Nota: Basado en el primer capítulo del fanfic "Juego de besos-Wilkercest" de sjlinn a quien le dedico esta historia y contiene una referencia al capítulo doce del fanfic "Lychee Boy" escrito por MalloryInTheMiddle [fanfic al que, por cierto, pienso hacerle una pequeña continuación, tal vez a modo de one-shot o mini fanfic, no lo decido aún].


One-shot XIII: Bath time

La sala de la casa Wilkerson estaba hecha un completo desastre, con manchas de lodo por todos lados y hojas secas que venían del jardín, también había mucha agua jabonosa esparcida por el piso, claro que todo tenía un responsable o al menos dos culpables, los más pequeños de la casa.

Todo había comenzado como un juego, un reto para ser más específicos, bastó que Reese de siete años le arrojara lodo a su hermano, Malcolm, de tan solo seis años, claro que no lo dejaría salirse con la suya, por lo que otra bola de lodo fue arrojada esta vez manchando su mejilla de tierra húmeda, el menor se echó a reír lo que dio paso a una guerra violenta, esta vez Reese comenzó a perseguir a su hermano a quien no dejaría escapar, una vez que llegó a la sala de la casa, se abalanzó contra el niño tendiéndolo al suelo y le llenó la camiseta con lodo, tierra y hojas secas que sacó del jardín.

Después de un rato, ambos hermanos reían tirados en el piso de la sala que ahora estaba en el estado en que se encontraba, con la ropa y el cuerpo cubiertos de lodo, esto ya era una costumbre para ambos, es lo que suelen hacer, las bromas y las peleas son lo suyo pero esta vez quizás lo habían llevado demasiado lejos al darse cuenta del desastre que hicieron.

-¿Qué hacemos ahora?-preguntó el mayor de los dos hermanos con parte de su cara, cuello y camiseta manchadas de lodo.

-No sé, pero será mejor que limpiemos antes de que vuelva mamá-respondió el menor mientras se apresuraba a buscar un trapo o una esponja con la que terminar de quitar el lodo más el agua jabonosa.

-¿Y yo qué hago?-comentó Reese confundido, no sabía limpiar y era muy pequeño para siquiera intentarlo o al menos eso pensaba.

-¡Consigue un trapeador y limpia el piso! No sé exactamente cuánto falta para que llegue mamá.

El mayor asintió rápidamente mientras corría a buscar lo que le pedía para poder ayudar a su hermano pequeño.

Varios minutos después, la sala ya estaba un poco mejor que antes, ahora solo faltaba guardar todo lo que usaron, desafortunadamente con todo el ajetreo de tener que limpiar la sala se habían olvidado de lavarse o al menos cambiarse la ropa sucia, así que tan pronto como Lois y Hal regresaron a casa después de un largo día de trabajo, ella no los interrogó, tampoco los regañó como siempre, simplemente les dijo que fueran a bañarse ya que no quería verlos el resto del día en esa condición.

Y justo cuando ambos padres acababan de llegar del trabajo, se escuchó un golpe en la puerta junto con el sonido de una patrulla que se acercaba a la casa. Pusieron los ojos en blanco y solo dieron un suspiro cansado por lo que les esperaba: al parecer Francis se había metido en otro problema que implico que la policía tuviera que arrestarlo y escoltarlo a casa.

Mientras sus padres iban a ver en que otro problema se había metido su hermano mayor para que la policía tuviera que llevarlo de regreso a casa, Malcolm y Reese estaban en el baño, ambos quitándose sus ropas manchadas de lodo tratando de evitar el contacto visual con el otro, pues desde hace un par de meses tenían un extraño cosquilleo en la boca del estómago cada vez que se cambiaban la ropa ya fuera para ir a la escuela, a la hora de dormir o cuando tenían que quitársela para bañarse. No sabían porque sentían esa sensación cada vez que se miraban accidentalmente al desvestirse pero estaban un poco conscientes de que no era normal, aún así no es como si a esa edad fueran capaces de entenderlo al cien por ciento.

