Advertencia: contenido +18


- No fue una buena idea separarnos, ¿no crees? - se quejó, observando el cielo

- Feh... ellos están bien - respondió, con los brazos en sus mangas

- ¿No puedes percibir su olor?

- No... y no entiendo porque

Es como si... una barrera me impidiera hacerlo

- Anochecerá pronto... ¿deberíamos buscar refugio?

- ¡Ya deja de quejarte! - la miró por sobre su hombro - No es necesario, en el bosque estaremos más seguros

- ¡Mira! Ahí hay un lugar - lo tomó de la mano, ignorando completamente sus palabras, al mismo tiempo en que corría en dirección de la cueva

- ¿Qué estas haciendo? - la miró, con una expresión de confusión en su rostro

- ¡Perfecta! - sonrió, uniendo la palma de sus manos - Pasaremos la noche aquí

- ¡¿Acaso te volviste loca?! - protestó - No tienes idea de lo que hay ahí adentro

- ¿Presientes algún tipo de energía maligna?

- Bueno... no en realidad, pero...

- Entonces no hay problema - volvió a tomarlo de la mano, ingresando al lugar

Estaba oscuro, sin embargo, la visibilidad era notoria, a pesar de la poca luz que entraba

- Es bastante acogedora - lo miró, sonriendo aún más

- E... eso creo - desvió sus ojos, sonrojándose un poco, después de todo, la sonrisa de la morena era su debilidad

- Iré por un poco de leña, ¿quieres revisar el lugar?

- Seguro - miró hacía el fondo

La estudiante salió de la cueva, adentrándose nuevamente en el bosque, bajo la atenta mirada del peliplata. Cuando ella desapareció, él comenzó a caminar hacia el interior, inspeccionándolo minuciosamente cada rincón hasta que, algo brillante en el fondo, llamó su atención

- ¿Qué demonio es eso? - entrecerró sus ojos, acercándose - Parece... ¿agua? - miró su reflejo en lo que parecía ser hielo

Que extraño... agua congelada en la pared... se supone que no es natural, teniendo en cuenta que es el único lugar en el que esta

- Feh - volteó, continuando con los demás rincones de la pequeña locación

Una vez terminado el breve recorrido y, estando tranquilo de que nada malo habitaba ese lugar, decidió ir por Kagome, para asegurarse de que estuviera a salvo, sin embargo, se detuvo en la entrada

- Oh... ya estas aquí

- Si, ¿qué esperabas? Ya anocheció, no iba a irme muy lejos - respondió tranquilamente, mientras ingresaba - Ven, esta frio, debemos prender una fogata

Prendieron el fuego, sentándose uno al lado del otro, mientras no se oía más que el sonido de la madera quemándose

- ¿Qué crees que estarán haciendo Miroku y Sango?

- No lo sé, sólo espero que este bien

- ¿Te preocupas por ellos? - lo miró tiernamente

- Bah... sólo se que, si ellos mueren, tú te sentirás muy triste

- ¿Y eso te importa?

- Hugh - se sonrojo, desviando la mirada de la chica - ¿No... no tienes sueño? Ya... es muy tarde - ella sonrió, apoyando su cabeza en su hombro, incrementando el color de su rostro - ¿Qué... que te ocurre Kagome?

- Me parece muy lindo, que te preocupes por nosotros, Inuyasha - cerró sus ojos

- Este lugar te hace decir muchas tonterías - miró hacía arriba, notando que el cuerpo de la joven se aflojaba contra el suyo

- No me importa - murmuró, quedándose dormida

Él la miró, al mismo tiempo en que su rostro se relajaba y una sonrisa emergía

Kagome

Pensó, recostando su cabeza sobre la de ella, cerrando sus orbes dorados

- ¿Qué? - abrió sus ojos, encontrándose con la oscuridad, la cual no era absoluta, debido al intenso brillo que provenía del final

Miró a Kagome, quién se encontraba profundamente dormida, por lo que, antes de ponerse de pie, la colocó delicadamente en el suelo. Caminó en dirección de aquella luz, pasando por encima de las cenizas que, horas atrás habían sido el fuego que los había mantenido cálidos

- ¿Qué demonios es esto?

