En la escuela Raimon, durante la reeconstrucción.
Endo y Aki estaban frente a la pequeña casa del club de fútbol la cual estaba destruida dando a entender que fue saqueada por los ladrones quedando solamente un balón de fútbol. El joven de bandana naranja estaba sacando el balón de los escombros aunque para su sorpresa el esférico estaba completamente intacto. Los dos chicos no evitaban la nostalgia cuando de pronto una persona se acercó hacia ellos.
-Supuse que estaban aquí- Dijo una voz de una chica joven a lo que los dos chicos se voltearon para ver que era.
-¡Su majes...!
-¡Satoru, Aki, por favor no me llamen así!- Saludó Yoshimune que estaba usando un overol viejo y sucio de color gris y un casco igual de viejo- Saben que soy la ronin Shino Tokuda. Eso es lo importante.
Endo y Aki eran parte de un pequeño circulo secreto llamado, "Los 100 amigos de Yoshimune"... Cien personas alrededor del mundo sabían acerca de la identidad secreta de la llamada agente secreta Shino Tokuda y de sus actividades. Y ellos dos eran de esas personas a quien la Shogún consideraba como sus mejores amigos.
-¿Y que haces aquí, Yoshimune?- Preguntó la gerente peliverde mientras la pelirrosa se inclinó hacia los escombros del club.
La pelirrosa dio entre el montón de tierra dando con un cartel de madera en el cual estaba escrito "Club de fútbol" y comenzó a limpiarle del polvo con una de sus manos desnudas hasta liberarla del polvo. La cara de la chica quedó algo ensuciada pero no le importaba para nada mientras dibujaba una sonrisa.
-La última vez que los visité, este lugar era viejo y solamente ustedes dos con Shinichi y Ryugo lo estaban sosteniendo y ahora, justamente cuando lograron algo grande ahora está hecho pedazos.
-Y es por que pase lo que pase, nunca perdonaré a ese grupo yakuza.- Dijo el joven capitán mientras miraba con ira hacia el balón mientras temblaba de enojo- No entiendo como pueden hacernos esto, solamente somos personas que disfrutamos del fútbol y no solo eso... Incendiaron muchas casas, gente inocente ha sufrido e hirieron a Gouenji.
-Endo...- La peliverde miraba con decisión a su amigo y luego al balón- Como siempre estoy contigo.
-La próxima vez, nos enfrentaremos con esos tipos y les mostraremos el fútbol de Raimon.
-Estoy de acuerdo contigo- Dijo la joven reina mientras tenía en manos ese cartelito de madera- Es el único motivo por el que todos estamos aquí, para encarar a esos sujetos y derrotarlos sin piedad. Por algo he jurado hacer lo posible para darles felicidad y esperanza a todo mi reino.
-No te olvides que soy también de Raimon- Dijo Kazemaru mientras estaba acompañado de Domon, pues ambos eran ninjas al servicio directo del shogunato y claro, parte de los 100 amigos.
-Pero eso sí, Endo, no puedes tomar este asunto a la ligera- Comentó el flaco alto peliverde- Estos son capaces de todo con tal de hacer daño sin importarles nada.
-No importa que oponentes sean, no nos daremos un paso atrás, ¿No es así, Shino?- Preguntó el ninja de cabello azul a lo que la pelirrosa asintió con una sonrisa.
-Exacto, tienen todo mi apoyo desde siempre, Kazemaru. Puede que sea la shogún y tenga un gran deber pero sin duda alguna será un gran desafío el cual trataré de superarlo. No prometo nada pero les juro que daré con ese grupo y los haré pagar sus fechorías, lo haré por ustedes, por Gouenji y por todas las personas que lastimaron.
-¡Sí!- Los cuatro chicos de Raimon alzaron los puños junto con la shogun quien se sentía contagiar de su entusiasmo.
-Chicos, ¿Y dónde están Yuto, Haruna, Natsumi y Ryugo?- Preguntó Yoshimune mientras miraba que no estaban varios miembros del club de fútbol.
