Continuación De Un Traje A La Medida
Tiara De Flores
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Llevaba un baúl gigante consigo, algunas personas lo veían con extrañeza, parecía que no estaban acostumbrados a ver a alguien llevar dicho artículo consigo.
Le habían dado instrucciones de cómo llegar hasta la casa, aún así llevaba en su mano derecha un trozo de pergamino con la dirección escrita, se sentía emocionado de poder visitar a su mejor amigo.
Sonrió cuando finalmente llegó a la casa de los Potter, no fue difícil hallar la casa ya que era la más grande del vecindario.
Tocó la puerta esperando que le permitieran entrar, finalmente una chica de cabello pelirrojo fue quien le abrió la puerta de la casa, ella le sonrió con cariño al amigo de su hermano.
–Hola, Bienvenido Scorpius. – Saludó Lily con alegría, la última vez que había visto a Scorpius fue cuando llegó a despedirse de Albus, ya que el único hijo de los Malfoys emprendería un viaje para mejorar sus habilidades mágicas con la esperanza de llegar a ser el ministro de magia.
–Hola Lily, gracias. – Scorpius fue invitado a pasar, sería una gran sorpresa la visita que estaba haciendo a su mejor amigo.
Según le había explicado por medio de una carta, se había comprometido con la chica de la cual le habló cuando estaban en Hogwarts, se lo dijo en confianza, ya que ella era mayor a su amigo. Aun no la conocía en persona, pero sabía que ella hacía feliz a Albus, al menos eso era lo que decía su amigo en el pergamino.
Quizás había llegado el tiempo de conocerla.
Cuando finalmente llegó a casa, Albus, se sorprendió al ver a Scorpius de visita, el rubio de ojos grises había pausado su viaje por un breve lapso de tiempo.
–Quise pasar saludándote, además me gustaría que me contaras más a detalle como está lo de tu compromiso. ¡Jajaja! Decías que yo sería el primero y mira tú ya estás en una relación.
–Pues le recordé su promesa a Lottie.
–¿Recordar?
–Si, hemos hablado desde entonces. Mi prometida es tan hermosa mientras más tiempo pasó junto a ella, más me enamoro. Me gustaría regalarle algo pero no sé que podría darle.– Respondió Albus sonrojándose, Scorpius lo notó, el amor de su amigo era cada vez más fuerte.
–Puedes preguntarle sutilmente o regalarle algo que consideres que ella amará. En una ocasión me dijiste que le gustaba mucho bailar. Quizás podrías llevarla a un baile. – Scorpius sugirió mientras su amigo pensaba si aquella opción era buena idea.
Comenzó a reír mientras veía a su hermano ensayar su baile nupcial con su madre, Carrie se sentía emocionada ya que su hijo se casaría. Edward tomó su teléfono celular mientras grababa un fragmento de la danza.
–¡Lottie no te rías! ¡Cuando te cases con el borrego, ensayaras con papá!
–¡Oye no le digas borrego! – Su hermano le había dejado ese apodo permanente a su prometido. ¿Prometido? ¿Desde cuándo lo llamaba así?
–¡Tranquilos! Sigan practicando recuerda que debes perfeccionar cada paso. – Edward hizo callar a sus dos hijos, le parecía que había sido ayer cuando los cargaba en sus brazos, que jugaba con ellos, y ahora uno de sus pequeños se iba a casar y la otra estaba comprometida.
Sintió sus ojos azules llenarse de lágrimas, pero se contuvo. Era un día feliz que no debía cambiar por nada del mundo.
Lottie comenzó a pensar en los adornos florales, que estarían decorando el salón, y tuvo una idea para un obsequio que le podría gustar a Albus.
Se dirigió a su habitación, debía aprender cómo se hacía lo que tenía en mente. Se suponía que tenía que alejarlo de su vida, pero ya no lo veía posible.
Y no sabía cómo sentirse al respecto.
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Scorpius escuchó que tocaban a la puerta, aunque no estaba en casa era quien más cerca estaba para ir a abrir, se sorprendió al ver a la mujer frente a el, pero al ver sus facciones la reconoció, ella era Lottie Elwes, no tenía ninguna duda.
Lottie lo saludó cordialmente, probablemente ella pensó que se trataba de alguno de los primos de Albus.
Scorpius notó como un espectador como los ojos verdes de su amigo brillaron al verla, la chica acomodó sus lentes que se estaban cayendo en ese momento.
–¡Lottie! ¿Sucede algo mi amor? – Preguntó Albus mientras veía que ella había llegado con una bolsa en su mano derecha.
–Te traje algo. Espero te guste, solo quiero pedirte que cierres los ojos por un breve momento. – Ella alzó la bolsa con cuidado de no romper las cosas que llevaba en las mismas.
Albus hizo lo que ella le pidió, se sentía nervioso ya que no sabía cuál sería el regalo, sintió que Lottie se acercaba, que colocó algo sobre su cabeza, era algo ligero, pero no sabía cómo describirlo. Abrió los ojos, y se vio en el espejo, quedó sorprendido al ver que era una pequeña tiara de flores, lirios blancos para ser exactos.
–Es hermosa. – Los ojos de Albus se llenaron de lágrimas, el le había dado un lirio blanco cuando hicieron la promesa de matrimonio. Cuando ella le dijo que si, cuando el se volvió la persona más feliz.
–Las flores siempre estuvieron presentes al menos en el pasado. Quería darte esto, la verdad es la primera vez que hago una así que puede que esté algo torcida. –Se sintió apenada, las manualidades nunca fueron lo suyo. .
–Es perfecta. – Abrazó a Lottie con fuerza.
Scorpius había sido amigo de Albus desde que tenían 11 años, aunque fueron al baile de cuarto año con una respectiva pareja sabía que Albus no se había divertido tanto en aquella ocasión, esta vez veía que su mejor amigo estaba feliz.
Se dio cuenta que la pareja se había olvidado de su presencia, no los culpaba, se sintió muy feliz de que su amigo hubiera encontrado el amor, esperaba que algún día fuera correspondido en el amor así como Albus lo era. Porque aunque la chica no lo admitiera aún, se notaba que ella correspondía a Albus.
