Recordatorio, Saint Seiya no me pertenece, todo lo aquí descrito es mera ficción. Sin más y una disculpa por el retraso, continuemos. Espero les guste.
capitulo diecinueve: eres libre.
Dohko y Shion pronto fueron a la habitación. Ulises hacia lo imposible por obtener signos vitales de Shaina.
— Apenas respira...— atinó a pronunciar sin convencerse del todo.
¿A caso moriría su hija? Recordó las palabras de Hades, no albergar esperanza en recuperar a su hija, tal vez el rey del inframundo predecía la muerte de ella y no era capaz de comunicarlo al sanador, por qué sabía de antemano que él no la dejaría morir gracias al poder de Asclepio.
— Y te equivocaste Hades, ella no morirá, aún le queda un soplo de vida. —
Entonces el sanador juntó su frente a la de su hija y pronunció algo que Shion y Dohko no fueron capaces de entender. Hubo un corto silencio. Finalmente la joven comenzó a toser y Odysseus la coloco de un costado. Ella vacío el interior de su estómago directamente al piso, semi inconsciente trató de aferrarse al cuerpo de su padre.
— Shaina... Hija... Estás bien... Todo estará bien.—
La voz entrecortada de Odysseus expresaba la desesperación y temor por lo que le sucediera a su hija.
— Odysseus, afuera está Radamanthys ahora mismo suben a Saga en el vehículo que se encontró aquí, a la orilla espera un bote, Aeson y Suikyo aguardan. —
El medico escucho y guardo silencio unos instantes. Shaina cayó inconsciente una vez más.
— Te expliqué como trasladar a Saga, por ningún motivo toques la daga. Aesón sabe que procede. Vayan ahora mismo, yo iré enseguida. —
Shion penso una y otra vez como preguntar si la chica estaba aun con vida. La palidez podría anunciar algo errado.
- Ella está...?-
— Viva, pero necesita urgentemente ir al hospital. Así que no perdamos más el tiempo.—
Al salir a la estancia el sanador ya llevaba entre sus brazos a su hija envuelta en una sábana. Saga ya había sido colocado en el auto. Radamanthys lo observó con esa vista afilada. Por algún motivo Odysseus sabía que el se encargaría de terminar con todo lo que ahí había ocurrido, para por fin cerrar este episodio. Tenía un miedo aberrante tan solo pensar en lo que había sucedido en ese sitio.
Hospital, horas después.
Cuando llegaron, bajaron de las ambulancias que Julián había dispuesto oportunamente. Todos ingresaron. Saga al área de quirófanos y Shaina al área de urgencias. Suikyo prácticamente le ordenó a Odysseus que dejará a que el se encargara de Shaina. Suikyo era el indicado para atenderla, tenia la cabeza fria y la mente muy clara Ademas era el mejor gineco obstetra.
— Pero Suikyo, deberías...—
— Debes dejarme a mi. Tu hija viene en mal estado y lo sabes. No solo la sedaron también le administraron alguna otra droga. Aunque no se si pueda contrarrestar el efecto teniendo en cuenta su estado.— pensó en lo que debería preguntar. — Si el bebé no resiste, tendré que hacer un legrado, ¿Estás de acuerdo?—
Odysseus no podía creer en la situación en la que se encontraba. Un nudo oprimía su garganta.
— Has lo que tengas que hacer...— lo miró fijamente a los ojos.
Suikyo asíntio y desapareció detrás de las puertas. Odysseus soltó el aire pesadamente. Era una pesadilla. Sintió una mano posarse en su hombro. Al instante sintió alivio. Al girarse observó a una mujer de cabellera larga, espesa y negra, Unos ojos verdes le observaban con un toque maternal.
