Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y la historia está escrita sin fines de lucro.
̶ ¡Se ven tan lindos, Sayuri! –le decía Yuka a su amiga-.
̶ ¡Ay, sí! –le confirmaba, Sayuri- ¡me dan mucha ternura! ¡qué bueno que hayan arreglado esos malentendidos que los estaban separando y que ya lleven días de estar así de felices! -platicaban las amigas de Akane, mientras la observaban un poco de lejos junto a Ranma, almorzando, bajo la sombra de un gran árbol de uno de los jardines de la escuela donde asistían. Estaban sentados, compartiendo su comida y Akane tenía recostada su cabeza sobre uno de los hombros de su prometido-.
Ukyo también los observaba y aunque todavía le daba tristeza que lo de ella con Ranma no había podido ser, sentía su consciencia tranquila por haber hecho lo correcto. Sonrió levemente y cuando se dispuso a darse la vuelta para volver a su salón de clases, se percató de la presencia de otra persona que también los había estado observando y que se veía furiosa, pues, estaba apretando fuertemente sus puños y lágrimas traicioneras caían de sus ojos:
̶ ¡Fuiste de chismosa y le dijiste a Ranma que yo le estaba mandando los anónimos, ¿verdad?! –le gritó esa persona-.
̶ No, Shampoo, no se lo dije –le respondió Ukyo- Ranma no sabe que tú fuiste quien le mandaba esos anónimos por correo y que después, entraba a la casa convertida en gato para dejárselos en cualquier parte de su habitación.
̶ ¡Eres tan considerada! –le dijo, sarcásticamente-.
̶ No lo hice por ti, sino por él, porque sé que se asustaría mucho si se entera que estuviste tan cerca suyo, convertida en su peor fobia.
̶ ¡Pude haber conseguido que me prestara atención si no te hubieras entrometido! –le dijo aún, molesta-.
Ukyo se le quedó viendo. Dio un pequeño suspiro y después, le dijo:
̶ Shampoo, por tu propio bien, te aconsejo que te olvides de él: Ranma no es para ti, compréndelo, por favor... deja de hacerte daño por estar tan aferrada a un amor imposible –hizo una pausa- solo velos: están muy felices juntos y se les nota que se aman profundamente y contra eso, no hay nada por hacer.
Shampoo se molestó aún más al escuchar eso último. Se limpió un poco las lágrimas y se fue rápidamente de ahí. Ukyo negó con la cabeza y volvió a dar un pequeño suspiro. Después, volteó a ver nuevamente donde estaba Ranma y dijo sonriendo, internamente:
Sé feliz junto a la mujer que amas, amigo... te lo mereces.
Pasaron los días y aunque Ranma continuaba recibiendo esos anónimos (pues, Shampoo no se había dado por vencida), ya ni siquiera se tomaba la molestia de leerlos, además, sus padres, su prometida y su familia ya estaban más que enterados de esa situación y pensaban que, quien fuera que lo estuviera haciendo, en algún momento tendría que cansarse, porque Ranma ya no volvería a prestarle atención nunca más.
Una noche, mientras Akane se encontraba en su habitación haciendo su tarea, se puso a pensar en la nueva relación que llevaba con su prometido y sonrió ampliamente, porque no podía quejarse: todos esos días, desde aquella maravillosa cita que habían tenido, las cosas entre ellos habían cambiado radicalmente: ¡todo era perfecto y se sentía inmensamente feliz por eso!... sin embargo, aún faltaba algo y ella sabía muy bien qué era:
̶ ¡No, no, no! –dijo regañándose a sí misma, muy sonrojada- ¡no debo estar pensando en eso!... pero, es que... bueno, todos los novios lo hacen, ¿no es así?... ¡ay, no!... –dijo, cubriendo su rostro, con ambas manos-.
Se levantó de la silla donde estaba sentada y se acercó al espejo que tenía en su habitación: vio su reflejo por unos segundos y después, lentamente, acercó una de sus manos a su boca para tocar sus labios:
̶ Fue tan linda esa sensación que me causó Ranma hace dos años cuando me besó convertido en gato –dijo, sonriendo un poco- pero, en ese momento, me quedé estática. Me dio mucha vergüenza que todos nos estuvieran viendo y lo único que pude hacer fue lanzarlo lo más lejos que pude de mí... -dijo, negando con la cabeza- y aquella vez, cuando representamos la obra de Romeo y Julieta, le puse una cinta en la boca para vengarme de él, por haberlo arruinado todo jajaja –dijo, riendo un poco. Después, se quedó callada un momento y dio un pequeño suspiro- pero, lo que nunca supo, fue que luego de haber hecho eso, me arrepentí y mucho, porque en realidad, deseaba que me besara y... creo que... aún lo deseo –dijo, inclinando su cabeza-.