-Yuto y Haruna están con el Instituto Imperial pues ellos salieron de alta- Respondió Endo- Kabeyama y Kurimatsu fueron a comprar refrigerios para los que trabajamos en la reconstrucción y los demás están ayudando con el Nikogumi pero no sé de Natsumi y Someoka.
-Natsumi fue a visitar a Batora ya que fue herido y Someoka está ayudando en la tienda de su familia- Dijo Aki- Últimamente Someoka ha estado ocupado fuera de la ciudad haciendo sus encargos. Le va muy bien como siempre.
-Ya veo... Bueno, no importa. ¡Vamos a limpiar y arreglar este lugar! ¡Vamos a resucitar el club!- Exclamó el alegre y siempre entusiasta chico de bandana naranja.
-¡Si!- Asintieron los demás mientras alzaron las manos pero no contaban que muchos del Nikogumi se lanzaron hacia Yoshimune.
-¡SHIN-SAN!- Exclamó la horda de bomberos que fue hacia donde estaba su amiga de cabello rosa la cual fue recibida en un abrazo grupal junto con Endo y compañía.
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Yaya Nanto estaba caminando por las calles de la ciudad relámpago hasta dar con la casa donde estaba viviendo el portero y capitán del equipo Raimon, Satoru Endo. En eso la madre iba a salir de compras pero en eso se topó con la pelinegra la cual llevaba lo que parecía ser una especie de caja algo grande de madera y un pañuelo envuelto sobre ella como si fuera una especie de obsequio o regalo.
La señora Atsuko que se llamaba la adulta al ver a la joven la saludó.
-Ah, hola Nanto-san.
-Ah, señora Endo, ¿Cómo le va?
-Estoy muy bien, gracias a Dios. ¿Que hace por acá?
La joven se rascó el cuello mientras sonreía tontamente.
-Jejeje, es que me pidieron que llevara algo y precisamente era para usted.
-¿Para mí?- La mujer castaña alzó la ceja con extrañeza.
-Tengo entendido que durante el incendio un grupo de ladrones aprovechó para robarse muchas casas y Nikogoro que es su buena amiga me pidió que le llevara un obsequio de su parte pero, Señora Endo, a ustedes también les robaron todo, como a los demás, ¿verdad?
-Bueno, en realidad no me robaron nada ya que me encerré y dejé seguro, es que estaba rezando por mi hijo que iba a jugar contra esos yakuza pero me enteré que Gouenji-kun lo hirieron y está en el hospital del doctor Tardes. ¿Han sabido sobre él?
-Sí. Gouenji amaneció muy bien, de hecho, el hachazo que le dieron no pasó a mayores pero como que está incapacitado por dos o tres días. Su hermanita está con él y lo cuida mucho.
-Que alivio, ese joven es un gran amigo de mi hijo y sería una tristeza que lo perdiéramos- La joven juntó sus manos con una sonrisa esperanzadora como si agradeciera a los dioses por la suerte del joven herido hasta que vio la bolsa que tenía Yaya entre manos- No se si pueda aceptar el presente de Nikogoro pero como ella es una persona de confianza pues...
-Si usted guste...- La pelinegra le dio el obsequio a lo que la señora Endo aceptó el regalo con gratitud.
La mujer abrió el trapo y abrió la caja llevándose una sorpresa. Sacó lo que parecía un kimono o una yukata de hermoso color rosado con decorados en rojo y un cinturón de color escarlata. La mujer quedó hechizada por el hermoso diseño como por la tela de calidad de la prenda.
-No puedo creerlo... Que lindo kimono.
-Es que...- Se volvió a rascarse la nuca y desviaba la mirada, posiblemente apenada- No lo sé con claridad pero Nikogoro me dijo que esta tela la compró en el distrito comercial para las festividades pero como pasó lo del incendio y los robos pues encargó a Cocoro que los mandara para usted ya que le preocupaba mucho su bienestar.
-Sin duda alguna es muy bonito de su parte- La mujer hizo una reverencia en agradecimiento- Gracias, Nanto-san. Veo que te enteraste de todo pero, ¿No crees que fue demasiado con el regalo de Nikogoro?
