Mientras tanto en los comensales del bar y restaurante Runoya...
En uno de tantos comensales que conformaban el bar restaurante regentado y dirigido por Runo Misaki, una joven pelirrosa estaba comiendo gustosamente un taco al pastor, eso demostrado por los brillitos que mostraban sus ojos escarlatas al probar el platillo mexicano.
La joven vestía una chaqueta deportiva blanca y una pantaloneta bermuda negra, usaba una gorra negra con orejas de gato sobre la cabeza y unos clips rojos en ambos lado de su pelo. La joven estaba acompañada de un osito de peluche grande, el animal de felpa era de color blanco y de ojos azules y como todo osito de felpa tenía una sonrisa dibujada en su rostro.
La joven ignoraba que dos presencias vinieron hacia la mesa donde estaba ella, la joven como si sintiera lo que estaba a su alrededor se volteó al ver que eran dos personas, un chico pelimarrón vestido de chamarra negra y una mujer castaña vestida de chamarra blanca. Los dos tenían la pinta de de ser posibles pandilleros o delincuentes pero viendo que uno de ellos tenía un boleto posiblemente era para algo.
-Buenas noches, señorita- Saludó educadamente el hombre de cabello marrón el cual notaba que la joven estaba sola en la mesa aparte de que su oso de peluche blanco estaba en el otro asiento de la mesa- Oh, ¿viene sola? ¿Conoce a alguien al menos?
La joven miraba a los dos supuestos jóvenes los cuales parecían sonreír gentilmente, algo bastante extraño en pandilleros y apostadores.
-No, Megu no conoce a nadie- Respondió la pelirrosa con una voz infantil y negando con la cabeza.
-Oh, entonces, Megu-san ¿Verdad? ¿Le gustaría que la llevemos a un buen lugar?- Habló la chica castaña.
-¿Un buen lugar? ¿Adonde?- Megu alzó una ceja como si supusiera al menos un poco.
En eso, el chico de chamarra negra le dio a la joven pelirrosa un panfleto a lo que la joven leyó el papel, era la invitación a un casino ubicado en la ciudad Inazuma, uno de tiempo reciente llamado Kinshishi.
-¿Casino el León Dorado?
-Así es, desde hace unos meses que nuestro local de entretenimiento se ubicó aquí en Ciudad Inazuma y debido a la popularidad del Fútbol Fronteras, es catalogado como uno de los mejores casinos de Edo. Si guste, puede entrar a nuestro lugar, disfrutar y puede ganar mucho dinero- Explicó el chico de cabello marrón.
-Pero, ¿Sabe otra cosa más, señorita?- La chica de chamarra blanca tomó la palabra- Lo mejor es que pueda ganar hasta tener más que un patrón.
La joven pelirrosa comenzó a sonreír de manera amplia.
-¿Ustedes quieren que Megu vaya a pasar un rato divertido apostando y todas esas cosas? Si es eso, Megu acaba de ir a un lugar así y ganó mucho dinero. Megu los acompaña la próxima.
-Ah, ¿en serio?- Los dos muchachos quedaron extrañados ante la respuesta de la joven.
-Claro, y hasta Megu se ganó una billetera como Megu lo sabe hacer- La joven mostró lo que parecía ser una billetera o cartera blanca de diseño muy fino a lo que los dos muchachos se quedaron mirándose y luego se fueron sin decir ninguna palabra.
Megu que se decía la joven en tercera persona comenzaba a comer otro taco cuando de repente una chica de cabello negro corto, ojos dorados, orejas de gato y cuya indumentaria solamente era un suéter marrón, falda naranja y medias largas hasta el muslo se acercó algo tambaleante hasta la mesa donde estaba sentada la joven pelirrosa.
-Hola...- Saludó la pelirrosa moviendo una mano.
La chica pelinegra, posiblemente una gata mágica se sentó al lado de la pelirrosa la cual notar que la otra fémina se le quería insinuar decidió sacar la billetera blanca de lujo, supuestamente robada.
