Ha pasado un tiempo desde que trate de ser espontanea con mis escritos. Y he tenido cierta inseguridad por compartir algunas ideas, al pensar que no serán agradables para el lector, pero, me recordé a mí misma lo más valioso de todo al momento de escribir, es la posibilidad de crear un nuevo escenario, ver a los personas interactúa y reaccionar en estas posibilidades infinitas y ver el resultado final, sin saber, a ciencia cierta qué es lo que les deparara.

Los invito a leer, disfrutar de mis ocurrencias y divertirse.

Notas:

• Presente

• [Pasado]

• "Pensamientos"

[Teléfono/Mensajes/Cartas]

Narrador extra

Los personajes de The Abandonned Empress son propiedad de Jeong Yuna.

oOo

Siempre ame las novelas de romance y fantasía. Específicamente esas que son ambientadas en mundos medievales, usan ropa acorde a la época, ya saben, vestidos esponjados con varias capas, trajes y pantalones elegantes que denotan la posición en la sociedad, joyas costosas que serían tesoros invaluables y su arquitectura que serviría como un recuerdo histórico para aprender fechas, sucesos o cualquier otra cosa aburrida que los profesores ingenian en esa penitenciaria de cuatro paredes llamada escuela.

Como sea. Volviendo al tema. Me he considerado una acérrima fanática de este género. Prácticamente el dinero de mis gastos mensuales se ha ido directamente en la compra de series de novelas compuestas por más de cinco tomos, incluso secuelas que no imaginaba siquiera existieran. Fácilmente podría leer estas magnificas piezas literaria por internet mediante mi teléfono digital, pero, ¿Dónde está lo divertido en eso? No es lo mismo ir descendiendo por la pantalla táctil a dar vuelta tras vuelta de página, ansiosa de conocer la siguiente acción del personaje o a que paisaje o extenso viaje nos conducirá el autor con su narración locuaz. Además, al leer digitalmente no puedes obtener los fantásticos regalos dados por cada edición de los tomos. Piezas de arte limitada, llaveros, sobres, mapas, pequeñas guías de referencias de los personajes.

¡Son absolutamente necesarios! ¡Una valiosa e indiscutible compra para cualquiera que se llame autentica fanático del genero rofan!

¿Hm? ¿Qué es rofan?

Es la abreviatura creada a partir de la combinación de los géneros que mencione anteriormente, romance y fantasía. ¿Qué? ¿No lo había mencionado?

Bueno, es porque se trata de un conocimiento básico y común en este mundo de las novelas. Por ello, no vi la necesidad de explicarlo. En otro momento lo hare.

Como les decía. Cualquier buen fanático del rofan, gastara la cantidad de dinero necesaria con tal de acceder a las maravillosas piezas de colección exclusiva incluidas en cada serie de novelas físicas. Porque, al tenerlas en tus manos, te llenas de una sensación de autorrealización indescriptible, junto a muchas lágrimas, saltos de conejo y algunos gritos chillones molestos que excederían el volumen de ser considerado femenino. En conclusión, un legado con el cual preferirías ser enterrado a cederlo para venta, donación, regalo o darlo en herencia a tus descendientes. Tal cual los egipcios hacían al morir, eran enterrados junto a sus muchos objetos personales y mascotas, eso creo. El día que muera pediré que me metan a una tumba junto a todos mis libros rofan, coleccionables y algunas figuras.

Si, ese era mi plan.

Tristemente, no se verá cumplido.

En cambio, otro deseo, que no esperaba verlo realizado, está pasando.

Aunque no de la forma en que me imaginaba.

—No tolerare tal estupidez. ¡Me escuchó! Mi hija tiene solo 16 años, sigue siendo una estudiante de preparatoria. ¿Cómo se atreve a postularla como si fuera ganado?

En medio de la enorme sala, con un techo lo suficientemente alto para ocupar una escalera de incendios, lleno de personas extrañas con vestimentas aún más extraña y colores de cabello únicamente vistos en los idols o actores de kdrama. Mi mamá, acababa de gritarle a un viejo hombre de mirada estupefacta y molesta, mientras, mi padre abrazaba protectoramente a mi hermana mayor con un brazo y usaba el otro para rodearme.

—"Esto no se si entraría en una escena de drama o… ¿Comedia? Mamá está a punto de quitarse la pantufla para amenazarlo. ¿Es enserio mamá?"

