Capitulo 4

A la mañana siguiente, los dos finalmente estaban en el avión, por lo que Rachel decidió comenzar a revisar las preguntas que Gilbertson les dio a estudiar.

-Bien, el lado positivo es que ya sé todas estas preguntas sobre ti. La mala noticia es que tienes tres días para aprender todo esto sobre mí - dijo Rachel mientras leía las preguntas, agradecida de no tener que aprender más sobre la idiota que estaba a su lado. Dirigió su vista a la pequeña televisión del avión con Dr. Strange transmitiendose.

-Dame eso- ordenó Quinn mientras le quitaba la carpeta a Rachel, contenta porque finalmente tenía algo que hacer en el avión. Quinn pasó las páginas mientras repasaba las palabras- ¿Conoces todas las respuestas a estas preguntas sobre mí?

Rachel asintió, levantándose y acercándose al rostro de Quinn, quedando a escasos centímetros, sonriéndole de forma escalofriante.

- Asusta, ¿no es así?

Quinn se apartó de Rachel y sonrió.

- Lo que da miedo es ese enorme grano en tu frente.

Rachel puso los ojos en blanco y puso algo de espacio entre las dos mientras Quinn continuaba leyendo.

-¿Cuáles son las cosas que odio?

Rachel se puso cómoda y comenzó a hacer una lista de cosas con dedos.

-Almendras, emociones humanas, sushi, Steven Universe, niños felices...

-Eres hilarante. Aquí tienes una buena pregunta, ¿tengo cicatrices?

Rachel miró por la ventana.

-Tienes una la cadera.

Quinn levantó una ceja.

-¿Cómo lo sabes?

Rachel se encogió de hombros.

-En una ocasión te vi cambiando tu ropa, y estoy bastante segura de que tienes un tatuaje.

-Oh, ¿estás bastante segura?

Rachel asintió.

-El año pasado, tu dermatólogo llamó y me preguntó por tu cita de láser Q-Switch, elimina los tatuajes, pero cancelaste la cita, así que lo conservas- Quinn asintió sarcásticamente- ¿Qué es? ¿Armas? ¿Caligrafía japonesa? ¿Alambre de púas? - Quinn puso los ojos en blanco y no dijo nada- Sabes, es emocionante para mí experimentarte así.

-También te amo, tonta.

Rachel volvió a ver al Doctor Strange mientras el piloto hablaba por los altavoces.

-Señoras y señores, abrochense los cinturones de seguridad. Estamos comenzando nuestro descenso en Dayton.

Quinn dejó la carpeta y comenzó a ponerse el cinturón de seguridad.

-¿Dayton? Pensé que íbamos a Lima.

Rachel se puso el cinturón de seguridad y, al mismo tiempo, puso los ojos en blanco.

-Iremos a Lima.

-¿Cómo llegaremos a Lima? -preguntó Quinn desesperado.

Rachel solo sonrió maliciosamente.

-Ya verás.

Llegó la hora de subir a un avión pequeño.

-Te odio en muchos niveles.

Rachel se echó a reír cuando Quinn trató de evitar vomitar en el avión tembloroso. Salieron de Dayton en un avión pequeño ya que era la única forma de llegar a Lima, lo que a Quinn no le gustaba en absoluto, pero tenía que hacerlo.

Cuando aterrizaron, Rachel miró por la ventana, encontrando a su madre y su abuela saltando arriba y abajo con una cartulina que decía: BIENVENIDA A CASA, RACH, haciéndola reevaluar el hecho de haber llevado a Quinn con ella para que conociera a sus padres.

-Bien, aquí vamos - trató de darse ánimos.

Se volvió para mirar a Quinn, quien, desafortunadamente, vomitó en una bolsa de papel en el camino y estaba llenando su boca con mentas. Rachel se burló y sonrió ante las payasadas de Quinn mientras bajaban del avión.

Finalmente lo lograron y, al momento en que Rachel salió, pudo escuchar a su madre gritar su nombre.