—Calvera...—
— Venga, usted está herido debemos sacar las balas.—
— ¿Que haces aqui?—
— Mi cuñado yace recuperándose aquí, ¿Recuerdas? , Además Kardia me contó lo sucedido. Vamos, esas heridas no deben cerrarse sin antes quitar el plomo. — la dulce voz de ella era como una plegaria para hacer que el hombre obedeciera.
Dentro de una habitación apartada, el sanador se desprendió de la ropa superior. Tenía tres impactos aunque ninguno emitia hemorragia alguna, Calvera sabía que el poder de Asclepio había detenido todo daño en el sanador. Colocó ambas manos en la abertura debajo de las costillas, haciendo salir el trozo de metal, siguió con la que se encontró el vientre y salió sin trabajo alguno, la tercera era la mas importante, quedando justo en el pecho en el centro del corazón . De igual manera salio sin problemas. Aunque si, el sanador no logró dejar de hacer una mueca de dolor.
— Es increíble nuestra naturaleza sanador. Tu estarías muerto desde hace horas. — dijo en tanto las heridas cerraban poco a poco, hasta solo quedar una leve marca.
— Somos afortunados, muchos desearían tener más de una oportunidad para vivir.—
—Y lo son cuando tú les otorgas esa oportunidad.— sonrió satisfecha. — Gracias por lo que hiciste con mi cuñado, el ahora mismo estaría camino hacia un lugar espiritual de no haber sido atendido por ti.— de nueva la sonrisa adornaba el hermoso rostro de la morena.
—No hay nada que agradecer, Milo solo fue una víctima de las circunstancias. — besó ambas manos de la mujer en agradecimiento y se levantó para asearse la parte superior y como antes escupió sangre un tanto coagulada. Se estaba convirtiendo en algo habitual.
— Parece que haces un esfuerzo para poder retener a asclepio.—
— Demasiado, yo había jurado hace muchos años no tener que recurrir a él, sin embargo, no he tenido opción, solo me falta terminar con el gemelo, necesita ser intervenido y después de eso, asclepio no volverá a mi.—
Calvera lo observó intrigada. Asclepio se había mantenido dominado por Odysseus durante siglos, pero algo le decía que el rencor de Asclepio buscaría la manera de poder vengarse de la humillación que Hades le causó. Muchos deberían pedir por qué se fuera sin más.
— Estoy seguro que sanará el joven griego. — dió media vuelta y salió de la habitación dejando a Odysseus en un silencio absoluto, por supuesto le dio la razón a Calvera sobre lo que pensaba de Asclepio, por qué el sánador tenía la habilidad de leer pensamientos de una forma casi psíquica. Y era un tanto preocupante. Pero teniendo en cuenta que debía apresurarse, se colocó la indumentaria para intervenir lo más pronto posible a Saga.
Calvera caminó por los pasillos del hospital. Hasta qué llegó a la habitación de Milo, siguió aún en cuidados intensivos, lo miró por unos instantes desde el gran ventanal.
— Ya sabía yo que ese olor tan exquisito pertenecía a la mujer que se fue con un don nadie.—
El acento inglés llegó a los oídos de Calvera tan cercas que sintió el calor mezclado con el característico alcohol del rubio. Las fuertes manos del rubio rodearon la cintura de ella de manera delicada.
— No Radamanthys, escogí a Kardia por tener cualidades que tú no posees. Además, tenías a Pandora y muchas otras más. Así que no perdiste nada.— sonó sarcástica
Radamanthys sonrió mostrando unos caminos peligrosamente. Abrazó la cintura de ella y aspiró el dulce aroma de los cabellos azabache. Calvera se mostró inmutable.
— Fuiste a la única que no pude convencer para demostrarte cuánto te deseaba, me volvías loco.—
— cómo todas las demás...— Calvera detuvo las manos inquietas de Radamanthys que ya se dirigían peligrosamente al amplio busto de la morena. Cuando se quitó unos pasos pudo ver la erección sobre los pantalones del inglés. — ¿ De verdad?— un ligero rubor cubrió el rostro de la mujer.
