Naruto se quedó a dormir en casa de su abuela ya que sus padres irían a llevar a Deidara a su universidad junto con la familia Uchiha la cual se llevó a Sasuke ya que irían a visitar al abuelo de este.

Estaba quedándose dormida cuando escuchó algo de ruido en el piso de abajo, así que decidió averiguar qué había sido.

Al llegar al último escalón observó que no había fuera de lo común. Iba a regresar a su cuarto, cuando el ruido volvió a aparecer.

Fue hasta la biblioteca donde parecía ser más fuerte el sonido y al entrar miró con extrañeza que no había nadie.

Revisó todo a su alrededor cuando notó que uno de los libreros estaba más salido que el resto.

Con cuidado, lo movió a un lado y con sorpresa vio la entrada a un lugar que jamás había visto. Con algo de escepticismo, decidió bajar a averiguar.


El camino era bastante tétrico, rodeado de antorchas y con toques antiguos. Al final del pasillo se encontraba una cortina negra la cual recorrió un poco y vio asombrada lo que había ahí: era una especie de lugar donde hacían ritos y sacrificios. En medio del sitio estaba un tipo de mesa hecha de roca la cual tenía frente suyo a una enorme estatua de un tipo de deidad con cuerpo de humano, cabeza de zorro y cuernos pero que también tenía unas enormes colas que cubrían casi la misma altura de la estatua en si.

Sus ojos quedaron atónitos al ver a tres personas en la mesa donde dos estaban con capuchas oscuras que cubrían sus rostros haciendo un tipo de rezo o hechizo mientras que la tercera persona estaba atada completamente desnuda y amordazada.

Vio a los encapuchados descubrir una parte de su capa dejando ver un gran falo en uno mientras en la otra persona su vagina. Se posicionaron en la parte íntima y en la boca de quien parecía ser una chica y, al mismo tiempo, cubrieron ambos extremos con sus intimidades.

La persona del enorme miembro la embistió salvajemente mientras alzaba más la voz para sus rezos.

La segunda encapuchada parecía que movía su vagina en la boca del sacrificio como si estuviera en trance mientras recitaba a la par.

Con extrañeza vio que algo empezó a surgir de la vagina de la encapuchada y al correrse vio con horror como un enorme pene abrió la garganta de la chica con violencia mientras charcos de sangre y semen se mezclaban en la mesa. Los rezos pararon al instante para observar que el ritual ya estaba hecho.

Decidieron jugar un poco con el cuerpo inerte mientras soltaban algunas risas.

La rubia con sigilo y rapidez salió de ahí sin ser vista.

Sin embargo, no notó que uno de los encapuchados la había visto y que sonrió levemente.


Al llegar a su cuarto, se escondió entre las cobijas. No sabía con exactitud lo que había visto.

Cuando escuchó la puerta de su cuarto abrirse, se hizo bolita y fingió dormir.

-Cariño, sé que estás despierta-la voz de su abuela la hizo tranquilizarse

Era verdad, seguramente su abuela no sabía que hacían eso en su casa, por eso decidió decirle.

Al descubrirse la cabeza vio con shock que llevaba exactamente la misma capucha que esas personas. Entonces ella...

-Tranquila cielo, esos rituales los hacemos cuando hay un nuevo miembro en la familia-sonrió dulcemente acariciando su cabello-Shizune tenía ganas de conseguir un pene como el tuyo o el mío, por eso conseguimos a esa jovencita-descubre su cuerpo mostrándole un tatuaje en su miembro de ese ídolo de piedra y un pentagrama en la parte superior de donde inicia su vagina-kurama es el protector de la familia y cada cierto tiempo le damos un sacrificio, como esa joven

-Abuela, ella...

-La chica era mala cariño-entró la otra encapuchada descubriendo su cabeza dejando ver que era Shizune-los sacrificios que hacemos son de personas malas o que hicieron acciones horribles y se las damos a Kurama-sama para que limpie y ayude no sólo a la familia, sino a aquellos que fueron víctimas de esas gentes

-Lamento que te hayas enterado de esa forma Naru-suspira con pesar la rubia

-¿Mamá y papá lo saben? ¿Saben que haces esto?-les mira aún asustada

-Ellos junto con los padres de Sasuke han hecho estos rituales no sólo para quitar a personas malas de sus vidas, sino también para tenerlos a ustedes

-Kurama-sama no es sólo un dios verdugo, sino también un creador de vida-la pelinegra le sonríe con ternura-tuvieron problemas para tener hijos, pero luego de pedirle ayuda, aquí están ustedes

-¿Abuela?

-Dime bebé

-¿Shizune también tiene un tatuaje como el tuyo?-señala el pene de la rubia

-Por supuesto nena, mira-descubre su parte íntima dejando ver el pene de la pelinegra con un tatuaje que parecía estar al rojo vivo-la sangre de la chica formó este genial tatuaje

-¿Yo tengo uno? No he visto que saliera-comentó curiosa haciendo sonreír a ambas

-Eso es porque el tuyo es herencia cielo, pero puedes hacerte uno como el mío si quieres

-¿De verdad?-preguntó emocinada

-Por supuesto, no creo que haya problema-vieron que la pequeña recordó algo

-¿Mamá y la mamá de Sasuke también tienen uno?

-Por supuesto, pero no lo han usado por lo que recuerdo-la rubia mayor hizo memoria de si llegaron o no a usarlo-creo que si, pero no sé cuándo

-Cielo, debemos irnos. Tenemos que sellar bien mi pene-la pelinegra se acomodó la capucha dando a entender que había más gente abajo atrapada y que debían castigar

-Descansa-la rubia besó su frente y la arropó viendo que cayó dormida

El rostro de ambas se cubrió con seriedad y bajaron nuevamente al altar. En un calabozo secreto tenían a varios jóvenes (hombres y mujeres) que casualmente eran conocidos de sus nietos y de los Uchiha.

-Esas pequeña mierdas no se van a interponer entre ellos porque...

-Kurama-sama estará complacido por este gran sacrificio-terminó la frase la rubia y se llevaron a un par hacia la mesa para dar inicio a un nuevo ritual.