Rachel sonrió, saludando a su madre y su abuela, ignorando a Quinn mientras ella luchaba por bajar las escaleras y rogaba que le prestara atención.

Rachel sonrió cuando se acercó a abrazar a su abuela y a su madre al mismo tiempo.

-¡Te extrañamos mucho! - Rachel se echó a reír al sentir que el agarre de su madre se apretaba. Rachel se alejó poco a poco.

-¿Dónde está papá? ¿Y Santana?

La mamá de Rachel se encogió de hombros.

-Bueno, se quedaron en casa, preparando algunas cosas para tu llegada.

Rachel asintió con comprensión, sin embargo, podían ver la tristeza en sus ojos.
Para animarla, su abuela comenzó de nuevo.

-Bueno, basta de charlar, ¿dónde está tu amiga?

Rachel se dio la vuelta y buscó con la mirada a Quinn, encontrandola mientras sacaba el equipaje de un carrito.

-Ahí está.

-Que linda es tu amiga es preciosa. Rachel puso los ojos en blanco ante el comentario y llamó a Quinn.

-Se amable - susurró a Quinn al tenerla cerca, ella asintió algo resignado a las órdenes.

-Quinn, esta es mi madre Shelby.

Quinn sonrió a Shelby, pero se sorprendió cuando ella se abalanzó sobre ella para darle un abrazo.

-Un placer conocerte - dijo Shelby mientras la abrazaba. Quinn se rió nerviosamente pero respondió amablemente.

-El placer es todo mío.

Rachel sonrió y comenzó a presentar a su abuela.

-Y esta es mi abuela Barbara.

Quinn asintió y sonrió.

-Bueno, ¡hola! Ahora, ¿prefieres que te llamen Quinn o "la jefa arpía"? Lo hemos escuchado en ambos sentidos. En realidad, lo hemos escuchado de muchas maneras.

La sonrisa de Quinn se convirtió en una ceja levantada y miró a Rachel, que estaba mirando a su abuela. Pero pronto Shelby intervino para salvar el día.

-Ella está bromeando.

Los ojos de Quinn se iluminaron y sonrieron de nuevo.

-¡Oh! Oh, está bien- Quinn se echó a reír, pero seguía mirando a Rachel, que estaba tímidamente sonriendo- Bueno, gracias por permitirme ser parte de este fin de semana.

Luego, la abuela comenzó a hablar de nuevo con la misma gran sonrisa.

-Oh, de nada, estamos encantados de estár con ustedes, ahora, llevémoslos al fuerte.

Quinn, con falsa emoción, gritó.

-¡Está bien! - pero al segundo, se dió la vuelta, mirando a Rachel- "¿la jefa arpia?"

Rachel se limitó a encogerse de hombros y siguió a su madre y su abuela hasta la camioneta, dejando atrás a Quinn.

De camino al muelle, Quinn admiró el verde oscuro de los árboles que bordeaban el camino a la ciudad cuando, de repente, fueron reemplazados por muchas tiendas. Pero algo era raro en las tiendas, todas incluían el nombre Berry.

Berry Photography, The Berry Collection, Berry Parcel and Post, Berry General Shop ...

Quinn luego miró la bolsa de Rachel y vio que tenía una etiqueta: H. Berry. Miró a su "prometida" y suavemente susurró su nombre.

-Rachel.

Ella siguió mirando por la ventana, distraída.

-¡Rachel!

Ella todavía no lo escuchó, así que hizo lo que tenía que hacer: picar su costilla. Ella gimió y lo fulminó con la mirada.

-¿Qué?

Quinn señaló al exterior.

-No me contaste nada sobre todos los negocios familiares, amor.

Rachel sonrió torpemente y se encogió de hombros.

-Ella solo estaba siendo modesta, querida -respondió la abuela de Rachel.

-Oh.

Muy pronto, llegaron al muelle y se estacionaron cerca del agua. Quinn miró a Rachel con curiosidad.

