Flor de Papel
—Flora y Helio—
Colección de mini-relatos sobre el inicio y el desarrollo de la relación de un hada de la naturaleza y un especialista pacífico.
Advertencias: Posible OOC / Se ubica principalmente entre la temporad de la serie animada Winx Club.
Disclaimer:
Winx Club © Iginio Straffi.
Flores de Papel © Cerisa Cereza.
Notas: Viejos retazos de la imaginación en mi infancia sobre los momentos de esta dulce parejita, convertidos en relatos. Manteniendo a mi niña interior lo más presente posible.
¡Espero disfruten conmigo!
—Oye Helio, ¿Conoces a las Winx?
Un joven de larga cabellera oscura levantó la mirada quedamente por sobre su libreta. Frente a él, cuatro especialistas y cinco mujeres le miraban fijamente. Pudo notar la incomodidad en la postura de los varones casi tanto como la curiosidad de las féminas.
Se levantó por cortesía, ansioso de volver a poner su atención en el dibujo que llevaba rato trazando, en dejar volar su imaginación e ignorar los ridículos intentos de los demás especialistas para impresionar a las mujeres en el público.
Con educación se presentó ante todos, y el escudo del príncipe Eraklyon, Brandon recordó, señaló a las que reconoció como hadas de Alfea. No porque las conociera, sino porque era difícil ignorar la singular belleza de todas ellas.
Era de conocimiento común que las hadas desde su nacimiento atraen la atención del sexo opuesto. A medida que crecían este se acrecentaba de igual forma. Eran bellezas exóticas codiciadas por muchos hombres, algunos enloquecidos por tenerlas entre sus horribles garras. Era normal sentirse atraído por ellas.
Ignoró el comentario de la mujer de cabello violeta, y lo hizo aún más con la rubia y princesa de Solaria. No lo malentiendan, no quería quedar como un déspota incivilizado frente a las damas. Suficiente tenía con la opinión de "pseudo-pacifista" que tenía casi toda Fontana Roja sobre él.
Pasa que, su atención se dirigió a la belleza de la piel canela. Sus ojos se detuvieron en el cuerpo de dicha hada, admirado por todo lo que ella le transmitía. Grabó a fuego y sin quererlo, el largo cabello castaño claro y él como sus mechones delanteros enmarcaban su afilado rostro. Sus labios redondos casi le hicieron una invitación a probarlos, más cuando se movieron para hacer notar algo que nadie nunca había visto. Doblemente encantado. Sus orbes eran tan verdes como la esmeralda, y tuvo miedo ante su pensamiento de cambiar de color favorito. Resistió con toda sus fuerzas de seguir bajando para evitar mirar su pecho o sus kilométricas piernas.
Hizo gala de su poca galantería, tomando con suavidad su cuaderno y rozando los dedos de ella. Su reacción inmediata fue sonreír y reír con nerviosismo, y observó victorioso su rostro enrojecer.
Flora le había encandilado por completo.
Siempre me pregunté qué habría pensado Helio al ver a Flora por primera vez, espero esto haya saciado la curiosidad de todos por aquí.
