Natsumi comenzaba a abrir los ojos lentamente mientras sentía que estuvo presa de un largo sueño. La joven miraba que estaba mirando una silueta de intenso dolor amarillo hasta que finalmente dio con una chica rubia de listones rojos como antenas y piel clara. La pelirroja estaba sin habla al ver que una vez más como en el pasado, aquella joven de cabellera dorada estaba sonriendo en grande y al ver el lugar era algo parecido a un parque o quizás un lugar panorámico de ciudad Inazuma.

-¿Eh? ¿Qué pasó?- La pelirroja hizo recuento ya que la raijin peleó hace unos momentos con un grupo yakuza- ¡Candy-sama! ¿Q-qué pasó con Minokichi? ¿Y la pandilla Suga?

-No te preocupes. Ellos eran parte del problema y como tal los borré de la tierra.

-¿Y de esa manera?

-¿Eh? ¿A que te refieres?

Natsumi tomó una de las manos de Candy pero no estaban sus nudillos de metal que parecían como garras y con los cuales de manera sorprendente podia matar a golpes a sus enemigos. Aunque quedó en pausa por un momento mientras miraba esa mano, era como la de cualquier dama pero no entendía como esa mano a simple vista delicada fuera capaz de hacer cosas impensables.

La raijin al ver que la joven la estaba mirando con esa manera tan peculiar como platónica, aprovechó para hacerla salir de casillas.

-¡Oh, Natsumi-sama! ¿Acaso vuestra merced quiere divertirse conmigo?

La joven se quedó ruborizada mientras se topaba con esa sonrisa coqueta y algo incitante por parte de su salvadora a lo que esa la soltó rápidamente y miró con algo de enfado a la rubia la cual tenia una ancha sonrisa... Sí, esa sonrisa que le dedicó aquella vez que la salvó de ese malvado médico.

-No es justo, Candy-sama. Usted nunca cambia, ¿No?

-Cada quién es cada quién a su manera y eso no va a morir por toda la eternidad. Así que gracias por eso.- La rubia miró fijamente con sus ojos azules a los ojos rojizos de la otra como queriendo con la mirada insistir de más a su interlocutora.- ¿Y bien? ¿Vamos a jugar o no?

La pelirroja cerró los ojos y sonrió de manera pequeña como si fuera un gesto que denotaba superioridad.

-Muy tentadora su oferta, Candy-sama, pero...

-¿Pero?

-Quizás en otra ocasión.

La rubia calló por segundos hasta que comenzó a reírse.

-¡Jajajajaja! ¡Que mala eres, Natsu-chan!

La mencionada tampoco no evitó reírse junto con la rubia hasta que finalmente notaron que estaban sentadas en un banquillo dando con una vista panorámica de algún lugar concurrido de la ciudad ya que había mucha gente reunida ahí.

-Bueno, ya que estamos aquí, ¿En dónde estamos?

-En la comisaría- Dijo la raijin.

-¿La comisaría? ¿Acaso pasó algo?

-Espera un momento...- La rubia comenzó a mover sus antenitas, la pelirroja se quedó asombrada al ver esa peculiar habilidad de la raijin- Ya veo... Hay tipos amarrados y están siendo golpeados con shinais, cada uno por un doshin.

-¿Doshin? ¿Acaso son delincuentes?

-Soy un tipo flaco alto y un gordo bajito. Van como más de 90 golpes.

-Ya veo, 100 golpes- La pelirroja parecía saber quienes eran esos dos delincuentes que pagaban su salida con golpes de shinai- Esa pandilla Alpha, jamás aprenden.

-Entonces, ¿Vamos a ver?- La raijin extendió una mano hacia la pelirroja la cual no dudó en aceptarla.

-Bien, vamos.- Natsumi tomó la mano de Candy y terminaron desapareciendo.

(...)

