-Sea lo que sea que estaban planeando, no lo harán... Hasta aquí llegaste, Toragoro Shiranui

-¿¡Quién dijo eso!?- Se alteró la pelinaranja mientras que la oficial corrupta miraba por todos lados tratando de buscar a aquella voz misteriosa que se escuchó en medio de la fuerte lluvia.

Finalmente hizo aparición al tiempo que el cielo volvió a relampaguearse una joven pelirrosa de ropas tácticas negras de bombero y con un sombrero casco sobre su cabeza. La joven estaba acompañada de una joven pelirroja de ojos del mismo color y ropas tácticas de ninja con detalles rojos.

-Toragoro Shiranui... Denkichi y los Kagatobi han sido acabados... Todos quedan arrestados.

-No puedo creerlo... ¿Megu?

-De hecho, soy Shino Tokuda- La joven reina sonrió algo maliciosa a lo que la líder yakuza quedó en shock.

En ese instante, Ueda saltó hasta quedar en medio de las dos féminas, señalando con el dedo hacia Yoshimune.

-¡¿Quién demonios eres?! ¿Qué haces aquí? ¿Dónde demonios crees que estás?

En eso un grupo de entre unos quince a veinte hombres, soldados vestidos de camiseta negra de manga larga o gi con nudos blancos sobre los costados para aligerar las mangas, hakama o pantalón café y sandalias japonesas con calcetines negros. Los hombres se pusieron en guardia mientras desenfundaban sus espadas.

-¡No te muevas de aquí, Shino Tokuda! ¡Un paso contra nosotros y morirás!

-¡Es cierto! ¡Tu castigo es la muerte!- Dijo la líder yakuza enfurecida al ver que todo lo que planeó fue a la deriva- ¡¿Cómo te atreviste a derrotar a mi querido Denkichi?! ¡¿Cómo le hiciste para destruir a los bomberos Kagatobi?! ¡Maten y acaben con esa perra del bakufu!

-¡Sáquenla de aquí!

-¡Si!

-¡Retrocedan!- En eso Yoshimune se puso en guardia frente a los gendarmes de Ueda- En nombre de la Escuela Raimon, por los Super Once y por la gente de toda Ciudad Inazuma, terminaré con las fechorías que están haciendo.

-¡Solo parlotea! ¡Mátenla! ¡Y sin piedad!

Los hombres se lanzaron contra la shogun quien justamente estaba comenzando a trazar algo con sus manos y brazos.

-¿Q-que demonios está haciendo esa bastarda?

-Observa, Toragoro...- Dijo Osono sonriendo mientras observaba a su señora- En estos momentos, Shino Tokuda está trazando con sus puños las trece estrellas del Pegaso.

-¡¿Pegaso?! ¡¿Trece estrellas?!

Uno de los gendarmes dio un golpe de katana mientras la pelirrosa no paraba de trazar la constelación del caballo alado, símbolo de la justicia... Pero...

-¡¿Que demonios?!- El hombre como su katana fue partida en dos- ¡¿Qué es lo que sucede?!

-Hagan lo que hagan será inútil... Yo, Yoshimune, en nombre del pueblo, ¡Los castigaré!- De repente una gran aura de color azul celeste rodeaba a la joven reina haciendo que sus oponentes se llevaran el susto de sus vidas.

-¡No puedo creerlo!

-¡Está ardiendo!

-¡Retrocedan si no quieren que los haga mil pedazos!- Detrás de Yoshimune estaba un caballo blanco alado

-¡Te enviaremos al infierno!

-¡Vamos tras ella!

Los gendarmes se lanzaron de lleno contra la pelirrosa quien al mismo instante se lanzó hacia ellos.

-¡DAME TU FUERZA, PEGASO!

