Hola a todos. Perdón por el retraso, hubo unos inconvenientes, pero ya estamos aquí. Espero lo disfruten. Ya saben los personajes no me pertenecen.
Ahora sí, continuemos.
Capitulo veintidós: concilio.
Hades aun no salía del aparente trance en el cual se encontraba. Pero cuál era el verdadero motivo por el que no era capaz de siquiera parpadear, era tan sencillo.
La imagen de su amada Amelia se transfiguraba en aquella mujer que aún sostenía a Radamanthys con desespero. Tenía un evidente embarazo, no tan avanzado, pero inclusive podía jurar que Amelia se veía así en ese fatídico día. Traumático, sin duda lo fue. La sangre en las manos de la joven la cubrían cómo a su querida mujer, solo que en esta ocasión, la sangre provenía del que ahora consideraba el mejor de sus sirvientes.
— Radamanthys, por favor, no cierres los ojos. — Shaina hacia compresión en la parte superior derecha del omóplato del rubio, la sangre brotaba sin cesar y ella sabía que si no paraba la hemorragia tal vez el hombre moriría. Pero también estaba su padre, el cual se encontraba detrás de ella y al cuál la herida en su costado, sangraba abundantemente.
Era desesperación y miedo. Tal vez era su destino, al final de cuentas morir. Las lágrimas comenzaban a brotar de manera incontrolada y la angustia e impotencia se apoderó de ella. Sus ropas que eran de un color blanco ahora estaban teñidas de carmín. Miró a sus agresores con rabia y dolor.
— Malditos, son unos bastardos cobardes...— las palabras eran dichas con tanta furia.
Minos observó a su amo. Aún tenía el arma en una mano y parecía no mostrar ningún tipo de remordimiento. Llamó un par de veces a el rey del inframundo pero éste no se dignó a responder. Así que lo más que podía hacer era quitar de su sufrimiento a la joven.
Shaina tomó la mano de su padre y cerró los ojos. Su fin estaba cercas, imagino a su hijita en los brazos de Saga meciéndole con ternura.
— ... Perdoname ...—. susurró entre sollozos.
Pero no hubo ningún disparo que le cegara la vida. En lugar de ello, ambos hombres se arrodillaron donde ella se encontraba. Cuando por fin Hades despertó a la realidad algo cambio en él, tomo la mano de Minos e hizo bajar el arma, el peliplata, sabía que su señor no necesitaba darle una explicación.
Shaina Al abrir los ojos observó al hombre joven y de complexión delgada y tés pálida. Sus ojos azules claros le miraban, el hombre que antes sonreía complacido por la maldad, ahora era un hombre aparentemente arrepentido y frágil. Pero ella no debía creer en esa apariencia.
— llévatelos Minos.—
El peliplata tomó o Odysseus e hizo que la chica le soltara la mano. Aunque en un momento ella se negó, no tenía suficientes fuerzas para evitar que su padre fuera arrancado de su lado. Casi inmediatamente ingresaron Valentine y Lune qué al ver a su jefe sobre el suelo lo levantaron al escuchar la orden de Hades.
— Por favor, no llores más. Necesito que te calmes.
Shaina rehusó tomar la mano del pelinegro. Al contrario, tomó sus pocas fuerzas y le cruzó una bofetada en el rostro del hombre.
— Mánchate con su sangre infeliz.— de verdad estaba iracunda. No sabía a quién ofendía en realidad, de saberlo estaría muerta de miedo.
Hades se tocó levemente con los dedos y miró en su dirección. Efectivamente, era la sangre mezclada de Radamanthys y su padre que habían tomado un rojo oscuro y espeso.
— Mi mejor juez me ha dado la mayor lección de mi vida. ¿ Y quién soy yo para aprender de los humanos?—. Guardó silencio y le tomó las manos a la chica para limpiarlas con su gabardina de terciopelo..
— Eres un humano como cualquiera. Los dioses deben ser dignos de veneración.—
— Yo no soy de ese tipo de Dios. Si conocieras mi historia, ahora mismo estarías pidiendo clemencia. No soy un Dios al que puedas adorar y clamar por un milagro. Ahora, el sacrificio de Radamanthys, ha hecho que yo perdone la vida de tu padre, al igual que la tuya. —.
Para Shaina que no había más que salido de una impresión a otra, no creía que en realidad ese hombre después de hérir a su padre y tratar de asesinarla, ahora cambiará de opinión. ¿ A qué jugaba el destino con ella? ¿ Por qué ahora su presente se convertía en una incógnita? Pero sobretodo, ¿ Por qué Odysseus nunca le habló con honestidad? .
— Necesito ver qué mi padre no esté muerto. Sobre eso haré mis propias conjeturas.— estaba tan decidida, ahora no le importaba el poder de aquel extraño hombre que se decía llamar Dios.
— Podrás comprobarlo por ti misma. El no va a morir, yo solo deseaba frenar el poder de Asclepio, aniquilandolo de igual manera que se hizo con Ares —
Ahora revelaba el verdadero motivo que tenía Hades. ¿ Debía creerle? Dudaba, pero lo único que deseaba era ir donde su padre y cerciorarse que el pelinegro no mentía. Y como si las estrellas hubieran escuchado su corazón, a ellos se unió uno de los esbirros de Hades y habló apresuradamente.
— Señor, Minos requiere ayuda, el sanador dejó de sangrar y el se encuentra cerrando la herida, pero Radamanthys tiene una hemorragia incesante y parece que morirá... Minos necesita alguien quien lo asista antes de que sea tarde para el señor Radamanthys. —
Hades maldijo sin importarle la presencia de la chica. Sabía que por su culpa ahora el muerto iba a ser el rubio.
— Llévame con ellos.—. la chica se apresuró a decir. — ¿¡ Que esperas!?—
El espectro pidió con la mirada a Hades la autorización, recibiendo con un gesto la aprobación. Y llevó a la chica a un largo pasillo con poca iluminación y grandes y anchas puertas. Se detuvieron en el final, ahí, afuera se encontraba Lune. De inmediato el espectro le indicó a Shaina que pasara. Dentro de la habitación se encontraba el peliplata, se había quitado el saco y las mangas de la camisa habían subido hasta los codos. El hombre yacía terminando con Odysseus. Shaina se quedó inmóvil, ese hombre tenía una destreza con la aguja y el hilo. Por fin cerró por completo la herida.
— Si me vas a asistir, debes estar por lo menos limpia. Cambiate rápidamente, — el hombre de cabellera larga, ahora la tenia recogida en una coleta . — Date prisa, tu padre no es prioridad, acabo de parar las hemorragias y cerrar la herida. No tengo tiempo, así que detrás de esa puerta hay una bata, cambiate y lávate lo mejor que puedas. — Hizo énfasis notando la sangre sobre ella. Al final la miró directo a los ojos, Shaina quería creer que ese no era un sádico asesino, pero... Dejó sus figuraciones para después y corrió detrás de la puerta. Era un baño amplio y había un gran lava manos. En efecto, una bata de seda colgaba de un perchero y varias toallas apiladas sobre un mueble, tomó una y se despojó del uniforme ensangrentado. Abrió el grifo y comenzó a asearse, cuando quitó todo rastro de sangre usó jabón para quedar lo más limpia posible. Al final se secó con la toalla y se colocó la bata, así que salió inmediatamente.
