Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!
Capítulo 36
Estamos de camino a Daytona.
El autobús del equipo nos llevará de Ogden a Salt Lake City, donde tomaremos un vuelo a Orlando. Una vez allí, otro autobús nos estará esperando para llevarnos por una hora más hacia nuestro hotel. Nos tomará todo el día llegar allí, pero al menos la competencia no comienza hasta mañana, así que tendremos un tiempo para explorar y descansar esta noche.
La emoción es palpable mientras nos subimos al autobús, riendo, cantando, y vitoreando. Bella ha estado un poco callada, lo cual es muy inusual para ella. Quizás esté nerviosa. Estoy jodidamente nervioso también.
—Te compré algo —dice Bella, acomodándose en el asiento junto a la ventana mientras me siento a su lado. Ella coloca su mochila en su regazo y comienza a abrirla.
—No sabía que íbamos a regalarnos cosas. —Mierda. ¿Debería haberle comprado algo?
—No lo estamos —corrige—. Yo lo hago.
De su mochila, saca algún tipo de tela, envuelta en plástico, y me la tiende. Es una pequeña toalla violeta, pero no tiene el logo de nuestro equipo. Sino que, bordado con una fuente colorida dice «Chico de Colorado, Daytona 2022».
—Mierda, Swan, es genial. —Me río, volteando hacia ella mientras me mira con ojos grandes y entusiasmados—. ¡Me encanta, gracias!
—De nada. —Baja su mochila y se acurruca contra mi brazo. Miro por la ventana mientras el autobús se retira, y Bella rápidamente se queda dormida para el minuto cuarenta y cinco del viaje.
Una vez en el aeropuerto, y después de hacer el check-in, nos ponemos a trabajar. De alguna manera, Bella me convenció de grabar un video rápido para su nuevo patrocinador: Heelys. Qué tienen que ver las zapatillas con ruedas con la animación, no lo sé.
Al principio, dije que no. Parecía poco seguro hacer elevaciones con ruedas en tus zapatillas. Pero cuando ella mencionó la cantidad de dinero que nos darían, y el hecho que podría obtener una parte, lo olvidé. Quizás este es el tipo de cosas que necesito hacer para poder llevarla a París un verano… o a la playa, al menos.
Aún no hemos discutido en detalle nuestros planes para el verano. Ella dijo que habló con sus padres sobre salirse del tour de animación, y que ella estaba trabajando en ello. Me dijo que no me preocupara, que deberíamos concentrarnos en Daytona.
Con el entrenamiento y las prácticas, las clases y las sesiones privadas, hemos estado muy ocupados el último mes. Así que, no tuve otra opción que posponer mis preocupaciones por el verano hasta después de Daytona.
Nos ubicamos frente a la puerta de embarque para nuestra rápida, pero lucrativa, elevación de aeropuerto. Vicky se encarga de la cámara, y Emmett nos vigila, por si acaso. El plan es que Bella ruede hacia mí para una mortal hacia adelante, con un giro, directo a Lib antes de desmontar. No es demasiado difícil técnicamente, y es una combinación de movimientos que hemos practicado —mucho— ya que es parte de nuestra rutina de elevación en parejas.
Necesitamos de varios intentos para encontrar la sincronización correcta, por la adición de los Heelys, para atrapar sus caderas y levantarla durante la mortal, y para que mis manos sean capaces de aferrar la suela de estas complicadas zapatillas, pero lo conseguimos —o al menos, Bella queda satisfecha con ello— antes de que nuestro vuelo sea llamado para abordaje.
Bella rápidamente edita el vídeo mientras despegamos y entonces duerme la mayoría de las cuatro horas de vuelo. Está durmiendo cuando traen el almuerzo, pero lo recibo para ella de todos modos, sintiendo alivio cuando ella come ni bien se despierta. He estado atento a ella, tratando de no obsesionarme o mencionarlo en absoluto, pero ella ha estado comiendo así que me he relajado un poco.
—¡Summit, Summit, grande, grande, grande! —canta Emmett detrás de mí mientras formamos una fila para el autobús, ambas manos en mis hombros, sacudiéndome al mismo tiempo que canta molestamente.
—¡Cielos, cálmate, Em! —gruño. Estoy cargando mis bolsos y los de Bella ya que ella tuvo que ir al baño, y sin ella cerca y el actual clima que ya me está haciendo sudar la espalda, mi paciencia y mi humor disminuyen significativamente.
