Saben que de forma normal no suelo poner notas al principio, pero esta es necesaria, la historia es la misma, no he editado nada. Sucede que recibí algunos comentarios de ustedes de que la historia ya no aparecía en el sitio, les pido una disculpa, tuve algunos problemas y tuve que borrarla y honestamente no había tenido tiempo de volver a publicarla, pero aquí está, esta historia que llevaba trabajando desde hacía unos buenos años y que disfruto tanto como ustedes, Dejen sus notas como siempre, estaré encantada de leerlos, la portada se ha perdido entre mis documentos y no el encuentro, pero en cuanto la encontrar la subo. ¡Les mando Amor a Todos mis Potterheads!
Si ya la leíste y solo estás esperando los capítulo finales para saber que pasa con ... (bueno, ya sabes con quienes ...) tendrás que esperar un poco, porque tengo que volver a subir TODA la historia (aunque no tanto como la pausa de un año sin publicar del 2018, lo prometo) y mi tiempo ha estado apretado por mi trabajo, pero prometo terminarla, tenía juramento inquebrantable con eso.
Si eres un nuevo lector, adelante, espero disfrutes mucho la historia y acepto Reviews de todo tipo. Voy a aclarar un punto importante que todos siempre me comentaban en los primeros capítulos ¿Y mi Harry y Ginny? Okey, esperate ... si va a haber, pero en esta historia vamos de la mano con los libros de la Fabulosa JK Rowling, así que empezamos en su primer año en Hogwarts, no pueden esperar un romance increíble en los primeros capítulos, pero eventualmente habrá cosillas importantes.
Esta historia respeta el Canon, así que being fieles a eso, Habrá Hanny / Hinny hasta la parte VI que equivale al libro 6.
Y bueno como último antes de dejarlos con la lectura ... Nada de esto me pertenece, todo es producto de la maravillosa y brillante mente de JK Rowling (Excepto los personajes de Lavinia y su familia ... ah y Linfred ... esos si que me pertenecen, sin ellos no habría historia).
PARTE I
CAPÍTULO 1
El Niño que Vivió
La noche de la última reunión de la Orden del Fénix, Lily y James Potter han dejado a sus dos pequeños al cuidado de Daisy, una amiga de Hogwarts de Lily, pues iban a discutir con el profesor Dumbledore y los Longbottom la mejor forma de proteger a esos tres angelitos que cumplían con las condiciones de la profecía.
Sin embargo, cuando James y Lily Potter volvieron a Godric's Hallow, se llevaron la mayor sorpresa de su vida. La primera en reaccionar fue Lily, quien corrió a la habitación de sus pequeños, James llegó a su lado justo para ver cómo Lily se deshacía en el marco de la puerta, Daisy estaba en el suelo, su varita estaba a una distancia prudente de ella , como si ella hubiera intentado proteger a los niños.
Lily y James se acercaron a la cuna de los niños y vieron ahí a Harry y a Linfred, ambos gemelos con una curiosa cicatriz en sus frentes, fue cuestión de minutos cuando Dumbledore apareció en la casa de los Potter y examinó a ambos niños. Harry era el más tranquilo de los dos, mientras que Linfred lloraba terriblemente, sobre todo si se le acariciaba la cicatriz en su frente, eso más el pitido del chivatoscopio al acercar el objeto al niño, hicieron a los padres y Dumbledore determinar que había sido Linfred a quien Voldemort había intentado asesinar.
El primero de Noviembre Sirius Black fue declarado culpable del asesinato de Peter Pettigrew y otros muggles, sin que James, Remus, Lily o incluso el mismo Dumbledore pudiese hacer algo, su varita lo delataba y el hecho de que no hubiera recuerdos en su mente, era bastante sospechoso, por lo que había sido declarado culpable y enviado a Azkaban. Ese mismo día, por todo el mundo mágico (en Europa al menos) comenzó a circular la historia del famoso niño que había "matado" al Señor Tenebroso con solo un rasguño en su frente, y tal como decía el Profeta, el nombre de Linfred Potter sería conocido por toda Europa, por cada mago y bruja.
Cualquiera que conociese a los gemelos Potter podía decir que no eran iguales en nada, por un lado, Linfred era idéntico a Lily casi en todo, exceptuando sus traviesos ojos castaños (herencia de su padre) y Harry era la viva imagen de su padre más los encantadores ojos verdes esmeralda de la familia Evans.