A las afueras de la estación de policía de Inazuma

Yuuto Kido, quien desempeñaba como oficial administrativo o yoriki, estaba sentado en la entrada principal mientras su hermana Haruna quien desempeñaba como okkapiki o detective, estaba a su lado. Los dos hermanos miraban junto con otros doshin y oficiales como dos personas esposadas estaban tres personas sentadas estando frente al público estando arrodilladas y esposadas mientras recibían de un yakunin o oficial de comisaría una serie de golpes de shinai a la espalda.

Los tres personajes estaban con la espalda alta, la zona de los hombros y parte de los brazos con moretones producto de los constantes golpes que les daban. Con solo saber que los doshin golpeaban al trío, evidentemente era de suponer que eran delincuentes que hicieron un crimen grave y lo pagaban dependiendo del daño que provocaron. Generalmente la salida de una cárcel se pagaba con 100 golpes pero también se variaban los 50 dependiendo del delito que cometió.

Dos de los tres personajes al ser golpeados lloriqueaban ante el horrible dolor que les producía ser vapuleados por la shinai, dichos sujetos eran dos de tres sujetos integrantes de una banda de villanos más del montón que amenazaban la ciudad pero eran vencidos por otro trío, en este caso, un trío de chicos que acababan la secundaria.

El dúo que era castigado estaba conformado por dos sujetos: El primero era un flaco alto pelinegro, de edad aparente de 30 años o más, alto, aspecto de ser un bailarín frustrado, y usaba gafas oscuras. El segundo sujeto era un gordito bajito, de cabello azul algo puntiagudo, pecoso y nariz chata, posiblemente era más joven que el primer sujeto.

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Miembros de la pandilla Alpha

Zander y Ed

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Frente a ellos, entre la tribuna que estaba presenciando el castigo de los dos sujetos a la salida de la comisaria, estaba un joven de entre unos 13 y 15 años. El joven era de piel pálida, el pelo de punta redonda color marrón y grandes ojos de color azul oscuro. Llevaba un saco rojo de manga corta con capucha amarilla y un bolso negro en el torso decoradas con un diente de dinosaurio. También llevaba los pantalones jeans de color anaranjado, zapatillas rojas y guantes sin dedos de color rojo. La mayor parte distintiva de todos, llevaba una visera con una sombra clara y cuernos.

El joven estaba acompañado de un pequeño animal cuya descripción era de un pequeño triceratops con ojos azul oscuro, sus cuernos de color blanco y una estrella de cuatro picos similar a un diamante en el medio de su frente. Su color de piel era de un tono de amarillo anaranjado, en el borde de su cresta y de en la raya de su lomo hasta su cola era de color mandarina, por abajo era de color blanco.

-¡Vamos, Pandilla Alpha! ¡Ya falta poco!- Gritaba el chico como si tratara de darle los ánimos al par de maleantes.- ¡Ánimo, chicos!

-¡Wawa!- Decía el pequeño animalito que estaba en brazos de su amo.

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Líder de la Pandilla D

Max Taylor

Y su macota Triceratops Gabu

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-¡96!- Gritaba el oficial a medida que daba el golpe a cualquiera de los dos delincuentes junto a su compañero- ¡97!

Pero los dos delincuentes no eran los únicos en tener cierto trato si no que también una mujer cuyo resgitro legal daba los 27 años pero su apariencia era como la de una niña de primaria. La mujer pelinegra estaba sin camiseta dando con su pecho cubierto enteramente por una venda blanca mientras que su espalda ya estaba manchada de rojo debido a los constantes golpes que estaba teniendo desde hace un buen rato.

La joven mujer solo cerraba los ojos fuertemente sin dejar salir algún grito o lamento mientras recibía sus 200 golpes debido a que inició la pelea contra una persona de estatus alto y promover el alboroto público. No era la primera vez que recibía ese número de golpes por sus osadías pero sabía soportar ese dolor horrible, como si estuviera en el infierno.

