En la residencia anexa al bar restaurente Runoya...

Eran eso de las una o dos de la mañana cuando el restaurante seguía funcionando lo mismo que el servicio de residencia en el motel anexo al establecimiento. De las compinches que fueron junto con Nikogoro a festejar solamente quedaron las mismas compinches; Kyoko y Sayaka estaban juntas en uno de tantos cuartos del sitio, Yaya y Haruna fueron juntas a la casa de la primera pero fueron echadas a golpes por parte de la pareja de ésta y nuevamente llegaron al bar para reanudar su jolgorio y finalmente Zoe y Úrsula les tocó descansar en un mismo cuarto para el infortunio o fortuna de la otra (Eso porque todas juntas estaban ebrias).

Pero al parecer, a pesar de que eran comienzos de la madrugada, Kyoko, Haruna, Yaya y Zoe estaban jugando Uno. Originalmente iban a jugar todas pero Sayaka estaba durmiendo como nunca en el futón mientras que Úrsula estaba durmiendo en otros de los cuartos, de hecho, las siete estaban reposando en el mismo segundo piso de la residencia o ryokan anexa al restaurante de Runo.

Mientras la peliazul tomboy estaba acostada, roncando y durmiendo como si no hubiera un mañana, Kyoko, Yaya, Haruna y Zoe estaban jugando Uno hasta que una de ellas tocó un tema que hizo que las demás ganaran algo de interés, en especial para la fémina del equipo D. Las cuatro chicas estaban usando como era la costumbre yukatas pero en este caso eran de color negro y tenían escrito 琉乃屋 en los lados del cuello de su prenda.

Cerca de las féminas estaba otro animalito, un dinosaurio mascota al igual que Gabu solo que su apariencia era diferente al pequeño triceratops. La criaturita en sí era una hembra y su apariencia consistía en ser verde celeste con una parte de su cresta de color azul y tenía una mancha de color azul marino muy grande que empieza por la espalda recorriendo partes del cuerpo.

.

Mascota del equipo D

Parasaurolophus Paris

.

La pequeña como tierna parasaurolophus estaba durmiendo sobre Sayaka la cual estaba roncando mientras que las demás compinches jugaban a una zona alejada de donde dormía la peliazul. Las cuatro jóvenes estaban jugando UNO mientras que una de ellas preguntó.

-Oigan, chicas, ¿Y Nikogoro?- Preguntó Haruna al ver que no estaba la líder hikeshi con ellas.

-Creo que Nicky está con Tamao- Respondió Yaya- De hecho, desde hace menos de un año que ellas tienen su rollito.

-¿Lo dices en serio, Yayis?- Preguntó Zoe a lo que la pelinegra asintió- No lo entiendo, dice que no quiere a alguien en su vida luego de lo que pasó con Nishikino pero... No pensé que tuviera algo con Suzumi.

-Ni yo tampoco pero creo que es mejor para ambas ya que pasaron por lo mismo y bueno, dicen que los que tienen en común algo terminan juntos aparte de los que se pelean mucho.

-¿Algo en común?- Kyoko alzó una ceja- ¿Luego que le pasó a Tamao?

-Pues... Es una larga historia que contar, bueno, técnicamente es igual a que me pasó a mí hace dos o tres años... Kyo, Dobu, Zoe, ¿Recuerdan que les conté sobre Hikari y Amane cuando estudiaba en el Instituto?

-¿Amane Otori? ¿La tipa esa que ahora es hatamoto y que es la bugyo de Kioto?

-¿Y esa chica de quien te enamoraste es la esposa de Otori? ¿No es así?

