Trece


drag_malblack .mx

Asunto: Extraño el sonido de la lluvia

Draco:

Sé que han pasado poco más de dos horas desde que nos despedimos, pero te extraño demasiado.

Ojalá no nos hubiéramos separado.

Sin embargo, mis padres estaban furiosos cuando volví a casa. Preguntaron por qué desaparecí así de la nada. La verdad es que entiendo su enojo, pero yo estaba tan feliz que no pude aclarar mucho. Como sea. Te extraño, pero eso ya lo dije al principio.

Te quiere, Harry.


hp_evans02 .mx

Asunto: Extraño el sonido de la lluvia

Harry:

Lo sé, es difícil.

No sabes las ganas que tengo de agarrar mis cosas y salir huyendo de la mansión. Cruzar la chimenea e ir directamente a tu habitación, ¿me dejarías vivir allí?, podría esperar desnudo a que vuelvas de tus misiones de auror y haríamos el amor todas las noches. Suena bien, ¿no crees?

Por cierto, creo que nunca te he dicho que me encanta cómo te ves vestido con tu uniforme de auror.

Uno de estos días deberías follarme usando tu uniforme.

Te quiero, Harry. Espero con ansias el día en que podamos estar libremente juntos.

Draco.

PDT: Lo siento, también es mi culpa que tus padres se hayan preocupado, no debí secuestrarte en mi cama toda la mañana.


drag_malblack .mx

Asunto: Extraño el sonido de la lluvia

Draco:

Creo que he mejorado en esto…

En la agonía que me genera extrañarte a cada minuto del día, pero podemos hacerlo. Estoy pensando en nuevas estrategias para lograrlo, para llegar a ese día en que podamos decir abiertamente nuestros sentimientos, y nadie pueda hacer algo al respecto. Ya sabes, hacer historia, ¿eh?

El que siempre te va a amar.

Harry J. Potter Evans.


hp_evans02 .mx

Asunto: Extraño el sonido de la lluvia

Harry:

Seguramente tienes ideas increíbles, me gustaría las compartieras conmigo, para darles el visto bueno.

En otro tema, el abuelo anda muy dispuesto a hacer oficial el compromiso. He hablado con él y he logrado que desista por el momento, pero no quiero seguir con esto, no lo deseo.

Disculpa por hablarte de esto cuando solamente debería estar hablándote de lo mucho que te quiero. Como sea, eres el único con quien puedo hablar libremente de todo lo que siento.

Y claro que recuerdo nuestra promesa. Nosotros nacimos para hacer historia.

Con amor, Draco.


El teléfono de Cedric suena con la tonadita en piano de la marcha nupcial. Harry y Ginny lo miran con los ojos desorbitados.

A pesar de que Harry ya no puede formar parte de la campaña de su madre, puede continuar con los proyectos propios. Por ello, ha tenido una reunión para afinar detalles con Cedric.

Es muy de mañana y Ginny ha pasado a saludar.

Ahora Cedric está conversando con alguien sobre una cita para probar pasteles.

Ginny y Harry no dejan de mirarlo.

Cuando Cedric termina la llamada, ambos se lanzan a bombardearlo de preguntas.

—¿Te vas a casar?

—¿Por qué no sabíamos nada?

—¿Quién es la novia?

—¿Tú pusiste el tono de llamada?

Cedric resopla.

—No, mi novia lo puso. Y no voy a decir nada más. Es algo que no les incumbe.

Ginny se queja. Y está a punto de comenzar un interrogatorio más exhaustivo para presionar a Cedric cuando una lechuza entra.

Tira un paquete cerca de Cedric quien rápidamente se apresura a tomarlo.

Contiene una carta y un ejemplar del Profeta.

Cedric desdobla el periódico y grita:

—¡CARAJO!

Lo deja caer y se apresura a abrir la carta.

Lee rápidamente mientras Ginny toma el periódico para conocer la razón de la reacción tan poco frecuente de Cedric.

—¡Con una mierda! —exclama y le muestra la portada a Harry.

El titular dice:

HEREDERO MALFOY ES VISTO EN HOGSMEADE

(Reporte de Rita Skeeter)

Fotografías provenientes de una fuente anónima fueron filtradas esta mañana, donde se puede ver a Draco Malfoy en el hotel Fuente Mágica, lugar donde la ministra Lily Evans se hospedó junto a su hijo Harry la noche antes del discurso de inicio de campaña.

