The Hanging Tree
La primera vez que se conocieron fue en una playa.
Ninguno de los dos supo quien vio primero a quien, tal vez se miraron al mismo tiempo, -era lo más probable-, porque a pesar de estar heridos intentaron sacar sus armas para defenderse, aunque al hacerlo, ambos se entumecieron de dolor.
Ella tenía todo el cuerpo golpeado y un pedazo de lanza aún seguía atravesado su abdomen.
Él también estaba golpeado, pero lo que más le debilitaba eran las quemaduras de tercer grado en la espalda.
Los dos intentaron ponerse en posición de ataque, sin embargo, después de verse las heridas y mirarse directamente a los ojos, entendieron su posición, ambos estaban a punto de morir sin siquiera necesitar la ayuda del otro para hacerlo.
En un sorpresivo acuerdo mudo, ambos soltaron sus armas y se concentraron en salvarse a sí mismos.
Él se encaminó hacía el agua del mar intentando calmar sus heridas, ella hacia una roca grande donde se apoyaría para quitarse la lanza incrustada. Ambos gritaron al hacer lo que se propusieron, les dolió, pero también disfrutaron mezquinamente del dolor ajeno.
Después de quitarse el metal del vientre, ella miró hacia el mar, él seguía a poca profundidad en el agua. Una parte de su mente se permitió preguntarse cómo era que una simple agua de mar pudiese curar heridas como la que le vio, pero ella misma se contestó: Él era un Talokani, un ser de agua al servicio del rey Namor, seguramente tenía alguna mutación extraña en su cuerpo que le pudiese dar una recuperación rápida al contacto con su estado natural.
Por otra parte, él se preguntaba lo mismo sobre la perforación de ella, y su respuesta estaba en la misma dirección: era una Wakandiana, aquel traje oscuro que cubría todo su cuerpo a excepción de su rostro estaba hecho de Vibranio, y seguramente la líder, la princesa Pantera Negra, había hecho modificaciones en el traje que pudiese curar heridas que para los suyos, hubiesen necesitado de una cirugía y varias semanas de reposo.
Ambos se quedaron en su elemento, no sabiendo muy bien qué hacer con su contraparte, a pesar de sus curaciones, seguían débiles, y muy probablemente si se enfrentaban, ambos morirían en el proceso.
Era fácil reconocer que los dos venían de la batalla en el mar. A simple vista, era una estupidez que Wakanda atacara en el territorio Talokan donde no tenían ninguna ventaja, pero eso mismo hizo que los Talokanes nunca esperasen un ataque, y cuando el enfrentamiento empezó, ambos estaban en igualdad de condiciones: uno por tener el territorio a su favor aunque no el equipo ni a los soldados disponibles de inmediato, y otro por tener el factor sorpresa a su favor, aunque sin conocer el número de enemigos.
Calamidad fue la mejor descripción del violento encuentro. Como siempre, los líderes estaban ahí, ambos cubriendo sus rostros, la princesa con su máscara de Pantera Negra, y el rey con su máscara de Serpiente Emplumada. Todos los soldados lucharon violentamente y varias naves donde se encontraban los wakandianos explotaron y cayeron al mar, llevándose a varia gente en el proceso.
Ellos dos eran sobrevivientes de esos naufragios.
La playa era desconocida para ambos, nadie aparte de ellos había llegado a la orilla, solo pedazos de metal. Él siguió todo el día en el mar, intentado pescar algo para alimentarse ya que sus heridas no le permitían estar en aguas profundas sin sentir que se desvanecería. Ella por su parte, se recostó sobre la roca y durmió un poco, -o tal vez se desmayó-, no importaba, porque había llegado la noche y ninguna nave de las dos naciones había ido en su búsqueda.
Lo que la chica inconsciente no sabía, era que él no era un soldado común, sino que era el mismísimo rey Namor, un Dios reencarnado también llamado Kukulkán. Era por eso que no había querido enfrentarse a ella, estaba tan herido que a pesar de que ella era una guerrera joven, tenía grandes probabilidades de asesinarlo. No. Él no podía morir en manos de gente tan indigna.
Pero a pesar de ser su enemiga, ella seguía siendo un ser vivo indefenso en ese momento, y cuando junto con la noche cayó un frío mortal, él sintió ese instinto de protección que tenía con los suyos, solo que sorprendentemente dirigidos hacia ella.
"Morirá de cualquier forma". Se dijo él. Y entonces salió del agua con algunos pescados para que ella cenara. Con cuidado de no lastimarse, encendió una fogata para cocinar y calentar el cuerpo de ella, al parecer si se había desmayado. Así que escuchado su corazón para cerciorarse de que seguía inconsciente preparó todos los alimentos, y al terminar se alejó guardando una distancia prudente.
