Este capítulo lo iba a publicar ayer, pero por un problema de internet ahora lo estoy publicando, en serio espero que les guste tanto leerlo como sé que a mí me está gustando escribirlo. Ojalá que pronto puedan arreglar los reviews para saber qué piensan al respecto de la historia.
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Capítulo 45: Luna Oscura
El viento sobre mi carruaje se siente seco. A medida que Appleloosa se acerca en la distancia, mis pensamientos entran en conflicto. Nunca en más de dos mil años de vida me esperaría que Luna me ocultase algo.
Celestia - ¡Ugh! ¡No pienses en eso, yegua tonta! Sabes que no tenemos derecho de pensar así, no con lo que le hicimos.
Golpeo un poco mi casco con mi sien para tratar de acomodar mis pensamientos a una mejor frecuencia mientras escucho por encima la conversación de mi escolta tirando del carruaje que sobrevuela toda Equestria en tiempo record.
Guardia - ¿Está...?
Flash Sentry - Lo estará, a veces le pasa.
Trato de no pensar en la muy mala imagen que mi propia guardia personal tiene de mí ahora. Lo que me importa es llegar a tiempo al Reino Cambiante a hablar con Luna.
Celestia - ¿Cuánto nos falta, comandante?
Flash Sentry - Unos diez minutos, su majestad. Vamos lo más rápido que podemos.
Diez minutos quizás para un pony en tren sería mucho más que rápido. Pero para mí, que debo esperar a poder toparme con mi hermana, quizás sea muy tarde. Miro al suelo desde mi posición, tratando de tener suerte para que quizás con algo de suerte pueda ver a Luna.
Durante dos minutos no logro ver nada más que el vasto desierto de Appleloosa, incluso diviso algunas de las manadas de búfalos en la zona. Pero mi corazón se achica cuando no consigo ver nada además del árido suelo amarillento.
Me mantengo concentrada en mi acción por un minuto o dos, hasta que mis ojos se aclaran al conseguir ver en la distancia los pequeños destellos de luz que anuncian la presencia de magia unicornio. Aunque por la velocidad a la que los flashes aparecen y desaparecen solo puedo pensar en una yegua capaz de hacer eso.
Celestia - ¡comandante! Necesito que mantengan el curso, espérenme para el regreso.
Flash Sentry - ¡Sí, majestad!
Apenas recibo la confirmación salto del carruaje para igualarme a la pony mágica haciendo aquellos hechizos de tele transporte.
Celestia - ¡Luna!
Por unos segundos ni siquiera estoy segura de que pueda verme u oírme, así que aleteo con fuerza, imitando los movimientos que he visto hacer a los Wonderbolts durante sus acrobacias aéreas para tratar de acercarme a ella.
Celestia - ¡Luna, por favor!
A pesar de que la llamo ella no está interesada en escucharme, gira su cabeza solo lo suficiente para percatarse de mi presencia y simplemente se comienza a concentrar más para abarcar más terreno entre saltos mágicos.
Su magia la lleva hasta el área boscosa que separa Appleloosa del Reino Cambiante, y rápidamente empiezo a chocar contra algunas ramas, obligándome a también comenzar a tratar de tele transportarme a través de los árboles y las rocas musgosas de esa área. Aprovecho mi mayor destreza para conseguir adelantarme un poco a sus movimientos, obligándola a retroceder y a no moverse como quisiera.
Celestia - ¡Luna, entiendo que tenemos diferencias! Lo siento por no poder ser más confiable ahora, pero en serio quiero... ¡Ayudar!
Con mucha concentración consigo sujetar a Luna con mi magia antes de su próximo tele transporte hacia la tierra cambiante, consiguiendo evitar así que siga avanzando.
Siento como lucha contra mi agarre mágico y decido crear a su alrededor una pequeña burbuja que anula la magia en su interior. Ambas estamos exhaustas por usar tanta magia, las dos respirando con dificultad, mientras de alguna forma me las he arreglado para llegar a un claro dentro del bosque, un lugar que definitivamente es más tranquilo ahora que no estamos persiguiéndonos.
Celestia - Luna...
Luna - ¡Cállate!
Aunque mi hechizo no se destruye, apenas y con dificultad consigo evitar perder la concentración cuando siento el golpe en el interior por parte de los cascos de Luna.
Luna - ¡Tía, debes dejarme ir!
Celestia - ¡No, Luna! Escucha. Amadeus, Abaddon, Juaxen Said, he mentido por mucho tiempo por muchas cosas. Lo sé y lo siento, ¡No debí quitarte la oportunidad de despedirte de tu verdadero amor! ¡Pero no me quites la oportunidad de despedirme de mi hermana!
Trato de razonar mientras me cuesta mucho evitar que use su magia, dependiendo únicamente de golpear el interior de la esfera con sus cascos cada vez con más fuerza.
Luna - ¿Lo sientes? ¿¡Lo sientes!?
Su siguiente golpe es tan fuerte como para abrir una pequeña fractura en el interior de la esfera, dificultándome mantenerla adentro. Ella no está feliz con esto, y su cara, arrugada en una expresión de rabia la delata.
