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No encontraba el momento para salir huyendo, no quería pensar en nada más, quería tener un respiró y simplemente desaparecer de la faz de la tierra por toda una eternidad, olvidar que algo así había pasado.

Olvidar que el me había encontrado, que habíamos intimado y ahora tenía una gran parte de mí entré sus manos, lo suficientemente grotesca para hacerme miserable en todo ámbito, quería escapar de todo ésto, pero la sola idea de qué podría estar burlándose de mí, agregaba una nueva grieta a mí piel.

Puse la libreta sobre el mesón de la cocina y no me tomé ni un minuto para frenar.

- ¿Adónde vas?, ¡Llegaron más personas que no has atendido! - Escuché a mi madre, de las únicas veces en las qué me hablaba, era para exigirme cosas, pero simplemente le hice una seña y corrí al baño.

- ¡No m-me s-siento b-bien! - Grité miéntras cerraba la puerta antes de de caer de rodillas y posar los brazos sobre la tasa del retrete, sentí cómo las lágrimas nada más caían y yo simplemente exhalaba con fuerza, estaba teniendo un ataqué de pánico en dónde sentía morirme.

- Dios, ¿Que haremos con ese niño?, ¡Ya no quiere ayudar! - Escuché a mí madre, pero en lo único que podía pensar era en levantar la tapa del inodoro para con cierta dificultad reincorporarme y comenzar a vomitar, sentía demasiado asco acumulado dentro de mí, simplemente quería hacer eso, sacar todo lo qué había en mí interior, verlo y escucharlo me habían producido una enorme repulsión.

Enserio ya no lo soportaba más, ésto era insufrible, recordar su rostro dañaba mí interior, ya de por sí me lastimaba leer sus mensajes en dónde me recordaba cada dos por tres que tenía dominio sobre mí, sólo quería llorar mucho, ésto me afectaba tanto, qué no hice casó siquiera a los constantes golpes qué mi madre daba a la puerta para hacerme salir..

Al final dejó de insistir, me animé a salir luego de eso y recibí otra bofetada a penas dí unos cuantos pasos delante.

Simplemente toqué el lugar de la bofetada, percatandome de que el dolor físico ahora era menos doloroso de lo qué tenía que cargar en mí Interior..

- ¡¿Sabes cuántos clientes nos hiciste perder hoy?!, ¡Maldición! - Mi madre gritó realmente molesta, en lo qué yo frotaba mí mejilla y agachaba la mirada.

- Y-yo... L-lo siento... - Exclamé en lo máximo qué mi voz me permitiera hablar, aún sentía aquél nudo en mí garganta.

- ¡Ésto no se va a quedar así!, ¡Por hacerte el listo, te vas a quedar limpiando toda la noche!, ¡De lo contrario... !, ¡Sólo, limpia todo esté desastre, si no quieres tener problemas!, Me iré a casa... - Observé cómo se iba, sólo ella ya qué al parecer mí padre se había adelantado y estaba esperando afuera, dejándome a cargo en la tienda, tal vez este era el último lugar en el qué quería estar.

Pero si ésto era el precio a pagar por mí ineptitud, sólo me quedaba aceptarlo, quería tiempo para estar sólo y poder descargar esté sentimiento tan atormentecedor de todas formas, debía seguir viendo lo positivo ante esté sentimiento amargó.

Luego de tomar un profundo suspiró, salí de la cocina, fijandome de qué ya no quedaba nadie, eso podría ser un alivió, así qué me dispuse a limpiar las mesas, pero justo en aquél instante sonó una vez más la campanilla de la entrada.

- ¡Disculpe ya n-no e-estamos...! - Cuándo me fijé, solté todo lo qué traía en las manos para dar unos cuántos pasos hacia atrás..

- ¿Sabés?, Tuve qué revisar muchas veces la cartilla, para darme cuenta qué en realidad, no se me antojaba nada - Siguió hablando miéntras se acercaba hasta mí, pero yo retrocedía lo más que podía hasta tocar pared.

Mi corazón comenzó a agitarse y yo simplemente luchaba para no llorar, pero aún así, no podía evitar volver a exhalar con fuerza, llegó el momento en el qué pudo alcanzarme, le pedía a Dios que por una vez en su vida pudiera ayudarme, pero ahora, simplemente tenía mucho pánico.

- Asumí qué tal vez el mesero era tímido, por esa razón vine a qué me volviera a atender - El se agachó para mirarme más fijamente, pero su respiración, comenzaba a marearme y está vez, no pude evitar soltar algunas lágrimas..

