La anciana estiraba las mejillas del pelinegro, miéntras hacía pucheros y lo movía de lado a lado..

- Ay pero que lindo es mi niño, sigue siendo tan lindo y apuesto cómo siempre, cómo te quiero mi terroncito, oye no me estuviste llamando seguido, ¿Y eso por qué? - La mujer le hacía preguntas, esperando que le dijera algo, pero cómo no hablaba por tener la cara estiraba, está simplemente pasaba a la siguiente - ¿Y cómo a ido la escuela?, ¿Bien? - Esté asintió en la qué la mujer depositaba el beso número 3536 en su frente.

- Hola mamá, ¿Ya están los demás adentro? - Interfirió el hombre tomando a su madre por el hombro, en lo que está soltaba al pelinegro y veía cómo aquél frotaba sus mejillas con dolor..

- No, aún faltan tus hermanas, oye que gordo estás, eso deben ser parásitos, apuesto a que Laura de alimenta con pura porquería - Mencionó la mujer mayor, sin dejar a su hijo sobre qué opinar o manifestar, justo en aquél momento cierta mujer rubia se acercó a su marido, abrazándolo y posando una de sus manos sobre su vientre..

- Hola, cuánto tiempo sin verte, te vez muy bien, ¿Ese es un nuevo peinado? - Mencionó está con una sonrisa y tratando de evadir las miradas pesadas de parte de su suegra..

- Oh no, Laura yo no concentró mí atención únicamente en mí apariencia, tengo cosas más importantes en que pensar - Mencionó la mujer haciendo un ademán de exasperación y mirando junto al auto.

Cierto comentario dejó a la rubia fastidiada, pero de cierta forma se calmó, recibiendo ánimo de su marido.

- ¿Dónde está Tricia? - Mencionado la mujer preguntando por la pequeña que estaba ayudando a su hermano y el novio de esté a sacar algunas de las cosas del baúl del auto.

La pequeña niña rió nerviosa y le hizo un ademán de saludo a su abuela, tratando de evadirla, con una maleta entré las manos..

- Hola abuela - La niña volvió su mirada al rubió, haciéndole gestos de cortaduras en el cuello, en lo qué el rubió reía igualmente nervioso, mirando a la mujer que parecía evitar mantener contacto con esté..

- ¿No vas a venir a saludar a tú abuela? - Mencionó la mujer haciendo que la niña se viera obligada a acercarse a está y abrazarla.

La mujer posó sus manos en la cara de la niña, buscando a analizar su rostro, lo cuál incómodo a la niña.

- Eres la misma cara de tú madre, parece que a ti no te hicieron con mucha energía, ¿Eh?, Cuidado con salir embarazada, no es un buen método para amarrar a los hombres - La niña bufó enojada y luego se alejó de su abuela en lo qué apretaba sus puños.

- Tomaré lo de mí apariencia cómo un algo y yo sólo tengo 12 años, yo también tengo cosas más importantes en qué pensar - Aquella indirecta hizo molestar un poco a la anciana quién volteó su rostro para no ver a la niña, tras ésto aquella pequeña pelinaranja miró al rubió y lo tomó de la mano para proceder a señalarlo - Abuela, el es Tweek, querías conocerlo ¿No? - Exclamó la niña guiñandole un ojo a esté y poniéndolo más nervioso de lo que estaba.

Ésto si llamó la atención de la mujer, quién lo miró de arriba a bajo, cuestionando lo con una mirada que le deseaba la peor de la maldiciones, incluso el hecho de haber inrrumpido el la casa y el corazón de su nieto, en pocas palabras lo mató mil veces por telepatía..

El rubió se sintió realmente nervioso y se fijó en cómo su novio le hacía velas con la mirada para qué saludará a la mujer, en lo qué esté terminaba de sacar las cosas, trató de llenarse de ánimo y a acercarse a está a pesar de su mirada pesada y demandante.

- Un gustó, conocerla - Esté estiró la mano y tras algunos segundos aceptó el saludo, luego de cuestionarlo dejó salir una sonrisa..

- El gusto es mío, puedes venir las veces que quieras, después de todo siempre estaré feliz de conocer los amigos de mi preciado nieto - Está soltó la mano del rubió, dejándolo con una sonrisa nerviosa y una sensación muy grande de incomodidad..

La mujer se dió la vuelta, dándole la espalda a esté y percatándose cómo sus demás hijos llegaban, junto a sus nietos, ésto captó la atención de la mujer, quién se puso en plan abuelita tierna para saludar a los demás he invitar a todos, sin excepciones a ninguno.

- Bueno, al menos te dijo que era un gusto conocerte, intenta mantenerte relajado - Hizo mención aquella pequeña antes de irse a saludar a sus primas quiénes la recibieron de una forma bastante amigable.

El rubió se frotó la mano y se acercó a su novio que llevaba mucho tiempo sacando las maletas, a pesar de qué su suegro ya había venido a ayudarle llevando algo..

- ¿Que pasa Craig? - Mencionó el rubió percatándose de cómo esté señalaba dentro de la cajuela, aquella nevera portátil..

- No nos pudimos comer todos los postres que hiciste, ¿Que tal si los llevamos adentro para compartirlos? - Aunque el pelinegro lo dijera con las mejores intenciones, ésto produjo algo de nervios en el rubió quién no pudo evitar frotar su brazo algo alterado.

- ¿Y si no les gusta?, ¿Y si me terminan odiando? - Exclamó el Rubió haciendo que su novio posará una mano en su hombro y negará.

- Preparas unas cosas realmente geniales, a puesto a qué a todos les gustará,incluso tal vez la abuela de lo reconozca - Esté iba a darle un beso en la mejilla, pero los nervios no lo dejaron y terminó por intentar sacar cierta nevera - ¡Ugh!, ¡Cómo pesa! - El rubió lo miró enternecido y tocó su hombro para qué le diera espacio.

- Yo me encargó - Esté lo tomó, usando la correa para colgarlo en uno de sus brazos y así poder llevarla.

- Que fuerte - El pelinegro río, tomando a esté de la mano y cerrando finalmente el baúl, era los últimos en dirigirse hasta la casa, Aunque cierto rubió se sintiera nervioso, quería afrontar cada cosa a cómo dieran lugar.