Hola hermosas, muchísimas gracias por comprender lo sucedido, espero no vuelva a pasar. Espero sigan al pendiente de la historia, la cual les recuerdo que al igual que todas las que he escrito son de mi completa autoría, únicamente basadas en la historia de Candy Candy, lo hago con solo por diversión y no con fines de lucro.
No es para menores de edad.
LÍNEAS DEL TIEMPO
30
LÍNEA 2
La luna de miel de Patty y Stear estaba a punto de terminar, y no porque dejaran de ser cariñosos entre ellos, sino porque Stear sabía bien que tenía que regresar a la línea de tiempo uno, en la cual los jóvenes Anthony y Stear lo estarían esperando.
-¿Cuánto tiempo estarás allá? – Preguntó Patricia mientras cubría su cuerpo con las sábanas. Stear la miró con deseo una vez más.
-Te aseguro que esta vez no me tardaré tanto tiempo. – Le dijo con decisión, sabía que no debía estar mucho tiempo lejos de ella y de su futuro hijo.
-Te voy a extrañar. – Dijo Patricia de nuevo con la mirada puesta en su atractivo esposo.
-Igual yo querida, pero tengo que ir a la línea uno para ver cómo lo están haciendo, además para informarles lo que encontré en los resultados de ADN. – Dijo de nuevo el inventor, aunque ahora su excusa por regresar ya no tenía ningún peso para él.
-Lo sé, además tienes que ayudarlos a que la familia los acepte. – Dijo Patricia comprensiva en la misión que se había impuesto su esposo.
-Anthony no debe de tardar. – Dijo Stear mirando su reloj una vez más. Sonrió a su esposa y se acercó a ella para darle un tierno y largo beso. – Te veré pronto. – Le dijo sin asegurar cuántos días estaría en la línea uno. Patty asintió, sabía que apresurar a su inventor favorito no era adecuado.
-Te estaremos esperando con ansias. – Dijo de nuevo la joven mientras sobaba su vientre, el cual apenas comenzaba a notarse. Stear sonrió con cierta nostalgia por tener que abandonar a su esposa en esos momentos tan importantes para los dos.
Bajó las escaleras listo para irse. Esperaba impaciente la llegada de Anthony para él mismo corroborar lo dicho por el rubio por teléfono.
-Buen día. – Saludó Anthony una vez que entró a la mansión.
-Buenos días. – Lo saludó Stear algo impaciente. Anthony extendió los papeles que llevaba dentro de un sobre amarillo para que él mismo leyera con detenimiento lo que habían arrojado las pruebas de ADN. Stear tomó el sobre y mirando fijamente a Anthony se decidió a abrirlos.
-Buenos días. – Dijo Archie quien venía bajando también con algo de impaciencia. Al escuchar el auto de Anthony se había levantado apresurado.
-Buenos días Archie. – Le respondió Anthony y mientras Stear leía maravillado los resultados, le entregaba a Archie un sobre en el cual era obvio que estaban los resultados de la prueba de paternidad que se había realizado.
-¿Ya los leíste? – Preguntó el joven diseñador nervioso. Anthony negó.
-Me los entregaron ayer por la tarde, es justo que tú lo abras para saber la verdad. – Dijo Anthony mirándolo con tranquilidad, sabía bien que el resultado sería positivo a favor de Axel. Archie lo miró con nerviosismo pero decidido a ver lo que ahora deseaba tanto.
Los ojos de Archie se llenaron de lágrimas de pronto, lo que hizo que tanto Anthony como Stear se sintieran un tanto confundidos por su reacción, por un segundo ambos pensaron que no era lo que Archie había esperado leer en aquel trozo de papel.
-¡Es mi hijo! – Dijo Archie como si realmente él hubiera descubierto la cura para una enfermedad terminal. Stear dejó de leer por unos momentos y enfocó a su hermano.
-Eso ya lo sabíamos. – Dijo Stear con cierto sarcasmo en su voz. – ¿O acaso lo dudabas? – Preguntó una vez más.
-No, no tenía duda, pero por alguna razón me sentía nervioso de encontrar un posible negativo en la prueba. – Dijo Archie demostrando que estaba temeroso de que por alguna razón el hijo de Annie no fuese de él.
-Pues ahí está Archie, los estudios no mienten. – Dijo Anthony con una gran sonrisa, sabía bien que el amor que Archie había desarrollado instantáneamente por el pequeño Axel era leal y genuino.
-¿No vinieron contigo? – Preguntó Archie observando hacia afuera con la esperanza de que su hijo y Annie hubiesen a visitarlo.
-Llegaran en un momento, quise adelantarme por si Stear quería salir muy temprano. – Dijo el rubio mirando a Stear quien por fin terminaba de leer aquellos papeles. Archie sonrió feliz de poder abrazar a su hijo y por alguna extraña razón su corazón latió emocionado al recordar los dulces ojos de Annie.