Y eso era solo el inicio, porque ambos hermanos tenían diferencias notables en su forma de ser, Linfred siempre había sido un niño mimado por James, después de todo, era de quien todos querían una foto, un autógrafo o simplemente tocarle. James le consentía cada capricho pues tenían que cuidar al que sería el héroe del mundo mágico. Linfred se dio cuenta de esto desde pequeño, y solía manipular a sus padres para obtener toda la atención de ellos.
Harry no solía recibir el mismo tipo de atención, por ello Lily había desarrollado una vena especialmente protectora con él.
Era el verano antes de empezar en Hogwarts y los Potter se encontraban haciendo las compras pertinentes, Linfred estaba con James en la tienda de Quiddich, mientras Harry estaba con Lily haciendo las compras de libros.
—Mamá, ¿Puedo ir a ver los libros de historia?
—Seguro Cariño, pero no te pierdas en alguno demasiado tiempo.
—Claro mamá.
Y una vez habiendo avisado, se dirigió hacia la sección de historia, Harry tenía una curiosidad interminable y Lily siempre había apreciado eso de él, su pequeño niño era una biblioteca andante a su corta edad de 11 años, además de un talento notable en el área de la que ella misma disfrutaba tanto, pociones.
Harry por su parte, se concentró en encontrar un libro que hablara sobre Merlín, pero solo fueron los mismos tomos que ya tenía, lo cuál le resultaba frustrante. Cerró los ojos contando hasta diez, justo como Lavinia le había enseñado y dio dos pasos hacia atrás, cayendo al piso y llevándose a alguien con él.
Cuando abrió los ojos después del golpe vio a una niña que tenía más o menos su edad, era pelirroja y aparentemente estaba enojada con él.
—Lo siento, no veía por donde iba —se disculpó Harry levantándose y tendiéndole la mano a la niña, quien lo miró sorprendida, Harry dudó de su gesto, no retiró la mano que le ofrecía.
—Supongo que yo tampoco —admitió la niña con cuidado tomando su mano finalmente para ayudarse a ponerse en pie. Entonces se hizo un silencio entre ellos.
—¿Eres fan de mi hermano? —Inquirió Harry con un poco de fastidio al ver el libro para niños que ella tenía en su mano. La niña miró el libro y se sonrojó furiosamente.
—Ehh... yo... sí... espera, ¿Tu hermano? —Dice ella mirando a Harry a los ojos.
—Sí, bueno, ese es un libro del "Niño que vivió" y ese es mi hermano Linfred.
—Oh, no lo sabía... qué él era tu hermano.
—¿Me estás diciendo que jamás habías visto a mi hermano y aún así eres su fan?
—No salgo mucho y los periódicos y revistas no tiene fotos de él, al parecer tu mamá no deja que lo fotografíen, así que solo tengo los dibujos de libros.
—Bien, supongo que hay que darte crédito.
—¿Por qué?
—Por la imaginación que debes tener.
—Entonces, si tu hermano es Linfred... ¿Tú eres? —Inquirió la niña con curiosidad, pero al ver el rostro de Harry se arrepintió de preguntar—. Lo siento, los libros no mencionan tu nombre.
—Descuida, lo sé... —dijo con la mirada baja, pero entonces se recompuso y le sonrió a la niña pelirroja mientras se inclinaba en su presentación—. Soy Harry, Harry Potter ¿Y usted señorita?
—Soy Ginny Weasley —le dijo ella devolviéndole la sonrisa, ella no sabía qué había sucedido, solo sabía que de repente había sentido un extraño tirón en su estómago cuando él le había sonreído.
—Bueno señorita Ginny, ¿Te gusta leer?
—Sí, es mi forma de distraerme un poco —admitió ella.
—¿Y ha leído algo que no sea historias de niños?
—Bueno, aún no entro a Hogwarts... y no lo haré sino hasta dentro de un año... —dijo ella sintiendo vergüenza ante la mirada burlona de Harry, sus hermanos también le tomaban el pelo, pero esto se sintió diferente.
Harry caminó unos pasos lejos de ella y tomó un libro de la estantería, uno que a Lavinia le había fascinado cuando se lo había regalado y se lo mostró a Ginny.