— Aún puedes causar eso en mi. — trató de controlar la fiera debajo de sus pantalones y poder seguir la conversación. — y también puedes dejar ese imbécil y ser toda una reina—. Alardeo.
— Tengo esposo e hijos. No gracias—
— Me encanta esa obstinación... — le guiñó el ojo y se acercó para depositar un beso en el dorso de la mano derecha de ella.
Radamanthys había sido amigo y pretendiente de Calvera desde su adolescencia, pero él, era un hombre rico acostumbrado a obtener siempre lo que deseaba y a Calvera nada de eso le atraía. Después, cuando ella ya administraba el bar de su padre, el inglés no perdía la oportunidad de poder acercarse a ella, era un tipo atractivo y peculiar, pero ella simplemente lo trataba como un amigo, el tipo era agradable y todo un conquistador aunque Calvera era inmune a sus encantos, todo en Radamanthys era un misterio. Al final, un buen día conoció a un joven novato detective de ojos azules que la atrapó y que se convertiría en el padre de sus tres hijos: Kardia.
—Pensé que te habías dado por vencido maldito esbirro. —
La voz de Kardia interrumpió el momento entre la morena y el rubio. Calvera fue dónde su esposo y lo besó en los labios para salir sin más del pasillo. Ambos hombres se miraron para desafiarse.
— Algo me dice que podrías perderla imbécil. Y cuando eso suceda, ella será la reina que debe ser. Y no la doméstica en la que se convirtió contigo.
Radamanthys caminó en la misma dirección que Calvera, pero Kardia lo detuvo en el ascensor.
— Si te acercas a ella, voy a borrar esa sonrisa tan sádica que siempre llevas, con mis propias manos y sentiré el mismo placer que en ese día tuve cuando ella se decidió por mi.—
Kardia había dado un golpe bajo. Así que Radamanthys se soltó del agarre del griego y lo miró con esos ojos afilados. Pero esa... Esa es otra historia.
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doce horas después...
Odysseus había retirado la daga. Ningún órgano vital se había dañado y las emorragias habían sido detenidas oportunamente. Casi después, prepararon a Saga para la cirugía que más preocupaba al sanador, pues aún debía extirpar la anomalía dentro del cerebro del griego, aquella que Shijima pretendía retirar. Una rara condición que hacían al paciente sufrir de jaquecas horribles debilitando y vulnerando al paciente. Vestigios de masa encefálica.
Aunque muchas horas después, todo había salido como se esperaba. Saga había salido avante del quirófano. Ahora se encontraba en recuperación. Delicado, pero estable.
Kanon esperaba todavía en la sala junto a los demás. Casi era media noche y aún Odysseus no salía a informar sobre el estado de Saga.
Fumó los cigarrillos que le vinieron en gana a pesar de ser un área restringida. En la puerta de aquella sala apareció su esposa. Se encontraba tan angustiada cómo el.
Corrió a sus brazos. Lo que faltaba. Algunas manchas de sangre aún estaban en su ropa. Pero se estremeció de tal manera al verlo con un vendaje en una pierna.
— Dios Kanon, ¡¿Qué ha sucedido?!, —
— Tethys, mi sirena. No te preocupes, estoy bien.—
La rubia lo examinó de pies a cabeza. Y solamente la palidez y preocupacion en el rostro del griego eran las inquietudes de la Danesa.
— Evidentemente si, pero tú expresión dice otra cosa. ¿Por qué no me dijiste que Saga estaba tan mal? —
—No podía decirte todo, yo ignoraba que mi hermano superaba cualquier escenario. No debí tomar su situación a la ligera.—
La joven de cabello dorado se abrazó del cuello de su marido pues creía en la palabra del heleno, la culpa invadía su ser.
— Por favor, no lo pienses. Esto fué una horrible pesadilla. — lo miró directamente a los ojos. — todo pasará cariño.—
Casi de inmediato la presencia de Odysseus fue inevitable, todos guardaron silencio instantáneamente.