-No lo sé. Tan solo ella me pidió que fuera a su casa pero como no conozco muy bien la ciudad pues preguntaba por su dirección y bueno, ya tiene su regalo- En eso la pelinegra sacó su celular que estaba vibrando y contestó- Sí, ¿Diga?... Ok, ya voy para allá. Nos vemos.- Colgó y guardó su celular en su pantalón táctico.
-¿Qué pasa Nanto-san?
-Es que me necesitan en la escuela para una estructura de la escuela. Bueno, ya me voy señora Endo.
-Nos vemos, Nanto-san. Vaya con cuidado.
-Sí
La joven pelinegra se fue de la casa mientras la mujer estaba contenta al ver el gran obsequio que le dio su vieja amiga de Mujina mientras que su esposo que estaba de paso preguntó por la prenda y ambos quedaron impresionados. Sin duda alguna, Nikogoro era una buena persona que se quitaba la camisa por un buen amigo pero ignoraban que...
Las prendas en sí eran del sector comercial pero no las compró Nico, de hecho, era un obsequio para ella pero las rechazó. Dichas prendas eran de...
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A las afueras de un vecindario, exactamente a las afueras de una dulcería...
Nico estaba dentro de la dulcería junto con dos miembros del Nikogumi, en este caso eran dos jóvenes de secundaria que militaban en el grupo de bomberos. Los dos jóvenes novatos se miraron con extrañeza y luego a su jefa la cual estaba entrando de lleno en el local como si les daba la bienvenida al sitio.
-¿Qué pasa chicos? ¿Acaso no han ido a una?
-No- El par negó con la cabeza.
Nico fue hacia la recepción la cual fue atendida por una humilde anciana mientras dos chicas estaban con ella, posiblemente también estaban para comprar en el local.
-Buenas tardes, señora- Saludó la pequeña líder hikeshi.
-Ah, pero si eres tú, Nikogoro.- Sonrió la mujer mayor ya que la líder del Nikogumi era muy conocida en los Tres Distritos- Me alegra mucho verte.
-Cielos, no sé que comprar- La pelinegra miraba por todos lados ya que habian muchos productos que le llamaban la atención- ¿Un dulce de ciruela? Aunque las galletas de arroz con leche se ven deliciosas.
-Nikogoro- Dijo una joven pelinaranja de ojos rojos y coletas.
-Ah, si son Kizuna y Remon
-Que tal Nikogoro- Saludó una chica algo regordeta de cabello verde y ojos morados con anteojos puestos.
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Miembros de la unidad móvil Lilum
Kizuna Hyuga
Remon Natsume
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Por alguna razón le recordaban a Rin y Hanayo... Aunque eso debe olvidarse ya que juró que el pasado ya estaba muerte hace mucho tiempo, aquel grupo no tenía cabida hace mucho tiempo, solamente era ella, sus hermanos, sus hombres, su barrio, sus amistades y sobretodo Yoshimune, su hija.
-¿Qué hacen aquí? ¿Que no debían estar en la reconstrucción con Chikaru?
-Sí, pero ella nos pidió que compráramos unos dulces como refrigerio para Lilum- Dijo la pelinaranja que se llamaba Kizuna
-Oh, ya veo... ¿No vieron a Kabeyama y Kurimatsu? También fueron a comprar para el refrigerio.
-No, hace poco que llegamos- Digo la chica de gafas llamada Remon.
-El dulce de alba es una delicia, te la recomiendo, Nikogoro.- Dijo la pelinaranja mientras le mostraba lo que parecía ser una barrita envuelta en un papel naranja con una hojita de trebol dibujada en el empaque.
-Que bien...
-Bueno, señora, me llevaré estos- Dijo Remon a la señora dueña del local mientras alistaba su billetera.
-Por supuesto... Veamos... Son 600 ryus.
Mientras tanto, los dos chicos estaban hablando, eran un rubio y una pelirrosa.
