¡Hola, apreciados lectores!

Acá traigo otra pequeña historia que ya había subido por acá hace un tiempo y nuevamente les pido disculpas porque sé que todavía no estamos en época navideña jejejeje :)

One-shot publicado por primera vez el 24 de noviembre del año 2022 y que participó en la #Dinámica_Navideña de las páginas: Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma e Inuyasha Fanfics: #12_eventos_decembrinos.

Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y el One-shot fue escrito sin fines de lucro.

― ¡No es justo, Ranma!... ¡ven acá! -gritó Akane corriendo tras él, sujetando una bola de nieve en sus manos para tirársela-.

― Jajaja -reía Ranma- ¡eres muy lenta!... ¡no me vas a alcanzar! jajaja.

― ¡Verás que sí! -y lanzó la bola de nieve, sin lograr dar en "su objetivo"-.

― ¡Qué mala puntería! jajaja.

Eran las cuatro de la tarde, de un veinte de diciembre en el pueblo de Nerima: las calles y las casas ya estaban adornadas con luces, pino y guirnaldas, anunciando que muy pronto sería Navidad y los prometidos más famosos habían salido de casa para ir a realizar "algunas compras decembrinas", para no dejar todo a última hora, aunque, "comprar" era lo que menos estaban haciendo, porque habían empezado a jugar con la incipiente y blanca nieve que estaba cayendo:

― ¡Me las vas a pagar, Ranma! -decía Akane muy molesta, al no poder atinarle ni siquiera una vez, mientras que él, ya le había lanzado como doce bolas de nieve-.

― Jajaja ¡eso solo si me alcanzas! jajajaja -decía, mientras iba corriendo, pero, en un momento de distracción, por voltear a verla, no se dio cuenta que una señora venía caminando en dirección hacia él y que estaba a centímetros de chocar con ella... ¡fue demasiado tarde!: chocaron irremediablemente y las bolsas de compras que venía sujetando la señora, volaron por los aires:-

― ¡Ay no, mis compras navideñas! -gritó la señora con mucha preocupación, al ver cómo se elevaba todo lo que con tanto esfuerzo había logrado comprar para su familia-.

Afortunadamente, Ranma pudo atraparlo todo, antes de que cayera al suelo:

― Aquí tiene, señora -dijo muy confiado, entregándole las bolsas- nada se quebró, no se preocupe.

Esperaba por lo menos un "gracias" de su parte, pero, lo que recibió fue un buen "sombrillazo" en la cabeza:

― ¡Ouch! ¡oiga! -dijo, quejándose por el golpe y sobando su cabeza-.

La señora no dijo nada y siguió su camino, pero, Ranma le gritó todavía, sarcásticamente:

― ¡De nada! ¡que le vaya bien! –siguió sobando su cabeza y después dijo, más para sí mismo:- ¡no entiendo cómo pueden haber personas tan agresivas y a vísperas de Navidad, por favor!...

Iba a decir algo más, pero, de pronto, sintió el impacto inminente de una bola de nieve en su rostro:

― ¡Directo! -gritó Akane, al haber logrado dar en su objetivo- ¡sí! jajaja.

Akane celebraba, muy contenta "su triunfo" (aunque el marcador hubiera quedado 12-01, pero, haber logrado darle por lo menos una vez a su prometido, ya era una enorme ganancia).

Ranma la observaba, un poco molesto, mientras terminaba de quitarse los restos de nieve que aún tenía en el rostro:

― ¡Fue porque me distraje, nada más!... ¡porque de otra forma, no lo hubieras logrado!

Akane rio con más intensidad al escucharlo y él solo se le quedaba viendo, aún molesto, pero después, cambió su expresión, al contemplarla detenidamente: el viento jugaba con sus cortos cabellos azulados y lucía realmente hermosa, con su nariz y mejillas rojas, a causa del frío y más aún, regalándole esa "encantadora risa", que al final, era música para sus oídos:

Es imposible que pueda ser más perfecta y cautivadora -dijo internamente, sonriendo ampliamente, pues, esa chica que tenía enfrente, lo tenía completamente a sus pies, sin necesidad de recurrir a hechizos o pócimas para conquistar su corazón, como lo habían hecho en ciertas ocasiones, algunas chicas que se "autoproclamaban" como sus prometidas-.