—¿Qué pasó sanador?— Julián debió hablar ante el mutismo generalizado.
— Saga está fuera de peligro. No hubo daño interno. Respecto a la herida que le causé. —tomó un respiro. — la cirugía que realmente me preocupaba era la cerebral, era un verdadero caos, tenía una extraña condición, me fue difícil retirar los restos de lo que parecía masa encefálica totalmente diferente a la de él, suena absurdo, pero es cierto, imagino que esa condición le facilito a Ares apoderarse del cuerpo de tu hermano.
Ya no existía nada que sorprendiera a cualquiera de los presentes. Incluso Tethys comprendía.
— Eso significa que...— el nudo en la garganta del menor impide continuar. Suplicaba con los ojos que la respuesta fuera positiva.
— después de practicar la Apoptosis, la vida de tu hermano será totalmente normal. —
Kanon soltó un poco de ese peso emocional acumulado desde hace mucho tiempo. Ya no habría más Ares, ya no más episodios de violencia en la vida de ese par de gemelos. Gracias a los dioses por eso.
— Odysseus, en verdad... Le agradezco.— Kanon se acercó al sanador e intentó tomar las manos del médico, pero notó la tristeza reflejada en el peliplata, lo que era una buena noticia para él gemelo tal vez era algo irrelevante para Odysseus. Si por supuesto,Shaina, era ella la preocupación del médico.
— Pasará varios días en observación, cuando se recupere podrás llevártelo, tendrá que llevar una fisioterapia por algún tiempo, su sistema nervioso locomotor, tendrá una afectación mínima. —
— ¿ A qué se refiere?—
— A qué tal vez tu hermano no pueda trasladarse sin ayuda al principio, con la terapia poco a poco irá recuperándose, pero todo depende de el y sus ganas de salir adelante. — Odysseus se quitó las gafas y suspiró miró por última vez al gemelo menor y palmeó el hombro de éste. — Todo estará bien hijo.—
Observo antes de retirarse a los mayores y solamente Dohko fue capaz de seguirlo pese a no poder ir a dónde se dirigida el médico. Llegaron al área de cuidados intensivos afuera de la habitación se encontraba Suikyo el cual recién salía de ahí. Dohko no quiso importunar y regreso con pasó lento fuera del pasillo, había que darle espacio a Odysseus para tratar sus problemas.
— Dame una buena noticia ¿ Quieres? — sonaba demasiado exigente la pregunta del sanador.
— Bueno tuve que contrarrestar la droga introducida en ella con fármacos... Respondió bien, aunque no ha dejado que le coloquen una intravenosa con suero, las ha arrancado de sus manos una vez colocadas.
— Está en shock todavía, le inyectaron calmantes, solo está actuando por instinto. —
— Lo sé, pero está deshidratada y debemos aplicarle medicamentos vía intravenosa o entrara en crisis y puede que no podamos hacer nada. —
— Déjame encargarme. Conozco a mi hija. No es necesario que las enfermeras lidien con un paciente así.— Odysseus tomó la tablilla y el expediente. — ¿ Que encontraste?— la pregunta que no deseaba hacer pero que era necesaria.
Suikyo suspiró y le dió detalle.
— Tiene una contusión en la cabeza, debió ser hecha con un objeto contundente —
— ¿Cómo un arma? —
— Así es, tiene un golpe en la cara, tiene un gran moretón en el lado izquierdo. —
Odysseus oprimió la mandíbula por la ira.
— No encontré fluidos ni rastros de agresión sexual. —
Odysseus aún así no dejaba de tener una rabia justificada. Su hija había sido presa de una mente perversa. Si ellos hubieran tardado más, tal vez otra sería la historia.