Yoshimune como si fuera un relámpago se lanzó contra los gendarmes, traspasándolos como golpeándolos en un santiamén. Ráfagas, miles... No, ¡Millones de ráfagas! Muchas salían de su puño derecho dando de lleno contra los gendarmes, impactando en el pecho, los soldados recibían miles y miles de puños en todas partes, eran tantos golpes que sus ropas fueron destruidas y cayeron en sus ropas interiores.

Fue al mismo tiempo que el cielo volvió a relampaguearse y los hombres cayeron aparentemente sin vida a los charcos.

Toragoro como Ueda se quedaron en shock mientras veían como Yoshimune estaba de pie, con su puño derecho quien no dejaba de arder su luz.

Ueda: -¡N-no puedo creerlo!

Toragoro: -Esa chica... Fue más rápido que el trueno... Ni siquiera vi como lo hizo

-Lo siento Toragoro pero todo acabó aquí.

La pelinaranja quedó de rodillas sobre el suelo y comenzó a llorar lo mismo que Ueda solo que a diferencia de la lider yakuza sacó su wakizashi y dijo enojada.

-¡¿De que me sirve seguir viviendo si todo terminó?!

-¡Ueda, no!

La oficial peliblanca de coletas se enterró la wakizashi comenzando por la cintura izquierda hasta culminar hasta la derecha, se hizo el harakiri que era el suicidio que debían hacerse los samurais en caso de hacer las cosas mal. Pero la oficial no se conformó con cortarse el estomago por lo que con la misma wakizashi se la clavó totalmente en el cuello creando un charco de su propia sangre y morir en él.

Justo en ese instante, se escuchó unos ruidos provenientes de la lejanía, un silbido y luego una especie de coro y un montón de linternas.

-¡Goyo, goyo, goyo, goyo, goyo!

-¡Toragoro Shiranui, estás arrestada!- Exclamó en voz alta Tadasuke que encabezaba un escuadrón de policía, ella como todos ellos estaban usando capas hipermeables de diferentes colores y sosteniendo sus linternas eléctricas.

Los policías rodearon, esposaron y amarraron a la derrotada Toragoro llevándola a la estación de policía mientras otros agentes rodearon los cuerpos de los gendarmes y de Ueda para posteriormente llamar a Medicina Legal para el estudio y levantamiento de cuerpos.

-Mi señora...

-No te preocupes, Tadasuke... Todo terminó- La pelirrosa guiñó un ojo haciendo sonrojar a la peliazul quien no dudó en sonreírle a su señora.

-Sukehachi...- Osono volvió a su forma gatuna mientras saludaba a su camarada gato blanco.

-Su alteza... Inazuma Candy y su grupo asesinaron a sangre fría a Denkichi y a toda la pandilla Shiranui.

-¿Qué?

-Y no solo eso... Ellos tienen a su disposición un gran número de Misakaya, de hecho, los distritos Misaka, Yoshiwara, Sanya y Shinjuku simpatizan con ella hasta tal punto que la consideran como el shogun.

Yoshimune solamente quedó en silencio ante aquello... Mientras que las lluvias no paraban de caer.

-Dime... Sobre los distritos... ¿Literalmente en sí apoyan a Inazuma?

El gato blanco calló unos segundos.

-Para serle más especifico, algunos barrios de esos cuatro distritos.

-¿En serio esos barrios la consideran así?

-Sí, tal parece que se ha vuelto alguien muy popular con ellos, los ayuda a su modo y eso les ha ayudado a darse cuenta que, según ellos, el bakufu no hace nada por ellos, mientras que Inazuma Candy hace más por ellos.

-Sukehachi, no creo que eso llegue a pasar- la pelirosa decía- apenas llevo un mes de gobierno, apenas las cosas van cambiando.

-Eso es lo que la gente de esos barrios creen, escuché algunas personas que creen que su shogunato no hará nada por ellos, mientras que Inazuma y los suyos si hacen algo por ellos.

-Entiendo eso, desearía que todos en Edo fueran felices, pero tengo que ir de a poco para lograr eso, sin embargo, no dejaré a nadie atrás en mi sueño de que todo Edo esté bien- Yoshimune miró a sus gatitos- Sukehachi, Osono, aunque la influencia de Inazuma sea fuerte, no creo que en poco tiempo sea relevante.