-Sí, esa. Fue lo mismo que me pasó a mí solo que... A diferencia de mí, Tamao sigue sola a pesar de que es una muy buena poeta pero... - Dibujó una pequeña sonrisa- Nunca pensé que tuviera algo en común que Nicky y eso que ambas son diferentes desde la edad... Pero bueno, con que estén juntas y sean el consuelo de la otra es lo mejor, ¿No? Ambas sufrieron muchas cosas sobretodo Nicky que tuvo la tristeza de soportar toda su vida desde que murió su padre y por el momento que tiene que encarar mucho por el pueblo siendo líder de los Nikogumi y ahora con que la vieja esa Tamakinokami últimamente tiene embarazada a Nishikino y más con ese embrollo del incendio de Raimon y los bomberos del distrito pues es mucho el peso que lleva pero aún así le va bien como siempre.

-Después de todo como ella dice, es la número uno del universo siete y alrededores.- Dijo la peliazul.

-Que envidia me da Nikogoro y de la buena- Dijo la pelirrosa.

(...)

En otro cuarto de la residencia del Runoya, en uno de tantos cuartos del tercer piso...

En el tercer piso de la pequeña posada, estaba Nico la cual estaba sentada mientras estaba viendo la mesa en la que estaba viéndose su reflejo, fue en eso mientras Tamao, la joven poetisa de cabellera azulada se le acercó mientras llevaba un jarrón grande de sake y unas copas, cortesía de Runo quien era otra de tantas amistades de la pequeña mujer pelinegra.

-Nikogoro

-¿Eh? ¿Qué pasa Otama?

-¿Quiere otro trago?- La peliazul se sentó frente suyo mientras dejaba el licor y las copas sobre la mesa aunque la pelinegra se alzó la ceja pues ya había bebido demasiado aunque... Estaba a solas y frente a alguien que recientemente le tomaba estima.

-¿En serio, Tamao? Si apenas son las dos de la mañana.

-Está bien de en vez en cuando- La poetisa sonrió cosa que de alguna manera sobresaltó el corazón de Nikogoro.

-Sí… tienes razón.

La mayor asintió dibujando una pequeña sonrisa, de hecho, era algo que nunca creyó experimentar luego de muchísimo tiempo y era la sonrisa de esa chica. Aquello era el objetivo que tuvo en el pasado con alguien pero de alguna manera, esos ojos amatistas y ese cabello azul y ese aroma de mora azul... De alguna manera, sentía que algo que creyó haber muerto hace mucho tiempo comenzaba a florecer lentamente.

La peliazul le sirvió una copa a la mujer loli la cual aprovechó para prender y ver algo de televisión, precisamente en la emisión de medianoche se estaba tocando el tema del incendio ocurrido en Raimon como tratando uno de los posibles móviles del siniestro.

-Tamao, ¿Sabes todo acerca del incendio y del Clan Tamaki?

-De hecho, Candy-sama y mis nakamas del Inazuma Bugeicho lo saben.

-Pero, ¿qué haremos? Inazuma, tus camaradas, mis muchachos... Solo nosotros debemos proteger Edo, ¿Verdad?

-Así es- Asintió la peliazul mientras tomaba lentamente su copa- ¿No podremos hacer algo más?

-Ni idea…- La pelinegra se quitó los brazos de su ancha yukata y los cruzó, mientras puso una mano al mentón, algo que le causó gracia a Tamao ya que la mayor hacía un gracioso gesto como si fuera un marido pensando en una pronta solución.

De repente, una bombilla se iluminó en la mente de la pequeña líder hikeshi.

-¡Es verdad! ¡Debería hablarlo con mi señora!

-¿Qué?- La peliazul se quedó extrañada- ¿Qué acaba de decir, Nikogoro?- La joven quedó mirando fijamente a la pelinegra quien no evitó ruborizarse al ver ese tierno rostro angelical que poseía la menor.

-Jejeje, no dije nada- Hizo una risita tonta- Hablaba sola, no me hagas caso, Tamao- La pelinegra miró a todos lados, aparte de ponerse de pie y ver si había algún que otro muro a la costa y a la redonda hasta que se sentó nuevamente en el kotatsu.

