Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!


Ella está de vuelta.

Es de lo que todos hablan.

No sé cuándo, o cómo, o mierda, por qué, pero está de regreso.

Han pasado poco más de dos años desde que he visto su rostro. Desde que la he tocado o sentido en mis brazos. Desde que la he besado o que le he dicho que la amaba.

Dos malditos años.

Nada dura para siempre. Ciertamente yo no lo esperaba. No para siempre, no. ¿Pero una buena cantidad de tiempo? Seguro. Simplemente no lo vi venir. Que ella haya sido arrebatada de mí tan repentina y completamente. Que ella simplemente siguiera con su vida como si yo nunca hubiera existido, como si no significara nada para ella. No, nunca esperé eso.

La verdad es que la cosa más inesperada de todo esto es lo mucho que aún duele.


Capítulo 1

La historia comienza conmigo, y debería venir con una advertencia: no soy tu protagonista masculino usual.

No consigo todas las chicas. No soy gracioso o seguro. Realmente no sé lo que quiero o cuál es mi propósito en la vida. Simplemente intento hacer lo mejor posible y trabajo muy, muy duro. Siempre lo he hecho.

Soy un perfeccionista. Pienso de más todo.

Soy muchas cosas y nada a la vez.

Oh, y soy un animador masculino, o al menos intento serlo.

Creo que me metí en la animación por error.

Crecí siendo atlético y siempre fui hiperactivo. Hice que a mi mamá le salieran canas. Me desafiaba a mí mismo para ver qué podía hacer mi cuerpo. Correr, trepar, saltar. Me rompí varios huesos y me caí de varios árboles.

Mi sueño de niño era ser un jugador de fútbol americano profesional. Todo lo que quería en mi vida era ser un corredor para los Broncos, pero una contusión durante mi primer año de secundaria interrumpió ese sueño. Mi madre se asustó. Dijo que no era la vida que quería para mí. Estaba muy sobrecargada, así que decidí encontrar algo más para mantenerme ocupado.

En cambio, la animación me encontró.

Después de todo, mi parte favorita en un partido de fútbol era poder hacer las volteretas después de anotar.

Aún con una contunsión y fuera del equipo de fútbol para siempre, me encontraba con Emmett junto a las gradas después de su entrenamiento de fútbol cuando dos chicas de último año se nos aceraron. Una tenía su mirada en Emmett; la otra no parecía particularmente interesada en mí. Seguía siendo muy delgado en ese entonces... y estaba acostumbrado a que Emmett consiguiera todas las chicas. Estas dos chicas estaban ofreciendo folletos, pruebas para animación, específicamente pidiendo chicos.

«¿No quieres tocar los traseros de las chicas todos los días?» es lo que Emmett dijo en ese momento. Él insistió en que hiciéramos la prueba. Solo me di cuenta que lo decía en modo de chiste cuando fui el único chico que fue. No me fue bien, pero estaban necesitando chicos desesperadamente, cualquier chico, así que me quedé en el equipo.

Fui el primer animador masculino en mi secundaria, pero rápidamente encontré la pasión en ello. Las acrobacias. Las elevaciones. Me volví bueno en ellos también. Emmett se interesó no mucho después y se unió a nosotros el siguiente verano justo antes de nuestro segundo año. Ese fue el comienzo de los "Chicos de Colorado", lo que nos llamaron cuando comenzamos a competir de manera nacional.

Desafortunadamente, nuestro equipo en la secundaria apestaba, así que jamás ganamos algo en realidad.

A través de los años, Emmett y yo nos volvimos más y más competitivos con el otro, llevando nuestros cuerpos más allá de nuestros límites. Él siempre ha sido más grande y mejor que yo en las elevaciones, pero yo soy más rápido y mejor en los movimientos gimnásticos. Ambos siempre nos esforzamos para ser eficientes en ambas habilidades.

Después de la secundaria, el plan era encontrar un trabajo, cualquier trabajo, y quizás asistir a algunas clases en la universidad comunitaria. Quería ayudar a mi mamá mientras descifraba qué quería hacer. Sabía que mis posibilidades de pasar de una jornada completa a una universidad de cuatro años eran mínimas. Mi mamá no sería capaz de pagar para que vaya, y no iba a cargarla con ello o endeudarme para hacerlo.

Aunque no ir a la universidad también implicaba no poder animar competitivamente en el nivel universitario. ¿El compromiso? Tanto Emmett como yo conseguimos trabajos en los gimnasios de animación All Star en Fort Collins, él como entrenador personal, y yo como recepcionista—mayormente así podía conseguir una membresía gratis y seguir haciendo acrobacias y trucos.

Se debe haber corrido la voz, e incluso después de estar fuera de la parte competitiva del deporte por casi un año, ambos fuimos contactados por un reclutador de la Universidad del Estado de Summit en Utah. Ellos querían que hiciéramos la prueba para su equipo de animación en la primavera.

Las pruebas fueron duras. Sentí como si Emmett y yo éramos peces medianos, de un estanque minúsculo, que habían sido lanzados al medio del océano. Simplemente estábamos jugando con nuestras habilidades, mayormente tratando de superar al otro, pero niños extremadamente talentosos de todos los Estados Unidos estaban haciendo la prueba para esta universidad, incluyendo animadores celebridades de los que jamás había escuchado antes. Emmett seguía a varios de ellos en las redes sociales, así que sabía de al menos algunos de ellos.

Honestamente, no creía que fuera a lograrlo —no creí que fuera lo suficientemente bueno— pero cuando llegó una oferta, estuve emocionado. Mamá también lo estuvo, y sorprendentemente me apoyó; creo que ella siempre había querido que obtuviera una educación superior. Decidir ir fue fácil. No estaría muy lejos de casa, y si lograba calificar en su Equipo A, estaría calificado para obtener una beca.

Así que, contra todo pronóstico, Emmett y yo estábamos de camino a Ogden, Utah, donde más tarde hoy, estaremos instalándonos en nuestro dormitorio. Y allí es dónde comienza mi historia.


¡Tenemos nueva historia! Como verán, es algo completamente diferente. Viene con vocabulario del que aún estoy aprendiendo cómo se dice en español, ya que la mayoría de los animadores universitarios de Latinoamérica utilizan los términos en inglés. Desde ya disculpas si meto la pata jajaja, pero voy a estar subiendo fotos y videos en el grupo.

Si les interesa el tema, Netflix tiene un documental sobre animación llamado Cheerleaders en Acción. Consta de 6 capítulos y muestra cómo un equipo universitario se prepara para una competencia nacional.

La historia tiene 52 capítulos, final feliz por supuesto, y se actualizar veces por semana :)

Espero leerlas de nuevo 3

Pali.