— La bala está alojada, toma esa pinza y abre cuando te lo indique. Se debe ser muy certero. — Minos no esperó a que ella dijera una sola palabra.
Entendiendo eso rápidamente ella se posicionó a un costado de la camilla improvisada. Radamanthys estaba aparentemente inconciente, y estaba tan pálido que sabía que había que darse prisa. Tomó el instrumental y respiro hondo.
— ¿ No aplicará anestesia?—
— El infeliz está más que dormido, créeme no va a sentir nada, perfore una arteria y debo sacar la bala para cerrarla, ahora, no te preocupes tanto por el, recuerda que también éste imbécil es parte de lo que les sucedió. Ahora, has lo que te pedí en 3,2, ahora. —
Tan rápido como el jaló la piel, ella metió la pinza y abrió, la herida comenzó a sangrar más cuando el hombre de ojos ámbar sin dudar sacó inmediatamente el trozo de plomo, lo colocó en un recipiente. La sangre comenzó a brotar con más rapidez, pero para Minos no fue cosa del otro mundo, con destreza quirúrgica, encontró la arteria e hizo uso de una técnica rápida para cerrarla. Cuando paró de sangrar, el hombre limpio.
— Retirala, voy a cerrar. —
Shaina se quedó pasmada, ese hombre no era un asesino, era un médico.
— Perfecto. Ya quedó completamente suturada. —. Una mueca de satisfacción se asomó levemente en el rostro del hombre.
— ¿ Por qué hiciste todo esto?—
Minos la ignoraba, el se encontraba afanado en limpiar y colocar un vendaje en la espalda del inglés.
— Sólo hago lo que me pide mi señor— dijo sin mirar a los ojos a la mujer. Su voz, tenía un tono muy particular, era m
— Evidentemente...— Shaina descubrió que al parecer las reencarnaciónes de los seguidores de Hades eran completamente humanos, con vidas ordinarias. Y qué tal vez no serían los malos como se suponía que fueran.
Su ensimismamiento fue interrumpido por un par de hombres que se dispusieron a colocar en una posición cómoda tanto a su padre cómo a Radamanthys en aquella enorme habitación. Ella los reconocía perfectamente, en ese tiempo eran los hombres que les vigilaban a su padre y ella. Valentine y Lune ella recordó los nombres. Ella se hizo a un lado cercas de la pared, se sentía extraña entre esos hombres y más al pensar que se encontraba en tan poca ropa. Se tomó el vientre por instinto. Trato de relajarse un poco, no sabía que hora era o si ya era muy tarde, tal vez alguien ya había notado su desaparición y la de su padre.
Minos caminó hacia ella, le tomó por el brazo y la guió hasta una silla. Ahí ella tomo asiento.
— ¿ Que trimestre llevas?—. Le dijo Minos al tiempo que colocaba sobre su brazo el baubanometro que mediría su presión arterial.
— Estoy en el segundo trimestre, diecinueve semanas exactamente. — Ella se relajo completamente sabía lo importante que era que ella se encontrara bien. La expresión del rostro del hombre no le reflejaba confianza. El tenía su atención en el estetoscopio y el reloj de su muñeca.
Pronto le quitó el aparato y le indicó que se recostara sobre la camilla que ya se encontraba limpia y desocupada. Ella no se percató de quien se había encargado de asearla.
La revisó cómo lo había Suikyo. Todo en total silencio. El hombre era difícil de expresar emociones. Al final la ayudó a levantarse.
— ¿Tu médico te ha dicho que tienes la presión al tope de lo normal?—
— La he tenido normal. ¿ Por qué me dice que al tope ?—
— Tu presión podría considerarse alta. Y supongo que sabes lo que significa. — ahora sí, los flequillos dejaron ver la mirada ámbar en su totalidad. — Podría suponer que la tensión de hoy es la causante, pero lo dudo. Estás relajada y supongo que más tranquila. Deberías estar alerta, tener la tensión arterial elevada supone un riesgo en el embarazo. Debes tomar en cuenta los signos de alerta, zumbido de oídos, dolor de cabeza, etcétera son signos de alarma y debes ser atendida inmediatamente. —
Shaina sabía perfectamente lo que ese hombre le advertía. Pero ella tenía hoy una preocupación más, debía esperar a que su padre despertara, tal vez eso la dejaría más tranquila.
— Tomaré precauciones. — había angustia en su voz.
Después hubo un silencio abrumador.
— Lo siento. Yo no debí disparar. Perdoname, no te conocía y aún así intentaba matarte.—. El rostro de Minos palideció. — Actué por impulso, de no haberse interpuesto el unicejo, tu estarías muerta. De verdad me avergüenzo.
— ¿ Cómo puedes cambiar de actitud? Estabas muy convencido, imagino que tú golpeaste a mi padre y ayudaste a qué lo hirieran, ¿ Cómo puedo creer en tu arrepentimiento? —
— Mi señor lo está, lo sé. — hizo una pausa. — Y si el recapacitó e intenta redimirse, nosotros también lo haremos. —
Al final de las palabras, el peliplata mostró una leve sonrisa.
— Acepto tu disculpa, por qué también le haz salvado la vida a ellos.— señaló en dirección de ambos hombres. Había tranquilidad en sus rostros cómo si durmieran plácidamente.
— Si necesitas algo estaré al pendiente, les apliqué antibióticos y analgésicos fuertes. Despertarán en un rato.— regresó la vista a los hombres.
— Señor, el amo Hades lo desea ver. Me pidió le avisara en cuanto pudiera.
— Está bien, iré enseguida Valentíne.
Cuando Minos se fue, Shaina fue directo con su padre, imagino lo difícil que debía ser para su padre intentar que ella entendiera su origen. Tomó su mano y acomodo los cabellos plateados de su padre.
— ya quiero saber el sin fin de aventuras que haz vivido. — sonrió. Observó la habitación, era un sitio exquisito, la gran ventana tenía una pesada corona que impedía a la luz filtrarse. Aún así la iluminación era perfecta.
En otro sitio...
Frente a el pelinegro, varios hombres se encontraban postrados sobre una rodilla, inclusive Minos. Después de confirmarles que no existía motivo para levantarse en una nueva guerra santa todos ellos se mostraron sorprendidos al escuchar de boca de su amo, el seguir con sus vidas humanas con normalidad.
— Seremos los buenos según entiendo, señor.—
Un hombre joven de cabellos azules y mirada violeta inquirió de forma inesperada. Recién había llegado con otros a la gran mansión. Miró con recelo al peliplata a un costado de él.
— Todos estos años usted alimentó la idea de que le siguiéramos fielmente, que teníamos un propósito al cuál debíamos responder, ¿ Y ahora solamente debemos continuar? , No entiendo señor—
— Debes encontrar la manera de entender. No me cuestiones Aiacos. Solo regresa a ser lo que te plazca, disfruta de la vida natural que a partir de hoy tienes. Todos deben hacerlo. —. La voz resonó autoritaria en la gran biblioteca de la mansión.