-Nikogoro, ¿Acaso pasa algo?

-Pues...- La mujer loli calló por unos segundos pero nuevamente decidió mirar por todos lados hasta que finalmente llegaba el momento donde debía revelar aquello que mantenía desde hace mucho tiempo- Bien, Tamao, escucha con atención. Esto que te diré no debes decírselo a nadie, ¿de acuerdo? Porque si mencionas algo, todo terminará y nada de esto cambiará, ¿entendiste?

-Por eso, dime de que habla.

La pequeña mujer loli iba a hablar pero debía ser precavida porque cuando se trataba de Yoshimune, hasta las piedras eran capaces de escuchar y dar curso a sus oscuras intenciones.

-¿Nikogoro?

-Espera un momento... Bien...- Decidió hablarle en susurros- No debemos hablar en voz alta. Eres la primera y quizás única persona en saberlo, ¿Sí? Verás… Eh… Solo lo diré una vez- Calló unos segundos- Escucha, ¿Recuerdas a esa chica llamada Shino Tokuda?

-¿Shino Tokuda? ¿Acaso ella es la chica que de en vez en cuando se la pasa estando con ustedes desde menos de un mes? Hay rumores que dicen que ella es una super agente del gobierno.

-Sí, esa mera. Me temo que esa chica tiene un enorme secreto.

-¿Enorme secreto? ¿Entonces es la super agente que dicen algunos?

-De hecho, es más que una super agente. Verás... Shin-san es nada más ni nada menos que su Majestad, la Reina Yoshimune.

-...

-Ella es la shogún. ¿Ya entiendes? ¡Por eso no le digas a nadie!

Un silencio se hizo presente dando a entender que estaban en una situación tensa hasta que de repente... Tamao comenzó a inflar graciosamente las mejillas causando una extrañeza en Nico hasta que la menor explotó de risa.

-Pfff... ¡JAJAJAJAJAJA!

-¿Qué es gracioso, Tamao?- La pequeña líder hikeshi comenzó a enfadarse con su compañera de habitación.

-¡Jajajajajaja! Usted está enloqueciendo, Nikogoro. Nadie creerá esa tontería- La joven terminó de carcajear- Píensalo un poco. Estamos hablando de la shogún. Entra sin avisar y le dice "Oye, Nico-chan". No bromeo. La shogún debe ser alguien respetable.

-Exacto. Por eso no debes decírselo a nadie.

La peliazul se puso a negar con la cabeza.

-Si usted trata de engañar a los demás, piense en algo mejor. ¿Cómo va a ser esa chica mágica? ¿Sabe? El shogún va montados en un enorme palanquín y lo acompañan cientos de personas, además que viste kimonos de raso. Y también dice: "No seas tan formal, levanta la cara" y cientos de bellas damas van con él. Es un trabajo muy duro.

-Así es. No… bueno...- Se sacudió rápidamente la cabeza- ...tal vez sea así. Pero, ¿sabes? Yo ví su toma de posesión en la calle principal y..

-¿No será que la confunde? Le recuerdo que el mundo es enorme. Hay muchas personas que se parecen.

-¿En serio?- La mujer loli ya estaba con su cara de pocos amigos- Dame una prueba, mujer.

-Con qué usted quiere una prueba, ¿No?- La poeta miró desafiante a su acompañante y se puso de pie para posteriormente hacer una postura kabuki- ¡Nikogoro, mirame!

-Oye, ¿Que te pasa?- La pelinegra le causaba una leve risa al ver a su compañera de cuarto haciendo el tonto.

-Nikogoro, ¿No lo entiende?

-¿Qué cosa?

La joven peliazul se puso a recitar lo siguiente:

-"Aquella que salió de las montañas de Yoshino, Shizuka Gozen, siguiendo el arduo camino, pisando flores y superando tormentas, caminando con tranquilidad, dando vueltas a su hermosa aquilegia".