-¿Dice que no debemos preocuparnos?- dijo la gatita negra.

-Sí, sin embargo, no bajaré la guardia, ya que no todas las cosas salen como uno lo espera, puede que en un hipotético caso, ella se haga de más poder- La joven reina apretó su puño derecho mientras miraba los grises cielos a la par que las aguas mojaban su cara pero nunca menguaban la determinación en sus ardientes ojos escarlatas- Y si eso pasa, atacaré con todo.

Los dos mininos quedaron en shock.

-¡Su alteza!

-Mi Señora, pero usted...

-Lo mejor para mi pueblo es que todos sean felices y vivan bien, pero si Inazuma Candy llega a desafiarme, me veré obligada a enfrentarme a ella, será un duelo a muerte por lo que veo. Tal y como Loki y Heimdall se enfrentaron en el Ragnarok y ambos murieron, puede que yo también sufra ese destino, aun así, no dejaré que mi legado sea olvidado, haré que Edo quede en paz.

-Mi Señora- Sukehachi y Osono estaban en silencio.

-Sigamos como estamos chicos, yo, Nikko Kishimoto, princesa y líder del clan Kishu... Tokugawa Yoshimune, hija del gran Iemitsu y Takatsuka Takako, defenderé mi reino con honor hasta el final.

-¡Sí mi Señora! - los dos gatitos exclamaron inclinándose ante su ama.

Aquello era el inicio de una posible gran rivalidad de dos animales que representaban la justicia: El caballo alado blanco y el imponente león dorado.

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En una mansión, lejos de Ciudad Inazuma...

En algún distrito lejos del Área Limítrofe, exactamente en una mansión, se estaba efectuando una pequeña reunión procedida por una joven castaña vestida de un hermoso quimono de fina calidad, una joven pelinegra alta que parecía más hombre que mujer y un muchacho castaño vestido de haori negro e insignias en esa prenda.

Era el oficial de policía como siervo del clan Tamaki, Kojiro Mihara que estaba celebrando el logro de los bomberos Kagatobi como la posible aniquilación de los Super Once. El oficial corrupto estaba celebrando el aparente triunfo de sus ideas junto con la joven presidenta del colegio Kidokawa Seishuun y su escolta el plan que daba por cumplido y realizado, el incendio de las casas de cada miembro de los Super Once comenzando por Satoru Endo hasta terminar con el entrenador Seigou Hibiki y si era posible... Asesinarlos a ellos y sus familias si es que se interponían.

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Presidenta de Kidokawa Seishuun

Mamimi Kiyashiki

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-Señorita Mamimi, Endo murió. Puede estar tranquila- dijo el oficial entre risas.

-Y ahora con el Raimon fuera del camino, ahora tienes a Ciudad Inazuma bajo tu control

-Jajajaja... -Y todo gracias a usted, señora. Me gustaría pedir su ayuda en el futuro, cuando veamos a más personas como ese retrasado.

La castaña asintió mientras su guardaespaldas estaba un poco alejada de los dos que celebraban con licores y sentados en un comedor del más fino material como de diseño europeo.

-Entendido, señorita Mamimi. Yo me encargaré.

La joven presidenta del Kidokawa Seishuun dibujó una sonrisa mientras servía otra copa de vino.

-Shuuya Gouenji... Ese bastardo era la esperanza que teníamos para derrumbar la gran era del Instituto Imperial pero no, esa mocosa de mierda hizo que todos nuestros sueños de ser campeones del Fútbol Fronteras fueran abajo. Teníamos ofertas para él con tal de levantar la vieja era dorada pero desaprovechó la oportunidad que le dimos y se decidió irse con esos sucios ronin. Se lo merecía- Con un gesto facial indicó a su guardaespaldas irse de la sala por un rato hasta que ésta llegó con un grupo de hombres armados.