Una vez que terminaron de desvestirse fueron a bañarse juntos para ahorrar tiempo y agua, algo que su madre les obligaba a hacer de vez en cuando, apenas entraron, Malcolm sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al sentir lo fría que estaba el agua.

-Hace demasiado frío-se quejó mirando a su hermano mayor quien solo rodó los ojos.

-¡Deja de ser tan exigente!-Reese simplemente respondió mientras abría la llave del agua caliente pero eso solo empeoró la situación porque ahora estaba más fría que antes.

-¡Aún está fría!-le dijo Malcolm.

-Déjame calentarte hasta que llegue el agua caliente-dijo el mayor atrayendo a su hermano menor hacía él, lo que hizo que Malcolm tuviera esa extraña sensación en la boca del estómago una vez más, así que se alejó de Reese en un intento por evitar cualquier contacto visual con él-¿por qué te alejaste? ¡estaba tratando de calentarte!-

-Mejor vamos a lavarnos…-dijo Malcolm queriendo evadir la pregunta de su hermano.

Habiéndose acostumbrado al agua y notando que comenzaba a calentarse un poco, el pequeño se dio la vuelta y echó un poco de shampoo en su pequeña mano para ponérselo en la cabeza, le pasó la botella a su hermano quien copió la acción. Inconscientemente Malcolm aprovechó para voltear su mirada y observó a Reese quien estaba concentrado en lavarse el cabello, el mayor notó que alguien lo estaba observando así que dirigió su mirada hacia Malcolm y le sonrió.

El menor se había volteado para evitarlo y trató de alcanzar el jabón pero cuando estaba a punto de hacerlo, algo de espuma cayó sobre sus ojos haciéndolo soltar un quejido de dolor.

-¡Malcolm! ¿qué pasó?-preguntó Reese acercándose su hermano para ayudarlo.

-Tengo jabón en ojos y me arde-respondió el menor con los ojos cerrados debido al ardor que le producía la espuma. Su hermano se alarmó cuando vio que estaba a punto de empezar a llorar, aunque fuera lo suficientemente inteligente como para saber que aquello no era la gran cosa, aún era un niño y era evidente que le molestaría.

-Hey, tranquilo. Por favor, no llores, esto tiene una solución, se puede lavar con agua-se apresuró a decir Reese para calmar a su hermanito, tomó a Malcolm por los hombros y lo metió debajo de la ducha para que cayera agua en su rostro. Después de un par de minutos bajo el agua, Reese asumió que todo el jabón ya se había lavado, por lo que volvió a hablar-bien, ahora puedes abrir los ojos-Malcolm abrió lentamente los ojos y se encontró de frente con el rostro de su hermano, lo que casi lo hizo sonrojar además de sentir que su corazón latía con fuerza-listo, ya la quite ¿ves? ¿estás bien?-

-S-sí… c-creo que si…-respondió el niño tímidamente, en eso, pudo sentir como Reese tomaba su rostro entre sus manos y lo acercaba más a él para dejar un pequeño beso en su nariz.

Muy bien, si lo anterior no lo hizo sonrojar, ahora podía sentir que su rostro se calentaba y ese extraño cosquilleo en la boca del estómago despertaba nuevamente. Parpadeó un par de veces para salir de su trance y volvió a su tarea de alcanzar el jabón para que él y su hermano terminaran de bañarse.


Unos años después…

Era tarde en la noche, la hora de cenar ya había terminado, Dewey acababa de cepillarse los dientes y regresó a la habitación que compartía con sus dos hermanos mayores para poder irse a dormir, dejando a Malcolm y Reese completamente solos en el baño, al menos durante unos segundos, Lois caminó hacia la puerta dándoles a sus hijos un rápido vistazo solo para asegurarse de que no estuvieran peleando en ese momento. Ambos hermanos se miraron entre sí y luego a su madre sin entender que quería.