Nota de la autora: Shizuka Gozen, o Lady Shizuka, una de las mujeres más famosas de la historia y la literatura japonesas, fue una shirabyōshi (bailarina de la corte) del siglo XII y amante de Yoshitsune Minamoto. Dado que ella, como muchos otros, aparece en gran medida en Heike Monogatari (La historia de Heike), Gikeiki (Crónica de Yoshitsune) y en varias obras de diversas tradiciones, su historia es bastante conocida, pero es difícil separar los hechos. de la ficción que contiene.

Generalmente se acepta que su lugar de nacimiento fue el distrito Iso (costa) de la ciudad de Aminochō en la histórica provincia de Tango, donde es considerada como una de las "siete princesas de Tango". Ella todavía tiene un santuario en el pueblo y representa a su deidad principal. Su madre, Zenji Iso, también era shirabyōshi.

Según el Gikeiki, Shizuka fue invitada en un momento por el emperador retirado Go-Shirakawa, junto con otros 99 bailarines, a bailar para la lluvia después de que el canto de 100 monjes budistas no lograra el mismo resultado. Aunque los 99 bailarines tampoco lograron traer lluvia, la llegada de Shizuka produjo el efecto deseado. Luego fue elogiada por el Emperador, y fue en ese momento cuando conoció a Yoshitsune.

Cuando Yoshitsune huyó de Kioto en 1185, tras el final de la Guerra Genpei, y tras un desacuerdo con su hermano, Yoritomo, el primer shōgun Kamakura, Shizuka se quedó atrás en el monte Yoshino. Los detalles exactos de qué tan lejos viajó con Yoshitsune antes de ser enviada de regreso, o si viajó más lejos que Yoshino, difieren de una obra literaria a otra, al igual que muchos de los otros detalles más finos de su cuento.

En cualquier caso, fue capturada por Tokimasa Hojo y fuerzas leales a Yoritomo y, según algunas versiones de la historia, obligada a bailar para el nuevo shōgun en Tsurugaoka Hachiman-gū. Allí cantó canciones de su anhelo por Yoshitsune, lo que enfureció a Yoritomo; pero la esposa de Yoritomo, Masako Hojo, se mostró comprensiva y ayudó a calmar su ira.

Sin embargo, en ese momento ya estaba embarazada del hijo de Yoshitsune; Yoritomo declaró que si fuera una hija podría vivir en paz, pero si fuera un hijo, haría que lo mataran. Poco tiempo después, cuando Shizuka tenía 19 años, dio a luz a un hijo; Kiyotsune Adachi intentó llevarse al niño, pero éste fue entregado a la madre de Shizuka. Luego viajó de regreso a Kioto, donde se convirtió en monja budista. Sin embargo, Shizuka fue asesinada más tarde, junto con ella y el hijo de Yoshitsune, por orden de Yoritomo.

Según algunas versiones de la historia, a su regreso no se hizo monja ni fue asesinada. Alternativamente, regresó a Kioto y Hōjō Masako la recibió nuevamente en la vida de la corte, donde permaneció por un tiempo. Luego abandonó la capital una vez más y se suicidó ahogándose en un río, aunque las versiones difieren sobre el lugar donde ocurrió.

Shizuka ocupa un lugar destacado en la obra Noh llamada Funa Benkei y en la obra de bunraku Yoshitsune Senbon Zakura, ambas adaptadas posteriormente al kabuki, y en otras obras de literatura y teatro, tanto tradicionales como modernas. También se la celebra en todo el país en diversos festivales; Muchas ciudades de Japón afirman ser el lugar de su exilio religioso, su muerte u otros acontecimientos importantes de su vida.

-Pareces como una tonta.

Ambas féminas se miraron muy mal hasta que Tamao se sentó de mala manera mientras Nico se cruzaba de brazos cruzados aunque un rubor grande en su rostro le estaba comenzando a traicionarle, no podía evitar la belleza de esa chica de cabello azul y olor a mora azul.

