Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!
Capítulo 43
Puedo sentirla —olerla— antes de que se pare frente a mí. Su rostro es alegre, sus pecas se esparcen sobre el puente de su nariz y sus mejillas, muchas nuevas desde la última vez que la vi.
—Hola —dice, tímidamente, sonriéndome.
—Hola. —Mi voz es estable. Fuerte. Me mantengo firme.
—Oh, por Dios… —Escucho a Seth decir a mi lado, mis ojos aún fijos en los de Bella—. ¡No puedo creer que pueda conocer a Bella Swan, la Bella Swan, aquí en Summit!
Seth continúa fascinado con Bella, pero sus palabras no se registran. Ella le sonríe educadamente, asintiendo mientras él la inunda de halagos.
Intento obligar a que mi mirada se aleje de ella, pero no escucha. Ni una parte de mi cuerpo lo hace.
Recuerdos de nosotros se reproducen frente a mis ojos. Nuestro primer beso en el pasillo del fondo de este mismo gimnasio. Cómo sus labios se sintieron contra los míos. Todo el tiempo que desperdicié, tratando inútilmente de no besarla.
Lo correcto que se sentía cuando estábamos juntos. Pero ella lo arrebató todo.
—Parece que necesito una pareja para las pruebas de elevaciones —me dice, sonrojándose. Sus manos se unen frente a ella, sus dedos enlazados.
Mis palmas pican.
Sí, eso no va a suceder.
—Justo a tiempo —digo con facilidad, y la sonrisa de Bella se agranda—. Seth necesita una voladora también.
Bella no oculta su decepción mientras gira hacia Seth.
—¿Yo? —Las cejas de Seth se alzan en su frente—. En realidad soy más gimnasta —le explica a Bella, su voz temblorosa mientras da un paso atrás—. No podría… No creo…
—Y te lo dije… —Me ubico a su lado—. A menos que planees aprender a bailar, tendrás que hacer elevaciones también. —Le sonrío a Seth, dándole palmadas en el hombro, mientras siento la mirada de Bella bajar por mi cuello y hacia los nuevos tatuajes en mi brazo derecho.
—Elevación con extensión. —Evito mirar a Bella mientras ella se ubica frente a Seth.
Hago que comiencen fácil. Confío en Seth. Es un buen niño. Lo intenta. Puede sostener a Bella, pero solo al nivel del hombro.
—Ahora levántala hasta una extensión.
Seth exhala con un zumbido mientras sus ojos frenéticamente buscan los míos.
—Desciende un poco y usa el impulso —explico—. Ella te seguirá.
Seth hace exactamente lo que digo, y sus brazos se extienden y levanta a Bella por encima de su cabeza.
—Muy bien —digo, mi mirada en Seth—. Bajala, y lánzala hacia una posición de plataforma.
Los ojos de Seth se agrandan.
—Lo mismo que con la extensión, excepto que sus manos y sus pies permanecen juntos.
Seth baja a Bella y se prepara detrás de ella, secando su frente con la manga de su camiseta. Él asiente con determinación y lo intenta, y de alguna manera lo consigue.
—¡Ja! —Le doy una palmada en la espalda—. ¿Lo ves?
Da unos pasos, tratando de mantenerla en equilibrio, hasta que firmemente la tiene en el aire.
—Bien, ahora ajusta tu agarre —le instruyo.
—¿Por qué? —Seth se queja, sus brazos aún bloqueados sobre su cabeza—. Ella no está inclinándose.
—No toda voladora será capaz de mantener su postura cuando solo la sostienes de los dedos de su pie. —Bella simplemente es así de buena—. Necesitas sostener sus talones también.
Intento señalar dónde deberían ir sus manos, pero antes que pueda hacerlo, él le pide a Bella que descienda.
—Eso fue bastante decente —dice Bella amablemente, repitiendo mis pensamientos, y la sonrisa de Seth se estira de oreja a oreja—. ¿Estás seguro que no eres nuevo en esto? —pregunta, y creo que Seth podría desmayarse.
—Uf, ¡no puedo creer que acabo de hacer eso! —Lleva una mano a mi hombro, dando un pequeño salto, lo cual me hace sonreír un poco, antes de voltear hacia Bella—. ¿Cuánto pesas?