No sabía bien desde cuándo se había enamorado de ella... pero, quizás, analizándolo bien, desde que la vio por primera vez.

Akane seguía celebrando, sin imaginar lo que estaba pasando por la cabeza de Ranma y no se percató que él se estaba acercando peligrosamente a ella. De pronto, sintió cómo era aprisionada entre sus brazos.

Se sorprendió inmediatamente y dejó de reírse al estar tan cerca de él:

― ¿Ranma? -dijo muy nerviosa, viendo detenidamente esos hermosos ojos azules- ¿qué estás...?

Él no la dejó continuar porque en ese momento, se inclinó para besarla sutilmente.

Akane quedó de piedra por ese atrevimiento, pero, al final, ¿de qué se sorprendía, si hacía ya unas semanas que su prometido venía haciéndolo?... para ser más específica, desde inicios de mes la había besado ya diez veces con ésta (pues, llevaba su conteo).

Todo empezó una tarde por un malentendido que se había dado entre ambos por culpa de Shampoo. Ranma quería explicarle a Akane lo que en realidad había sucedido, pero, como siempre, ella estuvo renuente a escucharlo.

Discutieron fuertemente y después, en un pequeño arrebato de valentía, Ranma, al tenerla tan cerca, se atrevió a besarla, no pudiendo evitarlo más, dejándola completamente desconcertada.

Y a partir de ese día, se volvió una costumbre para él, besarla cada vez que tenía oportunidad de hacerlo, más aún, al darse cuenta que a ella no le "disgustaba para nada la idea": el primer beso (estando él consciente) se lo habían dado en la habitación de Akane; el segundo, en la cocina; el tercero, en la sala; el cuarto, en las escaleras; el quinto, en el comedor; el sexto, en el jardín; el séptimo, en uno de los pasillos; el octavo, en la habitación de lavado; el noveno, en el dojo y el décimo, había sido a plena calle.

Nadie más sabía de esa pequeña relación "clandestina" que estaban llevando desde hacía apenas unas semanas y Akane prefería que las cosas siguieran así por temor a que "todos esos locos que siempre andaban tras ellos" pudieran estropear el poco acercamiento que habían logrado tener después de tanto tiempo (desde la boda fallida):

― Yo gané -dijo Ranma, casi en un susurro-.

Akane sonrió al escucharlo:

― Fue porque me distraje, nada más... si no, no lo habrías logrado.

Ambos rieron un poco y después ella dijo, separándose de él:

― Ranma, alguien pudo habernos visto -pues, en las anteriores ocasiones, habían procurado ser cautelosos-.

― ¿Qué? ¿eso te preocupa? -dijo, sonriendo-.

Ella se le quedó viendo y después le dijo, un poco seria:

― No, claro que no... bueno, creo que sí... ¡ay! -dijo, cubriendo su rostro con ambas manos muy sonrojada- es que... -dijo, atreviéndose a acariciar suavemente una de sus mejillas- recuerda que acordamos mantenerlo en secreto para que nadie lo arruine.

Ranma se le quedó viendo y después, le dijo:

― Te entiendo, Akane, pero, es que... no sé cuánto tiempo más voy a soportarlo -dio un pequeño suspiro- sé que te preocupa que intenten separarnos, pero, ya no puedo, ni quiero, seguir escondiéndome...

Iba a decir algo más, pero, de pronto aparecieron Yuka y Sayuri (las inseparables amigas de Akane) y se acercaron a saludar:

― ¡Hola, Akane! ¡Hola, Ranma! -dijeron Yuka y Sayuri al unísono, muy contentas-.

― ¡Hola! -dijo Ranma-.