La tribuna gritaba porras y vítores en mayoría hacia Nikogoro, líder del escuadrón de bomberos del barrio Megumi la cual estaba pagando 200 golpes de shinai, apenas llevaba la mitad y a diferencia de los dos delincuentes de poca monta, estaba en silencio a medida que los golpes y el ardor asomaban por su espalda.

Entre la tribuna estaban dos personas que la apoyaban en todo, eran dos de sus amistades en Edo.

-¡Vamos, Nicky! ¡Apenas comienza la segunda parte!- Gritaba Yaya.

-¡Resiste, Niikicchi! ¡Eres la mejor!- Gritaba Úrsula quien a pesar de ser compañera de los dos peleles que tenía como compañero apoyaba más a su amiga que a ellos.

-¡Eres la número uno de Edo!- Gritaba Zoe, ella como las tres animaban a Nico a aguantar y soportar el cruel castigo a sus acciones.

-¡98!- Gritaban los oficiales que daban los golpes respectivos a Zander y Ed.

-¡Estoy bien!- Decían los dos infortunados hombres para dar la falsa impresión de ser valiente pero en realidad querían lloriquear del dolor que les daba luego de soportar casi 100 golpes.

-¡Estoy bien!

-¡99!

Uno de los hombres de la pandilla, Ed, irrumpió al doshin que lo vapuleaba.

-¡Déjeme decir cien, jefecita!

Grave error porque la persona que lo estaba golpeando no tomó nada bien lo que dijo el gordito del porque a lo que le reinició el castigo ahora desde 26, ni que decir de Zander quien le tocó desde el 27.

-¡26!

Ed: -¡Espere, espere!

Zander: -¡Yakunin, espere!

-¡28!

-¡Oiga!

-¡Oiga señor!

-¡29!

-¡Espere! ¡¿Qué tipo de persona es usted?!- Empezó a lloriquear el flaco alto pero nuevamente fue muy mal para ellos porque para los oficiales, nuevamente reiniciaron el castigo ahora desde...

-¡10! ¡11! ¡12! ¡13! ¡14! ¡15!

-¡NO ES JUSTO!

-¡¿POR QUE ES ASÍ, YAKUNIN?!- Lloriqueaban los dos pobres secuaces.

-¡ES UNA FEA PERSONA!

-¡1!- Nuevamente reiniciaron desde el inicio del inicio.

Mientras tanto Nico estaba en silencio soportando el horrible castigo pero a la vez saliéndose con la suya mientras dibujaba una sonrisa pequeña como estuviese tramando algo o quizás tenía algo en mente. El doshin que la estaba golpeando ignoraba que la mujer estaba haciendo con sus manos lo que parecía ser un cuadrado perfecto.

"Tontos... Pueden darme los golpes que quieran pero... Si no fuera porque Candy me ha enseñado esa técnica estaría de llorona como esos dos perdedores"

INAZUMA CANDY OUGI:

TENKISHIN KOKYU KOU

(...)

Mientras tanto eso pasaba, los tres integrantes de la Pandilla D se reunieron en medio del genterío que presenciaba quien de los condenados era el que aguantaba más.

-¡Max!

-¡Rex, Zoe!

-¿Dónde estabas?- Preguntó el rubio a su amigo castaño.

-Estaba con Kabeyama y Kurimatsu para los refrigerios pero en eso nos topamos con la pandilla Alpha. Gabu y yo tuvimos que pelear en la cancha de la escuela Salvaje.

-¿Entonces arrestaron a Zander y Ed?

-De hecho, creo que uno de los vecinos llamó a la policía. Menos que volví a Gabu a su estado normal o de lo contrario ya me hubieran dado los 100 golpes.- El castaño de cuernitos miró a Nico la cual soportaba los inclementes a la par que los dos infortunados condenados pasaban un muy mal rato- Por cierto, ¿Que hizo Nikogoro esta vez?

