Disclaimer: HP no me pertenece


Un camino equivocado al lugar correcto

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Videntes.

No había nada que Harry odiara más que a los y las videntes, y si uno más de ellos lo tocaba, Harry iba... iba a hechizarlos a todos.

Estaban en una misión de aurores, por supuesto. Y habían logrado arrestar a un grupo de hombres que secuestraba videntes. Fue difícil localizarlos, aún más capturarlos. Pero lo lograron gracias a un vidente anónimo en la oficina de Misterios, el cual jugó una carrera inhumana de movimientos contra probablemente los videntes capturados. Gracias a Merlín, solo faltaba liberar a los prisioneros. Lo que parecía fácil. Excepto que ellos solo querían saltar sobre los aurores y leer su futuro.

La primera tomó a Harry por sorpresa. Una mujer morena de ojos miel y cabellos negros. Simplemente sonrió cuando Harry la señaló con su varita para liberarla de sus cuerdas.

-Te estuve esperando-dijo.

-Eso espero. No queríamos que no tuvieran esperanzas. Estoy seguro que estás aliviada de que los aurores ya estén aquí.

-Oh, yo no me preocuparía por ellos. Sabíamos que el adivino que nos buscaba lograría encontrarnos, era cuestión de tiempo.

-¿Si sabías, por qué esperarme?

-Tú sabes.

-¿Una predicción?-suspiró.

Ella rió y luego lo miró.

-Lograste deshacerte de la oscuridad que él te impuso, pero la tuya sigue ahí, intentando no salir. Quieres ser recto, un buen hombre. Lo eres, pero no puedes evitarlo. La muerte está en ti. Tu ancestro la aceptó. La dejó en cada descendiente. Tu la dejarás a los tuyos. Tus ojos.-Declaró poniendo su mano en su rostro a la altura de los ojos de Harry- Ojos de tu madre. Ojos verdes como el Avada Kedavra. Ellos causaron la muerte de muchos pero también dieron vida a decenas de personas. Y darán aún más vida cuando miren y vean realmente a la persona correcta.

Harry tropezó hacia atrás, ligeramente sorprendido, y se golpeó la cabeza en el proceso con alguien atrás de él. La mujer sonrió y permitió ser liberada, pero antes de irse besó a Harry en la mejilla. Harry negó con la cabeza, y se dijo que no debía tener tanta importancia. La segunda también miró a Harry y no tardó en pronunciar sus palabras.

-Se te ha prometido un príncipe desde el principio, por ello todas tus relaciones fracasan. Tú destino está amarrado a él desde que se miraron por primera vez entre todas esas telas e hilos. Se te prometió y lo rechazaste, y cuando te rechazó, tú lo escogiste. Sus caminos ya se habían separado, pero te aferraste a él. Destinado a morir y rescatado por el Maestro de la Muerte, lo reclamaste como tuyo ante ella y los vivos.

Harry rió incrédulamente y la desamarró.

-Por supuesto. Sí. Claro.

La tercera ni siquiera iba a ser liberada por él. Tomó el tobillo de Harry mientras él caminaba y lo hizo tropezar y caer, quedando a su altura. Harry maldijo y se tocó la nariz. Luego miró hacia la voz que pronunciaba su nombre. Una anciana lo miraba, su aspecto daba miedo. Se arrastró hacia su congelado cuerpo asustado y tomó sus manos.

-Cuatro hijos para ti y para él. De oro serán sus cabellos y de esmeralda sus miradas, excepto por aquel de mirada nublosa. Él tendrá una corona de plumas oscuras. Vivirás una larga y tranquila vida cuidándolos, hasta que regreses de donde volviste una vez.

Los demás no parecían la suerte de tener un futuro tan visible como el de Harry. Una profecía si tenían suerte. Harry ya tenía tres, y se preguntó si debía asustarse.

Estaba liberando a la cuarta mujer cuando siseó de dolor. Una mujer tras de él había atrapado su rostro con sus largas uñas. Maldita sea.

-Cuando te veo, veo ojos grises mirándome. Ojos grises que debieron ser cerrados una y otra vez, que tú mismo intentaste cerrar una vez, mezclándose con tus ojos verdes. Una larga y preciosa línea de vida gracias a esa sangre tan fuerte que posee y tu magia.

-¡Suéltalo!-gritó alguien y Harry se encontró libre. Tosió un poco y quedó junto a un niño pequeño que lo miró.

-¿En serio? ¿También tú?

El niño tembló y se abrazó a sí mismo.

-Vamos, dila-exclamó de mal humor.

-Yo solo. Solo sé... has estado dando vueltas por años en el camino equivocado, pero alrededor del correcto. No lo entiendo del todo.

Harry bufó.

Cuando llegaron al Cuartel, todos hablaban de las profecías que tuvieron, y de las de Harry. Harry rodó los ojos y se dirigió a su despacho, donde su compañero Ron Weasley, dormía con un libro en su cabeza.

-¡Hey! Despierta. ¿Sigues vivo?

Ron bostezó.

-Oh sí. Bebé. Biberón.

Harry sintió entre irritación y compasión hacia el nuevo padre, quien se tomaría unas semanas de descanso a partir de mañana. No que hiciera diferencia, ya que se la pasaba durmiendo en el trabajo. Su reemplazo era lo que Harry no estaba seguro de soportar. Y hablando de su reemplazo...

-Sal de mi escritorio, Weasley.

La voz de Malfoy se abrió paso por la oficina al igual que él y Harry rodó los ojos y lo miró.

-Inefable Malfoy como Auror Sustituto-declaró y le sonrió a Harry de lado, antes de caminar junto a Ron y patearlo nuevamente.

-¡Hey! Levanta Weasley, vacaciones, genial, increíble.

Ron bostezó de nuevo.

-De verdad lo siento Harry, fue el único que aceptó suplir a un auror.

Malfoy rodó los ojos cuando lo vio inclinado a poner los brazos sobre su escritorio y seguir durmiendo.

-Merlín, Weasley, ya ve a casa y duerme. Mientras antes regreses, antes podré volver a mi departamento. Vuelve, y regresa antes que Potter y yo nos matemos.

-Dudo que Mione me deje-se quejó pero hizo caso. Estaba tan cansado que ni siquiera se quejó contra a Malfoy. Cuando se fue, Malfoy se sentó en la silla y miró a Harry antes de alzar la ceja.

-Bueno, parece que te divertiste.

-¿Qué quieres decir?-frunció el ceño. Malfoy señaló su propia mejilla.

-Merlín Potter, tienes un beso en labial rojo, marcas de uñas... ¿las videntes estaban tan impresionadas?

Harry abrió la boca.

-¿Sabes de eso?

Malfoy se alzó de hombros y empezó a limpiar el desastre de Ron, quejándose de lo desorganizado que era. Harry lo miró, pensando en las palabras de la primera mujer.

¿Era posible...?

No, Malfoy no podía ser un vidente, pero de algún modo...

Se te ha prometido un príncipe

El principe de Slytherin.

Tú destino está amarrado a él desde que se miraron por primera vez entre todas esas telas e hilos.

Madam Malkin.

Destinado a morir.

El fuego maldito.

De oro serán sus cabellos y de esmeralda sus miradas, excepto por aquel de mirada nublosa.

Rubio de ojos grises.

Has estado dando vueltas por años en el camino equivocado, pero alrededor del correcto.

Hogwarts. El Ministerio.

Cuando miren y vean realmente a la persona correcta.

-¿Potter, estás bien?-preguntó Malfoy, -¿por qué me ves así?

Harry se dejó caer en la silla, con ojos muy abiertos.

No uno, cinco videntes.

Joder.