Tres días después…
Eran las diez u once de la mañana cuando en una casa mansión de campo, exactamente en un patio jardín estaba sentada una mujer atendiendo a dos jóvenes. La mujer algo bajita aunque su edad oscilaba entre los 20 y 30 años, ella tenía el pelo largo de color morado con un flequillo que le cubría su ojo derecho y vistiendo una yukata blanca con un cinta morada sobre su cintura.
La mujer de hermosa y extraña apariencia estaba tomando té con dos jóvenes posiblemente de entre 15 y 18 años. Ambos jóvenes estaban usando ropa escolar pero sobre sus uniformes escolares estaba un haori negro con símbolos sobre la nuca, los costados y las mangas por lo que posiblemente eran doshin u oficiales de policía.
El par de oficiales eran un hombre y una mujer. El hombre tiene el cabello corto semi rubio con una mini coleta atrás. Tiene dos pinzas para el cabello en forma de "X" en ambos extremos, y sus ojos son de color fucsia; la mujer tenía el pelo largo de color plateado en dos grandes coletas, su ojo derecho era rojo, y el izquierdo lo llevaba cubierto con un parche negro. Ella era más bajita que su presunto colega.
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Señora de los tres distritos
Líder del clan Tamaki
Blair Tamaki
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Oficiales de policía y siervos del clan Tamaki
Kojiro Mihara (Parecido físico a Kojuro Shuri de Masamune-kun´s Revenge)
Kyubey Ueda (Parecido físico a Laura Bodewig de Inifinite Stratos, pero con coletas grandes)
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El semirrubio como la peliplata estaban conversando con la señora de los Tres Dístritos acerca de lo que tenían en mente desde hace algún tiempo.
-Gozen, no es solo para este clan, es igual para todos.- Habló el joven llamado Kojiro.
(Nota de la autora: Gozen es el título que se le da al líder como fundador de un clan y el segundo al mando se le llama gokaro)
-Ya veo. En otras palabras, ¿está pidiendo prestado el nombre de Kagatobi para su unidad móvil?- Preguntó la señora del área limítrofe luego de sorber su café.
-Sí… Bueno, para terminar pronto, así es.- Dijo la chica llamada Kyubey.
-Lo que queremos es que no nos molesten. Solo tratamos de que usted entre con nosotros al fuego.
-"Hagan de la vista gorda", es lo que quieres decir, ¿verdad, Mihara?- La mujer parecía no tener una emoción al respecto, como si ella sabía de antemano las intenciones de los dos oficiales.
-Sí, empecemos por ahí.
-¿Cómo podemos arreglarnos, gozen?
La mujer cerró su único y negó con la cabeza.
-En estos días ya he tenido muchos problemas con personas de los distritos de Mujina e Inazuma, en especial con alguien a quien le tengo estima pero que me tiene un profundo odio. Ya no quiero saber de problemas porque bastantes tengo por la controversia de mi familia. Hagan lo que quieran.
Los dos jóvenes se miraron con una sonrisa viendo que se les concedió su idea y luego a la mujer quien parecía tener una cara seria a pesar de su apariencia… Sus ojo amatista oscuro estaba en el infinito como si hubiera cometido un error se sentía culpable de algo.
-Muchas gracias, gozen- dijeron los dos doshin.
-No me lo agradezcan. Mihara y Ueda, antes de cederles con su unidad, permítenme decirles esto primero…
-¿Qué cosa, gozen?- Preguntó el semirrubio.
-Si en los próximos días hay algún altercado, todo fue un arreglo solo de ustedes. Yo no sé nada. Eso es todo.
-Bien, ya todo quedó arreglado- La peliplata puso un maletín encima de la pequeña mesa de plástico blanco. Dicho maletín estaba escrito así
Para Blair Tamakinokami
De Toragoro Shiranui
Ofrenda de 30 millones de ryus para unidad móvil de bomberos Kagatobi.
La peliplata abrió el maletero dejando que habían 30 fajos de billetes, todos en billetes de 50000 ryus que es la máxima denominación en moneda y billetes de Edo. Eran 6 fajos organizados de manera horizontal en cinco filas. La señora no mostró ninguna reacción al respecto con los billetes mientras que los dos jóvenes estaban sonriendo entusiastas.
No solo aquello era un regalo o presupuesto para la financiación de su unidad, aquello era un soborno hacia la señora del área limítrofe.
-Gozen, esto será señal de fraternidad entre usted y dos de sus siervos- Concluyó el semirrubio mientras junto con su compañera y colega estaban preparándose para ir.
