Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!
Capítulo 20
Siempre creí que cuando se tratara de experiencias típicas universitarias, fijaría el límite con beer pong, pero de alguna forma me encuentro al lado de Bella, en un extremo de la mesa de ping-pong, pateándoles el trasero a Emmett y a Vicky y los liquidamos. Aún así, hay varios vasos que tenemos que beber, y bebo tantos como puedo por Bella. Al final del juego, me siento un poco mareado.
Está caluroso y húmedo dentro de la casa también, así que Bella y yo caminamos afuera en busca de aire fresco.
Probablemente sea pasada la medianoche cuando nos sentamos en uno de los bancos colgantes en la orilla del lago, disfrutando de la vista, la brisa, y nuestras manos en la del otro.
—Eso fue divertido —dice, descansando su cabeza en mi hombro—. Gracias.
—¿Te sientes bien? —Suelto su mano para envolver mi brazo a su alrededor mientras ella me mira.
—Sí. ¿Tú? Eso fue mucha cerveza. —Arruga la nariz de una manera adorable que me hace reír—. La cerveza es un poco asquerosa. No creo que vaya a beberla de nuevo.
—Bien —digo, deslizando mis dedos por su brazo—. Tampoco me gusta, así que podemos abstenernos juntos.
—Le contaré a mis padres que estamos juntos —dice de repente, como si ha estado pensando en ello—. Es solo que... —Busca mi mano sobre mi hombro, enlazando sus dedos con los míos—. Creo que preferiría hacerlo en persona, así que lo haré cuando vaya a casa por Acción de Gracias.
No mentiré—duele un poco. Faltan dos meses para Acción de Gracias.
No sé si puedo seguir escondiéndome por tanto tiempo, y después de esta noche, me preocupa que ni siquiera habrá un punto. Inhalo profundo e intento mantener una expresión neutra, pero no creo que tenga éxito, y el vaivén del columpio me está mareando.
—Pero hablaré con Rosalie —dice Bella rápidamente, estirándose en busca de mi mano—. Podemos hablar con Jasper también, así no tendremos que escondernos más. Mientras que ellos no le cuenten a mis padres, estará bien.
Supongo que mis sospechas eran correctas. La política en contra de la fraternización no tiene nada que ver con el equipo y todo que ver con Bella y sus padres.
—¿Por qué le contarían a tus padres? —Intento mantener mi tono tranquilo y neutro a pesar de la ansiedad qué se despierta en mi estómago. Quizás sea solo el movimiento del banco y el alcohol que he ingerido esta noche.
—Es un poco complicado... —Bella aparta la mirada, inhalando rápidamente, claramente no queriendo hablar de esto—. Fue una de las condiciones para que pudiera venir aquí.
—¿Que no salgas con nadie?
—Que no tenga distracciones.
—Entonces, ¿la entrenadora y Jasper te monitorean y le reportan a tus padres? —No es mi intención sonar crítico, pero puedo ver la expresión de Bella desmoronarse, así que me preocupo de que eso sea exactamente cómo sueno.
—No es tan malo —dice, restándole importancia, su mirada en el agua—. Además, Rose es buena. Siempre ha estado de mi lado.
—Mierda, Swan, entonces quizás no debamos contarle a tus padres. —Aferro el mango del asiento, esperando evitar que se mueva—. No quiero meterte en problemas.
—No. —Ella voltea hacia mí, una pequeña sonrisa aparece en sus labios—. Va a estar bien. Hablaremos con Rose y Jasper así tampoco te meterás en problemas.
Respiro profundo y bajo la mirada, pero ella gira mi rostro hacia sí.
—Quiero tomar tu mano cuando sea que quiera —dice, enlazando sus dedos con los míos—. Y besarte cuando sea que quiera. —Presiona sus labios contra los míos, respirando suavemente por la nariz—. Ya no quiero esconderme.
Nuestras frentes se tocan mientras nos abrazamos, e intento decirle a mi corazón y a mi cerebro que estará bien.
