gracias por leer esta historia como siempre con mis personajes favoritos.

Que son ...Terry y candy

agradesco su tiempo en leer esta Historia.

Esta es mi segunda historia que es totalmente mía.

Para ustedes my Lady

"Simplemente Tu"

De

Mari Grandchester

ciudad de Nueva York 27 de diciembre de 1917

El lugar estaba completamente lleno, el hotel Waldorf - Astoria donde estaban hospedados se preparaba para la fiesta del fin de año, 1918 prometía mucho, era un gran inicio en la hermosa ciudad que nunca duerme, Era para ellos la Cuidad Eterna.

Nueva York crecía enorme mente, financieramente era la oportunidad de muchos empresarios que ansiosos quería invertir su dinero, pero las oportunidades no solo eran para ellos, también para la clase obrera, maestro, servidoras del hogares y también para las servidoras publicas en los enorme Night club.

Todos, sin importar condiciones sociales encontraban en la ciudad que nunca dormía una oportunidad para triunfar y a si mejorar su vida, aquí no importaba la guerra que estaba en el otro lado del océano, la mayoría lo había dejado atrás, y otro no le importaba nada. .

Desde donde estaba la hermosa rubia miraba a su retoño con tristeza, aunque El fingía, ella sabia muy bien por que su Retoño estaba triste, pensó que ese sentimiento se había apagado por la distancia y el tiempo transcurrido, pero reconoció que su hijo era un Grandchester. y como su padre tenia un corazón terco que nunca la dejo de amar.

Sonrío con melancolía al recordar a su gran amor, y con pena observo al fruto de ese amor, Terry aun no había probado su desayuno que de seguro ahora estaba frió, solo la taza de su te negro estaba vacía.

El joven ingles estaba Perdido en sus pensamiento y tristeza, no se percataba de lo que pasaba en su alrededor, lo único que tenia en su cabeza era esas maldita palabra que ella había dicho... " somos amigo" esas palabras que aun le taladraban la cabeza.

- Amigos - susurro enojado mientras tomaba su te.

- Dijiste algo hijo - la dulce voz de su madre lo saco de sus pensamiento.

- No madre - puso la taza con enfado y acomodo su cabello alborotándolo mas, para su madre era clara señal que estaba desesperado o frustrado, El se levanto decidido a irse para no explotar frente a su madre - madre me disculpo pero debo hacer aun algunas diligencias ante de irnos - ella solo asintió - madre mi padre te a llamado?.

- Aun No cariño - El solo asintió distraído, Eleonor sabia lo que tanto temió, el corazón de su hijo estaba dolido, y la culpable era aquella bella niña que ahora era una Hermosa mujer - hijo buscaras esta tarde a Albert?.

- Si madre ayer no pudimos hablar - miro a su madre mientras limpiaba su boca.

- Lo bueno es que esta en este mismo hotel verdad!

- Sí madre creo que espera a sus sobrino - tomo su abrigo.

- Recuerdo que El odia Nueva York - medito - pienso que no estará mucho días.

- Según mi padre Albert finalizara los cierres con los socios y hoy mismo firmare con El esos papeles, solo a si se regresara a Chicago.

- y todos se irán a lakewood? - pregunto sin mencionarla pero con la intención de qué le comentara algo, ya que de lejos miro el encuentro, tenia que ser cuidadosa sabia que ella era un tema delicado.

- Creo que...sí - fue lo único que dijo mientras miraba hacia la puerta, Eleonor sabia que su hijo aun sufría por ella, ya no tenia duda, el amor de su hijo era amor verdadero, pero la pregunta era!...¿qué sentía ella?...No quería ni pensar por que ella estaba con Albert en un...Hotel. Cerro los ojos, no quería ni pensarlo.

El sin saber qué decir más cerro sus ojos meditando lo de la Noche anterior, en su mente pasaron muchas imágenes con El Rubio y ella, y lo más cruel era que en ninguna estaba El con ella, No era Estúpido, pero no quería ni pensar por que ella estaba con El, lejos de su hogar, de Noche y en un Hotel - debo irme madre - se levanto mirando hacia el ventanal.

- claro hijo - le sonrío.

- disfruta tu día madre - beso la mejilla de su madre y se marcho, Eleonor solo asintió.