—Seguro este puede gustarte "Rompecielos" es un libro increíble, tiene un poco de todo para el gusto de las chicas, aventura, magia y un toque de romance, seguro que lo amarás.
Ginny tomó el libro entre sus manos y leyó la primera página, Harry esperó paciente y cuando ella finalmente le miró con su ceño fruncido Harry pensó que se había equivocado con ella, entonces ella le dijo.
—¿Cómo podrías saber que iba a gustarme? solo he leído la primera página, pero quiero seguir leyendo.
—Intuición —respondió encogiéndose de hombros, lo cuál no era totalmente cierto, pues tenía amplia experiencia escogiendo libros para Lavinia, pero no iba a decirle eso a Ginny.
—Bueno Señor intuición, muchas gracias por la sugerencia, pero supongo que tendré que pedirlo de regalo de navidad.
—¿Por qué? ¿Has agotado tu mesada?
—No tengo mesada, y este año mi hermano entra a Hogwarts, habrá muchos gastos en casa y solo me dieron un límite para comprar un libro, y aunque dejara el que habla de tu hermano, este pasa del límite —admitió con las orejas completamente rojas.
Harry entendió entonces, él había escuchado de los Weasley, que tenían muchos hijos y su solvencia económica no era muy buena. Pero al mirar cómo Ginny le echaba miradas de reojo al libro, lo tomó de sus manos y le dijo.
—¿Cuándo es tu cumpleaños?
—¿qué? —preguntó ella extrañada.
—¿Cuándo cumples años?
—El 11 de agosto —dijo ella casi en un susurro.
—Entonces tómalo como mi regalo de cumpleaños.
—No puedo, seguro que tu también ibas a comprar algo aquí —añadió ella nerviosa.
—Buscaba un libro acerca de Merlín pero al parecer he agotado todos lo de Flourish & Blotts.
—Estoy segura que encontrarás algo para leer sobre Merlín y Morgana en Hogwarts, ahí hay libros cariño —dice una voz que hizo que ambos niños la miraran, entonces Lily notó que Harry tenía compañía y le sonrió a la niña—. Hola Calabacita ¿Cómo te llamas?
—Ginny Weasley ¿También eres pelirroja?
—Claro Calabacita... ¿Entras a Hogwarts este año?
—No, hasta el siguiente —dijo Ginny con una sonrisa cautelosa.
—Bueno estoy segura que te irá excelente y Harry no te dejará solita ¿Cierto cariño?
—Cierto Mamá.
—Entonces ¿No hubo nada que quisieras comprar Harry?
—No para mí, pero llevaré este —articuló el niño y Lily miró el libro, había sido el mismo que había comprado para Lavinia durante las vacaciones, Lily iba a comentar al respecto pero se abstuvo.
—Está bien, vayamos abajo entonces.
—¿Vienes? —le dijo Harry a Ginny quien solo asintió y se dispuso a seguir a Harry, fue entonces cuando miró el libro que ella llevaba, y solo lo dudó por un segundo, pero decidió dejarlo, después de todo, ella tendría un libro que leer después de todo, y después de dejarlo, corrió para alcanzar a Harry y su madre.
Los encontró pagando el libro, entonces la dependienta hizo un movimiento de varita y el libro se envolvió en papel de regalo. Una vez tuvo un lindo moño dorado se lo entregó a Harry, quien la buscó con la mirada, y al encontrarla le sonrió.
—No tenías que envolverlo, ya sé que es —dice ella.
—Es el detalle lo que cuenta, y te dije que era un regalo de cumpleaños, al menos debería lucir como un regalo.
—Gracias Harry —dijo ella con una sonrisa radiante, Harry le devolvió la sonrisa, ambos niños estaban en su propia burbuja mientras Lily los observaba con cierta nostalgia.
—Haremos algo, cuando lo termines vas a mandarme una carta y te mandaré otro libro por lechuza, al final, cuando entres a Hogwarts el siguiente año, me devuelves los que te haya prestado y así sabremos cuántos puedes leer en un año ¿Si?
—Está bien Harry, tenemos un trato. ¿Te mando la carta a Hogwarts?