—Quiero que digas que soy tu chica también —dice, apartándose con una sonrisa grande cuando mis ojos se encuentran con los suyos.
Mi chica.
Eso es todo lo que quiero.
—Trato. —No soy capaz de contener mi sonrisa, ciertamente sintiéndome un poco tonto, por el alcohol quizás. O quizás solo soy feliz—. ¿Algún otro pedido?
—¿Seguimos celebrando mi cumpleaños?
—Claro.
—Entonces quiero bailar contigo de nuevo.
—Hecho... —bromeo, tomando su mano. Lo que sea que me saque de este columpio. Me tambaleo un poco mientras me bajo del banco, pero le echo la culpa al cambio de movimiento. Bella intensifica su agarre en mi mano mientras regresamos adentro.
Bailamos por un tiempo, hasta que el sudor atraviesa mi camisa. También nos besamos, con sus manos alrededor de mi cuello y mis brazos alrededor de su cintura. Ya no nos preocupamos por mantener las apariencias.
Tomando mi mano, Bella me jala entre la multitud hacia la pared que bordea las escaleras.
—¿Quieres ir a buscar un poco de agua? —le grito en susurro al oído ya que la música sigue siendo muy alta. Me aparto de ella, sus ojos grandes y vidriosos, su labio inferior entre sus dientes mientras niega con la cabeza.
Sin palabras, ella se dirige hacia las escaleras y me mira cuando da el primer paso.
—¿Adónde vamos? —pregunto, pero no creo que ella me escuche mientras se apresura a subir los escalones, mi mano aún en la suya.
Al tope de las escaleras, hay un largo pasillo con varias puertas. Bella está riéndose, jalándome hacia ella mientras nos besamos torpemente y avanzamos por el pasillo, hasta que ella encuentra una puerta abierta. Entonces, estamos en el cuarto de alguien. La música aún resuena a través de la casa mientras Bella cierra la puerta detrás de nosotros.
—Swan... —Mis palabras mueren en mi garganta cuando sus labios hacen presión contra los míos. Ella enlaza sus manos alrededor de mi cuello, acercándose a mí, estirándose todo lo posible. Nuestra diferencia en altura hace que estar de pie sea el peor ángulo para besarnos, así que la levanto para que rodee mi cintura, mientras mis manos sujetan sus muslos.
Suave y fina piel bajo su vestido. Sus labios se presionan desesperadamente contra los míos. Con sus manos sujetan mi cabello, aterrizamos sobre la cama conmigo sobre ella.
—¿Quieres tocarme? —pregunta debajo de mí, y creo que gimo fuerte en su boca.
—Por supuesto que quiero. —Mi mano obedece de inmediato, deslizándose hacia arriba, aún dentro de su vestido, pasando por sus caderas y su cintura. Piel. Costillas. Ella se retuerce debajo de mí mientras mi mano encuentra el encaje de su sostén. No hay relleno, ni alambre, ni broche, ni una estructura realmente en la cosa, solo tela delicada cubriendo piel incluso más delicada.
Sin embargo, antes que pueda hacer mucho más, ella me está empujando lejos de ella hasta que ambos nos encontramos arrodillados sobre la cama. Me quita la camisa, sus manos deslizándose rápidamente por mi pecho y bajando por mi estómago, y antes que siquiera pueda recuperar el aliento o pensar, sus dedos están desabotonando mis jeans.
Acerco más su rostro, capturando su boca con la mía. Mis manos la recorren, deteniéndose en sus pechos, sobre su vestido, pero rápidamente estoy en desventaja cuando me sujeta con ambas manos.
No hay cierre, ni botones, y mis dedos son débiles en su espalda.
¿Cómo le quito el vestido?
Sus caricias se aceleran. Estoy a punto de perder la cabeza.
—Swan, ve más lento —le ruego, llevando una mano a su muñeca.
