Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!


Capítulo 46

No me arrepiento de contarle a Bella cómo me siento.

No me arrepiento de pedirle espacio.

Supongo que no sé qué es de lo que jodidamente me arrepiento.

Quizás la mirada triste en su rostro.

O lo que se siente no ser capaz de consolarla.

Me tomo una ducha. Fría. No que ayude. Entonces, me duermo de a ratos toda la noche en el sofá.

En la mañana, encuentro la luz de mi cuarto encendida, Emmett está sentado en su cama, sus dedos frotando sus ojos. Por lo que parece, sigue con la ropa de anoche, mientras que Bella no se encuentra en ninguna parte.

Debo haber dormido más de lo que creía, para perderme el regreso de Emmett y la salida de Bella.

—Buenos días —le digo a Emmett.

—Buenos días. —Bosteza, reclinándose en la cama, pero con una sonrisa estirándose en sus labios—. No me he ido a dormir aún.

—¿Oh? —Reconocería esa sonrisa en cualquier parte. Bella dijo que alguien más estaba con Vicky anoche, así que me pregunto si Emmett ha encontrado una compañera nueva con la cual obsesionarse.

—Nos quedamos toda la noche despiertos. —Su sonrisa se agranda, con orgullo incluso—. Solo hablando.

Oh.

—¿Con la entrenadora? —pregunto con sorpresa.

Él asiente, aún sonriendo, estirando su espalda.

—¿Cambió algo? —Dudo seriamente que él fuera capaz de hacer ceder a Rosalie, pero el Emmett triste de ayer, el que quería transferirse a otro programa, ha desaparecido. Debió haber sido una buena charla.

—Sí y no… —Se ríe, sacudiendo la cabeza—. Quiero decir, sigo siendo solo un amigo, si acaso eso… pero… he decidido que no me molesta seguir las reglas porque va a valer la pena.

—De acuerdo… —Sonrío. Eso tiene más sentido. Quizás ella le hizo ceder.

Contengo un bostezo contra el interior de mi brazo, sintiendo mis hombros caer. Estoy feliz por él, sí, por ellos, pero ayer estábamos los dos compartiendo nuestra desesperación por el próximo año, y ahora él tiene esperanza, y yo sigo sintiéndome pillado por sorpresa y molesto.

—Tenías razón —continúa Em, sus ojos estudiando los míos—. Ese tipo de conexión no sucede con cualquiera.

—¿Cuándo dije eso?

—Cuando… —Hace una pausa, estudiando con cuidado—. Ya sabes.

Cierto.

Cuando Bella se fue.

Porque aparentemente lo que sentía por Bella hizo que Emmett se diera cuenta que faltaba algo en su vida. Terminó con Vicky poco después de eso. No me di cuenta entonces que planeaba conquistar a Rosalie tan seriamente.

Me dejo caer sobre mi cama, arrepintiéndome de inmediato.

Bella se encuentra en todas partes.

Su aroma me impacta como un tren de carga.

Manteca de karité.

En mi almohada. Mis sábanas. Mi edredón.

Me siento con un gruñido, moviéndome hacia el borde de la cama, apoyando los codos en mis rodillas, y encuentro la mirada de Emmett en mí.

—Entonces, Swan durmió en tu cama —dice, de manera directa.

—Lo sé.

—Supongo que eso explica que duermas en el sofá.

Froto una mano por mi rostro, bajando la mirada.

—¿Hablaron?

Simplemente niego con la cabeza en respuesta.

—¿Vas a dejar que lo explique?

—¡¿Qué te pasa?! —espeto. Cansado y harto.

—Oye, estoy cien por ciento de tu lado en esto.

Sí, claro.

Simplemente bufo y él se pone de pie y camina hacia mi cama.

—Lo estoy —dice, su mano en mi hombro empujándome hacia atrás así lo miro.

—Realmente no parece así —digo, sin pensarlo. Sé que él no guarda rencor, y Bella en verdad no le ha hecho nada a él.

—¿Por qué? ¿Porque hago elevaciones con ella?

—Solo olvídalo, Em. —Me sacudo para quitar su mano de mi hombro, y él suspira.

—No. —El colchón se hunde a mi lado mientras se sienta—. ¿Qué necesitas de mí? ¿Cómo puedo apoyarte en todo esto? Porque, siempre sabes qué decirme, pero me siento como un amigo horrible cada vez que necesitas mi ayuda.

—No necesito tu ayuda. Está bien. —Volteo hacia él y sonrío porque hay una evidente preocupación en su rostro y quizás no debería haberme desquitado con él—. Y no eres un amigo horrible. Has estado allí por mí todo este tiempo.

—De acuerdo, pero, ¿la odias y quieres que la evite?

Me río suavemente, negando con la cabeza.

—¿Quieres que deje de hacer elevaciones con ella? Simplemente asumí que ella y yo seríamos emparejados, ya que no quieres hacerlas con ella. A menos que quieras que ella las haga con Newton, y ha estado siguiéndola como un cachorro, estoy seguro que él fácilmente aceptará.

—A la mierda Newton. —Él la dejaría caer sobre su cabeza. De solo pensar en sus manos inadecuadas en ella me enfurezco.

—Eso supuse —dice Emmett, su mano en mi hombro de nuevo—. Sé que ella se fue, y que fue horrible, pero…

Suelto un gruñido de nuevo, mi cabeza cayendo entre mis hombros.

