PARTE 12 Un Paso más Cerca
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"¿Entonces dices que Kiriya-kun podría ser un guerrero oscuro?" Preguntó Nagisa con un gesto de desagradable sorpresa.
"Cuando Irisawa-san salió de la oficina del director, sentí un destello de energía oscura. Y cuando el director fue a buscarlo, él ya no estaba en el pasillo", explicó Honoka. "Por muy rápido que sea, no pudo haberse ido tan pronto".
Nagisa frunció el ceño. "¿Crees que él sospeche que nosotras sepamos de su identidad?"
"No creo que le interese mucho si sospechamos de él o no, habló de manera rara cuando estábamos con el director, además es obvio que todo éste tiempo ha estado actuando un papel de chico bueno para que nos acerquemos a él".
"Me alegra que tú no seas tan social como para haber caído en su encanto desde antes", comentó Nagisa con algo de pena. "Y sabes que hablo en serio, no eres muy amistosa".
"Lo acepto", respondió Honoka con una sonrisa. "¿Sabes? No creo que sea muy buena idea enfrentarlo directamente en la escuela, podría dañar a alguien".
"Estaba pensando lo mismo, además está la otra guerrera, la que se puede disfrazar de otras personas. Son dos enemigos".
Ambas se quedaron calladas y con los brazos cruzados mientras pensaban en sus posibilidades. Su otra enemiga aún no se recuperaba, era obvio, pero Kiriya estaba más cerca y lo mejor era actuar con cuidado para que el chico no hiriera a nadie en la escuela. Ese era el mayor temor de las guerreras de la Luz, que Irisawa Kiriya era más descuidado y le importaba cada vez menos mantener su discreción.
Quien también notó eso fue Poisony, que precisamente regañaba a su hermano menor por no pensar en las consecuencias de sus actos. Ambos estaban en el reino oscuro.
"Tienes suerte que ellas no te atacaran directamente, no habrías podido derrotarlas", dijo Poisony con un enojo que no se preocupaba en aparentar. No quería que a su hermano le sucediera nada malo.
Kiriya refunfuñó. Ya no se sentía con ganas ni ánimos de seguir con su papel de buen estudiante, ¡era demasiado problemático! ¡Los humanos en serio eran tontos y débiles!
"Voy a almacenar energía y me encargaré de una de ellas. Si acabamos con una, la otra no será rival para nosotros", dijo Kiriya.
"Aplaudiría tu iniciativa si eso no fuera algo que llevamos intentando desde hace tiempo", masculló la mayor.
"Y lo que ya no tenemos es tiempo, nuestro Amo está cada vez más débil, tenemos que conseguir al menos un poco de Energía de Creación para poder mantener a nuestro Señor más estable", intervino una dura y seria voz.
Poisony y Kiriya se tensaron al ver al poderoso Irukubo.
"¡Esas guerreras son muy poderosas!" Se defendió Poisony de inmediato.
"Lo sé. La Reina de la Luz realmente eligió bien a sus defensoras. Deben moverse con cuidado y tratar de deshacerse de una al menos, es el mejor plan al que pueden aferrarse por el momento. Yo debo prepararme un poco más y conseguir la energía que nuestro Amo necesita mientras nos hacemos de las Piedras Prisma que nos faltan".
"Entonces dejaré de jugar a ese tonto juego de humanos y trataré de guardar toda la energía posible", dijo Kiriya con seriedad.
"Yo ya casi estoy lista para atacar, sólo necesito unos días más", continuó Poisony.
Irukubo asintió. "Entonces preparémonos a consciencia, no podemos perder otra Piedra Prisma o eso cerrará más el Portal Oscuro y la conexión con el Jardín de los Arcoíris comenzará a debilitarse.
"¡Sí!"
Los Guerreros Oscuros ya no estaban para bromear ni para subestimar a sus oponentes, era hora de tomar el asunto en serio o su existencia y la de su Señor estaría en peligro.
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Que Irisawa Kiriya faltara a clases los siguientes días luego del incidente de la carta fue el tema de conversación por un par de días. El equipo de fútbol poco y nada sabía de él, no sabían dónde vivía y nadie había intercambiado contactos con alguien. Cuando el profesor encargado de su clase intentó comunicarse con la familia del chico, sorpresivamente no había ningún registro adicional de Irisawa Kiriya en la base de datos de la escuela, ni tutores, ni domicilio ni un número de teléfono al cual llamar en caso de emergencia.
"Eso sólo confirma nuestras sospechas, ese chico es parte de los tipos malos-mepo", dijo Mepple mientras las chicas almorzaban en un sitio más privado.
"Puede que ahora intente atacar directamente-mipo".
Nagisa y Honoka estaban a solas porque Shiho y Rina decidieron pasar tiempo con su amiga Seiko para quitarle el resto de sus preocupaciones de encima, por un momento la chica se sintió culpable por la ausencia de Kiriya, pero todas le hicieron saber que no era el caso y que ella era la última culpable del lamentable incidente.
"Entonces debemos estar atentas y cuidarnos de quiénes están cerca de nosotras, sobre todo si ataca de nuevo la que se puede disfrazar de otras personas", comentó Honoka entre bocados. Ya era de ley que alimentara a Nagisa en la boca con su propio almuerzo.
