inofensivamente.

Un grito gutural escapó de su garganta, el más fuerte y desgarrador que había dado nunca. Sostuvo su herida desesperadamente, la sustancia carmesí manchó toda su ropa, sus ojos se tornaron borrosos.

Sufrimiento, la personificación de la tortura; todos sus nervios aullaban de dolor, no pudo soportarlo.

"¡Mocoso! ¡Eh mocoso! ¡Responde!" La voz de Manda se volvió distorsionada, no entendió lo que decía, sus párpados comenzaron a cerrarse.

"¡Si te atreves a morir voy a comerte!" Sus oidos no captaron el sonido, la voz de la serpiente se perdió en la distancia.

La fatiga del combate, el veneno en su sistema, la perdida de sangre, todo le pasó factura al mismo tiempo. Sus ojos se cerraron, su mente fue absorbida por el mundo de la inconciencia.

XXXXX

Frío, fue lo primero que sintió, sus manos se movieron para abrazar su cuerpo en busca de calor. La oscuridad era dueña de los alrededores, las tinieblas cubrían el terreno; fue difícil desplazarse, la visibilidad era casi nula, su frente por poco choca con la rama de un árbol.

Las hojas secas crujieron bajo sus sandalias, escuchó el cántico de un búho a la distancia, la duda nublaba su mente, una pregunta retumbante que no podía responder, ¿En dónde estaba? ¿Qué era este lugar? ¿Cómo llego aquí?

Pudo divisar una luz así que caminó hacia ella, todas sus interrogantes fueron respondidas cuando llegó a su destino. Se paró en un claro de aspecto lúgubre, los árboles eran inmensos, la neblina era espesa, los arbustos hacían ruidos extraños, los cuervos revolotearon en el aire con un graznido tenebroso.

Levantó la mirada, había una luz blanca en el cielo, era tan brillante como los rayos del sol; lo supo inmediatamente, ese objeto no era la luna, tenía que ser algo más. Sus manos se estiraron tratando de atrapar la luz en sus palmas, pero era totalmente imposible, estaba a kilómetros de distancia, jamás podría alcanzarla, estaba lejos de su alcance.

Nunca volvería a tocar la luz, nunca saldría de este sitio.

Naruto escaneó el terreno con un semblante ilegible, conocía este lugar a la perfección, lo visitó incontables veces. Era un bosque, pero no cualquier bosque.

Campo de entrenamiento cuarentena y cuatro, mejor conocido como el bosque de la muerte; cayó de rodillas, sus manos apoyadas en la tierra. Finalmente lo entendió, su mente llegó a una conclusión, sabía porqué estaba aquí.

"Me estoy muriendo..." Los recuerdos bombardearon su cabeza, el puente tenchi, su lucha contra Orochimaru, la invocación de Manda y la pérdida de su brazo izquierdo.

Fue curioso que en este reino aún conservara los dos brazos, pero eso no tenía relevancia, ya nada tenía importancia, la realidad lo golpeó como un balde de agua fría.

Había perdido, fue derrotado, ahora mismo se estaba muriendo y no podía hacer nada para evitarlo, la luz por encima de su cabeza era inalcanzable. Orochimaru ganó.

Golpeó el suelo con fuerza creando un pequeño cráter. "Idiota"

¿Cómo es que fue tan ingenuo? Fue un tonto desde el principio, era lógico que su fuerza no era equiparable a la de un Sanin, era un muro que nunca podría atravesar. ¿Por qué se comprometió a lograr algo tan estupido? Lo sabía muy bien, fue por una promesa, le prometió a la mujer que amaba que destruiría al monstruo que la atormentó por años.

Solo así se ganaría el derecho de volver a casa, solo así se volvería digno de tenerla, digno de caminar a su lado por el resto de sus días, digno de su amor.

Pero ahora se dio cuenta de que estaba tan equivocado, por culpa de esa idiotez es que jamás sería capaz de volver a verla; no quería irse del mundo de esta manera, no quería abandonar a su amada. "¡Idiota!" Sus puños volvieron a golpear el suelo.

Se sintió tan arrepentido, si tan solo no hubiera rechazado a la pelimorada aquella noche tal vez la cosas serían diferentes, quizás eso habría hecho que se olvidara de su promesa, tal vez eso lo habría hecho entender que siempre fue digno de ella, que no tenía nada que demostrar. Quizás así seguiría con vida.

"¡Idiota! ¡Idiota! ¡Maldito idiota!" Comenzó a golpear el terreno una tras otra vez, causando que sus nudillos se mancharan de sangre.

Ya no existía nada que pudiera hacer, los muertos nada saben. Ya no tenía parte en el mundo, su alma sería consumida y su memoria olvidada.

Pero el dolor más grande en su corazón, es que estaba dejando a Anko sola, la estaba abandonando; justo cuando prometió que nunca más se iría, ahora se estaba marchando de nuevo. Fue un inútil, no pudo cumplir su promesa, se iba de este mundo con la agonía de no haber amado lo suficiente.

Debió haberla besado, debió haberla abrazo más; quería decirle lo hermosa que era una vez más, al menos necesitaba despedirse.