-¿Se supone que nos dirigimos hacia nuestro hotel?- preguntó Quinn a Rachel.

Shelby escuchó por casualidad y respondió por su hija.

-Oh, cancelé su reservación, la familia no se queda en el hotel, se quedarán en nuestra casa.

Quinn se volvió y sonrió a la amable mujer a pesar de estár gritando internamente.

-¡Genial! ¡Genial! - trató de sonreír, luego se acercó a Rachel, tomando su mano con confusión -¡¿Qué?!

-Confía en mí, traté de hablar con ellos para que nos dejaran en el hotel, pero no lo logré, así que solo intenta lidiar con esto.

Quinn gimió cuando Rachel comenzó a seguir a su madre hasta el muelle.

-Vamos, amor, no tenemos todo el día.

Quinn resopló ante el comentario de Rachel y comenzó a llevar el equipaje detrás, casi cayendo cuando se atascó con la grava. Finalmente, llegaron al bote y comenzaron a bajar el equipaje. Rachel miró a Quinn, quien acababa de llegar al final de las escaleras.

-Vamos- animó a Rachel. Ella negó con la cabeza y Quinn se echó a reír- Nena, tú eres la que vivió aquí durante años.

- Rara vez llegaba al muelle, odiaba la escalera - susurró Shelby a Quinn.

Quinn fingió darle a su 'prometida' una mirada de empatía, pero en realidad estaba luchando para no reírse.

-Está bien, amor, te voy a ayudar- Quinn se acercó a la escalera y la observó mientras comenzaba a bajar- Te vez bien- luchó por no reírse y casi se ahoga cuando Rachel lucha por encontrar el siguiente escalón - Tómate tu tiempo.

-Cállate - gruñó Rachel.

Rachel estaba a solo dos pasos del muelle flotante y su trasero estaba al alcance de la mano, así que, por supuesto, Quinn se aprovechó.

-Sólo te voy a echar una mano aquí.

Extendió su mano y agarró sin vergüenza el trasero de Rachel, haciendo que ella se detuviera y respirara profundamente.

-Quita tu mano de ahí - siseó con molestia.

Quinn se rió y la soltó, fingiendo rendirse levantando las manos. Finalmente, Rachel llegó al final y Quinn se metió las manos en los bolsillos.

-Felicidades, tengo cien años.

Rachel lo miró y le dio un puñetazo en el costado, haciéndolo reír burlonamente mientras se acercaban al bote.

En el viaje, Quinn se quedó mirando las aguas abiertas y percibió el sonido tranquilo de las olas rompiendo en las rocas, pero de repente, Shelby, quien estaba pilotando el bote, señaló al borde del agua.

-Estamos en casa.

Los ojos de Quinn se ensancharon mientras estudiaba la enorme mansión de tres pisos que Shelby había señalado.

-¿Ese es tu hogar?

Rachel volvió a mirar la cara sorprendida de su jefa, disfrutando de aquello con burla.

Finalmente llegaron al muelle y caminaron hacia la casa.

-¿Por qué me dijiste que eras pobre?

Rachel puso los ojos en blanco.

-Nunca te dije que era pobre.

Quinn se volvió.

-Nunca me dijiste que eras rica.

Rachel dio una patada a una roca pequeña del camino.

-No soy rica, mis padres son ricos.

Quinn puso los ojos en blanco.

-Eso es algo que solo dicen los ricos.

Cuando Quinn se dio la vuelta, vio a un grupo de hombres saludar a Rachel.

-¡Oye, Rachel! ¡Bienvenida a casa, linda!

-Uh, ¡hola! - respondió Rachel confundida, luego se volvió hacia su madre -Mamá, ¿qué es esto?

Shelby sonrió maliciosamente.

-Nada, solo una pequeña fiesta de bienvenida, ¿es un crimen?

-Solo 50 de nuestros amigos y vecinos más cercanos, y todos estamos emocionados de volver a verte. Vamos. Vamos - comentó Abue.

Abue insistió mientras continuaba caminando, Quinn luego se volvió hacia Rachel.