Nagisa ni siquiera lo pensaba, comía todo lo que Honoka le daba. "¿Y si le da por disfrazarse de alguna de nosotras?" Preguntó Nagisa luego de comer un rollo de huevo.
"Entonces tengamos una palabra secreta o hagamos algo especial, algo que sólo tú y yo sepamos", propuso Honoka.
"¡Me gusta esa idea!"
"Entonces pensemos en algo después de clases, al menos en mi casa sé que no nos pueden seguir".
"Por algo eres la lista, Honoka".
"No digas eso, tú también eres bastante brillante".
"Por cierto, mañana es la Feria de Ciencias, ¿verdad? ¡Estaré en primera fila!" Era una suerte que esos eventos siempre se hicieran en fines de semana, el día siguiente era sábado.
"Muchas gracias, Nagisa".
Compartieron una sonrisa. A falta de una manera segura de ir tras sus enemigos, lo único que las chicas podían hacer era estar atentas y seguir con su vida normal para no estresarse, más opciones no tenían.
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Mepple y Mipple jugaban en el jardín con Chuutaro mientras la abuela preparaba la comida y Nagisa y Honoka hacían sus deberes escolares, como las buenas estudiantes que debían ser. Con la universidad a la vuelta de la esquina, lo mejor era no descuidar sus estudios, a veces era más fácil lidiar con un guerrero del Rey Oscuro que con la difícil realidad de su mundo. Demasiado trabajo para una chica en edad escolar a opinión de Nagisa, para Honoka sólo era cosa de otro día.
"¿Y bien?"
"¿Mmm?"
Nagisa jugaba su bolígrafo entre sus dedos y miraba a su amiga con interés y visible curiosidad. "No olvides que tú y yo tenemos un trato".
Esas palabras confundieron a Honoka por un par de segundos, dejó de lado su tarea y miró a Nagisa largamente, antes de recordar ese asunto. "Sí, tenemos un trato, pero aún no se cumplen las condiciones pactadas", aclaró la chica con una sonrisa traviesa.
"¡Claro que ya tenemos las condiciones! ¡Tú ya sabes quién me gusta!" Alegó una ofendida y ruborizada Nagisa.
Honoka negó con firmeza y los brazos cruzados. "Yo me doy una idea de quién te gusta, no he dicho ningún nombre y tú tampoco me lo has dicho, así que no te puedo decir el nombre de la persona que me gusta si tú no cumples con ese requisito".
Nagisa sintió la cabeza como tetera hirviendo, estaba roja hasta las orejas mientras toda ella hervía por la vergüenza. "¡Esos son detalles!"
"Detalles importantes, desde luego", Honoka no cedía. "Dime el nombre de la persona que te gusta y yo te diré quién es la persona que me hace suspirar".
La deportista se giró para pegar su rostro al colchón de la cama y gritar con gracioso pánico un "no puedo creerlo", seguía roja como tomate, pero ahora que ella misma había tomado el tema y Honoka fue más lista que ella, no le quedaba más remedio que confesar. Además, sólo tenía que decir el nombre del futbolista, un simple tecnicismo, pero un paso importante y significativo.
El amor es para los valientes, eso dijo Honoka una vez.
Entonces Nagisa sería valiente.
"De acuerdo", dijo Nagisa igual de ruborizada pero más compuesta. Miró a su amiga con seriedad y asintió para terminar de darse a sí misma un pequeño empujón de valor. "El chico que me gusta es Fujimura Shougo", dijo con voz temblorosa pero sin pausa alguna, de nuevo se puso roja y se tiró al piso para rodar por el suelo por culpa de la vergüenza. "¡No puedo creerlo! ¡En verdad lo dije!"
Nagisa se calmó hasta que su frente chocó con la pata de la cama, no se lastimó pero se dolió un poco.
"¡Nagisa!" Honoka rápidamente auxilió a su amiga y la obligó a sentarse mientras revisaba el golpe. La chica suspiró de alivio al ver que sólo fue un golpe leve. Nagisa en serio tenía la cabeza hecha de acero. "Debes tener cuidado".
"Lo tendré", dijo Nagisa, aún roja. Apenas volvió a sus cabales, sujetó a Honoka por las muñecas. Ésta vez esa chica lista no se le iba a escapar. "Bien, te escucho, es tu turno. ¿Quién es la persona que te gusta?"
La pregunta salió con voz firme, así como lo hizo la firme respuesta de parte de Honoka.
"Tú".
Silencio.
"¿Perdón?"
"Eres tú. Tú eres la persona que me gusta, Nagisa".
De nuevo hubo silencio.
Nagisa sacudió la cabeza un par de veces y soltó las muñecas de Honoka con lentitud. Abrió la boca pero no pudo articular palabra alguna. La pobre Nagisa se puso roja y finalmente reaccionó al recordar lo sucedido con el Medidor de Amor que Mepple y Mipple le prestaron el día que trabajaron en la granja.
Entonces…
"¿Nagisa?"
La aludida soltó un grito de pánico antes de saltar a la cama y esconder su cabeza debajo de las almohadas mientras repetía una y otra vez "no puedo creerlo" contra la manta. Honoka sonrió y se recargó en la cama mientras Nagisa terminaba de digerir la sorpresa.
