Hola a todos!
Este capítulo lleva el mismo título que la canción de Shakira y black Eyed peas.
Los leo abajo. Espero les guste.
Capitulo trece: girl like me
Comenzaba a sentir frío. Había descansado plenamente. Sin embargo, se sintió más cómoda cuando buscó el calor de unos brazos, encontrando enseguida la calidez firme de un par de ellos. No deseaba levantarse, aunque pronto recordó que no era su cama y que ni siquiera se encontraba dentro de una habitación.
Abrió los ojos intempestivamente, miró alrededor y al hombre que la acompañaba tirada en el césped, la tenía rodeada firmemente. Se levantó poco a poco y aunque ahora recordaba donde estaba y que se habría quedado dormida, debía despertar a su acompañante, puesto que debía ser más de las ocho de la noche.
Milo se despertó y la observó sentada a un lado de el. La noche los había alcanzado. El imitó a la chica colocándose detrás de ella.
- ya es tarde...- susurró bajito pero con la voz ronca.
- lo sé...- ella se erizo de pies a cabeza. Se abrazo así misma. La situación y el frío de la noche, la estremeció. Giró el rostro para observar el par de ojos turquesas. En ellos existía ternura, pero también un fuego que ella ya conocía.
- me gustas mucho - le dijo sin dejar de observarla. - se que no es el momento ni el lugar, pero necesito que lo sepas. Estoy estúpidamente atraído por ti. Eres hermosa, cómo una tentación letal (*).- acarició con una mano el rostro perfectamente cincelado de ella, con el pulgar recorrió los labios entreabiertos.
Tal vez por la declaración o sentirlo tan cerca ella se quedó petrificada tratando de formular alguna palabra en su boca, desgraciadamente nunca llegó a completar una sílaba, estaba absorta en el hombre frente a ella, desprendía un calor que la embargaba completamente ella ya conocía ese calor y sabía que no podía huir de eso.
- perdóname por lo que voy a hacer ya no puedo contenerme.-
Entonces fue que el heleno bajo su rostro hacia los labios de ella sujetándola con delicadeza por el mentón. El beso fue como una caricia. Por instinto cerro los ojos y sintió la calidez y el grosor de esos labios.
Torpemente ella movió los labios por mera inercia. Era delicioso. Dios mío Thetis tenía razón, pero justo recordando a la sirena fue que comenzó a rememorar a Kanon y al gemelo de este, fue entonces que se apartó.
- perdóname.- casi lo suplicó- me dejé llevar, ya no podía pasar un instante más sin comprobar lo dulce que es tu boca. -
Milo no dejaba de ver los ojos de ella, su corazón palpitaba de manera desbocada. Si Shaina no se hubiera apartado, el habría continuado. Sabía cómo la pasión se habría apoderado del beso, que se convertiría en caricias y terminaría en una calentura que difícilmente podría haber controlado. Y no iba a sostener relaciones sexuales al cielo abierto, no con una chica que ahora lo mira confundida y que aún tiene el corazón roto. No, el no era así. No podía aprovecharse, así que debía abandonar la idea. El no se explicaba como es que no utilizo sus tácticas de convencimiento y dejó a aquella mujer con ganas de más. Tal vez no era un desvergonzado. Tal vez si estaba interesado en ella, no de una manera fugaz, como cuando la conoció, no quería equivocarse y asustarla.
- no debes preocuparte, no fue desagradable, fue tierno... Supongo- ella agachó la mirada.
Sentía pena, o tal vez decepción, hasta hace un mes, ella aún era novia de Saga. ¿Pero por qué debería de sentirse apenada? Ya no existía nada entre ellos ¿Quién marca una fecha de duelo por el rompimiento de una relación? Si, le dolía aún. Tenía rabia en otras ocasiones. Era un montón de sensaciones, pero... Debía seguir como su padre le había dicho mil veces. - Debía afrontar y ser feliz, ella ser feliz no hacer feliz a otros. Debía tomar valor y aceptar que el hombre que ahora respira tan cercas de ella, la atrae de sobremanera. Que su sonrisa le gusta y por supuesto que sus ojos la hacen creer que en el mundo hay vida después de una separación. Sin olvidar que también la hace sentir mojar sus bragas.
Al pensar en eso, se llevó las manos al rostro.
- ! Que horror !- dijo sin más.
- oye disculpame por favor no quise ser un atrevido se que tú...- se preocupó.
- no, no es lo que crees.-
Milo se tranquilizó unos instantes. Y la dejo hablar.
- te seré sincera. Tu me atraes mucho- se sonrojó. - y aunque a mí mente vino Saga cuando tus labios recorrieron los míos y me sentí avergonzada, no niego que fue bueno. - Shaina se frotó un brazo. - Claro que es muy pronto para decir que quiero tener una relación de noviazgo, por qué el estigma de Saga seguira por aquí un tiempo que no puedo definir- se llevó una mano al corazón. -
Hubo un silencio.
- pero también tengo necesidades que no puedo reprimir y haz hecho que estén aquí- se tocó el brazo hasta la clavícula. - a flor de piel. -
Milo se quedó en blanco. Tragó grueso cuando vió que ella se acercaba mucho más a el, hasta ponerse de rodillas frente a frente. Lo miraba directo a los ojos y el la recorrió sin mesura. El busto se apretaba de manera magnífica, instando a su lado obseno a tocarlos. Se contuvo por qué ella lo hizo mirarle a los ojos tomando con sus delgadas manos su rostro. Su nariz podían tocarse.
- eres un hombre atractivo, seductor.-. La voz sonó ronca. Entonces sus manos vagaron hacía la nuca del joven.
Fue entonces que lo besó sin mediar palabras. Ahora el griego estaba atónito, pero cuando ella abrió la boca e introdujo su lengua el no dudó. Cerró los ojos y tomándola de la cintura correspondo de igual manera..
Después de unos minutos ambos tomaron ese respiro necesario. Sus corazones eran como caballos desbocados. Sus labios estaban hinchados por la fricción.
Y aunque ella quiso continuar el joven griego, le sonrió . Tomó su rostro con ambas manos y acarició sus mejillas.
- me gustas... Desde el primer día, pero te juro que si me vuelves a besar así, terminaremos aquí.- ella sonrío a ver qué el señalaba con la mirada el césped sabiendo a qué se refería. Shaina soltó una risita.
- lo sé. No es un lugar como para recordar una experiencia así. Es un lindo espacio, te trae paz y tranquilidad, es como un refugio. Dejémoslo como tal. ¿Quién sabe? Tal vez podamos tener sexo en otro sitio más adecuado. Hay que pensar en ello, ¿Te parece? - le besó los labios rápidamente y se levantó, caminó en dirección al auto.
Milo se quedó unos instantes. Trataba de reflexionar la información. Ella había dicho tener sexo?. No lo imaginó.
- prefiero hacerte el amor. - susurró, se levantó y acompañó a la joven.
La llevó hasta su casa. Durante el trayecto ambos reian de cosas sin sentido. Para él era como si la chica estuviera decidida a vivir el hoy. La notaba más alegre que cuando la encontró en el hospital.
Casa de Odysseus. Noche.
El auto rojo se estacionó en la entrada. Shaina miró al heleno. Era tan guapo y el azul de sus ojos lucía más penetrante, ante la noche. Lo besó antes de bajar del auto. Lo cual tomó por sorpresa al griego. Algo en ella cambió definitivamente. Ya no era más la chica recatada y con valores, los cuales le dictarian que aquello no estaba bién, que no era correcto besar a un hombre que apenas y conoce. Lo miró de nuevo. Al diablo los valores.