-Escucha, Nikogoro. Muchos han venido llorando, y todos los que me ven dicen que me parezco a Shizuka Gozen.

-Tonterías, no te pareces a ella.

-¡¿Ah no?!- La joven quedó graciosamente en shock- Ah, mira, Nikogoro.

La lider de los Nikogumi no dudó en sonreír graciosamente mientras veía a esa peliazul haciendo algo fuera de lo común.

-Oye, espera. ¿Qué haces?

-Espera, solo mírame... Mira, Nikogoro...- La joven en menos de nada se puso un platillo pequeño de sake sobre su cabeza mientras con una de sus manos libres sostenía la jarra donde estaba contenido el sake y comenzó a andar como si fuera un viajero que tenía un largo recorrido con un bastón- Esto será su sombrero y esto, su bastón, ¿Lo ves? ¡Soy Shizuka Gozen!

-¡No inventes!

-¡Mírame bien, Nikogoro! Mira, mira...- La peliazul comenzó a andar a lo tonto haciendo que la mayor comenzara a reírse de su graciosa actuación- ¡Soy Shizuka Gozen!

-¡JAJAJAJAJAJA!- Nico ahora explotó de risa haciendo que su acompañante comenzara a enfadarse hacia ella.

-¡Es verdad, Nikogoro! ¡Deje de reírse, por favor!- La pelinegra seguía ríendose a lo que la peliazul hizo mirada kawai triste todo para que su compañera de cuarto le entendiera de una muy buena vez- Nikogoro, ¿Cree que pueda hacer de Shizuka Gozen en la próxima junta vecinal? ¿Sí? ¿Qué dice?

La pelinegra dejó de reírse mientras veía de pies a cabeza a la menor.

-Me estás dando dolor de estomago.

-¡Idiota!- No dudó en darle un zape en la cabeza haciendo que la pobre mujer loli lloriqueara por el golpe.

-¡Ouch! ¡Eso me dolió!

La peliazul de muy mala gana se sentó estando de espaldas a la pelinegra la cual dio un suspiro y comenzó a acercarse hacia la menor al tiempo que los brazos envolvían el cuello ajeno.

-Nikogoro...- La peliazul se sonrojó mientras sentía el abrazo que le proporcionaba la pelinegra.

-Tamao... Siento haberte hecho eso- La líder de los hikeshi acercó su mejilla pegándose a la de la otra- Te prometo que no volveré a molestarte, ¿De acuerdo? Haré lo posible para portarme muy bien contigo, ¿Si?

La peliazul con ambas manos tomó los brazos de la mayor como si aceptara el calor y el cariño que le estaba brindando.

-Cielos... Nikogoro, como odio amarte- La menor soltó un pesado suspiro sin soltar el contacto ajeno- Te perdonaré por esta ocasión...

Nico le dio un dulce beso en la mejilla haciendo sonrojar a Tamao quien dibujaba una sonrisa en su rostro al presenciar por sí sola ese aspecto amoroso oculto del demonio de Mujina quien en más de una ocasión se juró nunca encontrar el amor y la felicidad. La peliazul soltó el abrazo y se dio de vuelta para darse cuenta de unos hermosos ojos carmesís frente a sus orbes violetas, la cara infantil de la mujer loli le estaba sonriendole con ternura.

La peliazul abrazó el cuello de la pelinegra quien no dudó en tomar las mejillas de la otra y unir sus labios y comenzar una danza apasionada de besos. A la distancia las yukatas y la ropa interior cayeron al suelo y dos cuerpos se tumbaron sobre el suelo de tatami creando lo que llaman el amor.

(...)

En un cuarto del cuarto piso...

Natsumi estaba tirada sobre la cama con sus cabellos castaños desplegados sobre la cabecera del futón mientras frente a ella estaba una mujer rubia de brillantes ojos azules y de piel crema que la miraba con ternura como con lujuria.