—¿Y si lo acabas antes? Aún tenemos dos semanas de vacaciones... ¿Podría mandarte una lechuza a tu casa?
—Supongo, vivo en La Madriguera —dice ella encogiéndose de hombros.
—Harry, hora de irnos, papá y Linf están listos para ir a comprar las varitas —llamó Lily odiando interrumpir el momento. Harry no solía tener muchos amigos, y de verdad detestaba interrumpir a Harry ahora.
—Si mamá —le dijo a Lily y se volvió hacia Ginny—. Te escribo pronto entonces Ginny, adiós —dijo y se acercó a besar su mejilla, de la misma forma en que hacía con Lavinia, no fue sino hasta que se alejó de ella y la vio totalmente roja que entendió que ella no era Lavinia, a pesar de que se parecieran mucho, y él acababa de besarle la mejilla a una niña que acababa de conocer—. Lo siento, no vuelve a pasar.
Y entonces Harry había huido de ahí seguido de Lily, quien tenía una sonrisa divertida.
—¿Entonces... cómo piensas escribirle si no tienes lechuza? —inquirió su madre cuando pasaron por el Emporio de las Lechuzas. Harry se detuvo de inmediato—. No es que no quiera prestarte a Turner, pero supongo que querrás correspondencia privada ahora que entres a la escuela, después de todo, Turner no puede estar volando al departamento de Correo internacional y a la madriguera todo el año... y además llevar las cartas mías y de papá.
—¿Entonces puedo tener una lechuza? —inquirió Harry emocionado.
—Lavinia querrá mandarte cartas diario y supongo que Ginny esperará cartas ocasionales, además, tu hermano pidió una escoba y tu no has comprado libros.
—Compramos el de Ginny...
—Ese lo compraste tu cariño, yo no puse un knut... supongo que una lechuza es un buen equivalente para una escoba ¿Qué dices?
—Que claro que sí —exclamó emocionado mientras buscaba dentro de la tienda.
—¿Los puedo ayudar en algo? —inquirió un señor—. ¿Busca algo en especial?
—Quiero una lechuza —dijo Harry.
—Una lechuza escolar...
—Oh no —interrumpió Lily al vendedor—. De hecho quisiéramos una lechuza que pueda con paquetería y que pueda recorrer distancias considerables.
—¿Correo Profesional? —Inquirió el hombre y Lily asintió.
—Bien, tengo Tytos, Asios y una linda Scandiacus —ofrece el vendedor señalando las lechuzas directamente, Lily solo rió cuando la mirada de Harry se fue a la lechuza blanca.
—Supongo que nos llevamos la Scandiacus.
Cinco minutos más tarde Harry salió con una gran jaula con una hermosa lechuza blanca medio dormida y con su cabeza debajo de su ala. Él y su madre tomaron dirección hacia Ollivander's donde verían a James y a Linfred.
Cuando los gemelos Potter tomaron sus varitas, el Sr Ollivander estaba sorprendido, él habría jurado que la varita que ahora tenía Harry Potter en su mano le quedaba mejor a su hermano, pero se reservó su comentario, solo para decirle a Harry Potter que haría maravillas con esa varita algún día, pues el fénix que había brindado la pluma de su núcleo había dado otra pluma gemela y aquella otra varita con núcleo gemelo, también había hecho cosas grandiosas.
Los Potter estaban de camino a Godric's Hallow cuando la lechuza de Harry decidió despertarse y ulular.
—Papá ¿Por qué Harry tiene una lechuza? —Inquirió Linfred a James, pero antes de que él pudiese decir algo Lily lo hizo.
—Porque tú tienes una escoba y un equipo de Quiddich nuevo.
—Bien, de todas formas puedo usar a Turner —dijo el niño obediente al identificar la advertencia en el tono de su madre.
Esa noche, después de la cena, lo primero que hizo Harry fue escribir dos cartas, una para Lavinia en la que le contaba que tenía una lechuza muy bella y podrían escribirse más seguido, y otra más para Ginny. Harry podía escuchar a Linfred con su padre divirtiéndose en el patio volando la nueva Nimbus 2000 de Linfred cuando Lily tocó a su puerta y entró.
—¿Ya la ha nombrado? —Inquirió acariciando el plumaje del ave.
