Capitulo 2
Había tenido días mucho más gloriosos que ese.
Narcissa fingía contemplar su jardín, aquel que otros días era su orgullo, hoy le era indiferente. Una sombra se cernía sobre la mansión y no podía hacer nada para evitarla.
Hace varios días que Draco no enviaba alguna carta, no tenía noticias de él, y aunque eso era motivo de sobra para preocuparse ella entendía, ella sabía que estaban en una especie de juego donde todo podía pasar, que su hijo tenía su propia batalla y ella solo podía esperar.
Su hijo, su único hijo. Ella no quería esto para él. ¿Cuándo todo se volvió tan oscuro, frío y cruel? A pesar de todas las costumbres e ideas con las que creció, ella solo quería la felicidad y bienestar de Draco y ahora, él tenía todo lo contrario.
Draco había recibido la orden, preparar las cosas en el colegio para poder ser atacado, eliminar a Dumbledore y así estar un paso más cerca de eliminar a Harry Potter.
Dejo escapar el aire en sus pulmones sin haberse dado cuenta que había dejado de respirar.
—Cissy.
Esa voz. Podía sentir como Bellatrix se iba acercando a ella, llamándole con aquella voz chillante. ¿Cuándo fue qué su hermana cayo en la locura? Si bien su hermana era algo... diferente, jamás pensó que terminaría siendo una demente psicópata asesina.
—¿Ocurre algo?
—Si, siempre ocurre algo —respondió altanera— ¡Avada Kadabra!
Un rayo verde salió disparado y dio directamente en un ave que volaba, la pobre comenzó a desplomarse cayendo en un sonido sordo.
—¡Bellatrix! —la reprendió Narcissa—. ¿Por qué lo hiciste? ¡Era una simple ave!
—Exactamente, hermanita —sonrió mientras se asomaba para ver al pobre animal en el suelo—. Aquí no tenemos espacio para lo simple. Por cierto, Cissy, el Señor Oscuro está esperando con ansias las vacaciones de navidad —su sonrisa, aquella torcida que parecía ser su sello se dibujó en su rostro. Narcissa sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía lo que su hermana insinuaba con aquel recordatorio.
—Lo sé, y sé que él estará totalmente dispuesto a la petición de nuestro Señor.
—Eso espero, hermanita. No podría soportar que se acobardara. ¿Lo imaginas? ¡Qué vergüenza! Después de lo de Lucios, tu hijo es la única esperanza de levantar el apellido de la familia, podría ser un gran servidor de nuestro Señor. Creo que lo tomaré bajo mi manto —dijo mientras soltaba una risita, como si aquello se tratara de una travesura— seré su mentora, le podré enseñar cosas muy útiles.
—Bellatrix, por favor, quiero estar a solas un momento —pidió Narcissa dándole la espalda y mirando de nuevo hacia el jardín.
—Como quieras.
Bellatrix se fue mientras llamaba a un elfo para que la atendiera.
Narcissa tenía la mirada perdida, no podía dejar de ver aquella ave tirada en medio del jardín, por un segundo la envidio, esa ave ya no tendría que estar presente en un mundo cada vez más oscuro, malvado y cruel.
Todo aquello la asfixiaba y Bellatrix no hacía más que ponerle el pie en la garganta. No tenía realmente a quien recurrir, amigos reales no tenía. Y si alguna vez los tuvo, ya no estaban. Después del escándalo de Lucios siendo llevado a Azkaban por la pelea en el Ministerio, mucha gente se alejó de los Malfoy, no era momento para rodearse de gente problemática.
Draco. Ella era ahora la cabeza de la familia, Draco aún era un niño y el peso que querían poner sobre sus hombros era mucho, era suicidio. No, ella no podía permitirlo, ella haría todo lo posible, incluso si debía ceder ante sus prejuicios, no importaba, lo único que quería era ayudar, salvar a su hijo y eso sería a costa de lo que o quien fuera, incluso del propio Voldemort.
