THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 32. El lord y la lady se tienen gran consideración el uno al otro (casi siempre)
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Sasuke y Sakura no habían acordado aún muchos de los detalles primordiales para su boda. Estaban seguros de que el estatus de "comprometidos" realmente no iba a durarles mucho, pero querían tomarse su tiempo para disfrutar de la alegre espera por su futuro como esposos y de los preparativos para ese día especial, sin ninguna presión.
Aunque sí había una cosa que no podían seguir posponiendo por más ocupados que estuvieran en su trabajo o lo complejo y tedioso que resultara resolver todos los detalles implicados: mudarse juntos.
Realmente habían estado viviendo como pareja desde hacía mucho, pero para ambos siempre fue funcional que cada uno tuviera su propio espacio donde contener sus pertenencias y a veces pasar tiempo a solas. No obstante, estando próximos a convertirse en marido y mujer, era un hecho que tarde o temprano terminarían viviendo bajo el mismo techo.
Así entonces, en una de las primeras conversaciones que tuvieron respecto al tema, llegaron a la conclusión de que, ya que "Konoha" era un buen sitio en la ciudad para vivir y podría ser un error dejar, lo mejor sería que probaran vivir en casa de Sasuke en vez de la Sakura. Al final ambos departamentos eran exactamente iguales solo que el del hombre no contenía un fantasma dentro.
Luego de ello el pelinegro se encontró reflexionando en varias ocasiones sobre lo complicado que sería tener que compartir su pequeña oficina con Sakura, aunque no por ello no estaba dispuesto a hacerlo, mientras que la dama de ojos verdes no tenía la menor idea de en donde iba a meter su apabullante cantidad de ropa y zapatos, sin embargo, con todo el dolor de su corazón no se oponía a hacer una depuración de su closet.
Siendo así, un domingo en el que no tenían otra cosa mejor que hacer, decidieron planificar una mudanza bien organizada antes de comenzar a mover sus pertenecías.
—Ciertamente tu juego de sillones es mucho más bonito que el mío... — Sakura señaló en medio de la sala de estar, mientras ambos analizaban los muebles de piel color negro.
—¿Y tú qué harías con el tuyo? — Sasuke preguntó cruzándose de brazos.
—A Madara siempre le ha gustado mi sillón verde tanto como a mí, tal vez quiera comprármelo por una fracción de su precio original.
El Uchiha frunció la boca, no muy convencido de dejar ir el mullido mueble. No lo dijo en voz alta, pero le resultaba desafortunado tener que deshacerse de un sitio donde habían hecho el amor cómodamente en muchas ocasiones.
Si bien todo el mundo coincidía en que el par de enamorados eran totalmente el uno para el otro y estaban en sintonía en todos los aspectos, sus hogares y gustos en decoración eran algo diferentes. Mientras que el apartamento del Uchiha tenía un estilo minimalista, austero y en tonos oscuros o neutros, el de la Haruno era más transicional, con muchos detalles y toques de color, en sintonía con el blanco de casi todos sus muebles. Por ello, decidir qué cosas se quedaban y cuales se iban estaba siendo un acto de desprenderse de lo que consideraban parte de su personalidad.
—Ciertamente tu comedor es más grande, a la larga resultara más funcional — Sakura asintió en aceptación a sus palabras y Sasuke tomó un post-it de color azul para escribir los datos de ese acuerdo y pegarlo junto a los demás en la fila de "conservar".
—¿Y qué dices de mi candelabro? ¿No es demasiado para ti? — ciertamente la pieza de cristalería en dos niveles era una obra de arte, pero no se podía negar que tenía una apariencia ligeramente femenina.
—Es pequeño comparado con otros y en realidad me gusta, así que te dejaré la decisión a ti para más adelante — esta vez el artículo fue clasificado en la fila de "por revisar".
Una a una se fue decidiendo qué pasaría con cada pertenecía con la que contaban y aunque en un principio pensaron que sería difícil, una vez que acordaron combinar los estilos de ambos para llegar a un diseño apegado a lo clásico, el trabajo fluyó de tal manera que ya podían anticiparse a las opiniones del otro y no fue necesario consultarse en cada pequeño plan para llevar a cabo.
Sin embargo, cuando creyeron que habían superado las dificultades, llegó el momento de enfrentarse a eso a lo que tanto temían.
—De ninguna manera Sakura, tiene que haber una forma de que todo esto entre en mi apartamento — el Uchiha negó con la cabeza mientras ambos contemplaban pensativos la prolífica colección de tacones de la pelirrosa. Aunque por dentro estaba dudando seriamente que fuera a ser posible.