-Aún no puedo creer lo que dice aquí. – Dijo Stear mirando a Anthony con verdadera sorpresa.
-Te lo dije. – Dijo Anthony más crédulo a los resultados. – Tampoco podía creer el resultado, sin embargo es comprensible ya que somos nosotros de diferentes líneas del tiempo, compartimos los mismos padres, la misma descendencia… - Decía el rubio con tranquilidad.
-¿Qué está pasando? – Preguntó Archie intrigado por lo que platicaba su hermano y su primo.
-Que los resultados de las muestras de ADN que realizamos dicen que el joven Anthony y Anthony tienen un 99.99 compatibilidad, lo mismo tú con Archie, Candy y yo también. – Dijo el inventor en respuesta a su hermano.
-¿Y eso significa…? – Preguntó Archie sin mucho interés en el tema.
-Qué es como si fuéramos gemelos monocigotos. – Dijo Anthony con serenidad. Archie lo miró levantando una ceja al no comprender el término utilizado.
-Gemelos idénticos pues. – Respondió Stear mientras giraba los ojos ante las dudas que tenía su hermano.
-Ah… - Dijo Archie comprendiendo ya lo que decían. – Eso es lo normal ya que a pesar de ser de diferentes líneas tenemos los mismos padres y familiares. – Dijo de nuevo el diseñador comprendiendo que era obvio que eso hubiese resultado de los análisis.
-Así es, pero también podría ser que los resultados arrojaran un 50% de probabilidades, como en los gemelos dicigóticos. – Dijo Stear con toda la calma del mundo. Archie volvió a arquear una ceja y miró a Anthony pidiendo ayuda.
-Son los gemelos que vienen de diferentes óvulos. – Dijo Anthony brevemente. Archie agradeció con una sonrisa mientras Stear rodeaba los ojos una vez más. – Lo que podría haber sucedido en alguno de los casos, sin embargo todo parece indicar que efectivamente podemos comprobar que somos la mismas personas pero en diferentes líneas de tiempo. – Dijo una vez más el rubio mientras Stear asentía y Archie comprendía un poco más.
-¡Papá! – Se escuchó de pronto la voz de Alexander, quien como siempre que llegaba a Lakewood corría libre y emocionado.
-¡Hola campeón! – Dijo Anthony al escuchar la inconfundible voz de su primogénito. Alexander se arrojó a sus brazos y Anthony lo levantó para girar con él como si tuviese mucho tiempo de no verlo. - ¿Y tú mamá? – Preguntó al ver que la rubia no llegaba con él.
-Ahí viene. – Dijo señalando a la puerta, donde rápidamente apareció la rubia que tanto amaba en compañía de Axel y George quien cargaba una pequeña maleta.
-Hola Axel. – Dijo Archie a su hijo, poniéndose en cuclillas para que el pequeño entrara de la misma manera que Alexander había entrado momentos antes.
-Hola papá. – Dijo Axel aún un poco tímido. Archie lo miraba con los ojos llenos de lágrimas y unas ganas enormes de abrazarlo fuertemente. El pequeño comprendió lo que su padre necesitaba en esos momentos y pronto comenzó a correr un poco menos alocado que Alexander, sin embargo abrazó tan fuerte a su padre que este no pudo evitar soltar las lágrimas de felicidad. - ¿Por qué lloras? – Le preguntó con inocencia.
-Porque estoy muy feliz de verte... y porque te amo más que a nadie en el mundo. – Le dijo Archie mientras besaba con ternura la frente del menor. Axel sintió que su corazón brincaba dentro de su pecho emocionado como nunca lo había hecho en su corta vida.
-Yo también te amo papi, eres el mejor papá del mundo. – Le dijo Axel con aquella inocencia infantil, inocencia que Annie se había encargado de cultivar para mantener una imagen buena de quien lo había procreado. Archie sintió aún más fuerte la ausencia de Annie en ese momento, sintiendo un inmenso agradecimiento hacia ella por haber hecho que su hijo lo amara con tanta devoción, una devoción que sentía no se merecía.
Candy se acercaba a Anthony y este sin soltar a su hijo la recibía con un dulce y tierno beso en sus labios. Alexander se cubría sus ojos y hacía un gesto travieso.
-Se acaban de ver. – Dijo Alexander con gracia ante la muestra de amor que se daban sus padres. Los rubios reían por los comentarios de su hijo. Stear se acercaba a saludar también a los recién llegados.
-¿Annie no vino con ustedes? – Preguntó Archie con impaciencia. Candy guardó silencio, lo mismo que Anthony quien se sentía incómodo por responder una vez más a su primo con una negativa.
