Dirigido a todos los habitantes de Cunabula,
Por medio de esta declaración pública, acusamos a Equestria y sus naciones aliadas de ser cómplices en un complot para entregar el mundo al Señor Oscuro Kal-Arth. Esta acción se lleva a cabo en beneficio de sus propias naciones y a expensas de la paz y el orden de los demás reinos que lo habitan.
Los Caballeros del Orden, en su valiente misión por preservar la paz y la estabilidad en nuestra propia tierra, enfrentan una tarea extremadamente difícil: detener esta conspiración que amenaza a todas las razas de nuestro mundo.
Esta acusación se hace pública con el fin de poner de manifiesto la gravedad de la situación y la necesidad de tomar medidas inmediatas para contrarrestar esta amenaza. La estabilidad y la convivencia pacífica entre las razas de nuestro mundo están en juego.
Balor terminó de leer un pergamino que había llegado a su buzón en Cunabula.
"Es una acusación sólida", exclamó Mannah con orgullo.
"¿Es necesario engañar al pueblo con esto?" añadió Ceridwen, visiblemente molesta.
"Hay pruebas y también hay dudas. Es una acusación que puede sustentarse", respondió Morrigan elocuentemente, encogiéndose de hombros.
"No es un engaño; es una narrativa que debe ser verificada. Y se verificará", replicó Mannah con una mirada fulminante dirigida a su compañera.
"En todo caso, los argumentos para justificar las acciones que se tomarán durante la segunda fase del plan ya están sobre la mesa. Si los líderes de las otras naciones se niegan a ser intervenidos, y lo harán, entonces tienen un pase libre para actuar en defensa de la paz y el orden", respondió Balor.
Después de escuchar la respuesta de Balor, Ceridwen parecía estar mascando un gusano amargo.
Ante la ausencia de más protestas, Mannah decidió continuar.
"Bien... solo nos queda enviar el informe sobre lo ocurrido en la batalla contra la princesa. Confío en que tu contacto lo mantenga oculto hasta nuestro regreso", dijo Mannah, lanzando una mirada recelosa a Balor.
"Tengo plena confianza en él. Ya recibió mis órdenes. Si no regresamos a Cunabula antes de la medianoche de hoy, entregará todo directamente a tu hermano. El concilio se encargará del resto", respondió Balor con confianza.
"Um, Sub-líder Mannah, ¿me permite hacer una consulta?" preguntó Taranis de repente, llamando la atención del grupo.
Balor y Mannah se miraron entre ellos, pero Balor apartó la mirada rápidamente. Mannah pudo responder: "¿Qué ocurre, Taranis?"
El ofiotauro tragó saliva y prosiguió: "¿Cómo planea explicar la participación de Badwhiz al final de la batalla contra la princesa y sus aliadas?" dijo Taranis con una expresión tan seria en su rostro que sorprendió al resto de sus compañeros.
Un silencio se cernió sobre la cima de la colina donde estaban.
"Es una buena pregunta, Taranis", pensó Balor para sí misma mientras reflexionaba sobre la situación.
Luego de declarar la operación como terminada, se llevó a cabo una votación a pedido de Balor para determinar quiénes estaban dispuestos a continuar con la siguiente fase del plan que habían trazado. Todos estuvieron de acuerdo, excepto Balor. Por eso mismo, ya no sentía la necesidad de discutir con Mannah sobre lo ocurrido en la batalla y los resultados obtenidos. Se limitaría a completar los pasos administrativos que aún estaban pendientes.
"Badwhiz..." era el nombre que todos tenían en mente. Era un tema delicado.
La operación "Estación de Medianoche" estaba destinada a reafirmar el poder de los Caballeros del Orden. Consistía en encerrar a la princesa y obligarla a luchar contra diversos esbirros bajo el control de los caballeros. Oleada tras oleada de enemigos, la princesa perdería gradualmente fuerza hasta finalmente capitular. Entonces, los Caballeros del Orden saldrían de su escondite y la forzarían a admitir la culpa por haber activado los Árboles de la Armonía y las terribles consecuencias de estas acciones. Acto seguido, su magia sería confiscada y llevada como prisionera a Cunabula, donde sería enjuiciada por sus crímenes y encerrada para siempre.