Tal vez al sentir el calor del fuego su cuerpo comenzó a reaccionar, y ella se sorprendió al ver las atenciones que él, desde las sombras, había puesto.
—Alguna nave vendrá por nosotros, en caso de que llegue una de las tuyas, te usaré de intercambio por mi libertad, así que no mueras. —Soltó él cuando escuchó que el corazón de ella había vuelto a su ritmo normal.
Ella asintió aun mareada, se sentía utilizada, pero ese era un pacto mucho mejor de lo esperado. Agradecía que en cada batalla cubría su rostro para no ser reconocida, porque en caso de serlo, ese Talokani en el primer instante de su encuentro la hubiese matado al reconocerla como la princesa Pantera Negra, la líder de Wakanda.
Ella debía de ser inteligente y no revelar su identidad.
—De acuerdo, gracias. —Dijo de forma amable, y él solo gruñó en respuesta.
Ella entonces miro al cielo y a la oscuridad abrumadora del océano. Estaba nublado y no se veían las estrellas, parecía que estaba más cerca de los ancestros de lo que estaría jamás, y eso le causó cierto consuelo. A pesar de que sabía que debía de preocuparse por volver y revisar las bajas que tuvo tanto ella como Namor, entendía su situación, no podía hacer nada hasta que alguien externo fuera por ella, estaba demasiado débil, debía de confiar en que fueran a rescatarla, así que por el momento se olvidaría de todo y disfrutaría de una paz sorpresiva pero muy necesaria.
A la mañana siguiente la princesa Pantera Negra se dio cuenta de que su acompañante estaba de nuevo en el mar, aunque de nueva forma no muy alejado de la orilla, la fogata se había extinto y no le había dejado algún desayuno. Después de un par de horas sintió la garganta seca por la sed, y a pesar de que él era un enemigo, se había portado bien con ella, y ella siempre creía en la retribución.
Lentamente se encaminó hacia el mar. Cuando ambos tuvieron contacto visual, él detuvo su nadar y procedió a salir del agua. Ella sintió una presión en el pecho, siempre que un Talokan salía del agua significaba guerra, sin embargo ahora significaba que podía comer algún marisco si es que se portaba bien con él.
Era raro, pero intentó disociarse y convencerse a sí misma; los Talokanes siempre llevaban un uniforme azul que parecía una segunda piel, esos eran los malos, este hombre en contraparte tenía la piel bronceada y solo llevaba un par de pantalones cortos y un piercing de jade y algo de joyería en las pantorrillas y tobillos, -muy probablemente perdió su uniforme con el fuego que lo lastimó- él era su única oportunidad de sobrevivir, o sea que era bueno.
—Muchas gracias por lo de anoche. —Agradeció primeramente. Era casi seguro que él sabia porque se le había acercado, pero si no le había ofrecido alguna de sus pescas, significaba que él esperaba algo a cambio. —No pelearé contigo, estamos en la misma situación, permíteme ayudarte con las heridas de tu espalda: Alguna nave vendrá por nosotros, en caso de que llegue una de las tuyas, te usaré de intercambio por mi libertad, así que te necesito vivo.
Él bufó divertido, ese había sido su plan, él había cedido, pero necesitaba que ella también cediera para estar los dos en igualdad de condiciones y saber que no se traicionarían en algún momento. De todas formas, más y más escombros llegaban a la orilla, mostrando la brutalidad de la pelea, si alguien iba a ir por ellos, tardaría.
—¿Cómo me ayudarás? —Preguntó él con voz ronca, que sonaba mucho más profunda por el acento que tenía.
—Vibranio.
—¿Cómo sé que si me pongo de espaldas hacia ti, no me apuñalarás?
Ella miró hacia sus lados, no tenía ningún arma, pero entendía sus miedos, ella tampoco le daría la espalda. Por lo que optó por cortarse una de las mangas de su traje y extendió la tela para dársela.
—No será necesario, te dije que no pelearé contigo, tienes mi palabra, y mi palabra es lo más valioso que tengo. Ponte esto en tus heridas, la tela te ayudará a curar incluso si estás de pie mirándome a la cara.
—¿Durante cuánto tiempo? —Preguntó él al aceptar, parecía aliviado de tener alguna cura extra.
—Unas seis horas, luego cambia de lado y de zona para cubrir toda la mayor cantidad de piel. Tus quemaduras son extremas y mi traje está averiado, así que una sanación completa tardaría al menos una semana y media… incluso un poco más.
