Capítulo 17: Bestia liberada.
Los exámenes fueron una locura para los de quinto año y los de séptimo año. Draco no podía salir de un examen cuando Anthony o Padma lo arrastraban para estudiar, luego de la noche de juegos sin duda todos estuvieron felices, por al menos cinco minutos antes de regresar a los estudios con fuerza; la noche apenas recordada y aunque Draco quisiera repetir algo con Harry, los estudios hicieron que la única forma de verse fuera en medio de la biblioteca. Era divertido ver a Hermione quejarse con Padma luego de cada examen, ambas demasiado estresadas y sin duda hubiera sido una Ravenclaw maravillosa. Draco tomo todos los exámenes, cualquiera pudo llamarlo loco, exceptuando por adivinación que no le otorgaría nada, pensó que no tenía nada que perder y arrastro a un confundido Anthony al caos.
Algo sobre ser compañeros del crimen juntos luego del colegio y eso animo a todos.
Pero luego de los exámenes, de no dormir y de que todo fuera un caos cuando el último examen fue entregado, Draco se encontró libre y fue.
Raro.
Estaba acostumbrado a un ritmo alarmante de trabajo estos días, que cuando termino su último examen y descubrió que no tenía que estudiar más, fue como un shock para su cuerpo. Vio de reojo como Anthony besaba de forma desesperada a Padma, quien se reía contra sus labios y por un momento pensó en buscar a Harry para charlar.
No lo hizo.
Sus pies parecían tener vida propia.
Se sintió confundido por primera vez en el año, sobre que hacer con su nueva libertad.
Camino un rato por el castillo confundido, este año estaba por terminar y nada malo había sucedido, era algo que pensó que sería un lindo cambio de la historia original. Sirius sigue con vida, no hay atentado contra nadie, Harry aun ocupa mejorar en Oclumancia, pero sin el ataque de Voldemort con suerte tenga otro año para lograrlo; aunque el caso negativo es que Umbridge sigue al poder y aunque le ha dado un laxante con ayuda de los gemelos la semana pasada.
Aun la necesitan fuera de aquí y Draco quiere venganza.
Detiene sus pasos cuando se detiene frente al retrato de Godric Gryffindor, Padma lo había distraído este año para no venir aquí y aunque estuvo tentado muchas veces, siempre había algo que lo evitaba y tal vez el mismo Draco pensó que no era momento. Había tenido información de otros medios, así que no había corrido aquí por temor a que pudiera encontrar.
Pero ahora.
Sin exámenes.
Sin ataque.
Sin engaños.
Tal vez podría averiguar un poco más. Su mano se levanta al aire algo temblorosa, aun en su mente los recuerdos de su conversación con Firenze y Flitwick, preguntándose si lo que pudiera decir el cuadro a cambio de magia podría ser algo mejor o peor.
Hay tanto por saber.
Draco quiere conocimiento y tal vez, ese es su peor pecado.
Ravenclaw, susurro una voz burlona en su mente.
Su mano toca el cuadro, siente el tirón de magia, pero esta vez no la aparta; ha entrenado con las cadenas durante todo el DA, aunque nadie más pudo imitarlas. No había notado que su propio núcleo parece haberse expandido, la magia ahora es más sencilla y si bien no es ilimitado, a diferencia del año pasado con suerte pueda hablar más.
Parecía un día normal, pero tal vez, el tocar este cuadro, fuera el primer movimiento de una serie de engranajes que harían este día diferente.
—Veo que volviste, esta vez solo—la voz de Godric es imponente, pero Draco no le tiene miedo, solamente lo ve con curiosidad y deseo.
Deseo de su conocimiento.
Deseo de saber más del pasado.
Deseo de poder desentrañar esta realidad.
Y miedo, de lo que eso pudiera causar.
—Hablaste de una maldición la última vez, he descubierto muchas cosas, pero no he descubierto como romperla totalmente y quiero ayuda—exclama esperando apelar a ese estúpido deseo Gryffindor de hacer una locura por ayudar a otros.
No era un Hufflepuff, pero con suerte pudiera tener algo de Harry en él.
Los ojos del hombre se entrecierran, pero Draco solamente lo ve fijamente.
Lo está evaluando.
¿Qué vera en sus ojos?
¿Qué verán otros en Draco?
—No se mucho sobre la maldición, ese hombre, Orion, no era de mi agrado—habla con amargura y algo se ilumina dentro de Draco, porque está claro que Godric lo conoció y eso sin duda era lo más cerca que estaría de su vida pasada; además lo llamo por su nombre, cree que los retratos no tienen que tenerle miedo a las maldiciones—pero Salazar, él lo…para Salazar ese hombre lo era todo, su pasado-presente-futuro, por lo cual termino con la maldición—había lamento en su pesar, en todos los libros de Salazar hablaba de Godric como un viejo amigo cercano.
Un hermano.
¿Habría sido solo eso también para Godric?
—Vodník—susurra recordando la criatura que hablo Firenze y algo en el rostro de Godric parece moverse incomodo.
—Si, pero…tal vez no deberías enfocarte tanto en esa maldición, más bien en tu maldición de línea de sangre—habla Godric moviendo su mano, Draco lo mira confundido—eres un Black, no solamente porque tu imagen es la de Orion, todo tu parece ser un Black y la familia Black estaba maldita—añade Godric luciendo pensativo.
Si.
Algo había escuchado.
Dos maldiciones dentro suyo.
Y aunque debería preguntar por la maldición de Vodník que es la que afecta a todos sus amigos y él mismo, no puede entender porque una maldición dentro de la familia Black podría ser peligrosa.
Como si algo se iluminara en su cabeza, el recuerdo de la carta de su madre llega a su mente, esa carta a principio de año donde hablaba sobre algo de los Black.
"En el corazón de los Black yace una fuerza ancestral, una unión única que solo se dará una vez en su vida. Como las llamas de un fuego eterno, arderá con intensidad y fervor. Unidos por un lazo sagrado, elegirán con sabiduría y cautela a aquel que compartirá su destino. En un único encuentro, en un solo latido, la unión se sellará para siempre."
—En el corazón de los Black yace una fuerza ancestral, una unión única que solo se dará una vez en su vida—repite las palabras que recuerda del contenido de su madre, que no había pensado antes de este día, como si no fueran importantes.
A pesar que era la única carta de su madre en todo un año.
¿Eso no lo hizo un hijo terrible?
Godric asiente.
—Salazar estudio mucho sobre los Black, después de todo, Orion Blake es parte de su fundación y la sangre del hombre estaba maldita; no es de extrañar que toda su descendencia fuera maldecida por su culpa—todos hablaban de eso, pero nadie explicaba nunca.
Nadie decía todo claro.
Draco odio al mundo por eso.
Apretó los puños molestos.
—Porque nunca pueden ser claros a la hora de hablar, soy un Black, merezco saber porque estoy maldito—señala con aire molesto, pero Godric no parece perturbado.
Tal vez porque es un cuadro, tal vez porque realmente no importa, tal vez porque no es algo totalmente vivo.
—Dragon—sus palabras lo silencian, Godric parece solemne—es lo que dijo Salazar, la sangre de dragón dentro de ese hombre era maldita, porque aunque venia con poder, venía con la maldición de ser un dragón—añade y eso deja confundido a Draco, porque los dragones son geniales, aunque se ha quedado claro que puede que sepa menos de dragones de lo que pensó—codiciosos, avariciosos, destructivos y con la capacidad de solamente amar una vez en su vida una pareja; no importa que tan diluida este la sangre de ese hombre dentro de ti, la maldición de los dragones siempre te acompañara—añade el hombre y parece claramente arrepentido de hablar.
Quiere gritarle, quiere gritar que sea claro, pero cuando sus rodillas ceden su mano es apartada de la imagen de la espada y el cuadro vuelve a quedar sin vida.