Por supuesto, este plan era demasiado optimista, un sueño despierto. Balor lo sabía y no estaba de acuerdo. Sin embargo, dado el historial de la princesa de evitar el combate, sus compañeros confiaban en que este escenario era posible. En el peor de los casos, tenían el Blazón de la Unidad como última muralla infranqueable que la princesa jamás superaría.
Pero al final, la situación se descontroló por completo.
La respuesta de la princesa al encierro fue desmesurada. A pesar de haber colocado al terrible Gallodragón Titanicus como guardián de su base de operaciones dentro del tren secuestrado, la princesa derrotó con facilidad a los dos esbirros más importantes que tenían dentro del escenario que habían preparado. Ante la grave amenaza que representaba esta situación para la misión, se decidió utilizar el Cubo de Cristal Sellador y el Cristal de Posesión Directa sobre el agente encubierto Badwhiz.
Badwhiz estaba destinado a ser un comodín encubierto en el campo de batalla, limitándose a observar y tomar muestras de los cambios que ocurrieran. En otras palabras, era simplemente una herramienta más en el plan.
Al final, Badwhiz terminó tomando una parte activa en el conflicto y sacrificándose por Cunabula, a pesar de ser un extranjero. No quedó rastro de el, ni de la princesa, aunque algunas de sus amigas estaban dentro del Cubo de Cristal Sellador. Ninguna de ellas tenía suficiente peso para un juicio.
Balor pensó para sí misma, "Se cometieron demasiados errores, ¿Qué tienes que decir al respecto, Gran Sub-lider Mannah?"
Mannah se había mantenido en silencio durante un buen lapso de tiempo, con la mirada en el horizonte, hasta que finalmente se volvió para mirar a sus compañeros.
"Es un héroe. Un miembro pleno de la hermandad de caballería. Con su propia vida, ha probado su lealtad a nuestra causa y a Cunabula", respondió solemnemente Mannah.
"¡Es un extranjero!", exclamó Ceridwen indignada.
Balor, que conocía bien la aversión de Ceridwen por los ponis, pensó de inmediato, "Y un poni..."
"Es el primero en mucho tiempo. Los cambios recientes en nuestra nación nos obligan a considerar otras opciones que aseguren la paz de nuestro reino. Confío en que en el futuro haya más individuos como el Caballero Badwhiz dispuestos a sacrificarse por nuestra patria", explicó Mannah.
"¡La hermandad de caballería no lo aceptará!", respondió Ceridwen. Detrás de ella, Taranis la observaba con el ceño fruncido.
"Nos estamos alejando del tema... ¿Realmente la participación del niño fortalece nuestra posición de 'victoria'?" preguntó Morrigan de manera inquisitiva.
"No resultó como deseábamos. Soy consciente de eso. Sin embargo, esta batalla no solo se trató de la lucha de nuestras armas, sino también de nuestros ideales. El Caballero Badwhiz, siendo de la misma raza que la Princesa de la Amistad, abandonó los débiles preceptos de su gente y abrazó fervientemente los nuestros. Se sacrificó tal como cualquiera de nosotros hubiera hecho para alcanzar la victoria. Es una prueba innegable de heroísmo que demuestra la superioridad de los principios de Cunabula por encima de las demás naciones", declaró Mannah, agitando sus tentáculos con pasión.
Balor se contuvo la risa, aunque en realidad le hubiera gustado hacerlo. Había visto las grabaciones y era bastante obvio que Badwhiz había sobrecargado accidentalmente su gema. Esto no fue un acto heroico, sino más bien un sacrificio colateral.
Al mirar al resto de sus compañeros, notó expresiones mixtas en sus rostros.
"No necesito leer mentes para saber en qué están pensando... 'políticos'", meneó la cabeza Balor en su mente.
Finalmente, Balor decidió hablar.
"Sublíder Mannah, ya que tiene una opinión tan clara sobre lo ocurrido, ¿puedo confiar en que añada estos pensamientos al descargo que enviaré a Cunabula?" preguntó Balor, mostrándole un cristal de memoria.
