- ¿Quieres comer algo? - preguntó Naraku, en la cocina del templo, observando como su prometida caminaba de un lado a otro, en la otra habitación - Necesitas tener fuerzas, Kikyou
- Sólo necesito, saber como esta mi hermana - respondió, sin mirarlo
- ¿Siempre fuiste igual de obstinada?
- Deberías saberlo - frunció el entrecejo, provocando la sonrisa del hanyo
Ambos se mantuvieron en silencio unos momentos, mientras el joven monje, preparaba dos tazas de té y ordenaba unos pequeños panecillos
- Necesito que me digas todo - pronunció seriamente, observándolo - ¿Cuál fue tu verdadera relación con Zero y Kirinmaru?
El cuerpo del moreno se tensó, mientras cerraba sus ojos y contenía su respiración. Tomó la bandeja, con las tazas y los panes, volteó y se dirigió hacía la habitación en dónde la miko se había sentado frente a la pequeña mesa
- ¿Por qué quieres saber eso ahora?
- Porque... necesito saber, de que lado estas
Apretó los puños, mientras su rostro se contraía en una notable expresión de molestia
- Kikyou... debe ser una broma
- ¡Esa mujer, te llamó "amado"! - gritó - Traté de contenerme... pero, no puedo seguir con esto - su tono se tornó triste - Naraku... necesito, saber la verdad
El intenso brillo que profesaban los ojos castaños, de la mujer que amaba, suavizaron su expresión
- De acuerdo - miró la infusión - Pero, antes... necesito que me digas algo - sus ojos se encontraron con los de ella - ¿Realmente crees, que sería capaz de hacerte daño, Kikyou?
La joven permaneció en silencio durante unos segundos, sin embargo, negó con la cabeza, aliviando el pecho y corazón del hanyo
- En ese caso...
Salió de la fría cueva, encontrándose con el sol del mediodía, el cual no enviaba demasiado calor, debido a la época del año en la que se encontraba. Miró sus ropas, observando detenidamente su kimono violeta, su largo y ondulado pelo negro, además de sus nuevas garras
- Me pregunto... ¿Por qué ese monje deseó esto? - redirigió la mirada al horizonte - Acaso... ¿ya no estaba feliz con la vida que llevaba?
No, no es eso, hay algo más... lo presiento
Pensó, pasando su mano por el contorno de su nuevo rostro
- Se supone, que al fusionar su alma y cuerpo, con el de los demonios, debería poseer el deseo de asesinar - volvió a mirar sus garras - Pero... al parecer, sus poderes espirituales, superaron por mucho al poder de los demonios - sonrió
Entonces, ¿Qué haré con la vida que se me asigno? ¿Cuál es mi deber en este mundo?
Comenzó a caminar, sin tener clara una dirección y, tratando de forzar a su mente, a conectarse con los recuerdos de aquel humano, que había deseado dejar de serlo
El sol había comenzado a descender lentamente a medida que las horas transcurrían, sin embargo, él aún no sabía donde pasaría la noche. Durante toda la tarde caminó lentamente, hasta llegar a un imponente castillo
- Una gran energía demoníaca se desprende de este lugar - murmuró, observando las grandes puertas, custodiadas por dos guardias que, a simple vista, no pertenecía a la raza humana
Continuó su camino, sin reparar en que unos intensos ojos verdes, lo observaban a la distancia
La noche se hizo presente, obligando al nuevo ser, a buscar un lugar seguro en dónde pasarla
- Hm - sonrió, con sus ojos cerrados, sentado frente a la fogata, que había improvisado - ¿Qué es lo que quieres? - pronunció, tranquilamente
- Lo supuse - emergió de detrás de uno de los árboles del bosque- Eres un híbrido... sin embargo, no puedo percibir una gran energía demoníaca, proveniente de ti
- ¿Y tu eres...? - sus ojos rojos, se encontraron con los de ella - Ademas de ser un youkai, claro esta
- Mi nombre es Zero - sonrió - Te observé, cuando pasaste frente al castillo hoy... y supe, de inmediato, que no eras un monje común...
- Naraku - hizo una pausa - Mi nombre, es Naraku
- Naraku - murmuró - Me agrada - cruzó sus brazos - Parece que no tienes en dónde pasar la noche
- Ese es mi problema - desvió la mirada
- Puedo ayudarte a solucionarlo
- Entonces, ¿te fuiste con ella? - pudo notar como apretaba el agarre sobre la taza de su te
- Si - respondió, seriamente. La miko desvió su mirada
Ingresaron al palacio, bajo la atenta mirada de los guardias
- Por aquí - lo miró por sobre su hombro, al mismo tiempo en que ingresaban al salón principal
Los orbes rojizos del moreno, se encontraron con los del joven demonio, que se encontraba sentado en uno de los sillones
- Kirinmaru...
- ¿Quién es? - preguntó, sin desviar su mirada de él
- Sólo, un monje que encontré por el bosque - respondió ella
- Con que, un monje ¿he? - se puso de pie, acercándose y rodeándolo - Un monje, que no es humano
- Hm - sonrió, cerrando sus ojos - Tiene usted, un muy buen olfato, señor
- Pase los siguientes años de mi vida, con ellos - pronunció, temeroso de la reacción de su prometida
- Naraku... - el rostro de la mujer mostraba una mezcla de sentimientos - Tú... ¿eres uno de ellos?