—Seth… —Golpeo su pecho, empujándolo hacia atrás—. No se le pregunta eso a las personas.
—Solo lo menciono porque se sintió muy fácil. —Seth retrocede ligeramente, probablemente sintiendo mi ira—. Lo siento. —Voltea arrepentidamente hacia Bella.
—Está bien —dice Bella en respuesta—. Peso alrededor de cincuenta kilos, cincuenta y dos, más o menos. No me he pesado en un tiempo.
Exhalo la tensión en mi estómago y finalmente la miro. Ella no parece estar afectada por el comentario de Seth, incluso parece relajada, su sonrisa aún allí.
Varias cosas cambiaron en nuestro programa después que Bella se fue. Los pesajes regulares ya no son comunes. Y todos se reúnen cada seis meses con Alice, nuestra nutricionista, quién ahora es parte del personal aquí.
Mis ojos se encuentran fijos en los de ella de nuevo. Mantengo su mirada hasta que todo y todos a nuestro alrededor desaparece, hasta que ardo físicamente por abrazarla.
Porque, mierda, ella luce bien. Luce feliz y saludable, y simplemente bien. Como si el tiempo que estuvimos separados ha sido bueno para ella.
Me hace enfurecer.
Y aún así me enfurece lo mucho que no me enfurece para nada. Lo feliz que me hace verla bien.
Respiro profundo, tratando de relajarme, cuando ella vuelve a hablar.
—¿Podemos hablar? —me pregunta, dando un paso más cerca, su mirada fija en la mía—. ¿Por favor?
Cuando sus dedos rozan mi antebrazo, doy un paso atrás hasta que su mano cae.
Aparto la mirada. Tengo que hacerlo.
—Tengo que ayudar al siguiente grupo —digo rápidamente, secamente, dando otro paso lejos de ella. Creo que ella dice que está bien, pero ya no la miro.
—Sigue practicando tus agarres —le digo a Seth, antes de rápidamente alejarme de ellos.
~F~
Las pruebas siguen mientras ayudo con lo que sea que pueda. Cuando llega mi turno, hago elevaciones con Vicky. Desde que ella y Emmett rompieron, usualmente somos emparejados.
—Es nuestro último año para competir en el evento de elevaciones en pareja —dice Vicky, con un amigable codazo a mi costado, mientras salimos del tatami.
—Ya te dije. No voy a competir en el evento de elevaciones en pareja de nuevo. —No desde entonces. Jamás—. Es mucho tiempo —repito las excusas que me he dicho una y otra vez—. Muchas horas extra entrenando juntos.
—¿Qué, temes que te enamorarás de mí?
Me río cuando volteo hacia ella porque ciertamente está bromeando. Afortunadamente, está riendo también, poniendo los ojos en blanco en mi dirección. Damos lugar a la siguiente pareja.
Emmett, por supuesto, y Bella.
Ellos logran ejecutar cada elevación. Ella lo hace lucir tan bien.
—Aún la miras como si fuera la única chica en la habitación —Vicky me susurra.
Volteo hacia Vicky a la defensiva, sabiendo que he sido pillado.
—No es así.
—Sí, lo es. Es adorable.
Es jodidamente triste, en todo caso.
Paso mis manos por mi cabello y camino de un lado a otro por un momento. Deliberadamente ya no miro a Bella. Me cuesta demasiado, especialmente cuando siento su mirada en mí durante el resto de las pruebas.
~F~
Todos los que quedan en el equipo obtienen un tour de la casa y nuestro lugar de entrenamiento. La mayoría de ellos regresarán a finales de junio para nuestro viaje para fomentar el espíritu de equipo y el comienzo del entrenamiento. Varios de nosotros estarán aquí durante el verano.
Charlo con todos menos uno de mis nuevos compañeros, hacemos elevaciones en el patio, y silenciosamente regreso a mi cuarto para terminar de desempacar.
Estoy orgulloso de haber logrado evitar a Bella pero aún me sigo preguntando si ella ya se fue—si puedo relajarme. Estoy echando un vistazo por la ventana en busca de una señal de ella, cuando su voz se asoma detrás de mí, sobresaltándome.