—Me he decidido por Hedwig, Lavinia quería ponerle así a su lechuza, pero Virianne la nombró primero —explicó Harry y Lily solo asintió, si había alguien por quien Harry sintió una debilidad mortal además de ella misma, esa persona era Lavinia Fireblolt.
—Bueno Hedwig, estoy segura que este chico va a tenerte corriendo de un lado a otro, así que espero durmieras muy bien. ¿A quién le enviarás primero?
—A Ginny, es más cerca —dijo el niño y Lily negó con la cabeza, Harry dudó.
—Ella es una Weasley ¿No? —Preguntó su madre y Harry asintió—. Entonces será mejor que le envíes a ella en el día, seguramente ahora están en la cena y todos la harán enfadar al respecto, ella tiene muchos hermanos Harry, si tú con tu padre y tu hermano no puedes, imagínate la pobre chica.
—Bien a ella se la mando mañana, entonces hoy mando a Lavinia la suya.
—Esa es una mejor idea Cariño, recuerda dormirte temprano —ordenó Lily besando a su hijo en el frente justo en donde esa cicatriz se encontraba.
—Eso deberías decírselos a papá y Linfred mamá —añadió Harry con cierto humor en sus ojos verdes antes de que ella cerrara la puerta.
Solo recibió una carta de Ginny, en la que ella prometía terminar el libro y enviarle entonces sí una carta a él, porque no quería que le fuera a contar el final, en cambio, con Lavinia había intercambiado dos cartas más, Harry le había compartido sus inquietudes acerca de Hogwarts y ella había intentado tranquilizarlo por todos los medio, aún sin éxito, así que cuando Hedwig finalmente llegó con una carta de ella la noche previa al Expreso, Harry se apresuró a terminar su cena y lavar su plato y vaso y corrió a su habitación a responderle a su amiga, dejando abajo a sus padres, su hermano y su tío Remus.
Querido Harry (836):
Te tengo una sorpresa increíble, se que te había dicho que entraría a Ilvermorny hasta el siguiente año, pero papá logró hablar con Agilbert Fontaine y logró que me admitieran este año, solo yo puedo tener tan mala suerte como para haber nacido el lunes 1 ° de Septiembre a las 12:00 de la madrugada teniendo a mi mamá en trabajo de parto todo el domingo anterior.
El punto interesante es que ahora sí que entiendo cómo te sientes, y espero disculpes mi insensibilidad sobre el tema antes... debo admitir que también estoy nerviosa y como sé que tienes curiosidad porque nunca te lo había dicho, me gustaría que me escogieran para Wampus... sé lo que dice Virianne, pero no me importa, ella puede quedarse con Thunderbirds, yo quiero ser de Wampus... Harry mientras escribía esto acabo de darme cuenta de algo...
¡Voy a tener una Varita! Por fin voy a tener una varita, ¿Entiendes lo emocionada que estoy ahora? ¡Por Morgana! Enserio estoy emocionada... Prometo escribirte al final del día, cuando sepa mi casa y tenga mi varita, espero tu carta de tu selección... y espero que al odioso de tu hermano le den la casa de los magos malos, porque eso es él... en fin, no puedo seguir escribiendo de la emoción... así que hasta aquí mi reporte.
Con amor
Lavinia
Harry decidió no responderle esa noche, de todas formas, al día siguiente estaría mandándole otra nueva carta. Él estaba a punto de dormirse cuando una lechuza picoteó en su ventana, Harry se levantó y le abrió, no conocía a la lechuza, pero cuando leyó el nombre del remitente, enseguida le abrió la ventana, la lechuza entró y se posó en el tronco de Hedwig, quien no objetó aquello, entonces la lechuza se acurrucó y se durmió... Harry encendió su lámpara de escritorio y se dispuso a leer la carta.
Querido Harry:
¡Por fin he terminado el libro! Tenías razón, me encantó el libro, es genial. Debo admitir que dudé de tu gusto para los libros, pero Cole y Jadiz son adorables, y ahora que sé que sacarán un segundo libro, ya lo estoy esperando, es una pena que la editorial sea Americana, porque significa que aquí no llegará sino hasta veinte años más tarde... Asumiré que, o bien ya estas dormido (por la hora) o bien estarás a punto así que seré breve.