A medida que avanzaba, la luz se volvía más tenue, lo suficiente como para sólo alumbrar su rostro. Sus orbes dorados se encontraron con su propio reflejo

- ¿Qué se supone que eres tú? - preguntó seriamente, arqueando una ceja - ¿Un pedazo de hielo que no se resigno a morir? Feh

¿He?

Abrió ampliamente sus ojos al notar que su reflejo sonreía, observándolo fijamente

- Bueno... esto es más interesante - sonrió, tomando la empuñadura de su espada - Si quieres luchar... ¡desenvaina! - gritó, empuñando su arma, sin embargo, una poderosa luz brotó, cegándola por completo

- ¡Maldición! - gritó, sintiendo que algo tomaba sus piernas, jalándolo - ¡Quítate!

Intentó resistirse, sin embargo, un golpe en el rostro fue suficiente para aflojar su cuerpo

Abrió sus ojos, encontrándose con un lugar completamente blanco

- ¿Dónde estoy? - murmuró, poniéndose de pie

No había nada a su alrededor y, a decir verdad, no podía notar las dimensiones del lugar, sin embargo, no parecía muy grande

Kagome

El rostro de la mujer pasó por su mente, al mismo tiempo en que volteaba y su rostro se contraía en una expresión de preocupación

- ¡Kagome! - corrió, chocándose con lo que parecía un cristal - ¡¿Qué es esto?! - gritó, golpeándolo con sus puños, garras, incluso con Tessaiga, sin embargo, no logró dañarlo

El hanyo que había logrado salir, se puso de pie, estirándose y volteando, encontrándose con los orbes dorados de su yo encerrado, mientras sonreía

- ¡Regresa aquí y pelea. bastardo! - gritó, golpeando el cristal

- ¿Hm? - abrió sus ojos, sentándose - ¿Inuyasha? - miró al joven, parado a unos metros - ¿Estas bien? - se puso de pie, caminando en su dirección - ¿Paso algo?

- ¡Kagome! ¡No te le acerques! ¡No soy yo! - golpeaba lo más fuerte que podía, sin embargo, ella no lo oía

El peliplata la observaba, recorriendo su cuerpo de arriba a abajo

- ¿Qué sucedió? - se mostraba preocupada

Él no respondió, sin embargo, elevó su mano, comenzando a acariciar su mejilla, bajo la atenta mirada del ser encerrado

- ¿Qué... que estás haciendo? - se sonrojó ante aquel contacto - ¿Se...seguro que n...?

No logró terminar la frase, ya que los labios del hanyo se apoderaron de los de ella

- ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁS HACIENDO?! - abrió sus ojos de par en par, al mismo tiempo en que sus garras se deslizaban por el cristal - ¡ALÉJATE DE ELLA ANTES DE QUE TE MATE!

- I...Inu... - intentó hablar, sin embargo, no logró, ni quiso separarse

¿Qué... qué le sucede? ¿Por qué hace esto? Pero... sus labios... se... se sienten... bien

Sus ojos castaños fueron cerrándose, entregándose a ese beso, el cuál iba aumentando su intensidad

- ¡No sé que es lo que pretendes, engendro! ¡Pero te aseguro que, al salir de aquí, te voy a matar! - bufaba, gruñía, su pecho se agitaba cada vez más, al observar como su reflejo tomaba posesión de los labios que él tanto había anhelado

- Inuyasha - murmuró, apartándose - ¿Por... qué?

