Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!
Capítulo 22
Una ráfaga de aire fresco de otoño entra por la ventana antes que Bella la cierre y voltee hacia mí con una sonrisa, regresando a la cama. Ella lleva mi cabeza hacia su hombro y pasa sus dedos despreocupadamente por mi cabello. Se supone que debemos estar estudiando esta tarde de domingo, o al menos ese era el plan, pero estoy exhausto después del trabajo en la mañana y luego el entrenamiento con Jasper.
A pesar que la entrenadora y Jasper ya saben sobre nosotros y han prometido no contarle a los padres de Bella, ella está preocupada de que alguien tome fotos comprometedoras de nosotros y las publique en línea. Ha estado raro desde la semana del cumpleaños de Bella y las consecuencias de la fiesta en la casa del lago. La entrenadora ha estado irritable. Bella ha estado recelosa de nuestros compañeros.
Así que seguimos manteniendo un perfil bajo. Nos escondemos en su cuarto o el mío cuando tenemos un poco de tiempo libre. No somos afectivos con el otro afuera de estas paredes.
Jodidamente apesta.
Me gustaría sostener su mano cuando sea que quiera. Me gustaría ser capaz de que tengamos citas, salir a cenar o ver una película, y no tener que preocuparme de que alguien nos vea. Me gustaría muchas cosas, pero al menos puedo pasar la mayoría de mi tiempo con ella.
Bella se estira por detrás de ella, buscando su teléfono, rápidamente revisándolo antes de dejarlo en su mesa de noche.
—¿Enviaste el vídeo? —pregunto suavemente, mis ojos se cierran.
—Justo a tiempo. —Bella tararea debajo de mí.
Ella estaba realizando las últimas ediciones en nuestro video de postulación para la competencia de elevaciones en parejas de la Asociación Nacional de Animación, la cual se lleva a cabo durante el Campeonato Nacional de Animación en Daytona. Como parte de la competencia de tres días, nos presentamos con el Equipo A por el título Coed y también, si calificamos, como parejas en el evento de elevaciones en pareja. Dudaba de siquiera enviar un vídeo de postulación ya que sé que nuestro objetivo principal es ganar con el Equipo A, y temo que comprometerme a un evento separado, pero aún así simultáneo, pueda ser demasiado—especialmente para nuestra primera vez.
Pero también hay algo especial sobre las elevaciones en pareja. Se ha vuelto mi parte favorita del deporte.
La idea de que dos individuos trabajen por esa sensación de logro, donde solo somos nosotros dos y ambos necesitamos estar en perfecta sincronía para que funcione. Cada vez que logramos una nueva habilidad o mejoramos, se siente tan jodidamente bien que me encuentro buscando esa sensación constantemente.
Quizás sean las elevaciones en pareja, o quizás es solo que tengo la posibilidad de hacerlas exclusivamente con Bella, pero he estado muy obsesionado con ello y he mejorado más de lo que nadie podría haber esperado.
Así que, durante los últimos meses, Bella y yo hemos estado usando cada oportunidad para armar una rutina, y tengo que admitir que, a pesar de que ha sido desafiante, no lo cambiaría por nada en el mundo.
—¿Realmente no irás a casa por Acción de Gracias? —pregunta Bella suavemente a mi lado justo cuando estoy por quedarme dormido, sus dedos aún deslizándose en patrones tranquilizantes en mi cabello.
—Es un viaje largo... —digo con un bostezo—. Y mi mamá va a trabajar la mayoría del tiempo. No parece que valga la pena hacer el viaje solo por unos días.
—¿Qué vas a hacer entonces? —Ella voltea hacia mí, el sol asomándose por su ventana e iluminando su rostro.
—Ponerme al día con el sueño... —Froto mi rostro contra su cuello—. Descansar mis brazos un poco. —Rodeo su cintura con mis brazos, acercándola a mí mientras ella ríe—. Voy a trabajar el miércoles y el fin de semana. Y también tengo varias sesiones programadas con Sammy. Así que estaré ocupado.
—O podrías venir conmigo. —Sus manos suben por mis brazos hasta que una se asoma por debajo de la manga de mi camiseta y sus dedos comienzan a hacer presión sobre mi hombro de la manera más deliciosa.
—Claro... —Me río suavemente, conteniendo la urgencia de girar mis ojos hacia atrás mientras ella masajea mi hombro—. Eso le caerá genial a tus padres.
—Quiero decir, ellos saben que eres un amigo, y tenemos suficiente lugar. —Su mano suelta mi hombro, y casi hago un puchero—. Probablemente tendrás que quedarte en el sótano. Pero podría escabullirme de noche. —Sus ojos brillan diabólicamente, sus labios se estiran.
—¿Realmente crees que ellos lo tomarán bien? —pregunto seriamente, mis ojos fijos en los suyos.
—Sí —dice con facilidad, pero no estoy convencido.
—Creo que deberíamos darles un tiempo para que se acostumbren a la idea de mí antes de aparecerme por allí. —Espero lo mejor, pero realmente no sé qué esperar. Bella dijo que nunca ha tenido un novio antes, así que todo esto será nuevo territorio. No solo para ellos, sino que también para nosotros.
Con un suspiro, Bella se acuesta boca arriba a mi lado.
—Simplemente odio la idea de que estés aquí solo durante las festividades.
—No estaré solo. —Estiro mi mano hacia su brazo, mis dedos vagando desde su hombro hasta su muñeca, hasta que se cierra sobre su brazalete, el que le regalé por su cumpleaños, el que jamás se quita—. Emmett está aquí, y la entrenadora invitó a cenar a los que no vuelven a casa por Acción de Gracias, lo cual creo que convenció a Emmett a quedarse —digo con una carcajada, llevando su mano de vuelta hacia mi cabello y jalándola hacia mí.