Pero nada de eso era posible, había fallado. Le falló a Anko, le falló a sus amigos, se falló a si mismo, le falló a todos.

Las lágrimas brotaron sin que pudiera contenerlas. "Idiota..." Sus sollozos estallaron sin que pudiera frenarlos.

Su figura cambió, de repente ya no era un adolescente, volvió a tener la apariencia que tenía cuando era un niño de ocho años, cuando los aldeanos lo persiguieron por el pueblo por primera vez. Regresó a aquel diez de octubre.

Se sentó sobre el suelo abranzando sus piernas en posición fetal mientras lloraba desconsoladamente; no era fuerte, era débil, no era grande, era pequeño, no era listo, era estúpido. Volvió a ser aquel niño tonto que nada sabía, que nada tenía.

Sin una familia, sin amigos, sin hogar; moriría solo en este lugar abandonado.

No había nadie que lo ayudara, nadie que lo salvara, nadie que secara sus lágrimas. Otra vez estaba solo, otra vez se había perdido en el bosque.

XXXXX

En medio de una alcantarilla, los ojos de un demonio se abrieron detrás de los gigantescos barrotes que lo mantenían cautivo; colmillos afilados, garras del tamaño de una montaña, pelaje anaranjado, nueve colas se ondulaban en su espalda.

La bestia observó al humano que estaba tendido sobre el piso de la alcantarilla; ojos cerrados, demostrando su estado de inconciencia.

Un bufido escapó de sus fauses, creando una corriente de aire descomunal que despeinó el cabello de Naruto. "Parece ser que esta vez si te estás muriendo, estúpido humano" Su voz salió con despreció.

El zorro ser acercó a los barrotes para poder vizualizar al rubio más de cerca, percatandose de la ausencia de un brazo, eso lo hizo reír malévolamente. "Era obvio que perderías, tu Kekkei Genkai no es nada más que una vil copia de mi poder, carecés de la fuerza necesaria. Una réplica barata como esa jamás sería capaz de ganar en una batalla real"

Frunció el entrecejo, ver a su anfitrión utilizar esas llamas azules durante años solo hizo que su ira contra él aumentara. Los recuerdos atormentaron la mente de la bestia, rememoró aquel día en el que el rubio utilizó esas llamas por primera, durante el ataque en el centro comercial.

Aquel día sintió una gran afluencia de odio emanar del espíritu del chico así que intentó forzar su chakra a través de los barrotes con el objetivo de apoderarse de su cuerpo, pero los acontecimientos terminaron dando un giro totalmente inesperado cuando su poder terminó despertando algo intrínseco en el ADN del niño.

Cuando se dio cuenta de lo que era, fue insultante; todo esto era culpa de su anfitrión anterior, Kushina Uzumaki, la madre de Naruto. Al parecer la influencia de su chakra demoníaco durante los años de gestación terminaron cambiando su estructura molecular, provocando que una parte de él adquiera rasgos similares a los suyos, un ejemplo de eso eran sus marcas de bigote.

Eso sumado al hecho de que estuvo sellado en su cuerpo desde que era un bebé, hizo que sus bobinas de chakra se volvieran tan fuertes como las de un demonio; de allí provenía su resistencia inagotable, eso a su vez causó un desenlace que lo molestó muchísimo.

El zorro de nueve colas tenía un poder único, uno del que se enorgullecía bastante, la capacidad de escupir llamas infernales gracias a su energía demoníaca. Por esa misma razón, cuando se percató de que su anfitrión había desarrollado un Kekkei Genkai similar, todo eso gracias a la influencia de su chakra malévolo mezclándose con el ADN del niño, no pudo evitar sentirse totalmente indignado.

Lo que el mocoso utilizaba no era nada más que una vil copia de su poder. Fue como escupir en su orgullo, lo cabreó hasta la médula.

Sus ojos rojos como la sangre se movieron para admirar a su anfitrión nuevamente, se estaba muriendo, eso estaba bien. El estúpido se merecía este castigo por haberlo insultado de esa manera, por tenerlo cautivo en esta jaula, por haberlo alejado del mundo y robado su libertad.

Dejaría que muriera; él fallecería también, cuando un anfitrión dejaba el mundo la bestia con cola en su interior también lo hacía. Pero su muerte solo sería temporal, su cuerpo volvería a renacer al cabo de unos años, eso significaría que sería libre de nuevo.

Eso era perfecto, simplemente no tenía que hacer nada más que esperar; ser libre, ese era su más grande deseo.

A pesar de eso...

Una mirada extraña cruzó los ojos del zorro cuando la figura del rubio fue reemplazada por la apariencia de alguien más, un personaje de su pasado, un recuerdo que creyó haber olvidado, un anciano con tunicas blancas y dos cuernos en su frente.

"¡Tsh!" Sacudió la cabeza para apartar el recuerdo. Una idea vinó a su mente, esto era estúpido, lo sabía muy bien, no tenía ningún tipo de sentido.

Un sensancion que no comprendía invadió su interior; volvió a mirar al rubio, recordando la vida que vió a través de sus ojos, sus sueños, aspiraciones, sus amigos y finalmente esa mujer de pelo morado.