-Disculpa por dejarte sola. ¿Me extrañaste?
-Espera- La supuesta ladrona sacó su billetera mientras trataba de mirar a alguien de entre las personas que estaban como atendían en el restaurante- Lo siento, pero Megu vendrá otro día con más calma.
-¿Eh? ¿Por qué?- La supuesta prostituta comenzó a hacer un puchero.
-Megu comió tacos y quiere la cuenta.
-¿Ya te vas? Pero si apenas empezamos- La pelinegra se abrazó de la pelirrosa, casi pegando el brazo ajeno sus pechos y por el pucherito que hacía pareciera que no le agradaba para nada el trato frío a primeras de la otra chica- ¿Por qué? Apenas se ponía bueno.
-Ah, espera…- En eso la pelirrosa sacó de su billetera un billete dorado- Aquí tienes.
La joven gatita al ver el billete quedó sorprendida, sin creerse lo que estaba viendo.
-¡Miau, no puedo creerlo! ¿50000 ryus?
-Supongo que tú querías hacer algo con Megu pero Megu no tiene ánimos- La pelirrosa sonrió en grande- Pero eso no quiere decir que Megu no sea una malagradecida con cualquier gesto.
-¿A poco pagarás con esto? Es la primera vez que veo un billete así- La gata veía el billete dando con que era un billete autentico.
-¿Qué? ¿No te alcanza lo que te da Megu?- En eso la joven pelirrosa sacó otro billete de 50000 ryus a lo que la gatita quedó nuevamente en shock al ver que ahora tenía 100000 ryus -Ah, lo siento, ¿Te doy otro más?
-¡No, no, no!- La gata negó con la cabeza mientras dibujaba una sonrisa- Esto es demasiado. Con esto basta. Déjame… traerte tu cambio. A cambio, a partir de mañana, me llamarás por mi nombre.
-¿Cómo te llamas?
-Me llamo Mineko. Te atenderé como es debido. Esperáme aquí.
-No, quedatelos... Megu es una muy buena persona.
-Muchas gracias, Megu-san...
La prostituta hizo una reverencia, se guardó el billete y se fue del bar mientras que la pelirrosa finalmente dio con una joven pelinaranja la cual era Alice quien era la mejor amiga de Runo para darle otro billete de 50000 ryus lo que para la joven le pareció una cantidad grande.
-No se preocupe, Megu quiere que se quede con el cambio- La pelirrosa tranquilamente tomó su oso de peluche y se fue del lugar mientras que la joven pelinaranja a pesar de sentirse extrañada se guardó el billete.
La joven se iba del lugar pero decidió optar por irse a los baños pero no contaba que a una distancia, alguien la estaba observando y de una manera bastante extraña.
(...)
Cuando Megu salió de los baños se topó con alguien que posiblemente la estaba esperando desde hace mucho tiempo. La joven quedó sin habla al ver que era un muchacho alto de entre unos 15 a 18 años, un chico rubio de ojos azules. La indumentaria del joven consistía en una gorra verde de lana sobre la cabeza, una especie de jersey ancha amarilla con franjas negras en los hombros y brazos y blue jean.
.
Hijo y sucesor de la Familia Shiranui
Denkichi Shiranui
Parecido a TK de Digimon Tri
.
El chico le sonreía algo coqueto haciendo que la joven se sonrojara un poco.
-Hola...
-Señorita, ¿Ya se va?
-Sí- Asintió la joven- Oye, ¿También invitarás a Megu a un buen lugar? Megu acaba de ir a varios de esos lugares y ganó mucho dinero.
El joven rubio rió bajito.
-No te preocupes, por cierto, no me he presentado. Mi nombre es Denkichi Shiranui, mucho gusto.
-Mucho gusto, soy Megumi Takechi pero me llaman Megu.
Ambos jóvenes se estrecharon la mano.
-Sabes, Megu, quiero hablarte de algo que quizás te interese. No digo que sea bueno, es sobre un trabajo duro, al menos quisiera que me escuches.