-Ustedes dos, Dúchense. Ahora-eso fue lo único que les dijo antes de cerrar la puerta que conducía a la habitación principal. Reese y Malcolm se miraron una vez más pero solo por un breve segundo antes de que su madre casi les diera un susto de muerte al gritarles a través de la puerta que se dieran prisa.

Malcolm abrió la llave del agua de la ducha esperando a que se calentara, Reese se recargó en el lavamanos y le sonrió a su hermano menor, dándose cuenta de la forma en que su hermano lo miraba, el menor no pudo evitar sonrojarse mientras hacía todo lo posible por evitar esa mirada que evocaba recuerdos en ese mismo baño cuando eran niños.

-¿Reese? No puedes estar pensando lo que creo que estás pensando.

-¿Por qué no?-dijo el mayor encogiéndose de hombros, se alejó del lavamanos donde estaba recargado, se acercó a Malcolm y le susurró-ahorraremos agua si nos duchamos juntos como cuando éramos niños ¿recuerdas?-

El menor no pudo evitar sentir como su sonrojo se profundizaba, en eso, la puerta del baño se cerró y todo lo que se necesitó fue un gesto de Malcolm con el dedo llamando a su hermano para que entrara con él a la ducha. Ahora el agua corría, resbalándose por sus cuerpos desnudos mientras unían sus labios en un beso muy desesperado, Reese acorraló a Malcolm contra la fría pared de azulejos viendo como el menor se hacía cada vez más consciente de la situación en la que se encontraban, tomó las muñecas de Malcolm con una de sus manos para evitar que lo alejara mientras la otra comenzó a deslizarse lentamente hacia abajo. Malcolm trató de luchar pero Reese lo sometió fácilmente.

-Reese…

-Parece que estás disfrutando esto-dijo Reese mientras deslizaba su mano libre por el abdomen de Malcolm, yendo más y más abajo hasta alcanzar su erección, la tomó y comenzó a acariciarla a lo largo de su extensión-te gusta que te pongan en tu lugar, porque, intelectualmente, nadie más puede. Te gusta que te domine físicamente, diablos, y apuesto a que te gusta que toque así también-

-No… no…-se quejó Malcolm pero sus suplicas fueron interrumpidas cuando Reese comenzó a acariciarlo disfrutando como se retorcía cuando lo provocaban. Se inclinó y comenzó a besar su cuello, Malcolm hizo todo lo posible por mantenerse callado debido a que sus padres estaban en la habitación y Dewey también estaba solo en su habitación, probablemente ya se había quedado dormido pero ¿quién sabe si no despertaría en cualquier momento? salió de sus preocupaciones al sentir como su hermano mayor lentamente besaba su pecho un par de veces antes de soltar sus muñecas.

Luego de salir del trance en el que se encontraba, Malcolm trató de cubrirse lo que llamó la atención de Reese y eso solo le dieron ganas de reír por lo avergonzado que se veía su hermano menor en ese momento.

-Actúas como si nunca te hubiera visto así antes.

-Bueno, nunca me habías visto desnudo y excitado.

-Lo hice. Esas veces que te levantabas temprano creyendo que nadie que veía-en ese momento, Malcolm sintió que se le subían los colores a la cara (literalmente) al pensar que su hermano lo observaba indiscretamente cada vez que salía de su cama para poder solucionar su "pequeño problema". Y es que a medida que crecían, además de sentir un extraño cosquilleo en el estómago, ambos comenzaron a tener pensamientos del otro que no eran para nada normales por así decirlo, su madre les explicó en su momento que la sensación que sentían era lo que se conocía como "mariposas en el estómago" y que sólo debías de sentir cuando te enamorabas o cuando desarrollabas sentimientos muy fuertes por alguien cercano a ti. Después de saber lo que sentían el uno por el otro, Malcolm empezó a sentir curiosidad a la hora de lanzarle unas cuantas miradas indiscretas a su hermano mientras se duchaban o cuando ambos decidieron avanzar un paso más en su ya de por sí deteriorada relación y comenzaron a explorarse mutuamente pero nunca habían llegado tan lejos como hasta ahora. Volviendo a su situación actual, ahora estaba cara a cara con la erección de su hermano mayor, se sentía un poco nervioso, en el fondo de su mente quería salir de la ducha lo antes posible y fingir que nada pasó pero aparentemente Reese no estaba pensando lo mismo-no te acobardes ahora-

-¿Qué? ¡yo no estaba haciendo eso!-respondió Malcolm nervioso.