Una vez más hubo silencio, pero ésta vez era el necesario.
Nagisa trataba de meterse en la cabeza que Honoka había tenido esos sentimientos desde hace tiempo y ella misma no se había percatado de los mismos. ¿O sí? Tenían muchos comportamientos físicos que una vez casi se detenían y que ella misma extrañó más pronto que tarde. Tomarse de las manos, alimentarse mutuamente, dejarse consentir por Honoka, estar con ella por voluntad propia y no porque tuvieran enemigos pisándoles los talones. Había muchos pequeños detalles que ahora sí le daban sentido al resultado del Medidor.
Nagisa levantó ligeramente la almohada y sólo pudo ver la cabeza de Honoka. Su amiga estaba cerca, le daba la espalda pero no se alejaba, eso le calentó el corazón a la atleta.
Por su lado, Honoka sólo debía esperar. El amor es para los valientes, pensó. Nagisa no estaba obligada a corresponder sus sentimientos, pero lo justo era respetar el trato que tenían y ser sincera con su mejor amiga. Lo demás ya no dependía de ella.
"Iré por algo de té", dijo Honoka con voz suave, "y unos dulces, hay galletas de arroz en la alacena. No tardo", quizá Nagisa necesitaba un poco más de espacio y tiempo, así que se lo iba a dar. Pero Honoka no pudo ni ponerse de pie. Nagisa la sujetó por la blusa y la jaló a la cama. Honoka soltó un gracioso grito de sorpresa y quedó tumbada junto a su amiga, quien de inmediato se abrazó a su cuerpo, de hecho sintió la cara de Nagisa contra su pecho. "¿Nagisa?" Ahora era ella la que se sentía roja.
"No te vayas", suplicó Nagisa con voz queda mientras se abrazaba a la cintura de Honoka. De hecho se movió hasta que el abrazo fue cómodo para ambas.
Honoka cooperó con lo que Nagisa quería y también la abrazó, lo hizo con firmeza, rodeando su espalda y cabeza con ambos brazos mientras sentía la desesperada manera en que Nagisa se aferraba a su cintura. Sonrió. "No me iré a menos que me lo pidas".
"Gracias", murmuró Nagisa por respuesta y suspiró hondo para sosegar su mente, pero en lugar de calmarse, sólo se llenó las narices del aroma floral de Honoka. Casi se atragantó con su propia saliva, pero se recuperó a tiempo.
Las chicas permanecieron en silencio lo que pareció un largo rato, en realidad sólo fueron alrededor de diez minutos, pero cada segundo fue suficiente para sentir el calor ajeno y escuchar los latidos del otro corazón.
"¿Desde cuándo?" Se animó a preguntar Nagisa, no quería moverse de su cómodo sitio.
"Espero que no suene raro, pero me gustas casi desde que te conozco", respondió Honoka mientras comenzaba a acariciar el cabello de Nagisa, lo hacía con cuidado, dejando que sus dedos peinaran los mechones de ese lindo cabello. "Creo que puedes llamarlo un caso de Amor a Primera Vista".
"¿En serio?" Nagisa no pudo evitar una risa que no podía asegurar si era de nervios o de alegría. Quizá un poco de ambos. "No puedo creerlo".
"Pues créelo. Me pareciste bastante linda desde el momento en que te presentaste", continuó Honoka. "No puedes culparme".
"Gracias por el cumplido", respondió Nagisa aún entre risas. Después de todo, ella también sintió una atracción a primera vista apenas sus ojos se posaron en Fujimura Shougo, sin saber su nombre ni ningún otro dato del chico. Fueron Shiho y Rina quienes le informaron quién y qué era ese chico. "¿Sabes? No sé si sea lo mismo, pero también llamaste mi atención desde que nos conocimos", Nagisa se encogió ligeramente de hombros. "No creo que fuera algo tan intenso como lo que tú sentiste, pero…"
"Tú hablaste conmigo sin importarte lo que decían de mí", dijo Honoka de inmediato. "Eso me hizo muy feliz".
"Oh, vaya", Nagisa rió nerviosamente. "Me alegra escucharlo… Ah… Bueno… Siempre me pareciste elegante, muy lista y además me salvaste y quisiste protegerme desde el principio, eso sumó muchos puntos a tu favor, ¿sabes?"
Ambas rieron.
"Me alegra saberlo. En serio no quería que te pasara nada, recién llegabas a la escuela y ya estabas en peligro, no podía permitirlo".
"Y desde el primer día me has estado salvando", Nagisa cerró los ojos y refregó su rostro contra el cuerpo de Honoka… Al menos hasta que percató lo suave que se sentía el cuerpo ajeno… Y exactamente la zona donde estaba pegando su rostro. Se puso roja. "¡Lo siento!"
"No me molesta, pero si a ti te molesta nos podemos soltar".
"¡No quiero!"
De nuevo hubo silencio, pero duró unos segundos solamente.
"Honoka, yo…"
"Te escucho, Nagisa…"
"Yo…" La atleta tragó saliva y se aferró con más fuerza a Honoka. "No sé qué decirte pero…" Respiró hondo. "Pero no puedo decirte que no".