La absurdez del momento no me permitía analizar esto de forma objetiva. Aunque eso no importaría. Ni siquiera sonaría como esos típicos genios protagónicos de las novelas de misterio o psicológicos, que siempre observan detalladamente cada situación y persona involucrada. Ahora mismo, mamá está representando el papel de una fiera embravecida dispuesta a proteger a sus cachorros, arrancándole los ojos al primer estúpido que intente detenerla o acercársele. Y nosotros estamos en el medio de una absurda situación sacada de un libro o película de ciencia ficción.

Nada tiene sentido.

Y si enloquezco. ¿Eso lo solucionaría?

Por supuesto que no. Seguiría exactamente en el mismo punto, solo que asustada y sin cordura.

—Aaahh… Quiero un frappe de fresa. —Dije por lo bajo. Nadie iba a escucharme, los gritos de mamá estaban a todo volumen. Luego de entrenar su garganta para los descuentos a mitad de semana y domingos en el mercado, parece que tiene un megáfono integrado.

—¿Q-que… que acabas de decir…?

—"Justo ahora." —Gire mi cabeza, apartando la atención del increíble espectáculo que mamá mostraba con solo una pantufla en su mano y su gran voz. Mi mirada choco directamente con una muy parecida, excepto, que mostraba agotamiento, desesperación y una parpadeante llamada de auxilio.

En las novelas que leo. Los protagonistas son capaces de entenderse uno al otro mediante una simple mirada. Ese clásico cliché, siempre ha sido uno de mis favoritos, llegando a calar en lo profundo de mi corazón, añorando por la persona que sea capaz de entenderme hasta ese punto y poder llamarlo mi compañero de vida. Cada día soñaba en cumplir ese sueño, mirando por la ventana de mi habitación e imaginando que clase de persona seria, nuestra vida y lo que el futuro nos depararía.

De verdad que era una niña añorando una fantasía.

Yo no necesitaba ningún romance de cuento de hadas para saber y entender que esa mirada tan parecida y diferente a la mía, no solo transmitía una inconsolable cantidad de sentimientos, sino que rogaba ante la posibilidad de lo que estaba frente a ella no se tratara de una ilusión, sino de la pura realidad. Tan real como mi madre amenazando con su pantufla a personas desconocidas y armadas con espadas y sabrá que más.

Yo podía entenderla. La entendía a la perfección. Esa era el mismo tipo de mirada que estaba en nuestros rostros cada vez que recibíamos la más mínima pista de la policía o encontrábamos a una chica caminar por la calle con su mismo peinado o uniforme.

—"Eres tú." —Pensé. Sonriendo repleta de alegría, extendiendo mi mano en su dirección. Al principio ella trato de alejarse, solo al sentir el tacto de la yema de mis dedos contra su mejilla y que no había ningún truco detrás, se relajó lo suficiente para poder sujetarla con mi dedo índice y pulgar, propinándole un buen pellizco. Ella grito apartándose enseguida y sobando su mejilla herida. —¡Ja ja ja! Todavía caes en ese viejo truco. Jieun-eonni

—¡JISOO, PEQUEÑA-! —Sus brazos quedaron a medio camino del contrataque. Dejándolos caer a los costados. Paso su vista de papá a mí, luego de mi a mamá. Repitió esa acción un par de veces hasta que la verdad impacto de lleno en ella, causando que finalmente se estrellara contra mí, abrazándome con tal fuerza que casi me asfixia.

—¡Jieun-eonni, suelta, que me ahogo!

—¡Cállate, idiota! ¡Idiota Jisoo! ¡Eres una estúpida!

—¡Oye! ¡Estás diciéndome cosas muy malas!

—Es la verdad, tú pequeña mequetrefe. —Sosteniéndome por los hombros, se separó de mí para ver mi rostro. —Después de todo este tiempo, ¿Por qué lo primero que se te ocurre hacer es pellizcarme las mejillas?

—Creí que era apropiado.

—Por eso eres una mocosa.

—Bueno, ¿Qué esperabas? —Me encogí de hombros, retirando su agarre. —Lanzarme entre llanto y gritos de alegría y agradecimiento como en esos dramas de época cuando se reencuentran con un familiar que creían muerto o desaparecido. ¡Pues no! ¡Fíjate que no! Podrás haber estado desaparecida por más de un año y esto sea un sueño jodidamente vivido creado a partir de los deseos conjunto de mamá, papá y yo, pero, no voy a hacer el ridículo. ¿Me escuchas?