Tokime, como se llamaba la joven, estando ya sola cerró el dinero y se dispuso a ír hacia su gabinete pero no contaba que en eso se encontró con una pequeña niña de uno o dos años, la pequeña niña era algo delgada, de piel blanca, ojos y cabello morado, el cual era corto y con dos de sus mechones formando espirales y encima de su cabeza dos orejitas felinas.
-Miau…- Maulló la pequeña.
La mujer no dudó en sonreírle a la pequeña gatita.
-Mi pequeña Tokime… Puede que como daimio he fallado y soy un fracaso dando lugar a estas controversias, pero…- La mujer echó una mirada a un katana ceremonial negro que estaba colgado junto a su estande en la pared- Yamibugyo Kuroneko, pondrá fin a eso… Mihara y Ueda morirán en sus manos muy pronto, y si es preciso, las hermanas Kiyashiki y Kaname Kenjo se unirán con ese par y la pandilla Shiranui al Inframundo.
La pequeña gatita sonrió de manera felina a su madre quien sonrió de manera pequeña a la par que movía sus orejitas y su grande colita a lo que la mujer tiró el equipaje al suelo y alzó a su hija quien se alegraba de tener contacto con su madre adoptiva.
Tokime como se llamaba la pequeña, era la más menor porque aparte de ella habían otros 98 hijos. Ninguno no tenían la misma sangre pero eran huérfanos a los que la señora Tamaki recogía y los añadía a su familia desde tiempos pasados.
La hija que tenía su prometida Maki Nishikino era el hijo 100 pero a la vez el sucesor natural de las familias Tamaki y Nishikino.
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Tienda Shiranui
En la dichosa tienda que era la ubicación a unas calles de la zona de tolerancia en Ciudad Inazuma, los dos jóvenes policías, Mihara y Ueda entraron a la tienda y fueron a la oficina de Toragoro quien estaba ocupada viendo el mapa de la ciudad, posiblemente planificando el siguiente movimiento a la par que veía en su laptop lo que podría ser la hoja de vida de una mujer castaña identificada como Atsuko Endo.
En eso tocaron la puerta corrediza.
-¿Quién?
-Somos nosotros, Koji y Kyu.
-Sigan…
Los dos jóvenes entraron a la oficina y se sentaron frente a la líder yakuza.
-Disculpe la demora pero quédese tranquila, oyabun- Habló Kyubey mientras ella como Kojiro sonreían bastante alegres por haber logrado su objetivo.
-Lo conseguimos, dimos el dinero a Tamakinokami y tenemos su aprobación. ¡Nuestra compañía de bomberos se hizo realidad!
La mujer como los dos oficiales corruptos se dieron abrazos por su logro.
-Perfecto. Muchísimas gracias, Koji-san por su logro.
-Pero no te equivoques, Toragoro- dijo el joven mencionado- Tenemos mucho que hacer como Kagatobi. ¡Somos responsables como los nuevos bomberos de Ciudad Inazuma!
-Es cierto, no podemos quedarnos atrás de los otros grupos móviles.
-Si se refieren a Nikogoro y su grupo quienes tomaron relevancia cuando apagaron el incendio que hicimos en Raimon es entendible y tienen toda la razón- La mujer pelinaranja sonrió como niña pequeña a los dos oficiales corruptos- Nosotros hacemos los daños, ustedes pueden hacer sus funciones legales y entre las dos partes tomar por igual el botín. Pero tengan mi segura palabra de que no tenemos la menor intención de interferir en el trabajo de los demás. Solo tratemos causar el minímo de problemas para todos.
-Como siempre, eres una persona de palabra incluso cuando estamos haciendo el mal posible, Toragoro.
-Kojiro, ¿No crees que eso merece un pequeño brindis?
-No es mala idea, Kyu
La mujer yakuza y los dos doshin decidieron disfrutar de una botella de fino y rico vino mientras blindaban por un nuevo inicio y con ello más cometidos… Y mejor brindis que tomar la vida de aquel chico de bandana naranja que junto con un equipo de otros diez jóvenes acabaron con los equipos más fuertes desde su distrito hasta los más mejores del país aunque ese camino fue bastante duro.
Tres días… Comenzaría el fín de los Super Once, comenzando por Endo y terminando en la más inútil de sus asistentes… Natsumi Raimon.
