Hola a todos:

Dejo el noveno oneshot, basado en el Capítulo Extra "El camino" del Gaiden 7 "Leo", donde Regulus recibe su armadura, aquí cuento lo que pasó después.


Atención: Todos los personajes de Saint Seiya y Saint Seiya: The Lost Canvas, pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi respectivamente. La historia es de mi autoría personal, la cual solamente escribí por diversión.


Día 9: Un traje a medida

Regulus, Yato.

Pre Canon, amistad, compañerismo.

Yato se encontraba en la parte posterior del templo de Leo, caminando de un lado a otro, esperando a su amigo Regulus. Hoy recibiría la armadura dorada por su increíble desempeño como aprendiz, consiguiendo ser ascendido a santo de oro. En un principio, sintió un poco de envidia, puesto que él y el sobrino de Sísifo entrenaban a la par y, aun así, éste lo superó.

No obstante, sabía que eso se debía a que Regulus heredó un don especial de su padre, otro santo dorado. Esa idea dejó a Yato pensando por un momento. A final de cuentas, el chiquillo era su amigo más cercano, un guerrero de élite, lo que le hizo sentirse orgulloso.

En ese instante, escuchó el grito de Regulus, quien venía bajando apresuradamente las escaleras desde Virgo.

—¡Yato, por fin la tengo! —

El mencionado volteó y abrió los ojos en grande al ver la brillante caja de Pandora a espaldas del joven.

—¡Increíble, se ve espectacular! — se acercó para observar el contenedor dorado, sintiendo fascinación por los grabados. —¡¿Podemos verla?! —

—Yo creo que sí, es decir, ya es mía— sonrió Regulus, encaminándose al interior del quinto templo.

Yato lo siguió, y una vez que ambos estuvieron en la estancia principal, el nuevo santo dorado examinó las esquinas de la caja para ver por dónde se abría.

—No tiene cadena, ni manija— se rascó la cabeza. —¿Sabes cómo se abre? — miró a Yato.

—¿No has visto a tu tío Sísifo cuando se pone su armadura? —

—La verdad no— se alzó de hombros el chico de ojos azules. —Yo pensé que la caja de Pandora tenía una tapa por encima y que mi tío se ponía las piezas una por una. —

Yato soltó una pequeña risa, a veces le sorprendía la inocencia de Regulus.

—Pues yo he visto cuando el señor Kardia llama a Escorpio y se ve increíble— explicó, haciéndole un ademán para que ambos se alejasen de la caja un par de metros. —Enciende tu cosmos y llama a Leo, ya sea con la mente o en voz alta, la armadura te obedecerá. —

El pequeño león hizo un gesto de sorpresa, así que procedió a hacerlo. Su cosmos se encendió levemente, fulgurando a su alrededor.

—¡Leo, ven a mí! —

De inmediato la caja de Pandora comenzó a brillar, para después abrirse por sus cinco lados principales, quedando sobre la base la figura del león dorado. Un segundo después, la armadura se fragmentó en todas sus partes para luego volar hacia Regulus y cubrirlo ágilmente.

Ambos chicos tenían el asombro dibujado en sus rostros.

—Yo… Yo pensé que no me quedaría— murmuró Regulus, mirándose las manos, los brazos y el resto del cuerpo, la protección se amoldaba perfectamente a su inmaduro físico. —Era de mi padre, un hombre alto, no entiendo cómo es que… —

Yato se aproximó, inspeccionando la vestimenta dorada con la misma curiosidad. Dio un par de vueltas alrededor de su amigo y luego sonrió abiertamente.

—Es como un traje a la medida— acercó despacio la mano a la frente de Regulus, tocando sutilmente la gema de la tiara. —Las armaduras doradas se pueden adaptar al cuerpo de su portador, ya sea un niño o un adulto, cuando seas grande, Leo también crecerá de nuevo. —

El joven león sonrió emocionado y orgulloso.

—Sabes mucho Yato— comenzó a dar pequeños saltos, comprobando el grado de movilidad que ahora tenía. —Vaya, se adapta muy bien a mis movimientos— dijo, dando un par de golpes al aire.

—Bien por ti Regulus, ahora podrás realizar misiones fuera del Santuario, seguramente tu tío estará muy orgulloso de ti. —

—Sí, y espero que mi padre también lo esté— hizo vibrar su cosmos, ordenándole a la armadura volver a su caja. —Bueno, vamos a comer, tengo mucha hambre. —

Ambos jovencitos salieron del templo, platicando de las futuras misiones que Regulus tendría ahora que ya era un santo dorado.


Continuará...

Yato y Regulus ya se conocían antes de que Tenma llegara al Santuario, eso se deja en claro en el manga.

Gracias por leer.