- ¿Y ese beso por qué fué? - inquirió curioso, su voz ronca
- por qué sabes a él dulce que las manzanas rojas y jugosas poseen. Y no puedo resistirme. - dijo en su cara.
- bueno, tendré que sacrificarme para que usted señorita, se deleite. -
Ahora el la besó, pero tiernamente.
- me tengo que ir. Mi padre debe estar dentro. Tu... Deseas pasar?-
Milo negó. No imaginaba lo que el sanador pensaría viéndolo llegar con su única hija. No era cobardía, solo era precaución.
- mi padre es un hombre inteligente Milo. Jamás te pediría una explicación. - Shaina encontró divertido el hecho de ver el rostro preocupado del joven.
- ¿Cómo sabes...?
- tengo un sentido de intuición muy afinado.- ella le acarició el pecho que estaba un poco descubierto.
- para... por favor...- le dijo tomándole la mano sutilmente. - si me prendes, me volveré loco.- la besó fugazmente.
- tal vez si lo deseo- ronroneo
Milo se aclaró la garganta.
- puedo verte pronto? - el sugirió.
La de cabellos verdes lo pensó unos instantes separándose de él.
- mañana... -
El sonrío complacido.
- vendré después del trabajo. Tal vez podamos salir a tomar un café, o podríamos ir a cenar...- sonaba divertido, la ilusión que se formaba en cada palabra.
- tomar un café está bien. - sonrió.
Ambos se despidieron y el griego dejó el lugar.
Shaina se sentía tan relajada que poco le importó que su padre llevara un rato en casa.
Ella subió y se dejó caer boca abajo en la cama. Suspiró un poco. Debía revalidar la reciente experiencia. Se sacó las botas aun podía dormir. Pero no logro hacerlo ya que Odysseus llamó su atención.
-me alegra verte distraer un poco. -
El hombre de cabellos de plata estaba parado en el marco de su puerta. Aún llevaba sus gafas puestas pero su expresión era muy seria. Shaina sabía el porqué de esa mirada.
- tú mismo me has pedido que continúe con mi vida.
-y lo reitero, solo no vayas a cometer algo de lo que te tengas que arrepentir después. -
La chica lo miro con fastidio
- no te preocupes, por el momento no hay sentimientos involucrados, solo necesidades físicas.-
El sanador tosió un poco al escuchar la declaración de su hija. Y ella lo notó, sabía que había incomodado un poco a su padre.
-No me digas que tú no las tienes padre? Acaso nunca buscaste una pareja qué tomara el papel de amante?-
Dos muy buenas preguntas, pensó el sanador.
- Shaina. Eso no es realmente relevante.- Odysseus colocó con su índice las gafas nuevamente. Aunque su seriedad era notoria, el rojo de su rostro era imposible de ocultar.
- papá ya no soy una chiquilla. - lo miró con sus enormes ojos verdes. - mamá murió hace mucho. - añadió con una leve melancolía. Pero al final sonrió de nuevo. - sé cuánto la amabas y ella a ti-
El médico se acercó, tomó asiento a un lado de su hija y le acarició las ebras verdes con dulzura.
- Sara es el amor de mi vida y tú el mejor regalo que ella me dió. - conmovido, besó la frente de ella.
- lo sé. Pero también sé que no quisiste buscar una mujer para ser tu compañera, tu esposa... Es algo admirable, pero no deseo verte sólo, sumergido en tu trabajo. -
- mis pacientes son mi ocupación la mayor parte de mi tiempo y ahora que estamos juntos, tu serás lo más importante en mi vida- de nuevo la besó en la frente.
- yo también te amo papá. - sé levantó y lo abrazo efusivamente, el sanador se dejó. - pero de verdad, ¿Nunca alguna mujer se te ha insinuado? ¿Nunca haz tenido un buen polvo?.
- ! Shaina ! -
- ¿Que? - se cruzó de brazos. - eres un hombre de mediana edad de muy buen ver. - lo analizo. -
El sanador sonrió. Esa hija suya, era demasiado atrevida.
- en una ocasión, hubo una terapeuta.-
- ! Huyyy ! - ella se emocionó.
- era muy abierta, un par de ocasiones coincidimos en un hospital de Holanda y era tan atractiva que simplemente no pude negarme, era ardiente, lo hicimos en el hotel donde se hospedaba. Fue muy bueno. -
Shaina se encontraba con la boca desencajada.
- después de eso, no la volví a ver. -
-! No lo puedo creer ! - ella gritó y brincó en la cama como cuando era niña. -
- tranquila, eso sucedió hace un par de años-
- ! Y lo recuerdas ! -
- por favor Shaina, comportate -
- está bien. - fue así que se tranquilizó. - y dime, ¿Nunca deseaste repetir eso? Digo, podrías haberla buscado.-
- no, ambos aceptamos que sería algo en el momento. Teníamos rumbos distintos, así que el sexo fue bueno y ya, se acabó. Ahora estoy aquí, contigo compartiendo esa experiencia. ¿Conforme? .
Shaina le sonrió complacida.
- totalmente, señor conquistador - .
El hombre se levantó decidido a irse, cuando algo le hizo retroceder.
- pero tú, si piensas tener sexo con el subordinado de tu ex, te recomiendo que lo pienses bien, si aún así lo decides se cuidadosa, en todos los aspectos.-
- ya lo sé papá-
- Bien me alegra que lo entiendas, pero antes de eso. Quiero que Vengas lo antes posible a hacerte un chequeo. Estás anémica y necesito saber por qué. Y seré honesto, aún creo que es por qué estás encinta. -
La miró desde la puerta. Parecía harta de escuchar lo mismo.
- papá...- suspiró. - de acuerdo, iré a hacerlo, me checaré y haré una prueba de embarazo, de sangre para que de una vez te convenzas. ¿Ok?-
El peliplata, sonrió había convencido a la obstinada de su hija.
Al siguiente día. Oficina de Saga.
Los últimos días la personalidad de Saga variaba. Un día era un ogro con quién se le pusiera delante, al siguiente parecía un cordero en sacrificio. Bipolaridad algunos se aprecian a decir. Solo quien verdaderamente lo conocía callaba.
Shion, había sido el único en notarlo. Detrás de esos cambios de carácter el sabía que se escondía el miserable de Ares. No deseaba prender el foco rojo e ir a alarmar a su hermano, puesto que aún éste se encontraba de luna de miel y lamentablemente no debía arruinar la reciente nueva vida del gemelo. Sabía que si lo contaba a Dohko, éste tomaría una decisión impulsiva y aquello terminaría mal, en verdad muy mal, por qué el viejo sabía que algo muy malo y perverso estaba planeando desde su trinchera el cobarde de Ares. Siempre que se dirigida a Saga, el de ojos amatista podía ver en la mirada del heleno oscuridad y vacío. Saber que planeaba con exactitud era imperativo, pero por más que dió vuelta al asunto, no encontraba cuál sería el golpe del alter ego.
Necesitaba estar lo más cercas posible de su protegido, inventando cualquier excusa para poder analizarlo. Pero a decir verdad, Ares era astuto, no se lo permitía. Simplemente, el hombre se encerraba en la oficina y no aceptaba que nadie le molestara, se tratara de quién se tratara.
Pero hoy, se había tapado con la presencia de Milo quien en primer instancia le había informado que por ordenes del presidente, sería reubicado. Shion, trató de no alarmarse cuando el joven le detalló que formalmente era el vicepresidente interino a partir de ya.
- fue el mismo presidente quién a media noche me dijo que a partir de hoy, tendría el cargo que ocupa Aioros. Por su permiso de gravidez, estará ausente tres meses. Y usted sabe, donde manda capitán, no gobierna marinero.- lo escupió como desden.