La castaña al ver el gran número de hombres de seguridad, se levantó de su asiento y habló en frente de ellos.

-Escuchen bien. En nuestra siguiente misión tendremos que hacerlo por las malas. ¡Asegúrense de matar a Nikogoro Yazawa y su grupo de bomberos!

-¡SÍ!- Exclamaron los hombres mientras se inclinaban ante su joven señora.

-Por cierto... Mihara, he oído que tu mano de matrimonio fue rechazado por la princesa Paradox, ¿No es así?

-Por supuesto, pero bien dicen que a veces las necesidades se hacen por la fuerza y no con las palabras. En estos momentos ordené a una patrulla con el pretexto de llevarla a la oficina del bugyo. Le aseguramos que la tomarán y la llevarán ante mí a como dé lugar.

En eso uno de los hombres policiales que acompañaba a Mihara llegó con un portafolios abierto dando con dinero en su contenido y otro le dijo a su superior.

-Nishinaki, ¿Ya dieron con la chica?

-Sí, señor. En estos momentos la llevamos en un palanquín hasta aquí.

-Perfecto...

El otro oficial con el portafolios lleno de dinero lo ofreció hacia Mamimi quien no dudó en tomarlo.

-Esta es una disculpa por las molestias, señorita.

-Que bueno. Por cierto, ¿Cómo va lo de las mujeres?

-Sí. Todo marcha según el plan. Luego de haber asesinado a todos los miembros del Raimon, convertiremos a Ciudad Inazuma en el mayor distrito rojo, ya sabe, hacer prostituir a todas las mujeres y asesinar a todos los hombres a menos de que éstos juren lealtad a nosotros. No escatimemos con las mujeres.

Una sonrisa maléfica se dibujó en la joven castaña.

-Después de todo, funcionó. Prometerles 10 millones de ryus por el entrenamiento.

-Claro que sí, señorita Mamimi. Igualmente, ya que nuestros planes se están efectuando tal como lo pensamos, ya no hay de que preocuparnos. Celebremos nuestro triunfo.

-Brindemos por la desaparición del Raimon y de los Super Once.

-Y por el fin de Satoru Endo.

Mihara y Mamimi se dieron un brindis chocando sus copas dándose una nueva ronda de copas aunque no duró mucho ya que varios hombres vestidos de haori negro y un grupo de policías hizo acto de presencia en el lugar. En eso empujaron al suelo a una joven peliazul celeste de unos once o doce años la cual estaba usando un hermoso yukata purpura que hacía juego con sus ojos del mismo color. La joven estaba amarrada de brazos y cintura por una gruesa soga.

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Hija primógenita de Blair Tamakinokami

Princesa Paradox

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La joven quien fue secuestrada por el cuerpo de serenos al mando de Mihara fue desamarrada y se puso de pie con tal de encarar tanto a Mamimi como al oficial corrupto.

-¡Kiyashiki-dono! ¡Oficial Mihara! ¡Mi madre no tolerará su trato hacia mí!

Los dos mencionados se rieron como si el reclamo de la joven princesa fuera un chiste pasajero.

-¿Y eso de que nos sirve, Paradohime?- El oficial castaño miró fijamente a la peliceleste que solamente gruñía de enojo- No importa lo que haga, nadie sabrá de lo que sucede aquí.

-¿Acaso me matarás sin ensuciarte las manos?

-Puede que sí o puede que no, pero le aseguro que con usted será el inicio del fin de otra molestia para nuestras ambiciones.

-¿Molestias? ¿De que hablas, Mihara?

-La próxima semana, Tamakinokami organizará la gran cena vecinal que hace cada año, ¿No es así? Sería una tristeza enorme si...- El sujeto rió por lo bajo- Si todos terminaran sucumbiendo ante los sagrados alimentos que probarán.

La princesa peliazul quedó con los ojos abiertos.

-¡No puedo creerlo! ¡¿Planeas envenenar a todos en la cena vecinal?!