Mannah oscureció su piel brevemente en ese momento, aunque lo disimuló con rapidez.
"No hace falta un cristal de memoria. Una carta dirigida al concilio será suficiente", respondió Mannah, invocando un pergamino.
Después de unos minutos escribiendo la carta, se la entregó a Balor sin más demoras, y esta estaba sellada.
"Un cristal de memoria tiene más validez en un juicio que una carta escrita, que podría falsificarse. Qué conveniente...", murmuró Balor en su interior.
Balor acababa de teletransportarse, dejando atrás a sus compañeros en la cima de la colina mientras la Gran Barrera comenzaba a deshacerse.
Antes de partir, Balor envió un cofre encantado a Cunabula delante de sus compañeros. El cofre contenía los cristales de memoria de sus camaradas sobre lo ocurrido en la batalla, así como información detallada del desarrollo del combate, hechizos utilizados, contrataques, y más. También se incluyó el Cristal Sellador y los Cristales del Blazón de la Unidad utilizados.
Efectivamente, las amigas capturadas de la princesa ahora eran prisioneras en Cunabula.
Mannah reflexionaba esto mientras veía la lenta caída de la Gran Barrera ante sus ojos.
Habían pasado horas de encierro dentro de aquel lugar, pero afuera solo habían transcurrido milisegundos. La dilatación temporal creada por Balor había dado la sensación de que el tiempo había pasado rápidamente.
Fuera de la Gran Barrera, los pasajeros del tren que aún se retiraban observaban sorprendidos el nuevo paisaje que aparecía en el lugar donde antes habían estado. Los Wonderbolts, que habían espantado a los Gallodragones que perseguían a los pasajeros momentos antes, también miraban confundidos lo que estaba ocurriendo.
Los soldados de la Guardia Real y los Wonderbolts, sin esperar órdenes, partieron velozmente hacia el interior de la Gran Barrera que se desvanecía. Los Caballeros del Orden los observaron llegar.
Sin embargo, a Mannah ya no le preocupaban esas criaturas débiles. Sabía que nadie podría detenerlos ahora.
Cada uno de los Caballeros del Orden llevaba gemas doradas que los adornaban, y dentro de cada una de esas gemas había un poder abrumador. Estos eran los Elementos del Patriotismo, copias creadas por Balor con la magia capturada dentro del Cubo de Cristal Sellador. La magia de la armonía de Twilight y sus amigas había alimentado estas copias. Aunque tenían una duración limitada y solo podían ser usadas por ellos mismos, tenían el poder suficiente para cumplir los deseos de Mannah y su séquito.
El deseo de Mannah y sus compañeros era uno solo.
"¡VENGANZA!¡VENGANZA!¡VENGANZA!¡VENGANZA!¡VENGANZA!¡VENGANZAAAAAAAAAAAAAA!" Clamaron al unisono Mannah y sus compañeros.
Una luz dorada ilumino a cada uno. Encendiendose en una ardiente ira, se elevaron del suelo y salieron disparados al cielo en columnas de luz pura. Atravesando las nubes, los meteoros de luz llegaron hasta lo mas alto y abruptamente cambiaron de rumbo.
Con la misma trayectoria de cuatro flechas mortales se diriguieron a toda velocidad hacia la capital de Equestria, Canterlot. Atras quedaron los wonderbolts que agitaban sus alas en un inutil esfuerzo por alcanzarlos.
La venganza de los caballeros del orden apenas habia comenzado.
Dentro de una madriguera de conejos que se veia extrañamente sofisticada. El menor de la familia habia traido algo que encontro afuera. Sus padres, que aun estaban confundidos de porque su casa habia cambiado tanto en unos segundos, observaron curiosos el descubrimiento de su 24avo hijo.
Era un libro muy dañado con grabados de plantas y flores ... habia una luz purpura misteriosa que emergia de sus cerradas paginas.
Balor, de regreso en el Tartaro, apagó las proyecciones holográficas que había encontrado en el rosario de cristales de Twilight y sus amigas.
"Solo recuerdos..." murmuró Balor descepcionada mientras mascaba chicle en su oscura habitación.