― Hola, chicas -dijo Akane un poco nerviosa, esperando que sus amigas no se hubieran dado cuenta de esa pequeña muestra de afecto que se estaban dando-.

― Nos dirigíamos precisamente a tu casa, Akane -dijo Yuka- pero, qué bueno que te hayamos encontrado por aquí.

― ¡Sí! -dijo Sayuri, muy emocionada- ¡es que, queríamos contarte que nos llamaron de la tienda de disfraces para decirnos que ya están nuestros trajes de elfas!

― ¡¿De verdad?! -preguntó Akane, bastante animada-.

― ¡Sí! -dijo Yuka- ¡ya está todo listo para la coreografía navideña que presentaremos el veinticuatro de diciembre!

Akane, sus amigas y otras chicas que habían estudiado con ella la preparatoria, se habían inscrito a un concurso navideño de coreografías que se llevaría a cabo a las seis de la tarde, el veinticuatro de diciembre, en el único teatro que había en el pueblo, pues, a Yuka y Sayuri les había emocionado bastante los premios que podrían ganarse, además de saber que Akane bailaba muy bien y por eso, la habían convencido para que participara y les ayudara a crear una linda coreografía, prometiéndole que se repartirían los premios si ganaban.

A Akane le pareció muy bien y decidió apoyarlas: tenían ya unas semanas de estarse reuniendo para ensayar y ahora solo estaban esperando que les entregaran los trajes que habían encargado:

― ¡Qué bueno que ya estén listos los trajes! -dijo Akane-.

― ¿Tienes tiempo de ir por ellos ahora? -preguntó Sayuri-.

― Bueno, yo... -dijo Akane- es que... mi hermana Kasumi nos pidió a Ranma y a mí que compráramos algunas cosas, pero...

Ranma la interrumpió:

― Ve con ellas, Akane... yo me encargaré de seguir con las compras.

Akane se le quedó viendo y después, le dijo:

― Querrás decir "de empezar" a realizar las compras, porque por tu culpa, perdimos el tiempo y ya no lo hicimos.

Ranma rio un poco al escucharla:

― A mí no me pareció hace un rato que te molestara que "perdiéramos el tiempo" jajajaja.

― ¡Ranma! -dijo molesta-.

Yuka y Sayuri solo voltearon a verse, pues, no comprendían nada:

― ¡Bueno, ya!... ¡no te enojes! jajaja -rio Ranma, un poco más- mejor apresúrate a ir a ver lo de tu traje, porque, no vaya a ser que te quede muy apretado y tengan que "ampliarlo" por tu "aumento considerable de medidas" en estas semanas jajajaja -y diciendo eso último, salió corriendo de ahí-.

Akane tomó una bola de nieve y se la lanzó furiosa, pero, obviamente, Ranma era muy hábil y no logró darle:

― ¡Eres un bobo! -le gritó todavía-.

Yuka y Sayuri se rieron al ver esa escena:

― ¡Ustedes dos nunca cambiarán! jajaja -dijo Yuka-.

― ¿Cuándo será el día en que no los escuchemos pelear? ¿eh? jajaja -rio Sayuri-.

Akane se sonrojó e iba a decirles algo, pero, no se lo permitieron, porque la tomaron de la mano para poder dirigirse a la tienda de disfraces.

Al llegar, se encontraron con las otras chicas que participarían junto a ellas en la coreografía, pues, Yuka y Sayuri también les habían avisado para que fueran por sus trajes.

Se saludaron alegremente y después, se probaron los trajes de elfas: eran unos vestidos verdes cortos sin mangas, con adornos rojos, acompañados de brazaletes, gorros, cinturones negros y medias de rayas blancas y rojas.

Todas quedaron encantadas con los disfraces. Pagaron el resto de dinero que debían y se los empacaron. Al salir de la tienda, se despidieron muy contentas y después, cada quien tomó su propio rumbo.

Akane se fue directo a su casa, pues, sintió que se había tardado mucho en la tienda y pensó que quizás Ranma ya había terminado de hacer las compras y lo encontraría allá.

