Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y la historia está escrita sin fines de lucro.
̶ Las ecuaciones cuadráticas o ecuaciones de segundo grado son aquellas en donde el exponente del término desconocido está elevado al cuadrado, es decir, la incógnita está elevada al exponente dos -le explicaba Akane a Ranma, mientras estudiaban en su habitación, ya que, muy pronto tendrían exámenes-.
Ranma estaba sentado en la silla, junto al escritorio y Akane estaba sentada sobre sus piernas. Él la abrazaba por la cintura y ella sostenía el libro del curso de matemáticas:
̶ Tienen la forma general de un trinomio -continuó, Akane- donde a, b y c son números reales y se conocen como coeficientes. Así, a es el coeficiente de x2, b es el término o coeficiente de x y c es... -ya no pudo seguirle explicando- ¡Ranma, basta! -dijo, entre pequeñas risitas que le ocasionaba su prometido por estarle dando, desde hacía ya un rato, varios besos en la mejilla, en su frente y en la cabeza- ¡tenemos que estudiar!, ¡pon atención! jajaja -dijo, riendo aún-.
Ranma se detuvo y ella volteó a verlo. Él, entonces, aprovechó para darle un pequeño beso en los labios (así de melosos habían estado desde su "beso ideal") y le dijo:
̶ Es que, ya me cansé, Akane... ¿por qué mejor no hacemos algo diferente?
̶ No, Ranma, ya queda muy poco tiempo para los exámenes y tú aún no estás listo -le dijo, sonriendo-.
Ranma dio un pequeño suspiro:
̶ Aunque sea salgamos a caminar un poco, ¿sí?... es que, ya me aburrí de ver tantas fórmulas algebraicas...
Akane rio un poco:
̶ No, Ranma, ya te dije que no... deja de insistir, por favor.
De pronto, vio hacia el reloj que tenía en su escritorio:
̶ ¡¿Tan pronto ya van a ser las seis de la tarde?! -dijo, levantándose rápidamente-.
Ranma se le quedó viendo y ella continuó:
̶ ¡Ay, no!, ¡quedé con Kasumi y con tu mamá en ayudarles con la cena de hoy!
Ranma se sorprendió mucho al escucharla:
̶ ¡¿Quedaste con ellas en qué?! -le preguntó, algo asustado-.
̶ En ayudarles con la cena -dijo, tranquilamente- les ofrecí hacer unas galletas de postre -y diciendo eso último, iba a alejarse de él para salir de su habitación, pero, él rápidamente la tomó de la cintura para que se sentara nuevamente en sus piernas:-
̶ Quizás se les olvidó... mejor sigamos estudiando, ya se me pasó el aburrimiento -dijo, tratando de sonar lo más convincente posible-.
̶ ¡Ranma! -le dijo, algo molesta- ¡sé lo que estás tratando de hacer!
̶ ¿Y qué es lo que estoy tratando de hacer, según tú?
̶ ¡Sabes muy bien a lo que me refiero!: ¡quieres evitar que le ayude a mi hermana y a tu mamá con la cena, ¿verdad?!
Ranma dio un pequeño suspiro y después, le dijo:
̶ Sí, Akane, es que, no puedo creer que aún no comprendas que la cocina es un lugar muy peligroso para ti.
Akane se separó de él bruscamente y le dijo:
̶ ¡Eres un insensible!... ¡siempre tienes que arruinarlo todo con tus comentarios ofensivos!
̶ No, Akane, no es eso... es que...
̶ ¡Mejor cállate y déjame en paz! -le dijo, dirigiéndose a la puerta de su habitación- ¡y para que lo sepas, las galletas que me rechazaste hace unas semanas, se las comieron Daisuke e Hiroshi y les gustaron mucho! -y diciendo esto último, salió de su habitación-.
̶ Seguramente se enfermaron del estómago por una semana -dijo Ranma entre dientes, cruzando sus brazos detrás de su cabeza, mientras se recostaba en la silla- ¡bah! ¡con que no pruebe lo que ella cocine, estaré a salvo! -dijo, tranquilamente- creo que mejor iré a entrenar un rato -y salió también de la habitación-.