-Los gatos mágicos desde que llegaron a Edo luego de la unificación dada por Ieyasu Tokugawa han sido una influencia molesta en todos los sentidos. ¿No cree que a partir de ahora sería un buen momento para darles fin?

-En pocas palabras, si exterminamos a la Familia Tamaki, pronto los tres distritos pasarán a nombre de nuestro patrocinador, el señor Reiji Kageyama. Todo el poder de la familia Tamaki pasará a su nombre- Aclaró Mamimi- Mihara, creo que ese saco de pulgas será reacia por lo tanto, ¿No crees darte el derecho de eliminar a esa chica?

-Ya que lo dice, señorita Mamimi, no lo he pensado ni a profundidad.

La princesa en un arranque de ira se fue contra el oficial corrupto con tal de matarlo, dando así a un breve forcejeo entre ambos.

-¡Eres un maldito!

La discusión llegó a un punto en donde Paradox le dio un certero rasguño en la mejilla izquierda de Mihara haciendole un corte que lo hizo sangrar y eso hizo que el oficial corrupto estallara de ira.

-¡Gata desgraciada! ¡Mira lo que me hiciste!- Sin dudar el hombre le dio una fuerte bofetada a la princesa haciendo que perdiera la conciencia al instante. Posteriormente un hombre decidió llevarla en alzas hacia un cuarto secreto que servía de mazmorra.

En eso uno de los hombres que usaba magia se le acercó para curarle la herida al joven castaño.

-Bueno, creo que ya fue suficiente tragedia por hoy por lo que seguiremos celebrando juntos nuestra victoria.

-Exacto...- El oficial corrupto ya curado de su cicatriz nuevamente decidió probarse otra copa de vino- El festival está casi listo... Lo único que falta es acabar con ese asqueroso clan y de esa manera nuestro señor logrará tener el título del Señor del Área Limítrofe.

Justamente cuando iban a dar un brindis la energía eléctrica de repente se fue a lo que tres hombres armados fueron al patio a ver que pasaba mientras que los demás estaban absortos sin entender que estaba pasando.

-¿Qué sucedió?

-¿Que fue eso?

-Este es tu fin, Mamimi Kiyashiki- Dijo una voz que sonó por todo el lugar a oscuras.

-¡¿Qué?!- La mencionada quedó asustada mientras que Mihara desenvainó su espada para buscar al responsable

-¡¿Quién es?! ¡¿Por qué estás haciendo esto?!- El oficial corrupto iba con la linterna y su celular prendido mientras buscaba al responsable del apagón

-La vida tiene risas y lágrimas... Nosotros, Kagejuuhachi, no permitiremos que ninguna de ellas se desperdicie sin sentido- Dijo nuevamente la voz que ahora estaba en un tono espectral que resonó por todo el lugar.

-¿K-Kagejuuhachi?

De repente comenzó a sonar un extraño sonido que parecía de un instrumento musical que comenzó a sonar en toda la mansión mientras los hombres desde la experiencia, con linternas y otros con visores oscuros se dispersaron por todos los lugares de la mansión para ver que estaba pasando, mientras tanto las lluvias se estaban haciendo más fuertes.

-¿Dónde está? ¡Sal de ahí!- Gritó Mamimi mientras comenzaba a aterrarse mucho.

(...)

Tres hombres estaban a la salida de la mansión, exactamente en la principal cuando de repente la gran puerta de madera fue cerrada haciendo que el trío de escoltas se pusiera en guardia.

-Maeda, Aoyama, estén preparados... No sabemos que está sucediendo pero debemos proteger a Mamimi-sama.

-Si- Asintieron los mencionados.

-Malvados, ya puedo verlos juntos- Dijo una silueta que hizo presencia a las espaldas de los tres hombres.

Éstos se voltearon para dar con un joven vestido de ropas tácticas negras pero con la peculiaridad de que tenía ojos rojos de tono escarlata y orejas de gato.

