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El pelinegro frotó su mano dentro del pantalón del rubió, acariciando aquél punto medio con la yema de sus dedos, estimulandolo sin introducirlos, miéntras qué el rubió apoyaba sus manos contra la puerta.
Estás temblaban y se recogían, pero luego de sentir cómo era despojado de su mano, el pelinegro le dió la vuelta, ignorando sus sollozos, que a pesar del tiempo, no terminaban, lo tomó del brazo para tumbarlo sobre los costales de café, en dónde acabaría por ponerse encima y comenzar a depositar mordiscos su cuello, formando aquél collar que cada vez más, era difícil de ocultar, con una mano, recorrio el pecho de esté, bajó aquél delantal, blanco por ambigüedad.
El Rubió soltó un Suspiró y acercó sus manos con algo de pánico hasta el miembro de esté, para acariciarlo debajo de la tela, sintiendo cómo comenzaba crecer dentro de sus pantalones y acabó por desabrochar su cinturón frente a las insinuaciones del rubió, para dejarlo a la vista, incluso tocarlo le producía ensoñaciones de sentimientos baldíos frente a lo qué estaba haciendo.
Esté jadeó bajó y despojó al rubio de sus pantalones, tirando de éstos con fuerza, parecía tener afán por introducirlo, pero el rubió parecía ser consciente de ésto y se apresuró en soltar los cordones de sus zapatos para poder quitárselos, junto a sus pantalones.
Presenció cómo luego de aquello, esté sostuvo sus piernas para ponerlas sobre cada uno de sus hombros, dejando que el pantalón de esté continuará colgando en uno de su pie derecho.
El rubió no paraba de temblar, hablando en voz baja para repetirse el tener que aguantar y calmar sus tics nerviosos, el pelinegro acercó su lengua hasta el interior de su agujero, comenzando por succionar, luego la introdujo, moviéndola varias veces en el interior de esté.
El rubio jadeaba, pero sus expresiones siempre eran de incomodidad, deseando que pudiera terminar pronto, el pelinegro babeo toda su zona, poco después sacó su lengua, dejando aquél lugar completamente empapado de saliva.
El rubio entrelazó sus manos y las puso sobre su boca, luego el pelinegro comenzó por introducir sus dedos en el interior de esté, moviendo los de forma brusca miéntras lo contraía, al menos agradecía que no fuera directamente al grano en introducirlo de adrede, dejaba más de tres dentro para abrir espacio a su pene, cómo una pinza que se adhería a su carne interna de colores rojizos.
Esté soltó una de las piernas del rubió, introduciendo su miembro en el agujero del mismo, primero despacio para poder ocupar bien el espacio, pero luego posó sus manos lado a lado de esté, introduciendo su miembro de una sola estocada, lo cuál lo hacía erguir, pesé a ya no ser virgen y únicamente conocer el pene de aquél pelinegro.
De sus ojos brotaron lágrimas, las cuáles metidaba al continuar hablando en voz baja y repetirse que todo pronto terminaría, por una vez más, el pelinegro soltó sus manos, para qué dejará de cubrirse la boca y las sostuvo ambas con fuerza para impulsarse, golpeando lo más profundo de su punto vital, el rubió cerraba sus ojos con fuerza y mordía su labio inferior, miéntras que esté profundizaba más el chapoteo..
El pelinegro era brusco a la hora de introducirlo, casi ni le hablaba, sólo iba a lo qué iba, sujetar sus muñecas hasta provocarle profundas marcas, qué después dolerian, cómo si su cuerpo se negara a acostumbrarse, acabó por soltarlo, sólo para tratar de quitarle el delantal, sin permitirle que el mismo lo hiciera, luego reventó los botones de su camisa y su lengua recorrió los pezones de esté, mordiendolo con fuerza, hasta hacerlos sangrar y qué el rubió tirará de su cabello con fuerza.