Aún tiene magia, sigue revoloteando en su interior y no se desmaya, pero tal vez gasto más de la que había estimado porque jadea en el suelo en busca de aire.
No ha procesado que acaba de pasar, pero unos pasos lo hacen voltear.
Levanta la mirada preocupado y aterrado, porque no sabe que ha descubierto, pero parece importante y debería hablarlo con los chicos.
Sus ojos quedan congelados al ver a Theo, al final del pasillo luciendo una mirada en blanco.
.
.
Es raro, piensa Draco, caminar con Theo como cuando eran niños, porque ya no son niños; este le pide hablar y aunque algo dentro de Draco dice que tal vez no sea una buena idea, da un paso adelante y lo sigue. El chico camina por el castillo, serpenteando y esquivando a los demás, parece un bailarín en medio de un salón y Draco se encuentra maravillado del chico que se convirtió. Este camina tranquilamente por Hogwarts, pero mientras Draco lo sigue no ve a nadie conocido y eso lo alarma un poco, especialmente cuando al llegar a la puerta principal no hay nadie; Fitch suele estar aquí vigilando.
Su instinto esta dividido entre huir y seguir a Theo.
Hace algunos años no hubiera dudado en seguir a Theo.
—Solo quiero caminar lejos de todo un momento, no pensé que romper una regla fuera un problema para ti—habla Theo con una sonrisa divertida y un claro reto, que hacen a Draco encogerse un poco antes de seguirlo.
—Claro, porque si nos encuentran no tendrás problemas—
—Abogare por ti—
—¿Debería creerte? —
—Hubo un tiempo donde lo harías—
Bien puede que la culpa fuera el mayor impulsor, pero Theo aseguro que solamente estarían a las afueras del terreno para charlar en privado, no pensó que fuera nada extraño porque en el camino hacia Hosgmeade en realidad aún se veía el castillo cuando Theo se detuvo en un puente. Era la mitad del camino hacía el pueblo mágico y el castillo, Draco tomo asiento en el puente al lado de Theo, sus pies moviéndose un poco y sintiendo el frio del lugar.
La bufanda de Harry estaba sobre su cuello desde la mañana, pero hasta ahora Theo la vio fijamente y por algún motivo Draco se sintió incomodo al respecto.
El beso de cuarto año estaba en el aire.
Nunca hablaron al respecto.
¿Este era el momento?
Seria lindo darle un final.
—¿Te hace feliz? —pregunta Theo y Draco solo puede ver una genuina curiosidad al respecto, que lo hace estremecerse.
Piensa la pregunta, pero antes que pueda meditar al respecto, el solo recuerdo de Harry lo hace sonreír.
—Si—Theo asiente, no parece ofendido y eso le da esperanzas a Draco, de un final diferente entre ambos, de una amistad al final del camino—Theo—
—Creo que fuiste un idiota—bien las palabras de Theo lo detienen de golpe y lo ve sin entender—padre me conto sobre esa noche en el cementerio, siempre pensé que eras un idiota, pero alcanzaste un nuevo limite—gruñe ahora rascándose la nuca y Draco se congela.
El recuerdo del cuerpo muerto de Viktor.
El dolor del cruciatus.
Las pesadillas del agua sumergiéndolo.
Su cuerpo tranquilo rápidamente se levanta a la defensiva casi gruñendo como un animal atrapado.
—No sabes nada—espeta rápidamente molesto, pero Theo no parece perturbado, solo lo ve con lastima.
—Tu tampoco—
—Eso no es verdad—
—¿Sabías que me gustabas desde los 10 años? —golpe bajo, piensa de forma molesta, pero Theo solamente mira a la distancia sin parecer enojado—un gusto infantil supongo, eras bastante genial y aunque algo entrometido, pensaba que eras asombroso y.…luego entraste a Ravenclaw y te alejaste—
—Theo—
—No me mires con lastima, también déjame terminar, es algo que ambos ocupamos escuchar—tal vez es lo mejor, es lo único que piensa Draco mientras se muerde el labio indeciso—los elegiste a ellos, está bien, fue tu elección y probablemente no fue mi mejor comportamiento, pero estaba tan celoso y luego Potter—ríe sin humor, Draco no puede dejar de verlo con morboso horror por la mirada casi distante de sus ojos—no fue tanto al inicio, aunque estaba claro que desde el inicio estaba obsesionado contigo, de un momento a otro parecías también obsesionado con él; tal vez no lo entiendas, pero desde el inicio cuando lo viste, estabas tan decidido alejarte, pero siempre estabas al pendiente de él—
—Theo—lo llama esta vez intentando detenerlo.
No funciona.
Aunque es raro, ya que Theo no parece enojado, es como si contara una historia, como si ambos estuvieran en los jardines de la mansión Malfoy y Theo leyera un libro casi aburrido.
Casi como si no fuera Draco con quien habla.
—Los sentimientos son algo que no controlamos, no quiero tener sentimientos por ti, pero los tengo…no sé si sea amor o tal vez simplemente es apego, tal vez es amistad, pero eres importante; como desearía que no fuera así, esto sería más fácil—musita ahora con algo parecido a cansancio en su voz, Draco se alarma, pero al ver a todos lados, no parece que nadie este cerca.
Ve confundido a Theo, no sabe de qué habla, no sabe que quiere decir, este solamente ve el rio.
Algo está mal.
Se va a levantar, pero la mano de Theo sujeta torpemente su túnica.
—Solo un momento, como en los viejos tiempos, quedémonos juntos—musita este casi suplicante, pero no llega a sus ojos.
Draco toma asiento nuevamente inseguro.
—No tiene que ser así, podemos ser amigos Theo, podemos ser como antes—
—Dudo que lo seamos a partir de hoy—
—Theo—
—Solo un poco más Draco, quiero esto—
No, no parece quererlo, parece casi obligado a estar ahí y Draco suspira antes de mantenerse a su lado, sin entender que sucede.
Pero quedándose ahí.
Porque una parte de Draco piensa en su amigo y realmente extraña esto.
.
.
Duran unas tres horas en casi silencio, Draco siente que se congela y Theo lanza un hechizo calentador que agradece, pero este no dice nada, solo se queda ahí viendo el lago y no importa que conversación hiciera Draco, este no la continua; pero tampoco lo deja irse. A veces cuando Draco cuenta cosas de su infancia, historia de momentos que vivieron, el chico parece feliz, pero no aporta mucho y cada tanto luce solamente miserable. Esta por preguntarse qué tanto tendrán que estar ahí, cuando una luz rojiza lo hace levantar la vista hacía al castillo, es como si algo brillara con potencia en algún lugar y es cuando Theo suspira aliviado que siente que algo está mal. Esta vez cuando intenta irse Theo no lo detiene y es su primera llamada de alerta, sus pasos comienzan apresurados, pero antes de saberlo se encuentra corriendo confundido y alarmado hacía el castillo; todo su interior grita que algo malo está pasando, pero no tiene sentido, hace menos de unas horas que terminaron los últimos exámenes.
No puede ser Sirius.
Harry tiene el espejo.
Es imposible que sea Sirius.
Solo ha estado fuera dos horas, es imposible que algo pasara en tres horas, fue descuidado.
Un pequeño descuido.
Hablar con Theo.
Las palabras de Theo ahora parecen tener sentido, pero es imposible que fuera parte de algún plan, aunque lo había sacado del terreno de Hogwarts y Draco ahora no está caminando, está corriendo mientras se abalanza hacía Hogwarts con rapidez y preocupado.
Hay un estruendo que tiene la marca de los gemelos en la parte exterior del castillo, pero cuando se abalanza hacía el interior escapando de la gente, todo parece un poco de caos y al mismo tiempo no lo es. No sabe a dónde ir, así que se apresura a ir en dirección de la torre Ravenclaw para ver si se encuentra alguien, cualquier persona que le diga que pasa; debe encontrar a Harry y compañía.
Hablar con Sirius.
Snape.