Las ropas que usaban estaban esparcidas por todo el suelo de la habitación mientras que dos cuerpos desnudos creaban amor y pasión en un solo lecho. Las luces de la habitación estaban apagadas solamente dejando la luz de la noche como los reflectores de tan acto íntimo. Dos sombras estando en un blanco futon se daban de todo para consolidar su unión, los besos, las caricias, los abrazos largos e interminables y el calor.

Palabras sobraban en ese instante, eran algo innecesario, los cuerpos hablaban su propio lenguaje creando la poesía mas sublime que cualquier idioma en el universo podría componer jamás. Las manos suaves de la hija de Raimon acariciaron la espalda desnuda de la raijin la cual, ruborizada cual botón de rosa acariciaba frenéticamente las caderas de la castaña.

El cabello largo y rojizo de Natsumi formaba regueros de un obscuro vino que se derramaba por los bordes de la cama, que impregnaba el cuerpo de aquella con quien compartía sus sentimientos guardados con el pasar del teimpo.

Breves como largos minutos de caricias, besos y abrazos después, la rubia estaba sobre el cuerpo de la castaña, aferrando con pasión y deleite las sabanas blancas del futón, sus caderas al parecer habían adquirido voluntad propia y se balanceaban con fiereza y éxtasis sobre las de una azorada Natsumi que observaba el ímpetu con el que su amante la mimaba.

Los amorosos brazos de la chica de cabellos castaños estrecharon con ternura el cuerpo bañado en sudor de aquella que con tan apasionado esfuerzo demostraba sus sentimientos.

–Gracias, Candy-sama...

La mencionada se detuvo en seco, abrió los ojos y miró a la hija de Raimon quien debajo de su cuerpo le sonreía con ternura. Natsumi acercó su mano hacia el rostro de Candy la cual no dudó en estrechar el gesto y se acercó hacia la otra dando otra ronda de apasionados e intensos besos mientras las caderas retornaban a su ritmo propio.

Finalmente, luego de hacer de un frío invierno la más hermosa primavera, la castaña terminó recostada sobre el cuerpo hermoso como forjado de mil batallas de su salvadora de cabellos eléctricos. La rubia miraba el techo mientras acariciaba los cabellos de su princesa de verano.

-Natsumi... ¿Cómo te sientes?- La rubia miró a su amante quien parecía gustar sentir el calor y quizás los latidos del corazón del demonio dorado.

-Fue increíble...- dijo la castaña rojiza mientras apoyaba su rostro enrojecido sobre los pechos de Candy- Me has hecho sentir especial.

-Todo lo que sea para hacer feliz a mi princesa de verano- La mano libre de la raijin acariciaba el cabello mojado de la castaña rojiza.

-Muchas gracias... Por lo que hiciste por mí.

-Es el deber de cualquiera en salvar al inocente de la maldad.

Natsumi levantó su rostro hacia el de Candy y cerrando los ojos besó con dulzura los labios de la otra con delicadeza para retornar a los brazos de su salvadora.

.

.

.

En una pequeña casa o quinta de

Ya eran las tres o quizás las cuatro de la mañana cuando de pronto, una joven peliazul de cabello corto, ojos morados y lentes estaba alistándose para irse a quien sabe dónde. La joven llevaba como indumentaria lo que parecía ser una gorrita negra con orejitas de gato, una chaqueta de gris, una falda blanca, pantimedias negras y tenis blancos. La joven peliazul veía por la pantalla de su móvil lo que parecía ser un mapa posiblemente de la ciudad, exactamente, del área limítrofe de Edo, en el distrito Inazuma.

La peliazul luego de eso se guardó el celular en uno de los bolsillos de su chaqueta y decidió ir hacia la puerta pero algo la detuvo.

-Ooka, ¿Ya te vas?