-Como siempre, se encontró con la señorita Kochiyama y se peleó con ella- Dijo la fémina.

-Ni modo, Nikogoro siendo Nikogoro.

-No entiendo como la ancianita es su amiga.

-¡¿QUE DIJISTE HIJA DE PUTA?!- En eso Úrsula se acercó de forma asechante hacia la joven pelirrosa la cual estaba sudando una gota en su cabeza lo mismo que sus amigos.

No era la primera vez que pasaba ese incidente con la peliverde y la que terminaría pagando los platos rotos era la pobre Zoe, pero vamos, aquello que pasaba no fue porque la joven no se burlaba en sí de la mayor, era por la impresión... Aunque era entendible pues la fémina de la tercia delincuencial era la mayor de los tres aunque tampoco no se veía mal para ser supuestamente "Una ancianita".

-¡¿Cuantas veces tengo que decirte que no soy una ancianita?! ¡Tengo veinte años y los he tenido por varios años!

-Ay no... No otra vez.- Yaya que estaba al lado de Úrsula se apartó de la escena temiendo lo peor y en parte de haber experimentado cosas similares cuando se trataba del enojo de su nakama de cabello verde.

Pero alguien se percató de la posible pelea que había entre las dos féminas, de hecho varias conocidas presencias.

(...)

-¡Vamos Nikogoro! ¡Tú puedes mami!- Gritaba Candy en apoyo a su singular amistad como rival en ocasiones cuando sus antenas se movieron.

-¿Qué pasa Candy-sama?- Preguntó Natsumi quién estaba a su lado.

-Ha, parece que... Oh vaya, parece que tenemos algo más interesante aquí.

-¿Interesante?- La castaña alzó la ceja con extrañeza- ¿Acaso es otro grupo yakuza?

-No, no es eso.

-¿Y entonces?

-Ve y toca un hombro cualquiera.

-¿Ok?- La joven que seguía extrañada asintió a las indicaciones de la rubia hasta que de repente desapareció.

(...)

Natsumi hizo acto de aparición cuando de pronto estaba presenciando lo que parecía ser otra discusión por parte de Zoe y Úrsula. Tampoco no era exenta de ser testigo en diversas ocasiones de un pleíto entre las dos, de hecho, no entendía como demonios la pelirrosa tildaba así a la mayor, ok, la tipa le parecía madura y eso pero tenía un buen cuerpo y la apariencia de ser una mujer mayor, como de unos 27 a 30 años o un poco más.

En pocas palabras, la fémina le faltaba el respeto a la mujer de la Pandilla Alpha por que sí y ésta última tampoco no era una blanca paloma pues también presenció por última vez una batalla que tuvo los Alpha y los D en la ciudad Inazuma a momentos previos de la final contra el Instituto Zeus y era obvio que la mayor y sus otros dos compinches estaban en prisión pero pareciera que entre más pasaban los días, ni los dos bandos aprendían nada.

Al menos estaba algo aliviada cuando Haruna intervino en la fuerte discusión de esas dos, tampoco la menor de las tres gerentes como detective de la oficina del bugyo de Minamimachi era exenta de esas peleas y de estar en medio de ellas. La joven peliazul con cara de pocos amigos trató de imponer el orden mientras empuñaba su jutte con el puño diestro.

-¡Ustedes dos!- Exclamó la policía mirando a ambas- Si siguen haciendo este escándalo de nuevo, las arrestaré por perturbar el orden público. Ya saben como son las cosas aquí.

-Genial, pero si es la hermanita comemocos del yoriki- Dijo Zoe con malestar en su rostro al ver a la joven okkapiki- ¿Ahora que pretendes imputarnos o qué? Esa vieja es la mala. ¡La mala es la vieja!

