Rex y Zoe estaban escondidos en un callejón mientras un grupo de hombres uniformados de trajes técnicos de color rojo estaban planeando usar uno de los lectores de la Pandilla Alpha y uno de sus dinosaurios, exactamente, Terry, quien era uno de las mascotas del pequeño grupo de villanos y por como dijo Rex, tenían sus cartas de movimiento.
Pero había un problema... Les pagaron mal y no sabían como se usaba el dino lector.
-Chicos, ¿Saben que hora es? Desde hace rato que debíamos estar haciendo el trabajo.
-Pues ya que lo dices como qué...
-Vamos a ver en mi reloj- Uno de los Kagatobi sacó lo que parecía ser un reloj de antaño de material fino y brillante.
-¿Que es esa mierda?
-Ha, se la robé del anciano que matamos en el trabajo anterior. Ya saben.
-Ah, el vejete que matamos cuando incendiamos la escuela, ¿No?
-Exacto... Mira esa preciosura...
-¡Jajajaja! ¡Es de oro el reloj! -dijo a modo de asombro uno de los falsos bomberos.
-Dime, es cierto que tú y tus compañeros de escuadrón se enfrentaron al viejo, ¿No es así?
-Sí, nos enfrentamos al anciano pero aproveché para llevarme ese bebé. Estaba guardado en una caja y menos mal que nadie me vio sacarlo. Eso sí, la plata que me den por él no la parto con ninguno.
-¿Y funciona?
-Claro, funciona como nunca... ¡Y está andando!
-¿Y ya sabes que hora es?
-Ah, esto... No lo sé... no sé cómo se sabe la hora...- El falso hikeshi se rascaba su cabeza sin saber que hacer al respecto.
-Ha, típica cosa bonita que es porquería al final.
-Como sea... La hora que yo sé es que serán las once, y que...
-¡SERÁ LA ÚLTIMA HORA DE SUS VIDAS, CRIMINALES!- Exclamó una voz que hizo que todos los bomberos Kagatobi quedaran absortos y viendo a todos lados buscando a la persona quien les gritó.
Rex y Zoe al reconocer esa voz salieron de su escondite para posteriormente ser testigos de algo que se venía.
-¿Quien dijo eso? ¿Quién eres?
Un agudo silbato se oyó a la distancia seguido de un tropel de personas que iban coreando "Goyo, goyo, goyo, goyo" y como si la providencia había escuchado las plegarias silenciosas de la tierra, de repente, un joven de gafas de natación y envuelto con una capa roja estaba haciendo acto de presencia junto con un peliplata moreno de cabellera larga y parche en un ojo, un castaño de cabellos elevados y una joven peliazul con anteojos rojos sobre su cabeza.
Detrás de los cuatro personajes estaban cuatro personas vestidas de táctico negro pero con sus rostros descubiertos, un peliazul de fina como remarcable belleza, un peliverde alto flaco, un pelinegro de ojos verdes y una pelirroja de cabello recogido.
Kido, el yoriki de Ciudad Inazuma, su hermana menor la oficial Haruna conocida como Dobu, los ninjas Kazemaru y Domon, los leales Sukehachi y Osono y las dos figuras del instituto imperial estaban haciendo acto de presencia mientras detrás de ellos estaba un cuerpo de policía con lanzas horquillas y bastones de bambú y lámparas eléctricas con los kanjis 御用 en vertical y buena mayoría con juttes en mano listo para aprehender a los delincuentes que eran los nuevos bomberos de Ciudad Inazuma, los bomberos Kagatobi.
-¿Quién demonios eres tú?- Dijo uno de los sujetos el cual se quitó su casco dando con un hombre alto que, de expresión severa en su rostro. Tenía el pelo largo y plateado, que terminaba justo por encima de su hombro. Tenía ojos de color azul metálico, que también parecían tener arrugas u ojeras debajo de ellos.
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Oficial de bomberos del Clan Tamaki
Jukichi Uchida
Parecido físico a Yukichi Fukusawa de Bungo Stray Dogs
-¡Alto, alto!- Gritaron los policías quienes se pusieron en guardia con sus armas en mano.
-¡¿Qué mierdas significa todo esto?!- Gritaron varios de los Kagatobi al verse rodeados por las autoridades.
De los ocho individuos que salieron al frente del operativo, salió el joven pelialbino y de piel morena y parche en el ojo. Era la segunda figura del Instituto Imperial como delantero del equipo, Jiro Sakuma.
-Soy el oficial Jiro Sakuma. Venimos de la oficina del bugyo de Minamimachi. Comenzando por su líder Jukichi Uchida, oficial del clan Tamaki, entréguense todos los miembros de la unidad móvil Kagatobi.
Junto con el peliblanco, salió el joven castaño trenzado con gafas de natación mostrando esa sensación de ser imponente con su capa roja, su sombrero de metal o kaza y su gakuran con diseños militares como si fuera un oficial de un ejercito monárquico.
-Soy Yuuto Kido, yoriki de Ciudad Inazuma como mediocampista de Raimon. Como policías de Edo, nuestra misión es atraparlos vivos. Pero si se oponen, no les garantizamos salir con vida.