Al llegar, saludó a su familia y la señora Nodoka le preguntó:

― ¿Y Ranma? ¿no vino contigo?

― Eh... no -respondió Akane- creí que ya había venido, es que, me encontré con mis amigas y fuimos a la tienda de disfraces, porque...

― ¿No me digas que ya está listo tu traje de elfa, Akane? -dijo Nabiki con curiosidad, ingresando al comedor, pues, también había salido un rato a la calle y acababa de regresar-.

― Eh... sí -dijo, un poco nerviosa-.

― ¡¿Y qué esperas para mostrárnoslo?! -volvió a decir Nabiki, emocionada-.

― Sí, claro -dijo, tomando la caja que le habían entregado para abrirla y sacar el traje:-

― ¡Es precioso! -dijo la señora Nodoka, acercándose a ella- ¡te verás muy linda con él en la coreografía!

― Sí -dijo Kasumi, secundando lo que había dicho la mamá de Ranma- está muy bonito, hermanita... estoy segura que tu equipo es el que va a ganar.

― Gracias -dijo Akane, un poco sonrojada-.

― ¿Por qué no te lo pruebas? -preguntó Nabiki-.

― ¿Ahora? -dijo Akane-.

― Sí, queremos ver cómo te queda -dijo Nabiki-.

― Bueno... -dijo, no muy convencida- está bien, ahora vuelvo -y subió a su habitación-.

Todos empezaron a platicar de otros temas, mientras esperaban a que Akane terminara de cambiarse.

Pasaron algunos minutos y Ranma ingresó a la casa:

― ¡Ya llegué! -gritó, desde la entrada-.

― ¡Aquí estamos, cariño! -gritó también la señora Nodoka, desde el comedor-.

Ranma traía varias bolsas de compras y su mamá le dijo:

― Déjalas en la cocina, pequeño.

Ranma asintió y Kasumi le dijo, sonriendo:

― Muchas gracias por hacer las compras, Ranma... eres muy amable.

Él también sonrió y fue a dejar las bolsas a la cocina. Después, regresó con ellos y les preguntó:

― ¿Y Akane? ¿aún no ha venido?

Iban a responderle, pero, no hubo necesidad:

― ¿Cómo me queda? -dijo Akane, ingresando al comedor-.

Todos se le quedaron viendo (sobre todo, Ranma que se había quedado con la boca abierta de la impresión). Después, la señora Nodoka dijo, sonriendo:

― ¡Qué hermosa te ves, querida!

― ¡Akane, estás muy linda! -dijo Kasumi, con dulzura-.

― Ellas tienen mucha razón, hija -dijo el señor Soun, dirigiéndose a Akane- ya quiero ver esa coreografía.

― Pues, no te ves nada mal, hermanita -dijo Nabiki, examinándola- deberías vestirte así más seguido jajaja.

Akane negó con la cabeza, sonriendo al escuchar a Nabiki y después, el señor Genma dijo, dirigiéndose a su hijo:

― ¿Tú qué opinas, muchacho?: ¿verdad que tu prometida se ve muy hermosa?

Todos voltearon a ver a Ranma, para saber su opinión y él dijo, dirigiéndose a su prometida:

― Pues, por lo menos no lo rompiste al ponértelo jajajaja... con lo mucho que has comido últimamente, es un milagro que te haya quedado ese pequeño vestido jajajaja.

Akane le lanzó lo primero que encontró, pero, no le atinó:

― ¡Si vas a decir cosas así, mejor guárdate tus opiniones! -dijo, molesta-.

Ranma solo reía al escucharla, pues, obviamente, no era verdad lo que acababa de decirle, pero, para guardar las apariencias y evitar que alguien se interpusiera en su relación, era mejor que todos siguieran creyendo que las cosas entre ellos estaban igual y que jamás serían una pareja como sus familias deseaban.