-De acuerdo, ¿dónde hablaremos?
.
.
.
A la salida del bar restaurante...
Dos personas vestidas de capucha ancha estaban a la salida del restaurante, uno de ellos parecía ser alguien alto como delgado. El más alto le indicó al más bajo del par.
-No encuentro a la señora. Osono, Vigilaré el frente.
-Entonces, yo vigilo atrás.
Los dos encapuchados asintieron y en menos de nada desaparecieron.
.
.
.
En otro bar restaurante llamado La fonda de Doña Poronga...
En uno de tantos locales, sea casinos, bares y restaurantes que había en esa manzana o zona de tolerancia en Ciudad Inazuma, exactamente a las afueras de ese lugar, estaban dos personas hablando mientras tomaban de a cada una, una lata de cerveza fría. Eran Denkichi, el chico rubio de hace unos momentos y Megu Takechi, la joven de apariencia tierna e inocente.
El muchacho como la joven estaban tomando sus cervezas al tiempo que hablaban de sus asuntos.
-Ya veo. Sí, ahora lo entiendo, Megu- El rubio tomó otro sorbo de su lata- Por más habilidosa que seas, sigues estando bajo. Necesitas abrirte paso para un mejor puesto o todo te resultará muy aburrido.- El muchacho miró nuevamente a la chica de manera coqueta haciendo sonrojar a la chica del oso de peluche- ¿Y bien? Dime. ¿Y si te alocas y haces cosas que llamen la atención?
La joven estaba atenta e interesada ante la mirada que le hacía el muchacho.
-Bueno, no sé si Megu pueda hacer esa clase de cosas.
-Me gustaría decírtelo, pero prometí guardar silencio.
La joven dibujó una sonrisa algo lasciva mientras jugaba con un dedo alrededor de sus labios.
-Que no le puedas decir nada a Megu… ¿Sabes, Denkichi-kun? A Megu le dan muchas ganas de preguntártelo.
El mencionado no evitó ruborizarse ante ese lado que sacaba a relucir la chica, algo bastante llamativo ya que por su apariencia física se diría que la joven era alguien inocente como despistada de la vida y hasta una ingenua pero de alguna manera eso le gustaba mucho al joven yakuza.
-B-Bueno… todo tiene que salir en su momento.
-¿Eh? ¿De qué hablas, Denkichi-kun?- La joven dejó lo que hacía antes para inclinarse de manera sugestiva hacia el joven el cual se llevaba una extraña pero fascinante sensación al ver que la chica estaba mostrando un buen ángulo al inclinarsele de manera algo seductora.
-Megu...- El muchacho desvió la mirada por unos segundos- ¿Tienes algo de…?
-¿Dinero?- En eso la pelirroja sacó la billetera blanca de lujo que supuestamente robó y sacó un fajo de puros billetes morados, exactamente, un fajo pequeño de billetes de 50000 ryus- Megu solamente tiene todo esto.
-¡¿Qué demonios?!- El muchacho se quedó perplejo al ver la gran cantidad de dinero que sacó la pelirrosa- Megu, ¿Esto es en serio? ¡Es una fortuna! ¿Eh? Que afortunada eres al tener todo esto. Que bien te va, ¿eh?
-Y eso no es todo, Megu puede hacer más que pelear y tomar carteras.
-¡No se diga más! Hablaré de esto con mi mamá.
-¡Aniki!- En eso estaba corriendo un muchacho pelinegro que estaba corriendo hacia donde estaban los dos jóvenes.
-¿Qué pasa Yukio?
-Ah, hola, Aniki... Esa chica llamada Megu está buscando a quien ini...
-¡Ayayayayayay!- La pelirrosa de repente se asustó mientras que Denkichi quedó sorprendido ante la reacción de la chica.
-Pero, ¿Que te sucede, Megu?
-¡No otra vez! ¡Siempre con una tal Shino Tokuda!- Chilló la joven- ¡Shino Tokuda, es mala! ¡Muy mala!