-¡Uy! ¡Y darle con lo mismo!- Úrsula ya tenía una vena roja porque su prácticamente peor enemiga estaba haciéndola encabronar de nueva cuenta, como si eso fuera el propósito en su vida- ¡Oficial Otonashi! ¡Esta mocosa fue la que empezó! ¡Lleva ratos llamándome ancianita cuando yo estoy en mis buenardos años dorados!

-Yo no tengo la culpa de que la edad te vaya dejando cicatrices.

-¡¿Lo ves, Otonashi?! ¡Es ella la que empieza! ¡Yo no tengo nada que ver!

-Obvio.- Concordó la joven policía- Zoe, si sigues faltando respeto a Úrsula te tendré que llevar te guste o no a la prisión de la estación.

-¡¿Qué?! ¡Haruna, tú y yo somos amigas! ¡No puedes hacerme eso!- Reclamó la pelirrosa- Sabes muy bien que desde que ocurrió el incendio a Raimon, les he ayudado con el incendio en el cuerpo médico, ¿O no? Nada más vino esa ancianita a joder todo otra vez, ¿Lo entiendes? ¡Ella es la mala!

-Te entiendo pero el hecho de que somos amigas no te hace exenta de juzgarte según la ley. Debo cumplir con mi deber de policía sin dar excepciones.- Dijo la joven peliazul.

-¡¿Lo ves y lo escuchaste, Otonashi?! ¡La culpa la tiene la colorada esta!

-¡Colorada tendrás las arrugas!- gritó la menor mirando a la mujer.

-¡¿Me has llamado cómo?!- Ahora la peliverde estaba en completo shock y todo por lo dicho de su enemiga.

-¡¿Acaso la vejez te está haciendo sorda?!

-¡¿Ah sí?! ¡Pues tú no digas nada ya que ni novio tienes! ¿Quién querría andar con alguien como tú?

Haruna estaba con una cara de completo fastidio nuevamente al ser la infortunada por enésima vez que lidiar con tan peculiar situación y ahora la balanza del desconcierto se inclinó hacia la pandilla D cuando el joven líder como chico de cuernitos y su lindo triceratops llegaron a entrar en el conflicto y Rex tratando de calmarlo.

-¡Oye, no le digas eso a Zoe!- Max se metió de lleno en la contienda.

-¡Wau, wau, wau!- Gruñó Gabu mientras estaba listo para morder a quien le cayera mal.

-Max, no hagas una estupidez, te podrían arrestar por alterar el orden.- El rubio dijo para calmar a su amigo como no agravar más el asunto aparte de mirar a la oficial con una sonrisita nerviosa- Lo siento, Haruna. A veces es difícil tratar con esos dos cabezas de aire.

-¡Jajajajajaja!- Se rió Úrsula- Vaya, vaya, niña, ¿necesitas chicos que te defiendan por qué no puedes?

-¡Cierra la boca, ancianita! Es más, mejor vete escondiendo que el asilo te anda buscando.

-¡¿Qué has dicho insecto?!- Ahora la fémina de la Pandilla Alpha estaba como Vegeta expresando su máxima ira.

-¡Lo que escuchaste, ancianita! ¡¿Quieres pelea?!- La joven se quitó su chaleco amarillo y lo tiró al suelo dónde Natsumi aprovechó para recogerlo.

-Desgraciada...- La peliverde murmuró mientras apretaba sus puños, ahora luego de mucho tiempo tanto ella como la chica que la orillaba a la violencia y a la desesperación (Venido del drama barato por la edad) ya no se andarían con los rodeos.

¡Finalmente se armarían a los golpes!... Otra vez... Vamos, ¿Que no se mencionó que ambas no eran santas palomas?

"Mierda, ¿Por qué otra vez?!", pensaron Rex y Haruna al verse involucrados en tan tensa situación

La peliverde se quitó solamente la capa y los tacones dónde nuevamente Natsumi decidió doblarla junto con el chaleco amarillo de Zoe y claro poner los tacones encima de las prendas, no era tanto esfuerzo pero se sentía extraño ya que parecía más un cualquiera que ser testigo o mínimamente el referee del conflicto.

