LA VIDA DESPUES DE LA OTRA VIDA

Capitulo 1: Otro día.

Peculiaridades, dones, rarezas, poderes, todos sinónimos de la misma cosa, aquella que casi todo el mundo poseía, algo que los hacía especiales, que les daba incluso un camino en la vida. Algunos mirando su peculiaridad nada más que como una herramienta, una extensión de si mismos, y otros viéndola como todo su ser, lo que unía a todos era el amor a las peculiaridades, era que sin importar que tan difícil, qué tan molesto, o que tan villano los hiciera parecer, todos amaban sus peculiaridades.

Pero había un sector de la población diferente, no por tener un tipo especial de poderes, sino porque no tenían ninguno en absoluto, gente que no tuvo la fortuna de nacer con una peculiaridad, tan raros que eran ellos los que irónicamente eran llamados peculiares, porque el encontrar a alguien sin un don era tan extremadamente raro que hacerlo era la anomalía.

Se diría que eran normales, pero en este mundo lo normal, lo común y corriente era tener algún tipo de poder especial, y aquellos que no lo tenían eran vistos con algo de pena en el mejor de los casos, otras personas los miraban como si fueran portadores de alguna enfermedad, haciéndolos sentir como extraños donde quiera que fuesen, como gente discapacitada.

La vida era cruel, lo ha sido desde el principio de los tiempos, no es justa, unos nacen para darse un festín, mientras que otros pasan su vida en la oscuridad, suplicando las sobras.

El mundo recompensaba a los fuertes y poderosos, mientras obligaba a los débiles a ocultarse para no ser devorados, para sobrevivir, pero en la vida moderna el ocultarse ni siquiera era una opción a veces, porque en una sociedad las personas necesitaban interactuar entre si para conseguir comida, vestido, calzado, educación, salud, incluso seguridad, y recluirse para sentirse a salvo era contraproducente.

En algún tiempo el poder se concentraba en el oro, los diamantes, el petróleo, el armamento, el sistema financiero y la comunicación. Quien tuviera aunque sea un poco de recursos o autoridad en cualquiera de esos campos podría considerarse poderoso, pero desde la aparición de las peculiaridades la humanidad había atravesado un cambio donde todos sus problemas y divisiones pasaron a ser únicamente sobre quien tenia mejor peculiaridad, y por supuesto que los que estarían hasta el fondo de esa nueva cadena alimenticia no serían los pobres ni los enfermos, sino aquellos que nacieron sin uno de estos regalos de la naturaleza, y si le preguntaras a cualquiera de ellos, es así como realmente se sentían, despreciados y repudiados.

O al menos, así es como lo describiría un niño de cabello verde, mirando al cielo con impotencia, odiando al mundo y al destino, a dios, a la vida, a sus padres, a cualquiera que tuviera la culpa de que a él no le hubieran dado un regalo como a casi todos, y más concretamente, como al otro niño que lo seguía quemando con sus explosiones mientras él continuaba intentando y fallando en no ser quemado.

-aviso: daño en el tejido de epidermis del brazo izquierdo.

-tonto deku, ¿por qué te metes si no tienes peculiaridad?, ¿te quieres morir?, a ver si con esto aprendes a no meterte donde no te importa. – bang.

-aviso: daño de hematoma en el estómago.

-cállate.

-aviso: daño de impacto en el tórax.

-cállate, déjame tranquilo.

El niño rubio ceniza que golpeaba al peliverde lo atormentó hasta que él mismo se cansó, la vista del niño tirado y hecho bolita mientras lloraba no hizo nada para conmoverlo, sino que parecía todo lo contrario, su mirada llena de satisfacción parecía mostrar como si la vista le produjera un orgullo, una sensación de poder al someter a alguien más débil.

-vuelve a meterte en mis asuntos y te mato estúpido deku. – dijo el niño rubio con una sonrisa arrogante mientras se retiraba junto a sus otros dos matones.

-aviso: el daño total es del 15%.

Izuku estaba cansado, sus brazos le dolían, su estomago le dolía, su cabeza le dolía.

-aviso: se recomienda curación.

-¡Cállate!

Izuku gritó mientras seguía en el suelo esperando a que pasara el dolor, la voz en su cabeza que ni siquiera era una voz no dejaba de molestarlo desde el momento que nació, el niño la oía como algo lejano, débil como si alguien llamara a un teléfono que es puesto junto a otro y desde ese otro teléfono llamaran a izuku, distorsionada, robótica, inentendible la mayoría del tiempo, y sobre todo, inútil.

Izuku Midoriya era un niño sin peculiaridad, de 5 años, abusado y despreciado por los demás niños cuyas peculiaridades recientemente se habían manifestado, sin nada especial mas que una molesta voz en su cabeza que no lo dejaba tranquilo ni en sus peores momentos.

Múltiples idas al medico y muchas pruebas costosas se habían hecho, la conclusión era que el niño padecía una esquizofrenia inusual, los psiquiatras infantiles lo atribuyeron a la ausencia del padre que trabajaba en el extranjero y que casi nunca veían. Le dieron medicamentos, le dieron antidepresivos, probaron muchas cosas, pero la voz no se iba.

Solo hasta hace una semana izuku seguía siendo un niño alegre, con sueños desatados esperando solo el día en que apareciera su peculiaridad, pero no apareció. Todos los niños de su clase comenzaron a manifestarla a lo largo del año, pero no él, él solo miraba como todas y cada una de las personas que conocía usaban sus peculiaridades diariamente solo deseando saber cómo se sentiría poseer una, pero sin poder hacer nada.

Cuando casi cumplió 5 su madre lo llevó al medico para que le dijeran el porqué aún no tenia una peculiaridad, o a que al menos le dieran esperanza de una tardía, pero el resultado fue aplastante, como un golpe en el estomago que te deja sin aire.

-su hijo no posee y poseerá peculiaridad. – dijo el doctor, izuku solo pudo quedarse sentado mientras su mente procesaba lo que el doctor había dicho, él le explicaba algo a su madre señalando una imagen azul en la pared pero eso a él no le importaba.

-¿no tendré peculiaridad?... ¿nunca? – preguntó izuku interrumpiendo la explicación y haciendo que ambos adultos lo miraran.

Su madre al verlo se llevó sus manos a su boca horrorizada mientras la tristeza la invadía. Izuku sonreía mientras sus cristalinos ojos amenazaban con romperse en llanto. El doctor suspiró con tranquilidad, y sin malicia pero también sin tacto habló al pequeño en una voz calmada y con la mayor comprensión que pudo reunir.

-lo siento amiguito, no tuviste suerte.

Inko Midoriya abrió los ojos ante las palabras del doctor y con una ira creciente tomó a su hijo aun en shock y salió del consultorio dejando al doctor solo en la pequeña sala.

Hacía una semana de ese acontecimiento, cuando los maestros preguntaron por los resultados y él les contó hubo quienes lo escucharon, y sin perder tiempo en el parque donde jugaba esperando a su madre aprovecharon para burlarse nuevamente de él.

Antes de eso él les hubiera dicho que solo tenían que esperar, que cuando apareciera su quirk les enseñaría lo asombroso que sería, lo había dicho en muchas ocasiones ya, pero ahora, con la noticia, él no tenia forma de refutar o negar sus palabras, y eso lo llenó aún más de enojo, así que con justa ira intentó defenderse insultando a los niños también, burlándose de sus peculiaridades y haciéndoles ver que no eran tan grandiosas como ellos pesaban, los argumentos eran válidos, tanto que logró enfadar a los niños, y entonces ellos contratacaron de una manera más física usando sus dones para lastimarlo.

Entre ellos apareció katsuki bakugou, un niño mimado por todo el mundo gracias a su explosiva peculiaridad que le hacía creer que era el centro del universo, tomándose los insultos a los otros niños como algo personal hacía él y arrebatando el protagonismo del abuso.

Izuku se paró despacio cuando el dolor disminuyó lo suficiente, los adultos que miraban a sus hijos no hicieron nada para ayudarlo, ni siquiera querían meterse, ellos ya lo conocían, era tan notorio por ser el único niño que carecía de rareza, eso ya era noticia y chisme en este vecindario, pero daba igual, nadie quería involucrarse con alguien discapacitado.