Tenía que hacer algo antes de que Bellatrix pudiera ponerle la mano encima.
. . .
¿Cómo era posible que nadie sospechara de todo aquello? Por Merlín, hablaban de Draco Malfoy.
—Ron, deja de apretar los dientes, puedo escuchar como truenan. Pensé que estabas de acuerdo con el asunto de Malfoy.
—Claro que no, solo fue para no molestar a Hermione. No lo puedo creer —se quejó Ron— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de dejarla cerca de ese idiota? Creo que mejor regresamos...
—Vamos, Ron —respondió Harry en el tono más conciliador que pudo—. Tú sabes que Hermione ya había tomado su decisión y no importa lo que dijéramos, ella ayudaría a Malfoy.
—¡Es que no lo entiendo!
—Es Hermione, ella siempre intentará ayudar a quien lo necesite y yo no seré quien le diga que no lo haga. Después de todo...
—Es que ¡No puedo creerlo! Harry, debes hacer algo. Hermione está a merced de ese mortífago, seguro lo es. Tú y yo sabemos que es una trampa, solo está esperando el momento y seguro que...
—Basta, Ron —dijo Harry deteniéndose y darle una palmada en el hombro—. No diré qué me agrada la idea, pero Dumbledore lo cree apropiado y yo confío en sus decisiones, aparte, es Hermione, si Malfoy está fingiendo o planeando algo, nadie mejor que ella para descubrirlo.
Ron arrugó la nariz, no le gustaba la calma con que se estaban tomando ese asunto.
—Como digas, pero yo no me trago el cuento del pobrecito Malfoy.
Ron comenzó a caminar y tomo el primer pasillo a la derecha. Harry dejó escapar un suspiró, sabía que aquello no terminaría bien.
Ron no podía creerlo, no importaba que el mismísimo Dumbledore le haya pedido aquello, ¿Cómo pudo aceptar? Después de todo lo que Malfoy les había hecho, ella corría en su ayuda. Desde el día que se conocieron los fastidió.
Eso no podía quedarse así, él debía hacer algo. Porque Harry se dejaba llevar por lo que Dumbledore dijera, Hermione era lo suficientemente buena para dejarse engañar, pero él era el listo por primera vez. Ron Wesley salvaría a sus amigos.
Intento quedarse al margen cuando Hermione les dijo sus planes sobre Malfoy, prometió que la cuidaría y controlaría su temperamento, pero después de verla entrar a la enfermería y tener que dejarla sola con ese idiota le hacía hervir la sangre.
—Fíjate por dónde vas, comadreja.
Pansy se sacudió el hombro que Ron le había golpeado al ir caminando sin prestar atención y eso pareció ser el detonante para Ron, porque en dos pasos estaba frente a ella, tomándola de los brazos, aprensándola y mirándola como si quisiera maldecirla.
—Escucha bien, Parkinson —Ron acerco su rostro sin dejar de verla a los ojos mientras Pansy no decía nada por la sorpresa—. Tú y todas las malditas serpientes que tienes como amigos son basura, no son más que unos malditos mentirosos y cobardes. Tú eres de las peores, eres tan miserable y estúpida... Por su culpa Hermione estará cerca del idiota de Malfoy. Pueden engañar a todos, incluso a Dumbledore, pero yo no me creo por nada que Malfoy perdió la memoria. Se que todo es una trampa, Hermione es demasiado buena para verlo, pero sé que el que ella esté cuidando de Malfoy es parte de su plan. Así que diles a tus amigos que cuando descubra que traen entre manos, yo mismo me encargaré de que se pudran en Azkaban.
Sin dar tiempo de nada, Ron giro a Pansy y la lanzo contra la pared de piedra y se fue sin mirar atrás.