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En un cuarto grande, vacío y oscuro estaban un grupo de entre 30 y 50 personas incluyendo a Megu Takechi (Quien en realidad era Yoshimune infiltrada para dar el golpe oportuno) mientras Denkichi caminaba a la par que uno de los yakuza ayudaba con el laptop y el proyector en la pared el cual mostraba fotos, imágenes de Endo, su madre y su abuelo.
El nuevo objetivo de la banda Shiranui era incendiar la casa de Satoru Endo, capitán de los Super Once aunque de ser posible robar las pertenencias a las casas cercanas, en caso de encontrar a alguien adentro mataflos. Si la madre de Endo estaría en casa entonces la matarían pero les dejaron la libre opción de violarla si era preciso o quizás era divertido violar al propio Endo ya que algunos de los pandilleros gustaban de violar hombres.
-¡Escuchen nakamas!- Hablaba el joven yakuza en voz alta- Si intentan huir con algo, no se los perdonaré.
-¡Sí, oyabun!- Exclamaron en coro los pandilleros.
-Debemos vigilar cada rincón de Ciudad Inazuma, a cambio, estarán trabajando como les digamos. Al hacerlo, recibirán una gran remuneración.
-Patroncito, le vengo a hablar un ratito- Decía un hombre de piel trigueña que tiene ojos azules, cabello verde puntiagudo hacia arriba y hasta la mandíbula. Tenía en cada mejilla una cicatriz en forma de t, bigote mexicano, sombrero mexicano y hasta poncho de color verde donde estaba estampado el equipo Nuevo León
(Nota de la autora: Nuevo León es un equipo de fútbol de la primera división del fútbol mexicano o Liga MX)
-Dime…
-Señor don patrón, cuando ocurrió el incendio que le hicimos a los Super Once, Echizen Ooka entró a sus asistentes a escena. No iremos a donde está el incendio.
El joven yakuza caminó hacia dónde estaba el peliverde mexicano, el cual estaba al lado de Yoshimune.
-¿Cómo te llamas?
-Pepe, señor.
-Eres nuevo, ¿verdad, Pepe?- En eso Denkichi ordenó a los esbirros que estaban en la pandilla desde hace meses y años a que se fueran dejando a buena parte de los asistentes, los cuales estaban desde hace uno o dos meses o más- Vengan todos los nuevos y escuchen bien. Sobre el próximo incendio… solo pónganse detrás de los Kagatobi.
Eso hizo que algunos de los nuevos en la pandilla se quedaran con las dudas y preguntas, en eso Megu aprovechó para preguntar.
-¿Qué dijiste, Denkichi-kun? ¿Kagatobi? ¿Qué es eso o qué?
-Simple, Megu… Son los nuevos bomberos de la ciudad que puso Tamakinokami para nosotros. Lo que escucharon, los bomberos nos ayudarán a eliminar a cada uno de los Super Once hasta el más inútil y tonto de todos terminará con sus vidas y después, todos y cada uno de ustedes estarán cubiertos por millones y millones de ryus y mucha gloria eterna. ¡Esos ayudantes de la bugyo no serán problema! ¡¿Entendido?!
-¡Sí señor!- Exclamaron en coro los demás maleantes incluyendo a Megu y Pepe.
Pero Denkichi ignoraba algo… Megu era una fuerza que acabaría con el mal y Pepé era otra.
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En el castillo real…
Eran horas cercanas al mediodía cuando Gorozaemon Kano caminaba nerviosamente por todo el castillo, ¿Por qué?
-¡Princesa Nikko, ¿Dónde está?! ¡Soy Gorozaemon Kano!- El hombre de bigote vestido de mayordomo y sombrero de copa caminaba hasta el cuarto donde estaba la cortina real que ocultaba el trono- Mi señora, vengo a decirle algo… ¿Eh? ¿Mi señora?
Gorozaemon se levantó y fue hacia el interruptor para levantar la cortina, ésta se abrió dando con que la reina no estaba por ninguna parte a lo que el asesor comenzó a alarmarse.
-¡Princesa Nikko! ¡¿Dónde está?!- Gruñó estilo anime- ¡Uy, esa chamaca del demonio! Otra vez desapareció, ya un mes de gobierno y es lo mismo de siempre.
El hombre caminando como Don Ramón enojado se topó con un gato mágico que andaba por ahí.
-Oye…
-Miau…
-¿Dónde está la princesa Nikko?
-¿Miau?
-¿A dónde fue?
-Miau… Se fue a tomar un baño.