Lo que se suponía que era la habitación de invitados, la Haruno lo había usado como closet desde el día en que llegó a ese lugar. Dos de los cuatro muros estaban habilitados para almacenar todo tipo de ropa, incluida la más elegante y necesitada de cuidado especial, y el tercero era una estantería de esquina a esquina que llegaba hasta el techo donde se exhibían todos sus amados zapatos.
—En serio Sasuke-kun, no tengo problema con dejar ir algunos. Hay unos cuantos que no he usado en mucho tiempo y que estoy segura de que tampoco no usaré en el futuro — la dama rápidamente tomó un par color rosado de la parte inferior —. Como estos.
—Te los pusiste hace como cuatro meses para un almuerzo con un colega — para sorpresa de la pelirrosa, su prometido sabía mucho mejor que ella la última vez que había usado ese modelo.
—Bueno, entonces estos — esta vez fue a por un par de terciopelo verde esmeralda.
—Dijiste que te encantaba como se veían con una de tus faldas de flores — él repuso nuevamente, señalando dicha prenda sin moverse de su lugar.
—¿Quizá estos? — Sakura le mostró un par adornado con delicadas mariposas blancas en el área de en frente y los tobillos.
—No, a mí me gusta verte con ellos — Sasuke se los quitó suavemente y los colocó en su lugar.
Internamente, la Haruno se derritió de amor por la habilidad de su prometido para recordar cuando había usado cada cosa, asi como por el valor que le daba a esos artículos. Él sabía lo importantes que eran para ella, pero no se imaginó que pusiera tal grado de atención en ellos y que estuviera tan dispuesto a defenderlos, a pesar de que era un hecho que, dadas las circunstancias, no todos podían ser conservados.
—Eres un encanto, mi amor... — la chica se abrazó al costado del hombre al tiempo que daba un suspiro derrotado.
—Ya resolveremos esto después — él la estrechó contra sí para encaminarla fuera de la habitación y llevarla de regreso a su apartamento —. ¿Qué te parece si mejor hablamos de la oficina?
—¿Qué hay con ella?
—Hay que planificar como vamos a compartirla.
—¡Claro que no! Ese es tu lugar sagrado, todo tuyo. Únicamente para ti — la mujer se apartó de él, resistiéndose a entrar a ese cuarto una vez su querido novio abrió la puerta.
—Yo no lo llamaría así y menos en un sentido tan estricto de la palabra. No me importaría compartirlo contigo — Sasuke intentó razonar con ella, pero Sakura simplemente negó con la cabeza y quiso proceder a revisar que cosas faltaban por organizar —. ¿Por qué no?
—Porque no necesito usar tu oficina, cariño. Suelo trabajar en la sala y sabes que no siempre traigo papeleo a casa — la pelirrosa se puso las manos en las caderas y lo volteó a ver, completamente convencida —. No vale la pena perturbar tu espacio.
—Me rehuso a dejar que trabajes aquí, por más que sea esporádicamente, si puedo darte donde hacerlo cómodamente — el pelinegro señaló la alfombra bajo los sillones y luego la confortable silla detrás del escritorio al interior de la oficina, ilustrando así la diferencia entre ambos.
—No insistas más Sasuke-kun, este tema está cerrado — determinada, Sakura se encaminó hacia la cocina para tomar un vaso con agua, aunque aun así pudo escuchar a su novio murmurar:
—Por ahora...
—Hablo en serio mi amor, no quiero convertir esto en una discusión ahora o en el futuro. Esa fue mi última palabra — la voz de la pelirrosa sonó genuinamente disgustada por lo que el hombre se apresuró a alcanzarla para calmar su enojo.
—Vale, lo siento... — Sasuke se disculpó para acto seguido tomarla por las mejillas y comenzar a besarla lentamente. No tuvo muy claro por qué, pero al pelinegro les gustó verla molesta y ello encendió en él un sentimiento que, anudado al cada vez más pasional beso que estaban compartiendo, rápidamente escaló hasta convertirse en pura lujuria —. ¿Sabes? Me alegra que vayas mudarte conmigo pronto... Así podré hacer esto siempre que quiera.
Sin previo aviso, el hombre la tomó por el trasero para levantarla y llevársela hasta la sala, donde se sentó con ella en su regazo.
Continuaron besándose por largos minutos, tomándose el tiempo para avivar aún más el calor en las zonas erógenas de ambos, especialmente las localizadas en su hemisferio sur. Si algo había aprendido Sasuke luego de tantas veces teniendo sexo con su pequeña pelirrosa era que, a pesar de su apariencia frágil y personalidad dulce, le gustaba que fuera rudo y la maltratara un poco de vez en cuando, por lo que, tras quitarle una a una cada prenda que llevaba encima, comenzó a hacer un agresivo número en ella con sus manos y su boca.