̶ Así que... ¿deseas que te bese, eh? –preguntó su prometido, en la ventana de su habitación, provocando que ella diera un pequeño brinco por el susto, porque no creyó que la estuviera escuchando-.
Mientras tanto, por el techo de la casa de la familia Tendo, se encontraba caminando una pequeña gatita color rosa, con un sobre en su hocico que contenía nuevamente un anónimo dirigido a Ranma. Iba directo a su habitación, cuando de pronto, lo escuchó platicando con Akane y decidió acercarse a ver:
̶ Eh... Ranma... escuchaste mal –dijo Akane, muy nerviosa y sonrojada, dándole la espalda- yo... yo no dije eso.
̶ Claro que lo dijiste... te escuché perfectamente –le dijo, sonriendo- no creas que llevo apenas unos segundos de estar aquí.
̶ No... de verdad, no dije eso... -insistió Akane, jugando con sus dedos- yo... es que...
̶ No hay forma de que puedas retractarte, Akane –le dijo, riendo un poco- lo dijiste y no hay marcha atrás.
̶ Pero, yo... bueno, es que...
Ranma se acercó más a ella y empezó a hacerle cosquillas, provocando que empezara a reírse a carcajadas:
̶ ¡No, Ranma, ya no, por favor! jajajaja.
̶ Me detendré hasta que confieses que dijiste que deseas que te bese.
̶ ¡No lo voy a hacer! jajajaja –dijo con dificultad, por estarse riendo bastante-.
̶ Vamos a ver cuánto puedes aguantar –dijo riendo también-.
Shampoo solo los observaba con tristeza:
̶ ¡Está bien, está bien! jajajaja... ¡me rindo, me rindo! jajaja –dijo Akane, después-.
̶ A ver, dilo –le dijo Ranma sonriendo, sin parar de hacerle cosquillas-.
̶ ¡Sí lo dije, sí lo dije! jajajajaja.
̶ ¿Qué fue lo que dijiste? a ver, repítelo.
̶ ¡Que deseo que me beses! jajajaja.
̶ Repítelo de nuevo porque no te escuché –le dijo, molestándola-.
̶ ¡Que deseo que me beses! –dijo, más fuerte-.
Ranma dejó de hacerle cosquillas y la abrazó un momento por la cintura, mientras ella recuperaba el aliento:
̶ ¡Qué malo eres! –dijo Akane, aún con la respiración agitada- ¡ya hasta me estaba empezando a doler el estómago por reírme tanto!
Ranma rio un poco y después, le dijo:
̶ Bueno, pero, tú tuviste la culpa por negar que habías dicho que deseas que te bese.
Akane sonrió levemente al escucharlo y se le quedó viendo detenidamente:
̶ Sí, tienes razón, fue mi culpa... -le dijo, después- yo... no... no debí negarlo -ambos se quedaron en silencio y luego, él besó suavemente su frente, para después, acariciar su corto cabello azulado-.
Luego, se contemplaron el uno al otro un momento y después, Ranma se atrevió a acariciar una de sus mejillas, provocando que Akane se sonrojara e inclinara un poco la cabeza. Él, entonces, tomó su mentón para que lo viera y después, empezó a inclinarse lentamente para darle primero un beso en la mejilla izquierda y luego, uno en la derecha.
Akane cerró los ojos ante ese contacto y después, Ranma se atrevió a besarla en la comisura de sus labios, primero de lado derecho y luego, de lado izquierdo. Ambos estaban muy nerviosos, pero, aun así, les gustaban todas esas hermosas sensaciones que les provocaba el estar tan cerca uno del otro.
Volvieron a contemplarse detenidamente y fue entonces, que se dieron cuenta que había llegado el momento que habían estado esperando desde hacía ya mucho tiempo: ambos lo deseaban y mucho.
Ranma volvió a inclinarse lentamente hacia ella, hasta que por fin, sus labios rozaron levemente, provocando que cerraran los ojos al instante. Se quedaron estáticos por un momento: parecía que la timidez nuevamente se quería apoderar de ellos, pero, la necesidad por sentir sus labios mutuamente una vez más, fue más fuerte en esta ocasión.