Annie tenía desde la boda de Stear y Patty que no pisaba Lakewood, alegando que estaba muy ocupada y que ya sería en otra ocasión cuando los visitaría, sin embargo Archie sabía bien que todo era un pretexto que se había inventado para no verlo a él, ya que aquella noche había sucedido algo entre ellos que aún no lograba asimilar si era bueno o malo, lo único que sabía era que tenía unas ganas desesperantes de hablar con ella y aclarar el asunto.
-Mi mami no se ha sentido bien. – Dijo Axel de pronto, captando la atención de los presentes, ya que ninguno sabía que la pelinegra tuviera problemas de salud, incluso Candy era ajena a lo que decía el pequeño.
-¿Está enferma? – Preguntó Archie angustiado por lo que su hijo le informaba.
-Yo creo que sí, porque llora mucho todas las noches. – Dijo Axel con su pequeño rostro reflejando angustia. Archie tragó saliva sintiéndose culpable por la respuesta de su hijo, sabía bien que él era el único culpable de lo que le sucedía a la ojiazul. – Pero cuando me acerco a ella me dice que no está llorando. – Dijo mirando a su papá.
-A veces las mujeres somos muy lloronas. – Dijo Candy a Axel para evitar que se sintiera mal por su mamá. – Pero te aseguro que tu mamá no está enferma mi vida. – Le dijo con ternura acercándose a él para que fuera a jugar con Alexander. Alexander comprendió que su mamá necesitaba de él para distraer a su primo y lo invitó a jugar por los jardines para que ellos pudieran hablar.
-Archie tienes que hablar con Annie. – Dijo Candy con cierto reclamo en su voz.
-Es ella la que no quiere hablar conmigo. – Dijo Archie cansado de ser ignorado cuando le hablaba por teléfono. – Le he marcado una y otra vez para saber qué es lo que le sucede y simplemente no me contesta. – Decía sin querer revelar el motivo por el cual Annie ya no había querido ir a Lakewood, cuando semanas antes de la boda de Stear no faltaba ningún fin de semana.
-Confiesa, ¿Qué le hiciste para que no quiera verte? – Preguntó Stear seguro de que algo había sucedido entre ellos.
-¡Nada! ¡No le he hecho nada! – Decía Archie impaciente por el cuestionamiento al que era sometido por su familia.
-Entonces Annie tiene otra cosa. – Dijo Candy más preocupada que antes. Archie giró su rostro para escuchar la teoría de la rubia.
-¿Otra cosa? ¿Cómo qué? – Preguntó Archie impaciente por saber a qué se refería la doctora.
-Tal vez la visita de Jhon tuvo algo que ver. – Dijo la rubia pensativa, recordando que Annie le había dicho que su antiguo novio la había visitado.
-¿Jhon? – Preguntó Archie con cierto resquemor en su corazón, no le gustaba volver a escuchar que aquel hombre que había sido la pareja de Annie por algún tiempo volviera a su vida y a la de su hijo. - ¿Qué tiene que ver Jhon con Annie? Ella me dijo que él no quería que Axel me conociera. – Dijo de nuevo apuñando sus manos en señal de furia.
-Tal vez fue a pedirle perdón. – Dijo Candy buscando una excusa para justificar el desánimo de su hermana. Archie sentía que su sangre comenzaba a hervir por el coraje que comenzaba a aumentar dentro de él, tan solo de pensar en la posibilidad de que Annie los estuviese considerando y por eso su estado de ánimo.
-Pero eso no sería motivo de llanto. – Dijo Stear quien escuchaba atento lo que decía Candy. – Al contrario. – Dijo de nuevo para comenzar a hilar las teorías.
-Tal vez piensa que Archie se molestará si vuelve con él y no sabe qué hacer. – Dijo Anthony intentado también descubrir qué le sucedía a la joven. Archie era el único que sabía bien qué era lo que podría suceder con ella, sin embargo lo dicho por la rubia había calado muy hondo en su corazón, marcándole una duda que sin saber por qué lo hería profundamente.
-Ella es libre ¿No? – Dijo Archie intentando no sonar molesto, sin embargo todos notaron el rostro serio e incómodo del diseñador. – Puede estar con quien quiera. – Dijo de nuevo con el rostro duro para después salir de la mansión en busca de los niños.
-¿Qué le pasa? – Preguntó Candy con cierta ingenuidad. Anthony le sonrió con ternura al igual que Stear, quienes se imaginaban vagamente lo que sucedía con el elegante joven.
-Iré a hablar con él. – Dijo Stear sin responder a la pregunta de Candy.
-Pero tenemos que ir a la línea uno. – Dijo Anthony a su primo, recordándole que ya tenían planeado el viaje.
-Será rápido. – Dijo Stear sin detener sus pasos que se dirigían hacia donde su hermano había caminado.
-¿Qué está pasando? – Preguntó Candy una vez más.
-No lo sé amor, pero será mejor que vaya con ellos. – Le respondió Anthony, no quería hablar de más y equivocarse. Con Archie no se sabía qué podría estar pasando por su mente o su corazón, así que era mejor ser precavidos al respecto y no provocar una falsa conclusión.