Abrazo su cuerpo, mordió cada centímetro de esté, cómo el pedazo de carne qué una vez le recalcó que era, provocándole hematomas y un collar sangrante en sus cuello.. difícil de ocultar..
Esté continuó empujando más su miembro, pese a qué el Inter del rubió le comenzaba a abrir campo, continuó hasta venirse y junto a esté sujetar su cabello para besarlo, moviendo su lengua sin permitirle respirar o tan siquiera abrir un poco sus ojos..
Llenó todo su agujero de aquél líquido blanco, para luego sacarlo y dejar que esté se derramará, cuán postre de crema relleno, soltó los labios del rubio, para luego reincorporarse y verle.
El rubió jadeó profundo y con dificultad se reincorporó, esté lo tomó del cuello con fuerza, haciendo presión y luego poniendo su cara contra su miembro.
- Mételo en tú boca - Esté soltó su cuello y el rubió sujeto el miembro de esté, sin vacilar, lo introdujo dentro de su boca, golpeando con su lengua la punta de esté y comenzando a succionar gran parte, para más tarde meterla lo más profundo qué pudiera.
Tal cómo se había visto forzado a hacerlo en más de una ocasión, en dónde sí o sí, tenía qué aprender.
Pero luego sintió como el pelinegro se movía, casi recostandose, tomó una de sus piernas, indicándole que quería que estuviera encima suyo, el rubio sacó el pene de su boca y sintió cómo esté volvía a introducir su lengua dentro de su ano, el rubió se exaltó breve, miéntras dejaba ir un leve sonido del interior de sus labios, pero aún así, volvió a introducir el miembro de esté a pesar de estar siendo estimulado en una pose conocida cómo 69, dentro de su boca volvió a meterlo, jadeando sin poder resistirse a la sensación..
Esté se esforzó chupandola, mamaba cada centímetro de esté y bajaba la tela que empezaba desde uretra para bajarla con sus labios, cada que iba creciendo era difícil mantenerla en su boca, simplemente por qué la sensación de tenerla en su garganta, le incomodaba mucho, así que la sacaba por segundo para poder descansar y luego volvía a meterla en su boca para qué no tuviera qué enojarse..
El pelinegro continuó metiendo su lengua en el interior de su orificio he introdujo sus dedos una vez más, los mantuvo allí y luego se aproximó al pene del rubió, succionandolo y posando sus manos sobre las caderas de esté para meterlo más en su boca.
El rubió temblaba y jadeaba, sintiéndose miserable por la reacción inoportuna de su cuerpo, pero aún así no sacó el miembro de esté del interior de su boca, mordió levemente la punta de su uretra he introdujo su pene lo más que alcanzará dentro de su garganta..
Esté sintió cómo un exceso de saliva saliera del Interior de su boca, una vez ésto sintió una gran cantidad de viscosidad pasar por su garganta, esté lo sacó del Interior de su cavidad, dejando qué terminará de derramarse sobre su cara.
Una vez que esté soltó el pene del rubió, le dió ventaja para qué se deslizara por su pecho, su pene se había puesto erecto, aún así no se había venido, esté continuó bajando hasta sentarse sobre su miembro apagado que yacía entré sus piernas.
El pelinegro tomó al rubió del abdomen y lo rasguño levemente en aquella zona, depositando más mordiscos en el cuello de esté y respirando a la par, miéntras golpeaba el lóbulo ferviente de su oreja, luego tomó el rostro del rubió para introducir su lengua dentro de su boca, moviéndola de forma exagerada, llenando se saliva las esquineras de sus labios..
Esté tiró de sus labios y continuó besándolo una vez más, tomando su cabello para acercarlo más a su cara, en lo que el rubio de forma inconciente, se movía sobre su miembro, restregandose miéntras qué el pelinegro invadía su boca.
Las sesiones de sexo entré ambos siempre serían largas, incluso para meditarse, descansar bien esa noche...
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