Luna - ¡Nunca te pedí nada antes de Nightmare Moon! Yo era feliz teniendo a Amadeus para mí, y cuando no lo tuve ¡Tú solo mentiste!
Otro golpe igual de fuerte se siente, mi cabeza retumba con el impacto de sus cascos y me empieza a hacer difícil soportar sus despliegues de fuerza.
Celestia - ¡Él me pidió que no te lo dijera! Solo creí que era lo correcto.
El dolor mental de estar teniendo esta conversación ahora, sumado al físico de estar soportando la fuerza de una alicornio enojada con mi magia, no hace más que hacer que comience a llorar ligeramente.
Celestia - ¡Tú no estabas lista para morir a su lado, Abaddon acabó con todos! Si yo te decía la verdad tú...
Luna - ¿¡Qué sabes tú de estar lista para morir o no!?
Sus golpes se detienen mientras baja la cabeza para no mirarme, pero por la tensión de sus patas puedo notar que realmente no se trata de un cese al fuego para ella.
Luna - Desde mucho tiempo antes, los ponys ya te preferían antes que a mí. Tú eras el sol de sus mañanas, la guardiana de la flama que le daba calor a sus vidas.
Sé a dónde va esta conversación, y aunque la he oído miles de veces no puedo sino esperar en silencio a que termine. Rápidamente amargo mi expresión por la sensación en mi estómago. No, hoy no puedo solo oír.
Celestia - Pero yo te quería, Luna, antes y después de Nightmare Moon, y ahora más que nunca quiero que estemos juntas, como hermanas.
Luna - ¡No lo entiendes!
Su golpe ahora es mucho más ligero que antes, ya no está enojada. Solo realmente triste. Y las lágrimas bajo sus ojos son muestra de ello.
Luna - Tú amas a todo el mundo: sea el recién nacido o el próximo a morir, al que nace en Equestria o el que viene de otra nación. Tú amas al mundo entero, y el mundo te ama a ti. Pero yo solo tenía a Amadeus.
Sus palabras me golpean con mucha más fuerza que sus cascos a mi magia, no puedo sino solo sentarme cabizbaja. Ella está lastimada ahora, temblando de impotencia dentro de mi burbuja mágica.
Celestia - Lo siento, Luna... De verdad, lo siento.
Luna - Yo ya estaba lista para irme muchos años antes de convertirme en Nightmare Moon, ya no tenía ganas de estar en un mundo que simplemente me ignoraba.
Mi mirada se alza hacia ella, puedo sentir mi corazón encogerse mientras las lágrimas nublan mi visión. No puedo hacer nada más que liberarla de mi magia y correr hacia ella para poder abrazarla
La abrazo con tanta fuerza que mis propios brazos duelen. No quiero que se vaya, no quiero. Me niego a pensar en eso.
Celestia - Luna... lo siento. Si pudiera... Si hubiera sabido.
Luna - No lo habrías hecho. Ni siquiera por mí. No le habrías pedido a Amadeus llevarme incluso si no sabías que moriría.
Ella me abraza de vuelta, no puedo sino sentir su calidez a través de su abrazo.
Luna - Tú amas a todo el mundo, y me amas más que a nadie en él, ¿No?
No digo nada, ni siento la necesidad de hacerlo, sus palabras se sienten reconfortantes y solo apoyo mi mentón en su hombro, la sujeto con fuerza antes de comenzar a sentir como ella empieza a desplegar su magia, llamando mi atención.
Celestia - ¿Luna?
Luna - Por eso me vas a dejar hacer esto. Por el futuro que Amadeus y yo nos prometimos hace dos milenios.
Con un flash rápido de su cuerno, solo siento mi cabeza dar vueltas, pero no puedo moverme, mis ojos arden como si hubiera caído jabón en ellos, trato con fuerza de no caer del malestar.
Luna - Lo siento Celestia, te quiero mucho más de lo que crees o te imaginas. Pero si fueras una madre sabrías cuando es momento de dejar ir los viejos lazos familiares.
Celestia - L-Luna... No...
Luna - Enviaré a tus guardias a recogerte si me los encuentro. O quizás despiertes antes. Sé que eres realmente terca.
Sus palabras, aunque hacen alusión a algún tipo de broma no me hace sonreír, sino todo lo contrario, trato de aferrarme a ella para no soltarla, pero segundo a segundo el hechizo de sueño que me aplicó me roba la fuerza, llega a un punto en el que puede solo dar dos pasos hacia atrás para liberarse de mí, haciéndome caer al suelo frente a ella.
Celestia - Luna...
Luna - No te preocupes, Celestia, hablaré muy bien de ti a mis queridos hijos. No los conoces, aunque tal vez habrás oído de ellos.
Mis parpados pesan y mis patas ya no funcionan para levantarme del suelo.
Luna - Los llaman "Los Hijos de la Noche." ¿Te gusta? Es el mejor nombre que Amadeus les pudo inventar.
Finalmente, sin capacidad para oponerme más tiempo, mis parpados se cierran y mi cuerpo se termina de desplomar sobre el suelo, haciéndome caer en un profundo sueño.
Celestia - Luna... no te vayas.