-¿Shino Tokuda? ¿Te refieres a la agente secreta del gobierno?
La joven asintió.
-Megu peleó contra Shino Tokuda y... Sus golpes lastiman y duelen mucho- Y la joven se puso a lloriquear estilo anime a la par que Denkichi le dedicaba a su subordinado una mirada asesina.
-¿Aniki?
-¡Mira lo que hiciste, maldito idiota! Esa chica está interesada en el trabajo y la asustaste.
-P-Pero Aniki... Su hermano mayor... El señor Rintaro dijo que esa chica es Shino Tokuda.
-¡Me vale mierda lo que diga Rintaro! La oíste, ¿No? ¡Ella no es Shino Tokuda!- La mirada furibunda del rubio hacía temblar de miedo al pelinegro llamado Yukio- Si la próxima vez, vuelves a decir estupideces o le escuchas al estúpido de mi hermano, créeme que voy a cortarte el cuello con una sierra, ¿Me escuchaste?
-S-Si... Aniki...
-Bien, lárgate y dile a mi mamá que tengo a otra persona nueva.
-Sí señor- El muchacho salió corriendo mientras gritaba de terror.
-No te preocupes, Megu- El joven rubio le sonrió a la pelirrosa la cual quedaba consolada ante la mirada atractiva del joven- Ya todo está bien. Lamento mucho por lo de Yukio pero es que es un novato y en ocasiones se le olvida que soy el jefe después de mi mamá.
-¿Eres el jefe?
-Bueno, soy el sucesor de la pandilla y bueno... Mi hermano mayor me tiene bronca por eso.
-Ya veo... ¿Quieres hablarme del trabajo? Megu quiere saber mucho.
.
.
.
Detrás de la Fonda de Doña Poronga...
Una chica pelirroja vestida de uniforme escolar negro, moño rojo en el cuello, falda azul y pantimedias negras (Similar a la vestimenta escolar de Yui Hirasawa) con guitarra a la espalda estaba caminando sigilosamente como si estuviera buscando a alguien cuando de repente dos sujetos la estaban siguiendo con no muy santas intenciones... Después de todo, las chicas vestidas de colegiales son más fáciles de cazar más si son a buenas horas de la madrugada.
Eran una chico peliazul de gafas y otro pelirrosa del mismo estilo, por su apariencia se diría que eran como hermanos gemelos o algo por el estilo.
Los dos hombres al mismo ritmo tomaron cada uno los hombros de la chica pelirroja.
-Hola, preciosa- Dijeron al unísono.
-Y yo soy Rim
-Y yo soy Rum
(Nota de la autora: Rim y Rum son como Rem y Ram solo que versión gender con peinado follador)
-¿Qué estás haciendo, baby?- Volvieron a decir al unísono.
La pelirroja a pesar de la presencia intimidante de los dos peculiares y extraños sujertos respondió tranquilamente.
-Planeaba tocar algo de música.
-Entonces no vayas para atrás- Dijo el peliazul de gafas llamado Rim
-Puedes entrar en la tienda de doña Toragoro- Dijo el pelirrosa llamado Rum.
-Por cierto, no te habíamos visto por aquí
-Bueno...
-Vendrás con nosotros- Los dos hombres decidieron llevarse de la joven pelirroja la cual seguía estando tranquila como si se hubiera preparado para esos casos.
La joven aprovechando que los dos sujetos estaban concentrados en llevarla para sus viles intenciones le hizo una zancadilla a Rum que cayó al suelo junto con su hermano, los dos se pusieron de pie mientras la chica pelirroja se ponía en guardia a lo que el pelirrosa de anteojos comenzó con una patada pero la chica vestida de colegial bloqueó el ataque y culminó dándole un codazo a la rodilla. Rum cayó al suelo al sentir un horrible dolor en la rodilla.
-¡Rum, hermano! ¡Muere maldita perra!- Rim, que era el peliazul de gafas se puso en guardia mientras desenvainaba su katana.
