Nota del autor: ¡Saludos! ¡Gracias por lectura! Este es mi 1 fanfic, ¡así que espero que te guste! Y, porfa, ¡critics! Así que, ¡sin más de mora!

Inazuma Eleven Tsukihiko

Era una fresca noche de otoño, la clase justo había terminar. Un muchacho con un ban de cabeza estaba adcosando a todo el mundo que se venía en su camino. Él era Mark Evans. Él se tomó su tiempo intentando persuadir a quien fuera, como si el fútbol fuera su religión o algo.

Justo ese día, un muchacho nuevo fue llegado a la escuela, un chico muy femenino con suave y largo pelo negro que alcanzaba su pero y ligeras ojeras bajo sus ojs. Él estaba vestir el uniforme de la escuela, el uniforme fem, así que al principios Mark lo ignoró, lo que el chico pensó no fue muy agradable.

"¿Oye, qués te pasa?" Preguntó mostrando su masculina voc.

Mark miró confundido ya que ese muchacho se veía como una señorita muy hermosa solo que sin rebotantes ya que los chicos delgados no tienen pech.

"¿Quieres unirte a nuestro equipo de fútbol? ¡Tenemos galletas!" Dijo Mark con ojos brillando y babeando."

"Eh… Yo nunca he jugado fútbol." Él respondió rascando su pollito y mirando hacia otro lugar mirando confundido.

"¡No debes temer mi amigo! Estoy seguro tuyo yendo a terminar amándolo" Mark tomó al chico afeminado por el brazo y lo arratró hacia la cosita del club, también conocido como ese feo construir que no debería existir o estar no roto. Escuela tan linda nu debería tener ua cosa fea en ella.

Cuando ellos llegaron ahhí había muchas damas haciendo sinsentidos como jugar cartas sin apotar dinero o jugando juegos tontos como kingdom hearts o algo. Cuando vieron a quién traj Mark ellos parar de hacer lo que estaban haciendo para ver cerca del hermoso chico como chica que todo el mundo aunque era la chica más hermosa que jamás vieron.

"¿Acaso él secuesttró tú también?" Dijo uno de ellos.

"¿Uh? ¿No son polletas?"

Cuando escucharon su voz, interés desapareció de todos menos el gordo, que seguía un poco cachondo.

"¡Por favor canta aquí!" Mark le dio un contrato y le obligó a firmar. "¡Bienvenido al club de fútbol!"

"Mi nombre es Kier pceto. Un placer conocido tu

Después de que cantó su contrato, incluso Mark lo ignoró y fue buscgando a más gente para el club. Nadie le prestaba atención a Kier, bueno, el gordo estaba mirándole el culo de forma undiscreta poque Kier tenía un muy buen culo después de todo.

Kier dejó el feo construir y encontró una chica cabeza roja. Ella le dio un crucifijo sin decir nada, y el crucifijo quemó la mano de Kier así que lo tiró cuando ella no miraba.

"No te preocupes todo terminará pronto. Serás libre." Susuró antes de irse.

Kier peleó que debería preocuparse, no estaba seguro en qué estaba exactamente. Pero, por otro lado, parecía divertido. Estaba preocupado acerca de aburrirse en la nueva escuela, pero parecía que su nueva vida iba a ser entertenida.

Mientras iba hacia su hogar, él vio a un chico genial con pelo hispanillo blanco usando uniforme Raimons. Parecía un tipo duro con el que Kier podría hacer nada cositas como hacer él un perrito o alg. Por el momento, eligió ir a casa, donde él googlearía qué es el fútbol ya que solo sabía que trataba de patear pelotas.

La mañana siguiente, Mark llamó a su teléfono.

"¿Cómo… cómo conseguiste mi número?" Kier preguntó asustado.

"¡No te preocupes de detalles tontos!" Respondió. "Pero deberías saber que esta tarde tenemos un partido, así que más vale que vengas y entrenes."

Mark colgó de repente, dejando a Kier confundido. Ese sujeto Mark empezó a ser de su agrado. A Kier le gustaban las locas.

Después de desayuno y vestirse se fue derecho a la escuela, donde encontró miembros del club.

"¡Hola chicos!" Los saludó. Alguien saludó de vuelta y el gordo se fue al baño a tocarse o algo.

"Okay novato, veamos qué es lo que puedes hacer." Dijo Kevin el cabeza rosada

Kier trató de patear el balón, pero no pudo. No importó cuánto intentó, fue incapaz de golpear el balón, ni de casualidad. Parecía como si estuviese jugando golf con un tako de billar y una caneca. Fue decepcionante para todos pero nera lo peor que habían visto.

El timbre campaneó, era hora de ir a clase. Mark desaparecía durante cada hora de clase, tal vez entrenando más, quién sabe. Él solo podía pensar en fútbol. Solo fútbol.

Las horas pasaban y pasaban y escuela terminó. Era hora del partido.

CONTINUARÁ