—Pero ahora ella está de vuelta y en nuestro equipo de nuevo, y no creo que evitarla es lo correcto, porque mírate. —Los dedos de Emmett le dan un apretón a mi hombro, sacudiéndome un poco—. ¿No quieres saber qué pasó? Sé que yo sí, pero ella no habla conmigo o con nadie de ello. No hasta que ella hable contigo.

No digo nada, así que Emmett continua.

—Quizás podría ayudar, ¿sabes? ¿Escucharla? Ver qué tiene para decir. Y entonces puedes seguir adelante o decidir lo que quieras hacer…

—Creo que solo necesito tiempo. —Suspiro, levantando la cabeza.

—Está bien, tenemos tiempo. —Emmett suelta mi hombro, poniéndose de pie—. Tenemos todo el maldito verano.

Emmett camina de un lado a otro en nuestro cuarto, metiendo cosas en su bolso deportivo, preparándose para el día. Observo mi teléfono y veo que es hora de que haga lo mismo.

Cerrando su bolso, voltea a mirarme.

—Una vez que puedas tolerar que ella sea tu compañera de equipo de nuevo, vamos a ganar todo.

~F~

Contacto a Jasper antes de salir para otro día completo de actividades planificadas para el retiro. Cuando le pregunté por Bella y su lugar para dormir, dice que ella habló con él temprano, y encontraron un lugar para ella por el resto del fin de semana.

Genial, supongo.

Durante el desayuno, Bella pasa por mi lado, no dice nada, y se sienta en la mesa más lejana a mí. Levanta la mirada mientras come, encontrando mis ojos en ella.

No sé qué esperaba ver en sus ojos. ¿Ira? ¿Dolor?

No encuentro nada de esas cosas.

En cambio, ella sonríe, cariñosamente, y toma otro bocado de sus panqueques.

Como si ella estuviera bien con nuestro nuevo acuerdo.

Lo que más me sorprende es que también sonrío, con facilidad y con un asentimiento de mi cabeza, y entonces me concentro en las actividades del día.

Una excursión. Una carrera en tabla de paddle surf. Almuerzo y juegos. Fogata y malvaviscos junto a la orilla al atardecer.

Bella me da espacio, así como se lo pedí. Ella mantiene la distancia. A pesar de que mis ojos la siguen encontrando. A pesar de no estar seguro si realmente quiero que ella se mantenga alejada en absoluto.

Sin ella presionándome, de alguna manera todo es peor—muy injustamente.

Después de cenar, me uno al equipo que se dirige al granero. Hago elevaciones con Vicky. Con Jessica. Hago todo esto mientras finjo no notar todas las elevaciones que Emmett logra ejecutar con Bella.

Al menos, mantiene a Newton lejos de ella.

Ambos alardean y mis manos ansían lanzarla.

Necesito de todas mis fuerzas para no hacerlo.

Todo es jodidamente injusto.

Cuando llega la noche, me encuentro en mi cama solo después de otra ducha fría, completamente frustrado conmigo mismo, deseando ser lo suficientemente fuerte para estirar mis límites así al menos puedo hacer elevaciones con ella.

El domingo llega y se va. Todo va igual.

Observo mientras ella ayuda a Seth, dándole consejos. Mientras ella hace elevaciones con Em y prácticamente todos los demás del equipo.

Con todos, menos conmigo. Por supuesto.

Ella no se me ha acercado ni una vez.

Ella ha respetado mis deseos de que no intente hablar conmigo. Que no me presione.

Supongo que debes tener cuidado con lo que deseas.

Aún no siento que pueda hablar con ella. Pero hay una parte de mí que quiere mostrarle que, a pesar que ella rompió mi corazón, no me rompió por completo.

En realidad, o al menos físicamente, soy más fuerte que nunca.

Comienzo a pensar en cómo se sentiría hacer elevaciones con ella de nuevo.

Después de observarla desde que regresó. He analizado todos sus movimientos. A veces, encuentro mis manos haciendo los movimientos por sí solas, mientras la veo hacer elevaciones con alguien más.

Aún seguiríamos siendo compatibles con nuestras habilidades. Podría lanzarla mucho mejor que Emmet.

¿Esa conexión seguiría estando allí? ¿Podríamos solo mantenerlo profesional?

Si los dos hacemos elevaciones juntos, finalmente podríamos ganarlo jodidamente todo.

La noche es larga. El sueño es inexistente. Pero mi determinación es renovada. Y mi decisión ha cambiado.

El lunes por la mañana, cuando abordamos el autobús de regreso, rápidamente tomo asiento al lado de Bella. Su expresión es precavida al principio, pero entonces su rostro resplandece.

—Lamento si fue duro el viernes por la noche, pero necesitaba decir lo que dije —comienzo.

—No necesitas disculparte. Lo entiendo —dice suavemente—. Te daré espacio. Respetaré eso.

De acuerdo. Respiro.

—Quiero hacer elevaciones contigo. —Mis palabras traen una sonrisa a su rostro y esperanza en mi pecho—. Con una condición.

—Lo que sea —me dice al instante.

—No hablamos del pasado. —Mis palabras hacen que su expresión caiga—. Mantenemos las cosas profesionales.

—Edward…

—Esa es mi única condición.

—Está bien —acepta, asintiendo con la cabeza tentativamente, y suelto un suspiro.

—¿Trato? —Extiendo mi mano hacia ella, y todo mi brazo arde cuando presiona su palma contra la mía, y entonces sus dedos le dan un pequeño apretón a los míos.

—Trato.

Estrecho su mano, me pongo de pie, y entonces camino hacia el fondo del autobús para sentarme con Emmett.

Límites, pequeñas cosas elásticas.