Mientras miraba desaparecer a su hijo, recordó la ultima vez que tuvieron en Nueva York, le daba gracias a Dios por que Richard se quedara a su lado por ellos, Richard había desafiando a su padre que era el actual duque, a la corona y el parlamento de Lores.

Suspiro, hoy ese tiempo que vivió con angustia lo miraba lejano, pero la triste mirada de su hijo, le recordó seis años atrás cuando dejo aquella dulce niña...desde ese momento la vida de su único hijo cambio Radicalmente.

Chicago 1899

- Querida Ely!... que alegría es escucharte!...te extraño. - ella al escuchar su voz, su corazón brinco de alegría.

- yo soy feliz en escucharte mi amor! - El sonrío como un tonto enamorado al escucharla, amaba con locura a esa bella Rubia - te extraño tanto Richard - ambos cerraron sus ojos con anhelo para volver besarse.

- y yo a ti mi amor - paso su mano en su caballera castaña, al fin tenia la aprobación del Rey en sus manos - Mi Rey acepto mi matrimonio y escucha mi amor! - hablo entusiasmado - quiere que hoy mismo parta America para que Terrence tenga la educación que le corresponde como Marquez y futuro Duque.

- Dios aun no puedo creerlo ! - susurro poniendo su mano en su pecho, por años el duque Granchester padre de Richard lo había repudiado por a verse casado con ella, negándole por años los privilegios que daban la Nobleza Británica, Pero eso nunca le importo a Richard, ya que El contaba con la Herencia de su madre y abuelo materno.

Con el tiempo se unió con unas de las familia mas Rica en America, un clan escocés que por tres décadas fueron vecinos, ya que ellos tenían una villa en escocía, sus riquezas fueron multiplicado y eso llenaba de satisfacción a su esposo por las riquezas ganadas, pero ella sabia que en el fondo su engreído ingles, extrañaba los lujos y troto que le daba La Corona a un marques y futuro duque - Richard, eso significa que regresaras a tu hogar mi amor.

- Tu y Terrence son mi hogar mi amor - camino hacia la ventana - No te voy a negar que estoy feliz, pero sabes que nunca me hizo falta el titulo real, pero todo lo acepto por que este es mi linaje y mi derecho de sangre Ely, y Terrence como mi hijo tiene el mismo derecho de ser el Marquez y futuro duque.

- te entiendo Richard, y espero que Terry acepte los cambios - El la escucho preocupada.

- Lo entenderá Ely, ademas sabes que sus amigos pronto ingresaran al mismo internado donde estará Terrence.

- tienes Razón - susurro mas tranquila - cuando Regresas mi amor?

- Hoy mismo parto hacia America, en mis manos tengo los boletos para ir por ustedes y regresar junto a Inglaterra - un silencio se hizo en ese momento, El sabia que ella aun no lo creía, y para ser sincero El también estaba aun aBromado por la carta real, ocho años peleando con su padre para que aceptara a su esposa y no anulara su matrimonio, el titulo no le importaba, que su hijo tuviera una familia era lo único que le importaba, fueron años de pelea, lo único que detuvo a su padre para anular su matrimonio, es que no quería bastardo en su familia.

Pero hubo un momento que El Gran Duque conoció a Terrence, al ver al bebe sus ojos se nublaron por unos momentos, ya que en El, miraba la imagen de su Heredero, Richard era su vivo retrato, igual como era ese bebe, ya no tenia ninguna duda que su linaje orgulloso vivía en ese pequeño ser.

Richard observo a su padre con la esperanza que El sediera, por unos segundo creyó que el orgulloso Duque Grandchester aceptaría a su esposa America, pero sus esperanza murió cuando su padre dio la vuelta y se marcho para nunca mas volver a verlo.

Semanas después llego una propuesta, en esta le insinuó un matrimonio con una mujer de la nobleza británica, ella ante todo la corte real, seria la madre de su nieto y la americana podía seguir siendo lo que era para El, la amante, su nieto crecería orgulloso de ser un Grandchester. y ella podría pasar como la nana de su nieto, esa era su propuesta generosa para la simple plebeya.

Un... ¡NO!... fue lo único que se escucho esa tarde en la biblioteca del castillo grandchester, esas misma tarde partió de Inglaterra con su bebe en sus brazos y su mujer a su lado.