El muchacho tenía piel pálida, cabello rubio que lucía notablemente dos mechones de cabello ahoge detrás de su cabeza y ojos azules. Vestía una chaqueta de manga larga azul multicolor sobre una camiseta blanca con pantalones marrones. También usaba tenis azules y tenía un collar con un diente de dinosaurio.
La chica tenía el cabello rosa pastel y ojos violeta. Llevaba un top negro ébano que dejaba al descubierto el estómago con mangas cortas debajo de un chaleco safari desabrochado de color mostaza y escarlata. También usaba pantalones cortos (con una riñonera de cuero) que combinaban con el color de su chaleco, con calcetines negros hasta los muslos y tenis deportivos de color lima y franela. Llevaba una gargantilla verde esmeralda y un collar de dientes de dinosaurio, así como muñequeras de color lima. Se peinaba el cabello en coletas sujetadas por coleteros amarillos y sus anteojos de sol se doblaban como una cámara. De los dos parecía ser la más extravagante y tiraba para ser atractiva.
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Miembros del equipo D
Voluntarios del Nikogumi
Rex Owen
Zoe Drake
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-Cielos, no sabía que existían lugares así ni siquiera en Ciudad Inazuma- Dijo la joven pelirrosa llamada Zoe que no dejaba de mirar maravillada todo el lugar
-Sí, es la primera que vez que vengo a un lugar así- Dijo el chico rubio llamado Rex- Tal parece que sin importar el tiempo o el lugar, ese tipo de lugares sigue persistiendo.
-Sí... Una pena que Max se está perdiendo eso.
-Sabes que él y Endo son amigos, de hecho, a ambos les gusta el fútbol.
-Ya que lo dices pareciera que son como hermanos o hasta yo diría que hasta tienen el mismo actor de doblaje.(Referencia a Carlo Vazquez, actor de doblaje mexicano quien da voz a Max Taylor y Satoru Endo)
-Sí... ¿Quieres algo? Como que tengo sed.
-Ya que lo dices...
Los dos muchachos fueron a una maquina expendedora donde ingresaron dinero consiguiendo seis latas de jugo. El muchacho rubio se sentó en un banquillo anexo a la tienda mientras la pelirrosa estaba de pie viendo la calle en la que estaban dando con una bonita vista panorámica.
-Con que una dulcería... No la entiendo, cuando se trata de una cosa es una fiera pero en otras parece una niña.
-¿Una niña?- La chica se rió- Literalmente parece una niña, con apariencia de loli que tiene nadie se toma en serio que es una jefe de bomberos.
-Quizás tenga el físico pero me refería a que fuera de ser una tipa de mala pulgas y que pelea y se embriaga todo el tiempo es una persona ingenua y honesta.
-Ya que lo dices, lo que dijo anoche a Kochiyama pareciera que fuera verdad. Es como si ella odiaba a Tamakinokami desde siempre y decir eso de la esposa.
-Es porque Nishikino-dono como que fue una amiga de Nikogoro o algo así y bueno... Eso de que ahora es la esposa de Tamakinokami y que está embarazada como que fue un duro golpe para ella. Pareciera que ambas le arruinaron la vida.
-Rex... Mira
-¿Eh? ¡Pero si es...!
En eso, estaba llegando una joven pelinegra de coletas y ojos naranja, la cual venía de ropa civil y estaba dirigiendose a paso digno hacia la dulcería para comprar unas cosas. Los dos jovenes apostados a las afueras del local notaron que la sobrina de Tamakinokami estaba con cara de tener los no mejores ánimos.
-¿Qué hace la sobrina de Tamakinokami en la dulcería?
-No lo sé, Zoe, supongo que también le gusta esos lugares
-Pero pareciera como si estuviera triste o algo.
(...)
Dentro del establecimiento, Matsuri Kochiyama, sobrina de Tamakinokami estaba llegando a donde se encontraba la dulcería para comprar unas cosas, sus ánimos no eran los mejores por lo que comprar algo le ayudaría un poco a levantar sus emociones.
Entrando a la dulcería, logró ver en uno de los pasillos a la líder de los bomberos del barrio Megumi quien estaba comprando algunas cosas y al ser muchas parecía que eran para sus hombres.