Él asintió y aun mirándola, se colocó la tela. Ella se limitó a observar, sin saber cómo pedirle alimento, pasó el peso de su cuerpo de una pierna a la otra y apretó sus labios agrietados. Cuando él cambió su rostro serio a una expresión de alivio, fue cuando se volvió y detrás de unas rocas mostró la pesca del día además de un recipiente con agua.
—Yo me encargaré de la comida, creo que tú la podrás cocinar ¿No?
Ella casi quiso gritar al ver el agua tan deliciosamente fresca, se encaminó hacia ella y tomó tres tragos, su traje podía ayudarla a retardar la deshidratación, podía vivir hasta tres días sin agua, pero eso no evitaba que su cuerpo sufriera las consecuencias.
—Puedes acabarte el agua. —Le dijo él —Hay más de donde saqué esa.
Ella mi miró con desconfianza, si se acababa toda el agua, estaría dependiendo de él para obtener más, lo que la volvería vulnerable. Aunque tal vez era lo que él quería para sentirse seguro de que no lo asesinaría. Viendo en retrospectiva, en ningún momento él se había mostrado abusivo con ella, y eso que los Talokanes eran conocidos por su impulsividad, así que confiando en los tres días que le daría su traje para sobrevivir y estando segura de su próximo rescate, tomó toda el agua.
Él sonrió.
Ella no dijo nada, tomó los peces, algunos moluscos y se encaminó hacia su roca donde estaba lo suficientemente seco para hacer la fogata. El día estuvo tranquilo, tal vez demasiado, ninguno de los dos hablaba, lo que les dio la oportunidad de observar… ahí fue cuando ella vio que no solo la espalda de él estaba herida sino también su cuello, y conociendo la fisiología enemiga, sabía que ahí estaban sus branquias para respirar sobre el agua.
Se le iluminó el rostro, era por eso que él no podía regresar a su hogar ni se metía en aguas profundas, sus branquias no funcionaban bien. Ella se relajó, era por eso que él le pedía que cocinase, porque las proteínas de los mariscos cambiaban cuando se cocinaban, y él aun pudiendo comer pescado crudo, necesitaba de uno cocido para recuperarse más rápido, lastimosamente, el fuego lo debilitaba si estaba mucho tiempo cerca de él.
En definitiva no podían traicionarse, tanto él dependía de ella como ella de él.
Pasaron otros tres días sin ningún cambio aparente, ella se dormía en su roca, él a una distancia prudente. Ella despertaba y ya tenía los mariscos y agua para hacer de desayuno, incluso un día encontró algas para variar. Él se la pasaba en el agua todo el día con la tela que le dio, pero aun así sus heridas no cicatrizaban tan rápido como se esperaría, y aun no había ninguna señal de que fueran a rescatarlos, por lo que ella con los restos de las naves, comenzó a hacer un refugio para cubrirse más del frío y del sol.
Cuando se cumplieron seis noches de estar atrapados, ella tuvo una pesadilla. Se despertó gritando en medio de la nada, él se acercó por instinto, y cuando la vio hecha un ovillo con las manos en el rostro fuera de su carpa, rompió el silencio que los había acompañado.
—¿Qué pasó?
Ella, que en ese momento necesitaba sacar lo que pensaba para no volverse loca, se abrió con él.
—Soñé con mi madre —Dijo mientras seguía llorando —La extraño tanto.
Él la miró condescendiente, ella estaba en un estado vulnerable, y él como rey Dios, no podía ver a algún cercano sufriendo sin querer hacer algo por tranquilizarle.
—¿Qué le sucedió? —Ella lo miró, no podía identificar algún sentimiento en su mirada. Tal vez analizaba que tan seguro era poder desahogarse con él.
Ella se abrazó a sí misma y a pesar de controlar el ruido de su garganta, siguió lagrimeando.
—Murió en la Gran Inundación, ella era mi única familia, y tu rey me la arrebató.
Él sintió una calada. En contra de su buen juicio, en ese momento a ella no la estaba viendo como una wakandiana sino como a una persona, una que necesitaba ser consolada.
—Lo lamento. —Se disculpó, no por lo que hizo, sino por la herida que le causó. —Yo también perdí a mi madre cuando era un niño, sé lo que se siente.
Ella lloró más.
—Me siento sola. —Confesó —Cuando estoy… con los mis míos, siempre estoy ocupada pensando en otras cosas, pero ahora en medio de la nada, solo puedo pensar en ella, y me duele, ya han pasado tres años, pero mi corazón siente que eso sucedió recién.
Él sabía exactamente como se sentía, a pesar de las décadas, la muerte de su madre también era una herida abierta para su corazón.
