Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.


CAPITULO 8

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La princesa miraba atentamente la gran pelea que tenía lugar en el centro del bosque. Su corazón gritaba cada vez que él atacaba, sintiéndose impotente por no hacer nada por su amado.

Aun lado, Hinata la sostenía, también miraba con aflicción como las espadas chocaban entre sí.

Tres demonios contra El Rey Demonio.

No era fácil de vencer. Sakura miraba el rostro de Sasuke, con cada golpe que daba y recibía, sus fuerzas disminuían. Ella podía sentirlo, por ende, él también.

A su lado, el demonio de cabello obscuro trataba por todos los medios de proteger a Sasuke, porque él también sabía la situación. ¿Acaso ellos eran…? Sus rostros se parecían.

Un movimiento de fuego llamó su atención, a su derecha, el joven de cabello rubio trataba de golpear a Madara Uchiha, pero parecía imposible, él ni se inmutaba, parecía que sólo estaba esperando algo.

- No puedo creer que desperdicie mi poder en tan insignificantes seres como ustedes – habló por primera vez el rey demonio desde que inicio la pelea – entonces, Madara miró directamente a Sakura

En un segundo, Sasuke y Naruto se colocaron enfrente de ellas.

- Sasuke…

- Naruto… - pronunció la de ojos perlados

Aun con su ojo malherido, Sakura miró a Hinata con gran asombro. Sakura se preguntaba en qué momento había surgido el amor entre esos dos, sin duda, una historia interesante.

Se concentró en la espalda de Sasuke, sus ojos se llenaron de lagrimas al observar que ésta estaba toda mallugada.

Naruto miraba ferozmente a Madara, su tercera fase estaba activada. Sasuke se encontraba en la misma situación, con el sharingan activado, su quinta fase comenzaba.

Madara los observó a ambos con parsimonia.

- Ya lo decidí – habló finalmente y los chicos se pusieron más alertas

No significaba nada bueno

- Las mataré primero y luego a ustedes para que miren las consecuencias de sus estúpidas acciones

- ¡No la tocaras! – gritó Naruto colérico

- Naruto-kun… - susurró Hinata, su corazón comenzaba a llorar

Madara ladeó una sonrisa. – Disfrutaré de ver los rostros de aquellos traidores, será un buen espectáculo

- Primero te mató yo – Sasuke empuñó su espada

Madara comenzó a reír sin control. - Y quién ha dicho querido Sasuke, ¿qué seré yo el que los mate?

Cuatro rostros confundidos lo miraban atentamente. Madara alzó la mano y chasqueó los dedos, en un segundo, gritos de dolor inundaron todo el bosque.

- ¡Itachi! – gritó Sasuke

Itachi gritaba sin control, sosteniendo su cabeza. El dolor lo venció y se retorció en el suelo. Sus ojos comenzaron a sangrar, el dolor incrementaba a cada segundo.

- ¡¿Qué le haces maldito bastardo?! ¡Itachi! – Sasuke miraba a su hermano, muerto de dolor en el suelo

Sasuke apretó los dientes, no podía dejar a Sakura desprotegida, a merced de ese loco, pero era su hermano del que se trataba. No sabía que hacer.

- Tal parece que está funcionando – dijo Madara

- Malito – dijo Sasuke - ¿Qué le estás haciendo?

Madara sonrió aún más. – Nunca dije que yo sería el que te matara – dicho esto, una carcajada salió de su boca.

- Miserable – Sasuke rechinó los dientes

Madara se puso serio. – Ataca – alzó su mano en la dirección donde estaban ellos

- ¡Naruto! – gritó Sasuke

Sakura alcanzó a soltar un quejido de dolor cuando Naruto la tomó en brazos y desapareció del lugar.