-Está bien. – Le dijo Candy siendo consciente que era mejor que lo hablaran con él directamente.
Anthony salió hacia la misma dirección que habían tomado los hermanos y pronto pudo divisar que estaban cerca del laboratorio.
-¿Estás bien Archie? – Preguntó Anthony una vez que los había alcanzado.
-Ya le dije a Stear que estoy bien, Anthony. – Dijo el joven diseñador sin dejar de cruzar sus brazos. Stear miró a Anthony y este asintió a su mirada, sabía bien qué debían hacer al respecto, lo habían comentado por teléfono y tal vez era hora que lo llevaran a cabo.
-Archie, ¿Por qué no vas con nosotros a la línea uno? – Le preguntó Stear de pronto a su hermano. Archie lo miró confundido porque no sabía el motivo de su invitación.
-¿Yo? ¿Para qué quisiera ir a la línea uno? – Preguntó Archie con duda. – Además Anthony irá contigo ¿Qué no? – Preguntó de nuevo sin bajar sus brazos. Anthony miró a Stear y este insistió de nuevo.
-Creo que te vendría bien un cambio de aires. – Le dijo Stear a modo de insistir para que los acompañara. – Además Anthony también puede venir, recuerda que podemos viajar tres al mismo tiempo. – Dijo de nuevo el inventor.
-Tal vez los muchachos ocupen apoyo para convencer a la tía abuela y a Albert de su identidad. – Dijo Anthony de nuevo para convencer a Archie de ir con ellos.
-¿Dónde están los niños? – Preguntó Archie al recordar de pronto que había ido a buscar a los niños y que no los veía por ningún lado. Anthony y Stear giraron sus rostros para buscar a los pequeños, sin embargo tampoco los veían.
-¡Alexander! ¡Axel! – Gritaban los tres para encontrarlos.
Alexander había llevado a Axel al jardín, sin embargo de pronto tuvo la idea de ir hacia el laboratorio de su tío Stear para mostrarle a su primo el invento más genial que había realizado su tío.
-Ven, te voy a mostrar algo. – Dijo Alexander a su primo, quien pronto lo seguía para saber qué era eso tan emocionante que Alexander le describía con la emoción de su rostro.
-¿Qué es? – Preguntaba Axel con inocencia.
-Es una máquina que nos puede llevar a otros lugares. – Dijo Alexander en voz baja, intentando que nadie lo escuchara.
-¿De verdad? – Preguntó Axel con los ojos bien abiertos por la emoción. Alexander asintió con una gran sonrisa y con sus expresivos y enormes ojos azules muy iluminados.
-Yo conocí a otro tío Stear y a otro tío Archie. – Le dijo mientras abría la puerta del laboratorio.
-¿Conociste a otro papá? – Preguntó incrédulo a lo que decía su primo.
-Sí, pero es mucho más joven, todos son mucho más jóvenes. – Dijo Alexander mientras descubría la máquina que Stear le había pedido mantuviera en secreto.
-Wow ¿Cómo funciona? – Preguntó Axel impresionado por ver la máquina que le mostraba su primo.
-Es muy fácil, solo le picas aquí y luego…
-¡Alexander! – Dijo Anthony de pronto al ver que su hijo intentaba una vez más poner la fecha a la cual deseaba viajar, recordando que así había sido la primera vez que lo había hecho viajar por el espacio tiempo.
-¡Axel! – Dijo Archie casi al mismo tiempo que Anthony, entrando justo a tiempo de que Alexander programara la máquina una vez más.
-¿Qué están haciendo aquí? – Preguntó Stear seguro de que su sobrino había delatado su invento frente a su primo sin intentar hacer daño alguno.
-Quería mostrarle a Axel tú máquina tío. – Respondió el pequeño rubio con el rostro apenado porque sabía bien que él le había pedido que guardara el secreto, sin embargo Stear no podía enojarse con él, porque a pesar de ser muy maduro para su edad seguía siendo tan solo un niño. - ¡Pero no la iba a encender! – Le dijo casi de inmediato para que no creyera que iba a viajar solo con su primo a pesar de haberlo hecho él alguna vez.
-Creo que es mejor salir de aquí. – Dijo Anthony decidido a llevarse a su hijo.
-Pero yo quiero viajar. – Dijo Axel con emoción. – Quiero conocer a mi otro tío Stear, a mi otro papá. – Decía emocionado. Anthony miró a Alexander con reproche.
-Yo solo quería decirle a Axel que en esa línea del tiempo su mamá y su papá están juntos y muy enamorados al igual que tú y mi mamá. – Dijo Alexander intentando salirse con la suya. Archie tragó saliva al ver el rostro de emoción que mostraba su hijo ante lo dicho por Alexander.
-¿Qué les parece si viajamos todos? – Preguntó Stear de pronto a su hermano y a su primo.