Debe ir con su padrino, este sabría qué hacer y…choca contra alguien al dar la vuelta abruptamente cuando esperaba ir ahora en dirección de Sirius. Cae al suelo sintiéndose cansado de repente, pero cuando alguien lo sujeta por los hombros, Draco pestañea confundido al ver el rostro de Anthony.
—¿Anthony? —cuestiona confundido, pero este lo ve pálido.
—Oh no, oh no, oh no—Anthony se pone de pie, antes de arrastrarlo hacía arriba—¿Dónde estabas maldita sea? —y luce tan jodidamente enojado, que Draco se encoge y responde sin pensarlo.
—Con Theo, hablando con Theo—contesta y ve incrédulo como detrás de este se encontraba un Blaise luciendo incrédulo también con Pansy—¿Qué pasa? —pregunta alarmado.
Pero Anthony solamente lo ve impotente mientras lo sujeta del hombro.
—Harry, los chicos…fueron al ministerio, porque pensaron que te capturaron—las palabras de Anthony parecen pesadas.
No tiene sentido.
Porque Draco no sería capturado.
Es estúpido.
Las palabras de Theo calan en su interior, la forma en como lo mantuvo sin ningún esfuerzo fuera de los terrenos del castillo para "hablar" aunque no dijeron mucho realmente; el rostro de Draco se vuelve pálido mientras sus manos tiemblan en shock unos instantes.
Sirius había sido la carnada en la historia original.
Si bien algunas cosas cambiaron, no pensó que…
Esta vez fue Draco.
Había caído en una trama.
Que idiota.
Su interior parece quemar en culpa.
—Es una trampa—susurra apenas en voz ahogada.
Y por la mirada de Anthony, parece que este piensa igual.
.
.
No hay más tiempo que correr, Anthony grita mientras corren sobre como Luna lo había visto por la ventana del castillo, como alguien lo había llevado sujeto hacía el bosque tenebroso; cuando Luna encontró a todos llorando, Harry se asomó en el mapa alarmado para descubrir que no estaba el nombre de Draco en el castillo. Todo fue un caos después de eso, solamente ocupo tres horas para que se armara un desastre, los gemelos hicieron caos, el trio dorado se llevó a Umbridge al bosque engañada, luego comenzaron las visiones. Blaise parecía alarmado mientras corrían hacía el despacho del Severus que estaba con Padma, este parecía cansado cuando llegaron y fue raro.
Ser abrazado por Severus fue extraño.
Porque se supone que estaba enojado con él, así que cuando lo aparta y exige saber porque Potter miraba visiones de Draco siendo torturado en el ministerio.
Draco casi se quiebra.
Fue él.
En este mundo, en esta línea del tiempo, la carnada fue Draco todo este tiempo; porque Voldemort debió ver dentro de la mente de Harry.
Y aunque Sirius era importante.
También Draco.
Todo parece claro ahora.
Se habían marchado Harry, Hermione, Ron, Neville, Luna, Michael, Terry, Ginny; esos fueron los miembros del DA que lograron reunir. Anthony había saltado indicando que podría ser una trampa, Luna debió haberlo seguido, pero ella fue quien lo vio irse y fue difícil convencerla. Padma se había quedado porque Anthony le había obligado, Blaise y Pansy llegaron cuando ya se habían marchado, pero pensaron que ir con Severus sería la mejor opción.
La orden ya se estaba movilizando.
Severus parecía tenso cuando Draco comento la charla con Theo y algo pareció brillar en sus ojos, pero Draco no quería pensar en eso.
Theo.
¿Qué había hecho?
—Debo ir también—inquirió Draco, pero fue despachado rápidamente por Severus, Draco era un objetivo, no debería ir al ministerio.
Pero no podía dejar a sus amigos.
Era una trampa.
Oh no.
Una trampa.
Le cuesta un poco respirar, siente que las paredes se mueven y que son demasiado grandes, no es como había esperado el día de hoy.
—Aún queda el despacho de Umbridge, también tiene red Flu—vino el comentario de Pansy, mientras Padma parece horrorizada al ver qué pasa.
Siguen en un pasillo en las mazmorras, Draco parece mareado y solamente quiere vomitar en una esquina.
Es peligroso.
Es suicida.
Sus amigos.
Luna.
Harry.
Michael.
Terry.
Si vas te morirás.
Draco no quiere morir.
Eres el remplazo de Sirius.
Podrían morir.
Ellos no deben morir.
Su cabeza no tiene una sintonía, es como si todo fuera un ruido sordo y apenas pudiera procesar algunas palabras, pero cada una de ellas simplemente es ridícula; cada una es peor que la anterior y Draco solamente puede obligar a sus pies a seguir adelante.
Debe seguir adelante.
Sus amigos lo necesitan.
Es todo lo que tiene que saber por ahora.
—Draco—la voz de Anthony lo tranquiliza un poco del ataque de pánico, con una mano sobre su hombro y esperando que dijera que hacer.
Como si fuera un puto líder, pero no sabe qué hacer, solo que tiene que hacer algo, que tiene que ir ahí y salvar a sus idiotas amigos que han ido por él.
No hay muchas opciones.
Corren, bueno Draco corre y es seguido por los demás hasta el despacho de Umbridge, que literalmente cae cuando Blaise le da una patada a la puerta; cuando entran no hay nadie y no esperan a nadie, porque Umbridge está, no sabe dónde, pero no está aquí. No hay forma de que todos vayan, porque sería peligroso, Anthony rápidamente detiene a Padma.
—Alertamos al profesor Snape como pensábamos, pero faltan los gemelos, tienes que ir con ellos y esperar si dicen algo, llevo el diario por aquello—habla Anthony señalando el diario que parece entrar en un rollo en la bolsa de su pantalón.
Padma parece pensativa y preocupada.
—Deberían quedarse con Padma, ocupa ayuda, encuentren a Theo…pregunten que rayos paso y si hizo esto a propósito él…maldición—Draco no quiere pensar en eso, pero, aunque Blaise parece querer ir con él, Pansy es la que le detiene.
Porque si ambos fueran, si de verdad hubiera un ataque de Mortifagos, sería peor para ellos ahora; así que ambos asienten a duras penas.
—Cuídenla por mi—habla Anthony con una sonrisa confiada, antes de darle un suave beso a Padma en la frente; Blaise bufa, aunque luce nervioso, Pansy asiente decidida.
Es una locura, las llamas verdes, esto es una locura.
Anthony le ofrece la mano, que Draco puede notar como está un poco temblorosa.
—Otra aventura juntos—bromea Anthony con miedo en su voz, pero fingiendo y Draco sonríe antes de tomarle la mano, antes de que las llamas verdes los absorban cuando ambos gritan "Ministerio de magia".
.
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Salen en la oficina de Umbridge dentro del ministerio, Anthony parece horrorizado de que sea tan horrible como la de Hogwarts y si no estuviera tan asustado haría bromas al respecto. Salir de ahí es lo más fácil, todo parece en silencio y se pregunta que tanto tiempo ha pasado desde que se fueron, si ya habrán llegado, si son los primeros en llegar y que podría significar esto. Anthony habla sobre una sala llena de esferas y Draco sabe que es una profecía, tiene sentido que lo fuera, pero no sabe si es buena idea ir. Levanta la varita para enviar un patronus, esperando que este pueda guiarles a alguien, así que piensa en Terry y Michael; el dragón aparece de tamaño normal y comienza a revolotear casi como si fuera un radar esperándolos.
Se ven de reojo antes de asentir y seguirlo.
Mientras más caminan, más parece que han llegado tarde.
Hay sonidos a lo lejos, Draco traga saliva con Anthony a su lado, ambos con varita en alto y Draco piensa en el DA, como todo esto fue para entrenarlos; aunque no se suponía que sería este año, se suponía que este año no habría muertes.
No tienen que tener muertos.
Luna.
Piensa en Luna horrorizado.
En Michael y Terry.
Harry.