Jinsei
- ¿Estas seguro? - preguntó, mientras corría detrás de su padre
- Si - respondió, sin detenerse
Tenseiga... ¿sigues contaminada?
Pensó, frunciendo el entrecejo
Mientras tanto, en la habitación, la joven Rin, se mantenía observando aquella espada, con Tsuki resonando en su mano
- Tranquila - murmuró - Estoy bien - hizo una pausa, desviando la mirada, por un instante, hacia su hermana - ¡Escúchame! ¡No quiero luchar! - gritó - Vi... lo que sucedió... pero... yo no tengo nada en contra de ti... por fav...
Antes de que pudiese terminar la frase, fue atacada nuevamente, obligándola a cubrirse con Tsuki. Frunció el entrecejo, debido a la fuerza, notablemente mayor, que tuvo que implementar, para quitársela de encima. La lanzó cerca del pedestal, mientras trataba de recobrar el aliento
- ¡Ya, para! - gritó - ¡No quiero pelear contigo!
Volteó ante el ruido de la puerta abriéndose. El youkai y el hanyo ingresaron rápidamente
- Inuyasha - pronunció, sin mirarlo - Quédate cerca de ella, no sé lo que pueda suceder
- De acuerdo - murmuró - Rin, detrás de mi
La castaña asintió, colocándose detrás del peliplata, sin apartar su mirada de la espada
- Jinsei... - su voz se torno grabe - Sabía que, la esencia de tu alma, aún habitaba en Tessaiga, sin embargo, no creí que tu rencor siguiera con vida - comenzó a caminar lentamente en su dirección - Esta joven... no es Gekko... por lo que, tu venganza no tendría sentido
- ¡¿Por qué no la tomas de una buena vez?!
- ¡Silencio, Inuyasha! - respondió, en el mismo tono - No empeores las cosas
- Maldición - gruñó, redirigiendo sus ojos a Kagome
Tsuki
Rin miró su espada, la cual, poco a poco, había comenzado a calmarse
- Tienes que abandonar el odio, Jinsei - continuó hablando - Sólo así... podrás liberarte
Contrariamente a lo que los jóvenes pensaron que ocurría, la espada se elevó rápidamente y se lanzó en dirección del youkai, quién, en un casi imperceptible movimiento, logró atraparla antes de que su hoja le atravesara el brazo. Frunció el entrecejo ante la fuerza ejercida por el arma, sin embargo, luego de unos momentos, logró neutralizar su energía
- Padre - se acercó - ¿Estas bien?
- Si - respondió, mirando el arma - ¿Te encuentras bien, jovencita?
- ¿He? - regresó, luego de que su mente se nublara al intentar procesar toda la secuencia vivida - S...si... eso creo - miró su brazo ensangrentado - Sólo, me corto
- Necesitas un vendaje - pronunció el hanyo, observando - Esa herida, parece profunda
- Estoy segura que, mi hermana Kikyou, traerá vendajes - sonrió, redirigiendo sus ojos castaños al gran perro demonio - Señor, esa espada... tenía intenciones de hacerme daño, ¿por qué?
Por un segundo, Inu No Taisho permaneció en silencio, manteniendo la vista en el arma
- Hay... una trágica historia, que une a Tenseiga, con Tsuki
- Lo sé... pude verla
- ¿Qué? - volteó, notablemente sorprendido
- Cuando... me atacó, al comienzo, logré defenderme con Tsuki... en ese momento, cuando sus hojas chocaron, pude ver unas imágenes - hizo una pausa - Vi... como una mujer, asesinaba a Gekko, sin embargo, no estaba usando a Tenseiga
- Aquella espada, la que utilizó para asesinar a Gekko, se llama Bakusaiga
- ¿Hay una tercer espada? - preguntó su hijo
- Me temo que si... y, no es por ofenderte hijo, pero... es una suerte que Sesshomaru esté destinado a utilizarla
- ¿A que te refieres?
- Los poderes de esa espada... son malignos y... su energía, es demasiado potente... inclusive para un demonio como Jinsei - su tono de voz, parecía melancólico - Es por eso... que fue poseída por ella y...
- Asesinó a quienes más amaba - Rin terminó por él
- Entonces, si Sesshomaru toma esa espada...
- Eso no podremos saberlo, hasta que suceda - el semblante del peliplata se ensombreció
- El señor Sesshomaru sería incapaz de hacerle daño a uno de los suyos
- Feh - se cruzó de brazos - ¿Cómo puedes estar tan segura? Ni siquiera lo conoces
- Sólo... lo sé - sonrió
La manera en la que su mirada se modifica, cuando alguien nombra a mi hermana Kikyou... dice mucho sobre él
- Hugh... - el gemido de dolor de la morena, los regresó a la realidad de la situación
- Kagome - volteó, arrodillándose rápidamente a su lado - ¿Estas despierta? ¿Te duele mucho?
La youkai no respondió
- Tiene mucha fiebre - respondió su hermana menor, luego de colocar su mano sobre su frente - Sus heridas... están empeorando
Sesshomaru... más te vale que te apresures en traer a Kikyou... si algo le sucede a Kagome... yo... no podría responder de mi
Pensó el peliplata, visiblemente preocupado
¡Volvi! jajaj anduve con algunos problemas técnicos, pero ya estoy de vuelta, trataré de ponerme al día con lo que me falta
Espero que les guste este cap :)