Era estúpido, pero por alguna razón se sentía, ¿Correcto?

"En fin..." Su Chakra demoníaco comenzó a filtrarse a través de los barrotes, envolviendo el cuerpo del rubio. "Mis hermanos se reirán de mi si mi anfitrión termina muriendo de una forma tan penosa"

XXXXX

"Oye, ¿Estás bien?" Las lágrimas de Naruto se detuvieron cuando sintió que alguien posaba una mano sobre su hombro, apartó el rostro de sus rodillas para ver al responsable de dicha acción.

Era un niña, de no más de ocho años. Tenía unos shorts blancos, una camiseta marrón, calentadores de red que cubrían sus piernas, pelo morado que se desparramaba por todo su rostro; existía algo familiar en ella, pero no podía reconocer que era.

La niña se posicionó en cuclillas frente a él. "¿Por qué estás llorando?"

Eso hizo que recordara, aún seguía atrapado en el bosque, aún se estaba muriendo; era muy posible que esto no fuera nada más que una alucinación, su mente estaba comenzando a delirar producto de su próxima huída de este mundo.

Aunque eso hizo que se planteara la pregunta, ¿Por qué sus alucinaciones incluían a una niña que ni siquiera conocía? La primera respuesta que vinó a su mente era que fue una creación de su subconsciente, causada por su deseo constante de no querer morir solo, un método de defensa ante su necesidad de compañía.

Si iba a abandonar este plano al menos quería que alguien lo despidiera antes de irse, incluso si eso era una simple alucinación. "Me estoy muriendo"

Observó que la niña parpadeaba un par de veces de forma confundida, luego sonrió de forma zorruna. "¿Morirte? Deja de decir tonterías" Ella lo empujó ligeramente al mismo tiempo que comenzaba a reír.

Frunció el ceño levemente al ver qué la chica pensaba que estaba bromeando; ojalá fuera una broma, deseaba que todo fuera falso, un mal sueño en dónde pronto despertaría. Pero eso no era así, no era un chiste, estaba diciendo la verdad, que ella no lo tomara en serio lo enojó levemente.

Antes de que pudiera protestar, la niña volvió a hacerle otra pregunta. "Oh, es cierto, olvidé preguntarte tu nombre"

No sabía por qué, pero verla sonreír hizo que su alma se tranquilizara, fue como un sedante que lo llenó de paz. Su corazón se agitó por lo brillante que era, por un momento se olvidó de todo.

Olvidó el dolor, olvidó la soledad, su angustia dejó de existir, sus miedos se esfumaron, el arrepentimiento ya no estaba allí, solo un pensamiento retumbante en su mente. La chica tenía una sonrisa hermosa.

Agachó la cabeza mientras miraba al suelo, era extraño, ¿Por qué estaba teniendo estos sentimientos ahora? ¿Por qué le eran tan familiares? Solo existía una persona en el mundo que lo hizo sentir así antes, lastimosamente ella no estaba aquí. "Naruto Uzumaki..."

Acontecieron alguno segundos de silencio antes de que la niña volviera hablar. "Es un lindo nombre, el mío es..."

Los ojos de Naruto se abrieron como platos cuando reconoció el sonido de la voz, ya no tenía el tono chillón de una niña, sonaba como una adolescente. Su cerebro finalmente conectó los puntos, todas las piezas encajaron en su lugar; ahora sabía quién era la chica, recordaría esa melodiosa voz en cualquier parte.

Solo existía una persona en el mundo con una sonrisa tan hermosa como esa, solo existía una mujer que podía hacer que su corazón se agitara con una única mirada. Aportó la mirada del suelo casi de forma temblorosa, alzó la cabeza para poder mirarla; una vez que lo hizo, sus párpados se llenaron de lágrimas inmediatamente, su respiración se atascó en su garganta.

"Anko, Anko Mitarashi" Lucía igual al día que la conoció; chaleco Chūnin, cabello atado en una cola de caballo, calentadores de red en los antebrazos, shorts naranjas. Estaba idéntica a cuando la vió por primera vez, cuando ella lo salvó, cuando lo encontró en medio del bosque.

La pelimorada le sonrió con la misma calidez que siempre lo hacía, sus ojos lo miraron con amor; no pudo soportarlo más. Se arrojó sobre ella, envolviendo sus delgados brazos alrededor de su cintura y llorando desconsoladamente sobre su chaleco.

"¡Lo siento tanto!" Lo primero que pensó fue en disculparse, tenía tantos remordimientos alojados en su corazón, se odiaba a si mismo por haberla rechazado, se detestaba por no haberla amado con más intensidad mientras aún seguía con vida, se aborrecía por no haberla besado esa noche.

Quería volver a casa, deseaba regresar a su hogar, lo único que anhelaba era pasar el resto de su vida junto a ella. Pero no podía hacerlo, eso le carcomió el alma. "¡Por favor perdóname! ¡Yo ni siquiera pude cumplir una estúpida promesa!" Sintió que ella acariciaba su cabello cariñosamente.

Era obvio que Anko lo entendía; incluso cuando era un idiota, cuando no se merecía nada de parte de ella, incluso después de todo el daño que le había causado y que estaba por causarle, la pelimorada seguía amándolo igual que siempre.