-¿Quién eres?

-Somo me limitaré a decir que les daré una lección de parte de los que han sufrido para que ustedes se enriquecieran.

-¿Qué?

-Me refiero a la atrocidad que cometieron a la escuela Raimon.

-Maeda...

El mencionado estaba trasladando su mano diestra a la katana mientras daba cinco o seis pasos lo mismo que el extraño ninja con orejas de gato. Cuando dio el último paso, adelantó el pie derecho a la par que se inclinaba doblando un poco las rodillas mientras que el ninja se puso a correr hacia una de las salidas.

Maeda dio con la salida aunque se detuvo unos segundos para desenvainar su katana e ir lentamente hasta que en menos de nada dio una estocada directa hacia la nada. El guardaespaldas se quedó perplejo al ver que no había nadie pero de repente alguien saltó hasta estar detrás de él.

Maeda se volteó rápidamente al ver que era ahora otro extraño ninja con orejas de gato pero tenía los ojos verdes y usaba una larga bufanda roja sobre el cuello.

-¡Carajo!- El guardaespaldas se lanzó contra el ninja que se dio vuelta esquivando al hombre con su mano izquierda tomó el brazo derecho del escolta.

Con su mano libre, el ninja sacó una estaca y se la clavó en todo el cuello del hombre hasta que con la otra mano sacó la estaca y el pobre Maeda lentamente sacó al suelo hasta terminar sin vida.

(...)

Aoyama y el otro hombre estaban caminando por otra zona del patio para indagar hasta que de pronto vieron otra entrada al patio la cual estaba con llave y seguro a lo que Aoyama que era el más joven comenzó a gritar.

-¡¿Hay alguien aquí?!

-...

Luego de no tener respuesta, Aoyama se subió al balcón de madera y abrió una de tantas puertas corredizas dando con un recinto oscuro pero de repente una mano le tomó del cuello y otra le tapó la boca.

Ahora era otro ninja de ojos azules y nudillos de acero, Aoyama trataba de librarse pero rápidamente el ninja le dio un puñetazo de derecha directo a la cara, haciendo que su cabeza rompiera una de las ventanas de papel y quedando suspendido y sin vida.

-¡Aoyama!- El hombre que restaba del grupo quedó asustado a lo que se fue corriendo a la entrada de la mansión pero se dio con una figura oscura.

Era el primer ninja que apareció en la mansión, el de ojos rojos. Dicho shinobi estaba con su espada empuñada mientras no dejaba mirar fijamente al pobre hombre que estaba comenzando a sentir miedo.

-¡Ayuda!

Solamente el ninja se lanzó contra el hombre y le encestó un katanazo.

(...)

Otros tres hombres estaban vigilando otra zona alrededor de la mansión cuando de repente un ninja de ojos amarillos saltó en medio de ellos a lo que el trío desenvainaron sus espadas hacia el shinobi pero éste tenía garras de gato y se dio un intercambio entre los cuatro hasta que el ninja terminó matando a sus oponentes a punta de rasguños.

(...)

En otra zona de la mansión, un hombre estaba montando guardia cuando de pronto una cadena fue hacia su cuello. El escolta luchaba por liberarse hasta ser arrastrado a quien sabe donde. Dentro de la habitación estaban dos hombres, uno salió para ver que pasaba pero recibió una puñalada al pecho de una kunai y era otro ninja de ojos grises.

-¿Quién eres?

-Amigo, mi vista me dice que tu pecho está frío pero hiciste sentir en la hoguera a toda Ciudad Inazuma.

El hombre sacó un revolver a la par que el ninja se escabulló, el escolta pensaba en dar y disparar a una de las ventanas de papel donde posiblemente estaba el shinobi. Finalmente dio con una de ellas pero de pronto una cadena envolvió su mano derecha haciendo que disparara el arma y luego algo se clavó en su cuello. El hombre quedó en shock y cayó sin vida mientras que una punta de guadaña hacía presencia.