-Pero dijiste que hay espacio para tres únicamente. – Dijo Archie recordando lo dicho momentos antes por el inventor.
-Pero los niños pueden viajar en los brazos de sus padres. – Dijo Stear seguro de que podrían viajar así. – Tal vez sea algo incómodo pero solo serán unos momentos. – Dijo de nuevo para animarlos a todos a ir.
-No lo sé Stear. – Dijo Anthony inseguro de confiar en los pequeños, ya Alexander había demostrado que no podía mantener el secreto de su primo, porque a nadie más le había dicho lo que sucedía en el laboratorio de su tío favorito.
-¡Por favor papá! – Dijo Alexander suplicando a su padre que pudieran ir.
-¡Sí tío! – Decía Axel sin saber bien a dónde irían. Anthony miró a Stear quien lo miraba intentando convencerlo con la mirada.
-Pero tienen que prometer que ninguno de ustedes dirá algo al respecto. – Dijo Stear al ver que había convencido a Anthony.
-¡Lo prometemos! – Dijeron ambos niños levantando sus manos en señal de promesa.
-Pero esta vez espero que sea cierto Alexander. – Dijo Stear colocándose a la altura de su sobrino mayor. – Volveré a confiar en ti una vez más y espero que no vuelvas a hablar sobre esto con nadie. – Le dijo mirándolo fijamente, demostrando con esa mirada que estaba desilusionado por haber hablado de más al respecto.
-Siento haber hablado tío, pero de verdad quería que Axel estuviera feliz, antes no le había dicho ya nada. – Dijo apenado por haber hablado y seguro de que esta vez su tío podría confiar en él. – Te prometo que ahora si ni Axel ni yo hablaremos nada con nadie, ¿Verdad Axel? – Preguntó a su primo mientras el pequeño al ver que su primo estaba en problemas aceptó de inmediato guardar el secreto.
-Verdad Alexander. – Dijo mirando a su papá quien asentía orgulloso por la relación tan estrecha que habían formado ambos pequeños en tan poco tiempo. – Nadie sabrá nada de nosotros tío. – Le dijo a Stear, quien les sonrió con cariño y los abrazó a ambos con fuerza, demostrándoles una vez más que tenían toda su confianza.
-¿Crees que sea buena idea? – Preguntó Archie un tanto escéptico de que viajaran todos juntos.
-No veo por qué no. – Dijo Stear a su hermano. – Eso sí, tendrás que vigilar a Axel en todo momento… ah y despintarte las uñas. – Le dijo Stear con cierta burla al diseñador, quien lo empujó levemente para evitar que su hijo escuchara lo que había dicho. Stear comenzó a reír junto con Anthony divertido.
-Sabes que ya no me las pinto. – Dijo Archie en voz baja, reclamándole la imprudencia a su hermano. Stear reía sin poder parar.
Los cinco se prepararon para ir unos días a la línea uno, Axel iba instruido por Alexander quien le recomendaba cómo comportarse y cómo actuar frente a la gente de aquella época. Candy y Patty los encomendaron a todos los santos para que la máquina fuera y viniera sin ningún contratiempo.
-¿Listos? – Preguntó Stear una vez que había programado la máquina, los viajeros se miraron entre sí y solo Archie temía lo que sucedería en ese viaje.
-¡Listos! – Gritó Alexander seguido por Axel, quienes eran los más emocionados por aventura por vivir.
La máquina comenzó su usual movimiento, movimiento que puso los pelos de punta a Archie, sin embargo debía evitar que su pequeña descendencia se diera cuenta que era el único que tenía miedo de viajar. Cerró los ojos cuando la luz que irradiaba el aparato comenzó a brillar de manera intensa para segundos después sentir como si el traqueteo comenzara a menguar y el brillo desaparecía de la misma manera en la que había comenzado.
-Llegamos. – Dijo Stear con una gran sonrisa, seguro de que estaban ahora en la línea del tiempo en la cual había dejado a los jóvenes enamorados.
-¿Estás seguro? – Preguntó Archie con duda, observando que la puerta de la máquina era abierta por su hermano con una sonrisa triunfal, orgulloso porque su invento continuara funcionando de manera óptima.
-Cerciórate tú mismo. – Le dijo Stear invitando a su hermano a salir primero junto con Axel, abriendo la puerta de manera triunfal para exponer el nuevo escenario en el que estaban en esos momentos.
LÍNEA 1
Axel estaba seguro que todo era un juego, una aventura que su primo y sus tíos estaban dispuestos a jugar con él y estaba realmente emocionado, sin embargo cuando al igual que Stear observó que todo lucía completamente diferente al lugar en el que habían abordado la máquina sus hermosos ojos azules se iluminaron con alegría.
-¿Es el laboratorio de Stear? – Preguntó Archie con asombro.