-¡Lo sabía! ¡Es lo mismo de siempre!- El asesor real comenzaba a gritar estilo anime- ¡No hay un santo día donde ella no se va al baño! ¡Es inaudito! ¡Justo ahora cuando el honorable señor Oliver Atom va a visitarla en persona! ¡Uy esa niña! ¡Por todos los cielos!
El hombre de bigote y sombrero de copa se fue a paso precipitado hacia el baño real que estaba en tres partes, el cuarto de baño, la ducha real pero no estaba en ninguna parte. Solo faltaba que estuviese de lo lindo en las saunas reales. No importaba si la hallaba desnuda, dejaría la vergüenza a un lado y le llevaría de las orejas hasta que estuviera el hatamoto como magistrado de deportes, el legendario Oliver Atom.
-Por todos los cielos, ¡La princesa Nikko sabe muy bien que tiene establecida su hora del baño! Me van a volver a regañar por las costumbres- El hombre tocó en repetidas ocasiones la puerta del sauna sin ningún resultado- ¡Princesa Nikko! ¡Soy su asesor, Gorozaemon Kano! ¡Salga del baño de una vez por todas! ¡¿No ve que en cualquier momento el hatamoto Atom vendrá en cualquier momento?!
El hombre al no tener ninguna respuesta empujó de un fuerte portazo pero al entrar fue recibido por un fuerte humo que literalmente estaba rodeando el lugar por lo que le hacía imposible ver bien.
-¡Princesa Nikko!- Comenzó a toser- ¡Mierda, se fue otra vez!
Cuando Gorozaemon se iba a retirarse de repente comenzaba a tambalearse en medio de la niebla mientras sentía que algo lo estaba llevando de los pies. El pobre hombre de bigote comenzó a tambalearse mientras lentamente iba a sumergirse en las aguas calientes del lugar.
-¡Aaaahhhh! ¡Aaaahhhh! ¡Me quema, me duele, me lastima! ¡MEEE QUEEEMAAA!- Y a medida que se movía desesperadamente en vano terminó dentro del agua solamente quedando unas burbujas hasta que no salió más.
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En el conjunto residencial Otonokizaka, especialmente en el departamento de Yoshimune…
Eran eso de las doce del día cuando Yoshimune estaba alistando su equipaje y estaba usando su overol viejo, la reconstrucción de la escuela se acabaría antes de la semana por lo que sería posiblemente la última vez que estaría trabajando directamente en la construcción, obviamente, con la identidad de Shino Tokuda.
A su lado estaba, Tadasuke Ooka, la cual estaba en su búsqueda ya que desde esta mañana Gorozaemon Kano se quejó de su siempre habitual inasistencia. La bugyo estaba de entrada cuando notó que su señora estaba con el cabello suelto y con el casco amarillo de construcción.
Luego de eso hablaron sobre el caso del incendio, nuevas pruebas y todo eso hasta que tocaron el tema de Toragoro.
-¿Entonces el autor del incendio es Toragoro Shiranui?
-Según lo que me dijo Endo y hasta basándome en palabras de la misma Toragoro, eran favorecidos por buena parte de los equipos que participaron en el Fútbol Fronteras Nacional, entre ellos, Reiji Kageyama y el Instituto Zeus. Al ver que perdieron dinero y favoritismo, incendiaron la escuela en venganza de sus derrotas, eso por parte de su hijo menor como su sucesor, Denkichi.
-Vaya, es sorprendente que usted se haya hecho parte de ese grupo mientras tanto yo también he investigado a Toragoro y su banda en secreto, pero fue precavida y no se había mostrado, diría que es extrañamente cautelosa. Mi señora, ¿Cómo le hizo para entrar en esa banda?
-Simple, vi una serie de policías dónde uno de los protas era un tonto y pensé que sería como una buena manera de dar de lleno en el grupo aparte con mis habilidades, algo difícil pero ahora sé qué siguiente movimiento harán y lo evitaré a toda costa.
-Van a asesinar a Endo, ¿No?- La peliazul no evitaba ese sentir en su corazón cuando la chica que amaba estaba dispuesta a darlo el todo por su pueblo- Entiendo su intención, pero…- Se ruborizó un poco mientras miraba hacia otro lado por vergüenza- Mi señora… seguir investigando es peligroso.
-Tadasuke…
-Se lo ruego, dejémelo a mí- Miró fijamente a su princesa la cual notaba que los ojos mieles de su bugyo estaban temblando- No por algo soy la bugyo de Minamimachi y mi deber es ejercer ese tipo de cosas, usted encárguese de gobernar y decidir el camino del pueblo como se debe.