Fueron las palabras del joven cuando ambos compartieron el elevador que los llevaría al piso donde se encontraba la oficina del presidente.
- pues me alegra. Realmente eres un joven muy capaz, eres tan bueno como lo es tu hermano. Harás un buen trabajo.- le palmeó la espalda.
Y aunque dudó, hizo la pregunta correcta.
- Milo...-
- si señor, dígame.-
El mayor lo observó directo a los ojos.
- Dime qué no tienes nada que ver con la hija del sanador. -
Milo sonrió de medio lado. El viejo era muy perspicaz. El griego solo suspiró y mantuvo unos momentos en silencio.
- No - mentira o no, Milo era de los hombres que mantenía su vida en privado. ¿Y para que venía esa pregunta? Milo imaginaba la respuesta.
- hijo, no puedes ir detrás de la mujer que otro apenas dejó, mucho menos si es un cercano o amigo. Sabes que Saga aunque en estos momentos se comporta como un imbécil, en el fondo aún ama a esa mujer. -
- ¿ Y usted quiere disuadir mis intenciones?. Señor, no se equivoque, Saga no es mi cercano mucho menos mi amigo, ese es Kanon, a él debería respeto. Saga solamente es, para desgracia de todos, el jefe. - Milo aseveró su mirada. Odiaba que le dijeran que hacer o no.
- solo se prudente Milo. -
- yo sé que usted cuida de los gemelos como si fueran sus hijos, lo entiendo. Pero no debería temer por Saga. -
Shion le recriminó con la mirada Milo era muy insolente en ocasiones.
- Evitar problemas es lo único que se debe hacer. Sea quién sea Milo. -
- si bueno, ese sería mi problema y el de nadie más.- sonrió sarcásticamente.
- hijo, de verdad no quieres ser testigo de lo que es Ares. No lo tomes a la ligera.-
- es cierto, no lo sé. Pero no tengo miedo. He visto su rostro y no me parece un hombre peligroso. No se de qué sea capaz, imagino que a ustedes fácilmente les impone un miedo aberrante. Le repito, no le temo a nada.-
El ascensor se detuvo y justo cuando Milo daba un paso afuera Shion lo sujetó fuertemente, haciéndole regresar para mirarlo.
- lo he visto asesinar a sangre fría. Le facilitó drogas a una adicta, que estaba embarazada de el, ¿Sabes cómo terminó? Muerta, por sobredosis y a él nada le importó, he visto como agrede a Kanon, su hermano, su sangre. Créeme que no sentirá remordimiento si alguien se cruza en sus planes y decide terminar con él.-
Inmediatamente después de eso Milo se libero del agarre y sin darle mucha importancia salió del cubo del ascensor. Shion solo negó. Ahora más que nunca debía ser más cuidadoso.
Le dio tiempo a Milo para ir donde Saga. Espero afuera de la oficina de éste. Un tanto preocupado y después de menos de una hora el joven de cabellos azules, salió por la puerta. Shion sintió alivio al verlo intacto.
- ¿Todo está bien? -
Milo asintió.
- ¿Esperaba que él imbécil me tragara?, Dijo sarcástico
- Milo, ten un poco más de seriedad. -
- tranquilo señor, Saga el presidente está muy centrado. Me dió indicaciones y si me permite, iré a mi oficina... Temporal.-
El joven que vestía traje gris y camisa azul, desapareció al final del pasillo ante la mirada atonita de Cecil y Shion. El viejo debía saber que fue lo que sucedió allá dentro, por qué sinceramente esperaba un huracán. Tocó un par de veces y enseguida le dieron el pase.
Miró a Saga. Éste parecía ocupado, frente a su laptop, el gemelo mayor poca atención le ponía al hombre frente a el.
- ¿ Me dirás por qué escogiste a Milo y no a Shura o cualquier otro?
- Shura es presidente de finanzas, un cargo que no se puede dejar. Y estamos cortos de personal aquí. Su flamante dictadora, se rehusó a contratar alguien. -
Saga seguía sin mirar a Shion.
- para eso estamos Dohko y yo. Estamos retirados pero para una emergencia se nos puede llamar. Son órdenes de Saori.
- lamentablemente Saori no sabe que ocurre en este lugar y usted sabe que el escorpión es un hijo de puta, pero muy eficiente. -
- no fue lo que le dijiste hace un mes. Lo culpaste por el fracaso del Norte. ¿Recuerdas?-
Ahora sí Saga le devolvió una mirada fría.
- pues... Cambie de opinión.- dijo aflojando su corbata. - es tiempo que onda en práctica otros roles, hizo la misma carrera que Aioros y yo. Así que démosle una prueba.- se recargó en el respaldo. Y esperó que Shion le reprochara algo.
- ¿Seguro es eso?- dijo firme
- ¿ A qué se refiere? , Por favor vaya al punto, hay mucho trabajo y usted me quita el tiempo.
- ¿Seguro que no quieres tenerlo cercas para poder hostigarlo? ¿O peor aún, mantenerlo lejos de tú ex? Es está la manera de controlarlo. -
Saga torció la boca, se levantó y se quitó el saco lo dejó detrás de su asiento y se asió las mangas de la camisa, Shion podía ver los tatuajes en los antebrazos del gemelo que aún no emitirá respuesta alguna.
- Yo terminé esa relación, lo que haga ella ya no me importa. Lo que sucedió en la boda de mi hermano, fue un error, que admito. Julián ya tiene mis disculpas y estás fueron aceptadas. Milo debe entender que no debió entrometerse. El trabajo es un mundo distinto aquí yo soy quien lleva la responsabilidad de está gran empresa. Así que no mezclo una vida con la otra. Mi vida no gira alrededor de Milo. Tengo cosas mucho mejores para ocuparme. Así que le recomiendo que regrese a su sitio y dejé en manos de gente joven el futuro de ésta empresa.-
Cuánta soberbia destilaba el griego.
- no confío en ti Saga deberías de ser un poco más humilde, yo te di mi confianza para ocupar el lugar que ahora tienes. Sería tan fácil relevarte. Y tú lo sabes.
- Está en todo su derecho, señor.- sonaba a burla.
Ambos se miraron en un silencio incómodo.
- ¿Te escuchas Saga?. ¿Aún puedo confiar que eres tú?. Por qué simplemente tus acciones y tú personalidad me advierte lo contrario.
Al escuchar las declaraciones de Shion, Saga relajó su expresión, inclusive se podía observar cómo el joven expresaba un poco de remordimiento. En el fondo sabía que debía respeto al hombre de cabellera larga. O eso interpretó Shion.
- le ruego me perdone, se que he cometido errores y mis faltas deberían ser castigadas. Le prometo que no me dejaré llevar por los motivos de mi vida privada. En verdad deseo recuperar el honor de está empresa. Se que usted Dohko y la señorita Saori, confían en ello. -
¿Sería cierto el arrepentimiento de Saga? Fue lo que pasó por la mente de Shion. El rostro apenado del griego le dió un aliciente para darle una última oportunidad.
- rectifica. De lo contrario, a la primera te vas.- terminó por sentenciar.
Cansado, Shion salió de la oficina dejando solo al gemelo...o eso creyó.
Saga se dirigió al gran ventanal ahí su mirada se perdió.
Es increíble, a lo que tiene que rebajarse este imbécil. Creo que va siendo hora que cargue con mis "cosas" muchos necesitan guardar silencio.
Sin quitar la vista de la ventana el peligris tomó su móvil y marcó. Recibiendo una respuesta de inmediato.