—¡Lo siento! —Se ríe nerviosamente, retirándose y soltándome—. Lo siento. —Baja la mirada, avergonzadamente.
—Está bien. —Sostengo su rostro—. Solo dame un segundo para respirar. —Me río, haciéndole sonreír.
Ella comienza ponerse de pie en la cama, frente al cabecero, mientras sigo de rodillas, sentado sobre mis talones.
Bella comienza a jugar con el borde de su vestido y hacer un pequeño baile.
Me estiro hacia ella con manos ansiosas, pero ella da un paso atrás, riéndose libremente.
Ella quiere que la observe, creo, así que simplemente hago eso.
Ella comienza a jalar el vestido por encima de su cabeza, mientras yo la observo, maravillado.
Encaje negro. Conjunto a juego.
Ella se da la vuelta, mostrándomelo todo, lo que cubre y lo que no.
Mis ojos la estudian por completo, y entonces se deja caer de rodillas frente a mí.
Estoy ardiendo en todas partes hasta que la miro a los ojos, y todo lo que veo en ellos es miedo. Sus manos están unidas frente a ella, retorciendo sus dedos.
La música se detiene y también lo hace mi corazón.
—Oye... —Mis manos toman su rostro mientras sus ojos se llenan de lágrimas—. ¿Qué pasa?
—No lo sé —medio chilla, medio ríe—. Solo estoy un poco nerviosa, supongo.
—Está bien... —Seco sus lágrimas con mis pulgares—. También estoy nervioso.
—Pensé que beber me ayudaría a relajarme, pero no sé si eso fue una buena idea. —Sus manos se unen sobre su estómago mientras ella aparta la mirada, sacudiendo la cabeza y sorbiéndose la nariz.
—Swan, no tenemos que hacer nada que no quieras hacer —digo suavemente, volviéndome a colocar el bóxer rápidamente.
—¡Pero sí quiero! Es solo que... —Deja el pensamiento terminar allí, pero no me importa.
—No tienes que explicar. Lo entiendo. —La jalo hacia mí hasta que ambos estamos sentados en la cama—. Podemos ir despacio, ¿okey?
Ella me mira a los ojos, varias lágrimas aún en ellos.
—¿No te cansarás de esperar? —lo dice tan suavemente, no estoy segura de que su intención sea que la escuche, pero me molesta de todos modos.
—¿Cansarme de esperar?
—Vicky dijo...
—A la mierda Vicky. —Casi escupo—. Ella no me conoce. Tú me conoces. ¿Realmente piensas tan poco de mí?
—No, por supuesto que no. —Sus manos cubren su rostro, y el pequeño sollozo que se le escapa rompe mi corazón.
—Swan, ¿confías en mí? —Hago su cabello a un costado y paso una mano gentilmente por su brazo.
—Confío en ti con mi vida. —Sus manos abandonan su rostro, pero aún sigue con la mirada baja—. Tanto literal como figuradamente. Esto lo sabes.
—Entonces, confía en mí con esto, es demasiado pronto. —Tomo su vestido, desechado en la cama, y lo dejo en su regazo, alejándome para darle un poco de espacio—. Iremos allí cuando estemos listos, ¿de acuerdo?
Sus ojos se encuentran con los míos, sus pestañas mojadas con los restos de sus lágrimas, pero una pequeña sonrisa aparece en sus labios.
—Gracias —articula y comienza a ponerse el vestido de vuelta, mientras yo busco mi camisa. Es entonces que me doy cuenta del zumbido que proviene de mi bolsillo.
Tengo varias llamadas perdidas de Emmett y al menos cinco mensajes que solo dicen «¡POLICÍA!».
—¡Mierda! —Me pongo de pie, dándome cuenta que la música realmente se detuvo, y puedo ver las luces rojas y azules destellando a través de las ventanas. Me coloco la camisa y aparto las cortinas, echando un vistazo afuera. Aunque este cuarto no tiene vista a la carretera, puedo ver al menos dos patrullas del campus en la calle—. ¡Mierda!