Pasaron dos días y Ranma quiso acercarse a ella para disculparse pues, pudo notar que Akane se había molestado mucho con ese comentario (como era de esperarse), pero, la oportunidad no se presentó, porque ella estuvo mucho más ocupada por aproximarse el día en que se llevarían a cabo las coreografías navideñas y aparte, como siempre, llegaron a irrumpir a la casa de la familia Tendo, quienes se "autoproclamaban" como las prometidas de Ranma y también, algunos de los pretendientes de Akane.

Parecía como si nunca los iban a dejar tranquilos y por eso, Akane se aferraba todavía más a que no debían revelar su relación, porque no creía aguantar un sufrimiento igual como por el que había pasado aquel día, cuando su "boda" no se pudo llevar a cabo (pues, al final, ella sí estaba muy ilusionada en casarse con Ranma, porque lo amaba con todo su corazón, pero, todo se había arruinado).

Pasaron dos días más y por fin llegó el día tan esperado para Akane: "Noche Buena", el día en que presentaría junto a sus amigas esa coreografía que habían creado con tanto cariño.

Todos se levantaron muy temprano, pues, habían muchas cosas qué hacer: como adornar la casa, empacar algunos obsequios y preparar la cena navideña, para que todo estuviera listo cuando finalizara la presentación de Akane, pues, pensaban hacer una gran celebración, ganara su equipo o no, aunque, era más que seguro que sí ganarían.

La señora Nodoka y Kasumi se encontraban en la cocina preparando los alimentos, mientras que, el señor Soun y el señor Genma, colocaban adornos navideños en la fachada de la casa.

Nabiki se encontraba en su habitación haciendo cuentas de sus ganancias, pues, todavía habían algunas personas que le debían dinero a vísperas de Navidad y debía cobrárselos.

El maestro Happosai, pues... nadie sabía a dónde había ido y Ranma y Akane, se encontraban adornando el árbol navideño.

Mientras lo hacían, él quiso disculparse por lo del otro día (pues, no había podido hacerlo aún), pero, la oportunidad no se dio, porque sus familiares pasaban a cada rato por ahí y no los dejaban platicar tranquilos.

Después de varios minutos, al terminar de adornar el árbol, Akane tomó algunas cajas que habían quedado vacías para ir a guardarlas al ático: situación que no pasó desapercibida por Ranma y que aprovechó para ir tras ella.

Al llegar al ático, Akane acomodó las cajas en un rincón y al voltearse se encontró con él:

― ¡Ranma, me asustaste! -exclamó, muy sorprendida-.

Él solo sonrió. Se le quedó viendo un momento y después, la abrazó fuertemente:

― Discúlpame, por favor, pero, es que... no tuve otra opción más que seguirte porque no hemos podido aclarar lo del otro día -dijo, hablando un poco bajo-.

― ¿Lo del otro día? -preguntó, al no recordarlo-.

― Sí, cuando te hice un mal comentario por tu disfraz de elfa jajaja -dijo riendo, muy divertido-.

Akane se le quedó viendo molesta y separándose de él, le dijo:

― ¡¿Y ésa es tu manera de disculparte, Ranma?!... ¡más pareciera que te estás burlando de nuevo!

Ranma volvió a reír un poco más y después, le dijo:

― De verdad, lo siento... es que, fue tan gracioso jajaja.

Akane se molestó aún más y se iba a ir de ahí, pero, él la tomó del brazo:

― No fue en serio... perdóname, ¿sí? -dijo, viéndola detenidamente- sabes muy bien que solo lo dije para que todos piensen que las cosas entre nosotros no han mejorado en nada.

― ¡Sí, claro! -dijo, sarcásticamente- ¡y tú te aprovechas de esa situación para decir cosas ofensivas!

Ranma sonrió al escucharla y volvió a abrazarla:

― No, Akane, claro que no... no pienses eso, por favor -hizo una pausa y después, le dijo:- es que, todo sería tan distinto si aceptaras que nuestra relación se hiciera pública -la observó un momento y después, iba a besarla como en las anteriores ocasiones, pero, ella no se lo permitió:-

― Ya quedamos en algo, Ranma... por favor, entiéndeme: no podría soportar volver a sufrir como aquella vez -dio un pequeño suspiro- es mejor continuar así, donde podemos estar juntos sin que nadie se interponga.