Pansy no podía creer la buena y mala suerte que tenía, si bien había conseguido la información que necesitaba, estaba segura que le quedaría algún tipo de marca de las manos de la maldita comadreja. Ya encontraría la manera de vengarse, ahora debía correr y contarles a los demás lo que acababa de descubrir.
...
—Bueno, esta es nuestra torre.
Malfoy paseo su mirada por la pequeña sala, la chimenea, unos pequeños libreros y unas escaleras que conducían a lo que parecía un pequeño pasillo.
—¿Solo estaremos nosotros? —pregunto Malfoy volteando a verla.
—Si —respondió nerviosa, no fue hasta que lo escuchó decir aquello de su propia boca que sintio la realidad de aquello ¿Qué tan buena idea era lo que estaba haciendo? Algo le decía que saliera huyendo, pero ella no era una cobarde, todo esto era por un bien mejor —. El director Dumbledore cree apropiado que no estes solo las primeras semanas y te ayude a tus dudas respecto a las materias, el castillo y… bueno, incluso con algunos de tus recuerdos.
—¿Podrás ayudarme con eso? —la miro a los ojos— ¿Fuimos cercanos antes de mi accidente como para que puedas ayudarme con recuerdos?
Ella bajo la mirada nerviosa, la incomodaba la manera en que la miraba, pero aquellas preguntas tenían todo el sentido. Si ella estuviera en esa posición probablemente se cuestionaría lo mismo.
—La verdad no éramos amigos, pero, puedo intentar ayudarte. Si quisieras podría ir por alguno de tus amigos y pedir que hable contigo, tal vez ya lo pensaste mejor y deseas a otra persona como compañía, yo no me molestaría, es decir, lo entiendo.
Malfoy no dijo nada y solo la miro unos segundos para después sonreír. Hermione frunció el ceño sin saber que significaba ese gesto en ese momento, aquella sonrisa era diferente a las que le dedicaba justo antes de lanzar palabras crueles.
—¿Siempre eres así? Parece que la que no quiere estar conmigo eres tú, ¿Teníamos algún problema? Si te sientes incomoda en mi presencia puedes marcharte, no te preocupes, sé que podría arreglármelas. Tal vez se me asigne a otra persona. Lamento si esto te ocasiono algún tipo de… problema.
No supo que decir, todo era demasiado surreal. No sabia como tratar al sujeto delante de ella, si, sabia que era Draco Malfoy, aquel que una vez la llamo Sangre Sucia, que insulto a ella y sus mejores amigos sin piedad cada que podía… pero no era realmente aquel Malfoy. Este era una nuevo, como un pergamino nuevo, como aquellos que ella ama llenar de información valiosa.
Recordó las palabras de Dumbledore, tal vez este seria el momento perfecto para darle un giro a la vida de Malfoy, una nueva opción, un nuevo camino que ella podría ayudarlo a conocer. Recordó la causa de los elfos domésticos, liberarlos de la opresión de los magos a los que servían. Él no era un elfo, pero su situación podía compararse. Ya no importaba si el se unía a su bando, ella lo ayudaría a que tuviera opciones, le vendría una nueva perspectiva de la vida y si tenía suerte él podría unirse a su causa.
Aquel pensamiento la hizo sentir egoísta, como si al final solo lo hiciera por querer un miembro mas en las filas de la Orden. Sacudió la cabeza intentando despejar todo ese enjambre de pensamientos.
—No, no. — se disculpó mientras le sonreía—. Es… creo que necesito explicarte algunas cosas antes de poder con esto de… estar juntos un tiempo.
—Eso es lo que esperaba.
Ambos se dirigieron a la sala y Hermione decidido que le diría la verdad, sobre el tipo de relación que tenían, porque no podía iniciar aquello ocultando y mintiendo. Él debía entender como es que aquello una oportunidad para él de comenzar de nuevo, no todos tenían aquella opción, mucho menos en esos momentos que la guerra estaba a la vuelta de la esquina.