Esa respuesta fue más que suficiente para que el corazón de Honoka se acelerara. Por su lado, Nagisa estaba tan pegada al pecho de Honoka que percató los agitados latidos de ese lindo corazón. Tragó saliva.
"Puedo esperar a que estés lista, aceptaré cualquier respuesta que me des".
"Gracias, Honoka".
Nagisa suspiró de manera pesada. No quería despegarse de Honoka, pero había algo que realmente quería hacer.
"Sé que… Sé que acabo de decir que me gusta tu amigo pero…" Nagisa se mordió un labio y finalmente se separó de Honoka para poder encararla. "Tú no eres él… Y él definitivamente no eres tú y… Ah… Bueno…" La pobre no podía ordenar sus palabras, tampoco sus pensamientos en todo caso, pero su mente y corazón tenían la imperiosa necesidad de hacer algo.
Honoka, sin embargo, supo entenderla. Le sonrió mientras la sujetaba por la mejilla con una mano.
"Me alegra saber que me tienes en un sitio especial, Nagisa".
Nagisa rió de manera torpe pero feliz, se notaba. "Creo que ya sé qué podemos compartir en secreto por si los tipos malos se hacen pasar por alguna de nosotras".
"¿Ah, sí? Quiero escucharlo".
El gesto suave y cálido de Honoka emocionaba y a la vez calmaba a Nagisa, de hecho la relajó lo suficiente para poder hacer algo a falta de palabras más adecuadas. La atleta tomó aire y besó la punta de la nariz de Honoka, ésta sonrió y luego rió de sincera alegría. Nagisa retomó la palabra.
"Si sospechas que no estás hablando conmigo, pídeme que haga eso", es decir, ese lindo beso en su nariz.
Honoka no pudo evitar reír un poco más y asentir mientras sus dedos se enredaban en la nuca de Nagisa. Fue ella la que se animó a, precisamente, dejar que su nariz se rozara con la de Nagisa en linda caricia y nada más.
"Y si tú sospechas que no estás hablando conmigo", dijo Honoka y ésta vez fue ella quien besó a Nagisa pero en la mejilla derecha, "pídeme que haga eso".
"Hecho".
Se miraron la una a la otra unos segundos más antes de que Nagisa volviera a esconder su rostro en el suave pecho de Honoka. Todo eso era demasiado para su corazón. Hubiera querido besar a Honoka en los labios, pero no estaba segura si resistiría tanto.
"Cuando… Cuando pueda responderte, ¿me escucharás?"
"Sí, Nagisa".
"Hasta que pueda responderte… Yo… ¿Podemos seguir como estábamos?" Pidió la atleta. "No quiero perder nada de lo que hay entre nosotras".
"Yo tampoco, Nagisa".
"Gracias".
"Por nada".
Y con eso sellaron su acuerdo. Tenían una batalla por terminar y luego de eso podrían atender con más calma y atención sus asuntos del corazón.
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La Feria de Ciencias de las escuelas Preparatorias del Distrito se estaba llevando a cabo en un centro de convenciones en el cuarto y quinto piso del edificio de una empresa privada en el centro del Distrito de Wakabadai. Todas las escuelas participantes tenían sus propios stands donde presentaban sus mejores trabajos, respondían preguntas de los asistentes e interactuaban si el proyecto en turno lo permitía, como era el caso del brazo mecánico de la Preparatoria Privada Verone.
A todos los miembros del Club les encantó la idea de Honoka de dar un premio a quien le ganara más veces al brazo robot. Por supuesto, Honoka aclaró que su amiga y compañera de clases Misumi Nagisa le dio la idea. El premio sería una caja con cuatro apetecibles Mont-Blanc de una marca bastante lujosa que Odajima Yuka compró con su propio dinero.
No estaba de más mencionar que su stand estaba atrayendo a bastantes visitantes.
Los jueces comenzarían a revisar los trabajos en una hora más, exactamente a mediodía, suficiente tiempo para que cada equipo presentara sus proyectos a los cientos de visitantes. Los que se acercaban al stand de la escuela Verone recibían un folleto con información básica del brazo robótico, su funcionamiento y todas las posibilidades que tenía, incluso en el campo médico. Había una fila para jugar piedra-papel-tijeras contra el brazo robot y hasta el momento un visitante le había ganado tres veces consecutivas.
Shiho y Rina decidieron acompañar a Nagisa a la Feria de Ciencias, sonaba divertido, además, querían demostrar que tenían a Yukishiro Honoka en buena estima. Era lo mínimo que podían hacer en pago por el apoyo que Honoka les demostraba en sus prácticas y partidos. Por su lado, Nagisa quería y no quería participar en la actividad, los visitantes eran los que debían divertirse pero esos Mont-Blanc lucían deliciosos y valía la pena tratar de ganarlos. Se sentía totalmente capaz de ganarle a ese brazo robot.
El resto de los proyectos eran entretenidos de ver, Nagisa y sus amigas del equipo de lacrosse se dieron tiempo de visitar los otros stands, pero sin duda apostaban a que Verone ganaría. El resto de los proyectos que estaban presentando parecían hechos para una simple exposición en clases, no eran tan trabajados a decir verdad.
"Iremos a ver ahí, parece divertido", dijo Rina y sujetó a Shiho, "¿vienes, Nagisa?"