"¡Ahora me estoy muriendo! ¡Estoy solo, perdido! ¡Y...! ¡Y...!" Para este punto su llanto era tan fuerte que ni siquiera era capaz de hablar correctamente. "¡Por favor perdóname!"

Percibió que los brazos de la pelimorada lo acunaban calurosamente en un intento por tranquilizarlo. Trató de detener sus lágrimas, pero fue imposible, era como si todo el mundo se derrumbara sobre sus hombros.

Como si un abismo se abriera para tragarse toda su esperanza; no tenía un futuro, la vida se le escapaba con cada segundo que pasaba, era un jarrón delicado rompiéndose lentamente, en cualquier instante la luz de sus ojos podría desaparecer.

Entonces Anko se iría, todo se acabaría, su alma sería succionada por el más allá. No tenía a dónde ir ni a dónde esconderse, no había forma de escapar de las fauses de la muerte; las tinieblas lo envolverían poco a poco, hasta que su espíritu fuera totalmente consumido por la oscuridad.

En medio de su desesperación, sintió que Anko lo atrapaba por las mejillas, limpiando sus lágrimas y forzándolo a mirarla "Shhhh, tranquilo"

Su voz arrulló suavemente, fue como una caricia al alma, un consuelo para su desgastado corazón. Al menos pudo verla una última vez, derretirse bajo su toque una vez más, su hermosa sonrisa sería lo último que vería antes de partir.

"Eres un tonto, ¿Lo sabías?" La escuchó reír, le encantaba oírla reír, fue como una armonía para sus oídos. "No estás solo Naruto, todos estamos aquí" Esas palabras lo confundieron en sobre manera, ¿De quién estaba hablando? ¿A qué se refería? ¿Quiénes estaban aquí?

Su lloriqueo se detuvo cuando algo en su periferia captó su atención; los cuervos comenzaron a marcharse del lugar, la neblina comenzó a disiparse, la luz en el cielo se volvió más potente. Un augurio, una señal esperanzadora.

Escuchó la presencia de una nueva voz a su espalda. "Naruto" Se soltó cuidadosamente del agarre de Anko para darse la vuelta, pudo ver quién lo llamaba. Un espectro se abrió paso entre los árboles hasta que sus pies finalmente llegaron al claro.

Era Sarutobi, el anciano lucía una sonrisa paternal. Sintió que su corazón daba un vuelco cuando volvió a ver a su figura de abuelo después de tantos años, nunca pudo despedirse de él apropiadamente.

"Naruto" Otra voz hizo acto de presencia en el lugar, está vez venía desde la izquierda. Otro espectro se acercó al claro, pudo divisar quién era.

Jiraiya, lo más cercano que nunca tuvo a un padre. El sujeto que le enseñó todo lo que necesitaba no solo para convertirse en un gran ninja, sino también, en un gran hombre.

El viejo sapo portaba una sonrisa que le partía la cara, no pudo evitar devolver la sonrisa con la misma intensidad, su pecho se hinchó con alegría al verlo.

"Naruto" Entonces fue cuando sucedió. Sus ojos se abrieron con incredulidad al verlo, las voces clamaron su nombre una tras otra cuando el claro comenzó a llenarse de más y más personas.

Ahora entendía lo que Anko quería decir. Todos estaban aquí, no faltaba ninguno de ellos, todos sus amigos se arremolinaron alrededor de él en una formación circular.

Sasuke, Sakura, Kakashi, el equipo siete estaba allí.

Rock Lee, Tenten, Neji, Guy, el equipo nueve estaba allí

Kiba, Hinata, Shino, Kurenai, el equipo ocho estaba presente.

Shikamaru, Choji, Ino, Asuma, el equipo diez arribó en el área.

La lista no se detenía: la abuela Akairy, la abuela Tsunade, Shizune, el profesor Iruka, Ibiki, Inoichi, Konohamaru y sus amigos, Gaara, Kankurō, Temari, la vieja Chiyo, Zabusa, Haku.

Todos sus amigos le otorgaron sus mejores sonrisas y miradas de aliento, una sensación cálida creció en su pecho. La pelimorada tenía razón, no estaba solo, nunca más estaría solo, su destino fue sellado el día en el que se conocieron.

Pudo sentirlo, la voluntad que ardía en los corazones de todos los presentes, era tan brillante que la oscuridad del claro fue forzada a retroceder. Sus amigos le rogaban que se levantara, que aguantara un poco más; cargaba con los sueños de cada uno de ellos, con sus enseñanzas, lecciones, aprendizajes.

Sus voces clamaron por su regreso. Rejuveneció sus fuerzas, lo llenó de vigor, le mostró el camino a seguir; una llamarada rugió en su interior, su propia voluntad que lo empujaba a no rendirse.

"Naruto..." Pudo escucharla, ella estaba allí también, se dio la vuelta para mirarla.

Finalmente, la luz que resplandecía con más fuerza en el claro, la luz que iluminó su vida durante incontables años; su razón de ser, el motivó por el cual tenía que volver a ponerse de pie. Porqué su vida ya no era suya, dejó de serlo en el momento que le juro amor eterno, su corazón le pertenecía a ella.