No supo porque lo hizo, pero se sentó al lado de ella y le puso un brazo sobre el hombro, había muchas cosas que le podía decir, pero en ese momento creyó más prudente darle algo de contacto físico, ella no estaba sola, al menos no con él, no esa noche.
Ella reaccionó a su tacto, no solo no se movió, sino que se inclinó hacia él para apoyarse en su pecho. Como respuesta, él levantó su otro brazo para abrazarla, y ella lloró un poco más hasta quedarse dormida, él la siguió cuando su corazón alterado se sincronizó con el de ella.
A la mañana siguiente ella despertó aun estando abrazada con él, levantó la mirada y descubrió que ya estaba despierto también, pero no se había apartado.
—Buenos días —Dijo ella torpemente cuando hicieron contacto visual.
—Buenos días —Le contestó él de igual forma. A pesar de romper el abrazo, ambos siguieron juntos, mirándose el rostro, como si fuese la primera vez que se veían. Ella sintió un hormigueo por todo su abdomen, él también, incluso más abajo, y fue por eso que carraspeó para que ella se alejara. —Iré a pescar. —Anunció mientras se ponía de pie.
Ella lo miró, y dejando que su cuerpo se controlara por sí mismo, también se encaminó a la playa.
Ignorando la vez que le ofreció su tela de vibranio, era la primera vez que se acercaba al mar, ese era territorio de él. Su acompañante no se veía por ninguna parte, por lo que ella aprovechó para mojar sus pies descalzos, la sensación fue agradable, en sus últimos años el agua salada significaba peligro, pero en ese instante solo era eso, agua. La había extrañado.
Caminó un poco y disfrutó de la brisa hasta que él volvió a salir a la superficie, si bien sus heridas aun eran notorias, estaba soportando estar más tiempo bajo el agua, eso era bueno para él.
Él se sorprendió cuando la vio esperándolo a la orilla, siempre le había dado su espacio, pero ahora se mostraba más amable, ese cambio aunque agradable, lo desconcertó.
—¿Por qué? —Le preguntó apenas estuvieron frente a frente. —¿Por qué fuiste tan sincera conmigo anoche?
Ella ni siquiera dudó cuando respondió:
—Eres valioso. A pesar de que Talokan casi no tiene tecnología, desde el primer día estuviste seguro de que alguien vendría por ti en lugar de darte por muerto. Tal vez no eres un alto general como Namora o Attuma, pero estás cerca. No me puedes hacer nada, me necesitas para alimentarte, así que eres seguro, además, no me conoces, no importa lo que te diga, no lo podrás usar en mi contra.
—Tú también eres valiosa. —Replicó él, sintiéndose expuesto y no queriendo que la línea de pensamientos de ella incrementara a tal punto de descubrir la verdad —El traje de vibranio que tienes, solo las guerreras de las Dora Milaje lo usan. Tú aun tienes cabello, por lo que eres aún una aprendiz, pero viendo tu fuerza e inteligencia al hacer tu refugio, además de la pose de ataque que hiciste cuando nos vimos por primera vez, sé que estás muy cerca de convertirte en una guerrera oficialmente.
—¿Entonces? —Preguntó ella, agradeciendo que su complexión delgada no la hiciese ver como la princesa Pantera Negra que era —¿Por qué te preocupaste por mí en primer lugar? Un enemigo no se hubiese preocupado por algo tan simple como una pesadilla.
—Porque sé lo que se siente —Contestó. No diría nada de sus sentimientos de protección de rey que surgían cuando veía que alguien necesitaba ayuda —La razón por la que soñaste con tu madre justo en este momento… Es tal como dijiste, aquí no tienes distractores que te hagan pensar en otra cosa, así que tu corazón te guiará a las cosas que en verdad anhelas aunque sean dolorosas.
Él dudó si continuar con su explicación o no, pero entonces recordó que ella tampoco podría utilizar lo que dijese en su contra: —Pero también, además de estar distraída, cuando estás frente a los demás, al ser alguien que posiblemente tiene o tendrá un puesto importante en el ejército, quieres mostrar dureza aunque sea fingida. Yo también he fingido en varias ocasiones y es cansado, yo incluso estoy cansado. Sé que el dolor es algo natural en la vida, pero si hay alguna forma de mitigarlo conmigo o con los demás, lo haré, no importa con quien sea.
—Shuri —Se presentó ella casi por impulso al escuchar unas palabras tan sabias que nunca pensó escuchar ni por el lado Wakandiano ni por el Talokani. Se sintió segura al decir su nombre de pila, poca gente, por no decir nadie, le hablaba por su nombre.