Tomó su rostro con ambas manos, volviendo a besarla, esta vez, introduciendo su lengua en su boca, al mismo tiempo en que sus labios profesaban un deseo casi salvaje

- Inu... - gimió en sus labios, sintiendo como el calor subía por todo su cuerpo

- ¡Maldito imbécil! ¡Ya deja de hacer eso! - volvió a gritar, sin dejar de golpear

El hanyo se apartó, mirándola a los ojos fijamente, mientras que, descendía sus manos hasta sus pechos, acariciándolos sobre la fina blusa

- ¡¿Qué estas haciendo?! - gritó, con su rostro demasiado rojo para su tono de piel

- ¡BASTARDO! ¡QUÍTALE TUS MANOS DE ENCIMA! - se apartó - ¡Viento cortante! - lanzó su ataque, sin embargo, fue absorbido por el cristal - ¡Demonios! Necesito salir de aquí...

Los apretó suavemente, pasando sus pulgares por sus pezones, los cuales se estaban endureciendo, provocando que un sonoro suspiro abandonara sus labios. Ella elevó sus brazos, con la intención de detenerlo, sin embargo, él se adelantó, tomándolos. Sus ojos castaños observaron aquel agarre y la manera en la que él llevaba su mano hacia su entrepierna

- ¡Inuyasha! - gritó al sentir la dureza del peliplata - ¡¿Qué me estás queriendo decir?!

- ¡Maldito pervertido! ¡Ya deja de hacer eso! - golpeaba el muro con la espada, sin éxito

Sonrió, una curvatura con un destello de deseo, un deseo que atravesó el pecho de la mujer, generándole aún más calor

- Yo... bueno... no sé que...

La sujetó por la cintura, pegándola a su cuerpo, apoyando todo su miembro en su vientre, ella suspiró ante aquel contacto. Sin soltarla, la giró, dejándola de espaldas a la vista del híbrido encerrado, sólo para mostrarle como la tomaba por su trasero, elevándola, al mismo tiempo en que sus piernas se enredaban en su cintura. Sus orbes dorados se encontraron con los de Inuyasha, sonriendo de satisfacción

- ¡¿QUITA TUS REPUGNANTES MANOS DE AHÍ?!

Pegó su rostro completo al cristal, observando toda la escena sin dejar ninguna maldición dentro de su boca

Sin apartar su mirada, comenzó a besar el cuello de la estudiante, apretando el agarre en su parte trasera y elevándola suavemente, una y otra vez, rozando su zona íntima en su hakama. Los gemidos de la chica iban en aumento, al igual que los movimientos

La sangre del híbrido había comenzado a hervir, a tal punto, que estaba seguro de que podía transformarse en cualquier momento

- Inuyasha... - murmuró - Quiero... más

- ¡Maldición Kagome! ¡Deja de animarlo! - golpeó un poco más

El peliplata posó su mirada en los ojos de la mujer, acercándose a sus labios, mordiéndolos sutilmente, mientras la colocaba contra una de las paredes

La mente del hanyo encerrado, comenzó a nublarse al ver la cara de placer de su compañera y la manera en la que su reflejo se frotaba contra su cuerpo. No importara que se tratara de una versión de él mismo, nadie podía ni debía tocar de esa manera, o de alguna otra, a la mujer con la que planeaba pasar el resto de sus días

Sus pies tocaron el suelo, mientras el joven se arrodillaba frente a ella, separando un poco más sus piernas y elevando su falda. Fue la gota que rebalsó el vaso, en el momento en el que su boca entro en contacto con la zona intima de la mujer, el híbrido sintió como su corazón demoníaco tomaba el control de su cuerpo, sus ojos se volvieron rojos, las marcas en su rostro se mostraron y sus garras y colmillos se expandieron

- ¡Te dije...! ¡QUÉ NO LA TOQUES!

Con un solo golpe, rompió el cristal, liberando aquella luz cegadora, liberándose él mismo, con la intención de asesinar al ser que degustaba el cuerpo de su amada

- ¡Maldito engendro! - gritó

- ¡Inuyasha! - él la miró, abriendo sus ojos de par en par - ¡¿Qué te sucede?! ¡¿Por qué gritas como un loco?!