Imágenes en la página 11.

Harry toma el periódico y va a la página indicada.

Hay tres fotografías. Ninguna comprometedora, para su gran alivio, pero si implicativas.

En la primera están caminando uno al lado del otro por el pasillo que lleva a su habitación. Otra donde Harry le está susurrando algo a Draco muy cerca del oído. Draco se ve muy feliz, pero Harry deja pasar por el momento ese hecho para ver la tercera foto, donde Harry está abriendo la puerta de la habitación.

¡Qué problema!

—Bueno... —comienza a decir Harry intentando buscar palabras adecuadas para intentar aliviar el ambiente, pero Cedric lo interrumpe, ya ha terminado de leer la carta.

—La ministra quiere que esto se arregle en calidad de urgente —dice—. Vamos a tener que aplicar otro método de control de daños. Y creo que tal vez no te guste, pero es necesario. Además, será algo difícil.

Harry espera.

—Necesitamos desviar la atención. Hacer que no se hagan ideas acertadas y en lugar de eso hacerles creer que ambos tienen una relación con alguien más. El problema es que no se me ocurre quienes podrían prestarse para eso.

Ginny suspira profundamente.

—Yo podría ayudar con eso. Es decir, ¿recuerdan la fiesta donde Harry tiró el pastel?

Harry quiere decir que él no tiró nada, pero se contiene.

—Draco me pidió un baile. Y... —toma su bolsillo de viaje y rebusca en el interior hasta que saca un juego de llaveros—. Tengo esto. —Es una foto de ella con Draco y Pansy. Ginny está rodeando el cuello de Draco con un brazo, mientras le deposita un beso en la mejilla. Esa foto es de cuando fueron a India—. Solo necesitamos mostrar la parte donde salimos él y yo.

Cedric asiente de acuerdo con ese plan.

Ahora solo falta Harry.

—Le pediré a Hermione que lo haga. Podría funcionar. De hecho, si recuerdan, en cuarto grado publicaron fotografías nuestras e implicaron que teníamos una relación —dice Harry.

—De acuerdo. Pero necesitamos el apoyo de Malfoy —dice Cedric y mira a Harry, quien no está muy feliz con tener que pedirle algo así a su novio, pero de todos modos asiente.

—Hablaré con él.


Esto es exactamente lo que no querían que sucediera, pero no tienen otra opción.

Así que Ginny le hace llegar la foto a un periodista de Corazón de Bruja. Y claro, como no pueden dejar pasar la oportunidad, al día siguiente publican un exhaustivo artículo resaltando muchas situaciones entre Draco y Ginny que muestran una obvia relación. Es como si dijeran «vean, estuvo allí todo el tiempo y no pudimos verlo». Incluso, agregan una foto de ese baile juntos, que, aunque para Harry y quienes los conocen es obvio que no hay nada, la sociedad mágica explota; por un lado, los que apoyan la relación, que son la gran mayoría, y por otro, los muy contados que lo desaprueban.

«Justo cuando pensábamos que Ginevra Weasley no tenía interés en algo diferente que no sea el Quidditch—dice un artículo—, resulta que todo este tiempo mantuvo en secreto una relación con el mago más cotizado del mundo mágico». Y otro especula: «¿Será gracias a Harry Potter que están juntos? Recordemos que ambos magos son muy buenos amigos...».

Ginny se ha sacrificado, tal y como lo haría por cualquier hermano suyo. Aunque no se siente muy cómoda con el hecho de que especulen sobre su vida privada.

Por su parte, el hecho de leer por todas partes sobre la «fabulosa» relación entre su novio y mejor amiga, está elevando los celos de Harry hasta las nubes. Sabe de primera mano que no hay nada más que una amistad entre ellos, pero quisiera poder gritarles a todos que Draco es su novio, que lo ama, porque esa amarga sensación que le provoca la gran aprobación que está recibiendo esa relación, que la gente se encuentre tan fascinada, cuando la única diferencia entre la verdad y la mentira es el género de los protagonistas lo pone tan enfadado que apenas si puede contenerse.

El abuelo está enfadado.

Hablan por teléfono para afinar los detalles de su plan.