La pelirroja decidió alistar su guitarra que era una Gibson Les Paul Cherry Sunburst Standard de color rojo.
El peliazul de gafas blandió su katana pero fue bloqueada por la Guitah Roja, empujó al hombre el cual no queriendo volver a ser derrotado, se lanzó de nueva cuenta pero la respuesta de la pelirroja fue una lluvia de golpes con la guitarra dándole totalmente en la cara al pandillero hasta que su rostro quedó hecho mierda por los golpes. La pelirroja culminó con un certero golpe de guitarra enterrándole en todo el rostro haciendo que el pobre muchacho quedara en el suelo.
-¡Rim, hermano! ¡Hija de perra!- El pelirrosa de gafas se lanzó con la katana alzada en ambas manos para encestarle un golpe mortal.
La pelirroja como si tuviera una vista aguda, notó que el hombre tenía el espacio abierto ante esa postura de ataque por lo que bloqueó con la guitarra el ataque de arma blanca y con el puño derecho conectó una poderosa bomba (Puño fuerte directo al estomago estilo Dragon Ball Z) que hizo que el rival experimentara un dolor horrible y terminara cayendo al suelo de rodillas.
La pelirroja decidió alistar su guitarra y desaparecer.
.
.
.
A las afueras de la Fonda de Doña Poronga...
La pelirroja vestida de colegial apareció mientras estaba un muchacho de cabello azul amarrado por una coleta y un mechón cubría la mitad de su rostro.
-¿Y su alteza?
-Me temo que cayó en una trampa.
-¿Una trampa?- El peliazul quedó en shock- ¡Maldición! Esa tienda tiene una salida.
-La señora está en peligro.
-Si
Los dos jóvenes desaparecieron del lugar como arte de magia.
.
.
.
Tienda Shiranui...
Una mujer joven de entre 30 y 35 años estaba jugando una partida de shogi con un hombre joven de entre 18 y 25 años. La mujer tenía ojos oscuros, poseía cabello largo color naranja oscuro y destacaba por sobresalir un mechón en la zona de su frente, y también por una pequeña coleta que sobresale por la parte superior de su cabeza.
El joven con el que estaba enfrentándose en el shogi era un joven alto, con cabello semi-largo, de color bordo. Tenía los ojos rojos y unos dientes largos y puntiagudos parecidos a los de un tiburón. El joven gruñía al ver que había perdido otra partida ante su propia madre.
.
Líder de la Familia Shiranui
Toragoro Shiranui
Parecido físico a Sasame Fuma de Naruto
.
Primogénito de la Familia Shiranui
Rintaro Shiranui
Parecido físico a Rin Matsuoka de Free!
.
-Madre, no es justo- dijo el pelirrojo mientras veía como nuevamente había perdido en el shogi.
-Jajajajaja...- La mujer pelinaranja comenzó a carcajear en la cara de su hijo como si se estuviera burlándose de él- Ay, mi Rintaro. No importa cuantas veces tendremos un reto de shogi, siempre terminas siendo un tipo de poca monta. Y cuidadito con meterte de nuevo con mi Denkichi porque con él...- Dibujó una sonrisa malvada- Tal vez no te quede mucha vida por delante- Nuevamente se rió de su hijo mayor.
En eso alguien tocó la puerta corrediza del cuarto.
-¿Quién es?
-Soy yo, mamá
-Mi Denkichi, eres tú... Entra...
En eso entró el joven rubio mientras venía acompañada de Megu la cual mantenía su actitud de niña feliz mientras estaba al lado del joven líder yakuza.
-¿Y esa chica quién es?- Preguntó Toragoro que veía de pies a cabeza a la pelirrosada aunque no evitaba sentirse impresionada por la belleza de la joven.
-Madre, te presento a uno de los nuevos.
-Hola, mi nombre es Megu Takechi, mucho gusto, oyabun- La joven extendió su mano hacia la líder yakuza quién no dudó en aceptar la mano de la chica nueva.