Ranma negó con la cabeza y después, le dijo:

― Sigo sin estar de acuerdo, Akane, pero, si eso es lo que quieres... procuraré comprenderte, te lo prometo.

Diciendo eso último, la soltó y se dio la vuelta para irse, pero, ella lo detuvo del brazo:

― Espera, por favor...

Él se le quedó viendo y ella lo tomó del rostro para besarlo (ahora, ella había tomado la iniciativa y con esta vez, ya eran once besos los que se habían dado desde inicios del mes de diciembre):

― Te quiero, Ranma... -dijo, viéndolo detenidamente- te amo y nuestra relación es lo más valioso que tengo... por eso, no quiero que nada ni nadie lo arruine -dijo, acariciando tiernamente una de sus mejillas-.

Ranma sonrió ampliamente al escucharla. Iba a atreverse a besarla nuevamente, pero, escucharon la voz de la señora Nodoka:

― Ranma, cariño, ¿puedes venir un momento, por favor?

Ambos rieron por la interrupción:

― ¡Ya voy, mamá! -gritó Ranma, desde el ático. Después, volvió a abrazar a Akane y ella le dijo:-

― ¡Vamos ya o van a empezar a sospechar algo! jajaja -dijo, riendo aún y después, se separó de él para caminar hacia la salida de la habitación, pero, él le dijo todavía:-

― Por cierto, Akane... -ella volteó a verlo- ese traje de elfa te queda "muy bien entallado" -dijo, pícaramente-.

Akane se sonrojó bastante al escucharlo y él continuó:

― Y de una vez te digo que no me hago responsable de lo que pueda suceder si algún tipo se atreve siquiera a intentar hacerte un cumplido parecido al mío -dijo, haciendo tronar sus nudillos para empuñar una de sus manos-.

Akane solo negó con la cabeza, riendo nuevamente al escucharlo y recordó en ese momento por qué en su coreografía no iban a participar chicos... la respuesta era muy sencilla: porque tenía un prometido demasiado celoso que no iba a permitir que bailara con alguien más que no fuera él (por supuesto, tendría que tomar clases de baile para que eso sucediera). Por eso, Akane tuvo que inventar excusas quizás hasta algo ridículas para que sus amigas no invitaran chicos a participar en la coreografía.

Volvió a sonreír al recordar aquello y después, salió de la habitación.

El día transcurrió rápidamente y llegó la hora en que Akane debía ir a reunirse con sus amigas en el teatro para poder organizarse con tiempo antes de la presentación.

Su familia y la de su prometido, llegaron después para tomar sus respectivos asientos en ese lugar, el cual estaba completamente decorado con guirnaldas, esferas, copos de nieve, pino, luces, árboles de navidad, figuras de Santa Claus, duendes, ángeles, renos, pingüinos y muñecos de nieve, además que, mientras llegaba el momento para que iniciaran las coreografías navideñas, habían puesto alegres y hermosos villancicos: ¡el ambiente navideño brotaba por todas partes!

Pronto, el teatro estuvo repleto de personas y dio inicio el tan esperado evento: eran doce equipos los que iban a participar y a Akane y sus amigas les correspondía el número siete.

Al llegar el momento de su participación, sus familias empezaron a aplaudirles fuertemente para animarlas.

Akane estaba muy nerviosa, pues, quería que las cosas salieran bien y no defraudar a sus amigas, pero, al ver a su familia y en especial, a su prometido, apoyándola, se armó de valor y dejó atrás todo el temor que sentía.

La música navideña que acompañaría su coreografía: "Jingle bell rock" inició y entonces, Akane, junto a sus amigas, empezaron a realizar el baile que estuvieron ensayando durante algunas semanas: se movían a la izquierda, luego a la derecha, daban una vuelta, subían y bajaban de una manera bastante coordinada.