El jamas humillaría de esa manera a su mujer, y menos negarle a su hijo la oportunidad de crecer al lado de su madre, un portazo fue lo ultimo que vio su padre de El, decidido partió de Inglaterra, lejos de toda influencia de su padre, vendió su propiedad en Nueva York y se traslado a Chicago donde se reencontró con su gran amigo, Willian Marcel Andrey.

esa noche fue la ultima vez que miro a su padre. partió hacia America con los seres que mas amaba, nunca permitir que su padre maltratara a su mujer, diez años había pasado desde esa terrible noche.

Durante todo ese tiempo, No tuvo ninguna noticia de Inglaterra, Hasta que veinte días atrás había recibido una carta del Rey informándole que su padre había muerto y que ahora El era el nuevo duque de Grandchester, el titulo era suyo por derecho de sangre, viajo a Inglaterra obedeciendo al mandato Real, hoy tenia el titulo de su familia y la gracia de su Rey.

- Dale un beso a Terrence, ascio estar pronto contigo - ella seco sus lagrimas, amaba con locura a ese Hombre.

- Yo también mi amor - El cerro sus ojos, al escuchar su dulce voz, nunca se había separado de ella y anhelaba tenerla cerca, su cuerpo la necesitaba.

- Me despido mi amor, el barco sale en media hora, te veré en doce días prepara todo para partir.

- A si lo haré mi amor, Dios te guarde - El escuchaba atento cada palabra de ella - te amo.

- Yo también te amo... Dios!... - suspiro - contare los segundo para hacerte el amor hasta pronto mi vida.

- Hasta pronto mi cielo - con una sonrisa despidió a su esposo.

La futura duquesa escucho cuando la operadora deslazo la comunicación, llena de emociones camino hacia el enorme ventanal, desde ahí miro a su hijo que jugaba con sus amigos.

Por unos segundo se preocupo por el cambio que tendría su retoño, pero recordó que sus familias eran escoceses, donde tenia una Vella cerca de la villa grandchester.

Camino hacia la puerta para reunirse con su retoño, pero ante de salir acaricio su vientre, sonrío de emoción al recordar que esa misma mañana el doctor le confirmo sus sospecha, una nueva vida crecía en su vientre.

Afuera, los cuatro niños planeaban el fabuloso paseo que su madre había planeado, aunque la monarca de la familia no aprobaba, no se atrevió a contradecir a la futura duquesa, Emilia enroy estaba muy orgullosa de tener como socio al futuro Heredero.

- Mañana nos iremos a Lakewood, por que no quieres ir terry?.

- Lo siento Tony, pero es que yo No quiero ver a tu tía abuela gruñona, es mejor que me vaya con mi madre.

- mi tía no es gruñona - afirmo el rubio molesto.

- sabes que lo es! - afirmo tirando una piedra a los arboles.

- wow!...le tienes miedo a la tía abuela?

- y tu no stear? - este lo miro serio - Archie también le tiene miedo, verdad Archie? - este solo asistió.

- vamos Archie solo di si o no - grito fastidiado Terry.

- Bueno - dijo aun dudoso y miro a su hermano y primo - bueno a veces si, y ustedes también lo saben - los acuso, stear que era el mayor solo se acomodo sus lente, Anthony solo volteo la mirada con fastidio, ya que el amaba mucho a su tía abuela.

- vamos chicos, la tía abuela no es mala, a ti te a tratado bien Terry - los dos chicos miraron al rubio aun dudoso y sin gana de moverse, stear miro a los dos niños asustado, Terry tenia la misma edad que su hermano, solo meses hacia la diferencia Terry era de 28 enero y Archie el 11 de octubre, así que como siempre hablo por ellos.

- bueno Tony tu lo dices por que eres el consentido de ella - afirmo su primo y el rubio frunció la boca enojado, Terry blanqueo sus ojos, odiaba cuando este ponía su cara de ángel.

- esta bien - dijo resignado - nos reuniremos en tu casa, George nos llevara.

- Bien - dijo Terry sin ponerle mucho interés, No le entusiasmaba nada ir a ese lugar.

los niños Andley se despidieron de su amigo, al día siguiente partirían a Lakewood, esa noche Terry se la paso preguntando todo sobre el lugar donde pronto vivirían, estaba muy entusiasmado recordando cada palabra de su padre, ambos pasaban mucho tiempo en la biblioteca mirando los dibujos de los libros, la emoción y el orgullo de su padre lo motivaba al escucharlo, en El vivía El Orgullo de los Grandchester.