Izuku caminó con pasos lentos para salir del parque, una la tristeza era su mayor sentimiento en ese momento, pero de alguna manera y sin saber explicarlo, también había ira, un enojo profundo, pero que se sentía tan ajeno que no lo podía decir con seguridad, como si no fuera suyo pero aún así lo sintiera.

Llegó a casa en media hora, el camino era largo pero conocido, su madre no estaba y la puerta seguía cerrada, pero no duró mucho cuando su madre llegó casi al mismo tiempo mientras corría preocupada por el pasillo de ese complejo de apartamentos, se suponía que la esperaría en el parque como siempre pero no tenia la fuerza ni las ganas para hacerlo, así que solo caminó.

La vida de izuku Midoriya no fue mucho mejor a partir de ahí. Su rutina era la misma casi siempre, encogiéndose y agachándose para no destacar ni ser el blanco de más abusos, todos los días, así hasta comenzar el tercer año de la secundaria, con 15 años y con un humor más oscuro que el de un emo vengador, izuku se limitaba a seguir las ordenes de sus profesores y autoridades, solo un estudiante más, solo un joven de 14 años más. Eso lo hacía sentir bien de alguna manera, porque al menos así podía sentirse, normal, como parte de esa sociedad que lo rechazó, como uno más de ellos aún sin poseer peculiaridades.

-reporte: amenaza.

Izuku miró hacia arriba mientras ordenaba su escritorio para irse, cuando alzó la cabeza se encontró con quien menos deseaba tener conversaciones, ese mocoso estúpido que no sabía hacer nada más que explotar todo como musulmán dolido.

-oye estúpido deku, ¿cómo esta eso de que también vas a aplicar para el examen de la UA?, ¿es que acaso quieres que te mate estúpido nerd?, ¿piensas ponerte en mi camino?

Izuku no tenia aprecio por el idiota rubio, pero por alguna razón su cuerpo no dejaba de temblar, y su voz sonaba nerviosa y con miedo.

-no…no…no lo hice para hacer nada ka-chan, solo apliqué para una escuela, eso no tiene nada de malo ¿verdad? – decía izuku mirando hacia abajo.

-ja, ¿pero cómo un tonto sin peculiaridad piensa aprobar en la escuela donde solo el 1% de los aplicantes aprueba?, no dejan aplicar a los peculiares. – dijo otro chico en el fondo esperando a bakugou.

-re… recientemente quitaron esa regla, y no se, tal vez un milagro pase y logre entrar. – decía izuku mientras maldecía por dentro a su tonto profesor que reveló a la clase entera su aplicación.

El rubio que sostenía su pie en su escritorio tuvo suficiente de ser ignorado y se hizo notar con una explosión, la reacción de izuku al intentar proteger el cuaderno que el rubio casi quema le interesó más, pero nada de lo que le importara.

-Escúchame estúpido deku, vas a retirar tu solicitud ¿entendiste?, solo yo tengo el potencial de llegar a la cima en este mundo, y seré el único de esta estúpida escuela que entre a la UA y se vuelva famoso, tu no vas a manchar mi reputación ¿oíste nerd? – dijo bakugou comenzando a caminar hacia la salida, cuando llegó al marco de la puerta se detuvo con una sonrisa malvada en su rostro, lo que siguiente que dijo hizo que izuku se quedara helado. – y si tanto quieres entrar a la UA, ¿por qué no saltas de la azotea?, tal vez en la siguiente vida obtengas un quirk jajajaja. – salió riendo con petulancia.

Izuku esperó unos minutos para que el grupo de bakugou se fuera y no los encontrara en el camino. Izuku salió del salón con una sombra en sus ojos, no lo quería admitir, pero esas últimas palabras le dolieron como ningunas otras, le dolieron no por lo crueles que sonaban, no por la obvia intención malvada, sino porque en el fondo, eass palabras le traían alguna especie de esperanza, era una posibilidad, que tal vez, solo tal vez funcionaría, solo que nunca lo sabría, pero dolía saber que era una posibilidad.

Izuku caminó distraído hasta llegar a un puente, donde solo el destino y el azar decidieron que sería buen momento para ser el objetivo no de un matón, ni de un montón de niños encaprichados, sino de una verdadera amenaza, un villano que no perdió tiempo en querer matarlo para tomar su cuerpo.

-maldita sea, ¿así es como acaba esto?, ¿toda mi vida llena de dolor va a terminar así?, ¿es esto una mala broma o algo?, maldita… sea…

Izuku despertó de la inconciencia junto al héroe más grande del país, y por si fuera poco, el más grande idolo del niño también, all might en persona, saludándolo y salvándolo, metiendo al villano inconsciente en dos botellas y despidiéndose de un salto.

Izuku no sabía cómo ni porque, solo fue un deseo y un impulso que incluso a él lo desconcertó, pero fuere como fuere, ya no había marcha atrás, su cuerpo se aferraba a la pierna del héroe número uno mientras este surcaba los cielos de un supersalto.

Aterrizando en la azotea de un edificio y con el héroe sintiéndose desmayar izuku hizo la pregunta más importante que guardó en su corazón, aquella por la que aún no se volvía loco, aquella que aun le daba un poco de esperanza en este mundo cruel.

-¿crees que pueda ser un héroe, aún sin peculiaridad? – preguntó izuku al héroe musculoso. – todos me molestan porque no tengo una, y ni yo mismo sé porqué, solo pienso que salvar a la gente es increíble, y lo único que siempre he querido es poder ser un gran héroe, así como tu… ¿eh? - solo que cuando volvió la vista hacia él ya no era tan musculoso, en su lugar un esquelético y desnutrido hombre yacía sentado contra la cerca. – espera, ¿a dónde fue all might? – preguntó izuku mirando a todos lados en busca del héroe más grandioso de todos.

-yo soy all mighrrffd. – dijo el esqueleto rubio antes de que una cascada de sagre saliera de su boca.

-no, no, no, tu… tu no puedes… - decía izuku sin creer lo que veía. – es mentira, all might es más grande, valiente, salva a todos con una sonrisa. – decía negando la realidad.

-una sonrisa valiente, ¿eh?. – dijo el ahora pálido y demacrado rubio mientras se recargaba en la cerca detrás de él. – mira joven, ya que me viste así no vayas a publicar esto por accidente en internet. – se alzó la playera asustando a izuku con la vista, una herida horrible se posaba en el tórax del rubio, cubierto de cicatrices como si le hubieran abierto desde el cuello hasta el vientre. -mira bien, esto es lo que sucede cuando los heroes luchan contra villanos, esta herida me la hizo un villano hace cinco años, tantas cirugías y tratamientos me dejaron en el estado en que me vez, ahora solo puedo ser un héroe tres horas al día.

-no puede ser, ¿fue cuando peleaste contra la toxica motosierra? – preguntó izuku con espanto en la cara viendo a su ídolo bajo una nueva luz.

-no, un villano como ese no podría hacerme nada, no, esto fue algo que no se hizo público.

-pero entonces, ¿Por qué no te has retirado?, tus heridas son muy graves. – dijo izuku mostrando todo el aprecio que sentía por el héroe. El rubio alzó la mirada para ver al joven directamente a los ojos.

– salvo a todos con una sonrisa, el símbolo de la paz no puede ser intimidado por el mal, si yo me retirara, seria una invitación para que el mal volviera a florecer. sonrió para presionar a los heroes a no rendirse, para asustar a los villanos de cometer crímenes, y también, para engañar al miedo que hay en mi. – dijo cerrando su puño. – los heroes profesionales siempre arriesgan su vida, cada misión es una apuesta, así que no puedo solo decirte que, "puedes ser un héroe aún sin peculiaridad".

Izuku sintió su mundo caerse a pedazos, una cosa era escucharlo de un doctor, de los matones, de las personas que lo despreciaron con o sin intención, pero ahora se lo decía quien él pensó que era su última esperanza, quien pensó que estaría de su lado, quien pensó que era su héroe.

-ya… ya veo. – dijo izuku con algo de shock sin saber que decir ni pensar. All might se paró de su temporal asiento y comenzó a caminar a la puerta de la azotea.