Ranma observaba detenidamente a su prometida. Sonreía al ver que lo hacía muy bien y se decía internamente que Akane lucía mucho más bella que otros días usando ese disfraz y con el maquillaje que se había aplicado (pues, aun cuando se arreglaba de manera sencilla, siempre era cautivadora para él).

Sus movimientos eran tan femeninos, tan gráciles, tan perfectos... y definitivamente, Ranma se convencía aún más del gran amor que sentía por ella.

Akane y sus amigas continuaron bailando por unos minutos más y al finalizar, todos les aplaudieron fuertemente, pues les había gustado mucho su coreografía.

Pasó una hora más y cuando ya todos los equipos habían participado, los jueces del jurado calificador, se pusieron de acuerdo para dar los resultados.

Después de unos minutos más, por fin, uno de los jueces pasó al frente para dar a conocer el nombre del equipo ganador.

Todos los participantes estaban muy nerviosos, en especial, Akane y sus amigas, pero, grande fue su sorpresa al escuchar que... ¡ellas eran las ganadoras!

Empezaron a celebrar muy contentas, abrazándose y felicitándose por el esfuerzo y empeño que habían puesto en esa coreografía.

La familia de Akane, Ranma y sus padres no hicieron más que aplaudirles fuertemente desde sus asientos y Ranma se decía internamente que ya después encontraría la oportunidad para felicitar a su prometida de una forma más "personalizada".

Akane y sus amigas pasaron al frente para que les entregaran sus premios: un trofeo y doce mil yenes para el equipo, una medalla y una tablet para cada una, además, cupones canjeables para cenas navideñas.

Todas estaban muy felices y el público volvió a aplaudirles fuertemente.

Al finalizar por completo la actividad, Kasumi, Nabiki, el señor Soun y los padres de Ranma se acercaron a Akane para abrazarla y felicitarla:

― ¡Felicitaciones, hermanita! -dijo Kasumi, sonriendo- estaba segura que tú y tu equipo ganarían.

― Les quedó muy linda la coreografía, querida -dijo la señora Nodoka, abrazando a Akane- me alegra mucho que hayan ganado.

― Todo estuvo excelente, hija -dijo el señor Soun- tú y tus amigas tienen un gran talento.

― Lo hicieron muy bien, Akane -dijo el señor Genma- te felicito.

Akane les sonrió y les agradeció sus palabras:

― Bailas muy bien, Akane -dijo Nabiki, abrazándola- mis más sinceras felicitaciones.

― Gracias, Nabiki.

― Ahora solo falta que me pagues el dinero que todavía me debes por haberte ayudado con lo del vestuario, ¿eh? -pues, ella le había dado la idea del diseño de los trajes de elfas, pero, a cambio de cierta cantidad de yenes, por supuesto-.

Akane negó con la cabeza, sonriendo al escuchar a su hermana:

― Sí, Nabiki, no te preocupes: te pagaré todo jajaja.

Después, sus amigas se acercaron a ella para agradecerle que aceptara participar y por haberles ayudado a crear esa linda coreografía.

Cuando terminaron de hablar, Ranma aprovechó para acercarse a ella.

Akane volteó a verlo y pensó que quizás le iba a decir "alguna grosería", como era su costumbre, para seguir guardando las apariencias frente a todos, pero, para su sorpresa, no fue así:

― Akane... -dijo, viéndola detenidamente- te ves preciosa esta noche -después, la abrazó fuertemente, no importándole que los vieran-.

Akane se ruborizó hasta más no poder y él continuó:

― Mira, sé que no quieres que se enteren de la relación que hemos estado llevando a escondidas desde hace ya unas semanas, pero, por favor, ahora soy yo quien te pide que me entiendas -hizo una pausa, separándose un poco de ella para verla a los ojos- Akane, sé que hay muchas personas que no desean vernos juntos y que lo han estropeado todo, como aquella vez -dijo, haciendo referencia a la boda fallida- pero, esta noche... yo... yo quiero decirte que estoy dispuesto a correr el riesgo -hizo una pausa- ya no quiero seguir ocultando lo que en realidad siento por ti... ya no quiero ser un cobarde, porque, precisamente por no hacer pública nuestra relación y por estar fingiendo que nos odiamos, es que hay tantos locos tras nosotros -dio un pequeño suspiro- por eso, quiero decirte que yo... no estoy dispuesto a seguir así.