— Está bien Suikyo. Yo me ocupo.—
— Tu nieto está bien. Ese embrión está siendo tan fuerte como su mamá.— el ginecólogo esperaba ver ánimo en los ojos del sanador pero eso no sucedió. Tenía una mirada indiferente. — Pareces no sentir alivio—
— Aún no sé si mi hija lo desee... Es hijo de su captor.—
Los ojos de Suikyo se sorprendieron por la noticia, sabía que ella estaba embarazada pero ignoraba quién era el padre.
—Lo siento, creí que era una buena noticia. Tal vez exista la posibilidad de que ese bebé sea de Saga, no lo sabemos, podría ser amigo.— ahora entendía un poco más. — Pero, si es que ella no lo desea, podría abortarlo, será comprensible. Pero bueno, ella deberá decidir, tiene solamente seis semanas. — y el médico salió del pasillo dejando al sanador con sus últimas palabras rondando por su mente.
Entró a la habitación y comenzó a preparar todo para canalizarla.
— Se que estás despierta, no tienes que fingir que duermes.—
Shaina se acurrucó del lado contrario de su padre.
— Voy a colocar una intravenosa, necesito de tu cooperación. —
— Déjame sola. —
— No puedo. Sé que estás en shock, pero aquí nadie desea lastimarte, estás en lugar seguro. Así que deja ayudarte, lo necesitas.—
Shaina oprimió sus ojos y lágrimas salieron de ellos. Se giró al sentir el peso de su padre sobre la cama. Estiró uno de sus brazos pero evitó tener contacto visual con el médico.
— Eso está mejor. — el sanador comenzó a trabajar con ella. Observaba la mueca de su hija al sentir el pinchazo. El estrés post traumático era evidente. Le coloco el suero y los medicamentos necesarios. Y esperó unos instantes
— Tienes que hablar conmigo sobre lo que pasó. Entiendo que no es el momento, pero solo quiero que sepas que estoy feliz de tenerte de nuevo.
La chica cayó unos instantes. Odysseus comenzó a arreglar los cabellos de su hija. Ella aún seguía llorando en total silencio.
— Perdona papá por haberte angustiado, yo me deje llevar por lo que sentía y ahora Milo está muerto.—
Odysseus la abrazó tiernamente, la joven desconocía que Milo no había muerto y entendía que se sintiera culpable.
— Cariño, no vuelvas a culparte por nada de lo que pasó, nada fue por ti. — limpió las lágrimas de ella. — existe una buena noticia —
Shaina le dirigió una mirada incrédula. Sus ojos estaban hinchados.
—Millo no murió.
—¿ Que dices? , Lo vi desvanecerse frente a mi, él le disparó en el pecho. —
— Pero no murió, estaba muy mal pero gracias al cielo lo pudimos salvar. El ahora se está recuperando. —
— ¡ Quiero verlo!— exigió intentando levantarse, pero su padre se lo impidió.
— Shh, tranquila, ya habrá tiempo para que lo veas. El chico es fuerte, lo superará. Ahora descansa. — la recostó cuidadosamente. Ella ya no estaba tan tensa.
— ...¿ Y él...? ¿ Esta muerto? — preguntó con la voz quebrada.
Odysseus le acarició el rostro, podía ver el dolor en los ojos de su hija.
— creo que será mejor decírtelo. — silencio. — Lo herí de muerte, pero solamente fue para deshacerme de su otra personalidad, se que es absurdo lo que te voy a decir pero debes creer, no hoy, tal vez después, pero créeme hija, otra persona en verdad ocupaba el cuerpo de Saga. —
Al principio Shaina lo miro confundida, era extraño pero de algo estaba segura, nadie en la tierra tenía el don de cambiar su apariencia a voluntad. Y por eso confiaba en las palabras de su padre.
— ¿ Volverá?—
— Por supuesto que no. El ya murió. —
El sanador vio a su hija respirar tranquila.