Ante la sorpresa de todos los presentes Hades se levantó del gran sillón detrás del escritorio antiguo. Llamo a cancervero y caminó con paso lento frente a sus subordinados.
— Ustedes ya son personas con vidas construidas. Algunas rectas, otras no del todo. — los miró a cada uno de ellos en especial a los llamados jueces. — Esperoben un futuro poderlos reunir para saber que su vida ah sido como ustedes lo deseaban. Por ahora, solo retirense.
Al menos una docena de hombres asintieron y solo dos quedaron aún en la presencia de Hades. Los jueces, se pusieron de pie.
— Radamanthys se quedará aquí. Por el momento es conveniente. Aiacos, sé que entre ustedes tres no existe muy buena química, pero sé que si te lo pido, harán una tregua junto con él y se llevarán cómo si fueran hermanos. —
Ambos hombres meditaron un momento en las palabras del Rey del inframundo y asintieron.
— Será como usted desee. — soltaron al unísono.
— Encárgate de su gente y sus negocios Garuda.—
— Así lo haré señor.— con una reverencia, miró por última vez a su señor y después al noruego para después salir de ahí.
— Por favor Minos dame una buena noticia respecto al sanador y Radamanthys. — suspiró lentamente.
— Están fuera de peligro, afortunadamente sobrevivirán. Aunque perdieron sangre, podrán recuperarse en unos días.
— Perfecto Minos, hiciste un excelente trabajo. — hizo una pausa —La mujer, ¿ Cómo se encuentra? —
— Fue una impresión fuerte para ella, pero afortunadamente se encuentra tranquila. Aunque...—
— ¿ Qué?—
— Aparentemente su embarazo será de cuidado.
— ¿ Por qué?— el hombre de ojos azules se vió preocupado.
— Puedo decir sin temor a equivocarme que sufre de presión alta. Lo cual no es bueno. Si no se cuida lo suficiente ella podría...—
— Sé perfectamente lo que significa. —.
Su mente vagó por sus viejos recuerdos. Suspiró pesadamente. El poder de Asclepio podría haber significado la solución de aquello. Ahora solo debía esperar que ella no se complicara, por qué de hacerlo la historia de su amada Amelia se replicaria.
— Está bien señor. Me quedaré en la mansión el tiempo que sea necesario. Tomaré un receso y después regresaré a observar de nuevo el estado de salud de todos. —
— Adelante, pide a la servidumbre lo que necesites. Y Minos, gracias por tu fidelidad. Lamento haberte forzado cometer una inminente injusticia.
— No debe sentirlo señor. Usted representa mucho para nosotros, sus deseos son órdenes para este servidor.— con una reverencia salió de la gran habitación.
En otro sitio...
Shaina no se despegaba de su padre. Sabía que en cuanto despertara, el sanador iba a tener mucho dolor, y que decir de Radamanthys. Shaina solo esperaba que el rubio no despertara abruptamente. Creyó prudente buscar a Minos, el debía mantenerlos en observación. Así que se decidió y salió de la habitación.
Caminó por el largo pasillo. Todas las puertas se encontraban cerradas. El silencio parecía el que dominaba aquel inmenso lugar. Ahora parecía estar tan solo aquel sitio. Shaina podía jurar haber visto y escuchado voces de más hombres y después de eso el silencio volvió a reinar. Se dirigió a un pasillo diferente y opuesto al que ella se encontraba. En él, solo había una puerta semi abierta, ingenuamente creyó que ahí se encontraba Minos, caminó apresuradamente. Al entrar se quedó atónita, era una habitación grande, pero bellamente decorada, habían muebles cubiertos por sábanas, pero en el centro había una cuna hermosa. Si Shaina se acercó para verificar que aquello era una cuna. En efecto era una hermosa cuna la cual parecía antigua pero muy bien conservada. Era la única pieza que no era cubierta con una sábana, a pesar de ello, se encontraba pulcra.
— Que hermosa... No imagino qué hace algo como esto en un lugar así. —. La tocó y observó a detalle todo el lugar, — Este sitio es tan bello y triste a la vez. Parece que ésta habitación nunca se utilizó. — en una esquina cercas de la ventana había una mecedora, tenía la misma belleza de la cuna. Era un juego hermoso.
Escuchó un gruñido detrás de ella. Se viró, ahí se encontraba cancerbero, el gran perro negro compañía de Hades y por supuesto el rey del inframundo yacía a un lado. El pelinegro la miraba con la intensidad de esos ojos azules.
— ¿ Que haces aquí?— dijo con voz calma.
La había pillado. Era curiosa y de alguna manera eso siempre le traía problemas.
— Solo buscaba al señor Minos. Y esta fue la única habitación abierta. Le pido me disculpé si fue atrevido de mi parte. —.
Shaina se cerró la bata lo mejor que pudo y salió pasando a un lado del hombre. El de ojos azules, miró la habitación, había sido su culpa que esa joven descubriera el sitio. Era la única habitación la cual cualquiera que no fuera él podía entrar, incluso Radamanthys era advertido sobre lo que le podría pasar en caso de deambular por ahí. Y ahora ella la había descubierto. Momentos antes el hombre le había abierto, era una tradición que el visitara esa particular pieza. Pero por algún motivo se olvidó cerrar la puerta. Echó un vistazo y salió y ahora si, cerro detrás de él.
Shaina regresó con su padre. Aún el médico dormía tranquilamente. No así el rubio, quien emitió un alarido de dolor. La mujer caminó hasta el y evitó que se incorporara.
— Tranquilo, no te levantes, podrías lastimarte—. Ella intentó ponerlo sobre la cama, pero éste aún tenía fuerzas suficientes para impedirlo.
— ¿ Quién... Me suturó...? — dijo tocándose el hombro y parte de la espalda. Se tambaleaba bajo el efecto del fuerte analgésico.
— Por favor regresa a la cama, podrías caer, perdiste sangre y debes estar muy débil.— intentó convencerlo.
— Recuestate idiota. La chica tiene razón. Te vas a caer. — Minos apareció justo cuando el rubio intentó poner un pie en el suelo. — Puedes intentar levantarte pero te aseguro que caerás y podrías lastimarla, ella te ha cuidado desde que te disparé.
Radamanthys abrió los ojos y lo fulminó con esa mirada fría. El peliplata ni siquiera se inmutó. Estaba acostumbrado a el temperamento de Radamanthys. Minos caminó lentamente y apartó a Shaina y miró fijamente a su compañero.
— Al menos ya despertaste. Me preocupaba que no lo hicieras—. Sonó sarcástico.
— Infeliz, casi me matas.
— Habría sido la intensión.— se burló del rubio.
— Hijo de puta...—. levanto el puño, pero sin ningún esfuerzo Minos lo detuvo.
— Ya. No te voy a repetir, recuestate. Ésta mujer ya tuvo suficiente. — ambos miraron el rostro afligido de la chica.
Radamanthys no pudo refutar aquello. Estaba demasiado débil para ponerse a discutir con su igual. Así que se recostó lentamente sobre su espalda, no sin antes quejarse del dolor.