Sirius su mente grita cada pocos segundos.
¿Sería inevitable que muriera?
¿Moriría por su culpa?
Todo siempre parece volver a puntos importantes, que aunque sean borrosos, están ahí y Draco maldice no poder evitarlos.
Inevitables.
Sus pasos comienzan apresurarse y Anthony se mantiene a su lado todo el tiempo.
—Esto es muy extraño, se fueron hace tiempo, pero…es diferente a lo que dijiste que podría pasar—inicia Anthony luciendo contrariado y no puede culparlo, porque se supone que todo esto era diferente, pero con ellos aquí ya era una desviación de la trama principal.
Terry y Michael tampoco deberían estar aquí, pero Anthony hablo encantado de como ambos habían estado tan preocupados por él, que dejaron la lógica e incluso lo vieron como traidor cuando se negó a ir; se sentiría honrado de dicha amistad si no estuviera ahora como un blanco peligroso para un psicópata sin nariz.
No estaría bien hasta que los tuviera todos frente a él, sanos y salvos.
—No te alejes de mi—brama cuando el patronus atraviesa una puerta y no sabe que pueden esperar, con suerte puedan ser refuerzos.
La orden del fénix estaba por aparecer según comento Severus, tal vez incluso ya habrían aparecido.
Pero si ya aparecieron.
Sirius.
Debe alertar a Sirius.
Entran por la puerta, sintiéndose enfermo cuando ve como si en esta habitación hubiera tenido una lucha por la cantidad de escombros que puede ver, Anthony parece alarmado cuando señala una esquina donde se encuentran dos siluetas. Terry está ahí luciendo como si hubiera luchado con ropa llena de sangre, sujetando entre sus brazos el cuerpo de alguien, toma unos momentos poder procesar que ese cuerpo es alguien que conoce y es amigo; Draco se siente enfermo cuando ve a Michael inconsciente.
No es eso.
No es solamente eso.
Hay mucha sangre, una gran herida desde su pecho, hasta su clavícula y parte de su mejilla, como si algunas zarpas de garras lo hubieran arrasado en su paso. Su respiración parece lenta, pero Draco se queda inmóvil frente a ellos y cuando Terry levanta el rostro, no parece aliviado, todo lo contrario; su rostro se contorsiona en una meuca de horror y terror.
Algo en su mente grita.
No puede moverse.
Michael.
Su amigo Michael, quien siempre sonríe de forma divertida y hace locuras, esta lleno de sangre, aferrándose por la muerte.
Algo comienza a sonar en su cabeza, como un zumbido, algo parece querer salir.
—Largo de aquí—sisea asustado Terry, pero Draco no comprende.
Esta horrorizado.
Las palabras de Firenze nadan en su cabeza.
Sobre perder algo que amas.
Sobre romper algo que amas.
Sobre sufrimiento.
Vodník.
—¡DRACO! —el grito viene de su costado, es empujado contra el suelo y cae de costado, levantando la mirada alarmada sin sentir realmente dolor, porque todo pasa demasiado rápido.
Porque está en shock.
Hay un gemido de alguna parte de la habitación, no sabe si es Terry, no sabe si es Draco, no sabe si es Anthony; no puede ser Anthony. Porque Anthony que hace solo unos momentos estaba a su lado, siguiéndolo dentro de este lugar de horror, ahora se encuentra inmóvil mientras una mano con garras atraviesa su pecho de un lado a otro.
Lento.
Ahora todo va lento.
Paralizado por la imagen, frio en todo su cuerpo, viendo la sangre del color rojo más intenso que ha visto en su vida, caer con una gota al suelo.
Un sonido que escucha en la habitación, como si retumbara en todos lugares, el zumbido en su mente queda congelado.
Todo queda en silencio.
La mano sale del cuerpo de Anthony con un sonido grotesco, Anthony dura solo un instante que parece eternamente eterno antes que se derrumbe al suelo como un peso muerto, con la boca entre abierta y ojos llenos de horror; el cuerpo de Draco sigue en shock, levantando la mirada para ver a un hombre de pie.
¿Era un hombre?
Era un hombre o algo similar a una bestia corpulento, de aspecto feroz, con pelo gris enmarañado y patillas. Tenía dientes puntiagudos y largas uñas amarillentas, que se sumaban a su apariencia bestial casi como si fuera un lobo o algún can.
Cree que lo ha visto antes.
Pero no puede pensar.
Solo puede ver a Anthony.
¿Esto es un mal sueño?
¿Una pesadilla?
Seguramente se ha quedado dormido, siempre tiene pesadillas muy realistas, esto tiene que ser una pesadilla.
El zumbido en su mente empeora.
Duele.
Su pecho quema.
—Mi señor me dijo que vendrías, que no mueres por magia, que tendría que asesinarte con mis manos; pero esta basura se interpuso—hablo el hombre con aburrimiento señalando a Anthony, haciendo que Draco bajara la vista incrédula—tendí la carnada, pero, aun así, bueno, me gusta más que mis victimas corran; hace tiempo no tengo una buena persecución—hablo este lamiendo su labio con una risa divertida.
Draco se arrastró hacía Anthony casi en automatico, ignorando a la bestia, ignorando como Terry sigue paralizado abrazando a un inconsciente Michael.
Solamente se mueve hacía Anthony.
El agujero en su pecho, el olor a sangre, sus oídos que tienen una especie de pitido que no se apaga, como si todo esto fuera una pesadilla; Draco suplica que sea una pesadilla. Sus manos tiemblan cuando coloca su mano sobre su pecho, porque no entiende que está pasando, hay un agujero del cual sale sangre en su pecho, pero Anthony no habla.
Solo convulsiona.
Mira a Anthony, no sabe que ve en sus ojos, pero Anthony se las arregla para sonreír, sube su mano con dificultad a la suya llena de sangre para colocarla sobre la suya. No dice nada, tal vez no pueda hablar, porque la herida está directamente donde estaría su cuello y una parte de Draco no entiende como es que sigue con vida.
Vida.
Muerte.
Frio.
Calor.
Anthony no parece arrepentido, sus ojos son cálidos, felices, casi como la noche anterior donde ambos hicieron una broma antes de irse a dormir.
Sus labios se mueven.
"Gracias", parece querer decir, pero no sale voz de sus labios.
Draco traga saliva sin poder dejar de verlo.
Es un instante o tal vez en realidad una eternidad, sus ojos se congelan, la mano sobre la suya no siente presión, su pecho deja de moverse o tal vez no se movió nunca; pero Draco no entiende que acaba de suceder. Es diferente a lo que paso con Viktor, porque Viktor era un amigo, pero no era Anthony; porque Anthony es su mejor amigo, Anthony es la mitad de su neurona en cualquier momento que lo ha apoyado y perdona sin importar que haga.
Anthony es el primer niño de su año que camino hacia él, que tomo asiento a su lado, que charlo con él. Anthony quien le regalo libros del señor de los anillos, que lo invito a su casa para navidad, que lo obliga a ver Star Wars. Anthony quien suele colarse en su cama para leer libros, quien lo empuja cuando lo enoja, quien lee el libro de Orion con él y siempre hablan sobre teorías.
Anthony es la persona que se duerme a su lado cuando están juntos frente a la chimenea, Anthony a quien beso en un juego de la torre Ravenclaw para horror de este, Anthony quien suele ir a clases con él todo el tiempo. Anthony quien desayuna a su lado, Anthony que hace juegos de palabras e interpreta escenas de películas a su lado.
Anthony que supo que era una rencarnación y aunque tenía sus dudas lo acepto.
Anthony que siempre sonreía al ver a Padma.
Anthony que siempre bromeaba con Michael.
Anthony que abrazaba a Luna como la hermana que nunca tuvo.
Anthony quien confía en Terry para consejos sobre relaciones.
Anthony que adopto a Harry porque es su novio o porque tal vez siempre sospecho que lo quería.
