Capitulo dos
Shaina ya se había dispuesto a cambiar. Se colocó un vestido corto color púrpura. Se miró en el espejo de cuerpo completo, prefería vestir sus jeans o leggins de piel y cualquier remera. Pero tras recibir el mensaje de Tethys, en el cual pedía le acompañara a buscar el ajuar perfecto para su enlace matrimonial con Kanon, obvio, dejaría de lado ese atuendo.
No podía negarse al ver el entusiasmo de la rubia la noche anterior.
Fue al gran clóset y de la zapatera tomó un par de tacones negros. Sólo los colocó y de inmediato se dispuso a maquillar un poco su rostro.
Cuando saga apareció en la pieza, miró asombrado el look de la peliverde.
- en donde quedó la chica de los jeans y remeras? - cuestionó acomodando los puños de la camisa blanca.
Shaina sonrió.
- ¿de que hablas? - sonrió
- del por qué, estás tan linda con ese vestido. - Saga terminó de atar los puños de la camisa y sin dejar de ponerle atención a su dama comenzó con la corbata que reposaba en su cuello.
Shaina no le dió importancia al comentario del griego. Ese hombre se caracterizaba por ser honesto al momento de juzgar. Y por ello es que le amaba de una manera intensa.
Shaina usó el pintalabios cherry que tanto le gustaba y le hacia resaltar las finas facciones. Tenía unos hermosos labios, casi tan perfectos como un corazón y el tono mate de el cherry, los hacia ver tentadores.
El se aproximó hasta ella y percibió el dulce aroma. Olía a hierbas frescas y fruta recién cortada. Se perdió entre las hebras de su cabello como si de un adicto se tratara. Sus manos grandes y remarcadas palparon inescrupulosas, arrancándole más que un gemido a ella. Shaina solo pudo cerrar los ojos y morder por dentro su labio. Era mejor salir de ahí o terminaría en el piso de la habitación y tenía un compromiso. Así que se apartó en cuanto lo sintió firme. El jadeó en reproche .
- ¿no te bastó con la noche anterior?- a Shaina sentirse húmeda no le venía en gracia, puesto que el tiempo era apremiante.
El caballero frente a ella no se encontraba diferente . Sentía una punzada de dolor en la entrepierna. Maldita anatomía femenina, fue el pensamiento de Saga en tanto mecía el puente de su nariz. Estaba seguro de que sangraria de no hacerlo.
- dicen que hay más tiempo que vida. - Saga reprimió el gruñido, haciendo subir y bajar la manzana de Adán. Las palabras de la italiana hirieron un poco el orgullo masculino. Shaina terminó de ajustar el nudo y acomodar la camisa. Se alzó en puntas y le dió un beso superficial al griego.
- hoy quisiera que fueras a la oficina. Por la noche te llevaré a cenar.-
La ojiverde ladeó su rostro, lo observó un momento. Su invitación era tentadora. Algo más se ocultaba detrás de la simple invitación, pero.. .No sonaba tan absurda la idea de salir un poco de la rutina.
- esta bien, acepto. Después de trabajar iré. - le confirmo.
Sorprendido, Saga tomó el saco y después de colocarlo se despidió de ella.
Medio día.
Al parecer todo estaba saliendo a las mil maravillas. Y después de haber sido escoltada por el amigo y asistente de Julián, Sorrento, Shaina llegó al sitio. Un hermoso salon jardín, listo para ofrecer el brunch. Quedó fascinada al observar el sitio.
Julián dispuso de algo más que una simple reunión para deleite de Tethys . Nada era suficiente para consentir a la rubia. En verdad Julián le apreciaba al grado de sentirla su hermana. El se convertiría en el que pagara todo lo concerniente a la novia, por supuesto.
A pesar de que las invitadas eran escasas, casi al término y después de escoger el vestido, Tethys daba por cumplida la o operación "novia feliz".
Pero la diversión terminó, en cuanto cierta heredera cruzó el umbral del salón. La amplia sonrisa de la sirena se deformo en una mueca de disgusto por la llegada de la que consideraba, mimada y malcriada. Saori.
Maldiciendo por dentro, no pudo evitar ver la atención que Julián le prestaba. Vaya que el joven tenía mala memoria. No recordaba como aquella niña le había hecho creer que entre ellos había posibilidad de algo más que una amistad.