— Maldito titiritero ...Más te vale que te arrepientas y pidas una disculpa a ella por tu estupidez. ¿ Cómo te atreviste a apuntarle?—. Cerró los ojos y pareció quedarse nuevamente dormido o inconciente por el esfuerzo y la perdida de sangre.
Minos negó. Giró para después observar a Shaina, ella desvió la mirada. Prefería no enfrentar al hombre.
— El señor Hades me pidió que trajera esto. —. Chasqueó los dedos y un par de hombres llegaron con una bandeja de comida y otra con unas prendas de vestir. Las colocaron en una mesa que también fue traída . — Por hoy deberán pasar la noche aquí. Será mejor que comas y te mudes de ropa. Volveré después, te mostraré tu habitación. —. Ante el mutismo de ella, el hombre salió de la habitación cerrando detrás de él.
Shaina suspiró y observó el reloj de Radamanthys que se encontraba en el buró. Era una pieza fina y esclusiva. Eran casi las siete de la tarde- noche . Ahora entendía lo dicho por Minos. Bueno, si su padre sin dormida estaría bien que ella se preocupara por su estado. Debía comer y después descansar, así que comió la exquisita comida que tenía la bandeja. Después cogió las prendas, había un vestido de terciopelo en color tinto hermoso. Era tan suave y delicado. Se dirigió al baño y ahí vió que su ropa ensangrentada ya no se encontraba y que el baño estaba más limpio que antes. ¿ Pero como...? Bueno la pregunta no continuó, esas personas eran misteriosas. Se cambió y observó lo bien que le quedaba la prenda. Ahora que lo veía era un vestido antiguo, pero muy bien conservado, de hecho era un vestido que era utilizado por mujeres en cinta. Su mente vago sobre quién pudo hacer uso es prenda tan fina.
— Ah... Creo que ya sé. Debió ser de su esposa. Ahora recuerdo que Radamanthys me explicó. — se miró al espejo y sus ojos ahora tenían un color que contrastaba con la prensa haciéndolos resaltar. Salió del cuarto del baño. Segundos después y como si lo adivinara, Minos apareció por la puerta.
— Por favor, acompáñame. Tu habitación está cerca.—
Shaina no podía creer en la existencia de aquellos hombres. De portes elegantes y viriles. El tono de voz, todo era impactante para ella. Ahora conocía el lado oscuro de esos personajes. Pero solo en apariencia, ahora, ella podría sentirse tranquila inexplicablemente. Así que cuando Minos le extendió la mano ella no dudó en responder al gesto. Se dejó guiar sobre el pasillo que yacía oscuro, solo unas pequeñas lámparas sobre la pared iluminaban tenuemente el largo pasillo. Se detuvieron a unos metros y el espectro de Hades abrió la puerta. Dentro había una bella habitación antigua, pulcra, ordenada y perfectamente iluminada. Había una cama con dosel y varios muebles muy bien conservados. Una puerta más en un extremo, el cual intuía era el sanitario. Estaba maravillada con la belleza de aquel lugar que a pesar de no ser la habitación principal, poseía una elegancia soberbia. La italiana no imaginaba lo hermoso que podía ser la habitación de aquel hombre de cabellos largos negros y ojos azules. Hades ostentaba un gusto exquisito y conservado por más de dos siglos.
— Mi señor pide que se sienta cómoda. Cualquier cosa que necesites, puedes llamar con esa campanilla.— señaló con la vista sobre el buró. — Estaré cercas.—. El peliplata la miró y pensó q al aqen retirarse cuando ella lo sujetó.
— Espera, sólo deseo saber si eres médico. Le salvaste la vida a ellos y pareces un hombre preocupado por el prójimo. Un verdadero médico hace eso. — sonaba gentil y agradecida.
— No me conoces. — le miró de arriba a abajo. — No soy nada de eso que dices
— Por supuesto. Lo creo.
Menos suspiró exasperado.
— Si, estudie medicina. Se me daba, era algo nato en mi. Desgraciadamente después de un tiempo corto de ejercer, hombres malos comenzaron a llevarme a atender a sus heridos, por supuesto yo recibía buenos honorarios por mis servicios, comencé a perder la visión de lo que era un verdadero apostolado de la medicina. Me fui perdiendo en ese mundo turbio. — se acomodó el flequillo, para poder seguir narrando. — Un día, la interpol detuvo a un importante delincuente muy buscado y peligroso. Para mí suerte tenía tiempo sirviendo para el. Ese día se me acuso de complicidad, el infeliz lo confirmó a pesar de saber que yo solamente atendía a sus esbirros. Cuando por fin me tenían en prisión y antes del juicio, un día, frente a mi selda apareció el señor Hades y Radamanthys. Me dijeron que era libre. Absuelto de todo y así fue. Al día siguiente, me enteré que el maldito que me incrimino, había amanecido muerto sin razón lógica aparentemente.— su voz era melodiosa y tenía a Shaina absorta. — Supe entonces que el señor Hades me había sacado del hoyo en el que me encontraba. Me explicó muchas cosas de mi vida anterior y entendí que debía mi absoluta fidelidad a el. Y bueno, aquí me tienes. — le frotó el brazo a la chica y le sonrió.
—. Vaya... Es una historia increíble. —
— Y a resumidas cuentas. Tal ves si, tal vez no. Pero lo cierto es que no fui el único. Todos los que servimos al señor, hemos tenido una historia diferente. Ya podrás algún día comprobarlo. Por supuesto, si es que te interesa. Pero por hoy es suficiente de cuentos. Descansa.—. Dió vuelta y desapareció detrás de la puerta.
Shaina se recostó sobre la cama, era suave, cálida y después de pensar en su padre y todo lo que ese día había sucedido se quedó profundamente dormida.
Athenas. Departamento de Saga.
El griego había terminado de salir de la ducha. Después de su terapia de rehabilitación acostumbraba un baño tibio. Y hoy por fin lo había hecho por si solo. Se encontraba en el reclinable junto a la cama. Por la puerta apareció la rubia. Tethis lucía radiante y tenía una pancita que le sentaba bien. Saga no podía quitar la vista de ella, era extraño, cómo si el estado de ella gritara algo que el no podía descifrar.
— Te ves hermosa.
— Ah... Esto —. Se miró el vientre levemente abultado. — Gracias Saga — le dió una sonrisa que le hacía ver cómo un ángel con esos hermosos ojos azules.
La Danesa le acomodó la cama como acostumbraba hacerlo cada que lo visitaban. Saga solo permanecía callada y afanada en la labor. Los pensamientos del mayor vagaron por lo narrado por Kanon. Recordarlo, le daba escalofríos y un dolor en el pecho. Aún no creía lo que su huésped había sido capaz de hacer. Y aunque Kanon no mencionó el nombre de las personas a las cuales el enfermo había atacado, sabía que Tethis se lo diría.
— Kanon no me ha querido decir a quien ataqué, o mejor dicho a... quien atacó Ares.