La apariencia de Anko cambió nuevamente, ahora era una adulta, su yo de veintitrés años. Se miró a si mismo, su figura también cambió, ya no se veía como un niño tonto perdido por el bosque, tenía diecisiete de nuevo.

Sin previo aviso, la pelimorada se abalanzó sobre él, abrazándolo por la cintura y enterrando la cara en su pecho, no tardó en corresponder el gestó. Se sintió tan cálido, una sensación eléctrica bailando por su cuerpo; su figura femenina encajó perfectamente con la suya más robusta, como si hubieran sido creados uno para el otro.

La amaba tanto; no podía morir aquí, no iba a dejarla sola. Si su cuerpo se negaba a seguir viviendo entonces saldría del infierno a rastras.

"Ánimo, te esperó en casa" No necesitaba ver su rostro para saber que la pelimorada le sonreía.

Eso haría, no podía decepcionarla. Era momento de regresar, no iba a darse por vencido, nunca renunció a su palabra, ese era su camino ninja.

Se limpió las lágrimas que aún quedaban en su rostro, se separó de la mujer. Ambos compartieron una sonrisa, una mirada llena de tantas emociones, no tenían que decirlo, siempre lo entendieron con un breve vistazo a los ojos del otro.

Amor que transcendía la misma muerte.

Hasta dónde nos llevará el cielo y la tierra, si el único límite entre el paraíso y el infierno, fue incapaz de mantener nuestro cariño cautivo.

Todos sus amigos se acercaron a él, posicionando las manos en su espalda, impulsándolo hacia arriba para que pudiera alcanzar la luz que resplandecía en el cielo.

Su cuerpo flotó en el aire, cada mano era un empujón que lo acercaba cada vez más a su destino; su espíritu era conducido de regresó a la vida, solo un poco más.

"Cuando una persona tiene a alguien a quien proteger se vuelve genuinamente fuerte" Las enseñanzas de Haku resonaron en su cabeza cuando el chico apoyó la mano en su espalda, elevándolo más en el aire.

"Cuando las hojas de los árboles bailan, uno encontrará llamas. La sombra del fuego iluminará la aldea y, una vez más, las hojas de los árboles volverán a brotar" Esa era una de las frases más famosas del tercer Hokage, el anciano también apoyó una mano en su espalda.

"Lo más importante para un shinobi no es el número de técnicas que sabe, lo más importante es tener la voluntad y las agallas para nunca rendirse" Jiraiya, al igual que los demás, también ayudó a impulsarlo hacia arriba.

"¡Eres mi mayor apuesta Naruto! ¡Algún día debes ocupar mi silla, así que no pierdas!" La abuela Tsunade seguía con ese tonto sueño de convertirlo en su sucesor. Quién sabe, quizás tendría que replántearselo.

Las voces de todos sus amigos retumbaron en su cabeza, todos ellos se unieron como uno solo, rugieron al unísono, empujándolo hacia arriba a una velocidad cegadora.

"¡Vamos Naruto! ¡Demuéstrale a ese tonto que tú nunca te rindes!" La mano de Kiba

"Tienes el poder para cambiar tu destino" La mano de Neji.

"¡Deja que el fuego de la juventud arda en tu corazón!" La mano de Lee.

"¡Adelante! rubio problemático" Shikamaru.

"¡Pateale el trasero a esa estúpida serpiente!" Akairy.

"Conocías el dolor tanto como yo, y luego me enseñaste que puedes cambiar tu camino" Gaara.

"¡Dale un fuerte golpe de mi parte a ese infeliz!" Tenten.

"Los vínculos que tienes con las demás personas te hacen fuerte, apoyate en en nosotros" Sasuke.

"Naruto..." Finalmente, la mano de Anko le dio el último empujón, impulsándolo como un cohete hacia la luz. "Puedes hacerlo"

Surcó los aires como si fuera una bala humana, pudo sentir el viento envolviendo todo su cuerpo, las estrellas brillando en el cielo nocturno, las llamas de su espíritu encendiendose nuevamente. Estaba tan solo centímetros de alcanzar la luz cuando su marcha comenzó a frenarse.

¡No! ¡No ahora! ¡No cuando estaba apunto de llegar! Los sueños y esperanzas de todos sus amigos estaban con él, necesitaba llegar a la luz, necesitaba solo un empujón más, ¡Solo un último esfuerzo más!

Sus plegarias fueron contestas, pero no fue una mano lo que sentío en su espalda, era la pata de un animal, más específicamente, una garra. Un nuevo amigo. "Mueve inútil, no permitiré que mi anfitrión me deje en ridículo"

Ese último impulso redujo la distancia faltante; lo logró, sus manos tocaron la luz, todo su mundo se volvió completamente blanco cuando la vida regresó a sus ojos.

XXXXX

Naruto se despertó con un sobresaltó; una vez que su mirada analizó los alrededores, tuvo que contener el impulso de gritar en señal de victoria cuando se dio cuenta de que había regresado al campo batalla. La serpiente blanca seguía allí con su bombardeó incesante de Jutsus, Manda por su parte, serpenteaba por todo el terreno con el objetivo de esquivar los ataques.