Con la mandíbula tensada, pronto Sorrento se acercó a ella y le pidió un poco de cordura .
- ¿que hace ella aquí? -
-no lo sé, debes creerme cuando te digo que Julián no tuvo absolutamente nada que ver con que ella llegara. - con la afirmación del joven músico, la danesa entendió que era una simple e infernal casualidad. - seamos más inteligentes y actuemos con toda la cortesía que se supone poseemos, por favor, ¿si? - el fino caballero le acarició la mejilla y ambos sonríen.
-tienes razón, debemos ser maduros. Igual nada debe pasar ¿o si? - la duda recaia en la invitada de honor de tethys: Shaina. La cual miraron a lo lejos degustando de un coctail. Un escalofrío les recorrió el cuerpo.
-esperemos que si... - soltaron al unísono
Y con la hermosa sonrisa más fingida que usualmente utilizaba Tethys, se acercó a la"heredera" lo que le captó de inmediato, fue ver a cinco mujeres más detrás de la pelilila. Trató de no darle importancia.
- oh, Tethys no sabes cuan feliz estoy por la noticia- era la hora de fingir y ser hipócrita, pues Saori se acercó y le abrazo efusivamente como si su mejor amiga le hubiese dado la mejor noticia del mundo. Por inercia la rubia le correspondió.
- vaya que la gente de clase también gusta de los chismes, ¿o no saori?
Tras el comentario, una rubia, que parecía una institutriz a simple vista, le miró fijamente. Tal vez Tethys ya se había ganado una enemiga potencial.
- la señorita Saori agradece su no invitación y que aun lo encuentre divertido... - la mujer vio directamente a los ojos a la rubia, tratando descolocar a la sirena. Pero el temple de Tethys era superior al de las provocaciones arteras.
- Saori no sabía que hoy cuentas con una protectora? - Tehys le regaló una sonrisa. -y parece que hace perfecto su trabajo- terminó por escupirle.
Sorrento quien se encontraba a unos pasos detrás junto a Julián, casi se atraganta con la aceituna del Martini, el comentario ácido y jocoso de la danesa le turbó de improviso.
-¿te encuentras bien Sorrento? -
Le inquirió el joven de cabellos celestes.
- ¿es que no haz escuchado?
- si, lo escuché. Y me alegra que esa mujer recibiera su merecido. No sabes cuán me hace feliz que mi querida sirena tenga como familia política a esa mujercita. - le dió un sorbo a su copa de vino y señaló con la misma a Shaina.
- pero bien, ya que están aquí por que no tienen la amabilidad de integrarse al brunch, están en su casa. - dejó la bienvenida al aire y sin dar importancia, la nereida fue junto a Shaina.
- Shaina te parece si te acompaño a tu trabajo? -
- ¿estás bien? - Shaina se percató de la ansiedad de tethys.
- no, de hecho no esperaba que la diosa griega llegara y...maldición, ahí está- dejó salir el aire en un suspiro.
Aunque tethys no mencionó el nombre a Shaina le era familiar el título. Dirigió la vista y en un primer plano cercas de Julián a la persona que alguna vez, creyó su rival. Esa que era digna del amor de el muchacho japonés.
-...Saori... -
Flash back
Casi terminaba el último ciclo. A un paso para comenzar la carrera. Se sentía bien. Segura.
-mi padre está feliz que yo tome la enfermería como mi profesión.
-seguramente... Pero dime, ¿trabajaras a su lado? -
La chica de ojos verdes sonrió y asintió entusiasmada.
- lo que yo haga será poco en comparación a lo que el hace
- no existe una obra pequeña. Si se hace con todo el corazón, eso enaltece al hombre. O mejor dicho, mujer. - la mirada castaña del chico toco la sensibilidad de su acompañante.
- Seiya en verdad que tu sabes como darle ánimos a la humanidad. Eres como el héroe ante la adversidad. Siempre positivo y optimista. - La chica se cruzó de brazos y no pudo evitar que sus mejillas se tiñeran de carmín.
- Shaina yo... Tengo un...
La chica frunció el seño por la indecisión del chico.
-por Dios bendito seiya, escupe.
- encontré un pequeño conejo, y yo quería saber si es que puedes cuidar de el. Seika es alérgica a su pelaje. Y por ello no puedo conservarlo.