—¿ Y deseas que yo te lo diga?— Tethis sabía que Saga era muy directo. Revaloro un poco lo que estaba considerando decir, sabía que si lo hacía tal vez se buscaría un problema con su marido. Pero ella ya estaba harta del tema. Así que se sentó en la cama. — Comprendo tu curiosidad, pero también entiendo a mi esposo, aunque yo no lo apruebe, si creo que Kanon debe hablarte con la verdad. — guardó silencio.
— Tethis, ahora puedo soportarlo. Por favor, tienen el deber de decirme. Te lo ruego.
Saga tenía el don de persuasión. Y con la rubia no iba a ser la excepción. Ya que, no era un detalle menor.
— Cuando Ares tomó posesión de tu cuerpo, le cegó la ambicion y la venganza. Su comportamiento de descontroló. Una noche, siguió a Milo, cabe decir que previamente tu y él ya habían tenido un incidente. Sabes a qué me refiero. —. Suspiró
Saga recordaba el hecho.
— Lo siguió hasta casa de Shaina. Imagino que ellos salieron. Se dió tiempo para acecharlos y cuando los tuvo cercas, los atacó. Casi vuelcan en la carretera. No obstante, para el no fue suficiente. Milo te encaró, o a él, Ares lo golpeó hasta que ella intervino. — hizo una pausa, Saga estaba perdido y parecía no dar fé de lo escuchado.
— Ella le pidió que parara a cambio de tratar de razonar con el. Por un momento pareció que lograría hacerlo. Por desgracia, le disparó a Milo y se llevó a ella por la fuerza.
Saga negó y se cubrió el rostro dejando ir un "dios mío."
— Se la llevó a un lugar apartado. Hasta donde sabemos todos,ella intento escapar pero el no se lo permitió, la mantuvo drogada. No imaginamos que le hizo, ni ella lo ha externado. Al menos hasta dónde yo sé.
—... Que... mis pesadillas se volvieron... realidad.— parecía abatido.
— Aunque solo fue un tiempo corto, cuando Milo despertó le contó a Odysseus lo que había sucedido y emprendieron la búsqueda. Radamanthys fue pieza clave para dar con su paradero. Y bueno creo que Kanon ya te relató el resto. Lo bueno es que no hubo vidas que lamentar.
— Ares siempre supo cuáles eran mis miedos y debilidades. Cumplió con su palabra sobre tomar todo lo que yo poseía. Me siento aliviado al pensar que se ha ido el infeliz. — Saga se llevó una mano hacia la cabeza y luego a su costado. Al irse Ares, su cuerpo había sido afectado. Pero había sido necesario.
— ¿ Por eso, Shaina no quiere verme? —
— Debes entenderla. Además ella... Está—
— Guarda silencio Tethis. — El gemelo menor llegó justo antes de que la Rubia pudiera confesar algo más.
— ¿ Espiabas mi amor?— ella se sonrió.
Saga se quedó atónito. Kanon tenía en su rostro una expresión seria. Ahora Saga debía saberlo.
— ¿Ella qué Tethis?, Por favor continúa.
La rubia miraba de uno a otro. Sabía que lo que dijera no lo iba a hacer por ellos, ni siquiera por la italiana.
— Ella está esperando un hijo tuyo.
— ¡ No!, Yo no... — Saga se escandalizó.
— ¿ Entonces de quien? Te pregunto cuñado. Eres el único con el que ella a estado.
— Pero yo tengo una cirugía. No puede ser posible.— se levantó del sillón y caminó por la habitación costandole un poco andar por si solo.
— Casi cumple cinco meses, un mes menos que yo. Ella te era fiel. ¿ O lo dudas?. — Tethis lo miró
— ¡No puede ser. por más que ella lo deseara, era imposible. Es... absurdo.!—
Kanon caminó hasta dónde la rubia descansaba.
— Te lo dije. Te advertí lo que iba a suceder si le decías lo de Shaina. El no lo va aceptar. —
Tethis, se vió decepcionada. Hacerle entender a Saga no había tenido un buen resultado.
— Bueno, yo no podía dejar de lado algo tan importante. De todos modos aunque decepcionada por la reacción de tu hermano, estoy tranquila. Lo que él haga de ahora en adelante, ya no nos debe preocupar. Cumplimos. —. Se levantó y tomó a su esposo de la mano. Obviamente, Saga vió el gesto. No podía ocultar su envidia.
— Vamos Tethis.— le acaricio la mejilla.
— Ah por cierto. A ella no le importa si tú la apoyas o no, está feliz y reconstruyendo su vida, día a día. Ojalá que tú preocupación y la duda no te hagan perder de un momento maravilloso e irrepetible. De verdad, necesitas madurar Saga.
— Yo no deseaba formar una familia o tener descendencia, no sé si lo que me sucedió sea hereditario, por ello decidí no tener hijos, ¡ Ella lo sabía, ella lo acepto!— estaba furioso.
— Tienes razón Saga, ella sabía. Para ella, el padre de su hijo entonces está muerto...—
Saga la fulminó con la mirada.
— Tethis...— Kanon le sostuvo por el brazo.
— No Kanon, ahora me va escuchar. ¿ Sabes que pensaba hacer Ares? En toda esa mente retorcida que tenía había la idea de llevarse a Shaina y tener a ese hijo junto con ella. ¿ Que ironía cierto? El aceptó el hijo que ahora tú desprecias. Y de verdad, me alegro que Shaina no te haya buscado aún, no se merece esto. —
Fueron las últimas palabras de la rubia. Después, Saga de quedó sólo tomándose la cabeza y el pecho. Tal vez era el dolor no físico el que ahora le atormentaba.
al día siguiente...
Shaina se despertó apenas salió el sol y ella ya estaba de pie. Fue en dirección de su padre. Odysseus ya estaba despierto y en cuanto la miró pasar por la puerta de levanto lentamente.
— ... papá — Ella corrió y lo ayudó a recargarse. — ¿ Cómo te sientes? ¿ Te duele algo?, Debo revisar la herida.—
— No pequeña, estoy bien, Minos ya lo hizo. Estoy bien.— reafirmó.
— Papá, ¿ Por qué nunca me hablaste de todo esto? Se que soy testaruda la mayor parte del tiempo, pero había sido interesante que me contarás todo lo que haz vivido. — le tomo las manos y le dió un beso en la frente. — ¿ Mamá lo sabía?—
— Siempre lo supo. Sara era una mujer increíblemente inteligente. No le importó casarse con un vejestorio cómo yo. Era hermosa...— se quedó perdido en sus recuerdos. — Por ello nunca quiso que yo usara mi don, llámalo poder si deseas, en ella. Decía, " ahora eres una persona común como yo, vivamos así entonces..." y me hizo el hombre más feliz del mundo cuando me dijo que estaba embarazada y cuando te tuve en mis manos casi me volví loco. — se quejó un poco del dolor. Y se abrazó el costado que yacía vendado.
La chica sonrió y miró al rubio en la otra cama. Dormía como bebé.
— Minos lo sedó. No paraba de decir que lo mataría... Estará bien. — La miró. — Recibió la bala que te habría matado. Ese muchacho es una caja de Pandora. Nuca se sabe que hará. — aún le costaba hablar.