La pelirrosa no evitó reírse y comenzó a acariciar la cabeza azulada con su mano, haciendo ruborizar mucho a su bugyo.
-Tadasuke, tonta… No digas lo mismo que el tío Goroza. Ni el shogún ni el bugyo de la ciudad se esforzarán en encontrar al responsable que inició el incendio. ¿O me equivoco?
-Pero…
-Pero nada, sé cómo cuidarme y defenderme, no por algo he entrenado toda mi niñez en el Santuario de Athena y tuve como maestro al gran Seiya de Pegaso. No soy una chica cualquiera.
La joven cerró la puerta de su departamento mientras con una sonrisa se despidió de su bugyo la cual solamente bajó la cabeza sintiendo de nuevo esa sensación de ser dejada de lado, como siempre, su querida shogún tenía ojos para los que le importaba y no para ella.
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Oficina de Minamimachi, horas del atardecer…
A la salida de la comisaría, exactamente en el parqueadero donde estaban autos y motos de todo color y diseño, Tadasuke Ooka, quién era la magistrada del sur como jefa de la oficina era la única persona que venía y viajaba en una simple bicicleta pues nunca gustaba de vehículos por ser ruidosos mientras una bicicleta te daba más comodidad como también algo de tranquilidad.
La joven decidió irse en su bicicleta desde la oficina que quedaba en la calle Yurakucho, en el barrio Chiyoda y decidió irse en su particular vehículo en su casa pero en su recorrido tuvo un encuentro con alguien de quien menos se esperó.
Estaba yéndose en su bicicleta cuando de repente frenó al toparse con nada más ni menos que con un joven con gorrita de cuernos, camiseta roja y pantalón naranja acompañado de su pequeño triceratops, ellos venían del supermercado ya que ese chico castaño sostenía lo que parecía ser un costal de comida para perro, exactamente, Dog Chaw.
-¿Acaso eres Carlo Vazquez?
-¿Carlo Vazquez? No, no soy ese, soy Max Taylor.
-Ah, cierto… El líder de la pandilla D- La bugyo no evitó reírse de su estupidez.
-Oh, pero si es usted, señorita Echizen- En eso Gabu se le arrimó la mencionada- Gracias por su arduo trabajo, señorita Echizen.
-Lo mismo digo, Max.
-Usted es la magistrada del sur de Edo City. Es la oficial más cercana a su majestad la reina Yoshimune. Tiene una gran responsabilidad aunque bueno, también debe ser un trabajo extenuante.- El muchacho no evitaba la pena al hablar ya que estaba ante la mismísima mano derecha de la gobernante de estas tierras- Sin embargo, señorita Echizen, el superior encima de él es el shogún. Quizá eso lo haga aún más extenuante. No, debe ser un gran problema.
-Sí, lo tengo en mente- Asintió la peliazul de gafas.
-Tampoco debe preocupar a sus superiores. Esa es la mentalidad que debe tener cualquier persona que está al servicio de su majestad.
-¿Qué intentas decirme, Max?
-Bueno, puede que yo no sepa cosas más allá de los dinosaurios pero, ¿No cree que debe dejar que la shogun también haga algo por sí misma? Si en verdad va a gobernar estas tierras debe demostrar que no son solamente palabras lo que dice.
-Ya veo… Lo tendré en mente.
-Me alegra que lo entienda, bugyo. Puede que no sepa más pero eso es lo que pienso… Bien, creo que ya tengo que irme o de lo contrario mi papá me va a regañar. Ah, y debe tener mucho cuidado porque nunca sabe quién le será leal a su majestad o quién no. Bueno, ya me voy, ¡Vamos Gabu!
El animalito se fue a dónde su joven amo el cual llevaba ahora sobre los hombros el pesado costal de comida para perros aunque se tambaleó en el camino y se quedó tumbado gracias que el pequeño triceratops se le montó encima. Aquello le hizo sacar una pequeña risa a la bugyo.
Luego de eso, la joven siguió su rumbo en la bicicleta aunque quedó algo pensativa en lo que le dijo el joven amante de los dinosaurios.
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Mientras tanto en una carretera, a las afueras de Ciudad Inazuma…
Un joven pelirrosa rapado de piel morena, mirada ruda con un pequeño lunar en su mejilla izquierda estaba pedaleando en su bicicleta mientras estaba con él, una chica de cabello rosa en tono claro y ojos azules, usaba una gorra deportiva negra en la cabeza y vestida de chaqueta negra, falda y medias largas del mismo color y unos audífonos sobre el cuello.