- ¡Itachi, soy yo, Sasuke! – gritó al tiempo que el cuerpo de Itachi se abalanzaba sobre él

Sasuke logró detenerlo con su espada, pero la fuerza que ejercía comenzaba a ganarle. Sus pies resbalaban. Sasuke logró zafar su espada, alejándose de Itachi, quien lo miraba con esos ojos malditos, pero ya no era Itachi, su mirada iracunda, llena de rabia, le indicaban a Sasuke que Madara lo tenía bajo su completo control.

¿Este era el poder de un Gran Demonio?

- ¡Itachi, soy yo! ¡Tu hermano! – le gritaba nuevamente mientras Itachi, otra vez, lo embestía

- Te sugiero que guardes tus palabras – mencionó Madara cómodamente a unos metros de la pelea – Él no te escuchara, lo que digas será en vano y sólo gastaras tus fuerzas y yo quiero que esto en verdad valga la pena – decía con aire divertido

Sasuke lo maldijo por lo bajo.

- Escúchame hermano – dijo mientras trataba de resistir el ataque – Soy Sasuke, tu pequeño hermano. Itachi se que estás ahí, por favor, no dejes que te manipule – pronunciaba mientras observaba que el rostro de Itachi se volvía más sediento de sangre

- ¿El estar con una humana te hizo rogar, Sasuke? – preguntó Madara – Que patético

El interior de Sasuke se llenó de ira. De un movimiento logró escapar de Itachi y ahora él fue quien lo embistió. Grande fue la sorpresa de Madara al observar que Itachi salió volando por los aires.

¿Es que Sasuke era más fuerte que el prodigio?

Madara cuadró su mandíbula. – Quiero que lo elimines – le ordenó a Itachi

Itachi volvió a gritar de dolor, sus ojos sangraban más.

- ¡Déjalo! – gritó con enojo Sasuke

De un rápido movimiento se dirigió a Madara, casi lo traspasaba con su Katana, pero en ese momento, Sasuke quedó sorprendido e inmóvil.

Al que atravesó no fue a Madara, sino a su mismo hermano.

Itachi se encontraba entre ellos dos, con la espada en medio de su cuerpo. Expulsaba sangre por la boca.

- C-Corre-e – pronunció Itachi

- Itachi

- ¡Corre! – gritó más fuerte sacando de un solo golpe la katana de su estomago

Se giró rápidamente y el chillar de mil aves se estrelló de lleno en el árbol a sus espaldas. Por la cantidad de energía liberada, Sasuke tuvo que retroceder y cubrirse del impacto. A Itachi no le fue muy bien. Cuando el shidori desapareció, Sasuke corrió a auxiliar a su hermano.

Itachi se hallaba de rodillas entre la fría nieve, con la respiración agitada, agarrando su herida.

- Hermano – dijo Sasuke

- P-Perdo-ón… - Itachi tosió

Sasuke, al ver la condición en que se hallaba su hermano, se llenó de una impotencia que nunca había sentido en su vida. Alzó la mirada y ahí estaba el objetivo de su ira. Madara estaba parado en una rama de un árbol, a unos metros de ellos.

El impacto ni siquiera lo había tocado.

Sasuke parpadeó y el mangekyo sharingan apareció en sus ojos.

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- ¡No! – gritó Sakura - ¡Tenemos que volver, por favor!

Naruto corría cargando a ambas jóvenes, las alejaba del sitio de la batalla. Sakura se hallaba demasiado débil para luchar contra Naruto. Hinata se aferraba fuertemente a la espalda de él. Naruto no la veía, pero sabía que estaba llorando.

Naruto se puso más serio. Mataría a Madara por hacerle eso a su amada.

Llegaron a una cueva y las depositó ahí. – Escúchame Sakura – dijo Naruto observando el herido rostro de la chica – Tienes que quedarte aquí, estás a salvo – se levantó, pero antes de alejarse, Sakura lo sujetó de su pierna

- Naruto, por favor, no puedo abandonarle – Sakura derramó lágrimas al decir estas palabras – No puede abandonarme

Naruto la observaba afligido. – No te preocupes, él no tiene la intención de abandonarte – se soltó de su agarre y no se volvió a pesar de las suplicas de Sakura, pero en ese momento, la sintió y se giró hacia ella.