—¿Anthony? —susurra moviéndolo en el suelo, ignorando sus manos llenas de sangre, porque Anthony no puede morir.
Es Anthony.
Anthony con quien había prometido ser investigadores juntos hace algunos días, el mismo chico del cual Draco se burlaba porque iba ser su padrino de boda con Padma, Anthony a quien siempre le enviaba fotos de este con Padma para molestarlo.
Anthony que tiene un tatuaje con él porque se lo pidió.
—Anthony—dice ahora más fuerte mientras lo mueve, pero este no se mueve, está paralizado en el suelo, sin respirar y con un hoyo en su pecho—Anthony abre los ojos, Anthony tienes que levantarte—porque Anthony es su mejor amigo, han estado juntos desde primer año.
Anthony tiene que levantarse.
Porque se supone que ambos iban a ser amigos por siempre.
Anthony no puede dejarlo.
Es su mejor amigo.
—Está muerto, no se va a levantar—habla el hombre de forma aburrida, congelándolo en el acto, mientras intenta procesar las palabras de este.
Porque está mal.
Anthony no está muerto, Anthony es…la sangre sale del pecho de Anthony, su pecho no se mueve, sus ojos no tienen brillo y se ve igual que Viktor; porque ambos están muertos.
Muerto.
Anthony está muerto.
Muerte.
El nombre de Anthony se repite en un bucle en su mente, sus manos tiemblan, imágenes del niño que conoció, viajes a la feria, estudiando juntos, obligándolo a cargarlo y empujándolo alguna de sus ideas locas, ambos en Francia, en medio de la nieve, riendo, todo llega de golpe en su mente antes de la realización.
Anthony está muerto.
Su amigo deseándole feliz navidad mientras lo taclea por la espalda por diversión.
Esta muerto frente a él.
Anthony que planea los juegos de la torra Ravenclaw con él.
Por salvarle la vida a él.
Anthony robando su manzana y corriendo con carcajadas, mientras Draco lo persigue enojado.
Se sacrifico por él.
Anthony sonriendo diciendo que es su mejor amigo.
Es como si algo estuviera unido a Draco en su interior, como si hubiera muchos hilos dentro de él que lo hacen ser quien es ahora; pero de repente, uno de esos hilos que lo hacen ser una persona, se rompiera de golpe y algo que piensa que es su cordura, se pierde.
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Draco tiene un recuerdo sobre Orion, que no había tenido en esta vida, no sobre Orion el mago oscuro que parece haber causado una conmoción dentro del mundo de las criaturas mágicas y magos como tal, no, hablaba de un recuerdo de Orion Blake su anterior vida como un muggle dentro de un mundo no mágico y con una vida de mierda. Como Draco había tenido muchos recuerdos de Orion, pero no fue hasta que tuvo este, que todo quedo tan claro.
Había muchas cosas que realmente no recordó nunca en esta vida.
Hasta ahora.
Orion era 11 años mayor que Selena, así que cuando su hermana de 9 años había ya cumplido sus 20 años. Vivian en Detroit en Estados Unidos, una ciudad un poco difícil de vivir si no has nacido ahí toda tu vida, pero que Orion se había acostumbrado a convivir porque era su hogar. En la escuela de Selena hubo un inconveniente entre estudiantes, su hermana se había defendido como Orion le aconsejo que hiciera cuando alguien intentaba molestarla.
Solo que esos mocosos estúpidos de su salón, pensaron que perder ante una niña era mala idea, llamaron a sus hermanos mayores que solamente eran adolescentes, pero que tenían esta idea de ser parte de una pandilla para intimidar a una niña de 9 años lo cual Orion piensa que es patético. Los 3 adolescentes eran demasiado inexpertos cuando Orion llego con un bate de beisbol lo soluciono en menos de unos pocos segundos.
Si, podría haber sido visto mal, pero realmente esos chicos de 16 años se habían metido con la hermana menor equivocada.
Pero uno había tenido una navaja que, a su pesar, si había sabido utilizarla y había generado una cicatriz en su mano derecha.
La palma de su mano derecha.
—Eres un tonto—gruñe Selena, que pese de tener 9 años, es bastante severa cuando se trata de sus heridas.
Usualmente es un poco de aceite o quemadura en sus manos por su trabajo de medio tiempo, es una niña y probablemente debido a la situación de sus padres (padre alcohólico y madre muerta), ella también tiene que crecer demasiado rápido, aunque quiera evitarlo.
Selena es alguien que se preocupa por él.
Como Orion se preocupa por ella.
Quisiera impedirlo, pero Orion se siente feliz de que el único lazo que lo mantiene cuerdo, tenga sentimientos tan fuertes por él como familia; porque desde la muerte de su madre, se siente perdido y por eso se alegra de estos pequeños momentos entre ambos.
Incluso si es con una palma de su mano goteando sangre.
No importa.
Solo es una cicatriz.
—Creo que me vere bastante rudo—dice Orion con una sonrisa divertida, que se evapora al ver la mirada molesta de su hermana en medio de la sala.
Intentan mantener el departamento limpio, Orion ya no es un niño y suele arrojar a su padre afuera de la casa cuando llega ebrio, así que ahora pasa la mayor parte del tiempo lejos tomando; no sabe de dónde obtiene dinero, ya que Orion siempre mantiene el dinero de la casa bajo seguro, pero este se las arregla para conseguir dinero. El padre de Orion trabaja en un taller, cree que es el dueño que les tiene lastima para no arrojarlo fuera o tal vez porque cuando no es un ebrio total hace un buen trabajo reparando vehículos.
Antes no fue así, cuando su madre estaba con vida, su padre era un abogado bastante reconocido, pero luego de su muerte.
Todo fue de mal en peor.
—Creo que eres idiota, pero ya terminé—habla Selena mostrando su mentón en alto con orgullo, Orion levanta la mirada para ver la venda sobre su mano, preguntándose como se vera la cicatriz cuando se cierre la herida.
Es una herida bien curada.
Quisiera tener dinero para enviar a Selena a una escuela de medicina o enfermería, ya tiene experiencia y probablemente sería algo que le gustaría. Pero la realidad es que no tienen dinero y no es algo que se pueda permitir por ahora, por lo cual es un pensamiento que va y viene sin mucho que procesar; no tiene tiempo para echarse a morir por eso y es mejor hacer lo que puede.
Su mano duele, pero no es tan grave.
Es curioso.
—Siento que ya hubiera visto un tipo de herida así, solo que no sé dónde—musita Orion pensativo viendo su mano, pero Selena solamente lo empuja con molestia para ir a la cocina.
El departamento es pequeño, pero lo mantienen limpio y aunque a veces no hay dinero para cosas dulces, nunca les ha faltado algo para comer desde hace un año; Orion se siente orgulloso al respecto. Selena le entrega un poco de café y Orion lo agradece antes de ver a la niña preparar unos emparedados sencillos de crema de maní. Ambos luego de eso toman asiento frente al viejo televisor que fue un regalo de una de sus vecinos que siempre los ha ayudado, pero que de alguna manera no es suficientemente cercana a ellos, es curioso.
Orion odia suplicar ayuda.
Pero si eres un mendigo no puedes hacer mucho.
Hay un maullido antes que algo caiga sobre su hombro, voltea a ver aburrido al gato de color negro de ojos verdes que había rescatado hace algunas semanas; no tienen dinero para mantener otro ser viviente, pero el gato se veía abandonado y Selena había llorado que estaba solo en el mundo. Así que ahora tienen al pequeño gato con ellos, que al menos es útil ya que sabe salir a cazar ratones, aunque Orion si le había llegado a comprar algo de comer por si las dudas.
Ese gato era más apreciado en su hogar que su padre biológico.
—Ven Harry—llama Selena al gato, que bosteza antes de acurrucarse mejor sobre su hombro, a pesar que Selena era su dueña.
El mínimo parecía tener preferencias por él.