—Ja. —Se rio Jieun en mi cara. —¿Y porque estas llorando?

—…

—…

—Rayos. —Trate de secarme las lágrimas con la manga de mi bata de dormir, desgraciadamente eso no detuvo el flujo. Tampoco ayudaba que papá me diera unas suaves palmadas en la espalda y me empujara a los brazos de mi estúpida y querida hermana mayor. Sin ninguna clase de orgullo que rescatar, simplemente abrace a Jieun, enterrando mi rostro en su pecho. —Nunca más te atrevas a irte o juro que yo misma te mato.

—También te extrañe, enana. —Sorbió su nariz. Jieun jamás se ha visto linda cuando llora, es todo un manojo de nervios. —Papá…

—Hola. —Dijo nuestro papá, tratando de no derrumbarse en medio de este conmovedor reencuentro. Él debía mantenerse como la figura paternal de apoyo, en caso de que las amenazas y otros reclamos de madre no resultaran efectivos.

En verdad. ¿Qué tanto poder emanara de una mamá con una pantufla en mano? Hm, si son dos… ¿Significara peligro inminente?

—Yo… Yo no quería… no quería preocupar a mamá y a ti. Es solo… solo…

—Está bien, hija. —Interrumpió papá. —Nada de esto es tú culpa. Fue algo que tú jamás pediste, ni querías. Nosotros, lo sabemos. Puedes estar tranquila.

—¿Lo saben? Te refieres a-

—Sí.

—No. Ustedes… Ustedes no pueden involucrarse en esto-

—Jieun. —Dijo papá con seriedad. Ese tono lo usaba en las raras ocasiones en que nos daba algún consejo o relato de experiencia de vida. Básicamente era un cállense, siéntense y escuchen, pero, sin dar demasiado detalles. —Somos tus padres. ¿Crees que estaríamos aquí, sin saber a lo que nos enfrentamos? Confía en nosotros. Te lo juro, vamos a salvarte.

—S-salvarme…

—Sí. —Dije, limpiando mi nariz y ojos para mirar a Jieun. —Y no hay nada ni nadie que vaya a cambiar esta decisión.

—P-papá… J-jisoo…

Jieun estaba a punto de derramar otra ronda de lágrimas. No iba a resistir, ni papá tras este elocuente discurso. Era momento de cambiar el foco de atención.

Por ejemplo…

—¿Qué hace esa mujer de cabello blanco con mamá? —Pregunte confundida. Papá y Jieun siguieron mi línea de visión.

La primera en reacción fue Jieun, indecisa entre ir con mamá o quedarse con nosotros. Realmente esperaba que no fuera nada malo.

De un segundo a otro la situación cambio. Bien, exageraba. Los tres nos enfrascamos en nuestra propia discusión, olvidándonos que mamá luchaba en el frente con su poderosa pantufla en mano, Ojala hubiera usado esas sandalias de madera que obtuvo de recuerdo cuando visitamos Japón, al menos eran duras y afiladas. Un arma perfecta en caso de emergencias.

Y esto, se clasificaba en toda regla, como una situación de emergencia.

La mujer de largo cabello blanco, ropas vaporosas y un rostro tranquilo, levanto la palma de su mano frente a mamá. Naturalmente ella se alejó, elevando la pantufla como modo de protección, en cambio la mujer solo sonrió simpáticamente, cerro sus ojos confiando en que mamá no le daría un golpe y ¿Empezó a orar? ¿Está orando? ¡¿Por qué rayos está orando?!

¡¿Y que son esos raros hilos azules saliendo de sus manos y rodeando a mamá?!

—¡Mamá! —Trate de ir en su auxilio, pero, Jieun me detuvo, negando rápidamente e indicándome permanecer quieta.

—Hija. —Hablo papá, comprendiendo la intención de mi hermana antes de que yo le reclamara por impedir ir con mamá. —¿Sabes lo que ocurre?

—Sí. Solo… tengan paciencia. Pronto… terminara.

Justo cuando dijo esa última palabra. Los misteriosos hilos azules se disolvieron en el aire. Mamá continuaba de cuerpo entero, sin rasguños, heridas o sangre. Parpadeo confundida, apretando el agarre sobre su pantufla, exigiéndole a la mujer una explicación de lo que acababa de hacer.