—¡Nuestro primer Daytona, bebé! —Envuelve un brazo alrededor de mis hombros, parándose a mi lado—. ¿Puedes creerlo?
—Lo sé, es una locura. —Respiro profundo, dándome la vuelta para ver si Bella ya está volviendo, exhalando con mejillas infladas cuando no la veo.
—Oye, todo va a estar bien. —Emmett le da un apretón a mi hombro mientras la entrenadora Hale nos llama. Se para junto a la puerta del autobús, en vestimenta de Summit. Su cabello está recogido en una coleta, y fácilmente podría pasar como uno de los atletas—. ¡Ese atuendo mola, entrenadora! —dice Emmett mientras se acerca a ella y sube el primer escalón hacia el autobús. Ella pone los ojos en blanco y lo golpea en el hombro con su sujetapapeles mientras se ríe.
Me quedo en mi lugar hasta que Bella finalmente llega, quejándose de que los baños están muy llenos, y entonces somos los últimos en subir al autobús antes de comenzar nuestro último tramo hasta Daytona.
~F~
—¡Santo cielo! —Me inclino sobre el barandal del balcón, la brisa golpeando mi rostro. Sería bueno si no se sintiera como si el calor puro soplara en mi rostro—. ¡Puedes ver el escenario desde aquí!
En la parte trasera de nuestro hotel, y con el océano de fondo, se encuentra el anfiteatro al aire libre de roca que presenciará todas nuestras rutinas. Al frente, hay un escenario, cubierto con un tatami azul y rojo con el logo de la Asociación Nacional de Animadores. Un temblor me recorre por la espalda ante la idea de que en menos de veinticuatro horas, nosotros estaremos justo allí, haciendo lo nuestro, por lo que hemos trabajado durante todo el año.
—Es increíble, ¿no? —Bella se acerca detrás de mí, acurrucándose bajo mi brazo y echando un vistazo por el barandal también.
—¿Cómo conseguiste un cuarto con vista al océano?
—Todos lo conseguimos. —Me mira con una sonrisa dulce. Me pregunto si ella, o en realidad Phil, tuvo algo que ver con esto. Se supone que Emmett y yo compartimos cuarto, así como Vicky y Bella, pero hemos decidido intercambiar… al menos, extraoficialmente.
—¿Quieres ir al agua? —susurro contra su cabeza, abrazándola. Tenemos un rato libre. La cena con el equipo no es hasta dentro de una hora. Y dijeron que podíamos explorar un poco hasta entonces.
Bella sacude la cabeza, mirándome con un pequeño indicio de sonrisa en su rostro.
—No podemos. ¡Es de mala suerte!
—Vamos… —gruño, besando el costado de su cabeza mientras mis manos se deslizan por su espalda baja.
—Podemos ir después que ganemos. —Se aparta de mí con un guiño.
—¿En serio?
—Síp. —Da unas palmadas a mi pecho, zafándose de mi brazo—. Podemos ir a pasear por aquí. —Se apoya contra las ventanas corredizas del cuarto y bosteza contra su hombro—. Podemos echar un vistazo al escenario de cerca.
—¿Estás bien? —Me acerco a ella, y cuando tomo su rostro en mi mano, se inclina contra esta, cerrando los ojos.
—Solo cansada —dice con un suspiro.
—Podemos quedarnos y descansar antes de la cena si quieres. —Estudio el cuarto detrás de ella, el que tenemos todo para nosotros. No me molestaría para nada que nos quedemos.
—Estoy bien… —Se para de puntitas de pie para besarme antes de darse la vuelta y caminar hacia el cuarto—. Vamos a explorar. Descansaremos esta noche.
~F~
La cena es caótica. Emmett y Jake rompen una silla mientras intentan hacer una voltereta en esta en el comedor. La entrenadora le grita a todos y nos envía a nuestros cuartos. Creo que solo estamos llenos de energía. Los nervios nos están superando antes de nuestra competencia de mañana.
Estoy acostado sobre mi espalda en una de las camas mientras Bella se encuentra en el baño, preparándose para dormir. Las zapatillas con peso que traje para el viaje están en mis manos mientras las lanzo y las giro, practicando mis agarres una y otra vez.