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Sicarios del Inazuma Bugeicho
Ryugo Someoka
Matsuri Mizusawa
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Los dos jóvenes venían de un pueblo cercano a la ciudad ya que el joven rudo estaba trabajando como repartidor de pan y la chica de audífonos solamente estaba de compañía. El joven junto con su nakama estaban yéndose de inmediato a la ciudad Inazuma, lugar de donde provenía el repartidor.
A medida que pedaleaban alegres con tal de entrar en la ciudad se ponían la cantar la siguiente canción mientras ignoraban que a la distancia un grupo de personas los estaban esperando.
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EL PANADERO- GERMÁN "TIN-TAN" VALDEZ
Someoka y Matsuri:
El panadero con el pan
El panadero con el pan
El panadero con el pan
El panadero con el pan
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Matsuri cantando rápido:
Tempranito va y lo saca calientito en su canasta
Pa' salir con su clientela por las calles principales
Y también la ciudadela y después a los portales
Y el que no sale se queda sin el pan para comer
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Someoka:
Diga si van pronto a salir
Porque, si no, para seguir
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Someoka y Matsuri:
Repartiendo el pan
Repartiendo el pan
Repartiendo el pan
Para comer
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Someoka:
Traigo bolillos y teleras en sazón
También gendarmes, besos, conchas de a montón
Y traigo hojaldras, novias, cuernos y…
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-¡Someoka-kun! ¡Para!
-¿Qué pasa Mats?- En eso el pelirrosa frenó en seco.
En eso a la entrada de la ciudad, exactamente en un paisajito parecido a una pradera estaban dispersados un grupo de 15 sujetos armados con katana mientras los dirigía un muchacho castaño de ojos azules el cual tenía una edad entre 25 y 30 años, vestido de traje empresarial con katana envainada en su cintura izquierda.
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Pandilla Yakuza Iwabuchi
Líder de la banda
Tohachi Iwabuchi
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Lugarteniente de la banda
Senkichi Inoue
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-¿Y esos quiénes son, Someoka-kun?
El mencionado miró de cerca a los hombres que los rodeaban.
-La pandilla Iwabuchi. El tipo vestido bien es Tohachi, su líder.
-Vaya, vaya, pero si son el dragón azul y la demonio rosa de Inazuma, ¿Qué los trae por acá?
El pelirrosa rapado y delantero del Raimon dibujó una sonrisa.
-Nah, solo venimos de regreso a nuestra ciudad aparte de que trajimos humildes obsequios pero no tenemos tiempo para tacitas de café, lo siento.
-¿Pueden darnos esos regalitos?
-Quizás pero…- Habló la chica pelirrosa- Pero son para gente que nos extrañan en esos momentos.
-Qué lástima, nosotros queríamos esos regalos pero parece ser que tendremos que hacer a las malas para poder verlos- Los esbirros del villano caminaban lentamente mientras desenvainaban sus espadas
-Ya veo…- El pelirapado miró a su pequeña amiga- Y bien, Mats, ¿Quieres jugar a las espaditas?
-Ya que lo dices, Someoka-kun, cómo que me dieron ganas- Ambos pelirrosas desenvainaron sus espadas mientras los Iwabuchi estaban frente a frente con ellos.
-En estos momentos, ustedes dos serán un gran regalo para el diablo.
-Espere un momento, señor Iwabuchi.- Irrumpió una voz a lo que el par de pelirrosas volcaron su atención para ver de quien provenía.
-Ah, pero es usted, Rintaro-san. Adelante, como guste.
-Muchas gracias, jefe Iwabuchi- Era el pelirrojo de tono oscuro y dientes de tiburón, el hijo mayor de Toragoro el cual estaba solamente sin camisa, una bufanda roja al cuello y usando solamente un blue jean rojo. El hombre miró directamente a Someoka- Tengo entendido que eres uno de los mejores de Raimon como uno de los mejores sicarios del Inazuma Bugeicho. Quiero enfrentarme contigo, Dragón de Raimon.
El joven se volteó de espaldas mientras tomaba del hombro a su pequeña amiga.
-Matsuri, te encargo de Iwabuchi y sus perros.
-De acuerdo, Someoka-kun- Asintió la joven mientras el delantero iba a ir hacia un lugar alejado junto con el pelirrojo el cual estaba ansioso de tener ese momento esperado.