La mujer, que en realidad era un hombre. No me culpen. Era demasiado bonito para ser un hombre. Solo pude darme cuando empezó a hablar acerca de sus poderes como raíz de Vita. ¿Una raíz? ¿Qué es esto? ¿Una fantasía donde las plantas se vuelven humanos? Eso podría explicar los llamativos colores de cabello y vestimenta.

Flores y plantas humanizas con una sociedad medieval. Es una idea con potencial futuro. O referencias al cuento de Alicia en el país de las maravillas cuando entra al jardín de las flores. ¿Se considerara como copyright? Mi debate mental sobre las repercusiones legales, si es que existía alguna, permaneció en pausa, debido al gran anuncio que estaba por dar el hombre de largo vestido.

—"¿O es una sotana? Estas cosas de diferenciar atuendos, no se me dan para nada."

—Vayamos con mamá. —Dijo Jieun, ignorando las palabras elocuentes del hombre de cabello blanco que atrajo la atención del resto de personas en la habitación. Papá y yo asentimos, caminamos despacio y sujetando nuestras manos. Justo al estar con mamá, inmediatamente abrazo a Jieun, colmándola de besos y caricias. Jurando que solo la muerte misma le impediría protegerla y liberarla de este lugar.

—Somos como una familia de súper héroes. ¿No creen? —Dije, intentando amenizar el ambiente. Curiosamente, papá y mamá asintieron. Jieun solamente rio, dándome un ligero golpecito en el hombro.

Fue, cuando el hombre ese, nos señaló con ambos brazos y proclamo sin duda en su voz.

—¡Estamos no solo en presencia de la niña bendecida de Dios, sino también de su familia!

Si antes las personas estaban calladas, esperando por la información valiosa que tuviera por compartir este tipo. Ahora parecían un grupo de señoras alborotadas por el inicio del horario de descuentos en la zona de carnes, pollo y lácteos. Exigían una debida explicación. ¿Querían más? ¿Qué fue lo que no entendieron? ¿O serán imbéciles?

Sus gritos confundidos y molestos, no detuvieron al otro hombre. Simplemente causo una pausa dramática, enviando esas sonrisas amables, que ahora me parecían completamente amenazadoras. Pasando de la trifulca idiota, al viejo en su silla alta y de regreso a nosotros. Mamá seguía sin soltar su pantufla. Y comienzo a creer que debería imitarla. Un arma, sigue siendo un arma.

—Ellos son la familia de la hija bendecida de Dios. Ellos cargaron con la responsabilidad de criarla y educarla con los valores y creencias tradicionales humanas, para que de esa forma su conexión terrenal no se viera impedida por su origen divino.

Ese tipo…

Empezaba a sonar como esa gente de los cultos religiosos que van cazando incautos por la calla con tal de unirlos a sus congregaciones y arrebatarlas hasta el más mísero centavo de su dinero. Está demente. Ya se le zafo un tornillo. ¿Por qué carajos los están tomando enserio?

—Lo vi. Ella. —Señaló a mamá. —Posee en su alma restos de protección divina. Una bendición que recibió los últimos 16 años. Su majestad. —Se dirigió al hombre sentado en la elegante silla alta.

Ahora que me doy cuenta. ¿Hay un hombre joven de cabello azul a su lado? Entrecierro los ojos e inclino la cabeza a un lado. Es guapo. En definitiva mi tipo de hombre. Cumple con todos los requisitos. Pero, no lo sé. Tiene algo que, simplemente me desagrada. Lo cual es raro. Incluso si conozco a un hombre con pésima personalidad o hábitos extraños, mientras tengo un buen rostro es un 10/10. En cambio él, es solo un ¡Blegh!

—Jisoo. ¿Pasa algo?

—Uh. Nada Jieun. Nada, solo… —Por un segundo sentí que mis ojos se conectaban con los del hombre de cabello azul, volviéndome a centrarme en el hombre de cabello blanco que hablaba de algo importante con el- Hm. ¿Cómo le llamó? ¿Majestad? ¿Sera el Rey? Si, debe serlo. Bien. El hombre de exótica cabellera de anciano con tratamiento de alaciado permanente, discutía un asuntó relevante con el Rey. Y al estar perdida en mis pensamientos, no escuche con claridad, solamente logre volver al oír la voz de Jieun mientras movía mi hombro. —No es nada. Una mosca.