En otro lugar mas humilde pero lleno de amor, una hermosa niña de ojos verde hablaba con sus dos madres, tom su hermano de crianza la llevaría a la feria para trabajar con los cerdito, la alegría de ella era ganar para poder ayudar a sus queridas madre.

Lourdes ponny, conocida mas como la señorita ponny, se alegra ver el cambio favorable de la dulce niña, ya que apenas una días atrás había perdido a su querida hermana, conociendo el frágil y bondadoso corazón de su niña, le pidió que le ayudara a tom en la granja, a cambio este le pagaría con leche fresca.

ocupada en sus deberes, las semanas y los meses pasaron, el trabajo logro desvanecer su perdida, dos años habían pasado desde que Anny había abandonado el hogar de ponny por primera vez

hoy sus hermosos ojos verdes volvían a brillar de alegría, a sus diez años ya era una hermosa niña, por las mañana trabajaba en la granja y en la tarde ayudaba al viejo doctor en la clínica ya que la enfermera que era la esposa del doctor a su edad no podía con todo el trabajo, candy organizaba los expediente, las medicinas, la limpieza y hasta algunas veces ayudaba con alguna herida, ya que en el hogar de ponny hacia lo mismo con los niños.

Esa tarde, se la paso platicando con su madre, mañana iría por primera vez a una feria en el pueblo, sus madres al verla feliz, se sintieron menos culpable por ocultarle las carta de anny.

- creo que llego el momento, no lo cree señorita ponny - la anciana solo se a como sus lente.

La religiosa, se quedo mirando la chimenea, sabia que la anciana meditaba su comentario, candy ya había madurado y tenia otras metas, ser adoptada por una familia había pasado a segundo plano, ahora quería ser una enfermera en cuanto tuviera quince años, El silencio en aquella vieja habitación, se rompió con una sola palabra.

- No - la religiosa no dijo nada mas, ella sabia que la dueña de aquel pequeño orfanato sabia muy bien lo que hacia, ambas amaban a esa dulce niña.

La mañana llego y candy como todas las mañana preparaba el desayuno de los niños, un poco de avenas, pan, queso fresco, John que igual que ella no había sido adoptado traía la leña para el fogón, llenaba los cantaros de agua y afuera los barriles para dejar remojando la ropa. Esa mañana John no trabajaría en la panadería, iría a la feria para ayudar a tom y a candy.

En una mansión cercana cuatro niños desayunaban, afuera un chofer los esperaba para llevarlos al pueblo de Lakewood, un mozo y dos mucamas que llevaban el almuerzo irían con George que el hombre fiel de los Andley.

Los niños por primeras ves miraban los diversos colores que tenia en esa lugar, por primera vez tenia dinero en sus manos, comprar por comprar, por primera vez comieron sin cubierto, sin ninguna etiqueta, "déjalos vivir" fueron las palabras del nuevo patriarca, Willian Albert Andley un adolescente de dieciocho año que sin poder evitarlo tuvo que tomar responsabilidad al morir su padre.

Desde lejos George miraba al futuro duque que jugaba al tiro al blanco, todos ellos habían ganado, eso no le sorprendió nada ya que por su crianza todos ellos sabían Disparar una arma fácilmente, por lo tanto el dueño de la caseta de tiro no estaba muy contento con sus pequeños clientes, ya que tuvo que dar esa tarde muchos premio.

Terry ya estaba cansado y algo aburrido, hasta que la riza de una niña llamo su atención, volteo a ver de donde venia la contagiosa risa, nunca había escuchado a nadie sonreír de esa manera,

Hipnotizados camino hacia donde estaba ella dejando atrás a sus amigos que aun no decidían que premio escoger, cuando logro ver a la dueña de esa hermosa sonrisa, sintió que su corazón se detenía al ver sus hermosas Esmeralda, desde ese día sin saberlo, ella seria la culpable de sus celos y desvelo.

CONTINUARA.

MIL GRACIAS POR SU HERMOSO TIEMPO

SUS LINDO COMENTARIO ME IMPULSA A SEGUIR ESCRIBIENDO.

NUEVAMENTE GRACIAS QUERIDA LECTORAS