Capítulo 16: sin salida.

Mayura, bajó hasta el lugar reservado para Saori, en el cual varias de las chicas que acompañaban a la heredera compartían un momento de plática. La chica de cabellos lilas se habría tenido que retirar puesto que aparentemente le había surgido una emergencia.

Ninguna de ellas le dió mucha importancia a la institutriz. Sólo Katya prestó toda su atención dado que la observó descolocada y hasta cierto punto aterrorizada, estaba muy pálida y parecía sacudida.

—¿ Le sucede algo señorita Mayura?—

La chica de mirada fría indagó que ocurría a su superiora.

— Ese hombre... Me atacó...—

Se abrazo a sí misma para darse un poco de valor.

— ¿ Que hombre? , ¿ de qué habla ? —

— De Saga...niña estúpida, ¿ De quién más podría hablar? Me atacó y me amenazó.

Katya quedó muy sorprendida tanto por la acusación de su benefactora y como de su actitud hacia ellá misma.

— Juro se arrepentirá. — fue lo último que bramó Mayura.

Katia ya no podía seguir soportando las órdenes y malos tratos de aquella mujer así que la dejó ahí sola y salió en busca de Saga para preguntarle qué es lo que había ocurrido.

Ares ya tenía la apariencia de Saga. Su móvil timbró un par de veces. Ignorando deliberadamente, siguió tomando un par cosas.

— Eres astuto Shion, pero yo voy un paso adelante. Ya no tengo nada que hacer aquí. Así que... me largo. —

Tomó sus pertenencias, apagó el celular y salió de la oficina.

— Joven Saga, el señor Shion lo busca, dice que es importante que se comunique con el. Y que lo ve en el estacionamiento en quince minutos. —

Saga suspiró con hastío y negó.

— Cecil, llámalo y dile que lo siento. Me voy de vacaciones.—

Y dejando a la mujer desconcertada caminó directamente al ascensor. Se perdió detrás de las puertas.

Ya en el estacionamiento y justo antes de subir, Ares fue interceptado.

— Señor Saga, ¿ Es cierto que atacó a la institutriz? —

Ares nunca había visto a la mujer frente a él. Era rubia y parecía muy recatada. No comprendía que demonios deseaba la joven, pero de algo estaba seguro, no iba a perder su tiempo.

— No se de qué me hablas. Retirate y déjame solo.—

Algo no lucía bien con el presidente y Katya lo intuía. El tenía mucha necesidad de salir a prisa. Tal vez esa curiosidad obsesiva dentro de la rubia, le empujó a intentar llamar la atención del hombre que la había rechazado en más de una ocasión.

— Últimamente lo noto más reservado de lo normal. Cómo si deseara aislarse, ¿ Puedo saber la razón?— se aventuró a indagar.

El hombre de larga cabellera, de verdad no tenía el tiempo para quedarse y darle respuesta alguna. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para perder el tiempo con esa chiquilla. Había dejado de ponerle atención, pero no dejaba de hablar y eso lo estaba haciendo perder la paciencia. Se llevó las manos a la cabeza, el sin fin de preguntas le taladraba el cerebro.

Katya cesó el bombardeo al percatarse de la situación. Se acercó.

— ¿ Se encuentra bien?— preguntó sin más.

Sin embargo la apariencia del griego fue transformándose ante los ojos incrédulos de la rubia. Ahora Ares le observó con una sonrisa de medio lado. Y aunque a la chica le incomodó al principio, escucharlo hablar atrajo aún más su atención.

— ¿ De verdad, deseas saber que me sucede?—

La voz sumamente ronca pareció hipnotizar a la chica. La cual solamente asintió. Ares amplió su sonrisa depravada. Seguramente Katya sería la presa perfecta.

Casa del lago.

Shaina despertó sobre el piso frío del baño, tenía las piernas entumidas y poco a poco se fue levantando de aquel lugar. No había sido un sueño, aún estaba lejos de su casa en un lugar que parecía imposible escapar. No supo cuando se había quedado dormida, ahora ya había parecido qué el tiempo pasó volando. Con paso lento se dirigió a la habitación. Sobre la cama encontró una bandeja con comida, había un poco de pasta a la crema, fruta y agua, a un lado de esta, había lo que parecían unas prendas, las levantó para saber qué era aquello. Era una bata de satín y un camisón en color azul y unas bragas negras ¿quién había dejado eso sin que ella se percatara? tal vez sí estaba muy sumida en la inconciencia . Se maldijo al tener tan baja la guardia.