—Jisoo. Presta atención. Y guarda silencio.

—Sere una tumba.

—Una tumba, que escucha. ¿Entendido?

—Sí, señora.

Jieun rodo los ojos, cruzándose de brazos y mirando al frente. Imite su actuar.

Mamá había tomado de vuelta la delantera, esta vez, sin pantufla en mano. Con sus manos al frente y reposando en su estómago, dio un par de pasos hasta que la distancia del Rey era la establecida por su posición en la silla alta. Trono. Técnicamente eso es un trono. ¿No?

—He escuchado las sabias palabras del… Sacerdote Tertius. Su majestad. Impuso en mí, una prueba innecesaria, ridícula y claramente desagradable. Ustedes no han hecho otra cosa más que aprovecharse de mi familia. Sencillamente es intolerable. ¿Esperan tan tranquilos a que pongamos la mejilla para abofetearnos y que bajemos nuestra cabezas? Si lo considera una falta de respeto, es mayor la que han causado ustedes. Robaron a mi hija. Le usan de juguete para sus planes de sucesión, boda y linaje. Todo, porque es orden de Dios. ¿La niña enviada por Vita? ¡No jueguen conmigo! Yo cargue a esa niña en mi vientre por nueve meses, la di a luz, la he cuidado cuando ha enfermado, he procurado que tenga comidas calientes, una cama, un techo. ¡Una familia! ¡Y no voy a dejar que me la quiten sin pelear! ¡¿Me entendió?!

Mamá…

Es…

Sencillamente…

¡GENIAL!

¡Al demonio las heroínas y villanas que retroceden el tiempo o cambian de cuerpo!

¡Mamá es la mejor!

Y no soy la única que lo piensa. Papá tiene esa sonrisa bobalicona enamorada. Y Jieun llora cubriéndose la mitad del rostro con su mano. Yo tomo su otra mano, le dio un apretón y ambos seguimos mirando al frente.

No es solo mamá la que no va a permitir que usen a mi hermana como un trofeo. Nosotros tampoco los dejaremos. Por ello es que emprendimos este viaje y cruzado la frontera que separa a un mundo del otro.

—"Aparte de desafiar a Dios. Igual, no es que lo andemos anunciando como comercial de media noche."

El Rey asintió tranquilamente al terminar de escuchar a mamá. Cerró sus ojos y con la longeva sabiduría de un hombre con el cabello canoso y una barba de chivo, dijo: —Podría enviarlos a la cárcel y acusarlos por desobediencia al Emperador.

—"¡EL EMPERADOR! ¡¿ESTAMOS EN UN PUTO IMPERIO?!"

—Me importa una mierda. —Dijo mamá alzando la barbilla.

Las posibilidades de acabar en la guillotina, colgados o un castigo peor crecieron exorbitantemente. Mamá parecía no identificar el peligro. La mujer tenía la adrenalina al límite. Si estuviera leyendo esta escena, dos pensamientos aparecerían en mi cabeza. El primero, su personaje es increíblemente genial; el segundo, espero que saque su carta de triunfo o es carne muerta.

¡Por favor mamá saca tu carta de triunfo!

¿Dónde está la conveniencia de guion cuando la necesitamos?

—¡JA JA JA!

Se rio.

El jodido Emperador… ¿Acaba de reírse? ¿Solo así…?

Los presentes observamos con confusión al viejo hombre que reía sinceramente en la comodidad de su trono. Mamá no parecía ver la gracia en sus palabras, solo se enfurecía más, dispuesta a insultarlo empleando un vocabulario vulgar y exclusivo para las compras del mercado en días de rebaja. Sí, porque durante los tiempos de rebajas, no existe la piedad.

—Usted es una mujer valerosa. Dispuesta a luchar de frente con tal de proteger a su hija.

—Es natural. Lo que cualquier madre haría. Yo moriría por mis dos hijas, sin dudarlo.

Vale. Ese era el dialogo más cliché de todo lo cliché en series, novelas y películas.

¡Mamá deja de tentar a la muerte con el auto sacrificio!

—Por supuesto. La entiendo.

No, no es verdad. ¿Qué carajo iba a entender?

Sino es porque mis padres y yo aparecimos en medio de este salón sacado de un libro de arquitectura. Seguiría con su ridículo plan de entregar a mi hermana como huérfana para alguno de estos locos de pelos de colores. No actúes presuntuoso, viejo barbas de chivo.