Úrsula y Zoe ya estaban frente a frente mientras ya estaban de pie a la par que el viento comenzaba a resoplar por todo el lugar haciendo mover sus cabellos como el de los testigos. La gente que estaba prestando atención a los golpes que les estaban dando a Nikogoro y los otros dos sujetos de la pandilla Alpha ahora volcaban su atención a otra pelea, ésta vez entre dos féminas.

Algo bueno y diferente de las peleas que ocurrían entre barras bravas de Raimon y del Instituto Imperial como con la bronca actual con el Clan Tamaki.

Aquello era como los enfentamientos del viejo oeste donde dos oponentes se miraban fijamente con las miradas mientras el viento resoplaba y una cantidad de gente testigo que estaban enmudecidos esperando el transcurso de la batalla.

-Muy bien niñita, si vuelves a llamarme ancianita, me veré obligada a romperte todo lo que se llama cara- La mayor se puso en guardia, acto seguido por la menor.

-Ja, ¿Tú a mí?

-Sí

-Ja, estará muy fácil.

-Ja, estará muy difícil.

-¿No que muy gallita, ancianita?

-Pero no para sus gallinas.

-Ja, mentecata...

-Ja, mentecinca...

Ahora ambas tenían venas rojas por toda la cabeza mientras que buena parte de la gente ya comenzaba a impacientarse solo por el hecho de querer ver una muy buena pelea entre damas.

-¡Bueno, ¿Qué niñita?! ¡¿Le entras o le entro?!

-¡Pues, lo que quieras, ancianita!

-¡Pues ya vas!

-¡Pues para luego es tarde!

-¡Cuando quieras! ¡Dejáte venir, mocosa desgraciada!

-¡No! ¡Tú déjate venir, ancianita!

-¡Vas a ver lo que es bueno!

Las dos féminas se pusieron en guardia al muy puro estilo del boxeo antiguo, Zoe se puso a hacer un juego de piernas a lo estúpido y ni que decir de Úrsula que hacía la misma graciosa danza. A medidas que ambas se ponían a bailar a lo idiota, la gente ya estaba pidiendo a grito vivo que comenzara el combate de una maldita vez, algo que las dos féminas ignoraban ya que su vista solamente se concentraba en la otra.

-¡No te vas a salvar de la putiza, niñita! ¡Ni siquiera la Rosa de Guadalupe ni el diosito Itachi Uchiha no te van a salvar!

-¡La que no se va a salvar eres tú, pinche bruja del 71! ¡Jesse del Equipo Rocket es más pro que tú!

-¿Ah sí?

-¡Sí que sí!

-¡Pues entrele!

Las dos féminas estaban ahí, moviéndose por el improvisado cuadrilátero buscando el momento oportuno para atacar a la otra. Zoe hacía su tonto juego de piernas, Úrsula caminaba manteniendo la guardia a la antigua mientras que Haruna hacía la guardia doshin para intervenir la pelea pero no contaba que una nueva contendiente se unió y era Nico que recientemente se liberó y llevaba casi 110 golpes de shinai cuando inició el altercado y luego otras se unieron como una monja pelirroja, una peliazul, otra pelirroja... Y hasta Candy hizo acto de presencia pues cuando se trataba de pleítos nunca se hacía faltar.

Literalmente todas las amistades de Nikogoro estuvieron de lleno en el conflicto, lo que iba a ser un pleíto entre dos féminas terminó siendo una especie de royal rumble de proporciones épicas pero luego de eso el evolucionó a una batalla campal donde TODOS, literalmente TODOS se pelearon contra TODOS, oficiales de policía, gente del común, hinchas de Raimon y del Instituto Imperial, gente de los barrios cercanos, Nikogoro, Candy y demás personajes hasta Kido, Haruna, Genda y Sakuma fueron arrastrados hacia el multitudinario conflicto.