Espero verte mañana en la estación, mi hermano Ron también entra este año a Hogwarts, es muy agradable, pero algo inseguro, sería muy bueno que fueran amigos. Espero que tengamos un tiempo para comentar el libro, me esforzaré por apurar a mis hermanos para llegar temprano.
Dulces sueños
Ginny.
Harry sonrió y en vez de irse a dormir, corrió a su librero ya pesar de ya tener el baúl cerrado, lo abrió de nuevo solo para meter en él 12 de sus libros de aventuras favoritos, también incluyó su "Diccionario Muggle de utensilios, frases y algo más", ya había tenido la experiencia con Lavinia, por lo que concluyó que si quería que Ginny entendiera los libros Muggles que le prestaba, necesitaría el Diccionario. Supuso que si Ginny terminaba con todos antes de navidad, bien podía pedirle a su mamá que le enviara algunos más a él a la escuela. Y una vez todo empacado, decidió irse a dormir.
Su despertar no fue increíble, Linfred estaba tocando la puerta como un loco desesperado.
—Harry, despiértate que mamá no quiere empezar el desayuno si no está tu trasero en la silla del comedor y ya tengo hambre.
—Voy —exclamó Harry de vuelta poniendo los ojos en blanco. Su hermano debía estar realmente nervioso si se había levantado antes que él. Para no hacer enfadar a Linfred y en consecuencia irritar a su papá, bajó tal cual estaba a desayunar, ya tomaría una ducha más tarde.
—Buenos días familia ¿Están emocionados por su primer día en Hogwarts?
—Claro mamá, voy a ser un merodeador como papá ...
Y fue ahí donde Harry entendió que su hermano lo había sacado de la conversación de nuevo, no es que esperara otra cosa, Harry ya sabía a que atenerse siempre, mamá siempre era genial con él mientras papá no estaba involucrado en la conversación, pues si papá estaba involucrado, era como si mamá quisiese darle gusto en todo y eso incluía adorar a Linfred y olvidarse de la existencia de Harry. Así que devoró su cereal y sus panqueques y subió a asearse.
Llegaron a King Cross con bastante tiempo de sobra, había demasiada gente, sin embargo Harry solo buscaba a su amiga pelirroja, Harry fue a subir su baúl al tren y dejar a Hedwig para continuar buscando, sin embargo cuando miró hacia donde estaba su familia, no pudo evitar sentirse totalmente ajeno a ellos. Su madre lo había dicho de camino a la estación, a partir de ahora sería imposible prohibirle a la prensa alguna imagen de Linfred, lo que Harry no pensó fue que le fuera a doler tanto ver a sus padres y a su tío Remus junto con Linfred sonriendo a la cámara, sin preocuparse por dónde estaba él.
Ginny había llegado buscando a Harry, ahora si que confiaba en su juicio de libros, durante todo el camino en el Ford Anguila de su padre se la había pasado retorciendo las manos en su vestido, le sudaban y Ginny no entendía por qué. Su mamá inclusive le había preguntado esa mañana sobre el vestido que estaba usando, fue ahí cuando Ginny se había dado cuenta que ella había escogido ese vestido porque quería verse bien para hablar con Harry, no quería que la viera en las fachas de la última vez.
Cuando Ginny finalmente encontró a Harry, lo vio perdido con su mirada en algo, entonces ella cuando llegó a su lado vio por fin que es lo que tenía mal a su amigo, estaban tomando una foto de la familia Potter y Harry no estaba ahí, ella sabía que todos en su familia la querían y que jamás se sacarían una foto familiar sin ella, no podía imaginarse cómo se sintió Harry.
—Hola Harry —saludó ella con cuidado, ella vio al chico sacudir su cabeza, como si así pudiese sacudir el evento de su cabeza, luego cuando la miró, Ginny volvió a sentir ese tirón en su estómago al mirar esos ojos verdes.
—Hola Ginny, no respondí tu carta porque asumí que también era hora de dormir para ti.
—Sí bueno, en realidad era mi hora de práctica de escoba —añadió ella en voz baja, Harry se extrañó.
—¿De noche?
—Mis hermanos no me dejan usar sus escobas, así que es en la noche cuando puedo practicar sin que se enteren.
—Deberías poder practicar con ellos.