Miró en todas direcciones, encontrándose con todos los extremos de la cueva, notando que aún estaba sentado al lado de Kagome. En un acto reflejo, miró su entrepierna, la cual sobresalía sobre su hakama, llamando la atención de la estudiante

- I...Inuyasha - tragó saliva - ¿Qué... que estabas soñando?

Sus ojos se encontraron, mientras sus rostros se ruborizaban

- Bu... bueno... yo... - giró, mirando al fondo de la cueva, observando el pequeño destello del hielo. provocado por la poca luz de luna que entraba

¡Maldición! Todo fue un sueño... pero... eso no quita que yo no quiera...

Volvió a mirar a la mujer, notando que había comenzado a sudar. Tomó aire sutilmente y, sin pensarlo más, sostuvo su rostro entre sus manos, apretando sus ojos al sentir los dulces labios de la mujer sobre los suyos, su cuerpo se relajo en el momento en el que ella colocó sus manos sobre su pecho

Se apartó, observando su reacción y, corroborar, si estaba autorizado a seguir

- ¿E... esto soñabas? - no respondió, sin embargo, asintió - Comprendo.. - deslizó su mano sobre su haori, hasta posicionarlo en su hakama, él gruño ante ese contacto

- Entonces... ¿puedo...? - la chica separó un poco sus piernas, en señal de afirmación, mientras el acercó su mano lentamente, entrando en contacto con su zona íntima

¡Demonios!

Volvió a cerrar sus ojos al sentir como ella comenzaba a mover si mano, acariciando su bulto. Copió su movimiento, generando unos cuantos suspiros en la mujer. Los movimientos de ambos se aceleraron

- No puedo más - murmuró, quitando su mano y abriendo sus piernas, fijando sus ojos en la ropa interior de la muchacha

- ¡¿Qué... vas a...?! - no logró terminar la pregunta, debido al sonoro gemido que abandonó sus labios, al sentir, por sobre su ropa, la lengua de su compañero

Se arqueó, provocando que el la sostuviera por la cadera, dejando sentidos besos. La chica suspiraba sin parar, lo que lo llevó a querer más. Corrió aquella fina tela, que lo separaba de la piel sensible de su amada y logró percibir el calor que emanaba su cavidad. Se quedó observándola un momento, extendiendo un poco más su deseo

- I...nu - nuevamente fue callada por el contacto de su boca con su cuerpo

No era un experto, pero percibía muy bien las reacciones de ella ante cada movimiento de su lengua, sobre todo cuando pasaba por una zona den particular

Delicioso...

Pensaba, queriendo ir más allá. Los gemidos de la chica eran música para sus oídos, pero, otra parte de su cuerpo, clamaba por poder probar la calidez de su zona. Se apartó, quitándole la falda, junto con la ropa interior, sus ojos se encontraron con sus orbes castaños y la vista no podía ser más deseable. Kagome, con sus piernas abiertas, completamente desnuda de la cintura para abajo, sólo alumbrada por la tenue luz de la luna que se colaba por la entrada, la imagen perfecta de lujuria, representada en un sólo escenario

Se arrodilló, desprendiendo su hakama, liberando al encargado de hacer a la chica tocar el cielo, en los próximos minutos. Trago saliva, separando ligeramente sus labios, él sonrió, completamente satisfecho, no era tonto, sabía lo que aquel gesto significaba

- ¿De verdad quieres...?

Ella asintió, sin apartar la mirada de su miembro. Él, recordando aquel sueño (o pesadilla, dependiendo con que ojos lo mirara) la tomó por sus caderas, elevándola, rozando por primera vez, su sexo con el de ella. Gruñó de placer, mientras su compañera gimió. Al igual que aquel ser, la colocó contra la pared, elevándola suavemente, de arriba hacia abajo, generando que ambos comenzaran a enloquecer, tratando de aguantar las ganas

- Hazlo... - murmuró, clavando sus manos en sus hombros

- ¿Segura? - respondió, en el mismo tono

- Si...