-si quieres ayudar a otros puedes convertirte en policía, la gente se burla de ellos porque solo atrapan a los villanos que les dejan en la puerta pero también es una buena ocupación. – izuku ni siquiera lo siguió con la mirada, cada palabra era como un martillazo más en los clavos de su ataúd. El rubio se detuvo en la puerta para decir una última cosa. – no está mal tener sueños, solo debes aprender a ser un poco más realista. – dijo y con eso se despidió, la puerta se cerró, y todo lo que quedó en esa azotea fue un joven derrotado.

Una explosión sacudió la ciudad a lo lejos, pero ¿Qué importaba?, ¿qué podía hacer él de todos modos?, le encantaba ir a los sitios peligrosos para ver a los heroes en acción, algo muy estúpido en retrospectiva, cada una de esas veces algo pudo salir mal y pudo haber sido dañado en un fallo de los heroes o de los villanos, pero a la gente le gustaba tanto que las multitudes se formaban rápidamente y los policías solo aparecían para formar una cerca que impidiera el paso, como si de un show se tratara y los artistas fueran los heroes.

-aviso: integración de habilidades a punto de terminar.

Ese mismo día había estado en un ataque de villano, antes de llegar a la escuela, kamui Woods casi tenía al villano en custodia cuando otra heroína novata apareció arruinando todo, su peculiaridad era tan impráctica que solo por los daños que iba a causar a la ciudad cada vez que luchara era mejor que no hiciera nada, y aún con todo eso la mujer solo se enfocó en recibir toda la atención posible, seguro sería popular, es decir, ¿a quien no le gusta ver un trasero tan grande?, pero izuku pensó en lo que recién le dijeron.

-los heroes arriesgan sus vidas todos los días.

Desde su punto de vista, sus miradas y claro interés en su popularidad no reflejaba mucho miedo de perder la vida, solo mostraba su entusiasmo por llamar la atención.

¿qué era este sentimiento que sentía?, se sentía más profundo que la tristeza, extrañamente combinado con un toque de esperanza y otro de vergüenza, como si lo hubieran atrapado haciendo algo malo, ah, era eso, decepción.

Izuku se acercó a la cerca, el tamaño era perfecto para que él pudiera recargar sus antebrazos y ver la estela de humo que sobresalía calles más adelante.

Decepción, eso era lo que sentía, decepción del mundo, decepción de sus sueños, decepción de si mismo, incluso decepción de all might.

-al final, nada es como yo quisiera. – pensó izuku.

Parecía que sus sueños al fin habían encontrado una pared que no pudieron atravesar, y pensando en ello, nunca se puso a considerar qué haría si ser un héroe no funcionaba, lo habían orillado tanto al ostracismo que su terquedad fue no solo una forma de protegerse de los demás, sino de sí mismo. Con todos diciéndole que no valía nada, su orgullo era todo lo que le quedaba no como arrogancia, sino como un mecanismo de salvación que hiciera contrapeso diciéndose a sí mismo que sí podía, que todos estaban mal, que si nadie más creía en él solo podía creer en sí mismo.

Izuku estaba solo, no tenía nada, ni amigos, ni relaciones, y ahora tampoco tenía sus sueños, entonces, ¿qué haría?, eventualmente tampoco tendría casa, ya se sentía lo suficientemente miserable así como para vivir con su madre hasta los 30, pero sin sus sueños que era el motor de su vida, ¿qué haría con ella?, ni si quiera podría tener novia, ¿Quién querría salir con alguien sin peculiaridad?, como sea que lo viera, su vida estaba acabada.

Izuku miró al suelo, al vacío entre él y la acera de la calle.

-¿por qué no saltas de la azotea?, tal vez en tu siguiente vida tengas una peculiaridad jajaja.

De repente esa opción pareció tan tentadora, pero él sabía que ni siquiera de eso tendría el coraje.

Izuku vio como el héroe rubio salía corriendo del edificio en dirección al lugar donde seguro estaba atacando el villano, verlo correr así en esa forma lo hacía ver tan, patético. Izuku se sorprendió de sus propios pensamientos, ¿Cuándo le perdió tanto el respeto a all might como para pensar así de él?, ¿o era que ahora veía las cosas claramente?, quien sabe, ni siquiera tenía la energía mental para querer saberlo.

No era nada que tuviera que ver con él de todos modos. Izuku caminó a casa en silencio, solo meditando en si mismo, su cuerpo parecía ir en modo automático, su mirada aburrida y sin luz.

-¿por qué quería ser un héroe de todos modos? – se preguntaba izuku mientras esperaba a que el semáforo cambiara su luz. – solo era porque me gustaba ayudar a los demás, o mas bien me hubiera gustado hacerlo, meh, la verdad nunca he ayudado a nadie así que ni si quiera sé si me gustaría dedicarme a eso toda mi vida, tal vez ni si quiera me hubiera gustado. – dijo izuku mirando al cielo, hubiera sido una vista hermosa y solemne pero los edificios y aviones no dejaban mucho espacio para la belleza. – como sea, ni si quiera tiene sentido pensar en ello, como si en verdad tuviera alguna oportunidad. – dijo izuku con una risa dolorosa, de repente abrazando un aspecto de si mismo muy fatalista que no sabía que tenía.

-¿un policía eh? – pensó Izuku recordando el consejo de all might.

Con sus sueños ahora rotos, de repente el mundo parecía abrirse en más caminos que el único que él podía, o más bien quería, ver hasta ahora. Y cada uno era tan incierto como el primero, con obstáculos, con recompensas, con más y más opciones que abrumaban al pobre chico que hasta ahora no quería saber nada que no fueran los héroes.

En su camino llegó hasta un lugar que parecía bastante agitado, era una calle donde había un mercado, a veces iba con su madre o solo por encargo de ella, siempre estaba algo concurrido, pero normalmente la gente estaba dentro de la calle, no al inicio de ella tapando todo el acceso.

Izuku no era tonto, y hoy más que nunca su lucides parecía haber alcanzado nuevas alturas, así que solo por la vista de la gente aglomerada y la cantidad de policías pudo decir que dentro de la calle ocurría un ataque de villano, malo para el negocio, pero nada que le importara mucho justo ahora.

-¿Cuánto más van a tardar los refuerzos? – dijo un policía, su expresión parecía desesperada.

Otra razón más para no ser policía, eran inútiles sin los héroes. Y hablando de heroes, ya llevaba un rato desde que el ataque sucedió, Izuku ya se había dado cuenta de que la explosión y este ataque era en el mismo lugar, y por el tiempo varios héroes ya debieron haberse presentado, entonces ¿Cuál para qué querían refuerzos?

La curiosidad era algo que Izuku había visto muchas veces como una de sus mayores virtudes, pero ahora maldecía ese rasgo suyo, porque a pesar de su pésimo humor y su deseos de irse a casa y encerrarse en su cuarto mientras devoraba un bote de helado, su curiosidad pudo más, y solo para satisfacer ese deseo comenzó a acercarse, la gente por supuesto era una pared que tapaba la vista, pero nada que su experiencia en espectar ataques de villanos no le hubiera enseñado a superar, así que se movió hasta la orilla, ahí la gente era menos apretada y pudo tener una mejor vista de lo que pasaba, y lo que pasaba era que… oh dios.

-¿por qué esta ese tipo aquí? – pensó espantado mientras miraba al mismo limo que lo había atacado hace poco más de una hora, solo que ahora estaba en medio de otro ataque. – pero ¿cómo?, se le escapó a all might? – se preguntó mientras se esforzaba por buscar algo en su memoria que lo ayudara a entender, y lo encontró, una imagen del rubio en su forma esquelética pero sin nada en los pantalones, él se había puesto las botellas ahí, pero ahora que lo recordaba el no tuvo nada de eso durante toda su estadía en la azotea. - ¿se le cayó?, pero espera, si eso paso… entonces. – la realidad golpeo a Izuku como un bate de beisbol en el estomago, su corazón se hundió y un vértigo lo estremeció hasta la medula. – eso… fue… mi culpa.

La gente comenzó a murmurar, el villano había atrapado a alguien más y lo usaba como reen, y de alguna manera todos sabían que all might había ido tras ese villano, así que ahora todos murmuraban sobre por qué no estaba capturado y sobre el qué estaba haciendo all might.