-Muy bien, niñita, mientras tu amigo se enfrenta con nuestro nakama, nosotros te daremos una lección.
-¿Ah sí?- La joven decidió ponerse en guardia- Lo siento pero alguien como yo no es fácil de matar. A diferencia de ustedes, yo como algunos de mis nakamas nos dedicamos a apostar y pelear por lo que me espera una buena racha de mujeres, sake, sushi y demás cosas. Pero si tantas ganas tienen, como gusten pero que les quede algo antes de llevarlos al otro barrio… Si se quieren meter con la gallina, métense con los pollos.
-Muy bien, niñita… ¡Al ataque!- Gritó Tohachi mientras tres de sus hombres se lanzaron sobre la chica quien veía su baja estatura como una buena carta de presentación.
Los tres hombres portaban lanzas de madera a lo que se lanzaron directo a la joven la cual en menos de nada dio un certero golpe al pecho de cada uno del trío ya que era obvio que fuera un espacio abierto. Otros dos matones fueron hacia ella por lo que la joven rápidamente acabó con ellos al hacer un pequeño giro de 180 grados.
Los hombres comenzaron a perseguir a Matsuri hasta los pastizales grandes.
(…)
Con Someoka y Rintaro, ambos desenvainaron sus espadas a lo que el hijo mayor de Toragoro se lanzó al ataque con katana alzada por ambos brazos y asestando un golpe hacia el hombro derecho pero fue bloqueado por el pelirrosa rapado. El pelirrojo se apartó y ahora apuntó al costado izquierdo pero su oponente anticipó dando un salto hacia adelante terminando con ambos de espaldas a la espera de la siguiente acción.
Los dos al mismo ritmo se dieron vuelta haciendo que sus espadas dieran un voraz choque, luego giraron en 360 grados y ambos se encestaron un fuerte golpe que trazaron una X, con Rintaro haciendo un golpe perpendicular desde abajo y Someoka desde arriba. Ambos oponentes luego del golpe quedaron en pausa hasta que el pelirrojo sonrió…
… Y lentamente cayó al suelo quedando bocarriba pero manteniendo esa sonrisa, no de triunfo sino de total satisfacción por haber terminado así. Someoka se acercó al hombre que yacía sin vida en el suelo mientras juntaba sus manos rezando por su alma.
(…)
Matsuri estaba en los pastizales altos mientras que tres hombres con katana en alto y temblando un poco estaban ante ella. La joven solamente estaba con una cara seria y una calma a pesar de su hermosura algo infantil y sus brillantes ojos azules. La joven caminaba mientras que sus oponentes estaban nerviosos para tratar de saber quien de ellos le iban a dar.
De repente, un hombre iba a matarla por detrás pero la chica se volteó para culminarlo de un certero corte al estomago haciendo que el sicario caminara y muriera, luego le dio a uno que estaba a su izquierda, dos hombres la rodearon pero bloqueó un ataque por detrás y fulminó a su atacante, luego despachó al que estaba adelante suyo con una estocada fija al estomago.
La joven con rapidez ya llevaba cuatro sicarios despachados (Nueve si contamos a los tres lanceros y otros dos espadachines que despachó antes de la huida) mientras que sus demás oponentes no estaban vacilando pero sentían que las palabras de la pelirrosa dieran su efecto. Dos hombres fueron por los costados pero recibieron el mismo final dando a once muertos en sus manos.
El jefe, Tohachi estaba en shock mientras su lugarteniente y otros tres sicarios estaban temiendo lo peor. El trío de miedosos no creyendo su rápida derrota se lanzaron de golpe, el primero iba a encestarle un golpe a la sien izquierda pero la joven bloqueó el movimiento y despachó a su atacante.
El dúo de cobardes temiendo su obvio final huyeron entre los pastizales a medida que dejaban tiradas sus puñales quedando solamente el jefe de la pandilla y su lugarteniente, que era un rubio pelopincho de bandana negra.
El joven rubio que parecía ser cercano a los 1,60, sonrió mientras estaba envainando su katana a la par que miraba de manera arrogante a la pequeña pelirrosa.
-Solo ganaste de pura suerte al matar a casi todo el grupo pero yo, Senkichi Inoue, daré fin a tu vida, pequeña enana rosa.
-¿En serio?
-Sí, te patearé el trasero ahora.
La pelirrosa no dudó en sonreír mientras estaba de pie y con su katana en la mano derecha.