Si señor, diga.
- necesito que me lleves mis cosas, te espero en el lago verde.- lo pensó unos momentos - No olvídalo, irás a Quetzalcoatl, te veré en la parte trasera, en el callejón.
Cómo ordene señor, sabe que estoy para servir, disculpe ¿Alguien le estorba? Los chicos podrían ocuparse de él.
- no me cuestiones imbécil gusano, solo cumple con lo que te he dicho. Después desapareces.
Perdone señor, ahí estaré.
- a las once. Llega puntual escoria . -
Y sin darle tiempo colgó. La sonrisa perversa se dibujó en su rostro.
Se que irás ahí tarde o temprano Milo. Cómo sé que no irás solo, tal vez Saga no le importe que te lleves a su mujer a la cama. Pero yo, te voy a dar una lección.
Hospital Graad, medio día.
El día había estado lleno de trabajo. Ahora era tiempo de darse un respiro, tenía media hora para tomar un poco de comida.
Por la mañana Shaina se había despertado de un mejor humor. Aunque se sentía un poco extraña. Ya en la ducha, comenzó su ritual del baño. Lavo si cabello y comenzó a limpiar su cuerpo. Los pechos estaban duros y un poco más grandes de lo normal y los pezones los sentía más sensibles de lo acostumbrado.
Tal vez mi periodo está cercas y el preámbulo a ello, es más notorio.
Pensó teniendo esa sensibilidad sobre la suave piel de sus senos.
Cómo añoraba sentir los labios tibios sobre sus pechos y el placer que sentía cuando sus picos rosados eran succionados con pasión. No pudo evitar mojarse teniendo ese pensamiento. Diablos, necesitaba tener sexo cuánto antes, su cuerpo se lo exigía a gritos.
Regresó a la cordura cuando su móvil timbro. Era un número no reconocido. Así que dejo de rememorar su episodio matinal.
- si?-
- hola bella. ¿Cómo te encuentras? -
la voz sonaba seductora y grave, Shaina estaba familiarizándose con esa voz.
- Milo!? , ¿Cómo conseguiste mi número?-
- WOW!, Eres muy audaz. - soltó una carcajada. - como nuca hemos intercambiado números me tomé libertad de conseguirlo. -
-¿Con quién?-
- digamos que la sirena me lo facilitó, muy cordialmente. Ah y dice que la llames, por qué no lo haz hecho.-
Shaina se golpeó la frente, era cierto no había cruzado palabra alguna con ella después de la boda. Aunque también creyó inapropiado hacerlo, pues era su luna de miel.
- maldita bruja...- gruñó bajo pero aún así, Milo le escuchó y se echó a reír.
- ¿ Cómo te encuentras hermosa guerrera?- le cuestionó
Shaina se ruborizó, recordando el día anterior. El olor del cuerpo cálido del peliazul y el sabor de su boca. Tragó grueso al recordar lo atrevida que fué y la propuesta echa por ella.
- Yo estoy bien. Gracias por preguntar. Y tú...¿ Cómo estás?-
- Me alegra preciosa. Bueno, yo estoy relativamente bien.
- ¿Relativamente? -
- Es un poco confuso, digamos que a media noche recibí la orden de presentarme en la oficina del jefe. Así lo hice y ¿Adivina?- guardo silencio. - resulta que me dieron el puesto de Aioros, momentáneamente, claro está, por obvias razones.-
Shaina no sabía que responder, Saga parecía ser el tema a discutir de nueva cuenta.
- Milo por favor, no provoques a Saga. No quisiera que repitieran la escena de la boda.-
- tranquila... Aquello solo lo hice por qué el se comportó como un animal contigo. Aquí solo es asunto laboral lo que me incumbe. -
- está bien, confiaré en qué no serás impulsivo.-
Ambos sonrieron.
- espero que no hayas olvidado nuestra cita. Solo dime a qué hora te puedo recoger. Seré puntual.-
Shaina se sentía como una adolescente en su primera cita.
- bueno... Yo... En la noche... Tu... Vienes...- respondió nerviosa.
- nena, tranquila, ¿Estará bien a las nueve?-
Shaina suspiró y se frotó el rostro exasperada. Había sonado como una estúpida.
- a las nueve está bien. -
- perfecto!-
Terminaron la llamada y Shaina ahora sentía un cosquilleo en el estómago. En el pasado no creyó volver a tener que pasar por lo que ahora le sucede. Se aferró a una ilusión, cuando se decepcionó de Seiya y Saga apareció en su vida, por la madurez de él, se construyó una vida. Una farsa. El lo había admitido, incluso cuando supo de su decisión firme de nunca tener familia ella llevó al límite el apego de esa diminuta posibilidad.
Por esa razón, ahora más que nunca estaba decidida a vivir sin compromiso alguno. Sin ataduras, tal vez no vivir una vida libertina, pero si aprovechar que su necesidad carnal ahora podía ser saciada por un hombre que le atrae tanto y que ella cree, que el sentimiento es recíproco.
Ya no puedo equivocarme más... Es solo sexo Shaina. Es lo que ahora debe importarte.
Se alentó así misma.
Casa de Odysseus
Al final de su turno, justo a las cuatro de la tarde, ya en casa, Odysseus le hizo saber a Shaina que debía ausentarse por un par de días. Iría a una zona de escasos recursos para proporcionar ayuda.
-Pefko y yo iremos a Argos. Suikyo ya debe estar ahí.-
La chica lo miró unos instantes.
- no tardaré, prometo regresar tan pronto atendamos las necesidades. - Odysseus observó a su hija mientras acomodaba sus pertenencias en la maleta. Sólo se preocupó por llevar lo suficiente para una estadía de dos días.
- estaré bien, papa. Tu solo ve y ayuda cuánta gente puedas. -
Shaina se acercó, acomodó el cuello de la camisa de su padre y le dió un beso en la mejilla. Al sentirlo, a Odysseus se le erizó la piel. Los labios de su hija estaban tan fríos que aquello sembró en él un poco de temor. Cómo si le advirtiera . El, retribuyo el gesto y le besó la frente, aún así el sentimiento no despareció. Ahora tenía un mal presentimiento.
- no cometas ninguna locura en tanto yo no esté. - acarició sus cabellos y le sonrió.
- no lo haré. - ella amplió su sonrisa.
8:50 PM.
Ya se había preparado para salir. Se encontraba relajada aunque la invadía un poco la curiosidad.
El sonido del timbre la sacó de sus pensamientos. Abrió sin mucha emoción, pues ésta iba disminuyendo conforme la preocupación se fortalecía.
Y ahí estaba, alto con una sonrisa desbordante de sensualidad. ¿En verdad que no existía una mujer en el mundo que no se rindiera ante esa arrogante sonrisa.? Su cabello, largo como una cascada y un poco más ondulada que la de Saga.
Si, Saga de nuevo venía a colación. Shaina se mordió el labio inferior, la sombra de Saga parecía que no la dejaría. Aunque definitivamente estaba dispuesta a arrancarse del corazón todo aquello que sentía por el. Sacar un clavo con otro clavo, no iba ser tan fácil... No como ella decidió hacerlo.
- que puntual eres.- afirmó dejando pasar al joven griego.
Milo le siguió, admirando lo sexy que la chica de ojos verdes lucía con ese vestido negro, que se ceñia perfectamente a su cuerpo.
-tu padre sigue en el hospital?-
- No, salió por un par de días. La fundación continuamente lo envía a lugares donde no se cuenta con servicio médico, atienden a las personas que no poseen los medios para tratarse. Mujeres embarazadas, huérfanos, adultos mayores, todo aquel que necesite de un médico, debe ser atendido. - Shaina miró al heleno colocándose la chaqueta de piel.