—¿Eso te gusta, muñequita deliciosa? — él la cuestionó con voz ronca mientras le succionaba las tetas, comenzando a dejarlas amoratadas e hinchadas, pero como ella no respondió, demasiado perdida en su placer, recibió una firme bofetada en una de ellas —. Te pregunte algo.
—¡Sí! ¡Me encanta! — la mujer exclamó aún más excitada por el leve golpe, al que le siguió otro igual, pero en el globo contrario.
—Vamos, puedes hacerlo mejor... Te daré otro intento, asi que dime... — maliciosamente, el Uchiha se alejó, dejándola caer en el sillón y se levantó en toda su altura para comenzar a desnudarse él mismo y poner frente a ella su erecto y poderoso pene —. ¿Esto te gusta, muñequita deliciosa?
—Demasiado... — Sakura respondió, hipnotizada por el viril miembro a centímetros de su rostro y su lengua se sintió tan deseosa como sus paredes vaginales por imaginarse alrededor de él —. Me gusta demasiado Sasuke. Ponlo dentro de mí, por favor.
—¿En dónde lo quieres? — al Uchiha se le oscureció la mirada cuando la vio inclinarse en la orilla del sillón y señalarse la boca, por lo que sin dudar tomó su miembro con una mano y el cuello de la mujer con la otra y lo adentró en ella lentamente —. ¡Mierda! ¡Tienes una boquita de lo más perversa!
Sakura era grandiosa en cuanto a dar felaciones se trataba y la sensación de sus hinchados labios, su húmeda lengua y sus fuertes succiones sobre su miembro no tardaron mucho en hacerlo venirse, a pesar de todo lo que se contuvo. Su mujer era una diosa capaz de volverlo un desquiciado a su merced si ella quería y lo que la vio hacer a continuación se lo confirmó.
A la pelirrosa le gustaba que eyaculara en su boca para así tragar su semilla hasta la última gota, sin embargo, en esa ocasión y en cuanto sintió el líquido tocar sus papilas gustativas, liberó su miembro para que lo derramara todo sobre sus pechos. Fue una cantidad considerable de semen el que Sasuke expulsó en ese primer round, por lo que incluso se escurrió por su pálida piel hasta alcanzar su zona más íntima y ello en combinación con la pecaminosa sonrisa que la mujer le dio, solo hicieron que el deseo se hiciera aún más incontrolable en el Uchiha.
—Te crees muy traviesa ¿No, pequeña sirena? — él siseó tomándola por la mandíbula con una mano, ordenándole implícitamente que se pusiera de pie. Ella no dudó en obedecerle y las pupilas de sus brillantes ojos verdes se dilataron cuando su prometido se sentó en el sillón y la colocó nuevamente en su regazo, comenzando a dirigir su pene hacia su ansiosa vagina —. Entonces cabalgame y muéstrame si estas tan loca por mi como yo lo estoy por ti.
—Sa-Sasuke~ — ella gimió entrecortadamente cuando sintió su interior llenarse hasta el fondo y sin demora comenzó a saltar y mecerse sobre él a un ritmo enloquecedor —. ¡Ahhh!
—¡Eso es! ¡Carajo! — el pelinegro no pudo evitar jadear en voz alta demasiado extasiado por la sucia visión de su mujer tomándolo con gran pasión, al tiempo que sus pechos brillantes por su semen rebotaban frente a él y su precioso rostro de ángel esbozaba una expresión de puro disfrute.
En cada acometida que la pelirrosa marcaba, Sasuke le dio una fuerte palmada en cada mejilla de su glorioso trasero, tomándolo y estrujándolo en sus manos cada cuando. Le gustaba dejar las huellas de sus manos y sus dedos en su suave y blanca piel por lo que en esa ocasión tampoco se contuvo de hacerlo. Motivado aún más por las sonrisas complacidas, los fuertes gemidos que salían de Sakura y el apretado agarre de sus paredes vaginales cada que lo sentía hacerle eso.
—¡Ya no puedo! ¡Voy a!... — sintiéndose débil por el pronto orgasmo que estaba por sufrir, la lady desaceleró el ritmo. Cosa que no le gustó para nada a su amante.
—¡No claro que no! ¡Vas a correrte aquí y ahora! — él la tomó por el cuello nuevamente, apretando un poco con una sola mano mientras la otra la usaba para apresar su femenina cadera y ser él quien dirigiera las penetraciones a partir de ese momento —. ¡Sobre mí y con todas tus fuerzas!
Quedándose afónica, Sakura abrió los ojos y los labios al máximo por las aún más profundas, violentas y rápidas acometidas que estaba recibiendo y ello, en conjunto con el excitante agarre que Sasuke tenía sobre su garganta y la mirada de animal hambriento que le dirigió, la hizo correrse como nunca lo había hecho en toda su vida.
—¡Sasukeee! — exclamó con voz aguda y llorando por la intensidad de su orgasmo.