- ¿Q-qué q-quieres? - Exclamé, pero el simplemente negó, casi parecía que se estuviera burlando de mí, luego golpeó con fuerza la mesa, eso me hizo espantar mucho y simplemente dejé caer todas las lágrimas acumuladas por mis mejillas miéntras negaba.

- ¿Crees qué estoy bromeando?, quiero que vuelvas a atenderme y está vez le añadiras, lo qué yo quiera - Sentir la imponencia de su voz me afectaba, pero ésto, seguía siendo igual de sucio, simplemente lo miré fijamente miéntras mordía mí labio inferior para qué dejase de temblar.

- N-no p-puedo h-hacer eso, t-tengo q-qué l-limpiar y c-cerrar ... - Con mis uñas comencé a raspar la pared, a tal punto en dónde mis uñas se levantaban de a poco y comenzaban a doler...

- No me importa - El me agarró la cara, miéntras me apretaba las mejillas fuerza, sentí la poca empatía al expresarse conmigo, cómo si yo no valiera nada - Recuerda qué aún tengo cosas tuyas, que no creó que quieras qué alguien más sepa - Luego de eso soltó mí cara con fuerza para proceder a sentarse en una de las mesas - Vamos, atiendeme - Ésto en verdad me estaba torturando, ahora lo veía realmente de frente y me preguntaba, cómo alguien podía ser tan malo, era claro que el universo me decía qué esté era sólo mí problema, nadie iba a interferir por mí y yo sólo debía mantenerme a flote.

Incluso si significaba qué estuviera tirando de mí, cómo si tuviera un hilo incrustado en el pecho, tal vez una mordaza para obedecer.

Está realidad era realmente deprimente, nuevamente cerré mis ojos por algunos segundos con la esperanza de que desapareciera, luego los volví a abrir despertando en la misma cafetería en dónde el estaba enfrente mío, sentí mis pies pesados por cada pasó que di para ponerme en frente suyo.

- ¿Q-qué se le o-o-ofrece? - Comencé a ahogar los gritos al apoyar mí mano sobre mí pecho, para qué mí corazón no intentará salir del recipiente a causa de tanto exalto, el simplemente me miraba al ladear la cabeza con una sonrisa burlona..

Tras ésto, guardó silenció por algunos segundos y luego empezó a desabrochar su pantalón, para dejar a la vista su pene, el hecho de no esperar tan siquiera para relacionar todo ésto con aquello y que alguien podría entrar, marcando mí fin, me hacía sentir muy sucio..

- Quiero qué me la chupes - Eso, de nuevo se repetiría mi horrible pesadilla, otra vez seguía esté horrible calvario que nunca me dejaría en paz, simplemente negué dejando qué más lágrimas cayeran y el me tomó de la muñeca con fuerza - Si lo vas a hacer.., ponte de rodillas - Continúe llorando, pero el me tomó del cabello para acercarme hacía su cosa repugnante.

Pegó mi cara y ahora mí miedo no iba por qué estuviera abusando de mí otra vez, si no por quién podría vernos, si la cafetería se ganaba esa fama, ya nadie va a querer venir y terminarían detestandome aún más.

- Vamos, chupala, no hagas esperar a tus clientes - El continuó haciendo presión en mí cara contra su cosa, cada vez más fuerte - Si no lo haces, esos vídeos son muy fáciles de filtrar, incluso, supongo que está cafetería ya no serviría de nada... es una lástima, ¿No lo crees? - ignoré mis lágrimas luego de qué me diera fuerte en lo qué más me dolía, tomé su pene y comencé a introducirlo en mí boca con el mayor asco qué mi cuerpo me permitiera sentir al querer regurgitarlo...

No sabía cómo hacerlo y realmente tenía mucho miedo, así qué lo mantuve por un gran tiempo dentro de mí boca miéntras mis labios temblaban..

- ¡Carajo!, ¡Mételo más adentro!, ¡No te hagas que ya sabes cómo se chupa una verga! - No entendí a qué se refería, pero el hundió más mi cabeza, sentí cómo recorría toda mí garganta, he incluso sentía cómo si me estuviera ahogando, iba realmente profundo y sólo pensaba en lo mucho que quería vomitar.

Incluso mordersela hasta arrancarla y qué no quedará más qué una laguna de sangre que me permitiera descansar...

El continuó presionando tantas veces como para hacerme lagrimear y desear qué está tortura terminará, una vez eyaculó dentro de mí boca, realmente no podía pensar en más si no en cómo sentía todo eso entraba en mí boca, escuché el sonido de un flash y luego me separé para comenzar a toser y escupir..