-Efectivamente. – Dijo Stear saliendo de la máquina en compañía de Anthony y Alexander, quienes sonreían al ver el rostro de sorpresa del diseñador y Axel.
-Te dije que si funcionaba. – Dijo Alexander a Axel quien seguía muy emocionado por la aventura.
-¡Es genial! – Dijo el pequeño con una sonrisa enorme, mirando a su papá quien le demostraba estaba igual de sorprendido que él.
-¿En qué nos iremos a Chicago? – Preguntó Archie buscando el vehículo que los transportaría a la ciudad.
-¿Cómo que en qué, Archie? – Preguntó Stear indignado, mientras mostraba orgulloso el automóvil que había mejorado.
-¿En esa carcacha? – Preguntó el diseñador desconfiado.
-Siempre viajamos en ese carro. – Dijo Alexander seguro que funcionaba a la perfección.
-Yo vi uno de estos en un museo que me llevó a visitar Jhon. – Dijo Axel con inocencia, asombrado por estar viendo un automóvil tan viejo, sin embargo aquel inocente comentario hizo que Archie sintiera unos celos de padre que no podía negar.
-Pues ahora tu papá te trajo a que vieras uno que realmente funciona y no es solo de exhibición. – Dijo Stear para darle un poco de crédito a su hermano. Archie lo miró agradecido por sus palabras. – Anda, vamos. – Le dijo con una sonrisa mientras palmeaba su hombro. Anthony también le sonrió al ver el disgusto que le causaba que Jhon hubiera sido muy cercano a su hijo.
-¿Dónde está el cinturón? – Preguntó Axel curioso, mientras buscaba entre los asientos el cinturón de seguridad.
-Aquí los autos no tienen cinturón Axel, así que tendremos que quedarnos junto a nuestros papás. – Dijo Alexander con todo el conocimiento que ya tenía en esa línea del tiempo.
-No se vayan a levantar. – Dijo Anthony como advertencia a los dos pequeños, quienes se sentaron junto a Archie en la parte de atrás.
El automóvil salió del laboratorio de Stear con rumbo a Chicago, pero antes de salir de la propiedad el aroma a rosas impregnó el ambiente de los jóvenes.
-¡Qué bien huele! – Dijo Axel emocionado.
-Son las rosas de mi abuelita Rosemary. – Dijo Alexander emocionado, ya que las flores que predominaban en ese lugar eran las rosas y en el Lakewood moderno era una variedad de flores de la región.
-Que hermoso es todo esto. – Dijo Archie maravillado por los grandes jardines que adornaban la inmensa mansión de las rosas.
-Todos estos terrenos son de los Andrew, Archie. – Dijo Stear como dato a su hermano, quien abría la boca maravillado por todas las hectáreas de bosque que le señalaba el inventor.
-No cabe duda que si han pasado los años. – Dijo Archie con sorpresa al comparar en lo que se habían reducido los terrenos de la familia.
-¿Dónde están las demás casas? – Preguntó Axel confundido porque no había otra propiedad cercana a la gran mansión.
-Aquí no hay tantas casas Axel. – Le dijo Alexander simplemente mientras sentían el aire fresco llenar sus pulmones.
-Empiezo a entender por qué no te regresabas. – Dijo Archie aspirando el aire limpio que respiraba.
Anthony y Stear sonrieron por la reacción de Archie, podían verlo más relajado, podían ver que lo que fuera que lo estuviera afectando por el momento no lo preocupaba, sin embargo sabían que era algo que debía resolver tarde o temprano.
El camino hasta Lakewood fue muy lento para los pequeños, quienes estaban impacientes por llegar a su destino, Alexander por volver a ver a Candy y Anthony y Axel por ver a su otro papá como creía él que era.
Candy se había mantenido gran parte de la noche en vela, recordando la pregunta que le había hecho el rubio, una pregunta que le daba vueltas en su cabeza una y otra vez.
-Ser su esposa. – Se decía la rubia mientras cubría su rostro con ambas manos. - ¡Ser su esposa! – Decía una vez más mientras movía sus piernas con emoción, parecía una niña pequeña que jugaba a esconderse bajo las sábanas. - ¡Sí Anthony, si quiero ser tú esposa! – Gritó de nuevo en su mente la respuesta dada la tarde anterior en el parque. Recordó la sonrisa soñadora de su amado príncipe al escucharla casi gritar su respuesta. – Te amo tanto Anthony, jamás pensé que esto pasaría así. – Se decía levantándose por fin de la cama para comenzar a vestirse, no quería llegar tarde al trabajo así que debía salir de inmediato.
Se alistó y desayunó de manera apresurada, sabía que su príncipe la estaría esperando abajo para acompañarla a su trabajo, y tal como lo había pensado ahí lo encontraba como siempre, puntual, hablando con el Sr. Smith quien sonreía amable a su charla.
-Buenos días señorita Candy. – Le dijo con una gran sonrisa. Candy sonrió cayendo en cuenta que esa mañana no había salido por la ventana a saludarlo.