-Me pregunto si también té de sencha, aunque creo que una vez bebieron un poco, supongo que mejor llevaré sake para que no lloren, lo pasaré comprando después- mientras decía esto, notó a alguien acercarse encontrándose con la sobrina de su peor enemiga
Hubo un silencio repentino entre ambas pelinegras hasta que la líder de los hikeshi rompió el silencio.
-¿Kochiyama? ¿Qué quieres? No tengo tiempo.
-¿Por qué?
-¿Eh?
-¿Por qué no aceptaste mis regalos de disculpa? - susurró la pelinegra menor.
Kizuna y Remon junto con la dueña del local estaban en silencio temiendo lo peor ni que decir afuera del local ya que no faltaron las personas curiosas que veían lo que sería un nuevo altercado entre el demonio Nikogoro y la familia Tamakinokami ya que era de sabiencia publica que la líder de los bomberos del barrio Megumi era enemiga del clan de gatos mágicos.
-Ah, eso...- Calló la mayor por unos segundos- Porque no lo quería, así de sencillo y se los di a alguien que los necesitaría más que yo.
-¿Sabes de quién eran esos regalos?
-¿De quién o qué?
-¡Ni siquiera te atreviste a ver de quienes eran!- Exclamó la joven gatita mientras apretaba los puños- ¡Eran de mi tía y de Nishikino-san! ¡Era una forma de pedirte disculpas! Además de que también quería pedirte perdón, pero no te atreves a escucharme ni nada.
-¡Porque no me interesa! ¡Que ellas sigan con sus vidas y yo con la mía! ¿Por qué no entiendes o es que tu cabeza no tiene capacidad para entender?- Dirigió sus dedos hacia sus sienes y le empezó a decirle- ¡Es mi vida y hago lo que se me de la maldita gana! ¡ENTIENDE, ENTIENDE, ENTIENDE, ENTIENDE, MALDITA GATA RETRASADA MENTAL!
Las personas que estaban presentes se quedaron heladas, un poco más y comenzaba la diversión que veían luego de muchísimo tiempo.
-¡¿Por qué posees esa actitud tan horrible?!- la pelinegra menor empezaba a enfurecerse de verdad- ¡Por eso es que Nishikino-san te terminó dejando! ¡Y creer que mi tía a pesar de sus diferencias te tiene mucho respeto!
-¡OOOOHHHH!
-¡OOOOHHHH!- Fue lo que se oyó del público el cual era testigo de la batalla que estaba a punto de empezar.
(...)
Fue en eso donde entre la gente que comenzaba a amotinarse estaba una mujer de entre 25 y 28 años, tenía cabello verde con dos mechones rizados en la parte delantera, que enmarcaban su rostro, y una cola de caballo larga tipo ahoge que se rizaba al final, ojos color avellana y lápiz labial.
Vestía un traje de mono ceñido color rojo burdeos sin mangas, donde se conectaba con una gargantilla negra con un emblema parecida a una A mayúscula. Un corte en forma de diamante en su mono revelaba su ombligo, vestía una capa de color púrpura apagado con bordes puntiagudos sostenidos por botones dorados. En sus brazos, tenía unos guantes de color rosa claro que le dejaban al descubierto los dedos, excepto el dedo medio que llegaba hasta la parte superior del brazo. Ella también usaba tacones altos de color rosa claro.
Otra tipa con traje extravagante como si fuera futurista (O en el peor caso, una tipa que vivía en la onda estética de los 80´s) y belleza deslumbrante digna de una mujer adulta... Aunque en eso último, cualquiera que la viera debía cuidarse y pensarse dos veces para tratar de hablar con ella o referirse algo hacia ella.
Y otro detalle más... Era otra amistad de Nikogoro.
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Miembro de la Pandilla Alpha
Úrsula, alias "La Ancianita"
Recomendación: No decirle así, nada bueno saldrá... Si no preguntenle a Zoe
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-No puedo creerlo... ¿A poco es cierto lo que estoy viendo?