- Esa fue una buena toma - Miéntras yo estaba de rodillas, escupiendo toda esa mierda blanca, el tecleaba en su celular, riéndose de mí, finalmente guardó su pene.

Yo lo miré he intenté alejarme miéntras limpiaba mí boca, pero nuevamente tomó mí muñeca para impedir eso, está fuerza de agarré...

- Por favor, e-enserio tengo c-cerrar esté l-lugar, me meteré en p-problemas si no lo h-hago - Mordí mí mano miéntras sentía cómo soltaba de adrede mí muñeca.

- Si, tienes razón, ve a hacer eso y luego vuelve a aquí - Fruncí el ceño y luego me quedé meditando lo qué había dicho, ¿Tal vez me había mal interpretado? - Hazlo rápido... no creo qué el próximo qué entré quiera tener un trío con los dos, aunque fue una lástima que se perdiera el enfoqué de esa chupada... - Luego puso su mano sobre mí trasero, a lo cuál simplemente apreté su mano para retirarla..

- Ya v-vuelvo - me dirigí a la puerta, dónde desviaba mí mirada cada tanto, podría tomar un cuchillo, podría cerrar la puerta y escapar... ¡¿Por por qué carajos no podía?!, ¡¿Por qué la sola idea de qué exhiba mí cuerpo puede arruinar a las personas que nada que ver en esté tema?!, Me odiaba tanto por haber sido tan imbécil y permitir todo ésto, ahora me encontraba aquí, pasando el candado miéntras pegaba muy cabeza a la puerta de cristal.

Tras cerrar los ojos y abrirlos de sobre manera, me fijé en qué todos los interruptores estaban siendo apagados, una vez se acercó a mí, tras darme la vuelta, me tomó del cuello, haciendo presión leve con su dedo pulgar.

Luego de ésto deslizó su mano hasta mi delantal para tirar de el y luego tomar asiento, me estaba obligando se sentarme sobre sus piernas, miéntras que lo único qué hacía era oler mí pecho.

- Esté olor a cafetería, es tan irresistible, cómo si fueras un pequeño pastelito - Sentir su nariz y lo caliente de su aliento al esbozar, era realmente horrible, luego de eso comenzó a morder mí cuello, lo cuál se tornaban un tanto doloroso - Quiero comerte... entero - Tras ésto metió sus manos dentro de mí pantalón para tocar mí trasero, por impulso tomé su cabello para jalonearlo con fuerza y obligarlo a mirarme..

- Podemos llegar a o-otro acuerdo, q-que no sea ésto, i-incluso si te s-sientes a-acomplejado por lo que e-eres, yo prometo no c-contarle a n-nadie... - Luego de eso comenzó a reír de una forma que ensordecia mis oídos...

- Dios, qué amable .. - Luego de ésto siguió riendo miéntras yo sentía mis manos temblar de la impotencia - Hasta dónde yo sé, eras tú el que quería estar con alguien, ¿Y el acomplejado soy yo? - La pregunta me cayó cómo un balde hirviendo y solté su cabello en lo qué esté se limitaba a negar - Por suerte para ti, nunca me gusta dejar la comida a medio comer, incluso si alguien más te puso las manos encima, no sabes cuánto me jodió eso... pero me dí cuenta a tiempo de que sólo estabas dispuesto para mí - Ésto impulsó un beso..

Nunca me medité el hecho de podía ser besado, pero miéntras las lágrimas caían, su lengua invadía mí boca, no sabía exactamente qué hacer, así qué mantuve mi boca entré abierta para dejarlo invadirla como le plazca, su saliva era densa y se desbordaba por mí boca...

Parecía depositar pequeños besos miéntras retiraba mis pantalones de forma forzosa, trás ésto tocó mi pene, haciendo presión en la superficie, la sola idea de jadear al sentirlo hacer eso, me hacía sentir asqueroso..

Simplemente con mis uñas, agarré su abrigo, no se desprendía de mi boca y el sentir de su mano masturbarme, era algo que iba fuera del todo con el principio de está mierda, su mano, su boca, me estaban manchando... miéntras que yo me paralizaba ante el miedo.

Una vez, liberó mi boca, de mí pene salió un líquido, nada aliviador, pero no tuve mucho tiempo de pensar en eso por qué introdujo sus dos dedos dentro de mí boca.

- Lamelos bien, de ti depende qué no duela - Jadee miéntras cerraba mis ojos y con mí lengua recorría sus dedos, luego de eso los sacó, dejando qué la saliva se derramará por mí mentón...