Le plantó un beso a Hinata, quien la rodeo por la cintura y ella por el cuello, profundizando el beso, ¿de despedida?

- Por favor, vuelve a mí – dijo entre lágrimas

Naruto cerró los ojos y junto sus frentes, besando las delicadas manos de Hinata. – Te amo – fue lo último que dijo antes de desaparecer por completo de la cueva

Sakura rompió a llorar en medio de negaciones. Hinata se quedó parada, temblando, pues el llanto era fuerte. Temía lo peor, pues él no lo había prometido.

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Recorría rápidamente los pasillos del palacio. - ¡Hinata! – gritaba con fuerza, pero no había respuesta - ¡Hinata! – con cada paso, su respiración se agitaba, pues momentos atrás la había dejado de sentir - ¡Hinata! – gritaba una vez más, mirando a todos lados

Por favor no.

Una sensación lo invadió y se mordió la lengua evitando que las lágrimas se acumularan en sus ojos.

No puedes

- ¡Hinata! – gritó tan fuerte que una parvada de aves salió volando del bosque

Un leve quejido capturó su atención. Fue muy débil, pero lo suficientemente fuerte, para que sus escasos poderes de demonio lo captaran. Aceleró el paso y dobló por un pasillo.

Se impresionó al ver unos pies en la esquina del suelo. – Hinata – dijo llegando hasta ella

Las lágrimas cubrieron el rostro de Naruto – Hinata – la llamó sujetándola entre sus brazos – Hinata – pero ella no respondía – Por favor, no me hagas esto – acarició su pálido rostro

- Por favor – más lágrimas resbalaban por sus mejillas, pues ya casi no sentía el chakra de Hinata a pesar de la cercanía – Por favor amor – su voz se quebró

- ¡Por favor Hinata! ¡Lo prometiste! ¡Prometiste que siempre estarías conmigo! – gritó lo más fuerte que pudo

Ella tenía que escucharlo

- No me dejes – la abrazó – Por favor, no me dejes – la abrazó más fuerte, pero Hinata no respondió

El desgarrado grito se escuchó por todo el palacio.

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Sasuke apretó con más fuerza su espada al escucharlo. Naruto no había llegado a tiempo.

Madara sonrió al escuchar el quebrar del zorro. – Parece que una vez más se repetirá la historia – su carcajada provocó en Sasuke el más grande los repudios, si es que sobrepasaba el que ya existía en él – Lástima que no habrá una próxima vez

Sasuke abrió desmesuradamente los ojos. Esas palabras le evocaron lejanos recuerdos.

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Itachi comenzó a gritar nuevamente, esta vez con más locura. Una sombra se posó a lado de Sasuke.

- ¿Dónde? – le preguntó

- A salvo – respondió Naruto tomando posición de ataque

Sasuke se levantó.

- ¿Qué es lo que le pasa?

- Madara lo está controlando – le dijo a Naruto, observando con dolor la agonía de su hermano – No se cuanto más resista

Itachi comenzó a azotar su cabeza en los restos del árbol. Quería deshacerse de esa voz interior que le ordenada matar a su propio hermano y a los demás. Él no quería matarlos.

Él no quería asesinar a su ototo.

Sasuke con pesar, dejó de observar a Itachi para concentrarse en Madara, él simplemente veía la escena sin parpadear. Sasuke enfocó su vista en él y lo que observó lo dejó perplejo. A su lado, Naruto, también estaba asombrado.

Madara poseía una barrera invisible alrededor de él, hecha del más puro chakra. No iba a ser fácil.