Posicionó su miembro en su entrada, recibiendo el calor de su humedad. Rozó su clítoris con la punta, alargando el sufrimiento de la morena, quién buscaba elevarse aún más, con la intención de que él la llenara por completo

- ¡Hazlo! - pronunció, en un tono más elevado

Sonrió, introduciéndose lentamente en ella. Frunció el entrecejo al notar lo estrecho que era su interior, aumentando su placer y ganas de acelerar sus movimientos. Se detuvo a medio camino, al sentir algo que lo detenía. Una sola estocada fue suficiente para acabar con aquello, logrando entrar completamente

- ¿Estas bien? - preguntó, preocupado, al escuchar un grito emerger de los labios de la chica y un olor similar al de la sangre

- Es normal - murmuró - Estaré bien

- ¿Quieres que...?

- ¡No! - cerró sus piernas en su espalda, causando un nuevo gruñido al sentir como era aprisionado - Sigue...

- Pero...

- ¡Sigue!

- Tú lo pediste... - murmuró

Comenzó a entrar y salir rápidamente, al mismo tiempo en que los gemidos de la mujer iban en aumento. Se sentía completamente extasiado, la suavidad del interior de su chica, la manera en la que su miembro se deslizaba en ella, la sensación de sentirse aprisionado al ingresar, todo era perfecto

- M... más - susurró, apretándolo con mayor fuerza

- ¿Más? - sonrió

Salió, provocando su quejido, sin embargo, lo hizo para colocarla en el suelo. Abrió aún más sus piernas, posicionándose sobre ella, tomando sus labios como prisioneros, de la misma manera en la que su miembro atacaba su intimidad. Ingresó con tal fuerza, que ella mordió su boca, sin ningún tipo de reparo. Las estocadas fueron en aumento, se introducía completamente en ella, provocando que ella clavara, cada vez con más fuerzas, sus uñas en su espalda

- Inu... no puedo...

- Hazlo - murmuró, comenzando a dar estocadas cortas, sin salir completamente de ella

Pudo notar el momento exacto en el que ella llegó al clímax, debido a que su cavidad se contrajo, apretándolo todavía más, al mismo tiempo en que un calor lo abrazaba y el gemido de ella, provocaba que él se dejara llevar, terminando en el mismo momento

- ¿Estas bien? - preguntó él, colocando su cabeza entre su cuello y hombro

- Si - respondió, abrazándolo, haciéndolo sonreír, sintiéndose reconfortado - Inuyasha...

- ¿Mm?

- ¿Esto fue lo que soñaste?

- Bueno... algo así - respondió contra su piel, la cual poseía un aroma diferente, pero que él deseaba poder percibir con mayor frecuencia, de ahora en adelante


Éste relato fue creado para el grupo de "Historias de Inuyasha y Aome" de mi amiga, también autora, (pueden encontrarlo en Facebook, allí se recomiendan muchas historias y autores que escriben sobre el InuKag, realmente es muy recomendable)

También participa en la dinámica "El festín del horror" de la página de Inuyasha Fanfics, aunque de horror o suspenso no tenga nada ajajaja

Con esto, doy por terminada mi participación en la dinámica de Octubre, espero que hayan disfrutado de mis tres relatos (Reflejo, Aokigahara y Escape, si no leyeron los dos últimos, los invito a que les den una mirada y, si lo desean, me dejen sus opiniones) ¡Muchas gracias a las administradoras por la invitación! Realmente lo disfruté mucho para ser mi primera vez participando

También los invito a que pasen por mis otros fics, En otra vida, Destino y Jounetsu, los cuales siguen en emisión

Muchas gracias a quienes se toman un tiempo de leerme y acompañarme en ésta aventura llamada "escribir" y un agradecimiento especial a mi Rosita, quien apoyó y dio a conocer mis escritos desde el día uno, !muchas gracias amiga!

Espero seguir leyéndolos en mis otras historias, ¡Muchas gracias por el apoyo! :)