-Vaya, pero si es la ancianita- Dijo la joven pelirrosa la cual notó la presencia de la mujer.
En eso, la peliverde al ver a la pelirrosa que estaba a las afueras de la dulcería ya comenzaba a enfurecerse y eso era demostrado por una vena que tenía a la izquierda de su frente.
-¡UY, MALDITA NIÑA DE MIERDA! ¡¿CUANTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE NO SOY UNA ANCIANITA?!- La mujer se calmó y fue hacia su jurada peor enemiga- Por cierto, ¿Esa que entró es la sobrina de Tamakinokami? Tengo entendido que es como la reina o algo así.
-De hecho, es la señora de los Tres Distritos, pero sí, es su sobrina.
Zoe y Úrsula decidieron ir con sigilo hacia la mera entrada del local para escuchar más a detalle el obvio pleíto entre Nico y Matsuri que por la intensidad de los dialogos que se daban, eran el detonante de una pelea.
-Ancia... Úrsula, ¿Escuché bien? ¿Matsuri le dio unos regalos a Nikogoro?
-Ya que lo dices... Niikichi como que antes del mediodía le encargó a Yayis unos regalos para la mamá de Endo.
-¿A la mamá de Endo? Entonces son ciertos esos rumores- La pelirrosa frunció el ceño- Sin duda alguna, esos del Clan Tamaki son de lo peor.
(...)
Dentro del establecimiento, Matsuri llevada de la ira y de la tristeza al ver que sus sinceras disculpas no fueron del todo aceptadas, llegó a un punto donde tocó una fibra sensible de Nico. La pequeña líder de los hikeshi al ver que la joven gatita logró dar con su punto sensible y hasta el más vulnerable, comenzó a molestarse muchísimo a lo que dejó sus cosas y caminó hacia la joven gatita la cual no se dejaba intimidar de esos ojos carmesís.
-¿Por que viniste aquí? ¿A comprar algo o a insultarme?
-...
-Eres una testaruda. No importa cual personaje de los Tamaki me envíen para hacerme cabrear, los mataré a puños si es preciso- La pelinegra al ver que la anciana y las dos jóvenes estaban temblorosa por el tenso ambiente y ni que decir que estaba otra de sus amistades y un montón de testigos esperando una muestra gratuita de violencia le dijo a su oponente- Es mejor que te largues... Ya fue suficiente de ustedes... Fuera de mi vista, Kochiyama.
La joven a pesar de su mirada seria se puso de rodillas mientras no dejaba para nada de mirar fijamente a la pelinegra mayor como si rechazara directamente su orden. La gente no entendía el porqué ese actuar de la sobrina de la señora de los tres distritos pero una cosa estaba clara... Era el inicio de otra hazaña que realzaba la reputación del demonio de Megumi.
Nuevamente la líder de los hikeshi comenzó a molestarse.
-¡¿Eres un daruma o qué?!
-...- Kochiyama no decía nada mientras seguía de rodillas y sin despejar su mirada de la líder hikeshi.
-Maldita niña...
Un duelo de miradas se hizo en ambas hasta que la pequeña mujer mayor dibujó una pequeña sonrisa.
-Para ser una mocosa de mierda tienes un rostro impresionante, ¿Qué edad tienes?
-...- La joven no decía una palabra.
-¿Tienes quince?
-Doce...- Respondió simple la joven.
-Doce... Nada mal para una pequeña puta... Cuando tenía tu edad, tuve que pelearme contra un chico que parecía como un luchador, su nombre era Kazuchika, se burlaba de mí por ser bajita pero aparte de él habían otro grupo de chicos que me hacían bullying. Llegué a un punto donde no soportaba más y tuve que golpearme con ellos... Ese día les robé el dinero que tomaron y me lo quedé. Quizás era de otros niños pero era buen dinero después de todo.
En eso, Matsuri sacó su billetera y dejó dos billetes marrones sobre el suelo ante la mirada extrañada de Nico.
-¿Que demonios?
-20 mil ryus... Si no te basta con regalos, te doy dinero como disculpa.
-Kochiyama...