— No entiendo por qué cambiaron de idea abruptamente. Tal vez no son tan malos como parecen.
— Hades es el único Dios reencarnado, debe apreciar ahora la vida humana. El ¿por qué? es incierto Lo único que sé es que no hay nada de que preocuparse en adelante. —
—¿ Que pasará contigo pa '? ¿ Seguirás siendo semi inmortal? — se rasco la nuca. — o, no sé cómo definirte. Lo siento.
— No te preocupes. No, a partir de ahora soy un hombre de cincuenta años que irá envejeciendo cómo cualquier otro. Lo mismo pasará con Dohko y Shion.
— ya veo... Algo me dice que Dohko se pondrá de color(*) de la impresión. — sonrió.
— Literalmente hija...—
Después de unos instantes, aparecieron dos hombres, llevando comida y el recado del señor Hades. El cual decía que Odysseus debía presentarse en cuanto pudiera levantarse. El médico atendió luego de sentirse de mejor ánimo después de comer. Le dió un beso a su hija y prometió regresar pronto.
Shaina escuchó un quejido y un bostezo simultáneamente. Caminó hasta dónde Radamanthys. Aún tenía los ojos cerrados y ella apartó los cabellos de su rostro. No tenía fiebre, pero estaba muy pálido.
— Aún queda jugo de frutas. Podrías beberlo para recuperar fuerzas.— ella sabía que el estaba despierto.
— Me vendría mejor un vaso de whisky. —. Dijo sin abrir los ojos.
— No me hagas llamar a Minos.
— Cualquiera, menos ese imbécil... Lo voy a matar. —. Rió abriendo lentamente los ojos. Eran de un ámbar hermoso. —¿ Por qué le estás ocultando tu embarazo a Saga? —
Radamanthys había tocado un tema sensible. Ella no deseaba que la gente fuera preguntando una y otra vez sobre eso.
— Es complicado.
— No lo es. Es tan fácil como concebirlo. — hizo alusión al vientre de ella, haciendo que se ruborizara
— ¿ Sabes que el se hizo una vasectomía? . Siempre lo supe, nuca hubo una posibilidad y en él la seguridad, de no dejar descendencia. Por eso es complicado. ¿Cómo crees que reaccionará?
— No lo sé. Pero si solo fue tu único hombre, ¿ Cómo podrías haber concebido? Ya estoy más interesado—
Radamanthys se levantó a duras penas y saco del buró un cigarrillo y un mechero. Pero apenas lo encendió, Shaina se lo arrebató y lo puso en la bandeja de plata, vertiendo el vaso de agua encima.
— Entiende... Necio. —
— Suenas cómo mi abuela... Pero bueno, tu no me darás de palos. —
Shaina se cruzó de brazos.
— Esa personita ya es parte de la familia Walden. No tengo duda, mi sentido me lo dice. Es triste que te oculten algo como eso. Para después darte cuenta por ti mismo que existe un mini tú por ahí y tú ni siquiera te lo imaginas...—. Sonaba crudo, cómo si el hubiera vivido una experiencia similar.
— ...—
Radamanthys sacó su móvil y mostró una foto especial. Había un pequeño de no más seis años de cabello rubio cómo el de él y ojos violeta. Lo sostenía una hermosa mujer joven de apariencia gótica pero sofisticada y elegante. El niño tenía los mismos ojos que ella. Pero la mujer parecía estar disgustada.
— Se llama William. Cuando tenía tres días de nacido, el señor Hades me dijo que respondiera cómo hombre. ¿ Sabes?, Ella comparte un lazo de sangre con el lado humano del señor Hades. Cuando la conocí yo no lo sabía. En fin, tuve que ir de inmediato hasta Alemania para conocer a mi hijo. La primer vez que lo vi, fue como si el infeliz sádico y mujeriego que existía en mi, se reduciera a un pequeño cachorro. Era perfecto, pequeño, indefenso. Lo amé desde el momento en que lo vi.
— ¿Por qué no te dijeron de su existencia?—
— Por qué en ese entonces yo era un maldito patán. Tenía una relación con ella, pero con otras también. Imagino que ella se enamoró de mi, la verdad solo con ella era con quién sostenía relaciones sin ningún tipo de protección. Al menos de mi parte. Cómo sea. Ella era hermosa, lo sigue siendo.— suspiró abatido.
— Tal vez si te lo hubiera dicho. Algo paso, estoy segura.
— ¿ Lo intuyes?. — ahora sonreía. — una tarde llegó de improviso a mi oficina, tengo diferentes negocios, justo en ese momento yo me encontraba en una situación muy íntima. Ella llegó en el momento más incómodo. —. Se restregó el rostro. — Me maldijo, se dió vuelta y no la volví a ver hasta nueve meses después... Era obvio, me lo iba a decir y yo lo arruiné. Me gusta pensar que ella es vengativa.
—¿ Por qué?—
— Cuando la visité me tenía una demanda de paternidad y pensión alimenticia. Quería arreglarlo pidiéndole matrimonio. Me mandó al infierno y me dijo que solo cumpliera con mis obligaciones. Y bueno llegó el tiempo en qué yo debía convivir con el pequeño, Jah!, Cada que viene a mi, se presenta hermosa, deslumbrante e inalcanzable...y siempre con un imbécil diferente al cuál se nota que domina a la perfección. Creo que es una manera de torturarme y creo que lo logra. Los idiotas son guapos cabe decir. Aunque últimamente veo que tiene una fijación con un japonés. Parece que se llama Ikki. Lo ha traído un par de veces, es guapo, no lo niego , más joven. En fin, mientras yo comparto tiempo con mi hijo ella seguramente se divierte con su amante en turno. Y solo pensarlo me atormenta.
— Y te duele, eso es obvio. — Shaina le acercó un par de almohadas y el pudo sentarse y recargarse completamente sobre su espalda.
— Quisiera decirte que no, pero es cierto.
— Entonces la amas...—
— Lo más probable es que si. No es capricho, de verdad me gustaría formar una familia con ella y mi hijo. Soy un poco envidioso y he visto como es la relación de Kanon y Tethis, a la preciosa Calvera y su estúpido policía. Yo quisiera algo como eso. Pero creo que nunca será una realidad.
— Y por qué no lo intentas. Si de verdad la amas, deberías intentar hablar con ella. No lo sé... Podrían escribir una historia diferente. Pero solo si eres honesto. — le acomodó las frasadas y tomó su temperatura.
— Si yo lo hago,¿ prometes decirle a Saga lo de tu embarazo?. El no puede seguir ignorando que será papá. Bueno a menos que su hermano ya lo haya hecho.
— Tengo miedo a que lo rechace. El nunca me demostró ni una sala intención de convertirse en padre. Se veía feliz y aliviado cada que yo tenía sospechas y estás eran erradas. Siempre puntualizó que no debía tener un descendiente, por el temor de que Ares le arrebatará todo.
— Y tenía razón.—
Shaina lo miro un poco confundida.