-Oh, encantada... Me llamo Setsuna Komatsu pero puedes llamarme Toragoro.
Mientras tanto, Rintaro estaba con una cara dura y a la vez de sentirse en un ambiente asqueroso, su hermano mayor quién le arruinó su sueño de ser el sucesor de la banda criminal, la mujer quien le dio a luz pero que ahora se burlaba de él solo por el hecho de ser una pieza inútil dentro de la familia y esa chica nueva que a pesar de su aspecto inocente e infantil de alguna manera encajaba con las palabras que había oído de propios y extraños.
Una chica pelirrosa, ojos rojos y piel clara que supuestamente era estudiante de una escuela llamada Otonokizaka, hija de una madre soltera y posiblemente una mahou shoujo pero por sus rasgos físicos parecía una chica de linaje noble. Otros dicen que esa muchacha extraña era una especie de super agente secreta del gobierno, exactamente desde que la princesa Nikko Kishimoto, princesa del dominio Kishu entró al trono ahora bajo el nombre real de Yoshimune.
Una supuesta joven que lograba dar con criminales y corruptos haciendo y viviendo entre las sombras...
Sabía que tarde o temprano les llegaba su fin luego de haber incendiado esa escuela.
Y ahora estaba ahí, viendo en silencio como su madre, su hermano y esa chica hablaban como si fueran la familia de siempre, como si estuvieran toda la vida, de lo uno y de lo otro. No pasaba ni un largo tiempo y ya le empezaba a fastidiar eso pero ni modo, ese era su destino y todo por no ser una pieza inútil dentro de la banda.
Y finalmente llegaron a donde debía tocarse el tema... Sobre el trabajo.
-¿Cómo? ¿Eres una samurai?- Preguntó la mujer pelinaranja con asombro en su rostro.
-Sí, Megu a pesar de ser pobre es buena con la espada y eso que he retado a muchos dojos y los derroté- En eso la pelirrosa sacó lo que podía ser otro fajo de billetes de 50000 a la líder que quedó en shock.
-No lo puedo creer, ¿Estás segura de que te ganaste toda esta pasta?
-Sí- Asintió la pelirrosa- Megu ganó todo este dinero en los lugares donde apuestan y todo esto y aparte le tomé prestado a un hatamoto que iba por ahí- La joven sonrió de manera espontanea- Estoy dispuesta a darle dinero siempre y cuando éste se duplique
La mujer calló por unos segundos al mismo tiempo que miraba a su hijo menor como a la joven interesada en el trabajo. Dibujó una sonrisa hacia su hijo menor el cual también estaba con esos mismos animos.
-Comúnmente te lo prohibiría, Denkichi pero... Pero esa chica se nota que es muy interesante y no estaría nada mal aceptarle por lo menos estos bonitos obsequios. Si es la manera en que debe entrar en el trabajo pues que lo haga.
-Madre, ese tipo de cosas es peligroso, esa chica no es lo que parece...- Rintaro ya estaba hasta la coronilla de que su madre como su hermano se rebajaran de esa manera- Todos esos regalos son sobornos, eso es lo que hacen la gente de arriba para...
-¡Cierra la boca, maldito imbécil!- Le gritó el joven rubio a su hermano- ¡Ya ha sido suficiente de ti desde que me nombraron sucesor de la banda! ¡Si tanto no te gusta lo que hago, pues debiste largarte a donde te de la gana desde hace mucho tiempo, ¿No?!
-Mi Denkichi, pero incluso para eso, Rintaro es un imbécil... A personas como él, no debí darle luz.- Toragoro le dedicó una mirada fría y de total desprecio ante su hijo mayor el cual solamente desvió la mirada y chasqueó los dientes.
Era lo mismo de siempre, la madre tenía más ojos para el pequeño idiota que desde pequeño supo hacerse ser un yakuza de temer y respetar y teniendo 16 años.