- ¿Qué hacemos? – preguntó Naruto observando atentamente al bastardo de Madara

- Tengo una idea – dijo el portador del sharingan

En ese momento, Madara alzó la mano, ambos observaron su movimiento y de inmediato su visión se concentró en Itachi. Él dejó de golpearse, se levantó y cuando se giró, Sasuke quedó helado.

Itachi tenía la mirada completamente perdida en la locura. Ya no estaba su hermano mayor, en su lugar, estaba un completo demonio.

Madara los señaló e Itachi corrió hacia ellos con la velocidad de un relámpago.

- ¡Sasuke! – gritó Naruto

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Ambas chicas miraron el cielo por el fuerte rugido que se había escuchado hace unos segundos. Sakura sintió algo en su corazón.

Se levantó apenas con las pocas fuerzas que tenía su cuerpo. – Tenemos que ir con ellos Hinata

- Pero Naruto-kun dijo que nos quedáramos aquí, a salvo – miró a la princesa con preocupación

- Tu sabes que… - tosió - …eso no es posible. No hay lugar en donde estemos más a salvo que a lado de ellos

Hinata tenía sus dudas, pero ver la decisión en el rostro de la princesa la animó a pensar que tenía razón. Hinata suspiró.

- Aunque queramos ir a donde ellos, usted está muy débil mi princesa, no podrá caminar tan lejos – Hinata se acercó a ella rápidamente al verla flaquear

Sakura tosió con ímpetu.

- Yo podré – Sakura miró a Hinata – Te aseguró que podré ir a donde Sasuke-kun, por favor Hinata – la princesa miró a su doncella como nunca antes

En ese momento, Hinata supo que lo de ellos dos no era algo para una sola vida.

Hinata suspiró. – De acuerdo, pero tenemos que conseguir algo que nos ayude a llegar, a pie no creo que lo hagamos

- No hay problema

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Ambos atacaban al mismo tiempo, que parecía la fusión perfecta. Sincronizando hasta el más mínimo detalle, pero sin emitir palabra alguna.

Itachi podía con ambos, ¿pero ellos podían con Itachi?

A la mente de Sasuke vino una imagen, era una chica de cabello rosado

Por supuesto que sí podían

Atacaron sincronizadamente y se alejaron de Itachi. A su lado, Naruto respiraba agitadamente, su fase ya había cambiado, ahora expulsaba un gran poder. Sasuke volvió a mirar a Itachi, aunque tenía varias heridas graves, él seguía de pie, jadeando, pero no tenía permitido caer.

- Es inútil – esas palabras llamaron la atención de Naruto

- ¿Qué dices?

- No conseguiremos nada si seguimos peleando con Itachi. Nuestro objetivo debe ser ese bastardo – dijo mirando fijamente a Madara

Naruto siguió la línea de Sasuke. - ¿Pero como lo atacaremos? Aparte de su barrera, tenemos que pasar sobre Itachi

- ¿Qué tan bueno eres atacando sólo? – Preguntó Sasuke

Naruto lo observó de reojo, ya tenía una idea de lo que estaba pensando. Naruto sonrió. – Excelente – le respondió

Sasuke sonrió de lado. – Entonces ataca – Naruto asintió

Y en tres segundos, Itachi se interponía en el camino de Sasuke, de una ráfaga, Sasuke desapareció sobrepasando a su hermano, yendo directamente contra Madara. Cuando Itachi quiso atacarlo, Naruto lo sorprendió con un ataque, que lo mandó al otro lado del área.

Madara ni se perturbó ante lo que observaba, Sasuke iba directamente hacia él, con el sharingan en la mano, pero cuando estaba a unos centímetros de él, desapareció.

Eso se necesitó para que Madara por fin se sorprendiera y mirara a un costado, grave error.

Del otro lado, Sasuke arremataba el chidori contra su escudo, logrando romperlo. Madara alzó la mano, concentrando su chakra en ésta para preparar un ataque, pero los segundos no fueron suficientes, Naruto llegaba del otro lado e impactaba un rasengan en el costado derecho del rey, logrando perforarlo.