Él aún estaba sosteniendo el mentón de su prometida con una de sus manos y se inclinó una vez más para besar primero su labio superior y luego, el inferior. Akane estaba tan maravillada con esos roces, que empezó a sentir que la estaba torturando. Así que, tomando valor, lo abrazó por el cuello y se lanzó a besarlo, torpe e inexpertamente. Ranma se sorprendió mucho ante tal acción, pero, después, llevado por el amor que sentía por ella y las hermosas sensaciones que le estaban provocando sus besos, se atrevió a acercarla más a él, abrazándola, poniendo un brazo en su espalda y el otro en su cintura (Akane había quedado de puntillas para estar a la altura de su prometido).
Segundos después, lograron sincronizarse mejor y continuaron moviendo sus labios (y también sus cabezas en pequeñas ocasiones), disfrutando de ese contacto con el que tanto habían soñado desde hacía ya bastante tiempo. Estuvieron así unos segundos más hasta que sintieron que el aire se les había escapado. Se separaron lentamente y juntaron sus frentes:
̶ Fue... fue hermoso, Ranma –le dijo Akane sonriendo ampliamente, muy sonrojada, atreviéndose a acariciar el cabello que caía sobre la frente de su prometido- fue... fue mucho mejor a lo que alguna vez imaginé.
Shampoo se había quedado observando toda la escena (hiriéndose voluntariamente al hacerlo). Empezó a llorar porque a pesar de que ella también había tenido la oportunidad de besarlo en una anterior ocasión, no había sido algo tan profundo y mágico como lo que acababa de presenciar, ya que, él ni siquiera había correspondido a su beso, como lo había hecho con Akane hacía apenas un instante:
¡La ama a ella! –pensó, con tristeza- ¡solo a ella!... ¡¿por qué nunca se fijó en mí?! ¡¿qué es lo que tiene ella que yo no tenga?! –y con el corazón destrozado, salió corriendo de ahí, lo más rápido que pudo-.
Mientras que con nuestros protagonistas:
Ranma también sonrió al escuchar a su prometida y volvió a acariciar una de sus mejillas. Después, Akane lo abrazó fuertemente y le dijo:
̶ ¡Ay, Ranma, fue como un sueño hecho realidad!... ¡es que, no puedo describirlo!: ¡fue maravilloso... fue perfecto... fue... fue el beso ideal! –le dijo sonriendo, muy ilusionada-.
Ranma rio un poco y después le dijo, colocando un mechón de cabello azulado detrás de su oreja:
̶ Bueno, pero, si me sigues diciendo todo eso y sonriéndome como lo estás haciendo ahora, no me vas a dejar más alternativa que volver a besarte.
Akane también rio un poco al escucharlo y le dijo:
̶ ¿Y por qué no lo haces, eh?... ¿qué te lo impide?
Ambos volvieron a reír y por supuesto, no lo pensaron dos veces para repetir ese momento tan maravilloso, en el cual se habían demostrado su amor, no solo con palabras, sino con hechos.
CONTINUARÁ...
Me alegra muchísimo que ya hayan más personitas leyendo mis historias :)
Chica Tendo: agradezco mucho tus mensajes y por seguirme acompañando a leer mis fics. Me alegra tenerte por acá :)
MaFer: ¡hola! gracias por tu mensaje. Sí, Shampoo era la de los anónimos jejejeje. Espero que hayan sido de tu agrado estos otros dos capítulos :)
Hikari: ¡hola! muchas gracias por leer. Me alegra tenerte por acá :). Espero no haberte decepcionado por no hacerlos sufrir mucho más jejejeje es que, únicamente tenía siete capítulos a mi disposición en esta linda dinámica y no tuve mucho tiempo para desarrollar esta historia (a pesar de que las administradoras de la página de MFIYR me avisaron con suficiente anticipación jejeje). Me salió bastante sencilla y muy improvisada, pero, espero que puedas seguirme acompañando a leerla :)
Manu Teorías: muchas gracias por tus reviews :)… me gustaría mucho poder escribir un fic para tu cumpleaños, pero, este mes lo tengo un poco complicado :'(, he tenido más cosas qué hacer y no me gustaría quedar mal contigo. Espero poder hacerlo en otra ocasión y desde ya, muchas felicidades, qué cumplas muchos años más :) P.D. ya estaré visitando tu perfil nuevamente para leer las otras historias que me hacen falta y me alegra que vayas a escribir más fics sobre Shampoo y Felix (creo que me gustó mucho esa parejita jejeje y hubiera deseado que se quedara con alguien así en la serie de Ranma).
¡Saludos para todos!, ¡nos vemos pronto! :)