Luego de eso introdujo sus dedos por mí parte baja, lo cuál me hizo pegar el codo a su cuello, cada que los introducía, la sensación era más y más dolorosa...

- Pará, ya n-no s-sigas m-más - El chasqueo la lengua miéntras comenzaba a moverlos, provocando pequeños espasmos dentro de mí..

- ¿Aún tienes miedo?, Pero si ya usaste este agujero, además ahorita viene algo más grande - Sentí mí cuerpo temblar de sobre manera y una vez, sacó sus dedos, mostró su pene al descubrirlo y volver a bajar la cremallera - Ven pequeña perrita, siéntate aquí - El rodeó muy espalda para poder introducirlo, pero sólo perdí el equilibrio y su pe a duras penas me rozo, pero sentí cómo mí pierna se ganaba un raspón, me quejé y el sólo buscaba la forma de meter la punta..

Con mis manos rodeé su cuello para hacer presión, miéntras jadeaba el irá.

- ¡¿Por qué haces ésto?!, ¡¿P-por qué q-quieres torturarme?!, ¡No l-lo metas m-maldición! - El tomó de nuevo mis mejillas para apretarlas ejerciendo fuerza demás.

- Ya fue suficiente, deja de creerte muy importante, siente cómo que eres un pedazo de carne y nada más, ahora ... - Aprovechando mí distracción para introducir su pene por completo..

Ahora me debatía el tipo de irracionalidad que era ésto, por qué, ¿Por qué por el hecho de haberme manchado y poner un cartel de pertenecía en mí, me hacía miserable?, Su forma de penetrarme aumentaba con cada estocada la cuál parecía disfrutar y envolverse en el sonido, miéntras yo seguía sintiendo repudió de mí al sentir su aliento chocar contra mí pecho, miéntras se venía en mí Interior, no dejaba de pensar en cuánto deseaba matarlo, que mí vida pudiera estar tranquila...

Pero aquí estaba, dejándolo acceder a mí cuerpo de forma egoísta, marcandolo cómo si fuera suyo, tal vez si era eso... Sólo un pedazo de carne..

Ya casi era media noche y yo me encontraba subiendo mis pantalones y percatandome que brotaba sangre de mí cuello, en un arco de mordidas.

- Escúchame bien, seguiré viniendo, ahora qué te consenti a ti, me corresponde hacerlo con alguien más, los gajes de tener una novia y una zorrita me quitaste mucho tiempo - El tomó de nuevo mi cabello con fuerza... Y me beso, cómo uno cortó de despedida qué atendía está súplica de mala forma, la humedad de sus labios comenzaba a hacerse libida, hasta qué me soltó - Tal vez vuelva en éstos días... Y más te vale responder los putos mensajes, ya no tendremos problemas con la cámara de tú teléfono por qué traeré la mía - El se alejó de mi con la intención de encaminarse a la salida, pero tan tarde y haciendo algo así, alguien podía verlo, quería evitarme problemas..

- ¡E-espera!, ¡No v-vayas por a-ahí - de adrede tomé tú mano, la cuál apretó con fuerza, tomé una gran bocada de aire y tiré de está, mejor por aquí... - Lo guíe pasando por la pequeña puerta del mostrador, recorriendo la cocina hasta llegar a la puerta trasera - M-mejor sal p-por aquí - Señalé en espera de qué soltará mí mano, lo cuál hizo, pero antes de eso, depósito un beso en mí mejilla..

- Si dejas entrar a alguien más de la forma en la que yo lo hago, de ti no va a quedar más qué el recuerdo - Esté finalmente partió fuera, mientras que yo dejaba ir la puerta hasta cerrarse.

Una novia... ¿Acaso ella sabía de esto?, ¿Cómo podría amar alguien así?..

Quería sentirme aliviado, pero sólo rodeé mí estómago con fuerza y comencé a llorar, mis lágrimas era tan insufribles, incluso para la baldosa, mí nariz también sangraba, ví cómo las pequeñas gotas formaba charcos.

¿Tan insignificante era mí dolor cómo para ser reducido a ésto?..

Esa noche fue larga, terminé de limpiar y organizar hasta las 3:00 am, tan siquiera pude regresar a mí casa, así que acabé por dormirme y al otro día, volver a trabajar como si nada...

Aunque, por cada pasada que daba con el trapero sobre el suelo semi transparente, no dejaba de pensar, ¿Cómo estaría teniendo sexo con alguien más en esté momento, después de estar conmigo?...

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