Milo observó cada movimiento y puso atención en cada palabra.
- Que interesante. Su labor es digna de admiración. Su don lo destina para el más bello propósito.-
- si, así es el. - la chica se acercó al joven. Notando cómo el ojiazul no le apartaba ni un segundo la vista. Lo miró de pies a cabeza. El también lucía como un rock star. Se acercó tan deliberadamente que le fue posible percibir el olor de su colonia. - hueles muy rico. - afirmó.
- ¿Que?, Ah, eso... - la tenía demasiado cercas, ella con los tacones casi podía encararlo, a pesar de ser más baja, ahora lo podía ver directamente a los ojos. Los labios estaban de un rojo Cherri que gritaban hambrientos tomarlos con los suyos.
La necesidad pudo más que su recato. Sin pudor, sin inhibiciones, tomó el rostro entre sus finas manos.
La chica le plantó el beso más profundo y exigente que nuca pensó dar. Era como si quisiera devorarlo, obviamente él joven le correspondió del mismo modo. La abrazó fuertemente y sus cuerpos se encontraron. Si seguían de esa manera podrían olvidarse de la cena.
La cobra cortó el beso de tajo. Su respiración y la del griego a duras penas era posible. Aún se encontraban cuerpo a cuerpo. Shaina sonrió al observar cómo un poco de su lipstick se había transferido a los labios de Milo, ya que estos se encontraban ligeramente rojos.
- te invite a cenar pero si me besas de esa manera de nuevo, me voy a olvidar de todo. - Milo le acarició la mejilla y la miró directo a los ojos.
- tal vez es lo que deseo...- le ronroneo en el rostro.- Shaina estaba jugando con fuego.
Y de verdad, ella podía sentir como el cuerpo del joven heleno reaccionaba, sintió la erección de su pene contra su pelvis. Inclusive, ella lo escuchó gruñir muy bajo, tal vez era doloroso para él controlar aquella situación.
- De verdad, tenemos que seguir con lo acordado. No me sentiría cómodo haciendo el amor aquí.- echó un vistazo a la acogedora sala de estar.
Un poco desilusionada la cobra se alejó. Estaba dispuesta a tomar a ese joven como su amante, ella intuyó que el sería más práctico e iría al grano. Pero no fue así, no con las provocaciones que ella misma hacía tan abiertamente. Tomó sus llaves, su bolso, y esperó que Milo la siguiera.
Milo era muy observador. Por supuesto que se dió cuenta de los planes de ella. Tal vez si esa oportunidad se le hubiese dado la primera vez que la vió, ahí mismo habría dado rienda suelta a su lujuria, por qué esa vez, el la comparó con una tentación a la cuál no podía haberse negado. Pero hoy y después de haberla conocido solo por coincidencias absurdas, estaba más intrigado por saber que había perdido Saga, que le causaba tanto daño.
" Saga... Bendito o maldito Saga. Estás muy consciente de lo que perdiste." .
Pensó camino al lugar dónde llevaría a la chica.
- Ya lo verás, es un lugar muy agradable. - necesitaba despejar ideas.
- ¿A sí?, Bueno juzgare y te lo comunicaré. - ella sonrío como niña.
- eres una mujer multifacética, ahora mismo pareces una tierna e inocente jovencita, pero hace rato eras una temible female fatale. - Milo le acarició suavemente la mejilla y también la observó sonrojarse.
- no me digas esas cosas- ella le quitó su mano de su rostro.
- ¿Lo vez?, Ahora eres una peligrosa cobra Rey.-
Transcurrió casi dos horas de camino. Llegaron a un suburbio, podía sentirse un ambiente tranquilo. Un lugar concurrido a pesar del horario nocturno. Pararon frente a un lugar con un gran letrero " Quetzalcoatl" .
- ¿Quetzalcoatl?- ella pronunció con un poco de dificultad.
- restaurant y bar. A tus órdenes -
- ¿Vienes muy a menudo? -
- casi cada fin de semana, como hoy. -
Ella alzó una ceja incrédula.
- bienvenida a la serpiente emplumada. Los dueños son familia.- el sonrió abiertamente.
- oh...-
Shaina bajó y miró el lugar por fuera, era concurrido y la música era agradable. Ella pudo notar que el idioma de las canciones eran en español. Recordó algunas frases eso la remontó a su época de internado, ahí, las hermanas impartían idiomas, en su mayoría español. Debía de desempolvar esa lengua.
- es lindo, ¿No?-
Milo ya estaba a un lado de ella pero con lentes oscuros y se había recogido el cabello en una coleta.
- vamos dentro. Aquí podemos cenar y bailar. Si lo deseas.- extendió el brazo y ella aceptó gustosa.
Milo se adentro con naturalidad. La gente parecía conocerlo, puesto que todos le extendían un fraternal saludo.
- Hola amigo. ¿Hoy no vienes solo? Eso lo veo y no lo creo. - un hombre Joven, aunque Shaina no podía adivinar la edad con certeza, suponía que era un poco mayor que Milo. Tenía el cabello corto y castaño.
- John, me complace verte a mi también. - ambos estrecharon sus manos.
- Si deseas pasar inadvertido, te sugiero que subas-
El hombre le aconsejó a Milo dado el look que el joven llevaba encima.
- Ven Shaina, vamos a un lugar más íntimo. - y tomando a la chica de la mano subieron a la terraza.
Era agradable, luces tenues y ambiente relajado. Cenaron, claro que fue una velada enriquecedora, conocieron un poco del otro en lo que respecta a la comida. Milo hablo de sus alergias a las nueces y lo mucho que le gustaban las manzanas en cualquier platillo. Shaina lo encontraba divertido un hombre honesto y fácil de complacer. Muy diferente a él hombre arrogante y soberbio que en apariencia lucía. Pero sobretodo, no dejaba de observar lo ipnotico que era. Era muy guapo. Tenía una destreza al hablar, tal vez seduciendo mujeres era igual, ¿Cuántas mujeres no habrán pasado por sus brazos y las ha llenado de su lujuria?. Trató de quitar ese pensamiento de su cabeza. Si, estaba decidida a tomarlo como su amante, por qué para eso es lo único que ahora ella necesita, un amante y uno muy bueno. Ella deducía que si era bueno para besar, sería excelente para follar.
Después de cenar, ambos decidieron ir a la barra del bar. Así que bajaron. Shaina no acostumbraba a salir a sitios así, al principio con Saga si salía, pero gradualmente evitaron asistir a centros nocturnos.
La música no dejaba de sonar, el volumen era más alto y la música mucho más pegajosa.
- ¿Deseas tomar algo?, Pide lo que desees, hay muchas bebidas exóticas. - Milo lo pensó unos segundos, tal vez ella no bebia.
- ah no, estoy muy satisfecha y creo que vomitarè si tomo algo más. -
- oh, creí que tal vez podríamos beber algo. Pero está bien.-
- no te detengas por mi. Adelante, bebé si deseas, yo pediré algo en cuanto haga un poco la digestión.- ella lo instó y el griego se apresuró a pedir una cerveza.
La música realmente le agradaba a Shaina. De vez en cuando coreana la letra de alguna que otra canción. Milo notó lo alegre que se veía la chica. Tenía un rostro angelical cuando no lucía furiosa. Le sonreía cada que sus miradas se cruzaban. Ahora él sentía que esa atracción que al inicio de conocerla sentía se iba modificando. Al principio solo le había interesado arrancarle la ropa y llevarla al paraíso . Pero está noche no, esta noche estaba tan impactado, ella era mil mujeres en una, era ruda, sensible, sarcástica, hermosa... El quería una chica como ella, para toda la vida.