-es mi culpa. – pensó Izuku, sus manos tapaban su boca porque sentía que la bilis se le salía por la garganta. – aunque all might viniera no podría hacer nada, todo lo que se puede hacer es esperar a que un héroe con una peculiaridad más acorde a la situación llegue.

El pensamiento lo atravesó, y por un momento, solo por un momento, tan pequeño como un suspiro, como una brisa que acaricia su rostro, solo un momento, toda su agonía desapareció.

-espera un momento. – pensó Izuku, ahora estaba hasta el frente de la multitud después de escabullirse en su angustia, y miró a los lados, a la derecha, a la izquierda, incluso más allá del villano, el lugar estaba repleto de héroes, era difícil no ver a aquella heroína al final de la calle que media más que los edificios.

-son al menos 20 heroes, pero ninguno hace nada. – pensó Izuku mirando a cada uno solo ahí parados. En los segundos que lo pensó se le ocurrieron a él más de diez formas en que ya podrían haber sacado al rehén, pero ninguno hacía nada.

Izuku miró hacia atrás para buscar refuerzos, y lo que vio, lo dejó pasmado. Recargado en un poste, detrás de la multitud, ahí estaba all might, mirando el suceso con impotencia mientras sostenía su herida. Cuando regresó su mirada para ver al villano notó algo que hasta ahora no había visto, el rehén, la persona que todos querían salvar, su rostro estaba tapado por baba verde, pero su cabello, y sus ojos, esos ojos inconfundibles para Izuku, aquellos ojos que tantas veces le causaron el más grande temor, ahora parecían tan frágiles, como si con esa mirada suplicara a cualquiera que pudiera mirarlo, ayuda.

El mundo se detuvo para Izuku.

-aviso: integración de habilidades completada con éxito.

Las piernas de Izuku comenzaron a caminar.

-comenzando fusión.

Poder, eso era todo lo que Izuku sintió cuando sus piernas comenzaron a correr, una ola de recuerdos inundó su mente, muchas cosas que no sabía ahora lo abrumaban mientras corría hacia el villano.

-¡OYE NO VAYAAAS! – le gritaron los heroes.

La mente de Izuku no podía pensar claramente, pero si tenía una cosa cara.

-todo esto es mi responsabilidad. Tengo que salvarlo, tengo que ayudarlo, tengo que ir con él.

-entendido, resguardando la mente del maestro hasta que la integración de la copia de memoria haya finalizado, entrando en modo de batalla automática.

Los ojos de Izuku pasaron de ser aquellos verdes y miedosos a rojos y fríos ojos carmesí, si alguien hubiera visto mejor le habría parecido ver patrones de varias formas geométricas, como si de un circulo mágico se tratara.

Izuku corrió como tan rápido como sus músculos se lo permitieron.

-maldito mocoso, eres tu otra vez. – gritó el villano mandando un tentáculo de baba para golpear a Izuku.

-¡NOOO! – gritaron los heroes.

-inutil. – dijo Izuku aun con la mirada en blanco.

Nada pasó, Izuku esquivó magistralmente y continuó acercándose.

-deku. – dijo bakugou mientras miraba con lo último de sus fuerzas y trataba de no morirse.

El villano siguió intentando golpear a Izuku con más latigazos de baba, pero Izuku era demasiado rápido, casi al llegar Izuku saltó para esquivar y en medio del aire extendió una mano.

-ya no podrás esquivar esta vez. – dijo el villano con una alegría enfermiza.

Un tentáculo más se dirigió para mandarlo a volar, pero todo lo que golpeo el villano fue el aire cuando una espada envuelta en llamar negras le cortó la extremidad.

-¡AAAAAAH! – gritó el villano, el fuego no se apagaba por mas que agitara el tentáculo cortado.

Izuku comenzaba a caer sobre el villano con toda la intención de partir al villano por la mitad, con miedo el villano intentó moverse como si intentara saltar, la espada de Izuku cortó y le quitó al menos el 30% de su cuerpo, pero esa fue en realidad toda la intención de Izuku, ya que la parte cortada era la que sostenía a bakugou.

-objetivo cumplido, liberación del rehén, pasando al objetivo secundario. – dijo Izuku extendiendo la mano hacia el villano.

-maldito mocoso, ¿Cómo te atreves?, ¡VOY A MATARTE! – gritó el villano abalanzándose como una ola hacia Izuku pero antes de que pudiera darse cuenta un vórtice negro apareció cubriendo casi toda la calle. – oye, espera, ¿qué esta pasando?, ¡NOOOOO!

Toda la baba verde comenzó a ser absorbida por el vórtice, el villano se dio la vuelta y quiso intentar escapar, pero la fuerza de succión era muy fuerte.

-no, espera, por favor, ¡AYUUDAAA! – gritó el villano sintiendo como era devorado por la masa negra.

-no escaparas.

El vórtice se extendió hasta cerrarse como una pared delante del villano y atrapándolo como una red de pesca, solo entonces el vórtice se comenzó a hacer más y más pequeño, todos los heroes miraban pasmados, all might no podía creer lo que miraba, las personas tambien estaban sin habla. El vórtice desapareció en la mano de Izuku cerrando el puño al final.

Como si aún no hubiera terminado Izuku extendió su mano hacia bakugou, quien al verlo sintió en su interior un temor que nunca pensó tendría de aquel niño a quien siempre había atormentado. Izuku volvió a generar ese negruzco vórtice que se tragó todo lo que quedó del villano, los residuos que quedaron sobre bakugou también fueron removidos, el niño sintió como si una ola del mar lo golpeara, estando sobre él pero pasando de largo. luego lo apuntó a las llamas que aún quedaban y también las absorbió junto a unas botellas vacías de las que seguramente había escapado el villano, dejando el lugar seguro por fin.

Izuku se posó parado en medio de todo.

-objetivos cumplidos con éxito. -dijo mirando al suelo.

-oye, ese niño, ¿acaso él sólo? – dijo alguien en la multitud.

-los heroes no pudieron hacer nada, pero ese niño. – decía otro.

-si, ese niño salvó al otro niño.

-miren su ropa, es el mismo uniforme que la del niño capturado.

-si, no hay duda, ese niño derrotó al villano por si solo.

-wow, eso fue.

-¡eres grandioso niño! – gritó alguien en medio de la multitud y eso dio ánimos a los demás.

Voces de victoria y elogios inundaron los oídos de Izuku.

-¡así se hace niño!.

-¡eres un héroe!

Los profesionales aún estaban algo incrédulos y de repente también muy incomodos, no era necesario repetir en todo momento que ellos no sirvieron para nada.

Las voces de la multitud no cesaron en un buen rato, muchos de ellos querían correr para tomarse una foto con él pero la policía en el lugar los mantenía alejados.

Los heroes se acercaron corriendo.

-oye mocoso, eso fue muy imprudente, pudiste haber muerto. – le dijeron los heroes.

-aún si podías ayudar eres un civil, no es tu trabajo. – continuaban.

-lo venciste esta vez pero ¿no se te pasó por la cabeza esperar a que un héroe más adecuado viniera en lugar de arriesgar tu vida? – dijo otro héroe.

Al instante retrocedieron cuando Izuku alzo las manos con una versión mini del vórtice que todo vieron tragarse al villano, de los pequeños remolinos dos botellas saltaron atrapándolas Izuku una en cada mano. Se acercó al héroe con piel de madera y las extendió.

-¿eh?, ¿Qué es…?, ah. – dijo cuando se percató de que se trataba del villano atrapado en las botellas.

-eh, bueno. – decía kamui Woods sin saber cómo responder al acto.

-increible, que peculiaridad más poderosa. – pensó all might mirando a Izuku, de repente este volteo hacia el como si supiera donde y quien era. Sus ojos y mirada en blanco parecían estarlo juzgando, o eso es lo que el rubio pensaba. Pero luego y con la misma expresión o la falta de ella mas bien, se volteo como si perdiera el interés. Al acto le causo cierta humillación al héroe, pero nada que sostuviera contra el joven, sino más bien a su propia inutilidad.

Los ojos de Izuku regresaron a ser los de siempre, verdes en lugar de rojos, y su expresión pasó de ser bueno, inexpresiva, a tener algo más parecido a una mirada solemne, pensativa e igualmente perdida.

miró hacía atrás sin importarle mucho lo que los heroes tenían que decirle, bakugou le regresó la mirada, aún sentado en el mismo lugar mirándolo como si no supiera a quien veía.