-Buenos días señor Smith. – Le dijo apenada para después poner sus ojos sobre el atractivo adonis que se plantaba frente a ella con una gran sonrisa. – Buenos días Anthony. – Le dijo con el rostro coloreado por la emoción, aquel carmín que resplandecía en su rostro la hacía ver aun más hermosa, si eso podría ser posible ante los ojos de su príncipe de las rosas.
-Buenos días princesa. – Le dijo mientras tomaba su mano y besaba el dorso para completar el saludo. Candy sintió que la sangre abandonaba su cuerpo y se situaba en su cabeza, provocando que el intenso rubor que había adornado su rostro aquella mañana se hiciera más intenso. – Con permiso Sr. Smith. – Dijo Anthony disculpándose por tener que despedirse ya de su amena plática. El Sr. Smith sonrió con simpatía, comprendiendo la necesidad que tenían estos jóvenes enamorados por estar juntos de nuevo.
Caminaron por la acera para ir directo al auto que Anthony dirigía y después de echar a andar el vehículo iniciaron su marcha.
-¿Cómo dormiste? – Preguntó Anthony emocionado a su pecosa. Candy lo miró un tanto apenada por lo que tenía que decir.
-Casi no pude dormir. - Dijo entre tímida y emocionada. Anthony tomó su mano y la besó suavemente.
-Tampoco yo. – Le dijo confesando con una dulce mirada que él también había estado pensando en lo que le había propuesto la tarde anterior, aún no podía creer que habían salido aquellas palabras de manera espontánea de su boca y mejor aún no podía creer que ella hubiese aceptado. – Pecosa, quiero que sepas que lo que te dije ayer es en serio. – Dijo de nuevo para que la joven se convenciera que no estaba mintiendo.
-Yo también. – Dijo Candy con timidez. La mirada de Anthony se dilató y sus ojos se llenaron de un brillo intenso y muy especial.
Anthony estacionó el auto frente al hospital para después abrir la puerta de su dama, quien con una gran sonrisa extendía su mano para recibir la de él.
-Te veré por la tarde. – Le dijo besando su frente con delicadeza. Candy asintió con una linda sonrisa, esperando que la despedida fuese en sus labios. Anthony sintió la ansiedad de su novia y pronto cerró la distancia que los separaba, besando su boca con total ternura y dulzura.
-Hasta la tarde mi príncipe. – Le dijo Candy con emoción una vez que había terminado de besarla.
Anthony esperó hasta que su novia desaparecía frente a las puertas del elegante hospital, esperando que comenzara su labor de ese día, para después subirse al automóvil y dirigirse de regreso hasta la mansión.
Mientras tanto Stear conducía hasta el hotel donde se habían hospedado los Andrew, sin embargo al preguntar por la habitación que Archie había reservado se sorprendió al saber que ninguno de ellos estaba ahí.
-¿Qué sucede Stear? – Preguntó Anthony curioso al ver que Stear salía casi de inmediato del hotel.
-No lo sé Anthony, pero ni Stear ni Anthony están ya en el hotel. – Dijo un tanto consternado por no saber qué había sido de ellos.
-¿Tienes idea de dónde puedan estar? – Preguntó Anthony igual de sorprendido que Stear.
-La tengo, pero no sé si sea así. – Dijo el inventor pensativo.
-¿Qué vamos a hacer? – Preguntó Archie a su hermano al ver que no habían encontrado a los dos jóvenes que representaban a su hermano y a su primo.
-Vamos a buscar a Archie, algo me dice que están con él. – Dijo Stear seguro de que Archie podría tener una idea de dónde pudieran estar.
-¿Crees que los hayan descubierto? – Preguntó Anthony a su primo, se sentía inquieto de que algo así hubiera sucedido porque no sabían cómo podrían haber reaccionado, sobre todo la tía abuela que al ser tan estricta y especial podría haber hecho un escándalo.
-Espero que no Anthony, porque la tía abuela de este lugar según lo que Archie ha contado es capaz de enviarlos a prisión si sospecha que quieren timarla. – Dijo Stear con la vista puesta al frente del automóvil.
El silencio se hizo presente en el auto, ninguno de los chicos se atrevía a hablar y no era porque temieran despertar al par de diminutos pasajeros que se habían quedado dormidos plácidamente en el camino.
-¿Quién va a ir a buscar a mi doble? – Preguntó Archie al ver que se habían estacionado frente al consorcio de los Andrew. A pesar de lo cambiado que estaba todo podía apreciar que estaba en el mismo lugar de siempre.
-¡Yo voy! – Dijo de pronto Alexander, despertando con su grito a Axel quien abría los ojos sorprendido por todo lo que había a su alrededor.