No es algo que le gustaba a Selena o Orion, pero nunca parecía que pudieran hacer que el gato hiciera algo que el gato no quisiera.
—Debimos llamarlo Harrison Ford—
—Se llama Harry y es mío—
—Tómalo—
—No, se ve feliz ahí—
—Ahora solo tienes que decirlo como si no comieras un limón agrio, por cierto, tu obsesión por esas películas del niño mágico no es sana—
La niña hace un puchero e ignorándolo, coloca en el canal de televisión que parece ese día estar dando la primera película, como si fuera una mala broma del destino. Orion solamente bosteza listo para dormirse durante la película, era aburrido cuando su hermana menor literalmente dice los diálogos de memoria.
Harry Potter.
Que película más aburrida y eran más de una.
¿7 u 8?
Ve al gato de reojo que ya disfruta de su sueño sobre su hombro, envidiándolo por caer tan rápido.
—Jessie si me comprende, es tu mejor amiga, pero tiene mejor gusto que tú—farfulla con un puchero que hace que Orion ría divertido.
Han pasado algunos minutos de la primera película, donde muestran una decadente vida del protagonista con el cual Orion puede empatizar un poco, luego están la cantidad de cartas inhumanas que llegan para este y Orion está cerca de dormir cuando algo lo distrae.
Es Selena.
—Es un poco aterrador—habla la niña y Orion se distrae viendo al televisor, donde sale Hagrid y no es tan aterrador, cree que cuando el profesor de no sabe qué materia tiene algo sobre la cabeza (ha visto la película de reojo más veces de las que quisiera, aunque nunca recuerda toda la trama) es aterrador—cuando te enojas es aterrador—continua y Orion entiende.
No habla de la película.
Habla del incidente hace algunas horas y algo dentro de él se encoje de incomodidad, porque de todas las personas de esta tierra llena de injusticias, la única que quiere que no lo odie está a su lado.
—¿Te doy miedo? —pregunta con su mano viajando hacía el pequeño Harry gato en su hombro, quien ronronea encantado del tacto, pero Orion solo ocupa algo que distraerse.
La niña a su lado abraza sus piernas pensativa, demasiado tiempo, suficiente tiempo para que Orion casi entre en pánico.
—No—es una palabra sencilla y maravillosa que lo hace suspirar, la ve ahora fijamente, pero ella ve la pantalla de la televisión—sé que no me harás daño, entonces no tengo miedo, pero es algo aterrador…cuando te enojas tanto, es como si algo saliera dentro de ti—explica con mirada casi pensativa.
Orion puede pensar en cómo su padre comenzó a tenerle algo más de "respeto", cuando era niño se burlaría de sus intentos de plantarle cara, pero desde que era un adolescente cada que Orion realmente se enojaba, este había comenzado a lucir un poco más retraído hasta la actualidad donde se alejaría si Orion lo obliga con mucha facilidad.
—Algo dentro de mi—repite lo que dice su hermana, saboreando las palabras con curiosidad.
Selena asiente, no luce preocupada o asustada, pero si hay algo en sus ojos que no puede identificar.
—Es como una bestia—habla ahora con emoción y levantando las manos, Orion piensa que tal vez debería de dejar de contarle historias creadas con bestias y monstruos, pero en su defensa son las únicas que la logran convencer de ir a la cama a una hora decente—cuando realmente te enojas, todos a tu alrededor parecen aterrados y una vez tus ojos parecían graciosos—añade ahora con una sonrisa y Orion parece perplejo.
—¿Ojos graciosos? —cuestiona incrédulo, pero Selena se encoge de hombros.
—Ojos graciosos, no puedo explicarlo, pero eran ojos graciosos—responde con una sonrisa traviesa ahora, Orion piensa que su hermana es una pequeña gremlin.
Pero está bien.
Porque es Selena y si pudiera les daría todo el mundo a sus pies.
La conversación muere, la niña disfruta de la película, Orion se duerme porque ver una película de Harry Potter o dormir, bueno, una de ellas es más importante para su horario laboral de más de 12 horas el día siguiente. Pero mientras dormita sobre el sofá, con Selena a su costado y un gato sobre sus hombros, no puede evitar pensar en sus palabras antes de dormir.
Una bestia.
Si.
Eso sería divertido, cuando Orion se enoja mucho, casi quisiera hacer arder el mundo.
Se pregunta distraídamente que verán los demás en él enojado, pero si Selena no está asustada y otros lo encuentran aterrador, realmente no importa mucho mientras haga su función.
.
.
El recuerdo viene y va en menos de un segundo, es como si algo se hubiera iluminado en la parte trasera de su cabeza, pero no piensa hacer nada por el recuerdo, es solamente una pieza de rompecabezas que ha caído de alguna parte y que ahora tiene sentido. El cuerpo de Anthony sigue entre sus manos con sangre, este ya no tiene vida, toda vida que pudo haber sentido de este se ha ido y comienza a verse algo pálido; pero algo se rompió dentro de Draco y ahora todo tiene más claridad. Es como si una venda hubiera caído de sus ojos, pudiera ver todo a su alrededor con claridad, pero lejos de maravillarse por eso, solamente hay una ira incalculable que embulle de su interior.
Había sufrido la muerte de Viktor, porque fue su culpa y aunque dolió, aunque sintió que la culpa iba a consumirlo, no era nada comparado a este momento.
Quemar el mundo.
Era lo único que podía pensar.
Pensar es difícil.
Venganza, su cerebro quiere algo en sus manos.
Quiere que este mundo arda hasta sus cimientos, porque nada en este mundo puede hacerlo perdonar que alguna fuerza mística decidiera que Anthony Goldstein debería morir hoy. Draco no quiere un mundo donde Anthony no sea su mejor amigo, no quiere pensar en vivir en un mundo donde su mejor amigo no estaría ahí para escucharlo o hacer alguna locura con él.
Solo por ser amigos.
Este mundo ha perdido color.
Y Draco piensa pintarlo de rojo carmesí.
Levanta la mirada, lo primero que ve son los ojos aterrados de Terry, que sujeta aun a Michael contra él.
Siente su miedo.
Miedo de él.
Pero Draco solamente siente ira.
Ira.
Alguien debe pagar.
—¿Draco? —es Terry quien lo llama, pero lo ignora para levantar la mirada sobre su hombro, para ver al culpable de que Anthony hubiera sido asesinado.
Hay un momento donde el hombre se congela, la sonrisa divertida de sus labios cae, convirtiéndose en una línea tensa y sus manos dan un ligero temblor; una parte diminuta de Draco que recuerda a Orion, ese momento con Selena, se pregunta si este hombre está viendo lo mismo que otros vieron en su vida pasada. Lo duda en realidad, porque, aunque estuvo enojado cuando alguien le hizo daño a Selena, no era nada comparado con la furia indescriptible que siente en este momento.
El hombre da un paso atrás, los ojos de Draco se agrandan ligeramente.
Escapar.
Ese hombre quiere escapar.
¿Ese hombre piensa que lo dejara escapar?
—Greyback—dice alguien desde la entrada, Fenrir Greyback gira a verle y Draco se alegra de dos cosas, porque ahora tiene un nombre para el rostro que jura asesinar y hay un instante de distracción.
Sujeta la varita, es probablemente el instinto que hace al hombre que debe ser un hombre lobo, que es un mortifago piensa luego que su mente se pone al día, que hace al hombre arrojarse al suelo escapando del reducto que lanza sin siquiera decir el nombre del hechizo.
Se sintió natural.
Se sintió bien.
Usar magia no verbal.
El otro mago cae al suelo cuando la explosión destruye parte de la pared, pero no hay daños reales, aún siguen con vida y Draco chasquea la lengua cuando ve a Fenrir en el suelo viéndolo incrédulo; hay un ligero y muy sutil temblor, pero sigue con vida. Medita que usar una explosión contra el hombre sería un camino demasiado rápido, muy misericordioso, terminaría tan rápido.