- ¡Ahora Naruto! – gritó Sasuke

Y de un momento a otro, fusionaron sus chakras, en un ataque combinado, impactando directamente a Madara en el centro de la vida.

Por la fuerte expulsión de chakra, todos salieron volando. Sasuke trataba de detener su caída, pero la fuerza era demasiada, por lo que terminó derrapando en la nieve. Naruto estaba en iguales condiciones.

- ¿Lo hicimos? – preguntó Naruto levantándose con dificultad

Sasuke observaba la nube de humo que había dejado el ataque. No podía ver más allá.

Alguien tosió. Sasuke rápidamente miró al dueño de ese sonido y corrió a su lado. Itachi se hallaba en el suelo, cubierto de sangre y su transformación había decaído a un nivel dos.

- Itachi – dijo Sasuke levantándolo un poco

- Q-Que bueno-o que estás bie-en… - pronunció con dificultad

- No hables – le ordenó provocando una leve sonrisa en su rostro e irritación en el suyo

- ¡Sasuke! – gritó Naruto

Sasuke apenas pudo escapar sosteniendo a su hermano.

El ataque por poco los alcanza. Sasuke alzó la mirada al cielo. Ahí estaba, Madara estaba en lo alto, en su forma completa de demonio.

- ¡Malditos bastardos! – gritó colérico

Goteaba sangre de su extremidad derecha, pues ésta había sido arrancada por el ataque combinado.

- ¡Ya me cansé de juegos! ¡Los eliminaré de una buena vez! – alzó la mano y comenzó a juntar todo el chakra que podía

- V-Váyanse – dijo Itachi

- ¿Qué? – Sasuke frunció el ceño – Claro que no, no te dejaré aquí

- Sasuke – Itachi miró a su hermano con una sonrisa

Sonrisa que provocó sentimientos encontrados en Sasuke.

- Váyanse – repitió – Yo me encargaré

- Ni siquiera te puedes poner en pie

- No me subestimes – bromeó y se puso de pie

- Tienen que irse – dijo comenzando a curar sus heridas y activando su última fase

- No te dejaré – insistió

- Sasuke – Itachi se volvió hacia él – Mi querido hermano, mereces ser feliz

Y entonces ocurrió. Algo que jamás creyeron ver. Por el rostro de Sasuke resbalaba una cristalina lagrima.

- ¡Vaya! – exclamó Itachi – Si que te volviste un sentimental – dijo entre risas

Sasuke frunció el ceño. – No quiero perderte

- No lo harás – se giró hacia Madara – Te lo prometo – Itachi se preparó para atacar

- Sasuke – dijo Naruto tomándolo del brazo – Tenemos que irnos

Pero Sasuke no se movía.

- Hazlo ototo. Nos veremos después

- Pero…

- ¡Ya me cansaron sus estupideces! – estalló Madara - ¡Los eliminaré a todos de una vez! – terminando de decir esto, Madara se lanzó sobre aquellos tres demonios

No dio tiempo de nada, ni siquiera de huir.

- ¡Sasuke!

Sasuke miró a la dueña de esa tierna voz y lo siguiente que pasó fue que salieron volando, estrellándose en unos arboles más adelante.

Sasuke cayó boca abajo. Levantó la cabeza y miró el lugar del impacto. Destrozos y polvo era lo que emanaba de ahí.

Sakura, pensó.

Se levantó entre quejidos, pues se había enterrado una rama en un costado.

- ¡Sakura! – gritó, pues los vientos comenzaron a correr fuertemente

Vientos que era mezclados con la nieve del bosque, dificultaba la visión.

A unos metros de distancia, pudo observar una túnica rosa. Era un bello contraste entre la blanca nieve.

- ¡Sakura! – Sasuke llegó a su lado, quitándole la nieve de encima y la abrazó

Sakura se quejó. – Lo siento, ¿estás bien? – preguntó separándola levemente de él, pero Sasuke ahogo un grito, pues Sakura se estaba desangrando.