-Oyabun...- Megu intervino en la discusión familiar- Lamento si Megu comenzó todo esto con lo que llaman limosna pero solamente entré al trabajo porque... Desde que era una niña, Megu le gustan mucho los bomberos, le gustan tanto quiere verlos caer o morir en el fuego lo mismo que muchas personas y bueno... Supongo que la presencia de Megu les causa inconvenientes.
La joven se puso de pie para irse del lugar.
-Oyabun, puede quedarse con el dinero o haga lo que quiera con él. Megu parece que no quiere entrar en el trabajo.
-Por mi que te largues, antes de que nos condenes a todos.- Sonrió el hijo mayor complacido por la decisión de la pelirrosa.
-Pero... Oyabun, a Megu le hubiera gustado también demostrar lo buena que es en la pelea- dijo la pelirrosa- Megu no pudo derrotar a esa chica mágica que tanto dicen los rumores pero Megu con los demás que no son esa Shino Tokuda les ha demostrado su fuerza.
-¿En serio?- La pelirrosa infantil asintió a lo que la líder yakuza dibujó una sonrisa maliciosa- Bueno, te tengo preparada una segunda parte y si la pasas, tendrás que entrar a la pandilla. Denkichi.
-Sí, madre- El muchacho dio un fuerte silbido y en eso salieron un grupo de diez personas.
La persona que los lideraba era un joven castaño con una coleta alzada, posiblemente era el guardaespaldas o el líder de los sicarios de Toragoro.
-¿Pasa algo, joven Denkichi?
-Así es, Toshiro. Esa chica quiere trabajar y ya tiene el visto bueno de mi madre pero debe pasar la segunda parte.
-Ya veo...- El muchacho castaño decidió ponerse atrás de sus hombres quienes desenfundaron sus armas blancas y se pusieron en guardia.
Megu solamente estaba de pie, conservando una sonrisa y una tranquilidad que no se la deseaban a nadie.
-Me largo de aquí, luego de eso no se lamenten después- Rintaro se puso de pie y se fue de mala manera mientras que su madre y hermano estaban atentos a lo que podría ofrecer la chica postulante.
-Encantada de conocerlos, soy Megu Takechi- La joven pelirrosa hizo una reverencia lo mismo que los matones y su líder.
-Yo soy Toshiro Tomokane, hombre de mayor confianza de la señora Toragoro y del joven Denkichi. Es un placer probar sus fuerzas, señorita Takechi- Desenvainó su espada poniendose detrás de los demás esbirros.
La pelirrosa solamente estaba de pie esperando a sus oponentes.
-Ah, Megu-chan, si quieres te presto mi katana- En eso Denkichi le lanzó su espada envainada a lo que la pelirrosa lo tomó.
-Muchas gracias, Denkichi-kun, pero Megu no...
-Oh vamos, Megu... No sería nada justo que una linda chica como tú peleara sin nada a la mano.
La joven se sonrojó pero sin dudar decirlo ponerse en guardia aunque no desenvainó la espada.
El primer sicario se lanzó con katana al ataque pero la joven decidió sostener el arma guardada con su sola mano izquierda, sosteniendo la vaina mientras la empúñadura detuvo al filo del oponente. Otro asesino intentó golpearla pero la mano libre de la joven detuvo el impacto, eso hizo que la mujer y su hijo yakuza quedaran absortos ante la maniobra de la menor quien mostraba una total calma y una sonrisa amplia.
Megu apartó al atacante de su izquierda mientras que con el de su derecha solo usó una mano para tumbarlo a modo de un lance de judo; un tercer sicario se lanzó al ataque pero la joven sosteniendo la katana envainada con ambas manos esquivó y le dio un golpe al estomago que mandó al sujeto al tatami, un cuarto fue de frente pero la joven bloqueó con el arma guardada sosteniéndola con la mano izquierda.
La joven se sacó del bolsillo un abanico rojo, lo abrió y en menos de nada le dio un golpe en la cara al sicario que la encaró, cuatro sicarios fueron por los puntos cardinales pero la joven como si pudiera aprender la velocidad dio lluvia de golpes con el abanico hacia el rostro.