No sería suficiente.
Mira el cuerpo muerto y sin vida de Anthony, algo dentro de él vuelve arder como una hoguera que se le ha agregado más leña.
No para saciar su sed de sangre.
—Dijiste que te gusta ir tras tu presa, puede que lo encuentre interesante—su voz suena hueca, como si fuera un cascaron vacío sin emociones.
Tal vez lo era.
El hombre en el suelo se escalofrió, Draco sonrió un poco, porque era una imagen que le gustaba.
Mátalo, grita su cerebro.
Tortura, grita otra parte.
Sonríe un poco más, porque le gusta como suena esa voz.
—Draco—suena una súplica desde su espalda, pero no voltea a ver a Terry, porque no es su prioridad ahora, su prioridad está frente a él.
—Diffindo—es casi un susurro cuando mueve su varita, pero su precisión es casi quirúrgica cuando el corte aparece en el codo de Fenrir (cortando también parte del suelo); no es un corte superficial, no.
No es tan estúpido.
Es solamente un segundo, donde la magia aparece, un movimiento preciso y en el siguiente la parte inferior del brazo del hombro desde el codo, queda separado de su extremidad al igual que el corte pasa por el piso bajo él de forma profunda. Hay un instante donde todo es silencioso, pero al siguiente el hombre parece comprender que pasa, porque gimotea de dolor mientras la sangre comienza a salirse por su brazo sin control.
Fenrir lo ve incrédulo, Draco solo mantiene la sonrisa incorrecta en su rostro.
El hombre está sufriendo, bien, espera que su sufrimiento sea insoportable.
Porque algo dentro de Draco se está ahogando de dolor y quiere que sienta lo mismo, porque no hay forma de que no haga sufrir a este hijo de perra por lo que hizo.
Y es solo el primero.
¿Dijo que Voldemort lo envió?
Draco comenzó a sonreír más, provocando que Fenrir se levantara con dificultad, sujetando su muñón sangrante. Si bien quiso apartar a Harry y sus amigos de este loco psicópata con cara de serpiente sin nariz hasta ahora, siempre pensó en la guerra, en Draco siendo un peón que lucharía para proteger a sus amigos mientras todo se resolvía. Odiaba la idea de Harry como destinado para matar a Voldemort y todas sus implicaciones, por eso quiso ayudarle con los Horrocrux, aliviar su carga si al final del día era aún su deber.
¿Pero ahora?
No.
Ahora era diferente.
Draco quiere asesinar a Voldemort por sus propias manos, solamente porque una de sus órdenes había provocado la muerte de Anthony.
Quería tenerlo frente a él.
Quería hacerle sufrir.
Miserable bastardo.
—Corre—hablo y su voz sigue sonando hueca, pero hay un toque de histeria—quiero verte correr, porque cuando te atrape, disfrutare destrozándote—añade con una sonrisa que ahora muestra parte de sus dientes, los ojos del hombre del doble de su tamaño se abren horrorizados, antes de comenzar a correr.
El mago, mortifago en la puerta, parece incrédulo, pero cuando lo ve parece horrorizado. Draco no le da mucho tiempo a Fenrir, salta fuera del lugar casi como un animal listo para capturar a la presa. Utiliza El hechizo incarcerous en el mortifago en la puerta, quien cae al suelo totalmente atado y aunque una parte de él piensa que asesinarlo es una mejor idea.
Simplemente porque quiere ver a alguien morir hoy.
Lo deja de lado.
Fenrir.
Es su única presa ahora.
Sus piernas se mueven ágilmente mientras corre, cualquier sonido queda rezagado y no importa si alguien lucha o no, solamente quiere asesinar a Fenrir. Mientras corre detrás del hombre, que es un hombre lobo y es más rápido, pero es retrasado por su brazo faltante y deja un gran rastro de sangre, piensa en Anthony. Cada paso que da, una imagen de Anthony a su lado aparece, siempre sonriendo o molestándolo, siendo su mejor amigo o siendo un gran amigo para otros.
Era amable, analítico, pero una vez que lo conocías podías ver su actitud juguetona.
Siempre podías contar con él.
Draco siempre conto con él detrás de su espalda, como un guardia, como una constante, como su mejor amigo.
Y ese hombre simplemente se lo quito.
Cada paso, lo llena de una furia casi animal.
No puede contenerla.
Su rostro se ahoga por un momento, conteniendo un gemido de dolor a duras penas, que transforma en uno de furia cuando ve a Fenrir al final de ese pasillo sin querer detenerse. La magia sale como una explosión de su varita, que destruye el piso donde estaban ambos; ve a Fenrir caer entre los escombros y el propio Draco cae con fuerza contra el suelo varios metros. Duele, su cuerpo duele, pero aun quiere venganza y eso lo impulsa en pocos segundos de pie en busca de Fenrir.
No lo ve.
Hay una nube escombros y polvo, hay personas, pero las ignora.
Gruñe.
Fenrir.
Donde esta esa mierda.
Su cabeza sigue gruñendo y duele, todo su cuerpo duele, magullado, pero su cabeza duele peor…no…su corazón parece ahogarse en dolor.
Hay personas, es una batalla, hay muchas personas, hay Mortifagos, hay otras personas, ve rostros familiares, Selena está ahí…no…Luna… ¿Selena?; su cabeza parece confusa, pensar es difícil, sangre…alguien debe morir, Anthony, Greyback. Ve otros, rostros como Ginny, ve a Hermione…ve a Remus Lupin, cree ver el rostro incrédulo de Lucius su padre que parpadea borrosamente recordando al padre de Orion, cree que es Sirius al otro lado; Harry está ahí llamando su nombre a unos metros con incredulidad.
Pero no Fenrir.
Ve a Bellatrix su tía.
Pero no Fenrir.
Aprieta los puños con ira, porque no está el hombre que necesita asesinar, pero Draco quemaría al mundo con tal de encontrarlo.
—¡SAL DE DONDE ESTES GREYBACK! —grita atrayendo la atención de algunas luchas hacía él, pero está casi histérico, nada importa ahora—¡SERA PEOR PARA TI SI VOY POR TI! —y eso es una verdad absoluta que piensa cumplir.
En su vida pasada, en este, en sus recuerdos, Draco no recuerda haber sentido un peor odio por alguien que lo que estaba en su interior; era como si todo fuera negro, como un pequeño agujero negro en su interior que se traga todo a su alrededor. Era frio, como si algo dentro de él ahora fuera frio y probablemente asesinar a Greyback no haga que el frio desaparezca.
Pero lo desea tanto.
Teñir todo de rojo con la sangre de ese bastardo.
La imagen de Viktor muerto, la imagen de Anthony muerto, sujeta su cabeza con fuerza porque todo duele y quiere caer de rodillas; las palabras de su padre diciendo que los hombres no lloran, recuerdos de Anthony de niño sonriendo a su lado chocando los cinco con él, su propia felicidad ahora teñida en algo horrible y color azul.
La madre de Orion.
Selena.
Viktor.
Sangre, mucha sangre.
Dos magos se acercan, son Mortifagos, solo tiene que utilizar un poco de su magia que parece picar debajo de su piel para que las cadenas salgan del suelo y los arrojen con violencia lejos de él.
No sabe si reír.
No sabe si debería llorar.
Quiere gritar.
—Sobrino—habla Bellatrix, es un sonido disonante que apenas puede distinguir, pero ahora está frente a él y aunque quiere enviarla volando no lo hace.
Porque se parece a su madre. Incluso entre toda la locura que puede tener, su cabello despeinado y esa horrible apariencia tiene partes del rostro de su madre y el de su tía Andrómeda. Es como si tuviera sus mejores características, pero su rostro sigue deformado en una mueca de locura con la cual Draco puede empatizar en este momento.
Duda que él mismo se vea diferente.
¿Está loco?
Se siente así.