"Enseguida las alcanzo, los jueces del evento ya casi llegan al stand de nuestro Club de Ciencias, quiero ver cómo les va", dijo Nagisa y se despidió momentáneamente de sus amigas.
La atleta llegó casi junto con los jueces y todos los que estaban alrededor del stand guardaron silencio mientras Yuka Odajima, la presidenta del Club, presentaba el proyecto a los jueces con todas las palabras complicadas que Nagisa no entendía pero los jueces sí. La atleta saludó discretamente a Honoka mientras ésta revisaba el brazo constantemente y hacía ajustes según marcaba la explicación de la presidenta del club, para enseguida entregar a los jueces un reporte completo con toda la información técnica.
Luego de eso, los visitantes parecieron divertidos mientras los jueces jugaban piedra-papel-tijeras contra el brazo y se mostraban sorprendidos al ver la rápida reacción de los sensores y cómo respondía el brazo a la estimulación adecuada.
Cerca de diez minutos después, Yuka finalizó la explicación, agradeció a los jueces e hizo una educada inclinación. Todos los que estaban alrededor aplaudieron y los jueces fueron al siguiente stand.
Se anunciarían los resultados a las dos de la tarde. Y los Mont-Blanc serían entregados al ganador de la actividad antes de que se anunciaran los resultados.
Nagisa sabía que Honoka debía permanecer en el stand, así que se despidió con un sencillo gesto y fue a buscar a sus amigas Shiho y Rina. Había una pequeña cafetería en el piso de abajo (el cuarto) y tenía hambre. Nagisa estaba tentada a ir por su cuenta a comer algo pero comer con sus amigas también sonaba bien, así que decidió buscarlas.
"Tengo hambre-mepo", se quejó Mepple.
"Yo también", Nagisa también se quejó.
"Vamos a comer algo-mepo, tú puedes comer de nuevo con ellas cuando las encuentres-mepo", dijo el pequeño Héroe.
"¿Sabes qué? Tienes razón, compraré algo y buscaremos un sitio privado", dijo Nagisa con graciosa seriedad y de inmediato fue a comprar algo a la cafetería. Un vaso de ramen instantáneo ayudaría a calmar momentáneamente su hambre. Apenas obtuvo su botín, fue a uno de los miradores del edificio que de momento no tenía mucha gente, casi todos estaban adentro. La atleta se sentó en una de las bancas de concreto y pasó la carta de Ompu en el pequeño teléfono para que Mepple también comiera.
Mepple también pidió ramen de vaso instantáneo, por cierto. Nagisa y él comían lo mismo.
"Honoka me contó que Yuka-senpai invitaría a todos a comer ramen luego del evento, ¡y también me invitaron a mí!" Contó con alegría.
"¡Entonces podré estar con Mipple-mepo!"
"Sólo no hagas tanto escándalo, Romeo".
"Entendido-mepo. ¡Lo que sea con tal de estar con mi amada-mepo!"
Nagisa miró de reojo a su compañero mágico. Se sonrojó al recordar algo. "Oye, Mepple, sobre el asunto del Medidor…"
Pero Nagisa no pudo agregar nada, escuchó que la llamaban, pero no se sobresaltó al reconocer la voz de Honoka.
"¡Nagisa…!"
"¡Ah, Honoka!" Nagisa incluso se puso de pie. "Pensé que ibas a permanecer en el stand hasta que dieran los resultados".
"Odajima-senpai dijo que podía ir por algo de comer".
"¡De haberlo sabido, te hubiera comprado ramen también!" Se lamentó Nagisa.
"¡Mipple, amada mía, ven a almorzar conmigo-mepo!" Llamó el pequeño Héroe.
"Oh, ella está durmiendo en mi mochila, lo siento. No quise despertarla", dijo Honoka con un gesto apenado. "Pero sí me gustaría comer algo antes de volver al stand".
"Queda la mitad del mío, ten", dijo Nagisa y le ofreció su vaso de ramen a su amiga. "Todos se están divirtiendo en el juego con la mano mecánica. Me encantaría participar".
"Deberías hacerlo", respondió Honoka entre bocados.
"No quiero quitarle la oportunidad a los demás de divertirse, tú y yo podemos jugar y apostar algo", propuso Nagisa de manera divertida y sonrió cuando Honoka asintió. "¡Genial! ¡Juguemos dos de tres! Si ganas, te acompañaré a la librería luego de comer".
Y al comenzar a jugar, Nagisa ganó y eso la tomó por sorpresa. Volvieron a jugar y Honoka ganó, cosa que ahora sí la sorprendió.
"La siguiente seguramente te ganaré", dijo una divertida Honoka.
Nagisa frunció fugazmente el ceño y miró a Honoka largamente antes de sonreír. "Oye, Honoka, ¿puedo pedirte algo?"
"Por supuesto".
"Has eso, por favor".
"¿Eh? ¿De qué hablas?"
Nagisa en ese momento sujetó el pequeño teléfono con su amigo mágico con ambas manos y se alejó varios pasos. "¡Tú no eres Honoka! ¡Eres la misma enemiga de aquella vez!"
En ese momento, el gesto de esa Honoka dibujó una sonrisa cruel mientras su gesto se tornaba macabro.