—Soy su hermanita pequeña —replicó ella en voz burlona y Harry rio con ella—. Mira, parece que Ron ya conoció a tu hermano —dice ella señalando hacia donde se encontraban sus hermanos, Harry miró y entendió la mirada de su madre, ella quería que se acercara, Harry resopló.
—Mamá me llama, ¿Vamos?
—Claro —dijo ella caminando, entonces Harry la tomó del brazo y el estómago de Ginny volvió a brincar.
—Ten, tiene algunas anotaciones, sobre todo de palabras que no entiendo, espero no se te haga pesada la lectura —dice entregándole un libro, Ginny lo miró y lo tomó.
—Bien, libro 1 de los préstamos, te daré mi opinión a medida que avance en él.
Harry no respondió, solo la empujó a caminar levemente al notar la mirada de su madre. Mientras caminaban a donde estaban todos sus familiares, Ginny estaba aún más nerviosa que antes, frente a ella estaba el objeto de sus sueños.
—¿Creerías que estoy loca si te digo que cuando cumplí 5 años me juré a mi misma que me casaría con el "Niño que vivó"? —preguntó Ginny nerviosa a Harry.
—Loca no, tal vez un poco ciega sí, pero definitivamente loca no —comentó Harry, pues no se podía imaginar una persona como Ginny al lado de su hermano, simplemente eran una ecuación que no encajaba en su cabeza.
La respuesta de ella fue enterrarle su codo en las costillas.
—Oh Cariño ahí estas —dice Lily y se dirigió hacia los Weasley—. Éste es Harry, el hermano gemelo de Linfred.
Ginny vio a Harry estrechar la mano de cada uno de sus hermanos y de sus padres, sus hermanos comenzaron a decir que sería genial ser el hermano gemelo de Linfred y otras cosas, pero lo único que Ginny veía era la terrible incomodidad de Harry con todo el asunto, entonces sus propios hermanos gemelos le preguntaron.
—Hey Harry ¿Qué se siente estar sincronizado con el "Niño que vivió"?
—Bueno... no es como que estemos sincronizados precisamente —dijo Harry a los gemelos.
—¿Pero cómo? Son gemelos, su conexión antinatural debe ser increíble, la nuestra es fuerte, pero la suya debe ser increíble —dijo Fred emocionado, Ginny podía entenderlo, eran los primeros gemelos aparte de ellos mismos que conocían.
—Solo no es lo mismo —dijo Harry ya poniendo atención en otra cosa, Ginny siguió su mirada y vio a Linfred hablando con su padre, Harry los miraba sospechosamente, entonces su mirada volvió hacia ella, él parecía sorprendido, lo vio suspirar y agachar la cabeza antes de irse en silencio, Ginny quiso seguirlo pero alguien la había cogido del brazo, al mirar pudo ver que era el mismo Linfred Potter quien la tomaba del brazo, le sonreía y entonces Ginny se olvidó de todo. ¡El Niño que vivió le estaba sonriendo! A ella...
—Soy Linfred.
—Ginny —fue lo único que ella pudo responder.
—No deberías dejar que mi hermano te llene la cabeza de ideas ridículas, las caras bonitas como la tuya deben preocuparse por verse bellas, no por leer libros inútiles, el libro no va a arreglar tu futuro, en cambio hablar conmigo sí.
Ginny no supo qué fue exactamente, pero sus palabras a pesar de ser suaves y dulces, parecían tener veneno en ellas, ella lo miró a los ojos y solo vio vacío, sus ojos a pesar de ser chocolate, se sentían fríos como el hielo, no había nada de la calidez que desprendían los de Harry y cuando pudo analizar en su mente sus palabras, se dio cuenta de lo que realmente le había dicho el chico, entonces una rabia interna se apoderó de ella, su cara enrojeció de la ira y usando lo que tenía en las manos golpeó al chico en el hombro para que la soltara y salió corriendo de ahí, escuchando la risa de los adultos de fondo. Remus y James habían reído acerca de que algo así había pasado con Lily y James hacía mucho tiempo, cuando por fin encontró a Harry, estaba sentado en una banca en la pared de la estación.
—¿Qué pasó ahí? —le preguntó ella a él—. ¿Por qué saliste corriendo?
—Es difícil ver a papá planear con Linfred todo, de hecho, casi puedo adivinar lo que pasó.