Izuku se llevó una mano a la frente, su cabeza dolía un poco.

-oye, ¿nos estas escuchando? – dijo un héroe, cuando Izuku volteó a verlo lo identificó como death arms, pero ni así respondió.

Izuku fue hasta una pared cercana a recargarse mientras se sentaba, pasaron solo unos minutos cuando los medios de información llegaron a la escena, los oficiales de policía pidieron a los héroes no dejar que Izuku se fuera, pero no era como si el propio niño hiciera mucho para eso, solo estaba tranquilamente sentado mirando a la nada.

Bakugou recibía elogios de otros héroes por su valentía al resistir al villano y por su poderosa peculiaridad, pero el rubio explosivo tampoco escuchaba mucho de eso, solo miraba al suelo y en ocasiones a Izuku, como si fuera un rompecabezas que tenia que resolver.

-estamos en la escena del ataque de un villano, según los testimonios de los testigos el villano fue derrotado por un estudiante de secundaria, ahora nos dirigimos con ese estudiante. – decía una reportera mientras el camarógrafo la seguía apuntando a Izuku. – dime jovencito, ¿cómo te sientes después de haber derrotado a un villano tu solo? – preguntó la reportera.

-oye mira eso – dijo un héroe a otro, ambos corrieron para intentar alejar a los reporteros de Izuku.

El joven en cuestión alzó la cabeza encontrando a una mujer agachada junto a él y a una cámara casi en su cara. Izuku parpadeó un poco.

-¿cómo me siento? – repitió Izuku con mirada tranquila.

-si jovencito, queremos saber qué fue lo que hizo que un estudiante decidiera lanzarse al peligro para derrotar a un villano aún con tantos héroes ya intentándolo. – dijo la reportera cambiando el micrófono de su cara a la de Izuku.

-bueno, no lo sé, ninguno de los héroes podía hacer nada, así que yo solo esperaba a que un héroe con una peculiaridad acorde a la situación apareciera también. – Izuku miró a bakugou quien también era acosado por otro reportero. – pero cuando reconocí al rehén que tenia el villano, no lo sé, mi cuerpo se movió solo. – dijo con mirada solemne. - antes de darme cuenta ya estaba corriendo. – terminó de decir.

-¿dices que como los héroes no hacían nada tuviste que hacerlo tu mismo? – preguntó la reportera intentando torcer las cosas, los héroes que querían alejar a los reporteros no pudieron meterse por temor a que las cámaras los enfocaran y aparecieran como uno de los susodichos héroes inútiles, así que mientras nadie miraba la mayoría comentó a abandonar el lugar para no ser involucrados. Izuku parpadeó y volteó hacia la mujer, y luego de un suspiro de decepción habló.

-todas las personas somos diferentes, y no todas las peculiaridades pueden lograrlo todo, los héroes están ahí para ayudar, pero ser un héroe también significa saber cuando puedes ayudar y cuando no. – dijo Izuku mirando con cansancio a la reportera. La insatisfacción en su cara le decía a Izuku que esta mujer quería todo menos ser imparcial.

-¿y qué piensas que pasará contigo ahora que has roto la ley?, ¿crees que mereces algún castigo por romper la ley o crees que mereces ser alabado por salvar a alguien de un villano? – dijo la reportera con toda la sed de venganza escrita en su cara por recibir el sermón de Izuku. El peliverde solo pudo suspirar de nuevo.

-La ley no es justicia, es orden, pero vivimos en un mundo lleno de caos donde muchas situaciones inesperadas ocurren todo el tiempo, para eso existen los tribunales y los senadores, para evaluar si las leyes pueden seguir dando orden o si necesitan cambios para adaptarse al impredecible mundo, así que si merezco ser castigado o alabado, supongo que mi madre hará ambas cosas conmigo cuando me vea. – respondió Izuku haciendo reír un poco a los héroes que seguían junto a Izuku.

La transmisión era en vivo, así que muchas personas en toda la región lo estaban observando por el simple morbo de ver a un menor derrotando a un villano, y las respuestas de Izuku a las obvias provocaciones de la mujer dejaron amuchas personas pensando. La reportera no queriendo darse por vencida quiso hacer otra pregunta.

-entonces ¿dices que lo que hiciste no estuvo mal, que no importa romper la ley si no hay consecuencias? – dijo la reportera con saña.

-mis actos pueden parecer un acto criminal, pero solo porque lo miran desde lo que ya esta establecido, sin embargo y como dije, hay situaciones que el orden ya establecido no considera, porque, ¿qué se hace cuando los heroes no pueden ayudar?, eso fue lo que pasó, estamos acostumbrados a verlos como dioses imponentes ante todo mal, tanto que olvidamos que también son personas como todos nosotros, cuando ni siquiera los heroes pueden resolver una situación ¿entonces qué?, dejamos que los villanos hagan lo que se les antoje?, ¿Qué maten a quienes quieran?, ¿que nos llenen de miedo y temor?, ¿eso es lo que llamas hacer lo correcto? – decía Izuku, las sirenas de las patrullas se escucharon llegar. - yo creo que se necesita una conversación sobre cómo se deben de afrontar estas situaciones, y cuando eso se resuelva, entonces podrán preguntarme si lo que hice estuvo bien o mal. – contestó Izuku a la mujer mientras se ponía de pie.

-muy bien ya es suficiente, necesitamos llevarnos al joven ahora, así que esas serán todas las preguntas por hoy. – dijo un hombre cubierto por un abrigo beige, la ropa debajo decía que era policía.

Izuku fue llevado hasta un auto de policía, pero sin ser esposado ya que las cámaras lo seguían grabando. All might nunca se fue, él mismo había llamado a su mejor amigo en la policía para tratar de que el joven tuviera las menores consecuencias posibles, y por ello él también iría. Subiendo a uno de los taxis que siempre esperaban donde había ataques de villanos se fue a la estación donde él sabía llevarían al joven.

El detective tsukauchi Naomasa era un hombre ocupado, su peculiaridad llamada detector de mentiras hacía exacto lo de su nombre, y con frecuencia era llamado por fiscales y abogados para ayudar en su principal tarea dentro de la policía, los interrogatorios, que en un mundo con tanto crimen era casi todo su día, todos los días. Se encontraba trabajando con el enemigo de la humanidad, algunos nombrarían muchos villanos si les preguntabas por lo que la gente pensaba que significaban esas palabras, otros dirían algo más general como las armas o la guerra, pero tsukauchi sabía la respuesta correcta, el nemesis de la humanidad no eran los países, ni los villanos, ni siquiera el tan temido rey de las sombras del cual se decía estaba a la par con all might, no, el verdadero enemigo era el papeleo, nadie se salvaba del papeleo, era eterno e inmortal, no importa cuantas veces lo combatieras siempre regresaba cada vez más agresivo.

En eso trabajaba Naomasa cuando recibió una llamada de su amigo Yagi toshinori, mejor conocido como all might, en el que le contaba a grandes rasgos sobre un suceso fresco y también para pedirle un favor.

Así que aquí estaba, conduciendo una patrulla con el favor en el otro siento.

-dime joven, ¿cuál es tu nombre?

El joven en cuestión hizo caras extrañas, como si se estuviera decidiendo, pero ¿qué había que decidir?, solo era el nombre, ¿o era acaso que el niño no lo sabía?

-soy Izuku Midoriya.

-verdad a medias.

Naomasa frunció un poco el ceño, no esperaba que una pregunta tan normal fuera a tener una respuesta tan sospechosa, por lo general ese resultado de su peculiaridad significaba que el que respondía decía la verdad pero no estando seguro si esa sería la, válgase la redundancia, verdad verdadera. Lo cual era de lo más extraño, qué tanta inseguridad podría haber en un nombre.

-¿cómo te sientes?, debió ser aterrador. – dijo Naomasa tratando de relajar al chico.

-confundido. – respondió Izuku mirando por la ventana.

-verdad.

-si, supongo que justo ahora solo puedes estar así, pero no te preocupes tanto, buscaremos como hacer que te libres con algo muy leve o con nada si se puede. – dijo el detective. Izuku solo asintió con un sonido afirmativo.