-¿Una fiesta?

Rachel suspiró.

-Supongo que sí, ahora vamos, mi abuela se está moviendo más rápido que tú.

Quinn gruñó y siguió caminando, arrastrando su pesada maleta hacia la puerta.

Una vez dentro, guardaron sus cosas y comenzaron a presentarse ante los invitados de la fiesta. Después de unos minutos de presentaciones, Quinn susurró al oído de Rachel.

-¿Cómo es que nunca me dijiste que eras una especie de Kennedy de Ohio?

Rachel se encogió de hombros.

-Lo siento, estuvimos un poco ocupadas hablando de ti en los últimos cinco años.

Antes de que Quinn pudiera escupir algo, un hombre de mediana edad con cabello blanco interrumpió su conversación para darle a Rachel un fuerte abrazo.

Caminando por la sala llena de personas desconocidas , Quinn logro identificar a Rachel que parecía tener una dura conversación con un hombre mayor de cabellera plateado. Se acercó.

- Rachel, es bueno encontrarte. - dijo

- ¿Quien esta bella dama?- inquirió el hombre que bebía un vaso de whisky

Rachel trago el enojo

- Ella es Quinn Fabray la editora en jefe...

- Asi que es tu jefa- dijo con desdén el hombre

- Si- dijo Rachel apretando sus puños

- Asi que abandonas el negocio familiar y preocupas a tu madre por la distancia que has dejado entre nosotros por ¿llevarle el café a esta mujer?- gruño con desdén mirando con total desilusión a su hija

- Yo no...-Rachel no podía refutar la parte del café, después de todo era gran parte de lo que Fabray le permitía hacer, así que no lo contrarresto

-¿Rach?

Rachel se dio la vuelta y sonrió ampliamente al ver al emisor de la voz.

-¡Santana!

Rachel corrió hacia su amiga de la infancia y la abrazó con fuerza, ambas riendo mientras se abrazaban.

-Escuché que vienes con una amiga - dijo Santana mientras se soltaban, haciendo que Rachel pusiera los ojos en blanco.

-Sí. ¿Quinn?

Quinn se acercó a Santana, le estrechó la mano y finalmente pudo estudiar su rostro, era una chica mas baja que ella, piel morena y por lo que veía una personalidad un poco complicada.

-Santana Lopez. sonrió

-Un gusto en conocerte.

Santana asintió y luego se excusó y dejó a las dos a su suerte. Rachel y Quinn se separaron de alguna manera y Rachel se topó con su padre otra vez.

-Hey pa...

-¿Por qué la trajiste aquí?- interrumpió Hiram con dureza mientras miraba a su hija.

-¿Disculpa?

Su padre negó con la cabeza.

-¿Apareciste aquí después de cinco años, con esta mujer que odiabas y que ahora es tu "amiga"?

-Acabamos de llegar. ¿Podemos esperar tres minutos antes de lanzar todo al fregadero?

-Nunca te imaginé como una chica que se acuesta hasta conseguir lo que quiere- Rachel tuvo que contener un montón de palabras inapropiadas. ¿Qué estaba diciendo su padre?¿Qué clase de personas creía que eran Quinn y ella?

-En realidad, para que lo sepas ella es una de las jefas mas jovenes que ha tenido la empresa, llego a ese puesto sola.

Hiram puso los ojos en blanco.

-Es tu boleto de ascenso.

Rachel negó con la cabeza.

-No, papá, ella no es mi boleto de ascenso. Es mi prometida.

Hiram se quedó rígido.

-¿Qué dijiste?

Rachel se cruzó de brazos.

-Me escuchaste. Me voy a casar.

Lectores anonimos: Muchas gracias

Pd: Tengo pagina de facebook por si quieren leer doujin traducidos de love live, symphogear, Mai hime, los espero con ansias, me pueden encontrar como: Mapache Curioso, espero su visita ansiosamente.

Pd: Si quieren otra historia adaptada o traducida no duden en pedirla.