—¡Sí! ¡Mierda! — él gruñó igual de fuerte cuando la vio comenzar a disparar chorros transparentes de su vagina, mismos que cayeron sobre su bien trabajado abdomen. Era la primera vez que la veía hacer eso y había quedado tan fascinado y complacido que su propia liberación vino segundos después.
Una vez que el efecto pasó y las respiraciones de ambos se desaceleraron hasta volver a la normalidad, el hombre la abrazó contra su pecho, comenzando a llenarla de amorosos besos en el cabello, la frente y sus manos.
—Eso ha sido... Simplemente perfecto — ella murmuró encantada, incorporándose ligeramente para después darse un toque fantasmal en el cuello.
—Lo siento mucho si te lastime — de repente el Sasuke dominante y grosero que la había sometido hacía unos minutos desapareció dejando al amable y dulce de siempre. Quien se preocupó genuinamente al ver su delicada piel enrojecida —. Tendré más cuidado en el futuro.
—Descuida mi amor, no me has lastimado, nunca lo harías... — ella se apresuró a calmarlo dándole un dulce beso en los labios en el proceso. Aunque luego procedió a mirarlo con un pecaminoso brillo de falsa inocencia —. De hecho, me ha encantado. Pon tu mano en mi cuello como si fuera tu perrita la próxima vez también ¿Sí?
—Lo que mi preciosa muñeca ordene.
Habiendo trabajado y hecho el amor durante unas considerables horas, para cuando se dieron cuenta el atardecer ya había caído, anunciando lo tarde que era. Así pues, luego de darse un rápido baño juntos, el Uchiha se encargó él mismo de vestir a su prometida, para diversión de ésta, dispuesto a sacarla del apartamento y cenar fuera. Solo habían comido el desayuno ese día y su anterior actividad sexual los había dejado sin energía por lo que alimentarse se sentía de vida o muerte en ese momento.
No fue para nada sorprendente encontrarse con Anko en el elevador, aunque sí resultó ser una bendición hacerlo.
—Escuche que se han comprometido, felicidades — la mujer de carácter un poco seco, aunque cordial, les comentó tras saludarlos.
—Muchas gracias — la pelirrosa respondió con una brillante sonrisa al tiempo que Sasuke simplemente daba un breve cabeceo en gratitud.
—¿Cómo van con la planificación de la boda entonces? Me imagino que ya deben tener unas cuantas ideas — Anko no era en lo absoluto entrometida, pero le agradaba mucho la lady del edificio y no podía evitar sentir curiosidad por cómo sería su día especial.
—Lo cierto es que ahora mismo no estamos planeando nada de eso, en cambio, lidiamos con las dificultades de intentar vivir juntos.
—No entiendo como Asuma, Kurenai y sus hijos logran convivir en estos apartamentos tan pequeños — el Uchiha añadió participando por única vez en la conversación.
—Bueno, es que ellos alquilan el segundo lugar más amplio de "Konoha" después del penthouse... Si es la mitad de amplio que ese paraíso lo raro seria que no estuvieran cómodos — la mujer les compartió para luego ser interrumpida por el sonido del elevador, anunciando que habían llegado al primer piso —. En fin, les deseo mucha suerte. Mi lord, mi lady, buenas noches.
El par de amantes apenas y pudieron responder a su despedida adecuadamente debido a lo perplejos que los había dejado esa interesante declaración de parte de su vecina.
Ni siquiera pudieron dar más de un paso fuera del elevador producto de la conmoción y, en cambio, lo único que hicieron fue verse el uno al otro con expresiones catárticas. Ellos eran expertos comunicándose a través de simples miradas y esa ocasión no fue la excepción.
"¡Hay que rentar el penthouse!" fue lo que se dijeron sin necesidad de palabras.
...
NOTAS FINALES:
Que quede claro que estos dos son una green flag, sobre todo nuestro padre y patrón: Sasuke. Me di cuenta de que estoy escribiendo el prototipo de hombre que en nuestras perras vidas nos vamos a encontrar, pero pues me rehusó a darle defectos demasiado inconcebibles pues esto es UNA FANTASIA ROMÁNTICA y Sakura no se merece menos de lo que le estoy dando.
Además, nuestra comunidad está llena de fics donde hay muchas situaciones toxicas/dramáticas (incluyendo los míos) así que creo que también necesitamos historias donde todo sea chill. Repito este fic es UNA FANTASIA ROMÁNTICA y no necesariamente representa la realidad, así que creo que es válido.
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Como sea, mil gracias todos por estar leyendo sin falta esta historia a pesar de lo larga que se está volviendo, juro que trato de sintetizar lo más que puedo y en el proceso muchas ideas se han quedado atrás.
Eso es todo por hoy, nos vemos en la siguiente actualización. Bye!