Minutos más tarde, Akane se encontraba en la cocina, ya con su delantal puesto, colocando en una mesa todo lo que necesitaría para preparar las galletas, mientras leía el libro que contenía la receta:
̶ Muy bien, creo que eso es todo -dijo, tomando un tazón y una cuchara, para empezar a agregar la cantidad de ingredientes que indicaba el libro y después, revolverlos-.
Kasumi y la señora Nodoka solo voltearon a verla y sonrieron, negando con la cabeza, mientras preparaban la cena:
̶ A ver... -dijo Akane, leyendo el libro- dice, agregue 350g de harina... muy bien -dijo, tomando una bolsa que contenía bicarbonato de sodio-.
Y cuando iba a agregarlo, alguien le quitó esa bolsa y le dijo:
̶ Akane, dice que agregues harina, ¿por qué agarraste la bolsa de bicarbonato?
Ella volteó a ver a esa persona y le dijo, muy molesta:
̶ Y tú, ¡¿qué haces aquí?!... ¡¿quién pidió tu ayuda?!
̶ ¡Nadie, pero, vine a asegurarme que no nos mates con tu horrible comida!
Akane se molestó mucho más al escucharlo:
̶ ¡Eres un bobo, Ranma!, ¡vete de aquí ahora mismo!, ¡no te necesito!
̶ ¡Ja!... ¡eso ya lo veremos! -dijo, cruzándose de brazos-.
La señora Nodoka y Kasumi solo se les quedaban viendo y Akane, decidió ignorar a su prometido:
̶ 125g de azúcar -dijo en voz baja, mientras tomaba la bolsa de sal-.
̶ ¡Éste es el azúcar, tonta! -le dijo, quitándole la bolsa de sal y entregándole la del azúcar-.
̶ ¡Cállate, bobo!... ¡no me hables así! -le dijo furiosa-.
̶ ¡Pues, entonces, toma los ingredientes correctos!
Akane aun estaba molesta y tomó la bolsa del azúcar. Después dijo, tomando la salsa de soya:
̶ Esencia de vainilla.
̶ ¡Ésa es salsa de soya! -dijo Ranma, arrebatándosela y dándole la esencia de vainilla-.
Después, Akane agarró el bote de pimienta y él le dijo:
̶ ¡¿Por qué tomas la pimienta si en el libro no dice que lleve pimienta?!
̶ ¡Ya deja de regañarme! -le dijo, bastante molesta y con pequeñas lágrimas en los ojos- ¡yo sé lo que hago!... ¡no te pedí que vinieras a ayudarme a prepararlas, porque no iba a obligarte a probarlas, si no querías!
La señora Nodoka decidió intervenir y dijo, dirigiéndose a Ranma:
̶ Hijo, agradecemos mucho tu ayuda, pero, todo está bajo control, de verdad... no hay nada de qué preocuparse, además, creo que estabas ocupado entrenando -pues, Ranma tenía puesto el traje con el que practicaba artes marciales-.
̶ Sí, Ranma -dijo Kasumi, sonriendo- gracias por venir, eres muy amable al querer ayudarnos.
Ranma las escuchó y después, volteó a ver a Akane, quien estaba limpiándose las lágrimas con uno de sus brazos:
Creo que se me pasó la mano -pensó y después, le dijo:- oye, eh... creo que se te olvidó sacar los moldes para las galletas -y se dirigió al mueble donde los guardaban:-
̶ Aquí están -dijo, colocándolos en la mesa donde Akane estaba preparando las galletas-.
Ella no volteó a verlo y siguió mezclando los ingredientes que estaban en el tazón:
̶ Eh... -dijo él, después- ¿me permites ayudarte a mezclarlos? es que, a veces cansa estar revolviendo y revolviendo para que se deshagan los ingredientes.
Ella se detuvo y él volvió a decirle:
̶ Por favor, ¿sí? -dijo, quitándole suavemente la cuchara y el tazón-.