Fue entonces que algo comenzó a sonar y atrajo la atención del griego.
wanna girl that's a heater (hot)
Caliente, off the meter (hot)
Yo quiero, mira, yo quiero
Una chica que no me diga mentiras
Milo sonrió ampliamente, cuando ella siguió la letra por inercia. Se sabía letra.
- parece que te gusta ese tipo de música. - afirmó
- por supuesto.- ella sonrío
Milo ya estaba perdido, esa mujer lo cautiva cada segundo que pasa.
- tal vez yo deseo lo mismo que dice el intérprete...-
La declaración quedó en el aire y Shaina dejo un momento de seguir la letra y lo miró directo a los ojos.
-...¿Una chica como yo?...- el semblante de ella estaba sorprendido por la declaración. Podía interpretar aquello de dos maneras, la primera: Milo deseaba una relación formal. La segunda: deseaba una mujer que dejara el sudor entre sus sábanas. E increíblemente ella deseaba la segunda, por ahora. Así que se acercó a él acarició el rostro del griego y le plantó un apasionado beso. Aunque corto, pero eso hizo que algunas parejas los miraran. A Shaina no le importó. Así qué se besaron de nueva cuenta aunque no con la misma intensidad.
Shaina bajó una de sus manos a la pierna dura y larga de Milo. Acariciando el muslo de él. Casi llegaba al lugar que ella deseaba tocar con ansias, pero no logro hacerlo ya que él corto el tacto.
- no te atrevas a hacerme eso. No quieres despertar al animal que llevo dentro- le susurró entre un beso y otro.
"Me llevas en tu mente
Soy adictiva como el azúcar
Me buscas permanentemente
¿No ves que solo quiero jugar?"...
Shaina sonrió con malicia. Se sentía segura de conseguir su objetivo. Así que besó al peliazul mordiendo el labio inferior de él. El moreno, lejos de emitir queja alguna, gruñó. Ya se encontraba tan excitado que no era dueño de sus actos.
Shaina lo tomó de la mano y salieron de ahí. Ante la mirada de algunos. Ante los ojos de alguien que observó todo lo ocurrido hasta hace unos momentos. Esa mirada fría e inyectada en sangre debajo de esos lentes oscuros de aviador. La cabellera gris y ese porte tan viril. El mal pasando inadvertido. Ares hacía rato que estaba presente. ¿Que planeaba? Solo el sabía, cuándo después de ver salir a la pareja, el decidió seguirla sigilosamente. Los miró subir al Ferrari rojo del joven y partir sin prisa.
El se montó en un auto negro con vidrios polarizados. Un BMW tipo sedan. Avanzó a una distancia considerable, siguiendo el Ferrari. Después de un trayecto observó el hotel de lujo al cual el Ferrari había ingresado.
- vaya, ¿quieres impresionarla maldito cabrón?. Creo que debo darte crédito, ciertamente pensé que la llevarías a un motel de paso.- se estacionó frente al gran hotel.
Apagó el auto y de un bolso de piel colocado a un lado, comenzó a observar. Sonrió cuando vió que todo estaba en su lugar. Tomó un arma, verificó que estuviera cargada y lista. Se la colocó en la cintura. Acomodó otras cosas, unos nudillos de acero, una daga y algo muy particular que lo hizo soltar una leve carcajada. En una lata dorada, había un frasco con líquido blanco y una jeringa. La maldad con la que desfiguró su rostro, habría hecho temblar a cualquiera.
Dentro del hotel.
Subieron a la habitación. Ella se estremecía, sus manos sudan con facilidad, solo espera que Milo no lo note.
El la conduce con paso firme y decidido. Sus espectativas se van a quedar detrás de esa puerta, una vez que llegan, el abre, le da el paso como un caballero y ella acepta. Y vaya, se sorprende al ver lo lujoso y bello del lugar.
- no debiste... Esto debe haberte costado mucho dinero. -
El griego sonríe y sus perfectos dientes iluminan su rostro. Milo se acercó a ella esperando que la mujer frente a el no salga corriendo en pánico. La toma por la cintura y en un tono tranquilizador le susurra.
- no importa. Tal vez debí preguntar a dónde deseabas ir. No se me ocurrió otro lugar digno de ti...-
Ella aspiró el embriagador perfume del griego. Tomó con sus manos el rostro de él, para devorar esos labios carnosos.
Cuando la pasión de ambos cegó su realidad, se desprendieron de la ropa, no tan rápido, por qué tal vez ambos desean grabarse en la mente cada minuto que pueden para apreciar al otro. Pero no obstante, los besos y las caricias solo han dado tiempo para quitar un par de prendas. Entonces hay una pausa y la chica de cabellos rebeldes quita la playera, tan lentamente que solo hace jadear al moreno. Lo observa desnudo de la parte superior y no puede negar que le gusta demasiado lo que ve. Posa su mano en el pecho duro y bronceado que el joven ostenta.
- eres hermoso...y tú piel de canela hierve. -
No espera más y poco a poco baja pero sin quitarle la vista ni un momento a su amante. Sus enormes ojos están fijos con los de él, que ya se encuentran febriles, por su toque, por lo que ella tiene planeado hacer. Intenta hablar, pero ella niega, así de esa manera le ordena callar para disfrutar.
Y sucede. Ella lo toma entero y el solo puede cerrar los ojos y echar la cabeza para atrás. Se abandona en los labios éxpertos de ella. Su boca caliente y húmeda, es el paraíso.
Pero no puede evitar pensar que muchas ocasiones tuvo que haber pasado Saga por el mismo suplicio del que ahora el es el objetivo. Casi llega, pero no, el no lo permite puesto que desea que ella llegue al mismo tiempo que el. Así que con delicadeza, la aparta.
- aún no... Deseo que tú también disfrutes tanto como yo. -
Sucedió que el se dedicó a darle placer de la misma forma, la tendió en la cama cuando le despojó de toda la ropa.
- eres... Magnífica. - susurró frente a su boca bajando y dejando una guía de besos por toda su piel.
Shaina a duras penas tenía un poco de raciocinio, como pudo alcanzó su bolso y de él tomó el envoltorio que deseaba. Lo abrió con su boca y Milo se detuvo, la observó desde entre las piernas de ella y subió hasta sus boca, ella colocó el condón sin problemas y se fundieron en un beso hambriento.
Shaina sentía como su cuerpo reconocía toda esa sensación en la piel. Los besos sobre su cuello la hicieron cerrar los ojos fuertemente y gemir sin discreción. Pero sentirlo dentro de esa cavidad caliente y firme, le arrancó un grito de placer ahogado por los labios de él, que de nuevo tomaba.
Danzaron en frenesí comidos por la lujuria. Amarse o devorarse estaba dejándolos al borde del climax. Cuando algo, inesperado rompió el momento.
- Saga...- fue un pequeño susurró proviniendo de los labios hinchados de la mujer.
Inconcientemente ella había nombrado a su anterior amante, su novio. Y por ese error Milo dejó poco a poco de arremeter contra ella. La observó, ella tenía los ojos cerrados y con una mano se cubrirá la boca. Demasiado tarde había sido. Ella había añorado al gemelo.
El griego salió de su interior sin prisa, sosteniendo su peso sobre su brazo, la observó, ella aún seguía sin emitir una sola palabra.
- lo... Siento...- al fin pudo decir. Deseaba que el suelo se abriera y que ella se hundiera en las profundidades.