En Wakanda nadie conocía el nombre de sus reyes hasta que fueran eso, reyes. Ella tomó el trono al morir su madre la Reina Ramonda, pero al estar siempre en guerra contra Talokan nunca tuvo tiempo para hacer una coronación oficial, por eso seguía siendo considerada la "Princesa Pantera Negra".
—Ch'ah Toh—Se presentó él, su nombre de nacimiento era el único nombre con el que podía presentarse que no fuera Namor (el nombre por el cual era conocido con sus enemigos) y Kukulkán (el nombre que usaban los suyos para referirse a su rey Dios), pero que de alguna forma, también era él.
Ella repitió su nombre varias veces hasta que finalmente lo pudo pronunciar bien.
—Pero al parecer ninguno de los dos es lo suficientemente valioso Ch'ah Toh —Dijo ella, un poco más en confianza. —Aún no ha venido nadie a por nosotros.
—Aún —Corrigió él.
Ambos sonrieron ocultando sus identidades para ellos mismos, y entonces procedieron a desayunar en la orilla del mar.
…
Paso algo muy extraño durante ese desayuno y esa comida, y fue que ambos hablaron, bastante.
Shuri se sorprendió de que algún Talokani tuviese un conocimiento y un punto de vista bastante amplio de la vida, Ch'ah pensó lo mismo acerca de una Wakandiana. Ambos eran enemigos, no lo olvidaban, pero como líderes ocultos de sus naciones estaban intrigados por el punto de vista de un súbdito contrincante.
Ch'ah por un momento pensó que tal vez Shuri no solo era una aprendiz de Dora Milaje, sino que también pudiese ser alguna dama de compañía de la princesa, debido a la educación que mostraba al comer y al hablar. Shuri por su parte pensó que Ch'ah podría ser miembro de algún batallón de exploración, porque parecía ser mucho más analítico que un Talokan común.
Cuando empezó a ponerse el sol ambos estaban incómodos, no por su plática, -que se había dirigido más sobre los alimentos, el vibranio, las heridas y métodos de curación-, sino porque sentían que hablaron de más. Era obvio que ambos eran mucho más que simples soldados, y ambos temían el verdadero nivel de su contraparte, sospechando que tan cerca estarían de descubrir sus verdaderos roles.
La cena estuvo callada y ambos se dirigieron a su lugar de siempre para dormir. El momento pudo haber seguido incómodo, de no ser porque Shuri volvió a tener pesadillas, y Ch'ah volvió a acercarse para tranquilizarla.
—No. —Dijo ella, aún asustada, pero recordando su platica y la sensación de vulnerabilidad que sentía con él. —Eres el enemigo, no te me acerques, no necesito el consuelo de un enemigo.
Él se sorprendió por un momento, pero entonces al verla temblar, no dudó y se sentó al lado de ella: —Entonces esta noche, y las noches que sea necesario no me veas como enemigo, soy un ser vivo, soy Ch'ah, tu compañero de naufragio. ¿Es suficiente?
Shuri con el dolor que sentía en el pecho asintió y lo abrazó, Bast, nunca se había permitido ser tan llorona frente a alguien más, una parte de su corazón decía que era lo que necesitaba, sacar todo, pero era imposible como princesa de Wakanda, debía de ser una figura de autoridad, no de debilidad.
Volvió a mentalizarse, él no era el enemigo, era otro humano, era Ch'ah, y él no hablaba con la princesa Pantera Negra sino con Shuri. Y Shuri tenía el corazón roto y necesitaba desahogarse mientras recibía un abrazo, y él, a pesar de no conocerla, parecía comprender todas sus necesidades de una forma tan autentica y natural que por un momento agradeció haber naufragado hasta esa isla.
Esa noche ambos volvieron a dormir juntos, abrazados.
…
—Debemos de hacer una lista de prohibidos.
Ch'ah miro a Shuri, al igual que el día anterior, ella lo había esperado en la playa mientras pescaba el desayuno.
—¿Disculpa?
—Estuve pensando y tienes razón… en esta isla hemos sobrevivido porque no nos hemos atacado ni traicionado, cumpliendo nuestro acuerdo. —Explicó ella —Ayer me ayudaste y me consolaste, funcionó solo porque pensé que no eras el enemigo, así que añadiré algo más a ese acuerdo: A partir de ahora hasta que nos rescaten, no existe Wakanda ni Talokan, estará prohibido mencionarlos, no somos enemigos, somos Ch'ah Toh y Shuri, nada más, sin ninguna nacionalidad.
—De acuerdo. —Asintió.
—Tampoco podremos mencionar a nuestros dioses, cuestionar sobre nuestros contactos, ni tampoco indagaremos sobre nuestros trabajos.