No estaba muerto, regresó al mundo de los vivos, ¡Era un milagro! No entendía cómo era eso posible, se supone que ese golpe que recibió era mortal. No tenía explicación, pero a caballo regalado no se le veía el diente.

Lo primero en su orden de prioridades fue analizar sus heridas, cuando lo hizo descubrió dos cosas muy interesantes. La primera era que su brazo izquierdo ya no estaba allí, lo perdió casi por completo, fue cortado desde la altura del bíceps hacia abajo dejando atrás solamente su hombro; eso lo hizo sentir frustrado, estaba enojado consigo mismo por haber bajado la guardia de esa manera. Al menos se consolaba en el hecho de que la herida estaba cerrada, el sangrado se había detenido, eso lo llevaba a la segunda cosa que descubrió.

Todo su cuerpo estaba cubierto por un manto burbujeante de chakra rojo el cual fue el responsable de sanar todas sus heridas. Su costado izquierdo en donde antes estaba su brazo, fue cauterizado por el calor que emanaba del chakra, creando un muñón en su hombro.

No solo eso, la sensación de su cuerpo entumecido y la vista borrosa también desaparecieron por completo, esas eran buenas noticias ya que significaba que el veneno fue eliminado de su sistema en su totalidad.

Lejos de estar cansado u adolorido, sintió que sus fuerzas se renovaban, su cuerpo fue empañado de vitalidad gracias a la influencia del nuevo chakra que corría por sus bobinas. No era tonto, sabía muy bien de dónde provenía ésta fuente de poder infinita.

Nunca en sus más profundos sueños creyó que el zorro de nueve colas terminaría convirtiéndose en su salvador; tampoco iba a quejarse, en este momento tomaría todo lo que tuviera a la mano, cualquier tipo de ayuda era bienvenida.

Se aseguraría de agradecérselo más tarde, aunque ahora que lo pensaba bien, era muy probable que la bestia se enojara mucho si intentaba hacer eso. Prefiriría rugirle en la cara antes de aceptar un agradecimiento.

Se encogió de hombros, probaría suerte cuando llegara el momento pero tenía que salir de este aprieto primero. Se las arregló para volver a ponerse de pie, ese hecho provocó que Manda se percatara de su presencia. "¡Por fin! Hasta que te dignas a despertar, escoria humana" Supuso que esa era la forma que utilizaba la serpiente para decir que se alegraba de verlo.

"¿Cuánto tiempo llevo fuera?" La respuesta de Manda fue un siseo molestó. "cinco minutos" Eso casi lo hizo caer de espaldas, abrió los ojos con incredulidad, eso no debía ser posible. ¿Cómo demonios el jefe serpiente se las arregló para luchar solo durante tanto tiempo? No solo eso; desde su posición en las alturas, pudo discernir que el monstruo colosal ahora tenía cuatro cabezas en lugar de cinco, eso solo significaba que Manda consiguió cortar otra cabeza mientras aún estaba inconciente.

De verdad fue increíble, ahora entendía que su título de rey serpiente no fue por nada, de verdad era muy poderoso.

"¡Tienes suerte de que ese chakra rojo comenzó a curarte...!" Manda se zambullo hacia un costado para esquivar la cortina de gas que intentó asfixiarlo. "¡Si no fuera por eso entonces te habría comido!"

Naruto no sabía si lucir horrorizado o dar un agradecimiento por el gesto de hospitalidad; al final se decidió por ignorar ambas. En cambio, estiró su mano hacia al frente, doblando la palma en dirección al cielo y preparando su Jutsu nuevamente, pero esta vez no solo con su poder, sino también con el poder del Kyubi.

Tenía que elaborar su Jutsu lo más rápido posible, puede que Manda se las haya arreglado bien por el momento pero los rasguños en todo su cuerpo, sumado a los jadeos ocasionales, denotaban que el último vestigio de su fortaleza se estaba agotando, no le quedaba mucho en el tanque.

El jefe serpiente gruño cuando se percató de sus acciones. "¡No sé si eres conciente de ello, tonto saco de carne! ¡Pero no tenemos tiempo para que reúnas energía otra vez! ¡Mi tanque de chakra está al límite!"

Naruto sonrió en respuesta. "¡No te preocupes, esta vez no necesitaré tiempo para prepararlo!"

Y no mentía. No entendía cómo lo supo, pero sabía que esta vez la técnica sería diferente, ¿La razón? Fácil, la influencia del chakra demoníaco estaba cambiando su Jutsu, transformándolo en algo nuevo.

Esta era la primera vez que utilizaba el chakra del zorro para realizar su técnica, ni siquiera él sabía que era lo que iba a pasar a continuación, pero algo en su interior le dijo que no necesitaría tanto tiempo para elaborar el Jutsu como al principio.

"Arte ninja secreto: Negativo" Al igual que la vez anterior, un orbe de llamas azules se hizo presente en su palma.