Detrás del lugar en donde se encontraban sentados, bajo el árbol joven, el muchacho logró sacar una pequeña caja . Al abrirla, Shaina miró con ternura el pequeño manojo de pelos y bigotes con una nariz rosada.
- oh, seiya es tan lindo
Lo tomó con ambas manos y lo llevó a sus mejillas.
- es muy suave y pequeño. Seguramente si tu lo conservas cuando sea grande Aioria lo cocinaría. Hiciste bien al traérmelo.
La chica estaba fascinada.
-Tómalo como un obsequio- los ojos de el moreno se opacaron por un instante y Shaina pudo percibir el cambio de humor de su amigo .
Ella estaba enamorada de su forma de tratarla, siempre atento y gentil. ¿Acaso el lo intuía? No lo creía posible, pues el era así, era su naturaleza. Noble.
Y así fue que transcurrió el tiempo. Hasta que un día...
Shaina pensó que ese día sería diferente. Y no estaba errada del todo.
Seiya le había dicho que le tendría algo importante que decir. Que aprovecharia la celebración de el cumpleaños número quince de el, para darle una sorpresa. Sus manos sudaban de una manera incontrolada. Tomó a el pequeño conejo para poder despejar su mente.
Sentada en su diván, escuchó el timbre. Acarició al conejo y lo regresó a su hábitat. Se levantó y acomodó sus ropas. Se aliso la cabellera y salió de la habitación.
- señorita Shaina, el joven Seiya le espera afuera. -
- gracias Anabel , ¿por que no lo hiciste pasar? -
Cuestionó con animosidad.
En respuesta la mujer de cabellos de plata metió las manos en los bolsillos de su delantal, prefirió callar. Anabel era la ama de llaves y en cierto momento su nana. Mujer de carácter reacio, pero maternal al mismo tiempo.
Al salir, el mundo de la chica de cabellos verdes . La imagen de el chico perfecto besando a una chica de cabellos lilas quebró su corazón. Estaba inerte. Decepcionada. El instante se convirtió en inmensidad tras el beso inexperto. Su garganta se rasgaba y le impedía articular palabra alguna.
Al separarse ambos jóvenes se percataron de la chica. Trataron disimular y por fin el japonés decidió hablar.
- oh, Shaina no pensé que saldrías tan pronto...
Silencio y ella solo podía mirar a uno y otro.
- mira ella es, Saori Kido mi compañera de clase y mi novia, recientemente, es algo importante y quería que fueras de las primeras personas en saberlo .-
- es un placer, tu eres la chica de la que tanto habla seiya, ¿cierto? Es un placer conocer el rostro de la amiga incondicional- la pelilila extendió su mano.
-el gusto es mio.- le correspondió de una manera en la cual la jovencita no notara el sudor en las manos.
- bueno si me disculpan tengo a mi Pegaso enfermo, debo regresar a por él. - mintió
-¿enfermo?, no lo mencionaste antes-
-¿Pegaso? - inquirió saori
- ah, si, es un pequeño conejo que tengo.
- vaya que ternura, a mi me parecen animales repulsivos. De hecho cuando conocí a seiya tuvo la gran idea de regalarme uno, pero sencillamente no soporté ni mirarlo.
Seiya desvió la mirada como tratando de ocultarse por la afirmación de su pareja. Shaina ahora entendía todo, ella recibía los detalles que la chica fina y delicada rechazaba. ¿Como debió sentir alivio seiya en ese momento en que ella recibió con cariño a ese pobre animal.
La mirada de la italiana y el japonés se cruzaron en silencio, como si uno aceptara la culpa y la otra se sintiera plato de segunda mesa.
-bueno ustedes deben tener mucho que hacer y yo debo despedirme. Fue un placer conocerte Saori - le dedicó una sonrisa a la chica y de inmediato se viro para desaparecer detrás de la puerta.
En un momento el japonés pareció comprender todo lo que Shaina pensó en ese instante. Quiso ir detrás de ella y esclarecer todo. Pero desafortunadamente no pudo ya que Saori le sujetó .
- ¿a donde vas seiya?, tu amiga tiene asuntos personales. Déjala - logró hacer desistir al castaño, quien le sonrió. Y así subieron al auto de ella y fueron llevados por el mayordomo.
fin del flash back.
Shaina regresó en sí y suspiró .
- iré a saludar... - soltó y se dirigió hacia la heredera.
Continuará.
Gracias por leer.