(...)

Cinco hombres estaban haciendo guardia en un cuarto de depósitos cuando de repente dieron con una especie de barril de madera cubierto con un manto blanco. El grupo de hombres fue hacia el extraño barril.

-¿Qué es esto?

-Bueno, vean que hay adentro- El líder de ellos era de haori negro, posiblemente un doshin u oficial de policía.

-Sí.

Tres hombres fueron a desamarrar el manto hasta que de repente una sombra saltó en medio de los cinco. Era otro ninja pero de ojos rosados.

-¿Quién rayos eres tú?- Preguntó el líder mientras que él y compañía desenvainaban sus espadas.

-Un espectro salido de las entrañas de la tierra- Dijo una voz femenina.

-¿Qué?

-Ustedes planearon el fin de los Super Once y ensuciar la imagen de mi señora, así que no descansaremos en paz hasta lograr aniquilar el mal- En eso la joven les mostró una prayera blanca, era la del Instituto Zeus- Si tanto aman esta camiseta, llévensela al infierno- La kunoichi lanzó la prayera hacia el líder de los escoltas.

-¡Necia! ¡Que insolencia tratar así a un oficial de policía!

-Nombre...

-Ika Watabe

-Ya veo... Un siervo de nuestro clan que actuó injustamente.

-¿Nuestro clan?- El nombre llamado Watabe quedó en shock- ¿No me digan que ustedes...?

-Sí... Somos el Kagejuuhachi, los 18 mejores ninjas al servicio de la señora Blair Tamakinokami. Mi señora se enteró de que la financiación que aprobó era para hacer daño a Ciudad Inazuma... Para eso estamos aquí, para castigar a aquellos que jugaron con el honesto corazón de mi señora.

-¡Bastarda!

Los cinco gendarmes se lanzaron contra la shinobi que sacó un bastón negro, uno de los hombres atacó del flanco derecho pero la joven detuvo sacando una katana pequeña o wakizashi deteniendo al hombre. Otro hombre lo hizo del flanco izquierdo pero la chica detuvo con el resto del bastón.

Los otros tres se lanzaron sobre la kunoichi dando otro combate, la joven detenía un ataque con el bastón y despachaba con su espada en la derecha. De esa manera logró liquidar a los cinco hombres.

(...)

Dos hombres caminaban en un recinto de la mansión que seguía a oscuras cuando aparecieron ante ellos unos ojos azul celestes.

-¿Quién eres tú?

-Sombra 18

-¿Qué?

-¿Acaso les parece divertido matar gente inocente? Esta vez darán alegría a Ciudad Inazuma con el correr de su propia sangre... Este es el juicio de la oscuridad de Sombra 18.

De repente apareció otra sombra de ojos azules pero oscuros detrás de los hombres los cuales desenvainaron sus katanas mientras los ninjas alistaron sus ninjato o katanas ninja. Comenzaron un intercambio de sables hasta que uno de los shinobis lanzó una cadena que envolvió la espada de uno de los gendarmes y el otro shinobi culminó su vida de un certero katanazo.

El tipo restante luchaba muy parejo contra el ninja restante hasta que su katana fue partida en dos a lo que empleó la wakizashi pero el shinobi de ojos claros guardó su arma y decidió usar unos chakos. Los ataques del escolta fueron inútiles ya que las cadenas de los chakos bloqueaban el ataque y el shinobi respondía con fuertes golpes a la cara del hombre hasta que finalmente culminó con un certero golpe en la cabeza que lo terminó matando.

(...)

Dentro de la mansión, un escolta caminaba cuando de pronto se detuvo al ver a una figura oscura parada en el lugar.

-¿Quién eres tú?

La figura siguió de largo como si no hubiera escuchado al gendarme.

-¡Alto!- Justamente cuando el hombre trataba de detener a la figura, otra silueta saltó justamente detrás de él.