-Si los quieres, llevátelos. Haz lo que quieras con ellos.
-Tú...
-Si no es con dinero, entonces ofreceré mi vida a modo de disculpa.
La gente quedó con un nudo en la garganta al escuchar las palabras de la sobrina de Tamakinokami, siendo tan joven y ya comenzaba a pensar en cosas extrañas. Eso hizo que buena parte de la gente comenzara a abuchear a la joven solo porque no se atrevía a pelear contra Nikogoro. Querían una pelea a puño y sangre esparcida, aquello hacía quedar a la más joven como una maldita cobarde.
-¿Tu vida? ¿Estás bromeando?
-Lo sé, es tonto, ¿No?- La joven bajó la mirada- No voy a pedir clemencia ni mucho menos que me perdones la vida... Estoy arrepentida... No quiero seguir viviendo... Esa es la única manera en que todo esto se termine de una vez.
-¿En serio?- La chica alzó una ceja- Muy bien, si quieres que te mate, está bien... Voy a usar todas mis fuerzas para hacerte pedazos... 48... 48 golpes bastarán para matarte.
-...
Las dos pelinegras dejaron sus armas blancas sobre el suelo junto con los 20000 ryus y se miraron fijamente, Nico estaba de pie mientras que Matsuri seguía estando de rodillas como si estuviese esperando el primer intento de la mayor. Mientras tanto, el público presente a las afueras de la tienda estaban expectantes ante lo que iba a pasar muy pronto.
Y el combate finalmente comenzó cuando ambas se movieron al mismo tiempo, Matsuri estaba por ponerse de pie cuando Nico le propinó una patada que casi la manda al suelo, la menor iba a levantarse pero nuevamente fue pateada pero esta vez en el pecho aunque tomó la oportunidad de sujetar la pierna ajena con tal de derribarla pero la mayor fue rápida empujando a la gatita hacia un estante de productos.
Matsuri se sostuvo por breves segundos hasta que Nico le encestó un derechazo en la cara derribando el estante. La sobrina de Tamakinokami se lanzó contra la líder hikeshi pero ésta la empujó hacia otro estante del otro lado. La mayor caminó dos o tres pasos y le enterró un puñetazo haciendo que la pobre quedara con la vista aturdida por segundos hasta que nuevamente se fue hacia la líder hikeshi pero ésta le agarró de los cabellos y así la arrastró hacia afuera del establecimiento.
(...)
A las afueras de la tienda, Nico llevaba agarrada del cabello a Matsuri hasta que con furia la empujó hacia el cielo, haciendo que la gente a su alrededor comenzara a vitorear su nombre entre gritos y silbidos. Cuando la menor trataba de reincorporarse recibió una patada al estomago pero en eso le agarró de una de sus coletas y la mandó de nueva cuenta al suelo, la gatita rodó rápidamente hasta quedarse en cuclillas.
La menor se lanzó contra la pierna derecha de Nikogoro ya que planeaba derribarla, la mayor quedó por breves momentos de rodillas mientras la menor seguía aferrándose contra la pierna ajena hasta que se levantaron, Matsuri ahora sostenía las caderas de Nikogoro pero ésta la soltó y le encestó otro puñetazo que mandó a la menor al suelo.
Las personas se apartaban dejando más espacio para que la líder de los Nikogumi tuviera la mejor libertad posible para liquidar a su oponente. Matsuri estaba sentada en el suelo yéndose de esa manera aunque eso para la gente era ver a la Tamaki temblar de miedo mientras Nico caminaba tranquilamente esperando lo que podía hacer su contrincante.
Nuevamente la gatita se lanzó pero la mayor agarró su espalda para empujarla, la menor rápidamente se golpeó con la pared de una casa cercana al frente ahora trasladando la batalla a la avenida donde pasaba el transporte y por consiguiente un parón en el tránsito.
La menor estaba de rodillas aclarándose la vista cuando nuevamente Nikogoro le agarró de los cabellos y la mandó contra uno de los botardos de agua cercanos de la acera donde se ubicaba la dulcería. Matsuri se dio de espaldas contra el bardo rojo dándose un fuerte dolor de espalda probado cuando trató de pararse pero decidió arrastarse por el suelo mientras que la gente comenzaba a reírse de ella.