—Agh... ahora quiero quedarme.
—Pasará rápido —digo, besando su cuello—. Regresarás pronto.
—¿Lo prometes? —Gime un poco, empuñando mi cabello mientras planto besos a lo largo de su cuello.
—Lo prometo. —Mis pulmones se llenan con ella mientras inhalo profundo, mantequilla de karité por todas partes. Antes de darme cuenta, sus labios se estampan sobre los míos, sus dedos rasgando sobre la barba en mi mandíbula, y levanta una pierna sobre mi cadera.
—¿Dónde está Vicky? —Mis manos la recorren por completo, mis dedos hundiéndose en su piel mientras sujeto su muslo.
—No lo sé —dice Bella, moviéndose para sentarse a horcajadas antes de que sus labios regresen a los míos.
Han pasado dos meses de nuestro "casi" en la casa. Dos meses de caricias sobre la ropa y frotarse con ropa, de interrupciones, de momentos truncados. No quiero presionarla a nada de lo que no está lista, pero, mierda, estoy listo para más.
Estoy cien por ciento listo ahora mismo entre sus piernas mientras se frota contra mí y sujeto su cintura desnuda. La ropa de entrenamiento que ella a menudo viste, pequeños shorts y sostén deportivo, serán mi muerte.
Ella me quita la camiseta cuando me siento, y se muerde el labio mientras me inspecciona. Mis manos arden en sus caderas, queriendo hacer mucho más.
Al siguiente segundo, Bella se aparta de mí, bajándose de la cama por completo, y se apresura hacia la puerta. El clic del seguro me hace sonreír, y cuando ella se da la vuelta, también está sonriendo. Me arrastro hacia el borde de la cama mientras ella se acerca y se para frente a mí, entre mis piernas.
Ella vacila un poco, su labio inferior atrapado entre sus dientes.
—No haremos nada que no quieras hacer —le aseguro, y ella asiente, rodeando mi cuello con sus brazos—. No te tocaré donde sea que no quieras.
Ella se inclina hacia atrás, con ojos muy abiertos y llenos de confianza, sus manos se deslizan desde mi cuello, sobre el largo de mis brazos, y terminan en mis muñecas. Mueve mis manos entonces, guiando la izquierda por su costado hasta que cubre su pecho. Es algo que ella me ha permitido hacer antes. Algo de lo que soy un gran fanático.
Entonces, con su ojos aún en los míos, mueve mi mano derecha también, sobre su estómago y bajando hasta encontrarse entre sus piernas. Eso es nuevo.
Suelto el aire con un bufido mientras sus labios aterrizan en los míos de nuevo, y entonces la llevo hacia la cama, debajo de mí, donde finalmente permito que mis manos la toquen de la manera que han estado muriendo por hacer.
~F~
El miércoles antes de Acción de Gracias, Vicky y Bella tomen el autobús hacia Salt Lake City, donde tomarán un vuelo hacia Florida. Ella me escribe cuando está abordando, y luego cuando aterriza. Le envío un mensaje cuando salgo de trabajar, pero no contesta. Después de mi sesión con Sammy, le vuelvo a escribir a Bella para ver a qué hora podemos hablar por videollamada, pero aún no sé nada de ella.
—¿Noche de chicos? —pregunta Emmett, saliendo del baño.
—Nah, estoy bien. —Ya me encuentro en la cama.
—¿Estás seguro? Solo iremos hacia la casa —dice Emmett, secándose el cabello con su toalla. Sé que James y Jacob no irán, y aunque las cosas se han calmado en la casa, las personas aún se reúnen allí, para pasar el rato, jugar al billar o lo que sea, y escabullen una bebida de vez en cuando. Mi estómago se retuerce un poco, a pesar de que han pasado más de dos meses. La práctica que le siguió al fiasco de la fiesta fue brutal. Al menos, no fui el primero en vomitar, Emmett se llevó el premio en la primera vuelta.
—Recuerda que iremos a la casa de la entrenadora Hale mañana a las tres —le recuerdo.
—¡Como si pudiera olvidarlo! —Él sonríe de oreja a oreja, poniéndose una camisa—. No te preocupes, bebé, seré bueno. Solo quiero disfrutar mi pequeño momento como un hombre libre.
Sacudo la cabeza mientras él se ríe. No comprendo en verdad su relación con Vicky, pero tampoco juzgo.
Cuando Emmett se va, escribo y borro mensajes para Bella, temiendo sonar demasiado dependiente o desesperado, pero es la primera vez que hemos estado separados por más de una noche desde el comienzo del verano. Prometimos que hablaríamos por videollamada de noche, y ella aún no ha contestado a mi último mensaje.
Jamás creí que me impactaría así de fuerte.
Mi pecho se tensa con incertidumbre. Que ella no esté. Que no sepa dónde se encuentra, o lo que está haciendo, o si está bien y a salvo. Tengo un mal presentimiento en mi estómago ante la falta de respuestas. Me preocupa que algo haya pasado.
Intento convencerme que ella probablemente esté bien y simplemente está disfrutando de su tiempo con su familia.
Supongo que simplemente la extraño.
La extraño tanto.
Sin saber qué más hacer, llamo a mi mamá y le dejo un mensaje cuando ella no contesta.
Entonces, miro los vídeos en el Instagram de Bella hasta que mis ojos comienzan a cerrarse, y me quedo dormido con mi teléfono en mi pecho. Me despierto el jueves por la mañana sin un mensaje o llamada perdida de Bella y me siento más ansioso de lo que nunca antes me había sentido.