El escolta se volteó rápidamente para ver que era una sombra de ojos lima, desenvainó rápidamente la katana pero la silueta leía y esquivaba sus ataques hasta que le dio un puñetazo en la rodilla haciendo caer al hombre, le cubrió la boca y con un puño de diestra a la cara culminó con su vida.

La figura oscura seguía caminando fijamente hasta entrar a una puerta corrediza y luego de eso se escucharon sonidos de espadas, cortadas sobre la carne, gritos de dolor y sonidos pesados al suelo. La misma figura salió del cuarto y sin cerrarlo dejando a la vista cuatro cuerpos sin vida.

Luego fue a otro cuarto y se encontró con diez sujetos y a todos les dio muerte.

Caminó abriendo otro cuarto y dio con dos hombres y al igual que los anteriores diez les dieron muerte.

(...)

En otra habitación, dos hombres estaban vigilando posiblemente la habitación de Mamimi hasta que de pronto se les apareció alguien de rodillas.

-¿Quién eres tú?

La sombra se puso de pie dando con un shinobi de ojos morados.

-Soy un ninja del Clan Tamaki y vine a impartir el juicio de las tinieblas.

-¿Juicio, dices?- Sonó una voz femenina- Insolente, ¿No sabes quien soy yo?- Se mostró como una joven de cabellera castaña y ojos del mismo color.

-Por supuesto que sé quién eres... Eres Mamimi Kiyashiki y tú tienes presa a mi hermana en esta habitación.

-¿Qué?- La mencionada quedó en shock- ¿Entonces eres...?

El ninja se quitó la capucha dando con una joven de cabellera azul celeste y ojos morados brillantes.

-Sí... Soy la princesa Íntegra, segunda hija de Blair Tamakinokami. No puedo perdonarte por atentar con la vida de personas inocentes y en quemar a la escuela Raimon pero lo que me duele de ti es que llegaste al extremo de engañar a mi madre y de secuestrar a Paradox... Puedes ser una chica muy bonita pero tienes un corazón podrido.

Integra comenzó a caminar hacia Mamimi quien no dudaba en retroceder ante la presencia de la gemela de cabellera albiceleste. En ese instante, la escolta que era una pelinegra alta desenvainó una wakizashi para encarar a la peliceleste pero ésta le detuvo con ambas manos hasta que la empujó lejos mientras que Kiyashiki trataba de alejarse.

La escolta estaba de rodillas en el tatami pero rápidamente sacó unas shuriken y las disparó directo a Íntegra pero ésta clavó la katana y levantó uno de los suelos tatami logrando detener los proyectiles. La escolta planeaba correr y clavarle la wakizashi directamente a la peliazul pero ésta alzó el tatami y lo lanzó hacia la escolta pero no conforme con eso, la peliceleste desenvainó su katana y con rapidez corrió y encestó un katanazo a la pelinegra alta. El corte fue tan fuerte que rompió el tatami pero la joven recibió una cortada en la cara.

La guardaespaldas se lanzó contra la peliazul para darse una ronda pero Íntegra le dio un golpe de katana, en dirección de izquierda-derecha, la pelinegra se volteó para responder pero terminó con otro golpe en sentido derecha-izquierda, resultando en un clásico corte estilo seppuku.

Mamimi con un cuchillo de cocina se lanzó contra Íntegra pero ésta le detuvo el brazo derecho, la empujó haciéndola dar vueltas. La castaña nuevamente se fue adelante pero recibió un certero katanazo al cuerpo, haciendo que cayera de rodillas y cayera de lado sin vida.

La peliazul fue hacia uno de los cuartos continuos dando con su hermana gemela la cual estaba acostada en el suelo. La joven sintiendo algo comenzó a abrir los ojos dando con su gemela.

-¿Íntegra?

-Sí, soy yo, Paradox... Hemos venido a salvarte.

-¿En serio?

-Sí...- Asintió la peliceleste menor.

-Entonces, si todos están aquí, ¿Significa qué...?

-Mamá va a sacar la basura...