"Chica lista", dijo Poisony, regresando a su forma original. "Ahora escucha bien, entrégame las Piedras Prisma ahora mismo. De lo contrario, derribaré todo éste lugar con los humanos dentro", amenazó la malvada.
Eso ya sonaba grave. Nagisa tragó saliva mientras pensaba en una solución rápida. El ambiente no tardó en llenarse de esa neblina oscura y fría.
Dentro del edificio, todos menos Honoka cayeron dormidos. Eso la puso alerta. De inmediato sintió la presencia de luz de Nagisa cerca de una energía oscura y sacó a Mipple de su mochila, lista para ir con su compañera, pero alguien le cerró el paso.
"Buenas tardes, Yukishiro-senpai", saludó un burlón Kiriya, apareciendo de entre las sombras.
Honoka apretó la quijada.
Ésta vez fue Nagisa la que sintió una presencia oscura cerca de su amiga y su gesto se agravó. Poisony sonrió al notar eso.
"Así es, no permitiremos que ninguna de las dos se toque siquiera, no van a transformarse, niña", dijo la malvada con una sonrisa cruel y de inmediato atacó a la chica. No podía invocar a un zakenna, casi toda su energía la ocupó contaminando toda esa zona con energía oscura. Se dedicó a guardar toda la Oscuridad posible en su cuerpo para ese momento, no pensaba perder.
Nagisa metió a Mepple en un bolsillo interior de su suéter. "No te preocupes, Mepple, saldremos de ésta".
"¿Cómo-mepo?"
"Eso… Eso ya lo veré", Nagisa intentó sonreír. Nada ganaba con desesperar.
"¡Vas a morir, niña!" Exclamó Poisony mientras atacaba a la chica con veloces zarpazos que ésta evadía de último momento. La guerrera oscura tenía presente que, incluso en su forma civil, esas dos eran muy capaces de defenderse.
Nagisa se sentía ligera, pero no era como cuando jugaba lacrosse. Su cuerpo se movía por instinto, estaba nerviosa y tensa pero no tenía miedo, nunca había sentido tanta seguridad antes, ¿a qué se debía? Además, seguía percibiendo a Honoka y sabía que ella estaba bien. Tenía que arreglárselas como pudiera para poder ir con Honoka y transformarse. Quería ir con su compañera, necesitaba ir por ella incluso por una razón más importante que transformarse: estar a su lado. Sólo eso y nada más.
Por su lado, Honoka se defendía de los ataques de Kiriya, que se mostraba furioso y atacaba de forma directa y con poco cuidado. Honoka podía asegurar sin temor a equivocarse que el chico se sentía frustrado y eso no lo dejaba pensar con calma y mucho menos atacar con algo de cabeza.
"¡Tomaré las Piedras Prisma de tus manos frías!" Amenazó el chico y soltó un golpe que quebró el duro piso.
Honoka frunció ligeramente el ceño. Había muchas personas ahí que podían salir heridas si no hacía algo al respecto. Sin pensarlo siquiera, dejó que Kiriya se lanzara sobre ella. Bastó tenerlo lo suficientemente cerca y con el puño ajeno casi en su cara para poder contraatacar.
Kiriya de pronto sintió que ella lo sujetaba del brazo y lo mandaba a volar bastante lejos ayudada de la fuerza que él mismo usaba. ¡Ella ni siquiera se estaba esforzando! Eso lo enfureció y compuso su posición en el aire, sólo para ver que Honoka corría hacia él. ¿En serio esa demente chica pensaba atacarlo de frente sin estar transformada? ¿Acaso Yukishiro Honoka estaba loca?
La respuesta era sí.
Kiriya lo confirmó cuando ella intentó atacarlo y él la evadió con relativa facilidad, sólo para ser sorprendido con una inesperada trampa. Honoka había tomado un puñado de escombro que quedó de los ataques al suelo que estuvo dando Kiriya de manera descuidada y se lo lanzó a los ojos.
Honoka aprovechó el breve momento para aplicarle otra llave al chico y lanzarlo más lejos.
"¿Qué haces, Honoka? ¡Te puede lastimar-mipo!" Gritó una aterrada Mipple.
"Lo sé".
Yukishiro Honoka estaba loca, era un hecho.
Mientras, Nagisa simplemente se defendía. Poisony era veloz y sin duda recibiría un daño severo si se descuidaba y recibía uno de esos golpes, pero se las arreglaba bien. Mepple estaba en pánico pero no decía nada para no desconcentrar a Nagisa… Y eventualmente el pequeño Héroe habló al notar que Nagisa se movía a la orilla del mirador.
"¡Nagisa, te puedes caer-mepo!" Había un cristal reforzado, pero no confiaba en que el cristal resistiera un ataque fuerte, Nagisa podría caer al vacío.
"Justo allá quiero ir, pero debo resistir un poco más", respondió Nagisa entre dientes.
"¡¿Ahhh?!" Mepple tardó en comprender… Al menos hasta que sintió cómo se movía la energía de Honoka y de Mipple en el piso de arriba. Pronto lo entendió.