-¿Ah sí? no te creo-dijo Reese con ese tono de voz que usaba cuando desconfiaba de Malcolm o decía algo que sabía perfectamente que no era del todo cierto. Una vez más, Malcolm trató de darle la espalda a su hermano ya que si continuaba hablándole y viéndolo de esa manera, probablemente no dudaría en volver a caer-Malcolm, mírame-el menor hizo todo lo posible por no tener contacto visual con Reese pero era imposible debido a que estaba usando su voz seria para llamar su atención-¡mírame, ahora!-

El menor no tuvo más opción que obedecer, su mirada se fijó en la de su hermano por tan solo un par de segundos o por lo menos antes de que Reese comenzara a enjabonar la espalda y los hombros de Malcolm, sus manos masajearon la piel con cierta cantidad de presión. Malcolm suspiró relajándose con el toque de su hermano mientras sus manos viajaban por su espalda.

-Eso se siente bien… no te detengas-dijo Malcolm, en ocasiones anteriores, cuando se atrevían a tocar sus cuerpos más allá de lo permitido, la culpa se lavaba con agua caliente, pero ahora ambos lo disfrutaban, lo vivían y no lo dudaban. El jabón y la espuma dejaron de enjuagar la culpa convirtiéndose en un erótico plus para sus encuentros íntimos a la hora de la ducha, al diablo con todo.

Para sorpresa de Malcolm, Reese pasó por alto su trasero y fue directamente a sus muslos y piernas, masajeando suavemente los músculos debajo de su piel con sus pulgares.

-¿Sabes? todo este tiempo no tenía idea de que podías usar tus manos de una manera que no infligiera dolor-comentó el mayor y esta vez dejó que vagaran por el, aparentemente, perfecto trasero el cual al parecer no había notado antes-tienes un lindo trasero-

-Cállate ¡no digas cosas tan vergonzosas!-exclamó Malcolm al tiempo que un profundo sonrojo teñía su rostro.

-Diré lo que yo quiera-dijo Reese presionando su cuerpo contra el de Malcolm, asegurándose de que cierta parte de su cuerpo se sintiera. Las pupilar de los ojos de Malcolm se encogieron de tan solo imaginar lo que vendría después, fijo su mirada en la de Reese y todo lo que hizo fue sonreírle juguetonamente-siempre fuiste tan impaciente, pero relájate, no voy a follarte, al menos no por ahora-

-Entonces ¿qué vas a hacer?-preguntó Malcolm un poco dudoso de lo que su hermano mayor tenía en mente para él.

-Esto.

Sin dudarlo, Reese dejó un rastro de besos desde los labios de Malcolm hasta su mandíbula, su cuello y su clavícula, lo que hizo que el menor emitiera gemidos suaves pero a la vez audibles. Luego se dejó caer de rodillas y poco a poco empezó a introducir el miembro de Malcolm en su boca…

-¡Chicos! ¡¿cuándo van a salir de ahí?! saben que el sonido del agua corriente hace que me den ganas de orinar-Reese detuvo repentinamente sus acciones apenas escuchó a Dewey gritar desde su habitación. Malcolm también pudo escucharlo pero decidió enfocarse en Reese esperando a que hiciera o dijera algo al niño al otro lado de la puerta del baño.

-Parece que no tenemos muchas opciones ahora.

Al salir del baño, ambos tenían pequeñas marcas púrpuras y rojas en el cuello, hombros y espalda. Pequeñas marcas secretas que les encantaba hacerse tras sus encuentros en la ducha y que ambos exhibían con regusto a prohibido por toda la casa ¿qué se iba a hacer? después de todo, Malcolm y Reese no eran lo que se llamarían personas normales.