Toshiro, el guardaespaldas se lanzó de frente con su espada blandida pero Megu bloqueó el ataque con el abanico en su mano derecha y sosteniendo la espada envainada con la izquierda (Sostuvo la parte final de la vaina del sable) conectó un fuerte golpe al estomago del guardaespaldas con la empuñadura, el golpe fue tan fuerte que hizo que el hombre perdiera el aire y se desplomara al suelo.
Madre e hijo se miraron con total asombro y posteriormente Toragoro se puso a aplaudir emocionada como si fuera un niño feliz.
-¡Bravo, bravo, bravísimo! Megu-chan, tienes una formidable habilidad. ¿Con que propósito viniste, linda?
La pelirrosa se puso a rascarse la nariz mientras echaba una pequeña risa.
-Jejeje... Bueno, Megu vino aquí para buscar un trabajo ya que le aburrió apostar y quería matar el aburrimiento pero... Denkichi-kun me dijo que cuando te aburres comienzas a hacer cosas increíbles y como a Megu le gustan los bomberos y quiere verlos en el fuego, pues...
-Oh, ya veo- La pelinaranja se rió como si ella y la joven estaban compartiendo el mismo punto- Entonces vuelve a visitarnos en dos o tres días.
-Dos o tres días... ¿Y en dónde?
-En una base que tenemos aquí en la tienda- Dijo el rubio- Nosotros planearemos asesinar a Satoru Endo
-¡¿El portero de los Super Once?!- La joven quedó en shock.
-Así es, Endo fue el principal causante de que varios de nuestros patrocinadores fueran derrotados hasta perdimos el respaldo del bugyo Reiji Kageyama- Toragoro miraba en su celular la hora- Ya en menos de nada se va el anochecer, ya son las 4:30AM... Bueno, como dice el dicho, es hora de hacer el meme (Ir a dormir) por lo que nuestra plática ha terminado.
-Es cierto, Megu tiene que irse rápido a la casa o la agarrarán la policía.
-Ah, una cosa más, Megu- Dijo Denkichi- Hemos oído que la tal Shino Tokuda está en la ciudad tras nuestros pasos. Cuando te encuentres con ella, mátala y si es posible también a Nikogoro.
-De acuerdo- La pelirrosa asintió- No se preocupe, oyabun. Esa Shino Tokuda morirá ante mí pero nunca cuando se aparecerá. Por algo le dicen, "La Reina de la Oscuridad".
-La reina de la oscuridad... Ya veo, esa chica mágica mostrará su rostro nocturno en Edo tarde o temprano.
-Pero será la última vez que lo haga.
Madre e hijo sonrieron mutuamente mientras Megu no dejaba de sonreír como si aquello le estaba agradando.
.
.
.
En algún callejón oscuro...
Megu Takechi, ahora miembro de la pandilla Shiranui estaba caminando tranquilamente con su oso de peluche blanco cuando tres siluetas estaban siguiéndola. Las tres sombras tenían katana en mano con tal de matar a la ahora yakuza pero de pronto otras dos saltaron en medio de la chica y los perseguidores aunque lo raro es que la chica pelirrosa era ignorante del todo.
Una lucha de sombras se hizo notar dando con que los tres bultos perseguidores cayeran al suelo mientras dos estaban de pie. Acto seguido, el nuevo par de sombras siguieron a Megu hasta que dieron con ella.
La joven al ver que estaba rodeada por cuatro sombras no mostró ni señal de miedo o temor, solamente hizo una cara seria.
-No se preocupen, chicos. Yo estoy bien.- Ahora su voz sonaba como el de una mujer adolescente- En estos días, Toragoro y su pandilla planean asesinar a Endo pero no sabrán que será la última misión de sus vidas... Porque no saben que entre ellos está, Shino Tokuda, la Reina de la Oscuridad.