Iba a organizar una fiesta para el próximo mes con el fin de anunciar el compromiso entre Daphne Greengrass y yo. Creo que Daphne está colérica. —Draco se ríe.

—¿Y qué le dijiste a tu abuelo?

Le dije que no se pudo evitar.

Harry suspira profundamente.

La siguiente parte del plan se ejecuta un par de días después.

Hermione y Harry salen a tomar un café y se les ve muy cercanos. Algo que normalmente pasaría como una amistad común se convierte en un chisme jugoso.

«¿Será que por fin Hermione Granger y Harry Potter admitirán que se han amado durante todos estos años?», cuestionan en un artículo, «¿Los fans de Harmione estamos por recibir la buena noticia?», se preguntan en otro. Y Harry quiere arrancarse todo el cabello, pero, una vez más, se contiene.

Sin embargo, para Draco, la historia es totalmente diferente.

Sabe que la mentira que se está ejecutando es para proteger su relación, pero no puede afrontarlo.

Cada momento en que lee algo nuevo sobre su relación con Ginny Weasley lo atormenta más y más.

Y esta vez, hace algo más precipitado, algo totalmente impropio y muy estúpido, pero sus nervios lo están superando.

Harry está en su escritorio —para su fortuna o no—revisando el archivo de un caso en curso, cuando Tonks se acerca a él de manera sigilosa.

—Harry —llama con una expresión confusa y le pide que lo acompañe.

A nadie se le hace extraño.

Tonks ha llegado a ser jefa de escuadrón, y no sería raro que a veces llame a un miembro de otro escuadrón para aclarar algunos puntos o pedir refuerzos.

Como sea, Harry se pone de pie torpemente y la sigue.

Entran a la oficina de la auror y, cuando ve porque lo ha llamado, se queda con la boca abierta.

Draco está sentado en el pequeño sofá, retorciéndose las manos.

Harry mira a Tonks quien sonríe suavemente y le da una palmada en el hombro.

—Por lo que balbuceó, intuí que quiere hablar contigo. Les daré unos minutos. —Sale de la oficina y Harry se apresura a llegar hasta Draco, se sienta a su lado y lo llama, pero no hace caso, solo continúa retorciéndose las manos, la cuales tiemblan, y no deja de mirar hacia el frente.

Sus ojos se ven ausentes.

—Draco. —Vuelve a llamar. El rubio continúa sin hacer caso a su voz, así que Harry se levanta del sillón y se acuclilla frente a él, en medio de su línea visual—. Draco, mírame. Estoy aquí.

La respiración del rubio comienza a ser entrecortada y Harry detecta de inmediato las señales. Está a punto de tener un ataque de pánico.

Toca con cuidado el área de la muñeca y nota el pulso acelerado.

Merlín, piensa preocupado al tiempo que toma sus dos manos y lo mira directamente a los ojos.

—Draco, amor, mírame por favor.

Por fin Draco lo mira a los ojos.

—Odio esto —expresa con un hilo de voz—. Lo detesto.

—Lo sé —responde Harry enojado consigo mismo por haber arrastrado a Draco a esto.

—Antes, por lo menos la situación era tolerable —sigue diciendo el rubio—. Cuando no había más que especulaciones con poco sustento. Pero esto... Merlín, esto es repugnante. Una estúpida farsa. Y Ginny y Hermione ¿simplemente van a permitir que las utilicen? El abuelo quiere que «rompa» con Ginny, para... —toma aire, pero se atraganta y vuelve a expulsarlo entre toses—. Harry, yo no quiero hacer esto.

—Si, lo sé —responde Harry. Levanta una mano y le acaricia la mejilla—. Lo sé. De hecho, también estoy odiando esto.

—¡Es que no es justo! —sigue diciendo Draco casi con la voz rota—. Mis antepasados iban por ahí haciendo cosas mil veces peores que esta, ¡y no le importaba a nadie!

—Oye, Dragón —lo llama para que no se pierda de nuevo —. Lo siento mucho, de verdad, quisiera que las cosas no tuvieran que ser así. Esto va a pasar, no siempre será así. Te lo prometo.

Draco niega con la cabeza.

—Quiero creerte, de verdad, pero no puedo, simplemente es imposible.

Harry suspira.

Cierra los ojos y respira profundamente.