Ella no hizo nada para detenerlo y él empezó a revolver todos los ingredientes.
La señora Nodoka y Kasumi, al ver que ya no estaban peleando, volvieron a lo que estaban haciendo.
Akane se limpió nuevamente las lágrimas con su brazo y él le dijo:
̶ Yo... eh... de verdad, lo siento mucho... no... no quise hablarte de esa manera... es solo que... -dijo, dando un pequeño suspiro- bueno, yo... quería... quería compartir un momento más contigo.
Akane lo escuchaba, sin voltear a verlo:
̶ Sé que no me pediste que viniera a ayudarte, porque es cierto que no me necesitas para hacer esto... -hizo una pausa- aunque no he probado tu comida estos últimos días, estoy perfectamente enterado de que has mejorado bastante... -hizo una pequeña pausa, nuevamente- sé que es imposible de creer, pero, si mi mamá me lo aseguró es porque así debe ser... sin embargo, de alguna excusa debía valerme para estar cerca de ti -le dijo, sonriendo-.
Ella al fin volteó a verlo y él aprovechó para darle un beso en los labios:
̶ Te quiero -le dijo después, en un susurro- ya no llores más, por favor.
Akane se ruborizó bastante e inclinó el rostro y él le dijo:
̶ Bueno, debemos apresurarnos si queremos que estas galletas estén listas a tiempo, ¿no lo crees?
Ella solo asintió, sonriendo levemente y continuaron con la preparación de las galletas, mientras la señora Nodoka y Kasumi, los observaban con ternura.
Después de unos minutos, ya tenían extendida la masa de las galletas sobre la mesa, habiendo utilizado un rodillo para hacerlo.
Luego, empezaron a cortar las galletas ayudándose de los moldes con forma de animalitos, para después, colocarlas en una charola para hornear, perfectamente engrasada y enharinada (no sin antes, haber jugado un poco con la harina, entre risas, lanzándoselas el uno al otro, en sus rostros).
Luego, las metieron al horno a 180º C, durante quince minutos y transcurrido ese tiempo, las sacaron para dejarlas enfriar:
̶ ¡Qué bonitas quedaron, Ranma! -dijo Akane, muy emocionada, como si fuera una niña pequeña-.
Ranma sonrió ampliamente al verla tan contenta y la señora Nodoka se acercó a ellos:
̶ Es verdad -dijo, observando las galletas- están perfectas.
Kasumi también sonrió y les dijo:
̶ Se ven muy bien.
̶ A ver... -dijo la señora Nodoka- probemos una -dijo, agarrando una galleta-.
Ranma y Akane se le quedaron viendo y después, ella les dijo, muy contenta:
̶ ¡Están deliciosas!... ¡los dos son unos excelentes cocineros!
Kasumi también probó una y Akane abrazó fuertemente a Ranma:
̶ ¡Gracias, Ranma!... ¡quedaron muy bien porque tú me ayudaste!
Él también la abrazó y le dijo, sonriendo:
̶ No, fue gracias a ti, porque las hiciste con amor y es por eso, que saben muy bien... -y diciendo esto último, le dio un beso en la cabeza- me encantó cocinar contigo.
Ella volteó a verlo y le sonrió:
̶ Creo que de ahora en adelante -continuó él- éste va a ser mi pasatiempo favorito.
̶ ¡¿De verdad, Ranma?! -le preguntó, ilusionada-.
̶ Sí, Akane, porque todo lo que me permita estar a tu lado y obtener esas encantadoras sonrisas que me ofreces, siempre va a ser bienvenido.
̶ Entonces, ¡hay que hacerlo más seguido! -dijo Akane, todavía más contenta- ¡porque a mí también me encantó estar así a tu lado!
Ambos volvieron a abrazarse fuertemente y tanto la señora Nodoka como Kasumi, sonrieron ampliamente, al escuchar cómo algo que para otras personas podría parecer tan sencillo como preparar galletas, se acababa de convertir en un pasatiempo que uniría mucho más a dos personas que ya se amaban profundamente.
CONTINUARÁ...