Milo le acarició el rostro y le besó la punta de la nariz. Shaina sintió como el griego se levantaba y sentaba sobre la cama. Podía sentir su mirada azul sobre sí. Se levantó y sin mirarlo buscó la sábana maltrecha para cubrirse, la cruda moral le vino de inmediato.
Cuando por fin se decidió a mirarlo en el rostro de él una leve sonrisa se dibujada.
- no te avergüences. -
- lo siento. Lo nombre a él, cuando debí pronunciar tu nombre. - se angustió
- no pasa nada. Yo sabía que era inevitable, tienen muy poco tiempo de alejarse. -
- pero es inaceptable. Por qué fui yo quién deseaba esto. Por qué me pareces un hombre muy atractivo y por qué me pones en un dilema cada que te acercas. En verdad deseaba tener sexo contigo.- podía escucharse la desesperación en las palabras de ella.
Milo negó y se acercó para tranquilizarla. Estaba asustada y apenada, lucía tan pálida y un ligero temblor era palpable.
- tranquilizate, hermosa. De verdad yo no tengo nada que reprochar. - la miró directo a los ojos y la abrazó para reconfortarla.
Ante el shock y las palabras de el, ya no pudo más, ella se desvaneció en los brazos del griego. Su cuerpo colgaba completamente entre los fuertes brazos del moreno.
- ! Shaina !, ! Shaina ! - la llamó sin respuesta alguna. La dejó en la cama y fue rápidamente al baño. Lo único que se le vino a la mente fue empapar una toalla y la llevo hasta su rostro, mojó un poco su cuello y cara. Pero no dió resultado, - por favor linda, reacciona, no me hagas esto ahora.-
Preocupado y temiendo por no actuar pronto, se colocó su pantalón y se calzó sus zapatos. Debía pedir ayuda y ó llevarla a un hospital inmediatamente.
- Milo...-
Escuchó la débil voz de ella.
- ¿Que haces?- ella cuestionó tratando reincorporarse pero Milo se lo impidió.
- por Athena Shaina... Me acabas de dar el susto de mi vida. Te desmayaste en mis brazos. La acunó en su pecho y la besó en la cabeza.
- me siento débil. Creo que no medí mis acciones y todo lo razoné súbitamente. -
- bueno, esperaremos que te recuperes un poco e iremos directo a tu casa. -
- Milo...-
- Dime...-
- voy a vomitar...-
El griego la levantó de la cama y la llevó directo al baño. Ahí la chica logró volver todo.
Milo la ayudo cuando por fin terminó. La llevó al diván y la sentó con delicadeza.
- ¿Que te sucede hermosa? De verdad me alarma todo esto. ¿Estás enferma?-
Shaina se frotó el rostro, seguramente se veía como se sentía. Y ante las preguntas del joven, ella recordó a Odysseus.
Guardó un poco de silencio antes de contestar.
- mi padre cree que estoy embarazada. -
Milo escucho atento.
- pero Saga es estéril. Por la vasectomía, es... Imposible.
- lo cual me eriza la piel cada que lo considero. -
-¿A qué te refieres?, Tu le eras fiel. - le tomo por el mentón. - solo afirmó lo que el sabía de sobra. Esa chica era la mujer reservada solo para el maldito gemelo.
- A que quizás estoy embarazada del lado oscuro de Saga... Tal vez estoy esperando el hijo de ese que se nombra Ares...-
Milo no podía creer aquella locura. ¿Cómo podría siquiera ella pensarlo? Era inaudito.
- mi padre me contó que puede ser posible, que cuando existe el cambio de personalidad, también existe el hecho de que ese cuerpo se modifique, sea un hombre totalmente independiente al de Saga. -
- pero eso suena absurdo. Necesitarías estar frente a Ares para poder consumar el acto sexual, y sinceramente tu cara me dice que nunca lo haz visto personalmente.-
- eso es lo que lo hace aún más escalofriante, supongo que Saga, con todo ese estrés y presión a ido perdiéndose poco a poco solo para permitirle a él poder controlar sus emociones, su cuerpo, su fisonomía. Es triste pensar que desde hace un tiempo Saga ya no es el mismo, se convirtió en una marioneta.-
Milo se quedó en silencio. Parecía una idea sacada de algún guión de una novela de ficción. Pero, Odysseus no podía estar errado, era un sanador, un milagroso sanador, por ello es que creía en las palabras de ella.
- suena a locura, pero yo te creo...- le acarició los cabellos verdes con ternura. - salgamos de dudas. Iré a comprar un prueba y despejaras de una vez por todas.
Shaina pudo negarse, pero no lo hizo. A cambio aceptó. Así que Milo salió del hotel dejándola descansar en la gran cama.
En las afueras del hotel, el cigarrillo en turno se terminaba. Ares, lo dejo caer afuera del auto. Siguió con la vista como el Ferrari se alejaba.
- si vas tú solo, podría aprovechar... No, no sería divertido. Esto es algo que les compete a ambos. Deberás regresar... Supongo.-
Así que el insensato esperó a que Milo regresara. Y fue en menos de media hora que aquello sucedió.
Milo regresó con una bolsa de farmacia y dentro de ella la pequeña caja. Encontró a la chica de ojos verdes en el sanitario, parecía que acababa de tener otro episodio de náuseas.
- compré la que Calvera suele usar. Es muy efectiva.- le extendió la cajita.
Shaina ahora veía ese artefacto como una sentencia. De su resultado, dependía su tranquilidad. ¿Cuántas ocasiones había comprado esas cosas con gran ilusión? Ahora sinceramente le tenía un miedo bien fundado.
Después de unos minutos, Milo aguardaba afuera del sanitario. Y aunque esas cosas son rápidas ella estaba demorando más de lo normal.
- Shaina, ¿Estás bien?,¿ Necesitas ayuda?.-
Y después de unos segundos, la puerta se abrió y entonces ella apareció, su rostro tenía esa expresión ausente. En la mano aún estaba el plástico alargado. Milo se lo quitó, observó el par de líneas que mostraban positivo. Lo colocó sobre el tocador del sanitario y regreso con ella. La abrazó fuertemente, fue entonces que ella sollozo en el pecho del griego.
- no te preocupes. Habrá una solución para esto. Tienes a tu padre y debes hacerle saber lo que te está ocurriendo. -
Ella lloró, temblaba como una hoja que el viento está a punto de tirar.
- llevo el hijo de un hombre al que no conozco. Al que todos aborrecen y temen. Al que de ningún modo debía acercarme. No pude discernir que sucedía cuando me unía a Saga. -
- tranquila, no llores...- le besó la frente y seco las lágrimas. - Te llevaré a tu casa. Será lo mejor. - Milo recordó que el sanador no se encontraba, tal vez dejarla sola no era una buena idea.
- no quiero estar sola.- se escuchaba frágil, todo lo opuesto a lo que ella era en esencia. Existían cosas, que la hacían ver vulnerable, esta era una de ellas.
- me quedaré ahí, necesitas descansar y mañana veremos qué hacemos.- era conciliador.
Salieron y fueron en dirección de la casa de ella. Ella era un silencio sepulcral y el solo trataba de darle apoyo, le animaba de vez en cuando y besaba su mejilla cada vez.
Tomaron la autopista, para poder llegar un poco más rápido. Eran después de las dos de la mañana. Y la lluvia había dejado de cesar recientemente. El camino estaba solo. O eso creían, por qué no se percataron del auto negro que los seguía prudentemente.