"Elemento fue..." Estaba a punto de utilizar el Jutsu de fuego ordinario pero se detuvo abrutamente; un comando se encendió en el fondo de su cabeza, las palabras vinieron por si solas a su boca aunque sabía que no eran suyas, era otra voz la que hablaba, una más gutural, más bestial, una que provenía de una jaula en su interior.

"Arte demoníaco: Negativo" Un nuevo orbe de llamas apareció en su mano, sin embargo no eran anaranjadas como el Jutsu de fuego habitual; bailaban en un color carmesí, tan rojas como el mismo color de la sangre. Supo en un instante quién era él responsable de esto, no era su poder, no fue su fuego.

Eran las llamas del Kyubi.

Entonces sucedió. Las dos esferas no se rechazaron, la técnica no se volvió inestable; los dos orbes se unieron entre sí como dos imanes que se atraen, transformándose, transmutando, convirtiéndose en uno solo. Fue como una reconciliación entre dos hermanos gemelos.

Las dos técnicas se fusionaron entre sí creando un nuevo orbe con un nuevo color; sus ojos se maravillaron al ver la luz cegadora que transmitía, no pudo evitar sonreír como un idiota.

Llamas de color púrpura.

"Ya veo, negativo más negativo es igual a positivo, que completa ironía" Sacudió la cabeza mientras reía ligeramente. Tantos años intentando perfeccionar la técnica, incontables experimentos fallidos y la respuesta estuvo siempre bajo sus narices; se sintió como un idiota aunque eso no le importaba, estaba demasiado feliz para quejarse.

Finalmente lo logró, ya no era una técnica defectuosa, había completado su Jutsu.

"Me aseguraré de devolverte el favor algún día" No estaba hablando a la nada, sabía que el zorro lo estaba escuchando, pero el animal era demasiado orgulloso para contestar.

"¡Guau!" Incluso Manda lucía levemente maravillado por la luz morada que emanaba de su cabeza como un faro dentro de la oscuridad.

"Manda, puedo encargarme del resto, regresa si así lo deseas" El jefe serpiente siseó de forma complacida, eso en traducción animal era algo así como una pequeña carcajada.

"(Muy interesante)" Pensó para si mismo. Se encontró sintiéndose intrigado por el chico que se paraba sobre su cabeza; no solo venció a la muerte, sino que regresó de ella con una técnica mucho más poderosa que la anterior, sin duda eso era algo que no veías todos los días.

Enfrentarse a una serpiente de ocho cabezas que escupe todo tipo de Jutsus tampoco era algo muy rutinario que digamos, esa maldita cosa casi lo asesina en varias ocasiones.

Se preguntó cuándo fue la última vez que fue llevado al límite de esta manera, no existían muchos en el reino serpiente que pudieran darle una pelea digna, por no decir que no existía nadie que se le equiparara, su fuerza era tan abismal que todo de repente se había vuelto tan aburrido.

¿Pero esto? ¿Combatir contra un titán enloquecido en un páramo apocalíptico mientras un rubio con una técnica muy poderosa cabalgaba su cabeza? esto sin dudas fue muy refrescante.

Ni en todos sus años junto a Orochimaru tuvo una pelea tan emocionante como ésta, no quería que la diversión terminara tan pronto, así que tomó una decisión "¡Ja! ¿Y perderme la muerte de ese cretino? Ni loco"

Naruto se impresionó por la respuesta tan entusiasmada por parte de la serpiente gigante. "¡Agarrate fuerte chico, voy a echarte un colmillo!" No tuvo tiempo de dar una respuesta cuando Manda dejó de huir de los ataques para lanzarse a la ofensiva en una explosión de velocidad cegadora.

El jefe serpiente se abalanzó en la dirección del titán blanco con su cuerpo creando sismos por todo el terreno. Naruto se preocupó cuando se percató de que su enemigo respondía a su amenaza escupiendo tres esferas gigantescas en su dirección, una de viento, una de electricidad y una de aceite.

Sin embargo, se demostró que aún no había visto nada de las habilidades del jefe serpiente cuando Manda dio un salto en el aire, maniobrando su cuerpo en una voltereta para que los proyectiles pasaran por debajo y encima de él de forma inofensiva.

Los ataques siguieron de largo hasta conectarse con una montaña en la lejanía, creando una potente explosión que iluminó el cielo en un destello cegador.

Manda volvió a aterrizar en el suelo con un estruendo demoledor para después reanudar su asalto nuevamente; una vez que la distancia entre su enemigo y ellos se redujo, la serpiente blanca atacó con sus cuatro cabezas restantes tratando de morder o atrapar. Pero en una muestra de agilidad bruta, el rey serpiente volvió a saltar en una vuelta mortal de trescientos sesenta grados haciendo gala de una elegancia que solo un bailarín podría tener.

Naruto abrió mucho los ojos cuando saltaron por encima de las cuatro cabezas del monstruo, se encontró observando toda la escena en cámara lenta. Sus cuerpos sobrevolando por el aire, su enemigo siseando con ira al no poder alcanzarlos; incluso juraría haber visto la mueca horrizada de Orochimaru desde una de las cabezas de la serpiente.