Ahora se ponía a reflexionar, mirando fijamente a mamá y a la vez no, como si un sentimiento de anhelo y nostalgia lo embargara. Cualquier idea graciosa que desatara un escenario conflictivo de matrimonio se podía ir al carajo en este segundo.

—"Si se le ocurre sugerir algo parecido a concubina yo misma le hago la circuncisión."

Afortunadamente para él y sus joyas familiares en desusó, propuso una opción diferente. Más bien, dio su veredicto, entorno a los repentinos cambios ocurridos en su selecta y secreta reunión.

—Lady Jieun y su familia permanecerán en el palacio Rose bajo la protección directa de la familia imperial. —Los reclamos resurgieron de las cenizas como ave fénix. El Emperador elevo su mano silenciándolos en el acto. —Está decisión no es repentina, ni injustificada. Se consideraba la posición de Lady Jieun dentro de una familia noble al carecer de las conexiones adecuadas para asumir su rol como candidata a prometida del Príncipe heredero, pero, dadas las actuales circunstancias, tenemos una apelación por parte de su familia directa. Al tomarnos la atribución de creer que es lo mejor o adecuado por ser una hija de la bendición de Dios, incurrimos en la soberbia de ignorar su opinión y negar su voz. Y no puedo permitir esa clase de injusticia.

La seguridad y fuerza con la que el Emperador hablo, casi lograba engañarme. Ese tipo únicamente aparentaba ser un buen samaritano para ganarse la simpatía de mamá y subsecuentemente entablar una charla amistosa donde expondría los beneficios a largo plazo si mi hermana aceptara ser adoptada por alguna de las familias presentes y posteriormente ascender al puesto de prometida oficial del príncipe heredero.

La técnica de la zanahoria y el palo. Ese Emperador no tenía vergüenza ni decencia. Solamente quiere usarnos para su beneficio.

Muy bien. Si esa es la ruta que está persiguiendo con tal de demostrar su poder y control sobre el resto de escoria que agacha la cabeza como buenos perros entrenados.

Aceptare el reto.

Soy una simple, común y normal adolescente, con un corto historial de vida, relaciones sociales medianamente estables para saber los últimos chismes en mi salón de clases o el distrito en el que vivo, además de las modas y cantantes más famosos. ¡Y por sobre todo eso, tengo un arma secreta! ¡El ilimitado conocimiento de novelas románticas fantásticas centradas en la nobleza y sus objetivos! ¡Hacerse con el escalón superior en la jerarquía!

Una sonrisa se extendió por mis labios.

Era simple.

La solución era de lo más simple.

—"Si lo que quiere es convertir a mi hermana en la Emperatriz. ¿Por qué no cumplir ese deseo?"

Justo cuando la risa diabólica de villana malvado y siniestro iba a explotar. El estúpido hombre de cabello azul abrió su enorme boca, hablando disparates y enfureciéndose a mamá, papá y a mí.

—Su majestad, si me permite. Creo que otorgar este favoritismo a una familia que claramente es ajena a la nobleza es un insulto directo a los miembros presentes tanto de la facción imperial y aristocrática. —Iba a lanzarle la pantufla de mamá. No, mejor le arrojo mis tenis. —Entiendo perfectamente que nuestro precipitado actuar ha sido ofensivo hacia Lady Jieun, pero, dadas las obligaciones que nuestra posición precede, es esencial que lo veamos cumplido.

—Interesante punto Príncipe heredero. ¿Deseas que Lady Jieun se convierta en una noble sea nombrada oficialmente tu prometida?

—No, su majestad. Le propongo una solución distinta. Y que, estoy seguro, dejara satisfecha a la familia de Lady Jieun. —El Emperador asintió, dejando que el infame de pelos azules se explicara. —Ellos trabajaran para mí.

La habitación se llenó de un grito enorme de incredulidad. Mis padres se asombraron y mi hermana, ella parecía confundida, como si el hombre que estuviera hablando fuera otro.

—Durante un año recibirán educación básica de la nobleza a la vez que desempeñan sus labores como mis empelados. Podrán experimentar de primera mano lo que significa ser no solo un ciudadano de Castina, sino, el responsable de dirigir un Imperio. Pasado ese tiempo, ellos podrán retomar la decisión de dejar a Lady Jieun unirse a una familia noble o no. Y también… —Mordió su labio inferior, respiro profundo y exhalo despacio. Apretando sus manos en puños, dijo: —Hare mi elección sobre quien será la próxima Emperatriz.