Él se rio.
—¿Estás inconforme con algo? —Preguntó ella, aun desconfiada del terreno en el que se estaba adentrando con él.
—Trabajo. Es una forma divertida de ver lo que hacemos. Ambos lo sabemos, no somos quienes creímos al inicio, así que apoyo la protección.
Shuri sonrió, era una sonrisa auténtica. Ch'ah era bastante inteligente, y eso de alguna forma le gustaba.
—¿De acuerdo?
—De acuerdo. —Confirmó él. —¿Puedo poder una cláusula yo?
—Adelante.
—Cuando regresemos a nuestros lugares de origen, no podremos buscar información uno del otro. Lo que suceda aquí, se quedará aquí.
—Hecho. —Soltó Shuri de inmediato. A pesar de ser la princesa Wakandiana conocía algunos rostros enemigos, el de Ch'ah nunca lo había visto, por lo que analizando, apostaba que era alguien de espionaje, y él desde luego no había visto su rostro, así que seguramente pensaba que ella también se dedicaba a algo similar. Bien, esas ideas, más la promesa de no buscarse, la protegería de cualquier incidente. —¿Algo más?
—Sugeriría decir una frase que creamos del bando contrario para desahogarnos como enemigos que dejaremos de ser. Así liberados, podremos empezar todo desde cero…
—Toda la culpa la tiene tu estúpido rey rencoroso. —Shuri no dudó en soltar su opinión sobre Namor —Él es un cobarde que no muestra su rostro y siempre está oculto tras una máscara, quien sabe cuántas veces ha enviado dobles para protegerse. No es alguien compasivo sino violento que atentó contra la familia real. Si no hubiese sido tan impulsivo y hubiese escuchado o negociado con la Reina Ramonda en lugar de asesinarla, todo esto habría sido distinto.
—Habría sido distinto, sí. —Concordó él —Pero tu princesa Pantera Negra también oculta su rostro, nadie sabe quién es ella, tal vez también es una impostora como tú lo piensas de Kukulkán. Ella continuó una guerra que se pudo haber detenido desde antes que comenzara con su madre, pero su sed de sangre la hizo continuar con un conflicto que ni siquiera conocía bien. El pueblo está cansado de perder a sus seres queridos ¿sabes?
—Tú… —Quiso defenderse Shuri, pero entonces Ch'ah le sonrió, su tiempo para decir su frase de desahogo había terminado. —…¿Qué trajiste para desayunar?
Esa había sido la razón por la que ambos no se distinguieron, Shuri como princesa no había presenciado el conflicto inicial entre Talokan y Wakanda. Ella aún seguía oculta de nombre y de rostro frente a los conflictos internacionales, y cuando tomó el trono, Namor ya había cubierto su rostro, y ella por protocolo tenía que usar una máscara también.
Eran unos totales desconocidos cuando se enfrentaron la primera vez, acarreando una guerra que parecía eterna y que a decir verdad, ninguno inició, pero que tampoco ninguno de los dos quiso terminar en su momento.
…
Esa noche Ch'ah en lugar de alejarse de Shuri para dormirse, se quedó con ella al ver que la fogata que había hecho se había apagado mucho más rápido de lo esperado. Ella levantó los hombros en señal de indiferencia, y ambos se tumbaron en la arena lado a lado mientras él contaba algunas leyendas infantiles sobre las estrellas. Esa noche Shuri no tuvo pesadillas.
Al día siguiente Shuri se metió al agua y nadó un poco mientras Ch'ah regresaba con el desayuno, cuando él la vio, de inmediato se acercó hacia ella y nadaron en compañía, divertidos de cómo sus nados eran tan diferentes pero a la vez funcionales.
—Tengo algo para ti. —Dijo él cuando salieron —Un obsequio por nuestra alianza.
Shuri miró sorprendida como él le tendía un brazalete que parecía hecho a mano.
—¿De dónde lo conseguiste?
—Sorprendentemente, lo encontré en el mar. — Contestó Ch'ah mientras se lo tendía. Shuri se maravilló por tan hermoso obsequio.
—Creo que también puedo darte un regalo a ti. —Dijo al ver su nuevo brazalete en su muñeca desnuda. Y entonces se quitó la otra manga de su traje y parte de la tela de los pantalones, para quedar en una prenda tipo short.
Juntó ambas telas agregando la que le había dado a él y entonces el vibranio se unió para hacer una tela única mucho más grande: —Esta tela alcanza a cubrir toda tu espalda y tus branquias. Tu salud no ha mejorado mucho porque el primer pedazo de tela que te di es demasiado pequeño y está descompuesto, ahora con más cantidad y sin necesidad de moverlo, confío en que tu curación será mucho más rápida a como hemos visto.