(...)

Una batalla campal después...

Eran horas del atardecer, eso de la de la tarde cuando un grupo de chicas estaba caminando en bandada dejando un lugar hecho pedazos, de eso, aprovecharon para irse luego de la batalla campal a refrescarse un poco ya que toda la tarde hizo una calor intensa y algunas estaban muertas de la sed.

-Hay que felicitar a Nikogoro y a Candy- Decía Zoe mientras iba junto con Úrsula, Yaya, Haruna, una pelirroja vestida de monja y una peliazul de pelo corto pero que parecía marimacho.- De todas nosotras, ellas dos demostraron ser las más fuertes.

-¿Y que esperabas? Ambas son demonios de tantos que hay en todo Edo- Dijo Yaya- Pero sí, las dos son muy fuertes y hay que felicitarlas por ello.

-Tampoco ustedes dos no pelearon nada mal- Dijo la pelirroja vestida de monja señalando a Zoe y Úrsula las cuales tenían vendas en los brazos y unas cuantas curitas en el rostro, lo mismo que las demás.

-Y todo porque entre ambas son muy crueles, tú por faltarle respeto y tú por hacer un drama por tu edad- Dijo la chica peliazul que andaba en ropas tomboy

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Otras amigas de Nikogoro

Kyoko Sakura

Monja Kirinshintan

Sayaka Miki

Ronin Ramdom

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-Eso es porque esa mocosa empezó

-No te hagas la inocente que tú también empezaste, ancia...

-Ya basta, ¿No hay un solo día dónde no hagan un alboroto entre ustedes?- Cortó Haruna que estaba en las mismas condiciones- Deberían agradecer que la estación está hecha un desastre y los demás se quedaron para arreglar los daños aparte de que aprovechamos para ir al bar de Runo a beber.

-Sí, ya que lo dices, conociendo a Nicky seguramente ella e Inazuma se fueron a beber allá. Cada vez que pasa cualquier cosa, Nicky se va a tomar licor, como siempre.- Dijo Yaya quien conocía muy bien a su vieja amiga desde niña.

-Y hablando de ella, ¿Cuántos golpes le dieron?- Preguntó la pelirrosa del equipo D.

-La condenamos a más de 200 golpes, eso por pelearse contra la señorita Kochiyama en el mediodía.- Dijo la peliazul.

-¿Entonces es cierto que se agarró a golpes con la gata esa?- Yaya había escuchado los rumores del conflicto que tuvo su amiga

-Sí. Frente a la dulcería. Iba a comprar algo para la sed cuando pasó eso.- Dijo la fémina de cabello verde.

-Bueno, ya que la cosa terminó para Nikogoro y Candy como con Úrsula y Zoe, esta noche nos vamos a ameritar algo- En eso Kyoko sacó de su botana lo que parecía ser su billetera mientras que Sayaka sacaba la suya y otra billetera.

-¿Eh?

-No hay mejor momento que irnos al bar de Runo y tomarnos unas chelas.

-Sí, una bebida fría no estaría mal aparte de que tengo sed de la peligrosa- Dijo la pelirrosa.

-Ya somos dos con el mismo punto, niñita- Concordó su rival de pelo verde.

-¡Muy bien chicas! ¡Vamos a beber con Runo como las nakamas que somos!- Exclamó la peliazul marimacho del grupo mientras las demás asentían al unísono.- Por cierto Kyoko, lo que tienes alcanza para las chelas, ¿No?

-No lo sé, ¿Y tú Sayaka?

-Lamentablemente no tengo mucho dinero pero lo suficiente para unas dos copas, ¿Yayis?

-Tengo pero Tsubomi se encabronaría conmigo si gasto toda la plata.

-¿Zoe? ¿Úrsula?

-Tengo aunque no mucho, ¿Y tú?- La menor miró a su enemiga mientras se miraban las billeteras para ver si tenían el dinero suficiente para el licor frío de un intenso día que vivieron.