Que Manda pudiera hacer este tipo de acrobacias con un cuerpo tan gigantesco como el que poseía era algo inaudito. Aterrizaron a las espaldas de su enemigo con un estallido brutal que sacudió todo el terreno, en donde el rubio se vió forzado a canalizar una gran cantidad de chakra en sus piernas si no quería salir disparado de la cabeza de la invocación.

"Enviemos a ese desgraciado a la tumba" A pesar de que aún estaba algo desorientado por la pirueta que realizaron anteriormente, no pudo contener la sonrisa depredadora que creció en sus labios al oír esas palabras.

Manda comenzó a deslizarse en círculos alrededor de su oponente en una explosión de rapidez que aumentaba cada vez más y más, creando una gran cantidad de palas de viento a su paso. "¡Veamos que te parece esto, maldito desecho de escamas!" Como si fuera posible, la serpiente empezó a moverse aún más rápido, causando que su figura se volvíera borrosa a la vista; su velocidad siguió en aumento hasta el punto de crear la ilusión de que su imagen iba hacia atrás en lugar de hacia adelante.

Naruto tuvo que sujetarse con todas sus fuerzas a la cabeza de su invocación cuando el movimiento explosivo de Manda desencadenó en la creación de un huracán de proporciones bíblicas el cual amenazaba con partir el cielo en dos, los feroces vientos rugieron en el aire como la voz de un dios que maldecía la tierra.

"Elemento viento: Santa rotación del monarca serpiente"

Tanto Manda como la serpiente blanca se vieron obligados a elevarse miles de metros en el aire cuando sus cuerpos fueron atrapados en el ojo del hucaran. El cielo se abrió por la mitad causando que la luz del atardecer emanara un brillo celestial por encima de sus cabezas, fragmentos colosales de tierra flotaron junto a ellos cuando el suelo también se deshizó en pedazos, la barrera de las cuatro llamas violetas fue enviada a la inexistentecia cuando los vientos apocalípticos hicieron que desapareciese.

Las facciones de Naruto se llenaron de pura concentración, desde su posición pudo discernir la figura de Orochimaru en una de las bocas de la serpiente, era un blanco totalmente abierto y indefenso, flotaba en el aire a tan solo unos metros de distancia.

Manda creó ésta oportunidad para él, se aseguraría de no desperdiciarla; llevo la mano hacia atrás, tomando impulso para arrojar su Jutsu

Era el momento de la verdad, con este ataque se terminaría todo; sintió que el mundo a su alrededor dejaba de moverse, como si viviese todo en cámara lenta.

Todos esos años de entrenamiento, los aprendizajes que recibió de parte de sus múltiples maestros; Anko, Hiruzen, Kakashi, Jiraiya, esto era el fruto de todo su esfuerzo.

Pero no solo eso; todas las enseñanzas que recibío de parte de sus amigos, las personas que conoció a lo largo y hancho de su vida, todos esos sucesos allanaron el camino para que llegara hasta éste momento.

Escuchó sus voces retumbando en su cabeza una vez más, todos gritaban por su victoria. Esto marcaría el fin de un ciclo en su vida, por fin pasaría página, este sendero llegaba a su final.

La locura del Sanin finalizaba aquí, nunca más volvería a lastimar a más personas; esto era por ellos, por todas esas almas que rogaban ser vengadas, por los padres, madres, hijos, hermanos, abuelos y compañeros que tuvieron que ver como sus seres queridos eran asesinados en brutales experimentos.

La pesadilla se terminaba ahora.

Por los caídos, por sus amigos, por Hiruzen, por Anko; hoy cumpliría la promesa que le hizo hace tantos años atrás.

Cerró los ojos ante el recuerdo.

'¡Voy a hacerlo arrastrarse como una maldita savandija!'

Fue hace tanto tiempo en aquella caverna, una parte de su alma se quedó atrapada allí desde ese entonces. Lo cegó, le impidió ver a la mujer que tenía delante.

Era hora de salir del bosque, de volver a casa. Anko lo estaba esperando.

"¡Adelante, mocoso!" Manda no tenía que decírselo dos veces.

Orochimaru abrió los ojos con horror cuando se percató de la amenaza inminente. "No..." Su cerebro trabajó horas extras para encontrar una forma en la que pudiera escapar de esta con vida.

No se le ocurrió nada.

Los trucos se acabaron, lo único que quedaba era la desesperación. "¡Soy un inmortal!" Gritó con todas las fuerzas que pudo reunir, su expresión era una mezcla de locura combinada con pánico.

Sintió que su pecho se hinchaba de miedo, moriría sin ser capaz de cumplir su ambición. Había perdido, no le quedaba nada. "¡Vagare por la tierra por los siglos de los siglos!"

Su expresión se volvió incrédula, se quedó paralizado en estado de shock cuando contempló que la figura de Naruto desaparecía y era reemplazada por la apariencia de alguien más.

Un hombre rubio con una gabardina blanca y un kunai de tres puntas.

Se dio cuenta de que padre he hijo tenían la misma mirada, tan templado como el acero.

"Arte ninja secreto..." Escuchó el nombre de la técnica a través de los vientos huracanados.

"Cataclismo púrpura" Lo último que vió fue un destello violeta antes de que todo se volviera negro.