— Investigué al infeliz después de que terminó. Había que limpiar el sitio. Lo que descubrí me dejó perplejo . Había un pasaporte y un acta de matrimonio, apócrifos , por supuesto, pero muy convincentes, te iba a sacar del país y llevarte lejos. Todo lo maquinó perfectamente en muy poco tiempo. Se iba a ser pasar cómo un empresario joven que recién comenzaría una vida con su familia. De verdad me sorprende la mente que tenía.
Shaina se abrazó así misma. Tenía escalofríos cada que recordaba a Ares.
— Pero bueno. No deseo incomodarte recordándote esa experiencia. Debes de ir superando aquello, vive el presente, te ves emocionada por la espera de tu bebé. Merece tener un padre. ¿ No lo crees? .
El inglés guardó silencio y miró el techo. Tal vez el no veía lo complicado que era para ella poder encarar al gemelo mayor. Intentaba creer que sería fácil.
Después de un rato, Odysseus apareció en la puerta, lo acompañaba Valentine, le ayudó a regresar a la cama y después fue con Radamanthys. La chica se animó al ver la paz en el rostro de su padre.
— Pa' ¿ Estás bien?, ¿ Necesitas algo?—
— No te preocupes, me encuentro perfectamente. Será mejor que nos vayamos, en el hospital deben estar preocupados. Shion y Dohko no tardarán en venir, ese par saben dónde buscar si seguimos ausentes. —
Hubo un abrazo y después Shaina comenzó a juntar sus pertenencias. Pharao llevó unas prendas y una maleta no muy grande. Seguramente eran de su padre y ella. El médico se acercó a Radamanthys y le pidió que se descubriera, lo cual obedeció el inglés.
— No cabe duda que el mejor te suturó. Minos hizo un trabajo excelente. Debería buscarme después, siempre necesitamos de médicos capaces. —
Colocó la camisa con cuidado.
— Lo dudo. Ese imbécil egolatra se cree demasiado bueno como para hacer la labor que usted hace. Pero le diré...— sonrió de medio lado. — Y , ¿ Usted cómo sigue? Esa herida fue profunda. — recalcó.
— Estoy bien. Ambos sabemos usar esa daga. No es mortal la herida. — se tocó el costado. — Por favor, no le cuentes nada de esto a los gemelos.
— No pensaba hacerlo. Descuide. —
Shaina salió del cuarto de baño y ya llevaba ropa cómoda. Odysseus se despidió de Radamanthys y le dijo a su hija que esperaría afuera. Las italiana se acercó al rubio, le acomodó las frasadas de nuevo y lo miró con una gran sonrisa en el rostro.
— Gracias por lo que hiciste. — se acercó y lo abrazó cuidadosamente y le depositó un beso en la mejilla. — Ten por seguro que voy a buscar a Saga. — tomó la mano de él y se fue dejando un hasta luego.
Dias después...
En el hospital nadie sospechó nada. Odysseus se reunió después con los viejos. Les explicó a detalle lo sucedido. Oye supuesto Dohko y Shion mostraron sorpresa, pero también un alivio. Eran tiempos de paz y eso era un logro.
La mañana era fresca. Una ligera lluvia había caído por la noche. Shaina comenzó su rutina habitual. Hoy iba a tener día libre y se había propuesto ir a dónde Saga. El día anterior había hecho una ecografía y había confirmado ya el sexo del pequeño feto. Con eso en mente y una sonrisa se alistó. En un principio su padre le había externado su descontento. Pero al final, entendió que, en efecto, su nieto tenía derecho a un padre. Así que solamente le deseó suerte y el partió al hospital.
Shaina subió a el auto. Ya tenía uno propio, no podía ir más dependiendo de alguien para trasladarse. Alguna vez Dohko le había enseñado a conducir, ella se había aventurado a recordar sus clases y hacerce de su propio auto. Se sentía contenta, ahora podía hacer planes sin estar inmersa en el pasado. Solo vivir el presente y asegurarse de estar bien para ella y su bebe. La animosidad que permeaba era un punto a su favor. Pensando en todo aquello de dirigió al apartamento del griego.
Se detuvo antes de llegar al sitio. ¿ Debía llamarle primero? Si, eso desde antes de salir habría sido lo mejor. Así que Marco el número y ansiosa, esperó que respondiera. Tres timbridos eran suficientes, pero antes de arrepentirse y collar, del otro lado la voz grave y profunda respondieron con serenidad.
—¿ Si?
Shaina abro los ojos tanto como pudo y enmudeció. El griego debió llamar un par de veces más para que del otro lado alguien le respondiera.
— Shaina... Shaina...
— Bu... bueno, si, soy yo.— se mordía el labio. — Necesito verte...—
Del otro lado del móvil Saga de encontraba más sorprendido que ella misma. Un sudor frío comenzó a invadir su cuerpo, despejó su mente después de unos momentos, murió el lugar donde se encontraba. Hoy precisamente habían requerido si presencia en las oficinas. El iba a presentar su renuncia y lo haría de manera presencial. Estaba a cinco minutos de entrar a la junta y ahora tenía esto. Pienso que decirle.
— Estoy cercas de tu apartamento.
— No, ya no estoy ahí. Me dirigí al trabajo. Tendré unos asuntos que atender. Pero tan pronto salga, podré verte...
— Podría esperarte en el estacionamiento. No te quitaré tu tiempo. Seré breve. —
Shaina ya estaba demasiado nerviosa. Aunque Saga no demostraba entusiasmo, tampoco le rechazó, lo que indicaba que tal vez ya le habían informado lo de su estado. Lo cual era bueno, la impresión no sería total.
— Si,, está bien. Bajaré en cuanto termine. —
Shaina cortó antes de poder seguir hablando y condujo con precaución hasta el edificio. Ingresó al estacionamiento subterráneo.
Llevaba puesto un atuendo muy cómodo y por el frío que aún se sentía un hermoso suéter blanco largo. Sé tomo un momento para meditar. Millo vino a su mente, no lo había visto ni llamado y el a ella. Tal vez ya se había dado por vencido.
— Será mejor así...— suspiró y se recargó en el respaldo.
—¿ Que es mejor así?—. La voz seductora del griego hizo dar un brinco a la chica.
Milo estaba parado fuera del auto y ésta vez no sonreía. De hecho parecía muy serio, cuando Shaina se recuperó del susto, salió del auto. Milo había cambiado mucho aparentemente. Solo estaba ahí vestido de traje oscuro y camisa gris. Sus cabellos largos le daban ese aire de casanova.
— Vaya... Es tu color natural. — el griego hizo referencia al cabello de ella el cual lucía negro y sedoso. Eso solo hacia resaltar más sus ojos verdes que brillaban como nunca.
— Ah... Si, extraje el otro color, ahora seré ésta Shaina, una que pocos conocen. —
— Se te ven bien. —
A Shaina le extrañó la frialdad con la que el se refería a ella. Todo podía indicar que ahora el la trataría con indiferencia. Era incómodo pues el no le quitaba la mirada de encima.
— Supongo que buscas a Saga. —
— Si...—
Milo asintió y miró su reloj. Se sentía tan incómodo estar frente a la mujer que lo había rechazado. Había herido su orgullo pero el debía hacer aplomo para no caer en desesperación y tomarla en sus brazos y besarla. Lo mejor era apartarse y dejar esa etapa de su vida atrás.