Bella sale del baño con sus pequeños shorts y mi camiseta. Su cabello está suelto, flotando sobre sus hombros. Tiene una sonrisa en el rostro. Se mete en la cama conmigo, bajo las mantas, y apoya su cabeza junto a la mía.
—Sigue —dice con entusiasmo—. Quiero ver lo que ves desde abajo.
Suelto una risita y giro las zapatillas, primero con una y luego con dos vueltas.
—¿Te concentras solo en mis suelas todo el tiempo? —pregunta, aún mirando cómo giro las zapatillas de nuevo.
—Una vez que estás arriba, sí. La mayoría del tiempo.
—¿A qué más miras? —Voltea a verme, de manera provocativa.
—Nada más. —La miro de reojo, dejando caer las zapatillas en mi pecho—. Sino terminarías en el suelo.
Ella se carcajea y presiona sus labios contra los míos, acurrucándose contra mí mientras dejo las zapatillas en el suelo.
—¿A qué miras tú? —le pregunto, curioso.
—No puedo ver nada cuando giro. En un doble o triple, todo es un borrón. —Sus dedos se mueven a mi cabello, trazando patrones detrás de mi oreja. No he logrado un triple aún. No uno limpio. No lo he sostenido lo suficiente como para que cuente. Es difícil detener el impulso después que ella gira tres veces y mantenerla en el aire. Aunque la he visto realizarlos, con Jake. Algún día, haré un triple con ella—. Sí te miro cuando hacemos extensión mano a mano.
—Lo sé. —Gruño contra sus labios—. Me distrae mucho.
Se ríe y se aparta un poco, sus ojos encontrando los míos, brillantes.
—No puedo creer que estemos aquí, apunto de competir mañana, juntos. —Me sonríe con dulzura, su mano aún en mi cabello—. Te amo.
—Estoy tan enamorado de ti, Swan —digo con el corazón, sintiendo mi pecho tensarse—. Estos últimos meses… un año casi… Ha sido increíble. Fácilmente el mejor momento de mi vida hasta ahora.
—También ha sido el mejor momento de mi vida. —Sus dedos trazan patrones en mi cabello—. Todo por ti.
—Nah. Es por ti. —Toco su nariz con la mía—. Me haces sentir como si puedo ser lo que sea que quiera. Como si pudiera hacer cualquier cosa.
—Eso es porque puedes —dice, apoyando su cabeza en mi brazo—. Qué gracioso que digas eso. —Sonríe de nuevo—. Eso es lo que le dije a Rosalie cuando me confrontó por primera vez sobre ti, después de mi cumpleaños el año pasado. ¿Recuerdas esa fiesta?
—¿Cuando nos escapamos por las ventanas?
—Sí. —Se ríe.
—¿Y la entrenadora nos hizo correr hasta que todos vomitamos al día siguiente?
—Sí. —Se ríe un poco más fuerte ahora.
—Por supuesto que lo recuerdo. —Paso mis dedos por su cabello, perdiéndome en sus ojos.
Ella respira profundamente antes de susurrar.
—También me haces sentir como si pudiera ser lo que sea que quiera. Como si pudiera ser alguien.
—Puedes —digo—. Y después que ganemos todo este fin de semana, tendremos tiempo para hacer lo que sea que queramos. Juntos.
—No puedo esperar —dice, con una sonrisa grande mientras sus ojos brillan a pesar de la pizca de algo más que no puedo distinguir… ¿tristeza? ¿preocupación?
—Swan… —Creo que ella puede sentir mi preocupación porque sus dedos retoman sus patrones en mi cabello, con evidente propósito.
—Estoy bien —dice, la tristeza en sus ojos ha desaparecido—. Solo un poco nerviosa por mañana.
—¿Estás segura?
—Sí… —Su tono es desdeñoso mientras sus dedos se deslizan por mi mandíbula y luego bajan por mi cuello.
—¿Qué hay del verano? —pregunto en un susurro, su mano rondando por mi pecho y mis costados—. ¿El tour?
—Lo vamos a descifrar luego. —Sus dedos trazan un patrón por mi torso, casi hasta la cintura de mis shorts, antes de regresar a mi cuello.
Efectivamente distraído, presiono mis labios contra los suyos, mientras mi mano explora por sí sola, metiéndose bajo las mantas para encontrar su cintura. Jalo a Bella hacia mí, tratando desesperadamente no gemir mientras el bulto en mis shorts se presiona contra ella.
—Probablemente debamos dormir —susurra suavemente—. Estar listos para mañana.