—¿Qué pasa? —Bella se encuentra a mi lado, aferrándose a mi brazo.
—La policía... —Miro a Bella y las luces se reflejan en sus ojos. Varias cosas pasan por mi mente. Nuestro lugar en el Equipo A. Mis posibilidades de conseguir una beca. La "marca" de Bella—. No podemos ser atrapados.
Bella parece estar un poco agotada mientras camina de un lado a otro en el cuarto pero entonces gira hacia mí con determinación.
—¿Deberíamos saltar por la ventana? —Su mirada se mueve entre la ventana y yo.
Miro hacia abajo por la ventana. Solo la altura común de un segundo piso. Definitivamente puedo lograrlo si cuelgo del alféizar. Está oscuro también, así que no creo que alguien nos vaya a ver. La ventana mira hacia el bosque que lleva al sendero que rodea el lago, del lado opuesto a los dormitorios. Si alguien intenta escapar, no tomará este camino, creo.
—Bueno, sí. —Levanto la ventana tanto como se puede y luego saco mi cuerpo, primero los pies, hasta estar colgando del alféizar de la punta de mis dedos. Un empujón contra el costado de la casa y me suelto, aterrizando sobre mis pies con un poco de torpeza—. De acuerdo, haz lo mismo que hice yo —le grito en un susurro a Bella, quien asoma la cabeza por la ventana—. Creo que podré alcanzarte una vez que estés colgando del borde, ¿sí?
—¡No debería haberme puesto un vestido! —dice mientras se sienta en el alféizar, jalando del borde de su vestido. Ella se carcajea cuando su vestido se levanta por sus piernas, y tengo que callarla, preocupado de que los policías nos escuchen.
—Apresúrate, pero ten cuidado, ¿okey? —Me ubico debajo de ella, por si acaso. Debería poder atraparla.
Una vez que ella está colgando de la punta de sus dedos, puedo alcanzar sus zapatos—a penas. Aseguro mi agarre lo mejor que puedo, apoyándome contra la pared.
—De acuerdo, suéltate. —Su peso se encuentra en mis brazos y hombros entonces, pero ella mantiene su cuerpo derecho y en equilibrio. No es demasiado diferente a la pose de extensión completa a la que estamos tan acostumbrados—. Solo me alejaré de la pared un poco —le digo entre dientes—. Te tengo.
Una vez lejos del costado de la casa, bajo a Bella, mientras la conmoción dentro de la casa continúa. Veo linternas también, provenientes del patio trasero, así que sin decir algo más, tomo la mano de Bella y comenzamos a correr.
Todo queda en silencio detrás nuestro rápidamente una vez que nos encontramos en el sendero. Bajamos la velocidad pero no nos detenemos hasta que comenzamos a cruzar el puente que lleva hacia el centro, lo suficientemente lejos de la casa que creo que deberíamos estar a salvo.
—Santo cielo, eso estuvo cerca. —Bella jadea con sus manos en sus caderas—. ¿Crees que nos meteremos en problemas?
—No lo sé. —Mi estómago se retuerce, pero lo trago mientras camino más cerca de Bella—. Probablemente no con la universidad, pero esto no irá bien con la entrenadora. —Me aferro al barandal del puente mientras intento recuperar la respiración y la mano de Bella frota mi espalda.
—Lo siento —dice suavemente—. No deberíamos haber ido a la fiesta.
No digo nada, esperando que tener mi boca cerrada contenga mi vómito. Estoy indeciso también, porque sí me divertí, y fue bueno olvidar todo por un momento —los compromisos y las responsabilidades, las clases, el entrenamiento y el trabajo— y solo divertirnos.
Beer pong: El beer pong es un juego de beber de origen estadounidense en la que los jugadores tratan de encestar pelotas de ping-pong en vasos llenos de cerveza desde el extremo de una mesa.