Ojalá pudiera, está muy tentado a hacerlo. A salir y enfrentar al mundo por este hombre, pero esta vez, le corresponde a él ser el prudente, el que cargue con todo el peso y ayude a Draco a superar esta crisis.

Vuelve a sentarse a su lado y lo abraza con fuerza, le frota la espalda y le da pequeños besos en el mentón, la mejilla y en la nariz.

—Escucha —le dice—, no voy a permitir que suceda eso. Te juro que si es necesario, me enfrentaré en un duelo con tu abuelo ¿de acuerdo? Yo también conozco muchos hechizos oscuros.

Draco al fin ríe un poco mientras niega con la cabeza.

—No estés tan confiado —lo reprende Draco riendo a medias—. El abuelo tiene muchos años de experiencia en las artes oscuras.

Harry ríe.

—Lo digo en serio. —Advierte. Draco lo mira de nuevo, en sus ojos grises revela la tristeza y dolor que está sintiendo. Harry desearía que no tuviera que pasar por esto, porque Draco es la persona por la que Harry moriría de ser necesario —. Yo también odio esta situación. Pero esto vamos a enfrentarlo los dos, juntos, y vamos a lograr que funcione. Tú y yo haciendo historia, ¿recuerdas? Jamás voy a amar a nadie en el mundo como te amo a ti. Así que te prometo que algún día podremos ser lo que somos, y los que estén en contra que se vayan a la mierda.

Atrae a Draco y lo besa con pasión.

Draco envuelve los brazos alrededor de cuello de Harry y se quedan así, sintiéndose con cada célula de sus cuerpos.

No deberían estar haciendo esto en la oficina de Tonks, en el departamento de aurores, donde cualquiera podría verlos, pero no le interesa, Harry quiere que Draco sepa que es real, que haría lo que fuera para protegerlo.


Pasan los días entre noticias sobre especulaciones de cuándo anunciará el compromiso con Ginny, lo cierto es que no habrá ningún compromiso, ni con Ginny, ni con Daphne.

Al menos esta mentira le ayudó a mantener a su abuelo a raya.

Daphne lo odia por la humillación que nunca ocurrió, porque nadie sabía que ella iba a ser su prometida. Pero eso sirvió para que, por el momento, Abraxas no quisiera pensar en el matrimonio, aunque sigue presionando a Draco para que finalicé su ridícula relación con Ginny.

Todo está hecho un caos. Pero aun así, Draco quiere creer que tiene un futuro con Harry, la persona a la que realmente ama.

Hace sus actividades, como lo haría en cualquier otro momento. Se va a la cama y nuevamente no puede dormir.

De hecho, recién se ha quedado medio dormido cuando escucha unos toques en la puerta.

Un elfo doméstico está hablando y Draco se levanta de la cama con un gemido de frustración.

—¿Qué sucede? —pregunta al abrir la puerta.

El elfo tiene una mirada de consternación.

—La señorita Astoria Greengrass está en el salón. Requiero hablar con usted de manera urgente.

Draco frunce el ceño. Está desconcertado, pero aun así asiente y le dice que en un momento estará allí.

Cuando vuelve al interior del dormitorio, toma su varita y lanza un tempus. Son las cuatro de la mañana. Debe tratarse del algo serio como para que la asistente de su abuelo quiera hablar con él.

Se pone la bata y baja al salón principal de la mansión.

La asistente se encuentra allí junto con los abogados de su abuelo. Y Draco siente una fuerte presión en el pecho, el tema debe ser peor de lo que imaginó en un primer momento.

—Buenos días, señor Malfoy —saluda educadamente—. Su abuelo ha solicitado la confiscación inmediata de su teléfono celular.

Draco hace una mueca, pensando que esa solicitud es un absurdo, pero entonces ella continúa hablando.

—Es de suma importancia que sepa que la comunicación, a partir de este momento, con el señor Harry Potter, está absolutamente prohibida. A menos hasta que se encuentre al responsable de la filtración de sus correos electrónicos y demás mensajes personales.

¿Qué es lo que está escuchando?

Draco no puedo creerlo, ni quiere entenderlo. ¿Filtración? ¿Correos electrónicos?

—Entregue el dispositivo, por favor, señor Malfoy. Su abuelo me pidió que, de ser necesario, lo obligara, pero no quiero llegar a tal extremo.