Ambos se vieron los cuerpos, ya estaban mucho mejor de salud, pero aun así no podrían regresar a sus hogares aunque quisieran.
Y sin siquiera proponérselo, cuando cumplieron dos semanas en la isla, ya tenían una rutina que incluía nadar por las mañanas y desayunar juntos; Irse a explorar la isla al terminar y pasar la mayor parte del día caminando, cargando ya con sus alimentos para comer donde se les ocurriese. Regresaban a su acampamento, nadaban otro rato y entonces se preparaban para cenar, ambos contando algunas inofensivas historias de su infancia, seguían platicando hasta dormirse… siempre abrazados.
Cuando llegaron al día 16 de su naufragio Ch'ah se percató que empezaba a ansiar el contacto físico de Shuri. Algo inofensivo y nada comprometedor, por supuesto. Pero en las mañanas acostumbraba a tocarle las manos y brazos mientras le guiaba por el agua, le daba técnicas de nadar y le enseñaba a pescar. Shuri por su parte rozaba su hombro de forma constante contra él cuando caminaban, y una vez le sujetó de la mano para evitar un posible tropiezo, pero cuando se enderezó, no alejó su mano, al contrario, siguió buscándola el resto del camino.
La noche del día 17 ella pidió verle las branquias para ver que tanto habían mejorado, él aceptó y dejó que ella estuviese a sus espaldas mientras él estaba sentado. De forma inesperada ella lo abrazó por detrás. Cuando se acostaron para dormir, ella se sujetó a él como siempre, pero entonces él en lugar de abrazarla con ambos brazos, solo lo hizo con uno, y con el brazo libre comenzó a hacerle caricias en el cabello y la espalda.
Ella se relajó de tal forma que durmió como no lo había hecho en años.
Ambos como gobernantes sabían de las restricciones tanto sentimentales como físicas que tenían que mantener con los demás. Pero ahí no eran ni reyes ni princesas, eran Shuri y Ch'ah Toh, ambos mostrando una parte de sí mismos que tenían limitada. Aquí su compañero no los juzgaba, podrían mostrarse tal cual eran, y podrían disfrutar de las caricias que nunca nadie les había proveído, hubo un día donde realmente se olvidaron de la guerra.
El día 20 del naufragio Shuri estaba mentalizada en que iba a besarlo. "Solo para ver que se siente". Se dijo mentalmente, aunque sus pensamientos ya ni siquiera necesitaban que ella se recordara que él no era el enemigo, porque Ch'ah le había demostrado no lo era. Confiaba en él, le creía.
Esa vez él había ido a pescar el desayuno solo. Ella dijo que ese día había despertado cansada del paseo del día anterior, pero en realidad lo dijo nada más para que Ch'ah estuviera distraído y no sospechara lo que planeaba hacer. Hace mucho no lo hacía, pero se permitió imaginarse en una situación romántica, él saldría del agua, ella lo estaría esperando en la orilla y cuando él se acercase lo suficiente, ella lo tomaría de los hombros y lo besaría.
No sabía que podría significar un beso para los Talokanes, pero no le importaba, no iba a besar a un Talokani sino a Ch'ah, él se sorprendería por el beso y posiblemente dejaría caer la red con su pesca, pero no importaría porque su boca estaría ocupada con la de ella. Si él dejaba sus manos libres, ella misma lo guiaría para que tomara su cintura y la acercase más contra él, pero era casi seguro que él haría eso sin siquiera pedírselo, Ch'ah parecía disfrutar de sus caricias tanto como ella. Si eso era así, tal vez ellos después…
Salió de su ensoñación cuando vio a Ch'ah salir del agua, ella se puso de pie y lentamente caminó hacia él, controlando su respiración. Lo iba a hacer, nada la detendría, lo iba a hacer y no se arrepentiría. Ambos quedaron frente a frente bastante cerca, y cuando ella levantó la mirada, él le decía con los ojos que decía que él también quería besarla. Bast, su mirar era tan intenso, y por un momento se sintió feliz de ser ella el único objeto de deseo de él.
—Ch'ah —Dijo suavemente, y entonces levantó sus brazos para tomarlo por los hombros y así apoyarse. En ese momento él dejó caer su red y la tomó por la cintura tal como ella esperaba.
—Shuri —Le contestó mientras ella empezaba a ponerse de puntitas y él se agachaba lo que iba a faltar.