Al detective naomasa le pareció suficiente tranquilidad para su gusto, el joven se veía asustado pero era normal, lo raro sería que no lo estuviera, así que sus pensamientos se ocuparon en lo que haría para intentar sacar al chico de ese problema el resto del camino.

Cuando llegaron Izuku fue conducido inmediatamente a un cuarto que el interpretó como una sala de interrogación. Una ventana de cristal, una mesa de metal en el centro, sillas de metal a cada lado y una lampara colgando desde el techo, todo como en las películas, más las cámaras en la esquina y una televisión cuadrada en la otra.

-espera aquí unos minutos, em, ¿te gusta el café o quieres una soda? – decía el detective a medio salir de la puerta.

-café está bien, muchas gracias. – dijo Izuku mirando como el detective salía mientras asentía.

Cuando la puerta se cerró Izuku estudió la sala dando una vuelta con curiosidad, miró la silla y se sentó, estaba fría.

-entendido: aumentando temperatura hasta hacerla agradable.

Izuku se dejó caer sobre la mesa, el metal comenzó a calentarse también.

-maldición. – pensó Izuku, un ojo se abrió mirando a la puerta. - ¿qué rayos pasó?

-aviso: sea más específico. – dijo una voz en su cabeza.

La voz molesta que Izuku escuchaba desde su nacimiento y que él atribuía a su esquizofrenia le respondió, la hasta ahora extraña y casi inentendible voz ahora era tan clara y nítida que era imposible no notarla.

-mas especifico dices, comenzando por ti, ¿Quién rayos eres?

-respuesta: soy la habilidad del maestro, la habilidad única gran sabio. – dijo la voz.

-¿mia?, ¿no eras de ese tal rimuru?. – pensó Izuku.

-respuesta: el maestro es una reencarnación así que sigue siendo mi maestro.

-¿de qué demonios hablas?, yo soy yo, tu solo apareciste y me diste un montón de recuerdos raros de un mundo que no conozco.

-respuesta: de acuerdos a los datos hay una explicación.

-¿ah si?, bueno, pues Explícate. – exigió Izuku poniendo sus manos sobre su cabeza, nada tenia sentido.

Izuku había experimentado tanto en tan poco tiempo que era abrumador, de repente una ola de recuerdos ajenos inundó su mente como si fueran suyos y junto con ello llegó esta nueva y a la vez no tan nueva voz.

-respuesta: mi maestro rimuru tempest murió mientras se enfrentaba a un humano llamado tatsuya condo, un humano tan poderoso como un verdadero rey demonio, de la conversación previa y durante se concluyó que el humano usó la habilidad máxima rey de la ejecución Salndalfón en combinación con una habilidad máxima otorgada por el emperador Rudra, otro humano supuestamente aún más fuerte que el sujeto tatsuya condo. El ataque era uno dirigido al alma, pero antes de morir ejecuté una acción como ultima medida, haciendo una copia de los recuerdos del maestro y fusionando su alma con sus habilidades, de esa forma las posibilidades de salvar su alma y renacer aumentarían en un 40%, obteniendo un resultado exitoso cuando el alma de mi maestro reencarnó en un bebé que fue nombrado como Izuku Midoriya.

-o sea yo. – dijo Izuku entendiendo a medias la explicación de gran sabio, los detalles los tenía él mismo en los recuerdos que fueron quemados en su memoria. – pero entonces, ¿Por qué no recordé todo de inmediato? – preguntó Izuku levantando su cabeza de la mesa.

-respuesta: el proceso de fusión era incierto en sus efectos, además de que la reencarnación no se llevó a cabo en el mundo central sino en un nuevo mundo diferente al de origen de mi maestro. Todas las variables no calculadas impidieron que las habilidades se reintegraran como en el alma del maestro de manera activa, permaneciendo dormidas hasta que el conteo de magículas fue suficiente para su liberación, sin embargo yo estuve intentando en todo momento ayudar al maestro y asistirlo mientras se podía reunir las suficientes magículas durante periodos cortos para llevar a cabo esa función.

-ya veo. – dijo Izuku dejandose caer en su silla. – ahora muchas cosas tienen sentido. – dijo suspirando y esperando un momento en silencio, luego habló. – pero yo ya no soy rimuru tempest, soy Izuku Midoriya, un niño, no, mas bien un joven con una vida propia, ¿eso sería un problema? – preguntó Izuku medio temeroso de la habilidad.

-respuesta: no es un problema, mi maestro siempre será mi maestro, incluso si sus recuerdos se desvaneces yo siempre estaré al cuidado de su alma. – dijo la habilidad, ello hizo sentir algo extraño a Izuku, era como lo que le diría su madre, pero de algún modo de sentía mejor.

-oh, bueno, muchas gracias, espero que nos llevemos bien. – dijo Izuku.

-respuesta: es innecesario llevarme bien con el maestro, soy solo una habilidad. – dijo gran sabio haciendo recordar a Izuku todas las veces que gran sabio actuó así y sacándole una sonrisa nerviosa y exasperada.

-bueno, esta bien de cualquier modo.

La conversación mental habría seguido pero la puerta se abrió de pronto, el detective naomasa entró junto con dos tazas de café en una mano y un plato de galletas en la otra.

-Siento la demora, había fila para el café jeje. – dijo con una pequeña sonrisa mientras acomodaba todo en la mesa.

-no, no se preocupe. – contesto Izuku aceptando su taza. El plato también traía sobres de azúcar de los cuales Izuku tomó tres.

-bueno, ahora a lo que nos competa. – dijo el detective sin dejar caer su sonrisa mientras se sentaba, pero cuando miró a Izuku lo encontró viendo al espejo detrás de él, y al notarlo el detective volvió a reír. – no te preocupes, nadie más estará aquí, solo nosotros, tampoco habrá nadie detrás del espejo

si eso te preocupa.

-ah, esta bien, creo. – dijo Izuku tomando de su taza.

-bueno, ahora antes que nada te diré las cosas tal cuales son, si sientes que algo es muy complicado házmelo saber y trataré de ser más detallado ¿de acuerdo? – dijo el detective recibiendo un asentimiento de Izuku. – esta bien, lo que debes saber ahora es que no estas bajo arresto, y estoy aquí no para inculparte ni buscar como acusarte, sino todo lo contrario, quiero saber los hechos sobre la situación y sobre ti para buscar una manera de que tu puedas librarte de todo esto sin consecuencias o con las menores posibles. – dijo el detective con una leve sonrisa, Izuku nuevamente asintió.

-entiendo. – dijo con un suspiro, no sabia si creerle o no, pero parecía amable.

-ahora voy a acerté unas preguntas sobre ello, pero antes he de decirte que mentirme no sería muy prudente, primero porque la falta de información o información falsa limitaría la ayuda que podemos darte, y segundo, porque mi peculiaridad se llama detector de mentiras, así que si lo intentas me daré cuenta. – dijo el detective, Izuku puso una cara de fastidio fingido, cosa que hizo reír un poco al detective.

-que cosa más injusta. – dijo Izuku, si eso era cierto el oficial sabría todo de él, pero Izuku no tenia manera de saber si lo que decía el oficial era cierto.

-aviso: es posible determinar el funcionamiento de la habilidad si el maestro ejecuta analizar y evaluar en el sujeto tsukauchi naomasa.

-¿eh?, espera ¿puedes copiar esa peculiaridad? – preguntó Izuku pero luego recuerdos vinieron a su memoria, el acto hizo que Izuku frunciera un poco el seño. – no, espera, creo recordar que de hecho puedes.

-si el maestro entra en contacto directamente con el sujeto la tasa de éxito puede aumentar, el análisis de los datos podría permitir replicar los efectos de la habilidad, ¿desea ejecutar analizar y evaluar? Si/no.

-hazlo.

-bueno si estas listo, comenzaremos con preguntas sencillas y avanzaremos desde ahí. Primero, tus registros médicos dicen que no tienes peculiaridad, ¿es eso cierto? – preguntó sosteniendo unas hojas, como se esperaría del departamento de policía, se movían rápido.

-si, así es, o así era, no estoy seguro. – respondió Izuku.

-verdad.