—Ella se separa de mí, y sus dedos se deslizan por mi mandíbula. Suspiro y tomo su rostro. Mi pulgar frota su mejilla, y ella me sonríe dulcemente.
Probablemente tenga razón. Y tenemos que descansar. La competencia más grande de nuestras carreras en animación se avecina, y deberíamos concentrarnos en eso. Pero mierda, ha pasado un tiempo desde que hemos sido íntimos. Con la práctica, los ensayos, compañeros de cuarto e interrupciones.
Bella exhala a mi lado, al parecer feliz, y cierra los ojos. Giro sobre mi espalda y suelto un pequeño bufido, un poco frustrado —jodidamente duro— pero determinado a dejar que descanse ya que parece ser lo que ella necesita.
Froto mi rostro con ambas manos y planeo respirar hasta que pase, preparándome para descansar también. Pero ni bien lo hago, hay un fuerte y persistente golpe en la puerta. Me apresuro a abrirla mientras Bella se sobresalta y sale de la cama detrás de mí.
—La entrenadora nos quiere a todos en el vestíbulo —urge Vicky frente a nuestra puerta. Emmett se encuentra detrás de ella, colocándose la camiseta y saliendo del cuarto frente a nosotros con solo una media puesta. El pasillo rápidamente se llena con el resto de nuestros compañeros de equipo, todos caminando hacia las escaleras.
No tengo que transmitir el mensaje a Bella. Ella ya está preparándose, lanzándome mi sudadera.
~F~
La entrenadora y Jasper nos esperan afuera en la terraza contigua al vestíbulo, con vista a la playa. Hay varias tumbonas frente a ellos, donde nuestros compañeros se dispersan. Bella y yo tomamos una tumbona también. Se sienta entre mis piernas, descansando su espalda sobre mi pecho. Se estremece con la brisa, ya que ha refrescado considerablemente, por lo que la envuelvo con un brazo.
—De acuerdo, escuchen, todos. —La entrenadora se sube al escalón de cemento bajo los barandales que llevan a la playa, y todos voltean a verla—. Aquí estamos, chicos. Este es el momento por el que todos hemos estado trabajando todo el año. Un año de dolor, de lágrimas, de risas. Hemos caído. Nos hemos vuelto a parar. Nos hemos ajustado. Todo para este fin de semana. Todo para este momento justo aquí.
El viento sopla el cabello de la entrenadora a su rostro, y lo mueve por encima de su hombro mientras todos la miramos.
—Tenemos la mejor rutina de la competencia —continua la entrenadora Hale—. Ahora solo necesitamos ejecutarla. Sean inteligentes allá afuera. Agarres prolijos. Elevaciones prolijas. Saquen el mayor provecho en cada paso. Conseguir cero deducciones es lo que buscamos. No importa lo que hagan los demás. Estamos compitiendo contra nosotros mismos. Sean la mejor versión que podamos ser. Hemos practicado una y otra vez. Hemos invertido nuestro tiempo, ahora podemos demostrarlo.
Lleva una mano al hombro de Jasper, cuyos brazos están cruzados mientras nos observa.
—No importa lo que pase, bajamos de ese escenario con nuestras cabezas en alto porque hemos hecho lo mejor que podemos hacer, y luego lo haremos de nuevo en las finales del domingo. ¿Está claro?
—Por supuesto —decimos algunos.
—¿Jas? —La entrenadora le da unas palmadas en el hombro mientras él la ayuda a bajar del escalón.
Jasper señala para que nos juntemos, y nos amontonamos, enlazando nuestros brazos.
—¿Trabajo en equipo? —Jasper coloca una mano en mi hombro, apretándolo fuertemente.
—¡Trabajo ideal! —contestamos al unísono.
—¿Trabajo duro?
—¡Da sus frutos! —Lo repetimos varias veces hasta que todos nos encontramos emocionados y listos. La entrenadora da por terminada la noche, enviándonos a dormir, prometiendo castigo físico, mirando directamente a Emmett, si alguien rompe algo más.
La emoción entre nosotros persiste, pero una sensación diferente se apodera. Responsabilidad. La siento en mis compañeros también. No decepcionaremos a nadie. Haremos todo lo posible. Y nuestro trabajo duro dará sus frutos.
Podrán encontrar el video de los Heelys en el grupo.
Gracias por leer :3