Como un cuerpo sin vida, Draco va por el dispositivo.

Al regresar, estira el brazo para entregar lo solicitado.

Todo está mal.

—No, tengo que hablar con Harry —dice, pero el teléfono ya está en la mano de Astoria.

Mira hacia la chimenea, pero es demasiado tarde.

—No puede, tampoco puede viajar por flu. Las llamadas están restringidas. Trasladores, lechuzas o cualquier medio por el que pueda ponerse en contacto con el señor Potter están totalmente prohibidos hasta que se encuentre una solución favorable para la familia Malfoy.

Draco entra en pánico.

—Encontraré alguna manera.

Astoria niega sin inmutarse.

—No será posible. El señor Potter ya debe estar al tanto de todo, y también debe haber sido advertido. La ministra no permitirá que esto se convierta en un problema peor del que ya es.

Entonces Draco vuelve a recordar lo de la filtración.

—¿Qué ocurrió?

—Existe un suceso llamado «hackeo».

—Sé que es un hackeo, ve al punto.

—Alguien de alguna manera obtuvo los correos electrónicos que se ha enviado con el señor Potter. E hizo llegar la información a Rita Skeeter, quien no lo pensó dos veces antes de hacer públicos todos y cada uno de los correos encontrados en el ejemplar de esta mañana del diario El Profeta.

Las manos de Draco tiemblan y siente que no puede respirar.

Oh no, no puede estar sucediendo esto, se dice mientras busca a tientas la cadena en su pecho. La llave que Harry está allí. La toca con los dedos y esa es la única ancla de la que puede sostenerse para no perder la cordura, para no sentir que lo ha perdido todo.

Harry, su Harry, cómo lo estará enfrentando él.

—Señor Malfoy, prepárese, su abuelo ha ordenado que se reúna conmigo para comenzar el protocolo de control de daños. En unas horas él volverá a la mansión para conversar con usted.

Draco no puede reaccionar, no tiene idea de dónde se encuentra su abuelo en este momento, pero tampoco es como que le importe. Oportunamente, se escucha el sonido de la chimenea y entra Pansy junto con Blaise.

—Acabamos de ver el periódico —dice Pansy, quien todavía está usando su pijama.

Blaise parece haberse cambiado apresuradamente y ambos se posicionan uno a cada lado de Draco.

—Draco, ¿estás bien? Mírame —suplica Pansy.

Draco al fin fija la mirada en ella.

—Vaya a su habitación, tómese su tiempo, esperaré aquí —dice Astoria, seguramente para darle tiempo para recomponerse.

—Vamos, hay que llevarlo arriba —dice Blaise.

Ya en el dormitorio. Draco al fin habla.

Está más preocupado por Harry que por él mismo, lo cual es bastante contradictorio, dado que él siempre se ha preocupado primero por sí mismo, pero eso está bien. Necesita saber de Harry, qué está sucediendo con él.

—Draco, tranquilo, él debe estar bien, no lo quiero admitir, pero es una persona muy fuerte.

El rubio resopla.

—Para que Pansy diga algo así... —dice Blaise en un tono de broma.

Y Draco sonríe un poco, aunque realmente no puede. Siente un enorme retortijón en el estómago y quiere vomitar.

—Vamos, acuéstate un momento.

—Tengo que prepararme para la reunión —dice Draco.

—Acuéstate un momento.

Draco asiente y se mete bajo las sábanas.

Pansy se recuesta a su lado y lo abraza.

Se quedan así por un rato, mientras Blaise espera sentado a sus pies.

Eventualmente tienen que levantarse.

Blaise ayuda a Draco a elegir un atuendo apropiado mientras Pansy lo ayuda a peinarse y verse presentable.


Harry está en el quinto sueño cuando escucha que llaman a su puerta con varios toques insistentes.

Gruñe de frustración, pues en días, es la primera noche que ha logrado conciliar el sueño. Pero ya no importa. Sale de la cama, y se apresura a abrir la puerta.

Cedric está del otro lado. Tiene la expresión seria.

Harry va a preguntar qué pasa, pero no hace falta.

Cedric le entrega un ejemplar del periódico del día.

Frunce el ceño extrañado, pero mira el titular.

Oh, no, le dice su mente.