—¿A sí? —Ginny dudaba que él supiera que Linfred le había insinuado que ella no debería leer por ser niña.
—Linf probablemente se te acercó y trató de coquetear contigo, pero como no sabe hablarle con cariño ni a mamá, seguro fue desastroso y metió la pata haciéndote enojar... y tú probablemente lo golpeaste.
—Okey debo decir que no esperaba que enserio supieras que pasó.
—Son mi familia y aunque ellos no me conozcan, yo los conozco a ellos muy bien.
—¿Por qué dices que tu papá estaba planeando con tu hermano? —preguntó ella interesada en el hecho.
—La Leyenda Potter —explicó Harry, pero al ver la mirada confundida de ella amplió su explicación—. Todos los Potter desde que se puede rememorar, siempre han tenido a una pelirroja como esposa... es como un tipo de tradición, mi abuela era pelirroja igual que lo es mamá. Así que supongo que papá le dijo a Linfred que tú eres pelirroja... y de ahí todo.
—Bueno, si tuviera que escoger... definitivamente no escogería a un chico que piensa que por ser una niña no debo leer y solo debo verme bonita.
—¿Eso dijo? —Preguntó Harry con una sonrisa ladina.
—Básicamente.
—Cada vez se vuelve más tonto —dijo Harry negando con la cabeza, luego la miró y cuando chocolate y verde se encontró ella sintió esa calidez y el familiar tirón en su estómago—. Lamento el comportamiento tonto de mi hermano, y lamento que te ofendiera, no hay que ser muy inteligente para ver la fiereza en tus ojos, tu no eres una niña que solo sirva para verse bonita, tienes mucho que darle al mundo como para volverte una muñeca de pinturas.
—¿Muñeca de pinturas?
—Si, de esas chicas que solo piensan en vestidos y maquillajes y no se preocupan por lo que verdaderamente es importante, como lo que uno piensa y opina sobre algo... lo que se siente. Ese día en la librería cuando tropecé contigo me di cuenta de eso, que no eras una Muñeca de pinturas, sino una guerrera.
—Gracias Harry.
Ginny no supo exactamente cómo, pero lo que Harry había dicho la había hecho sentirse especial de mil formas distintas. Entonces escucharon el silbato del tren.
—Debo irme ...
—Quiero tener esta noche una lechuza donde me cuentes qué tal te fue en la selección ¿De acuerdo? —Pidió la pelirroja.
—Claro Ginny, lo prometo. Y perdón por lo de la librería.
—¿El qué?
—El beso en tu mejilla, siento que me tomé una libertad extra esa vez, lo siento si te hizo sentir incómoda.
¡Caray! Este niño es todo un Caballerito como diría tía Murriel ... pensó Ginny
—Bueno, estamos a mano entonces —dijo ella y Harry la miró curioso, entonces Ginny se acercó a él y también besó su mejilla antes de perderse entre la multitud de estudiantes que ingresaban al tren, dejando a Harry estupefacto, cuando reaccionó, se dirigió al tren al no verla más y entró al compartimento que ya había escogido, desde ahí vio a todos diciendo adiós a sus hijos, vio a su papá ya su tío Remus diciendo adiós a Linfred y después volver a su conversación, solo había dos personas diciéndole adiós a él, ambas pelirrojas y ambas con una enorme sonrisa en los labios, Harry les dijo adiós con la mano antes de perderlas de vista.
Por su parte Ginny no pudo dejar de pensar en la sensación de calidez que la había embargado cuando había besado la mejilla de Harry, incluso sus labios se sentían raros y tenía una sonrisa idiota en la cara que podía ver a través del retrovisor del auto de su papá.
—¿Estás feliz porque conociste a Linfred Potter, Amor? —Inquirió su padre con una sonrisa divertida y cómplice que compartió con su mamá. Ambos sabían del enamoramiento de ella por el "Niño que vivió"
—No —dice ella aún más sonriente. Sin explicar nada más y dejando a sus papás confundidos.
Perdonen estos cambios tan frecuentes, pero parece ser que Fanfiction tiene algo en mi contra últimamente, me cambia las palabras de idioma, la puntuación, etc. espero se pueda arreglar, la siguiente semana pueden esperar dos capítulos.