Cuando estuvo a punto de cerrar sus ojos para disfrutar el momento, sintió como una onda expansiva de energía cruzaba sobre sus cuerpos. Él por inercia la sujetó hacia sí con una mano mientras con la otra le tomaba de su cabeza para esconderla entre su cuello. Ella aspiró su aroma y se intentó relajar, aunque en eso otra onda de energía cruzó a través de sus cuerpos y entonces se empezaron a escuchar sonidos de caracolas.
Eran los Talokanes.
Ella se separó un poco para poder verlo a los ojos, pero Ch'ah se quedó quieto mientras terminaba de escuchar los sonidos. Cuando el ruido desapareció, la miró asustado:
—Son los Wakandianos, vienen para acá. Va a haber un enfrentamiento cerca.
—Ese sonido… los Talokanes también están acercándose ¿Verdad?
Ambos se miraron, sintiendo el peso de la realidad caer de nuevo en sus hombros. Una nueva ola de energía los atravesó.
—Shuri… —Él dijo, y ella lo entendió, debía de regresar al mar. Ella también debía de alejarse, si la veían tan cerca de un enemigo podría arruinar su reputación como líder para siempre.
Ella no contestó, por primera vez en mucho tiempo sintió miedo, y la posibilidad de no verlo nunca más la abofeteó, era por eso que no le gustaba formar vínculos, porque siempre los perdía.
Ch'ah ignorando sus pensamientos se quitó la tela de vibranio que ella le había dado. Sus movimientos la sacaron de su ensoñación y entonces ella se concentró en sus movimientos: él estuvo a punto de entregarle la tela pero entonces tomó un pedazo alargado para ponerla en su cuello y luego se la regresó. Shuri se la puso contra su traje para que se adhiriera y así tuviese de nuevo su traje completo simple, sin nada de decoración que la hiciese destacar como princesa.
Otra onda de energía llegó junto con el ruido de las caracolas y esa fue su señal de que debían de correr en caminos opuestos. Él se acercó al mar, ella hacía tierra alta, pero entonces cuando desapareció el ruido nuevamente, ambos voltearon a verse, y Ch'ah regresó corriendo hacia ella, y la besó.
Fue un beso apresurado, pero también necesitado, Shuri realmente quería sentirlo, ella levantó las manos hacia su cabeza y acarició su cabello, él empezó a subir y bajar sus manos sobre su cadera, y en un momento de desesperación la acercó hacia sí y ella pudo sentir su miembro. Gimió al reconocerlo.
—Ch'ah —Dijo con una voz baja, y entonces él rompió el beso para acercarse a su oído.
—Cuando este enfrentamiento termine. Dos días después veámonos en el árbol del ahorcado a la medianoche. Te esperaré durante dos horas, si no llegas, me olvidaré de que existes.
Shuri no pudo responder, él salió corriendo hacia el mar. Y entonces ella corrió hacia los pedazos de metal que no había utilizado y tomó el más liso y comenzó a correr sobre la arena, debía de eliminar cualquier señal de que hubiera dos pares de huellas distintas en lugar de una.
...
Are you, are you comin' to the tree?
¿Tú estás, tú estás viniendo al árbol?
.
Where necklace of hope, side by side with me?
¿Dónde el collar de la esperanza está al lado mío?
.
Strange things did happen here, no stranger would it be
Cosas extrañas sucedieron aquí, no sería tan extraño
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If we met at midnight in the hanging tree
Si nos encontramos a medianoche en el árbol del ahorcado
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Con la fiebre renacida de Los Juegos del Hambre y con esta canción en especifico la inspiración me llegó. ¿Qué puedo decir? Esa saga fue parte de mi adolescencia.
Esta historia se podría considerar un semi AU o una divergencia de canon. Espero se haya entendido y si no es así... ES PORQUE NO ESTÁ COMPLETA LA HISTORIA. Lo admito, lo reconozco, soy un asco. Estaba escribiendo, me fijé y ya tenía mas de 10k de palabras y aún no llegaba ni siquiera a la mitad de la historia que tenía en mente, así que dije: "No creo que alguien esté interesado en leer un one-shot de más de 20k de palabras sin sentirse agobiado" Así que.. mmmm... puse la primera escena aquí, para dar por terminada la week, mientras aparte publicaré la historia mucho más extendida. Así que si les gusta, les invito a leer la otra historia que no tardará mucho en ser actualizada.
Y NO SOLO ESO. La historia también de esta week, "El Brujo de Talokan" también se extenderá... es un caos para mí pobre mente, que les juro, si estoy escribiendo diario pero aún no se concretan todas las ideas. Así que... ¡Espero les guste estos nuevos proyectos en puerta!
Criticas, comentarios, amenazas de muerte, reclamos por mis otros fics en hiatus ¡Todo en los comentarios!
Nos leemos ~~