La explosión había provocado que perdiera las extremidades derechas.

- ¡NO! – gritó con todo su dolor – Sakura – escondió su rostro en el blanco cuello de su princesa

- Sasuke – pronunció levemente

Sasuke la miró - ¡¿Por qué tenías que llegar?! – le reclamó - ¡Estabas a salvo! ¡No tenías que estar aquí! – le gritaba

- No q-quería perderte-e – dijo, la sangre brotaba de su boca

Que ironía, ahora él la perdía a ella.

Sus mejillas fueron empapadas por las lágrimas. – Sakura – dijo en tono lastimero, pues sabía perfectamente, que era el fin de su princesa

- N-No estés triste – le dijo – Te encontraré – con dificultad, Sakura alzó su mano y la posó en la mejilla de su demonio

Sasuke la tomó con cariño. – T-Te encontraré-é – su respiración se volvió pesada

- No me dejes – dijo entre lágrimas – No soy nadie sin ti

Sakura sonrió.

- ¡Por favor! – suplicó Sasuke - ¡No me dejes! ¡No lo hagas! ¡Por favor! – Sakura no dejaba de sonreírle

Era algo que ella no podía cumplir.

- ¡Hinata! – gritó desgarradoramente Naruto

Entre sus brazos tenía los restos de su chica de ojos perlados. Las jóvenes se habían interpuesto en el ataque, pero de último minuto las alcanzaron a tomar y girar para recibir el impacto. Creyeron que estarían a salvo, pero en un ataque demoniaco, los humamos no sobreviven.

- ¡No! ¡Hinata! – Naruto se hundió en el cuerpo inerte de Hinata

Ella ya no respiraba.

- Sakura, por favor – suplicó una última vez – No me dejes

- T-Te encontraré-é – dijo cada vez más débil – P-Prometo que lo ha-aré – tosió

Sasuke apretó los dientes y la abrazó más fuerte.

Unos pasos en la nieve se escucharon, no alzó la mirada, pues sabía de quien se trataba.

Madara dejó caer el cuerpo inconsciente de Itachi, el muy imbécil creyó que podía detener el ataque del Rey de los Demonios.

Madara observó ambas escenas. No podía sentir más que repulsión en ese momento. Sus más grandes demonios llorando como unos bebés por unas simples humanas.

- Terminemos con esto – alzó su mano concentrando poder en ella, pero un segundo después, se detuvo

Sasuke le miró

- ¡¿Qué estás esperando?! – le gritó coléricamente - ¡Vamos, hazlo! ¡Mátame de una vez! – lo retó

La última fase estaba activada en esos ojos rojos. Sasuke había despertado el sharingan eterno.

Madará lo pensó. Sería un desperdicio.

Itachi iba despertando.

- La traición se paga con la muerte – dijo Madara

Él sonrió malévolamente. – Entonces, los haré pagar con un castigo peor que la muerte

Itachi abrió desmesuradamente los ojos. No estará pensando en…

- Naruto Uzumaki y Sasuke Uchiha los condenó a la reencarnación eterna, al igual que a sus bellas zorras

Naruto y Sasuke lo miraban atónitamente.

- En cada vida que tengan, verán la muerte de la persona que tienen en los brazos y después seguirán ustedes. En todas las vidas sentirán el sufrimiento y la agonía de perder lo que más quieren, esa es la condena por traccionar a su señor.

En ese segundo, Madara los cubrió en una bola negra de chakra. Los relámpagos aparecieron, provocando sus gritos de dolor. Dos segundos después, caían en la nieve.

- Y tú – se giró hacia Itachi – serás el encargado de matarlos a todos – sonrió – Ese es el precio por ayudar a un sucio traidor

Itachi tuvo el mismo final. Dos segundos después caía al suelo sin poder moverse, pues aún los rayos recorrían su cuerpo.