Akane se conmovió mucho al escucharlo hablar de esa manera. Después, inclinó su rostro avergonzada, porque efectivamente, era una cobardía seguir así:

― Akane -dijo Ranma, tomando su menton con una de sus manos para que lo viera- dime si estás dispuesta al igual que yo a correr cualquier riesgo que implique dar a conocer nuestra relación -Akane lo vio detenidamente y él continuó:- dímelo, por favor... dime que al igual que yo, estás dispuesta a defender nuestro amor de quien sea.

Sus familiares y amigos los observaban un poco lejos de donde ellos estaban hablando, muy sorprendidos... bastante sorprendidos.

Akane se quedó callada por unos instantes, pues, nuevamente vino a su mente aquel día tan triste para ella, pero después, sonrió ampliamente y atreviéndose a acariciar suavemente el rostro de su prometido (como ya lo había hecho en otras ocasiones), le dijo, más animada:

― ¡Sí, Ranma, sí! -dijo, con convicción- ¡estoy dispuesta a correr los riesgos junto a ti para defender nuestro amor... de quien sea!

Ambos sonrieron ampliamente y después, tomando la iniciativa juntos, se dieron un beso frente a todos.

La señora Nodoka se tapó la boca con ambas manos, por la impresión:

― ¡No puedo creerlo!: ¡su primer beso! -dijo, muy emocionada-.

Kasumi sonrió al escucharla y Nabiki dijo, dirigiéndose a la mamá de Ranma:

― Su doceavo beso, querrá decir, tía jajaja.

― ¡¿Doceavo beso?! -dijeron muy sorprendidos, el señor Soun y el señor Genma-.

― Así es -confirmó Nabiki-.

Ambos voltearon a verse y después, el señor Soun dijo, dirigiéndose al señor Genma:

― ¡Al parecer, festejaremos mucho más que Navidad, esta noche, Saotome!

― ¡Tiene razón, Tendo! -dijo el señor Genma- ¡y hay que hacerlo a lo grande!

Las amigas de Akane también estaban muy sorprendidas:

― ¡Lo veo y no lo creo! jajaja -dijo Yuka-.

― ¡Por fin declararon sus sentimientos! -dijo Sayuri-.

― ¡Ya era hora! jajaja -dijeron al unísono las otras chicas que habían participado en la coreografía-.

Todos se alegraron por ellos.

Ranma y Akane volvieron a sonreír. Después, juntaron sus frentes y él le dijo:

― Así que, oficialmente, DOCE BESOS PARA NAVIDAD, ¿no, Akane?

Ella se le quedó viendo muy sorprendida y sonrojada a la vez: ¡no podía creer que él también llevara la cuenta!

Ranma volvió a sonreír al ver su reacción y después, le dijo:

― ¡Feliz Navidad, mi hermosa duendecita! -y la abrazó fuertemente- a partir de hoy, las cosas serán mucho mejor para ambos, te lo aseguro.

Akane también sonrió al escucharlo:

― ¡Feliz Navidad también para ti, mi amor!: ¡mi único amor!

Ranma se ruborizó al escucharla y después, ella le dijo:

― Ahora vamos con nuestras familias y amigos, porque aún tenemos muchas explicaciones que darles jajaja.

Ambos se tomaron de la mano para acercarse a ellos, sin saber que ya estaban más que enterados de esa pequeña relación que habían estado ocultando desde principios de mes... y que al final, no había sido tan "clandestina" como ellos pensaban, gracias al espionaje de Nabiki.

FIN

Muchas gracias por haberme acompañado hasta acá, apreciados lectores. Ya saben que si desean dejarme un mensajito no me voy a oponer jejeje :)