-Senkichi Inoue, ¿No es así?- La joven mantenía su pequeña sonrisa mientras sus ojos azules brillaban como nunca- Primero quiero preguntarte una cosa, Senkichi... ¿Eres tú quien mató recientemente a un grupo de vendedores ambulantes que vivían a las afueras de Ciudad Inazuma?
El rubio de bandana negra no dudó en dar una lamida a la hoja de su katana.
-¿Estás hablando de esos idiotas? Así es, los maté porque tenían que pagar una cuota hacia nuestro oyabun pero si no tenían el dinero, teníamos que quitarles la vida.
-Personas como tú, no merecen vivir
-¡Eso lo veremos, niña tonta!- Senkichi atacó de frente a la pequeña pelirrosa dando un forcejeo de espadas, el rubio planeaba matarla rozándole hacia el hombro izquierdo pero las cosas no le salieron como lo pensó
Matsuri levantó ambas espadas dando con el pecho desprotegido y rápidamente encestó un golpe de derecha a izquierda por todo el estomago haciendo que Senkichi gritara de dolor y quedara sin vida en el suelo. Ahora solo quedaba Tohachi el cual estaba temblando de miedo mientras Someoka luego de enfrentarse a Rintaro estaba acercándose hacia su pequeña amiga.
-¿Cómo te fue?
-Nah, no fue gran cosa.
Los dos pelirrosas miraban al hombre pelinegro el cual estaba temblando de miedo al ver que solamente estaba él con vida.
-Ustedes dos… -A-Ayúdenme. ¡Tengo... tengo una hermana! Ella fue capturada por Toragoro, por eso estoy haciendo esto...- El hombre comenzó a llorar estilo anime- Por favor... Tengo una hermana... ¡Tengo una hermana!
Los dos pelirrosas no tomaron mucha importancia a las palabras del ya despojo yakuza y se fueron del lugar pero ignoraban que era todo una treta desesperada del jefe yakuza para salirse con la suya a lo que el hombre dejó su katana al suelo y recurrió a su wakizashi para darles el golpe perfecto.
-Yo tengo una hermana... ¡LOS MATARÉ INAZUMA BUGEICHO!
Cuando el villano se acercó al de pelo rosa, de repente Someoka se volteó mientras comenzaba a emanar algo azul en su brazo derecho.
-¡¿Q-QUÉ DEMONIOS?!
-¡ROZAN JUZAN HA!
De repente el pelirrosa rapado disparó de su brazo derecho lo que parecía ser un gran y poderoso dragón azul que fue directo al estomago de Tohachi hasta que dicho dragón traspasó totalmente el estomago mientras que el yakuza quedó en shock viendo como serían sus últimos instantes de vida.
El mafioso cayó de lado mientras que Matsuri se acercó con una hoja de cuaderno en su mano derecha y una aguja senboi en la izquierda.
-¿P-Por qué mi actuación no funcionó...?- Aquellas fueron las últimas palabras del jefe yakuza.
-Ahora como punto final...- La pelirrosa clavó la aguja en la hoja de cuaderno mientras Someoka acomodó bien el cadáver del yakuza.
Acto seguido, Matsuri disparó su panfleto hacia el rostro de Tohachi y de repente la hoja se desplegó como si fuera un rollo de pergamino con solamente una palabra escrita.
うそつき
Luego de eso, la joven lanzó una tablilla mortuoria en medio del escenario de cadáveres y una shuriken. mientras Someoka fue hacia dónde estaba el cuerpo de Rintaro. De repente surgió lo que parecía ser una cruz de madera con un panfleto o manta clavado en la extensión de la cruz con el siguiente mensaje:
稲妻武芸帳の手によりヤクザ集団が壊滅
Mientras tanto Someoka puso Rintaro en el suelo mientras Matsuri clavó un kunai con papel en el suelo haciendo una explosión y un crater, con un area lo necesario para sepultar el cuerpo. El pelirapado dejó el cadáver y la joven usó lo que parecia ser un jutsu ya que removió la tierra hasta que éste sepultó el cuerpo y culminaron con una tablilla motuoria que se convirtió en una tumba de mármol.
不
知
火
凛
太
郎
Los dos jóvenes ya culminada su labor, fueron por la bicicleta y el encargo de pan para reanudar su camino hacia Ciudad Inazuma mientras repetían ese estribillo.
Someoka:
Panadero se va
Panadero se va
.
Matsuri:
Panadero se va
Panadero se va
Someoka y Matsuri:
Panadero se va
Panadero se va
Panadero se va
¡Panadero se va...!
.
Panadero se va...