Madara miró su obra y sintió que ya estaba satisfecho, comenzó a caminar en dirección contraria.

- ¡Ah! Una cosa más – los miró sobre su hombro – Ya que desean tanto lo mundano, en cada vida que renazcan se convertirán más en asquerosos humanos, hasta que sus poderes desaparezcan y este imbécil los elimine de una vez por todas – finalizó y despareció entre la bruma

Sasuke movió un brazo y el dolor lo recorrió por completo. El cuerpo de Sakura se hallaba a unos pasos. En la electrocución se habían separado. Llegó hasta ella arrastrándose.

- S-Sasu-u… - apenas podía hablar

Sakura lo miró con todo el amor que pudo expresar en esos momentos. Sasuke la tomó de la nuca y unió sus labios con lo de ella.

- Si tú no me encuentras primero, yo lo haré – dijo y la volvió a besar, sellando la promesa

Sakura le sonrió tiernamente y sus ojos se apagaron.

Sakura había muerto.

Sasuke comenzó a llorar, permaneciendo a su lado.

¡Mátalos! Escuchó Itachi en el interior de su cabeza. Comenzó a emitir quejidos de dolor y a sostenerla con sus manos, pero la orden era directa. Sus ojos comenzaron nuevamente a teñirse de rojo, su transformación comenzaba a escalar.

Él no quería hacerlo, pero debía.

- N-No… y-yo… - decía Itachi resistiéndose a la posesión

¡Hazlo!

Itachi gritó, vencido por el control.

Sasuke lo miró desde el suelo. Su hermano era fuerte, pero era Madara del que estaban hablando, miró a su princesa. Cerró sus ojos opacos y sonrió.

Itachi se acercaba rápidamente hacia él.

Te encontraré.

Y el chillar de mil aves impactó a Sasuke.

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Sakura respiró hondamente y se tambaleó. Su mareo incrementaba y se sujetó la cabeza. No podía controlar las lágrimas que empapaban sus mejillas.

Se sujetó de la pared. Itachi no se inmutó ante su reacción.

- Entonces… - comenzó a decir

Itachi asintió. – En cada vida, el final es el mismo – agachó su mirada – Y-Yo… - frunció el ceño – Yo los elimino – levantó su mirada y Sakura pudo apreciar el tomento que él había estado viviendo todos estos años

- P-Pero podemos cambiarlo – dio un paso – Tal vez, en esta vida, derrotemos al…

- ¿A quién? Al Rey de los Demonios, a Madara Uchiha, créeme, eso no va a pasar

En ese instante, la cabeza de Sakura comenzó a doler. Miles de imágenes se proyectaban en su cerebro. Recuerdos de sus vidas pasadas se implantaban en su memoria y cada final era peor que el anterior.

Más lágrimas resbalaban por sus mejillas. Se deslizó lentamente hasta llegar al frío suelo de la cueva. Se abrazó a sí misma. Lloró en silencio.

En ninguna vida podían estar juntos, la maldición siempre los alcanzaba.

Sakura levantó la vista y se quedó helada. Itachi estaba en su completa fase de demonio.

- Perdóname – dijo y se abalanzó sobre ella

El grito retumbó por toda la cueva.

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Sasuke jadeaba, a su costado, Naruto estaba en iguales condiciones. Madara se encontraba al frente, observándoles como insignificantes bichos.

- Estoy sorprendido – dijo Sasuke – ¿No se suponía que él que nos tenía que exterminar era Itachi o es que ya somos muy importantes para ti para que lo tengas que hacer en persona? – preguntó con sorna

Madara tardó unos segundos, pero al final la mostró. La sangre de Sasuke se congeló ante tal sonrisa demoniaca de Madara.

- Eso es lo que estoy haciendo – chasqueó los dedos

Sasuke agrandó enormemente los ojos.

- ¡Sakura!


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