— Está bien. Me voy. — se dió media vuelta y caminó hasta el ascensor cuando ella lo llamó.
— Milo...—
El se detuvo a unos metros y giro. Ella caminó rápidamente y lo abrazó fuertemente. El no lo esperaba. Cuando ella lo miró, unas lágrimas salían de sus ojos
— Por favor no me odies. Sólo quiero quedarme con un recuerdo hermoso de ti. Gracias por todo lo que hiciste, lamento tanto no poder amarte. — dijo entre sollozos
Milo la abrazó y el nudo de su garganta no lo dejaba hablar. Este adiós iba a recordarlo siempre.
— No me agradezcas. Y no llores. — secó las lágrimas con sus pulgares. — Me iré... Pedí me transfieran al norte.
— Shaina se alejó un poco y lo miro directamente a los ojos.
— Te deseo suerte con tu embarazo y que esté bebé nazca en medio de mucho amor.
—¿ Volverás? —
— No. —
Ella colocó su mano sobre el pecho de él justo en la herida de bala.
— Me gustaría volver a verte... Algún día. —
El griego besó su mano y la tomó entre las suyas.
— Tal vez...—
Hubo silencio . Milo sabía que era la última vez que veía esos ojos verdes y esa piel de porcelana. Y si era la última vez no iba a desperdiciar la oportunidad. Así que en un arrebato cómo era él, impulsivamente la tomo por la cintura y la nuca y la besó. Ya no podía más al carajo su orgullo herido.
Lo que no dio tiempo para que Shaina se negara. Fue un beso hermoso. Sin pasión, cómo una despedida con un recuerdo imborrable. Lo cual hizo que ninguno se percatara del hombre que recién salía del ascensor. Tenía un bastón en la mano como soporte. Se quedó ahí a unos pasos observando la escena.
Los sentimientos venían uno tras otro. Le seguía dañando tanto verla en los brazos de Milo. Detrás de Saga cabe decir que también iba Shion. El cuál solo guardó silencio.
Había que enfrentarse y era ahora o nunca.
Cuando rompieron el beso se apartaron lentamente sin decir nada. El griego le acomodó el cabello detrás de los oídos. Sonrió, había sido un éxito.
— ¿ Que debías decirme Shaina?—
Aunque se sorprendieron por la entrada del gemelo no existía nada de que avergonzarse. Todos eran libres de hacer lo que fuera.
— Bueno yo...— miraba esos ojos profundos, no podía evitar recordar esa mirada en Ares. Se tranquilizó. — Seré directa. Cómo vez estoy esperando un hijo. —
— Me alegro por ti. Siempre quisiste tenerlo. ¿ Que tengo que ver en ello?—
¿¡Era enserio!? ¿ De verdad preguntaba eso? Shaina se sintió incómoda. Saga era indiferente y la miraba solamente a los ojos. No existía un poco de curiosidad hacia el bebé en su vientre.
— Yo no preguntaría eso Saga. Es obvio que es tu hijo. — dijo por fin Milo quien ya no aguanto más el atrevimiento.
— Soy estéril. No puede haber forma. —
Shaina sentía su cabeza dar vueltas. Era inaudito.
— No puedo creer lo imbécil que estás siendo. Eres un maldito cobarde. — el menor estaba furioso. De verdad no entendía la vida.
— Tu no te metas. Esto ella lo sabe y aún así viene a pretender hacerme creer que soy el padre.
— Ya Saga. — llamó Shion
—¡ Infeliz...!—. Milo cómo el buen caballero que había sido siempre, intento acercarse y golpearlo. Pero el brazo de ella lo detuvo.
— Basta... No hay necesidad de esto. Ya entiendo. — miró al mayor y continuó. — Has una prueba de conteo de esperma. El resultado no me importa. Pero para tu tranquilidad será lo mejor. Lo intenté, ahora sé que no tengo absolutamente nada que ver contigo. —
— No me culpes. Tu ya conocías mi condición y aún así te arriesgate.
— Yo te amaba. Pero creo que me equivoqué. Ahora sé que existen sentimientos que el amor no puede hacer brotar del ser humano.
Shaina sonrió levemente. Se había topado con la negación de su ex. Si, le dolía, pero también sentía alivio, ahora sí podría seguir adelante. Se enfocaría en su vida y nada más. Se dió media vuelta y subió a su auto. Dejó detrás a los tres hombres.
— Es bueno no tener que volver a verte. De verdad no sabes cuánto ella te ama. Ojalá que no tengas que arrastrarte implorando su perdón. — Saludó a Shion sin siquiera observar al mayor. Y subió por el mismo elevador.
Saga de quedó meditando todo. El no deseaba haberla lastimado. Tal vez algo de Ares en su comportamiento era palpable. Y como si eso no fuera poco, el móvil sonó. Era un correo.
— Por favor señor. Dígame qué dice. No tengo valor para hacerlo yo mismo. —
El peliverde le quitó el objeto de las manos y observó. Era un correo de algún laboratorio. Lo abrió.
paciente, Saga Espanos Walden
Por medio del presente nos enorgullece llevar hasta usted el resultado del análisis de conteo de esperma. El resultado ah sido negativo. No se halló indicios de lo contrario. Agradecemos su preferencia.
Atte. Laboratorios Olympia.
— De verdad lo hiciste... Aunque se que es doloroso, creo que esto ayudará a tú alma. Cómo sea, te anexan un PDF detallando.
Saga no podía creer que en realidad su huésped era el padre del hijo de Shaina. Era un golpe a lo más profundo de su ser. Imaginaba Ares riéndose de el, era una noticia fatal. No solo se portó como un patán con ella hace menos de cinco minutos y el destino parecía empeñarse a cobrarle sus osadías. Pero¿ Por qué se sentía destrozado si no le había importado ser cruel. ? ...
Por qué en el fondo sabe que ama a Shaina con toda su alma.
— Puedo llevarte a casa si deseas. — fue lo único que pudo ofrecer al gemelo.
— No, por favor... Déjeme solo. No soy una buena compañía hoy.
Esa misma tarde el griego se sumió en su miseria y dolor. Trató de ahogar con el vino que compró sin ninguna dificultad. Deseaba morir ebrio. Despidió a todos de su casa y se arrinconó cómo un animal herido sobre el piso frío. Sus lágrimas reflejaban dolor, impotencia arrepentimiento... Sobretodo, soledad. Ese era su destino.
continuara...
muy bien. Por hoy es todo.
(*) Recuerdan que Dohko vigila la cascada de rozan y es un viejito decrépito? En el anime es de color morado jajaja por ello la referencia.
Bueno me alegra que sigan pendientes, lamento en verdad el retraso no es intencional al igual que los errores ortográficos.
Bueno ya no queda mucho por delante y espero les guste lo que planeé para el final. Si mis tiempos son buenos será en menos de lo que sale otro capítulo de Next Dimensio. Jajaja es broma.
Por último me agradaría saber sus impresiones en un nutrido Review, que claro, estaré ansiosa a leer y responder. Solo pido respeto.
Gracias por todo y nos leemos pronto.
Beauty. ;*