—¿Dónde está tu perro Greyback? —piensa que, si le contesta, tal vez tenga algo de piedad, porque piensa destruir cada pedazo de tierra y cemento de este edificio para encontrar a ese perro callejero.
Y asesinarlo.
Lentamente.
Los ojos de Bella brillan casi con diversión, Draco no entiende porque, no hay nada de divertido en esto.
Está perdiendo el tiempo.
—Me gusta esa mirada sobrino, nunca había visto esa expresión, incluso en mis hermanas…pero sin duda es toda una mirada Black—la mujer deja de hablar cuando una ráfaga de aire pasa cortando a su alrededor, corta parte de su cabello y su mejilla, pero no la deja mutilada.
Todavía no.
Pero su paciencia está llegando al límite.
"Anthony está muerto", es una frase que no deja de repetirse en su oreja, junto a una nueva, "está muerto por tu culpa Draco".
Su cuerpo se siente bien, físicamente se encuentra de forma estable, no está enfermo y herido, pero es el ardor dentro de su pecho que parece afectarlo; su mente apenas si puede enfocarse y siente que está al borde de su límite donde solamente va a soltar todo y gritar.
Pero aun no.
No hasta que Greyback este muerto.
—No tengo paciencia en este momento—gruñe Draco con amargura, pero sujetando su varita con fuerza.
Bellatrix levanta ambas manos en son de paz, pero la paz tal vez nunca fue una opción, no luchar contra Voldemort y tomar una ruta pacifica nunca fue la idea. Porque al hacerlo Anthony está muerto, ninguna de sus acciones fue correctas si Anthony termino muerto; Draco quiere asesinar a Greyback.
Y pasara sobre cualquier mortifago que se interponga, incluso su tía.
—Mi señor dijo que eras diferente, que eras poderoso, puedo sentirlo sobrino, si vienes a nuestro lado serás coronado con gloria; este poder es magnífico—camina hacia él con las manos extendidas, el siguiente corte en su brazo es una advertencia que la deja congelada a un metro de él, pero la sonrisa de esta no disminuye, sus ojos siguen siendo horribles.
Una propia sonrisa vacía se posa en sus labios.
—¿Unirme? —recuerda el año pasado, el cementerio, la proposición, la tortura, el cruciatus que parece ser nada comparado al dolor en su pecho en este momento—apenas asesina a Greyback, si es necesario con mis dientes matare a Voldemort—declara con el rostro lleno de odio, que provoca a Bellatrix congelarse un momento y que algo brille en sus ojos.
Algo peligroso.
Una trampa, grita un instinto en su mente, la varita se levanta rápidamente para lanzar volando al mortifago que se acercaba por su derecha con un Expelliarmus, el hechizo de fuego oscuro está temblando en su varita por salir y quemar a todos; una parte de su mente, diminuta le indica que es peligroso, que hay otras personas ahí, personas buenas.
No usarlo.
Porque si lo usa, su dragón de llamas oscuras quemara todo hasta los cimientos, enemigos, amigos, cualquier cosa que arda.
Pero tal vez debería.
Porque Anthony está muerto.
Miedo.
Odio.
Venganza.
Aterrorizado.
Draco apenas puede controlar sus emociones y no asesinar a nadie, no debería asesinar, porque no es bueno, pero alguien asesino a Anthony, así que no debería importar; los límites de que se debe o no hacer comienzan a fastidiarlo en su mente y solamente quiere someterse a lo que fuera dentro de él que quiere ver todo arder.
El dragón de magia oscura podría acabar con todo, podría consumirlo todo y eso sería lo mejor, voltea rápidamente hacía Bellatrix con la varita en alto; ella no ha usado magia contra él por algún motivo, la ve impulsarse con algo brillante en sus manos y Draco decide por un instante que va a calcinarla con vida. El pensamiento podría haber aterrorizado a cualquiera, pero está harto de juegos, harto de este mundo que parece solamente ir de mal en peor.
Luego seguirá Greyback.
Está listo, solamente tiene que impulsar algo de magia y el dragón se iba a desatar, podría sentirlo debajo de su piel esperando que lo liberara, exigiendo salir.
Y Draco quería hacerlo.
Iba hacerlo.
Hasta que sus ojos chocan por un instante en algo sobre el hombro de Bellatrix, sobre la mirada horrorizada de Luna al otro lado de la habitación y por un momento recuerda que Selena le había dicho que no tenía miedo, pero Luna parece horrorizada y su varita duda, es un segundo, pero es suficiente para que Bellatrix desaparezca la distancia entre ambos y algo impacte contra su vientre.
Parpadea, como si saliera de una bruma, bajando la mirada para ver algo plateado que parece atravesarlo por el vientre y como su ropa se baña de color rojo.
Levanta la mirada y ve el rostro de Bellatrix en una expresión bastante desfigurada con una sonrisa victoriosa para adornarlo.
—Lo hice, mi señor dijo que no puedes morir por magia, pero los venenos siempre son útiles, mi señor estará complacido; has sido un lindo sobrino que se deja asesinar Draco cariño—su voz es dulce, pero sus ojos parecen enloquecidos por la victoria.
Horrible.
Anthony.
Viktor.
Selena.
Luna.
Alguien grita su nombre, Draco deja caer su varita, pero su mano se levanta sin piedad contra el cuello de Bellatrix y esta jadea de horror; porque no puede morir, Greyback sigue con vida y no importa que tan mal este carbonizar a las personas, que tanto su interior lucha contra la idea de matar o no matar, todo dentro de él tiene algo claro.
Greyback debe morir.
Así que no puede morir por esto, por ser empalado con una daga, con veneno o no, no piensa morir.
Su mano sujeta con fuerza el cuello de Bellatrix y la acerca a él, lista para arrojarla lejos, pero el atraerla hace que lo desestabilice a ambos; es frio, un frio que no había sentido nunca en su vida y los gritos de algo a la distancia que no parece ser de personas.
Mientras Draco cae contra su espalda, algo suave toca su espalda y puede sentirlo incluso con sus ropas puestas. Su tía no parece comprenderlo tampoco, pero en los pocos milisegundos que ambos caen detrás de Draco, solamente hay tela trasparente similar a la de un velo que los quiere envolver a ambos.
Oh.
La cámara de la muerte.
El velo de la muerte, apenas si había pensado en este, no había procesado nada de la habitación, pero tiene sentido que la lucha fuera aquí.
Irónico, piensa Draco mientras todo su cuerpo pierde fuerzas, el velo de la muerte simplemente los arrastra a ambos.
Dentro de una oscuridad infinita.
Continuara…
Nota de autora: Debido a mi trabajo no podre actualizar hasta el proximo viernes o probablemente sabado, ya que la siguiente semana estoy full con mi trabajo D:
Pero volvere.
.
Bueno ahora sí, mientras tomo estas protecciones para leer sus comentarios, si alguien quiere tengo cajas de pañuelos por aquí. Este capítulo fue escrito en varios días, pero en general la parte de Anthony me saco una lagrimita. Había planeado la muerte de Anthony desde el libro 1, lo cual es muy a lo Dumbledore de: "lo criaste como cerdo al matadero" y eso es cierto.
Lo peor, aun nos quedan muchas muertes por delante, pero bueno eso es otro tema.
Incluso con este capítulo, creo que el siguiente es un capítulo que muchos han esperado y espero logren disfrutarlo a pesar de lo que este capítulo pudo hacerles.
Yo me sigo atrincherando para evitar que alguien me lastime, pero bueno, no puedo decir que espero les guste el capítulo.
Solo puedo decir que: ¿espero no me odien?
Como agradecimiento si alguien sigue aquí leyendo sin odiarme, quiero recompensarlos con información que podría interesarles. Mi idea es que el interludio de este libro sea dividido en los amigos de Draco y de como ellos han vivido este día en específico desde puntos de vista diferentes para que quede claro que ha pasado aquí.
Especialmente cuando Draco parece la borde del colapso mental.