Pero ella se encontraba ahi. ¿Cómo alguien podría pensar en comer sabiendo que Milo había sido asesinado?. Se llevó la mano al pecho y oprimió sus ojos estaba desesperada por salir de ahí a ir en busca de ayuda y saber qué había pasado con Milo. Pero la maldita puerta de la salida parecía cerrada a piedra y lodo.

El reloj de la pared marcaba ya las 7 de la tarde y su estómago al percatarse del olor de la comida comenzó a rugir ...Y aunque ella lo intentará negar estaba muriéndose de hambre.

¿ Que clase de trastornado te secuestra y te deja alimento y ropa?. ¿ Que demonios pasaba por la mente ese sujeto? .

Shaina ya no pudo resistir y devoró todo lo que encontró en la bandeja. Al terminar sintió náuseas espantosas y de nuevo fue al sanitario. Depuso solamente un poco. La acidez le estaba matando. Se miró en el espejo, era horrible su aspecto. El maquillaje se había corrido. El vestido negro ya se encontraba sucio y debía admitir, olía fatal. Pensó en un principio por orgullo, ignorar la sugerencia de Ares. Pero también estaba el hecho que tenía miedo, mucho miedo. Tenía que salir de ahí cuánto antes.

Oprimió sus puños con impotencia. Maldijo una y otra vez su situación.

Después de unos instantes, comenzó escuchar ruidos provenientes del exterior. Por la gran ventana y a través de las espesas cortinas, observó una silueta bajar de lo que parecía un Jeep. Reconocía esa larga melena grisácea. Era Ares.

Ahora sí se encontraba en condiciones precarias. Ni siquiera tenía zapatos, ni qué decir de su bolso. Si tenía un plan, ese era salir de ahí, para escapar y con suerte, encontrar ayuda. Poco a poco, la tarde oscurecía para dar pasó la noche, eso complicaría un poco más las cosas.

Escuchó la voz de una mujer, interactuaba con Ares, nada más que un par de preguntas concretas con las respectivas respuestas.

Después sólo los pasos del heleno y el tintineo de vidrio que cada vez se acercaba a la gran habitación. Shaina respiro profundo y la cerradura se abrió.

Ella fue la primera en observar. Él, Vestía casual y tenía la camisa entreabierta, pero aún dentro de los pantalones. Llevaba una botella de vodka y un par de copas.

El peligris se sorprendió verla en pie en una esquina de la gran habitación. Estiró un poco su cuello, Shaina pudo escuchar crujir sus cervicales.

— Eres testaruda, te dije que te asearas. — le recorrió de pies a cabeza, deteniendo un poco su mirada lobuna en las piernas desnudas de la joven. Había un dejo de fastidio.

Aún así ella no respondió. Ares caminó hasta la mesa de noche y ahí colocó las copas y la botella de vodka.

— Te ordeno que me digas dónde estoy y que me dejes ir, inmediatamente.—

Ante las palabras de la jovencita el hombre solamente se limitó a servirse el alcohol para después ingerirlo. Lo bebió sin reparo alguno.

— Detesto la arrogancia y la insolencia que las personas pueden llegar a poseer.—

De nueva cuenta, llenó la copa y bebió rápidamente cual si fuera agua. El alcohol parecía no quemar su garganta.

— Bebe un poco. La verdad no tengo intención de debatir contigo. — le ofreció la copa vacía, pero Shaina la rechazó rotundamente.

— Déjame ir...a ti no te intereso, solo estoy aquí por qué sabes que puedo ir con las autoridades y contar todo lo que hiciste.—.

Una tercera vez Ares llenó la copa, bebiéndose todo a jalón. Limpió la comisura de sus labios para retirar los restos. La miró directamente a los ojos.