-Tranquilo campeón. – Dijo Anthony marcando un alto a su intrépido hijo. – Deja ir yo. – Dijo Anthony seguro que podría ir sin llamar la atención, sin embargo no fue necesario que se bajara del automóvil que de pronto pudo observar que Archie llegaba descendiendo de su lujoso auto.
-¡Vaya! ¡Sí que tengo estilo! – Dijo el diseñador al ver al elegante muchacho que descendía de su auto y se acercaba con un paso calmo y elegante hacia el interior de las oficinas.
-Se parece mucho a ti papá. – Dijo Axel impresionado por el parecido que tenía aquel distinguido joven con su papá.
-Creo que tiene más estilo que tú papá. – Dijo Stear jugando con su sobrino.
-Ni como negarlo. – Dijo Archie mayor al ver que su contraparte de esa línea del tiempo era realmente una persona con mucha personalidad y estilo. Anthony comenzó a reír por la reacción que tenía Archie de su doble.
-¡Archie! – Gritó Anthony para llamar la atención del joven Cornwell, quien de inmediato escuchó su nombre extrañado al ver quién era la persona que le hablaba.
-¡Anthony! – Dijo sorprendido de ver que el doble de su primo había llegado y que esta vez estaba acompañado por otra persona que él supo reconocer muy bien.
Continuará…
Y llegamos al final de este capítulo, espero que haya sido de su agrado. Los Andrew viajaron ahora todos juntos al pasado para apoya a los más jóvenes, ahora solo falta ver qué es lo que sucede con todos reunidos en un mismo lugar.
Muchas gracias a todas ustedes por la paciencia que tuvieron de esperar esta semana por actualizaciones.
Julie-Andley-00:
Hola hermosa! muchísimas gracias por tus mensajes, gracias por tu genuina preocupación, espero te haya llegado mi respuesta y espero también no volver a retrasarme por algún otro motivo. Tienes razón creo que Albert deberá aprender a convivir con sus sobrinos y convencerse de que Candy solo es una buena amiga y mal que bien es la chiquilla que adoptó como hija. Gracias por comentar y leer siempre amiga, te mando un fuerte abrazo.
TeamColombia:
Hola hermosas ¿Cómo están? Muchas gracias por su paciencia, gracias por sus comentarios del último capítulo. Tienen razón Albert está celoso, pero él es bueno y pronto deberá comprender que Anthony regresó. Gracias por leer y comentar, espero les haya gustado el capítulo anterior. Saludos y bendiciones hermosas.
Rose1404:
Hola hermosa ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu bebé? Espero que ambos muy bien. Muchas gracias por tu paciencia en la actualización. Exactamente, tienes razón algunas personas somos muy ciegas en los comportamientos de otras, pero al parecer Elroy prefiere aquí tener a los Andrew contentos o será que teme quedarse sola? Creo que Anthony se dejó llevar por el impulso del momento jijijiji. Muchas gracias como siempre por comentar hermosa, te mando un saludo virtual doble.
lemh2001:
Hola hermosa, ¿Cómo estás? Creo que si Albert está en negación, pero su mente le dice lo que es y aunque no quiera aceptarlo abiertamente ya lo traiciona su subconsciente, muchas gracias por comentar hermosa y como siempre te mando un fuerte abrazo.
Mayely León:
Hola hermosa, espero que ya no estés tan atareada y si es así me espero a tú comentario, creo que Anthony en verdad ya no aguanta, pero él mismo dijo que "un caballero siempre debe de esperar a su dama" así que tiene que aplicar lo que recomienda jajajaja. Te mando un fuerte abrazo amiga y por supuesto que espero tú comentario eh? Saludos hermosa.
María José M.:
Hola amiga hermosa, que conveniente te resultó que no publicara no? jajaja no te creas, no te preocupes, espero que esos inconvenientes no hayan sido nada grave. Muchas gracias por comentar, me alegro que te hayan gustado los capítulos, ¿Y cómo ves Anthony anda de desesperado? pero sí no fue muy romántico la verdad jajaja ni agua va le dijo. No te preocupes yo le digo a mi máquina que le mandas a dar las gracias jajajaja. Te mando un fuerte abrazo amiga y ya sabes mis mejores deseos.
Silandrew:
Hola hermosa ¿Cómo estás? Espero que estés muy bien y ya más recuperada de tu cirugía, te mando un fuerte abrazo y mis mejores vibras para que ya estés al cien. Bendiciones amiga.
Luna Andry:
Hola hermosa! ¡Un verdadero honor tener a alguien como tú en mi lectura! La verdad que aprecio mucho que hayas agregado a tus favoritos mi historia, gracias por tus palabras y por comentar, espero que ya te hayas puesto al corriente hasta este capítulo. Muchas gracias por leer, te mando un fuerte abrazo.
Muchas gracias a todas y cada una de las personas que leen y que están pendientes de las actualizaciones, gracias por estar ahí y continuar con la lectura, les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.
GeoMtzR
16/10/2023.