— Y ...¿ El bebé?, ¿ Lo perdí?— sus hermosos ojos verdes se llenaron de agua. Odysseus le tomó ambas manos para tranquilizarla.
— Increíblemente está bien. —
Shaina oprimió los ojos y lloro sin que su padre pudiera descifrar que sentía ellla.
— Es tu decisión tenerlo o no. Sé que para Saga sería imposible creer que es hijo suyo. —
— Pero solamente a el me entregué. No importa si el psicópata de Ares se creía el padre. —
— Podríamos hacer una prueba de ADN, para ver si efectivamente es hijo de Saga, pero solo si tú quieres y sería hasta después de las diez semanas de gestación. Para ello primero deberás decirlo a Saga. Y estar completamente segura de que quieres a ese bebé. —
— Sabes que se hizo una vasectomía.—
— Una vez que se recupere podremos hacer una prueba de conteo de esperma, tal vez el salto de una persona y otra debió anular dicho procedimiento, pero como dije, hasta que el no se recupere y esté enterado de la situación. —
La chica se vió desalentada. Recordaba la cantidad de veces que el griego decía no prender tener hijos, formar una familia solo era el sueño de ella. ¿ Y si el seguía pensando igual? Le dolía el pecho tan solo pensar en esa posibilidad. Pero también estaba el hecho de que con, o sin Saga ella ya era una futura madre y eso era extrañamente raro, imagino por unos momentos a su bebé entre sus brazos.
— Quiero dormir...—
Odysseuss asintió acarició el rostro de su hija dónde tenía un gran moretón. Le dio una mirada afable.
— Descansa, si necesitas algo estaré pendiente. — y salió dejando a la chica totalmente sola.
Después de unos instantes y asegurándose de que si padre ya no se encontraba cercas, Shaina se levantó con un poco de dificultad, cojeaba, pues el músculo de la pierna que había sido inyectada había recibido el pinchazo, poco a poco y apoyándose con el tripié salió de la habitación. Tenía la necesidad de ir en busca de alguien. Tomó el pasillo de cuidados intensivos y miró detrás de cada ventana, se paralizó y se abrazó con fuerza al tripié cuando detrás de una de ellas observó a Saga.
Un miedo irracional invadió su ser, a su mente vinieron los recuerdos, ¿ Y si ese no era Saga? A pesar de ver al griego en tan lamentable condición, siguió su camino repitiéndose una y otra vez ' no eres él...'
Se detuvo en el siguiente pasillo, pudo reconocer los cabellos azulados de Milo y su rostro totalmente sereno. Se aseguró que nadie notará su presencia y se adentró sigilosamente. No podía evitar llorar cuando se acercó y noto el vendaje en el pecho de él. Acarició la mano de este y susurró un " lo siento tanto Millo" . Y casi regresó sobre sus pasos pero la mano de el joven se lo impidió.
— Perdoname... Tu...a mí... No pude... Defenderte. — tenía los ojos cerrados y Shaina solamente apretó su mano entre las de ella.
Le apartó el flequillo del rostro y se inclinó para depositar un beso en la mejilla del heleno. De inmediato el hombre relajó su expresión y continuo inconciente. Shaina salió, de la habitación y regresó un poco más tranquila, pero cuando pasó frente a la habitación de Saga, evitó ver en dirección de la ventana. Le iba a costar volver a encontrarse con el gemelo y no sentir temor.
Se recostó y durmió profundamente, estaba muy agotada.
continuará...
Déjenme primero que nada desearles feliz año nuevo, espero que se encuentren bien, les deseo que éste año esté lleno de bendiciones y de salud para ustedes y sus seres queridos.
Estamos a nada del final, cómo me he visto muy impedída para actualizar, terminare la historia antes de lo previsto. Mis tiempos no son buenos y que caray, ésta historia merece ser terminada.
Gracias a quién lee y a todos los que comentan. Gracias por eso chic s. Los quiero.
Beauty.