-sin embargo, los testimonios dicen que venciste al villano usando una peculiaridad, ¿Cómo es eso posible? – dijo el detective, las preguntas eran necesarias para la credibilidad del chico.

-hasta ese momento no tenia ninguna peculiaridad, o eso pensaba, pero creo que siempre tuve una inactiva o algo así.

-aviso: es más seguro para el maestro mantener ocultas sus habilidades. – dijo gran sabio en preocupación por Izuku, y esto lo entendió al instante el peliverde.

-cuando salte para ayudar a ka-chan algo paso y desperté una peculiaridad creo, pero eso fue hace un rato y realmente no sé mucho de ella.

-verdad/mentira

La respuesta que su peculiaridad le dio aparecía cuando alguien intentaba encubrir algo pero en su mayoría decía la verdad de manera conveniente, ¿pero qué intenta ocultar el chico?

-un caso muy inusual diría yo, pero bueno, ¿eso quiere decir que no eras consciente de tener una peculiaridad cuando corriste para ayudar a tu amigo?

-así es.

-verdad.

El detective comenzaba a entender la situación y eso era algo bueno, porque eran los inicios de una defensa.

-la gente que te vio dijo que peleaste como si tuvieras mucha experiencia en ello. ¿fue así?

-bueno, realmente nunca he peleado contra villanos ni contra nadie además de los niños que me molestaban, así que no sé a qué se refieran.

-verdad.

-según las personas parecía que tenias todo calculado, incluso hay grabaciones tuyas que ya están circulando por las redes sociales. – dijo mostrándole su celular con videos que otros oficiales le mandaron como pruebas.

En los videos aparecía Izuku con mirada en blanco luchando como si de un veterano se tratara, a veces sin mirar los tentáculos él igual los esquivaba. Izuku mismo no podía creer lo que veía.

-waa, ¿ese soy yo?, ciertamente parece que me muevo con mucha naturalidad. – dijo analizando los videos que el detective le mostraba, tal cual lo haría en cualquier otra pelea de heroes. – los movimientos son fluidos, ninguna acción innecesaria, asegurando primero a la gente y luego deteniendo la amenaza, eficiente y eficaz, sin perder tiempo en el publico ni cámaras, conteniendo las amenazas secundarias luego de controlar al villano. – murmuraba el niño tan espeluznantemente que a naomasa le dio curiosidad.

Al detective le parecía que el niño se estaba echando flores solo, pero también veía que Izuku analizaba el video como un fan de los héroes lo haría con cualquier otro, así que era como si el niño viera a alguien más, solo que eso era aún más extraño en si mismo.

-sin duda eres increíble gran sabio. – pensó Izuku mirando el impecable trabajo de su habilidad en el combate.

-jm. – contestó la habilidad, a Izuku le pareció que estaba presumiendo. – respuesta: se lo imagina el maestro.

-ciertamente es como ver a un profesional, lo cual me genera dudas a mi también, entonces ¿tienes alguna explicación del por qué parece que usas esta recién despertada peculiaridad como si tuvieras años de experiencia con ella? – preguntó el detective cuando terminó el ultimo video.

-¿y ahora qué le digo sin revelar la existencia de gran sabio? – pensó Izuku, definitivamente era algo que no le quería decir a nadie, sería su as en la manga siempre. - ¿alguna idea amigo? – preguntó Izuku a su habilidad.

-aviso: calculando respuesta no incriminatoria.

Gran sabio le dio una opción de respuesta a Izuku que le alegró al instante sin mostrarlo, y la usó.

-como usted dijo, acabo de despertarla, así que ni yo estoy seguro de qué hace ni como funciona exactamente mi peculiaridad, pero de lo que puedo recordar, es que uno de sus efectos puede ser apoderarse de mi, supongo, porque como le digo, ni yo sé muy bien lo que hice. - respondió Izuku.

-verdad a medias.

De nuevo, esa respuesta denotaba inseguridad, pero no solo era por mentir, sino por no saber la verdad completa.

-eso es curioso, una peculiaridad que toma el control de su dueño y actúa por si misma. – dijo pensando un poco, pero terminado con ello rápidamente. – sabremos más en cuanto tu mismo te hagas algunas pruebas de rutina en un hospital, me imagino que lo harás de todos modos, ahora que tienes una peculiaridad. – dijo el detective con una sonrisa pequeña pero sincera.

-si, pese a todas las cosas puedo decir que estoy un poco emocionado por al fín tener peculiaridad.

-verdad.

-bueno, todo el problema se debe a que tu como civil actuaste contra la ley enfrentándote a un villano solo, eso en sí mismo no es malo, sino el hecho de usar tu peculiaridad sin un permiso estatal o una licencia de héroe, pero ya que te lanzaste al peligro sin la intención de usar una entonces se podría presentar una defensa en el hecho que el peligro fue tal que despertó una peculiaridad y no tuviste otra opción más que usarla. Por las imágenes se ve como no usaste ningún poder hasta que estuviste en el aire sin escapatoria. – dijo el detective resumiendo los hechos.

-¿eso servirá de algo? – preguntó Izuku.

-es el inicio de un argumento, pero creo que eso mas tu entrevista y el hecho de que aún seas menor de edad podrán servir para apaciguar las cosas.

-entonces, ¿de verdad van a intentar ayudarme? – preguntó Izuku inclinándose un poco hacia el frente. Eso extrañó al detective, pero no es que no lo esperara.

-sé que suena a algo que te dirían para plantarte una trampa pero no te preocupes, puedes creerme cuando digo que estoy aquí para ayudar.

-verdad. – escuchó Izuku en su cabeza, parecía que gran sabio ya había terminado de analizar el detector de mentiras.

Izuku suspiró dejando ir su tensión.

-no sabe como me alivia escuchar eso. – dijo.

De repente su celular sonó, no le quitaron sus cosas por lo que aún lo tenía consigo, cuando lo vio notó que era su madre, volteo hacia el detective mostrándole al nombre o apodo que aparecía en la pantalla y este sonrió.

-adelante, ya terminamos, puedes contestar en lo que escribo unas notas. – dijo el detective e Izuku contestó.

-mamá.

-cariño ¿Dónde estas? – preguntó inko como si el alma se le fuera a salir.

-estoy bien mamá, estoy en una estación de policía, estoy a salvo. – dijo para intentar tranquilizar a su madre.

-¿estas seguro?, ¿no estas herido?, vi las noticias mientras hacia la cena, y ahora hay un montón de reporteros en sus autos esperando a que llegues. – dijo preocupando a Izuku.

-estoy bien, no tengo heridas ni rasguños, pero justo ahora estoy en medio de un interrogatorio, así que.

-si entiendo, me alivia saber que estas bien. – dijo respirando un poco más calmada. – mándame tu ubicación, iré por ti. – dijo y con eso terminó la llamada.

-tienes una buena madre. – dijo el detective terminando sus notas.

-si, pero me va a matar cuando llegue a casa, casi quiero pasar la noche aquí.

-jajaja, tal vez podríamos arreglarlo, pero quizá eso te meta en más problemas con tu madre. – dijo divertido el policía, eso estremeció a Izuku haciéndolo temblar.

-eeeh mejor no, ese villano no me asustó ni la mitad que lo hace ella. – dijo haciendo reír al detective una vez más.

En pocos minutos ambos salieron de la sala, Izuku espero un poco más en la oficina del detective mientras esperaba a su madre, sin embargo y mientras el detective no estaba, otra persona entró en la oficina.

-¿se puede pasar? – dijo un hombre rubio y de apariencia desnutrida entrando por la puerta.

Izuku lo reconoció al instante, no era la forma que estaba acostumbrado a ver, pero era igualmente sorprendente ver al símbolo de la paz ahí, en especial porque no había nadie además de él en la oficina.

-hola all might, ¿qué haces aquí? – dijo Izuku, antes se abría parado y puesto super nervioso inclinándose una y otra vez agradecido solo por poder respirar el mismo aire que el gran héroe, pero ahora, no sentía mucho al verlo, de hecho, casi nada.

-hola joven Midoriya, pedí a un amigo que me dejara hablar contigo a solas un poco, quizá ya lo conociste. – dijo apuntando a un cuadro en la pared donde se miraba al detective naomasa recibiendo una medalla de algún señor gordo con traje.