—Hola… —Está parada en el pasillo, junto a mi puerta. Se cruza de brazos mientras da un paso hacia adelante y entonces se apoya contra el marco de mi puerta.
—Hola… —Camino hacia la puerta, sintiéndome cohibido, jodidamente nervioso y molesto conmigo mismo por dejar que ella siga teniendo este efecto en mí.
—¿Ya te mudaste? —pregunta, sus ojos mirando por encima de mi hombro.
—Me quedaré aquí todo el verano. —Llevo una mano a la puerta, tratando de bloquear su mirada a mi cuarto incluso si eso quiere decir que me acerque a ella—. Voy a dirigir el Campamento Sueña en Grande y luego el campamento de entrenamiento para nuestro equipo.
—Escuché del campamento. —Sus ojos se encuentran con los míos mientras da un paso hacia atrás—. Es una iniciativa increíble. He visto varios de los videos. Son realmente inspiradores, Edward. Estás haciendo un trabajo increíble.
—Gracias —digo rápida y educadamente, asintiendo en su dirección, antes de comenzar a cerrar la puerta.
—Por favor… —Coloca una palma en la puerta, empujándola hacia mí—. Solo quiero decir una cosa.
Exhalo bruscamente por la nariz, bajando la mirada al suelo y efectivamente esquivando sus ojos.
—Lamento mucho, todo. —Su voz se quiebra, pero no la miro—. Sé que te lastimé, y ni siquiera puedo comenzar a decirte lo mucho que lo siento.
Cierro los ojos, tomando un momento para recuperar el aliento, y cuando los vuelvo a abrir, me está mirando fijamente, las lágrimas acumuladas en sus ojos.
Ah, mierda, no puedo hacer esto ahora mismo.
No necesito esto. No quiero esto.
—De acuerdo —digo, la ira y la frustración filtrándose en mis palabras—. ¿Eso es todo? —Mis palabras son cortantes, y ella se aleja.
—Quería decirte gracias también —añade temblorosamente—. Por tantas cosas… pero también por aceptar que vuelva al equipo. Sé que Rose hubiera dicho que no si no estabas de acuerdo. Así que, gracias.
Me encojo de hombros, sin ceder.
—En serio, gracias. —Pasa sus dedos por debajo de sus ojos, captando varias de las lágrimas caídas.
—No hay problema —digo casualmente, mientras mi mano vacila en la puerta aún entreabierta.
Ella suelta un suspiro pero no se mueve de su lugar, ni tampoco yo.
Su mirada se mueve de nuevo detrás de mí.
—¿Este es el mismo cuarto? —pregunta antes de que sus ojos regresen a los míos—. ¿Donde casi…?
Miro por encima de mi hombro, tratando de ganar tiempo, y entonces me encojo de hombros.
—No lo sé —miento. Por supuesto que es el mismo cuarto. No iba a dejar que alguien más durmiera aquí, no conmigo en la casa al menos. Pero Bella no necesita saber eso.
—Oh… —Parece decepcionada, pero estoy harto de esta conversación. Comienzo a cerrar la puerta justo cuando ella me mira mientras da un paso atrás—. ¿Supongo que te veré en junio?
Supongo.
—Claro…
—A menos que necesites una entrenadora extra en el Campamento Sueña en Grande —ofrece con una sonrisa mientras mis dedos aferran el borde de la puerta—. Estoy libre y me encantaría…
—No, nuestro campamento está lleno.
—Okey… —Asiente, su expresión cae ligeramente.
Asiento también, esta vez en despedida, y finalmente cierro la puerta.
Aferrándome al marco, mi frente se presiona contra la puerta y mi respiración sale en un bufido. Hay silencio por un momento, e intento concentrarme en mi respiración mientras me pregunto si ella sigue allí afuera.
Puedo escuchar que se sorbe la nariz una o dos veces del otro lado de la puerta. El sonido estruja mi corazón ya roto, pero me mantengo fuerte.
Cuando eventualmente escucho los pasos alejarse por el pasillo, finalmente me relajo.