La mencionada giró su rostro hacia la persona que la habló, era una especie de muñeca de trapo en versión realista, ojos grandes de color verde, cabello rojo vivo en forma de una melena casi tirando a una afro, nariz triagulada, vestidito victoriano de falda corta, medias largas rojinegras y unos tenis rojos. La única expresión que tenía el muñeco de felpa era una sonrisa y una mirada fija.

La muñeca estaba sentada en el sofá mientras estaba con unos audífonos azules con orejas de gatito alrededor de su cuello mientras que su dueña, la joven bugyo de Minamimachi estaba mirándola con una breve sonrisa.

De pie, junto a la cama, una chica de cabellos largos y negros se acomodaba el moño en su pulcro uniforme escolar blanco, ensimismada, solo tenia ojos para la acción que estaba realizando.

-Si, Anna, no puedo quedarme de brazos cruzados mientras que su majestad anda por la ciudad como si nada, lo lamento mucho.

-Lastima, me hubiera agradado que te quedaras conmigo, como siempre...

-Si pudiera lo haría, pero hoy no puedo...

La muñeca de trapo llamada Anna, como si tuviera vida propia, se puso los audífonos de nekita en sus oídos, se recostó boca arriba en el sofá y recostó su cabeza usando sus brazos cruzados. Movía su cabeza mientras miraba el techo como si disfrutaba lo que estaba escuchando.

-¿Sabias que hoy Yoshimune fue a ayudar en la construcción de la escuela Raimon?- dijo la muñeca intentando hacer tiempo.

-¿En serio fue a la construcción?

-Exacto, Yoshimune fue a ayudar junto con los Nikogumi y los Super Once, bueno, de hecho, varios de sus 100 amigos en el mundo son parte de los del Raimon.

La peliazul bajó la mirada mientras sus lentes brillaban en blanco.

-Ya veo... Nikko-chan tiene ojos para todo el reino y como siempre, me deja de lado y eso que ahora soy la bugyo del sur de la capital.

-Es triste que a ella no le interesas más allá de ser shogun y bugyo.

-¿Por qué dices eso, Anna?

-Porque eres igual que yo. Te marginas sola, te alejas del bullicio, te encantan las noches, la buena música, la soledad, la oscuridad, la luna y sobre todo, las dos coincidimos en que hemos estado enamoradas de alguien que nunca nos corresponderá.

-Anna, ¿Por qué hacemos esto? Digo, eres una muñeca y yo soy una humana... Es raro eso de tener sexo contigo pero a la vez siento que desde siempre has sido mi gran consuelo.- dijo Tadasuke debitando un poco.

-Yo lo hago porque me agrada hacerlo contigo aunque la verdad lo único que detesto de tu conducta en la cama es cuando me llamas Nikko-chan. Fuera de eso, me encanta hacerlo contigo. Eres linda, tierna y atenta, algo difícil de encontrar hoy en día en una mujer.

-Es el dolor, cuando mas lo conocemos podemos ser más amables con los demás...

-¿Amables dices?

-Si... la amabilidad no es una debilidad, todo lo contrario a mi parecer es el símbolo supremo de fuerza sobre el instinto básico...

-Ay, Tadasuke, ¿Y que es lo que tú y yo hacemos si no es dar rienda suelta a ese instinto básico cada vez que estamos juntas por la noche?

-Acompañarnos, ser amables la una con la otra...

-Pero no hacemos el amor...

-No, por supuesto...

-Entonces la amabilidad, esa fuerza de la que tanto hablas, ¿Es tu fuerza para defenderte de los demás?

-Si... si soy amable, me tratarán bien, si los respeto me respetarán, si los quiero me querrán...

La muñeca de trapo a pesar de su inexpresiva sonrisa no pudo evitar una risa espontánea.

-¡Jajajajaja! Lo siento, Tadasuke, pero es que no pude contenerme, pero en serio, ¿es posible que puedas pensar así realmente?

-Por supuesto...