EL ROMANCE ENTRE HARRY POTTER Y DRACO MALFOY ES REAL.

Harry no puede evitar soltar una carcajada. No es que la situación le divierta, en realidad siente náuseas y su cabeza da vueltas.

—Carajo —dice cuando se recompone un poco—. Necesito mi teléfono. Tengo que llamar a Draco... —y da media vuelta para buscar el teléfono, pero Cedric ya lo ha convocado y ahora lo tiene en la mano.

—No hay manera de que eso suceda —responde Cedric—. Tienes prohibida la comunicación con Malfoy u otro miembro de su círculo social a partir de ahora. Le hemos confiscado el teléfono a Ginny y Hermione por prevención.

Harry se queja.

—Sigue leyendo. —Lo incentiva.

Harry vuelve a mirar el periódico. Y sus manos tiemblan cuando lee lo que sigue:

La relación entre Draco Malfoy y Ginevra Weasley, y a su vez, la posible revelación de amor entre Harry Potter y Hermione Granger, resultó ser no más que un montaje entre las dos familias que quisieron ocultar la relación clandestina entre el hijo de la ministra y el heredero Malfoy, véase toda la información en la página 13.

Harry va rápidamente hacia allá y ahora sí, corre al baño para expulsar toda la cena de la noche anterior.

El artículo no sólo habla del falso montaje y su relación confirmada. Adjunta pruebas.

Es un conjunto de sus correos electrónicos. Desde los más vagos hasta los más íntimos.

Y Harry no puede creer que algo como esto haya ocurrido.

—Harry —Cedric se para junto a él y le frota levemente la espalda.

—Tengo que hablar con Draco —vuelve a decir Harry cuando ya ha recuperado un poco el aliento.

—No es posible. Todavía no sabemos cómo han salido los correos a la luz, de manera que nada de comunicaciones hasta que descubramos donde está la filtración.

—Al menos dime que Draco está bien.

Harry no puede dejar de pensar en Draco y en el ataque de pánico que puede estar afrontando.

—En estos momentos la ministra está reunida con los miembros de la Oficina de Comunicaciones —informa Cedric haciendo caso omiso de su pregunta—. Vamos a ver qué se puede hacer al respecto. Mientras tanto, ponte algo encima.

Harry es llevado a la cama, donde se queda sentado. Convoca el periódico y lee todo lo que le escribió a Draco.

«…se me ha hecho eterna la espera para volver a tocar tu piel y sentir tus labios sobre los míos».

—¡CARAJO! —exclama nuevamente al tiempo que arroja el periódico al suelo. Eso lo escribió él, y resulta repugnante saber que, en este preciso momento, cualquiera puede estar leyendo algo que escribió única y exclusivamente para Draco—. ¿Cómo demonios han hecho para obtener estos correos?

—Yo también quisiera saberlo –dice Cedric con expresión empática.

Coloca una muda de ropa en el sofá.

—Te esperaré en pasillo —dice mientras camina hacia la puerta de la habitación.

—Espera —exclama Harry al tiempo que se empieza a poner la ropa encima—. Cedric, necesito hablar con él. Debe estar pasándola muy mal.

Cedric le dirige una expresión triste.

—Lo siento —responde—, en este momento, la prioridad número uno es el control de daños, no los sentimientos.

Harry se pone sus tenis.

Puede ser. En su mente ya está imaginando miles de posibles escenarios donde no se convierte en el jefe de aurores, uno donde Draco es repudiado por la familia Malfoy.

Ya está vestido así que Cedric avanza y él lo sigue por inercia, pero no puede dejar de pensar en todo lo que se les viene encima. Lo mucho que va a sufrir Draco y lo mucho que esto va a afectar a su madre porque nadie quiere a una ministra con un hijo bisexual en el cargo.

De pronto, Cedric frena en seco y abre la puerta del despacho de la casa.

Dentro está la ministra con un grupo de al menos veinte personas.

—Fuera —dice Lily una vez que lo ve.

Harry se cohíbe al creer que es a él a quien se lo está diciendo, pero un segundo después ella voltea a ver a todos los presentes.

—¿Acaso no he hablado claro? Salgan todos ahora —vuelve a centrar sus ojos verdes que parecen arder en llamas en Harry—. Tengo que hablar con mi hijo.