- sabes, un hijo es una bendición, según mi hermano...-
- para mí... Puede que no lo sea.-
- siempre existen otras opciones. - la miró de reojo. - Es tu cuerpo, pero también es una vida que tal vez sea la bendición de alguien que añora un hijo. Pero Es tu elección y la de nadie más. -
- créeme si te digo que tendré que escoger alguna de ellas. - suspiró y desvió su mirada a la ventanilla. Solo espero saber cuál es la correc...-
Milo casi no pudo esquivar el auto que había invadido el carril donde viajaban. Fue necesario frenar, pero las llantas del auto patinaron y el auto chocó por el costado del copiloto contra la barra de seguridad. Todo fue en un abrir y cerrar de ojos.
Ambos se encontraban aturdidos. Traer el cinturón de seguridad, había evitado una fatalidad.
-!¿estás bien Shaina?! - Milo reviso a simple vista si la chica de ojos verdes se encontraba bien.
- si... Lo estoy. - dijo en un hilo de voz.
Milo se tranquilizó. Pero regreso la vista al camino. Detrás del auto, se encontraba el auto negro. Parecía aparcado.
- ese imbécil casi hace que nos volquemos. Además, las bolsas de aire no se activaron. Iré a ver qué demonios le sucedió. - el peliazul, bajó del auto.
La de ojos verdes asintió, sin embargo no podía dejar de sentir un mal presentimiento. Se quitó el cinturón y observó como Milo caminaba en dirección del auto negro. Esperó.
Milo camino levemente molesto. La culpa había sido del imbécil que se le había cerrado. No podía distinguir al ocupante,( o los) el polarizado le impedía observar a detalle. Así que tocó el vidrio de la ventanilla.
- espero que tengas una muy buena razón para haber sido tan imprudente. -
Nada. El auto permanecía apagado. Milo volvió a insistir. Dió unos pasos atrás para dejar salir al conductor. El olor a tabaco inundó sus fosas nasales. Una espesa cabellera gris parecía emerger de aquel auto . Esos ojos llenos de ira confrontaron al griego.
Milo estaba sorprendido. Pero no dejó que el otro lo percibiera.
- Ares...-
- me alegra saber que me reconoces. -
- nadie más posee un aura tan sombría. -
La risa escapó de su boca.
- ¿Que pretendes? - le cuestionó con dureza. - supongo que vienes siguiéndonos desde hace rato
El hombre frente al joven sostenía una sonrisa perversa.
- vaya... No eres tan imbécil como creí. - mantenía una de sus manos dentro de sus bolsillos. Tal vez los nudillos de acero saldrían a la luz.
- eres un maldito enfermo. -
Aunque Milo tenía ganas de abalanzarse en contra de Ares, recordó a Shaina y el estado en el que se encontraba.
- espero que tengas un buen abogado o que no seas tan cobarde y desaparezcas mañana. Por qué te voy a hacer pagar. - giró sobre sus talones e intentó irse.
- hey maldito hijo de puta. ¿Te divertiste cogiendo con esa perra?- lo provocó. - ambos deberían pagar por ser tan desleales. -
Milo se detuvo. Miró su auto y la cara de preocupación de Shaina. Tal vez ella ya se había percatado de quién se trataba y por eso la angustia se asomaba en su rostro.
- puedes irte al demonio "Ares" - resaltó con ironía el nombre de aquel.
Milo camino un par de pasos, pero al tercero, unas mano le giró por el hombro y sin darle tiempo a reaccionar un golpe certero en la mandíbula lo sacó de equilibrio. Entonces una lluvia de golpes le precedieron, estaban cegados por la ira.
Milo a duras penas podía esquivar uno cuando otro ya había dado en el lugar preciso. Saga tenía una compleccion atlética, pero este hombre tenía fuerza fuera de lo normal.
- te voy a dar una lección niño. ¿Alguna vez escuchaste " no desearás la mujer de tu prójimo?-
- ¿Y tú eres el juez para recriminarme?- Milo tenía ya el labio abierto la boca le sangraba y le costaba dificultad respirar, cuando ante sus palabras el cobarde de Ares le dió un golpe directo a las costillas, tan fuerte que el moreno puso escuchar crujir alguna. Eso lo dejó de rodillas. Oportunidad que aprovechó Ares para patear el rostro.
Aún así el griego no se dió por vencido. Necesitaba poder defenderse. Sabía que si su atacante lo dejaba noqueado, la siguiente víctima sería Shaina y este demente parecía querer matarlo.
" Ella está embarazada..."
Fue lo único que se le vino a la mente para poderse dar valor y atenerse en contra del cobarde, ir donde Shaina y salir de ahí cuánto antes.
Pero no tuvo la oportunidad que deseaba puesto que el maldito ahora había sacado un arma. Y le apuntaba en la cabeza.
! Demonios! Por Atena, dame fuerzas.
- despídete niño. Ojalá que hayas hecho gritar a esa zorra. Por qué hasta aquí llegaste casanova.- antes de qué él jalara el gatillo un grito le hizo detenerse.
- ! No, por favor, déjalo! -
Ares sonrió ampliamente. Había logrado lo que deseaba. Shaina ahora lo mira con desprecio e ira había bajado del deportivo.
- parece que la cosa es en serio, jajaja este imbécil te importa más de lo que creí. Es una lástima que hicieran las cosas mal.-
-¿Por qué haces esto?-
- simple... Alguien debe darles una lección.- presionó el gatillo sin soltarlo deseaba ver suplicar al griego delante de la chica de cabellos verdes.
- ! Vete ! - le gritó Milo con furia, pues sabía que el loco detras de él le volaria los sesos sin compasión alguna.
- ¿Enserio Milo? ¿Crees que no tendré oportunidad de seguirla? - río con una maldad y sadismo .
- no te conozco, y tú a mí menos. No te he echo nada en absoluto. Deja a Milo, te prometo que no diremos nada. Pero por favor, no dispares.-
Ares sonrió triunfal... Pero no, debía hacerse como el deseaba.
- necesito que me lo pidas aquí cercas de este imbécil- bajó el arma y señaló el piso mojado.
- juro que te mataré Ares si la tocas- apenas Milo formuló esas palabras y escupió sangre al asfalto.
- oye Romeo, no estás muy bien como para pedir, mucho menos amenazarme, recuerda de que lado está el arma.- regresó a empuñar la pistola cercas del rostro de Milo.
Shaina no podía dejar que desde hombre asesinara a Milo por su culpa. Por qué ahora cree que la tiene y acarreó a Milo a esta situación.
Es por ello que comenzó a andar en la dirección de los hombres. Oculto muy bien el miedo inmenso que sentía y solo podía pensar en su padre.
- muy bien, parece que deseas cooperar...o sacrificarte por el imbécil.- la miró directo a los ojos. - eres ruda, o eso aparentas. ¿Vez Milo? Esta mujer es capaz de cambiar tu sitio por el suyo. - le acarició un mechón de cabello. - puedes irte...- bajo el arma y se acercó más a ella. La miró, y la tomó por el brazo y la arrastró unos cuantos pasos. Ya en su BMW, observó a Milo hacer un esfuerzo sobrehumano para levantarse y tratar de andar hacia ellos.
- cambio de planes. Si me sigues estorbando Antares.- y rápidamente disparó en dirección del más joven.
Shaina solo vio desplomarse a Milo.
-! ...! - su corazón se detuvo.
- lo siento, esto no va a ser divertido si nos siguen. - la miró con esos ojos.
-! Maldito asesino !-
El de cabellos gris, tomó a Shaina y la hizo callar dándole con la cacha del arma. Con un brazo la sostuvo. Estaba inconciente.
Continuará...
Pueden ir Wattpad y buscarme, ahí hay imágenes que he subido para poner un poquito de imaginación a la trama... Solo si quieren, jeje