-No quiero recordarte de que después de que Nikko fuera criada por Nikogoro, fue al Santuario a entrenar hasta los diez años junto con el señor Kano. ¿Sabías que ella conoció y tuvo como compañero de entrenamiento a un chico pelirrojo?

-¿Chico pelirrojo?

-Sí. Su nombre es Koga y al parecer por lo que me dijeron tus oniwabanshu, él es el actual caballero de Pegaso como sucesor de Tenmasuke Hoshizora.

(Nota de la autora: Nombre nobiliario que se le dio a Seiya de Pegaso por haber defendido y salvado Edo)

-¿Y eso que tiene de malo?

-Pues que Yoshimune y el tipo se enamoraron pero su majestad tuvo que irse a Wakayama a iniciar sus estudios y dirigir el Clan Kishimoto. El tipo vendrá a Edo con motivo de las vacaciones por lo que debes estar alerta pero como dices que eres muy amable, ¿Crees que eso que piensas y crees está bien? ¿Es lo correcto?

-...- La joven peliazul cayó ante la noticia que le dio su muñeca pelirroja.

-Desde mi experiencia, esa no es la manera de actuar. Si queremos lograr algo debemos ser mas agresivas... no pedir, despedazar a los rivales, acabar con la batalla antes de comenzar. Y una cosa más de ese tal Koga.

-¿Qué es?

-Que aparte de ser el actual caballero de Pegaso, es el hijo adoptivo de Seiya de Sagitario y de Saori Kido.

-¿Qué?

-Como lo escuchaste, ahora que la diosa Athena como su más mejor, poderoso y leal caballero son pareja oficial, adoptaron a ese chico... De ahora en adelante, Koga de Pegaso tendrá el título del príncipe Erictonio y sabes lo que eso significa para después, ¿Verdad?

-¡...!- La joven nuevamente quedó en silencio, como si presintiera un peligro que amenazaba con llegar en cualquier momento y la shogun era el objetivo de eso.

-Puede que tú seas la magistrada de Minamimachi pero si fuera tú, dejaría de lado mi labor y dedicarme a odiar a ambos.

La joven apretó los puños y le reclamó a su muñeca.

-Puede que odiaría a ese tal Koga pero nunca lo haría a mi señora. No puedo odiar a la shogun, mi filosofía no incluye al odio como una sensación necesaria.

-Pues que bien puedes contenerte, una lastima que yo no pueda ser como tu. Nos vemos, Tadasuke.

-Antes de irme, contéstame una última pregunta.

-Hazla...

-Si en caso de que Koga venga a Edo y esté con Nikko-chan, ¿Que crees que tengo que hacer?

-Muy buena pregunta, Tadasuke. Tienes dos opciones, ya que eres la bugyo de Mimamimachi, usa el poder de tu cargo para hundir a ese Koga, puede que haya consecuencias pero si tienes lo necesario para hacer caer a Erictonio entonces lograrás quitarte un peso de encima.

-¿Y la otra alternativa?

-Cuando llegue esa situación, aprovecha el momento donde estén ellos dos solos, puedes mostrarte o puedes actuar en las sombras, lleva una katana, un cuchillo o una daga, lo que tengas a la mano y cuando estés en medio expresa lo que crees adecuado el odio que tengas aunque sea con toda tu alma. Luego de eso, no darás un cuerno por el romano y si la shogun no quiere, entonces haz lo que quieras con ella pero sin matarla o de ser posible... Serías una especie de primer ministro que pondría en marcha al país... Pero es solamente tu decisión si haces los movimientos correctos.

Ooka palideció ante las palabras de la muñeca de trapo.

-Hasta mañana, Anna...- La joven peliazul caminó lentamente hacia la puerta de su casa y salió yéndose en paso lento hacia la calle mientras unas lagrimas le traicionaban.

No importaba lo que hacía, si fuera bueno o malo... Yoshimune Tokugawa jamás tendría ojos para Echizen Ooka.