-si, el detective naomasa es muy amable, pero, ¿querías hablar conmigo? – dijo Izuku con algo de incomodidad.

-si, quería decirte varias cosas en realidad. – dijo sentándose en otra silla junto al ventanal de la oficina.

-¿también vas a regañarme? – dijo con un suspiro, pero no era nada que no esperara, de hecho era todo lo que esperaba durante un buen rato, pero ante las siguientes palabras del rubio su expresión cambió.

-¿regañarte?, jaja, no para nada, ejem. – dijo luego de relajarse un poco para tranquilizar también al chico. – si bien es cierto que lo que hiciste fue cuanto menos imprudente, también lo es que lograste resolver la situación de la mejor forma posible, rescatando a las víctimas, capturando al villano y controlando los daños, eso no es para regañarte, yo creo que mereces una medalla. – dijo el símbolo de la paz con una sonrisa entre divertida y avergonzada. La cara de sorpresa de Izuku solo mejoró el humor del símbolo de la paz.

-¿en serio crees eso? – preguntó incrédulo.

-así es. – dijo mirando a las fotografías de naomasa en la pared, deteniéndose en una que se tomaron juntos. – si a alguien hay que regañar, sería a mi, fue mi descuido el que permitió que eso pasara y por mi error más vidas se pusieron en peligro. – dijo all might, Izuku bajó la mirada con vergüenza.

-no, fue mi culpa, estoy seguro que de alguna manera yo fui quien tiró las botellas donde ya habías capturado al villano, y ahora también por mi culpa tu reputación se ha ensuciado. – dijo con un suspiro. – al final tenias razón, no sirvo para ser un héroe. – dijo mientras dejaba caer los hombros, pero eso no desanimó al rubio.

-esa es otra de las cosas que quería hablar contigo, eso que te dije en esa azotea, realmente solo era mi miedo hablando, no es excusa, pero quiero que sepas que estaba totalmente equivocado, y lo quiero rectificar ahora si me dejas. – dijo haciendo que Izuku alzara la cabeza para mirarlo con cierta duda. – Izuku Midoriya, yo creo que puedes convertirse en un grandioso héroe. – dijo, esas palabras, esas únicas palabras eran todo por lo que Izuku había estado luchando, eran todo por lo que seguía soportando, esperando que alguien algún día, lo viera como algo más que inútil. Izuku estaba a punto de echarse a llorar, sin embargo, y como si alguien rasgara una tela de la realidad. – en especial ahora que has despertado una asombrosa peculiaridad. – dijo, y eso frenó cualquier gran momento emocional que Izuku estuviera a punto de tener. Nuevamente miró al rubio.

-¿eh? – dijo Izuku tratando de comprender.

-con el debido entrenamiento puedes convertirte en una gran fuerza a tener en cuenta. – decía all might con una mano en el mentón y asintiendo.

Izuku miró al héroe, una realización golpeó su mente, pero siendo el niño inseguro que era decidió pedir ayuda para no hacer algo de lo que se arrepentiría.

-gran sabio, ayúdame a entender, ¿acaso él acaba de?

-respuesta: lo hizo, objetivamente hablando, el sujeto conocido como all might parece haber cambiado de opinión basado en los actos recientes del maestro concernientes a el despertar de sus habilidades.

-eso pensé. – dijo Izuku en su mente.

De repente, la ira comenzó a brotar en él, y su mirada inocente comenzó a afilarse y volverse más seria, intentando hablar sin perder la tranquilidad.

-¿dices que ahora si puedo convertirme en un héroe? – el rubio paró en sus cavilaciones y miró a Izuku, la vista lo desconcertó un poco, hace un segundo parecía que iba a llorar de la alegría pero ahora, parecía que quería arrancarle un pedazo de su carne.

-¿joven Midoriya?

-¿dices que ahora que tengo una peculiaridad ya puedo ser un héroe? – dijo sin alzar mucho la voz. All might abrió los ojos dándose cuenta de la idiotez que acababa de decir, y rápidamente intentó remediarlo.

-no, yo me refería a.

-¿entonces nada ha cambiado verdad?, si me hubiera quedado sin peculiaridad tu opinión seguiría siendo la misma ¿no es cierto? – dijo Izuku acalorándose cada vez más.

-no, espera, déjame explicarte.

-¿qué hay que explicar all might?, dejaste claro lo que en verdad piensas, me dijiste en ese techo que jamás podría convertirme en uno, que un héroe arriesga su vida, ¿pero sabes que vi en ese callejón all might?, no vi a héroes arriesgando su vida, vi a héroes que aun con sus "grandiosas" peculiaridades no quisieron arriesgarse para salvar a un niño.

-joven Midoriya por favor escúchame.

-y también te vi a ti, recargado en un poste y esperando que alguien más viniera a controlar la situación, ¿ese es el gran riesgo y responsabilidad de la que tan orgullosamente predicabas?

Las palabras taladraron el cerebro de all might, deteniéndose en sus intentos por aclarar sus palabras, era verdad, todo el rato que duró ese ataque él se sintió tan patético por no poder hacer nada, quizá si se esforzaba hubiera podido hacer algo. Un golpe, un solo golpe hubiera bastado para acabar con el villano y rescatar al joven atrapado, pero no pudo, o no quiso arriesgarse. La vergüenza comenzó a llenarlo, se volvió a sentar luego de levantarse un poco, dejó caer los brazos en las piernas, desvió la mirada.

-yo te admiraba, eras la esperanza en mi triste vida, eras lo que me motivaba a seguir a pesar de los abusos y las burlas, pero no eras diferente a ellos. – dijo Izuku con su cabello tapando su mirada.

All might quiso decir algo pero las palabras se quedaron en su garganta, ¿era verdad?, no quería creerlo pero tal vez las palabras que el joven sacaba desde el dolor de su corazón tenían algo de mérito. Y luego de un silencio incomodo, el héroe número uno decidió hablar.

-tienes razón.

Izuku frunció más el ceño, las lagrimas amenazaban con caer de sus ojos.

-fui patético en ese ataque, no pude cumplir con las palabras que trate de darte como excusa. Lamento haberte decepcionado así joven Midoriya, sin embargo, si me permites decir una ultima cosa. No creo que mi cambio de opinión tenga que ver con el despertar de tu peculiaridad, aunque parezca lo más razonable, lo que quería decir, era que, tus actos en si mismos, salir corriendo para salvar a tu amigo, era lo más heroico que había visto en mucho tiempo. y cuando te escuche responderle a aqueya reportera, sobre el por qué hiciste aquello, me recordó lo que muchos grandes heroes han dicho cuando les preguntaron sobre su primer acto heroico en sus tiempos de instituto, y esas palabras fueron tan iguales que una llama de emoción brotó en mí, todos ellos dijeron lo mismo que tú, mi cuerpo se movió solo.

Izuku aún no alzaba la mirada, pero tampoco interrumpía.

-siento si te he decepcionado joven Midoriya, pero quiero que sepas que lo que dije en esa azotea estaba mal, porque la principal cualidad de un héroe no es su peculiaridad, sino su fuerza para el autosacrificio, algo que me recordaste hoy. – dijo mientras se paraba y ponía una mano en el hombro de Izuku.

-gracias por tus palabras, pero luego de lo de hoy, ya no estoy seguro si quiero ser un héroe. – dijo Izuku aun con enojo reprimido.

All might, solo pudo suspirar.

-lo siento joven Midoriya, espero que todo salga bien. – dijo no sabiendo que más decir y saliendo de la oficina. Izuku solo se quedó ahí meditando y tratando de relajarse mientras esperaba.

El reencuentro con su madre consistió en inko abrazando a Izuku con intervalos de jalarle las orejas, cosa que le causo pena ajena mientras lo miraban los demás policías.

El regreso a casa fue tranquilo, no querían decir mucho en el taxi e inko también comenzaba a sentirse avergonzada por su show en la estación, afortunadamente los reporteros ya se habían ido y la calle estaba despejada.

Durante esa noche Izuku solo cenó e inmediatamente se fue a dormir, había sido un día largo, inko tampoco quiso causarle más estrés, ya habría tiempo para hablar con más calma, por esa noche ambos se fueron a la cama, aunque aún quedaban varios pendientes, pero esas serían preocupaciones que dejarían para otro día.