El viejo arrugado sonrió satisfecho.

—Es una interesante proposición, príncipe heredero. Lo permito. —Tosió, aclarando su garganta. —Por la presente. Concedo la responsabilidad de la familia de Lady Jieun al Príncipe heredero, Ruveliss Kamaludin Shana Castina. Durante un año exactamente ellos serán educados como nobles a la vez que trabajaran y vivirán en las residencias de su palacio. Al concluir este periodo de prueba, volveremos a reunirnos y discutir respecto a la posición de Princesa heredera. —Dijo. Cambiando su vista hacia mamá. — ¿Le parece este acuerdo?

—Educación y trabajo. ¿Verdad? —El Emperador asintió. —Parece que nos dan una opción. —Mamá volteo a vernos. Papá y yo asentimos. Jieun jugueteaba con la manga de su uniforme, indecisa sobre que responder. Mamá, coloco una mano sobre su hombro. —Lo que tú quieras cariño, eso haremos. Estamos juntos.

Jieun cerró sus ojos, parecía murmurar algunas cosas entre dientes sobre injusticia, dioses estúpidos, venganzas no cumplidas y milagros inmerecidos. Las lágrimas brotaron naturalmente. Respiro profundo hasta que su cabeza apuntaba directamente al techo. Exhalo todo el aire contenido y volvió a enderezarse.

—Ha… ha… ¡Hagámoslo! —Gritó — ¡Yo acepto!

—Bien. —Dijo mamá palmeando su hombro. —Ya escucho. —Volteo en dirección al Emperador. —Los cuatro coincidimos en estudiar y trabajar durante un año para el príncipe heredero.

—Fantástico. —Nos felicitó el Emperador. —Dada la favorable respuesta de la familia de Lady Jieun. No me queda más que dar por concluida esta reunión. Y lo acontecido el día de hoy, permanecerá en completo secreto. Pido su discreción.

Los perros lamebotas, quiero decir, los elegantes y distinguidos individuos en la sala asintieron, dieron una reverencia solamente al Emperador.

El susodicho se levantó de su trono y tras ¿Una despedida protocolaria? o algo así, abandono el lugar, desapareciendo por una puerta secreta, escondida estratégicamente para hacer más solamente su llegada y salida. Pronto la puerta principal fue abierta, indicándoles a los otros que se largaran de una vez, bueno, en mejores palabras, se retiraran a la comodidad de sus hogares, volvieran al trabajo o hicieran algo de provecho con el tiempo extra que se les regalo. Obviamente permanecieron de pie, susurrando y cuchicheando entre ellos sin quitarnos la vista de encima.

Su preciada reunión no había salido como esperaban, ni cerca de tener el resultado esperado. ¿Para qué continuar hablando de lo mismo?

No íbamos a entregar a mi hermana en bandeja de plata. Y con el año gratis entregado por el Emperador y el Príncipe heredero conseguiríamos idear un plan que salvara a mi hermana por completo del matrimonio. Sin olvidar, que me daba la oportunidad de-

—Les ofrezco una sincera disculpa ante mis arrogantes acciones. —El estirado Príncipe heredero hacia su innecesaria aparición. ¡Mierda! — Considere esta la mejor opción dado los intereses de su familia y los míos propios.

—Es verdad. Fue egoísta. —Dijo mamá sin adornar sus palabras. —Sin embargo, era la mejor propuesta que podíamos tener. Príncipe heredero. —Suspiro. —Las circunstancias de mi familia no son las mejores. Y aunque, el ser tratados como invitados o huéspedes del Emperador parecía generoso, era solo un aplazamiento de dar o no a nuestra hija en adopción. Por lo menos usted, nos da la oportunidad de experimentar este tipo de vida. Y si mi hija está dispuesta a llevar la labor de gobernar sobre un Imperio.

—Yo… Se lo agradezco.

—Al contrario, muchacho. —Hablo papá, dando un paso adelante. —Nosotros te lo agradecemos a ti. Trataremos de hacer nuestro mejor esfuerzo. Estamos a tu cuidado.