— WOW! ¿ Eso crees? — sonrió. — Es cierto que no tengo interés en ti. No de la forma en la que el imbécil de Saga lo tenía. Aunque si...— hizo una pausa para observarla detenidamente tal vez la embriagues que poco a poco iba adquiriendo le iba despertando el libido.— ... No niego que pareces tener una figura tonificada. Es fácil encontrarte atractiva, imagino que por ello Milo cayó con tus encantos. —

Ya no bebió de la copa sino directamente de la botella, al punto de terminarla casi en su totalidad. Perfecto, ahora Shaina lidiaria con un ebrio psicópata. Aunque... Podría ser favorable.

— vamos, bebe, eres una mujer desafiante y yo ya estoy cansado de lidiar con mujeres que no saben ser buenas chicas y complacerme.—

Le extendió la botella, pero en lugar de recibirla, Shaina la arrebato de su mano y la estrelló contra la pared, por ende se hizo añicos. El tipo era un pendejo si creía que le aceptaría un trago de alcohol. No en su estado. El que por cierto, el imbécil frente a ella desconocia.

— Si yo digo bebe... beberás, . Estás a mi voluntad mujer. — le observó curioso, ella parecía tenerle aberración al alcohol. Pero ¿ Por qué ?

La peliverde se llevó la mano a la boca, el olor del alcohol le estaba revolviendo las entrañas. E inmediatamente Ares dedujo el por qué de su rechazo.

—! Por Dios, estás embarazada! —

Tras la aseveración escandalosa, Shaina sintió el piso desaparecer debajo de si. Estaba jodida.

— Tu si que no perdiste el tiempo. Es una lástima que ese bastardo de Milo, no pudiera defenderlos. — se miró los tatuajes de los antebrazos.

Pero con todo eso Shaina estaba muda. Tragándose toda la ira que sentía. Tenía que dejarla salir.

— Haces bien nombrar cómo bastardo a quien me preñó. Por qué otro adjetivo no merece. —

Despertó el interés del otro y lo hizo acallar y ella continuó.

— Si, espero el hijo de un desequilibrado que piensa que el mundo debe estar a sus pies de forma equivocaba, que en lugar de compartir una vida hermosa al lado de personas que lo podrían amar, el se esmeró en hacer una mierda su vida. Y todo lo bueno que pudo recibir, lo tiró a la basura y se llenó de odio, resentimiento y codicia.

La de ojos verdes no pudo continuar por qué Ares en un momento a otro ya le sostenía por los brazos.

— El imbécil de Saga creyó que castrandose podría tener un problema menos de qué preocuparse, jajaja . !¿ No es irónico?! —

Shaina estaba furiosa.

No por lo que el pensara, sino por qué el muy desgraciado sabía de antemano que era capaz de embarazar a cualquiera.

-— Estoy segura que esa noche eras tú quién manipulaba a Saga, ¿ La recuerdas? solo tú pervertida mente pudo haber echo algo así.—

El la miró sin darle importancia a sus palabras.

— Si tú novio te folló mágicamente y te dejó huella, entonces si debió ser por mi influencia.—. la soltó de su agarre.

Se quitó la camisa y Shaina pudo ver lo bien esculpido que era el desgraciado. Cerró los ojos fuertemente para no escupirle en la cara.

-— Eres un ser despreciable.— tragó grueso.

— Si lo soy, y puedo asegurar que desearías volver a revivir esa noche...— Se desabrochó el cinturón y los jeans. — ¿Me equivocó? —

Escuchar el tono ronco y lo bajo de la voz del peliplata, por inercia la obligó a observarlo. Ahí estaba, quieto de frente a ella. Era obvio que no deseaba tomarla por la fuerza. Lo habría hecho en el primer instante que ella lo reto.

Ante el silencio, Ares continuó despojandose de la ropa que al final, solo dejó los boxers negros.

— Estás sucia. Lávate— le advirtió.

— Vete al infierno —

El hombre oprimió ambos puños, las venas se sobresaltaron y fue hacia ella.

Sin darse cuenta ahora el la había acorralado contra la pared, podía sentir su aliento impregnado de alcohol. Sus ojos carmín, no dejaban de estudiarla y su corazón latía desbocado.

Le había dicho que esperaba un hijo con la esperanza de hablandar el corazón oscuro del peli plata. Pero había sido en vano y aún estaba a su merced.

Le arrancó el vestido sin ningún esfuerzo. Ella, por inercia lo abofeteó pero no contaba con el revés de él que fue más duro y la dejó inconciente.

Continuara...