…Al momento de tomar decisiones rápidas, nuestras mentes y cuerpos se mueven en la misma dirección…
Kiriya tardó un poco en componer su posición y de nuevo fue detrás de Honoka. Estaban cerca del muro así que esperaba que esa escurridiza chica se quedara sin espacios para escapar y evadir.
"¡Ya me cansé de tus juegos, Yukishiro!" Gritó Kiriya y escapó a tiempo de otra de esas molestas llaves. "¡Te tengo!" Gritó el chico, airoso, al atrapar a Honoka por el suéter y ser él quien ésta vez la lanzara pero directo a uno de los ventanales.
El cuerpo de Honoka rompió el cristal, la chica sólo se cubrió rostro y pecho con los brazos al momento del impacto.
Al escuchar el inconfundible ruido del cristal rompiéndose, Nagisa reaccionó en automático. Se lanzó contra Poisony y ésta la evadió, sólo para darse cuenta que la chica corrió directo al cristal a toda velocidad para romperlo y saltar al vacío.
Y hasta ese momento una sorprendida Poisony comprendió lo que acababa de pasar.
Nagisa atrapó a Honoka en el aire con sus brazos y la magia comenzó.
Tanto Kiriya como Poisony vieron con horror esa molesta Luz de transformación que cada vez era más peligrosa.
"Hey", saludó Cure Black a su compañera con una sonrisa.
"Hey", saludó Cure White de regreso.
"¿Lista para patear traseros?"
"Sí, tenemos que terminar con esto. Muero de hambre y quiero comer el ramen que Odajima-senpai nos va a invitar luego del evento".
"¡Entonces vamos!"
Black, sin soltar a White, encontró soporte en un poste eléctrico y fue directo de regreso al mirador con un poderoso salto. Ya Kiriya se había reunido con su hermana y ambos estaban listos para seguir peleando. Habían reunido suficiente energía y no podían perder tiempo, no con su Amo cada vez más inestable.
La batalla no se hizo esperar.
Black regresó a atacar a Poisony y ahora no tenía problemas en bloquear sus ataques y contraatacar con sus poderosos puños cual martillos. Poisony sólo apretaba la quijada por culpa de la potencia con la que la chica la atacaba, ¡sentía como si le fuera a partir los brazos en pedazos cada que bloqueaba sus ataques! Además su Luz era demasiado molesta.
Por su lado, Kiriya ahora sí estaba saboreando lo que su hermana y sus compañeros caídos probaron más de una vez: la verdadera fuerza de una Guerrera del Jardín de la Luz. ¡Cure White pateaba como mula! El chico bloqueaba los veloces ataques de White y trataba de contraatacar, pero la chica era escurridiza y no podía asestar golpe alguno.
Los hermanos decidieron cambiar de oponente, pero la situación no mejoró mucho. Para Kiriya fue saltar de la sartén al fuego, ¡Black era muchísimo más brutal en sus golpes! Cada golpe que la Cure de negro le asestaba se hundía en su cuerpo y amenazaba con partirlo en pedazos. Por su lado, Poisony se enfrentó a la veloz White y poco y casi ningún golpe podía conectar, incluso sus patadas eran bloqueadas.
"¡Black!"
"¡Entendido!"
Ambas atacaron a la vez. Un poderoso puñetazo de Black y una potente patada de White impactaron en los guerreros oscuros y estos chocaron en el aire, pero ahí no se detuvo el asalto. Ambas siguieron atacando y en un golpe combinado las dos lanzaron a Kiriya más lejos. Black y White se tomaron de las manos y apuntaron al chico.
"¡Marble Screw!"
Kiriya apretó los dientes y cerró los ojos, pero los abrió de nuevo al escuchar que quien recibió el poderoso impacto fue Poisony.
"No…" El chico abrió los ojos como platos mientras contemplaba cómo su hermana comenzaba a desintegrarse.
"Acábalas, Kiriya", murmuró la guerrera oscura mientras le lanzaba su Piedra Prisma a su hermano antes de desvanecerse por completo.
"¡No…!"
Un Kiriya fuera de control sujetó la Piedra con fuerza en su mano derecha. De inmediato sintió el impacto de la energía de Vida imbuida en ésta y sufrió un mareo, mismo del que pronto se recuperó mientras más energía recorría su maltrecho cuerpo.
"¡Pagarán por esto!" Gritó Kiriya, listo para el todo o nada.
Black y White no habían llegado al punto de seguir peleando luego del ataque que se supone era el que terminaba todo. No estaban agotadas propiamente dicho, pero sus cuerpos se sentían llenos de energía que a momentos las sobrepasaba. Ambas atacaron al chico a turnos y de inmediato notaron la diferencia. Kiriya era más rápido y más resistente que antes, soportaba mejor sus ataques y ésta vez estaba siendo más agresivo al atacar.
Black apretó la quijada. "¿De verdad estabas actuando en la escuela?"
"¡Por supuesto! ¡¿Quién querría pasar por tantos problemas como la escuela y esas estupideces de trabajar juntos?!" Gritó el chico. "¡Ustedes los humanos son débiles! ¡Necesitan hacer todo juntos!"
"¡Los humanos somos fuertes porque estamos juntos!" Alegó White con furia.
"¡Entonces no te importó el cariño que todos en el equipo de fútbol sentían por ti!" Continuó Black mientras bloqueaba los poderosos puñetazos de Kiriya.