La joven iba a buscar algo con tal sostenerse pero Nikogoro la agarró de la espalda.
-¡Levántate, gata de mierda!- Dijo entre dientes- ¿Eso es todo lo que tienes, Kochiyama?- La mujer comenzaba a reírse mientras ahora tomaba con una sola mano la cabeza de la menor que estaba gruñendo del dolor que sentía en esos momentos- ¿Qué pasa niñita? Apenas estoy empezando. ¡Vamos! ¡Pelea gata marica!
Nikogoro ahora agarró de la espalda a Matsuri hasta lanzarla nuevamente al suelo, la joven cayó bocabajo dando frente a la dulcería mientras la mayor caminaba tranquilamente a la espera de más. La líder de los hikeshi se quitaba la chaqueta ancha blanca dando con su prayera negra y pantalón táctico del mismo color mientras que la menor solamente estaba sentada contemplando los ojos carmesís de su oponente.
-Te diré algo, Kochiyama, ni creas que iré por tu ayuda cuando se te queme la casa, ¿entendido?
-¡Personas que piensan así son basura como tú, Nikogoro!
-¿Qué?- Nico fue derribada mientras que las personas que estaban siendo testigos de que la persona que derribó a la líder de los Nikogumi era nada más ni menos que...
-¡No puede ser!
-¡Es Dobu!
-¡DOBU!
La persona bautizada como Dobu era de cabello azul oscuro, que lo llevaba hasta el final de su cuello y ojos redondos color verde. En la cabeza, llevaba unos lentes color rojo. Su indumentaria era el uniforme escolar de Raimon que consistía en una blusa con mangas cortas color crema y una flada ploma y en el cuello de la bluza, lleva una cinta naranja.
La joven se posicionó en guardia goyoda que consistía en pierrnas abiertas, rodillas dobladas, brazo derecho extendido hacia el frente pero presionado fuertemente por la mano izquierda. En su puño derecho apretaba su jutte o varita policial y una mirada seria y dura a pesar de tener catorce años y ser de primer año de preparatoria.
Nikogoro se puso de pie mientras miraba a la persona que la derribó.
-¿Quién demonios eres tú?
En eso un cuerpo policial fue a arrestarla con una soga alrededor de su cintura lo mismo que a Kochiyama.
-Soy okkapiki, estudiante de primer año y hermana de un yoriki de Minamimachi, Jigokuya Kido... Mi nombre es Haruna Otonashi, pero la gente me llama... ¡EL INVENCIBLE DETECTIVE DOBU! ¡Estás arrestada, Nikogoro!- La joven sonrió arrogante- Ahora soy el nuevo demonio de los Tres Distritos, ¿Tienes los ovarios necesarios para recuperar ese título, enana idiota?
Fue en eso donde Nico juró haber visto esa sonrisa altanera antes hasta que...
-Inazuma Candy... Maldita Raijin, ¿No me digas que entrenaste a esa mocosa?
-¡YA, LLEVEN A ESE PAR A LA ESTACIÓN!
-¡OH!- Asintieron los policías quienes llevaron a las dos féminas a la estación de policía hasta que harían algo al respecto, después de todo ellas estaban haciendo alboroto público mientras que la gente ahora llevaba una nueva dicha.
Ahora tres personas que disputaban ser las más fuertes, Nikogoro, Inazuma Candy y Dobu.
- ¿Qué has dicho? - Nico se molestó muchísimo, dejó sus cosas y tomó del cuello a la peli negra - mira pequeña puta, a mi no me vas a decirme de esas cosas y que hacer con mi vida ¿de acuerdo?
- ¡Por favor, las dos! - la encargada de la tienda trató de separar a ambos, Nico se dio cuenta del escandalo que podría hacer y dejó a Matsuri a un lado, solo fue por sus cosas y se terminó largando de ahí.
- Te diré una cosa Kochimiya-san, - y se fue a la estación.