-Tampoco no tengo mucho dinero, ¿Y esa otra billetera, Sayaka?

La peliazul hizo una sonrisa maliciosa mientras abría la otra billetera mientras que las demás se le quedaron mirando.

-¿De dónde obtuviste esa billetera, Mickey?- Preguntó Yaya mientras miraba que la billetera que tenía su amiga tomboy de pelo azul estaba repleta de muchos billetes de buena denominación y por supuesto una foto de una pelimorada y lo que parecía ser una tarjeta de un bar o establecimiento con números telefonicos como dirección y otros documentos más.

-Dígamos que me serví sola- La peliazul miró a la monja pelirroja- Eso fue gracias a la mejor.

-Oh, vamos, Sayaka- Kyoko se rió graciosamente mientras veía el fajo de billetes de la billetera ajena- Me haces sonrojar, mi vida.

-Espera...- Haruna miró la foto y demás documentos- ¿No me digas que es la billetera de Ayano?

-¡Oh sirenita! ¡Que mal, que mal! ¡Eso está mal!- Dijo Úrsula entre risas mientras la peliazul con pintas de tomboy dio a Zoe los billetes para que los contara.

-Y no dejé ni una pista.

-¿En serio? ¡No me la puedo creer!- La joven pelirrosa del grupo quedó con los ojos abiertos al ver la cantidad de dinero que tenía entre manos al tiempo que Haruna estaba con curiosidad.

-¿Cuanto es Zoe?

-20 millones de ryus.

-¡¿Dos millones?!- Todas quedaron impresionadas por la cantidad de dinero que se tenía guardada la tal Ayano.

-¡No me jodas, Zoe! ¿En serio eso?- Preguntó Yaya a lo que la pelirrosa asintió.

-Por lo que veo parece que le recién le pagaron- Dijo Sayaka al recibir el fajo de billetes.

-Jajaja... Vaya, nunca creí que esa tipa se tuviera un buen guardado y todo por querer irle tras el culo de esa chica llamada de Yoshiwara llamada Toshino- Dijo Úrsula en medio de risas.

-¿Toshino? ¿Toshino Kyoko? ¿La chica esa del distrito Rezuban?- Preguntó Haruna a lo que algunas asintieron.

-Sí, esa chica que le gusta el ron con pasas y es medio otaku... De hecho, esa es una de tantas putas que nos montamos Nicky cuando estamos intensas- Dijo Yaya con una sonrisa pícara mientras algunas se reían de todo eso.

-¿En serio?- La pelirroja del grupo se echó ¡Vaya, parece que nuestra Nikogoro es toda una culionera! ¡Ni se diga de tí, mi Yayis!

-¡Muy bien! ¡Vamos a gastarnos esa plata de una vez por todas!- Exclamó la mencionada mientras todas le siguieron para irse al bar de Runo a refrescar sus gargantas.

-Pero eso sí, ¡Soy muy fuerte que tú ancianita!- Dijo Zoe mientras se acercó a su eterna enemiga.

-¿Ah sí? ¡Soy más fuerte que tú, niña cabeza de chicle!- Reclamó Úrsula con una vena roja en la cabeza.

-Nos da igual quien de las dos es la más fuerte- Dijo Haruna la cual intervino en medio de las dos- Si siguen así, créenme que las voy a arrestar en serio.

-¡Si lo haces Haruna, solo arresta a esa niñita! ¡Yo soy muy joven para ir a prisión!

-¡Ay sí, como no!- Se burló la pelirrosa- ¡La que van a arrestar es a tí, ancianita!

-¡Deja de decirme así, hija de la gran puta!

-¡Ya basta las dos! ¡Que nos morimos de sed!- Se quejó Yaya a lo que ambas féminas se guardaron sus ansías de matarse para más tarde o en alguna otra ocasión.