"¡Eso sólo fue una molestia!"
"¿Entonces por qué no abandonaste las actividades de la escuela desde antes si tanto te molestaba?" Insistió White. "¡Pudiste atacar como lo hacían los demás, pudiste tomar tu distancia, pero no lo hiciste!"
Kiriya apretó los dientes. "¡Hablan como si la vida de un humano valiera la pena!"
"¡Lo vale porque tenemos una vida por vivir!" Exclamó Black y con un puñetazo mandó al chico directo a la calle varios pisos abajo.
Kiriya se enfadó más. Su hermana ya no estaba y su único deseo egoísta hasta el momento había sido estar al lado de ella. Ahora que Poisony ya no estaba, poco le importaba lo demás.
"¡Mueran!" Kiriya atacó con decenas de esferas de energía oscura.
Black y White las recibieron y bloquearon en lugar de evadirlas. Atrás de ellas estaba el edificio lleno de personas a las que querían proteger.
"¡Yo sólo quería vivir con mi hermana!" Gritó el cansado chico.
Black y White fruncieron el ceño al mismo tiempo.
"Entonces vive", murmuró Black mientras tomaba la mano de su amiga.
"Vive, Irisawa-kun", completó White y ambas apuntaron sus manos hacia Kiriya.
"¡Marble Screw!"
El chico no bajó la cara, recibió el ataque de frente antes de que su cuerpo se desintegrara, él mismo lanzó las dos Piedras Prisma a las Guerreras de la Luz. Kiriya finalmente sonrió.
"Veamos si vale la pena…" Fue lo último que pudieron escuchar del chico.
Ambas guerreras cayeron de rodillas en el suelo, deseando en su corazón que el chico tuviera la oportunidad de vivir como todos los demás. Las segundas oportunidades existían por algo, ¿o no?
==o==
El Club de Ciencias de Verone y sus invitados celebraron la bien merecida victoria en la Feria de Ciencias. Todos estaban en un local de ramen bastante concurrido pero la presidenta del club ya había reservado una mesa para la ocasión. Todos comían con mucha alegría y comentaban lo divertido que había sido en especial la actividad de los visitantes jugando con el brazo robot. Incluso algunos ya estaban haciendo planes para mejorar el siguiente proyecto ahora que habían subido su propia barra de manera importante.
Nagisa y Honoka comían lado a lado en un extremo de la larga mesa. Por cierto, Nagisa prometió comer sólo un plato de ramen, tampoco quería abusar de la amabilidad de Odajima Yuka y hacerla gastar más dinero. Ya después ellas podrían ir a ese sitio por cuenta propia, el ramen estaba delicioso.
"Por alguna razón, no me gustó pelear con él", murmuró Nagisa mientras comía el huevo que estaba en su ramen. "Pero era él o nosotras, ¿verdad?"
"No teníamos más remedio, Nagisa, tuvimos que hacer lo que nos tocaba hacer", dijo Honoka con un gesto suave, le ofreció una verdura a Nagisa y ésta la comió. "Con suerte, quizá él tenga otra oportunidad y pueda ver lo que es vivir de verdad".
Nagisa sonrió. "¿Sabes? Lo del secreto compartido me salvó, ella tomó tu forma y supe que algo andaba mal cuando no empatamos a la primera en el piedra-papel-tijeras".
"Quizá un día debamos hacer el dos de tres que dices y apostar algo que valga la pena", dijo Honoka de manera juguetona.
Por cierto, les prometieron ramen a Mepple y a Mipple apenas llegaran a casa de Honoka, Nagisa estaría un rato ahí antes de volver a su propia casa a la hora de costumbre.
"¿Se divierten?" Preguntó Yuka mientras se acercaba al par.
"Muchas gracias por dejarme venir también, Yuka-senpai", agradeció Nagisa de inmediato.
"Entre más personas es más divertido, ¿o no?" Respondió Yuka con una sonrisa. "Si quieren pedir una orden más de ramen, pueden hacerlo".
Honoka sonrió al ver que Nagisa tenía toda la intención de aceptar la generosa oferta.
"Muchas gracias, Odajima-senpai", agradeció Honoka en nombre de su amiga, ésta estaba ocupada viendo el menú. "Fue bastante divertido, gracias por esto".
"Aún tenemos unos eventos más por cubrir, así que esforcémonos, ¿de acuerdo?"
"¡Sí!"
"Así me gusta. Disfruten la comida".
Y vaya que disfrutaron de la comida y del resto de ese día. Fue agotador pelear contra dos enviados de la Oscuridad pero habían conseguido dos Piedras Prisma más, mismas que la abuela Sanae de inmediato puso a salvo.
Ya sólo les quedaba conseguir una para dar su misión por terminada. Y algo les decía que quizá no sería tan fácil.
Mientras, en la escuela Verone vacía a esa hora, Irukubo miraba los alrededores desde la edificación más alta. Toda esa ciudad estaba tan llena de vida… Tenía que hacer lo posible por conseguir esa energía para su Amo, pasó todo ese tiempo preparándose y estaba listo para atacar.
"Nos veremos las caras muy pronto, Guerreras Legendarias Pretty Cure".
CONTINUARÁ…