Con su magia, tomó el rosario de cristales y lo tiro en un cofre especial.
La princesa y sus aliadas habían demostrado ser adversarios formidables a los que nunca debieron dar una sola oportunidad. Esta había sido la mayor debilidad de toda la operación.
Sin embargo, actuar sin misericordia no estaba en línea con el título que ostentaba.
Balor no tenía problemas con eso, hasta ahora.
Haber estado tan cerca de la total destrucción durante la batalla. Todo por haber confiado en un niño para representarlos...
Nunca debió haber reclutado a Badwhiz en primer lugar... no debio actuar por su cuenta ...
"Niño estupido ¿Que pensabas lograr?" murmuro molesta aceptando finalmente que ella era la responsable de esa perdida.
Ahora había demasiado en juego.
Balor tragó saliva con amargura.
Por cosas como esta, su maestro nunca la aprobó, aunque ella no entendía por qué. Ella pensaba: "¡Lo hago en nombre de Cunabula! ¡Cualquier método es aceptable!"
"Si yo soy condenada, otro tomará mi lugar... hay muchos como yo", así Balor se justificaba ante su maestro en la escuela de magia.
Pero solo lo decía porque no tenía ningún vínculo o lazo con sus compañeros... cumplir órdenes era simplemente parte de su labor. Además, Cunabula siempre estaría a salvo. No había de qué preocuparse.
Entonces su maestro perdió la vida sacrificándose en batalla. Un nuevo portador del Elemento de la Magia fue seleccionado. Ella fue elegida por el Templo de la Armonía para llevar el título de su predecesor.
Se sentía tan indigna, fuera de lugar; era como si el destino se burlara de ella.
Llena de rabia, su ira la llevó a desafiar al Gran Patriarca y luego...
Lágrimas comenzaron a asomar en el rostro de Balor al recordar ese oscuro día. Sacudió la cabeza repentinamente, tratando de liberar sus pensamientos, y luego invocó una toalla para limpiarse la cara.
"No tiene sentido hundirse en el pasado. Hay mucho por delante...", se dijo a sí misma Balor en medio de la oscuridad.
Nuevamente, la gran mente de Balor se enfocó en la misión.
Sus compañeros estaban en camino a una misión suicida. Realmente dudaba que Mannah y los demás fueran capaces de llevar a cabo la segunda fase del plan. Tenían suficiente ira, pero ¿tenían la determinación para soportar la tribulación que causarían?
"¿Realmente Mannah seguiría el plan o tenía otra agenda?" Pensó Balor. Ya no podía hacerse cargo de ellos. Habían elegido su camino, ella había elegido el suyo.
Siendo honesta consigo misma, le preocupaba lo que les pudiera pasar, excepto Mannah. Quería que todos los demás regresaran juntos a Cunabula.
Incluso Danu, su exlider, merecía una segunda oportunidad.
"Solo Dana podría hacerlo entrar en razón... eso o soportar el juicio del Gran Patriarca", murmuró Balor mientras tomaba una botella de sidra y vertía su contenido directamente en su boca.
Un agotamiento abrumador se apoderó de su cuerpo y mente. Se recostó en su asiento extra esponjoso y comenzó a reflexionar sobre la amenaza que se cernía en el futuro.
La guerra contra la oscuridad sería larga y dolorosa.
No le importaba lo que sucediera con los otros portadores de los Elementos de la Armonía o sus reinos.
Ella solo tenía corazón para sus compatriotas y a partir a de ahora tambien de aquellos que siguieran la bandera de Cunabula.
Jamás permitiría que su amado país se convirtiera en una nación dominada por la superstición, el populismo o por élites gobernantes mediocres.
Ese podría ser el destino de Equestria y otros reinos, en el mejor de los casos. En el peor, la completa destrucción. Pero no sería el destino de Cunabula.
Cunabula prevalecería y brillaría como el único faro de esperanza y conocimiento en un mundo consumido por las tinieblas.
Ese era el destino manifiesto de su pueblo.
Solo ellos podian hacer frente a la oscura marcha marcial que se avecinaba...