Papá y mamá inclinaron su cabeza. Jieun y yo nos vimos un instante e imitamos su acción. Al enderezarnos el Príncipe heredero lucia extrañado. ¿Las reverencias tendrían un significado distinto aquí? No, no. Siguiendo la cadena lógica, el resto de lamebotas del Emperador hicieron algo similar. Quizás, no esperaba que nosotros conociéramos esa forma de mostrar respeto, o en este caso, gratitud.

En fin. Detalles. Apenes nos sometan a las clases de la nobleza, acabaremos hechos picadillo. Es emocionante, pero, ir a la escuela de nuevo, no tiene nada emocionante.

—Los guaridas imperiales y yo los acompañaremos hasta mi palacio, donde podrán descansar. Y mañana, organizaremos sus horarios correspondientes. Síganme.

El príncipe heredero guio el camino.

Dejamos el gran salón a nuestras espaldas. Todavía quedaban algunas personas en su interior, sus miradas parecían seguirnos como pequeñas agujas pinchando consecutivamente. Preferí restarle importancia. Si les daba más atención de la requerida, abriría una brecha que costaría el año de prueba y tranquilidad conseguido por el Príncipe heredero. Lo mejor era concentrarme en algo más, por ejemplo.

—"¿Quién es esa?"

La hermosa figura de una mujer en elegantes ropas plateadas y azules se apropió de mi campo de visión. Incluso su cabello parecían sedosos hilos, sus ojos dorados como brillantes monedas y su rostro, tan blanco, afilado y bonito.

—"Parece… Una princesa de cuento de hadas."

Ella no me prestaba atención, se encontraba rodeada por tres hombres de vestimentas coloridas, respectivamente tonos primarios, si de algo me servían mis clases de arte en la escuela. Rojo, azul y verde respectivamente. Discutían seriamente, sus ceños fruncidos los delataban, además de girar de vez en cuando a la dirección en que nos guiaba el Príncipe heredero con sus guardias, pero, eso no era importante. Sino, la mujer en cuestión. Esa mujer no reparo en mi presencia, ni que la observaba directamente. Ella parecía preocupada, ansiosa y distraída. Intente averiguar lo que atraía su atención, pero, el hombre vestido de rojo se dio cuenta de mi mirada fija. Al instante hice exclamaciones de asombro por la decoración y la construcción de las paredes y el techo, yendo junto a mi hermana y tomándola del brazo.

—"Casi la cago." — Señale uno de los ventanales enormes. —Mira hermana, el jardín. Es tan bonito.

—Sí. Es… es lindo.

—Me encantaría tener un picnic ahí. ¿Sería genial, no?

Mi hermana me sonrió afectuosamente pasando una mano por mi cabellera.

—Lo seria. Tal vez, podríamos planear algo en nuestro tiempo libre.

—¿De verdad?

—Es una promesa.

—¡Hurra! ¡Mi hermana mayor es la mejor del mundo!

Inmediatamente la abrace con fuerza, caminando pegada a su costado. Mi adorable actuación de hermana menor atrajo la atención de los guardias, de mis padres e incluso del Príncipe heredero.

Los primeros rieron enternecidos de nuestra buena relación, en cambio, ese tipo lucia como si estuviera presenciando una rareza, no lo sé, una anatolia, algo inimaginable. Estaba segura de que el actuar de dos hermanas jugando, bromeando o molestándose entre sí es completamente natural y común. ¿Qué tenía de inusual eso?

—"Es definitivo. Él no me agrada."

Dejando de lado, al peculiar Príncipe heredero. Preferí distraerme con el diseño y construcción del pasillo que nos conduciría al palacio de ese tipo.

Bastante espacio. Buenos materiales. Un gran lujo y refinamiento instantáneo.

En definitiva, el lugar adecuado para llamarlo el hogar de un gobernante.

—"Podría acostumbrarme a ello." —Asentí, recargando mi cabeza contra el hombro de mi hermana. —"Ser una Princesa no suena tan mal."

Cerrando mis ojos por un instante me permití imaginar a Jieun sentada en el trono imperial, nuestros padres a un lado y por supuesto yo del otro.

Sí, no se veía para nada mal.

Abrí los ojos, manteniendo los dedos de mi mano entrelazados con los de Jieun.

— "Lo prometo, hermana. Yo te convertiré en la Emperatriz de este país, te librare de ese matrimonio. Y volveremos a vivir como una familia. Todos, seremos felices."

oOo

¿Fin?

Espero disfrutaran la historia.

¡Hasta la próxima!