Y ahora salió al frente la peliazul con anteojos rojos sobre la cabeza, a diferencia de su hermano mayor, ésta usaba solamente su uniforme escolar y apretaba muy fuertemente su jutte quien estaba en su mano derecha.
-Soy Haruna Otonashi, okkapiki de la oficina del bugyo de Minamimachi. Yo y mis camaradas escuchamos claramente evidencia irrefutable de que ustedes agredieron a Úrsula de la pandilla Alpha y le robaron su dinosaurio, sus cartas y su lector. ¡Bomberos Kagatobi, dejénse arrestar sin resistencia!
El hombre peliblanco llamado Jukichi se puso a reírse de los oficiales seguido de sus hombres como si no les tomaran en serio su orden de arresto.
-¡Idiotas! No importan cuantas pruebas tengan, ¡No crean que nos atraparán!
-Ustedes, perros del bakufu, ¡No tienen autoridad para arrestar a los nuevos bomberos del clan Tamaki!
-Lo sentimos, pero...- En eso, Kido sacó de su gakuran militar una especie de papel con un sello familiar al respaldo- La señora de los Tres Distritos, Blair Tamakinokami, fue notificada de sus fechorías y de sus vínculos con la Pandilla Shiranui y por lo tanto, nos dio la orden de arrestarlos.
De repente, los bomberos Kagatobi quedaron en silencio como si las sonrisas se les hubieran borrado de sus caras. Una buena parte de ellos eran del Clan Tamaki mientras que otros eran yakuzas y personas salidas de prisión... Habían sido traicionados ya que presuntamente la señora de los Tres Distritos aprobó con financiación la creación del nuevo cuerpo de bomberos pero con tan solo escuchar que la misma señora ordenó su orden de arresto...
-¿Mihara y Ueda nos engañaron?
Todos los bomberos Kagatobi desenfundaron sus espadas ante los oficiales quienes solamente estaban con sus juttes, de hecho, la empuñadura de las varitas policiales tenía un interruptor que al hacerle clic, hacía que el metal fuera rodeado de electricidad, es decir, eran varitas teaser.
-Idiota... ¡No sueñes despierto!
-¡Cállate, maldito oficial!
-¡Silencio, deja de hablar!
Los dos bandos comenzaban a caminar lentamente como si trataban de intimidarse a la par que los hombres de uno y otro bando por medio de sus jefes comenzaban a gritar órdenes a sus gendarmes, dando a entender que en cuestión de segundos la batalla campal estaba por comenzar.
Pero a la vez que los dos bandos estaban listos para la batalla, no faltaban la gente que salía de sus casas para ver que pasaba dándose de cuenta de que era la policía de la ciudad contra un grupo de bomberos a la par que murmuraban y susurraban al respecto y con el paso de los minutos ya empezaban las porras de los asistentes hacia Kido y sus hombres.
-¡Adelante Kido!
-¡Atrapen a esos criminales!
-¡Acaben con esos bastardos!
Jukichi estaba temblando de furia al ver que literalmente los policías de la ciudad tenían el apoyo popular.
-Maldición, ¡Mátenlos! ¡Mátenlos a todos!- Gritó el oficial peliblanco- ¡No dejen ni un solo gusano!
-¡Muchachos! ¡Al ataque!- Ordenó Kido a sus hombres los cuales ya estaban en posición de batalla.
Los bomberos Kagatobi se lanzaron al ataque pero fueron recibidos por ráfagas de polvo blanco los cuales los desorientaron a los maleantes hasta quedar atrapados en una enorme niebla blanca. Kazemaru, Domon, Sukehachi y Osono aprovecharon para entrar en medio de la polvareda para asestar golpes a varios de los matones hasta dejarlos inconscientes.
Ya despejado el polvo blanco, los Kagatobi que seguían en el campo de batalla fueron recibidos por una gran avanzada de Kido, Haruna y sus demás hombres que con juttes en mano fueron a los golpes contra los delincuentes.
Haruna se lanzó al ataque contra uno de los hombres armados con tal de tumbarle la katana pero el bombero farsante luego de un pequeño forcejeo la mandó al suelo pero la chica rodó hacia atrás y se hincó de una rodilla, estaba lista para pelear. Por el lado de Sakuma, luego de pelear contra uno de los delincuentes, rompió la katana de su oponente con su varita policial y lo llevó de la nuca hacia una escalera frente suyo y lo empujó hacia uno de los espacios.
Genda solamente usaba sus manos desnudas para encarar a su oponente, de hecho, las usaba a modo de garras con tal de derribar a su oponente con el mismo estilo que sus amigos, derribar la espada, darle varios golpes en la cara y finalmente darle varios golpes con la jutte antes de esposarlo.
Kido en cambio usaba una jutte con el tamaño de una wakizashi y un pequeño escudo romano. Uno de los maleantes trató de matarlo pero el escudo bloqueó el ataque y culminó con un juttetazo a la cabeza de su oponente. Un segundo maleante se lanzó contra el estratega el cual ignoró el escudo y empleó su jutte con ambas manos logrando así bloquear el acierto del maleante y culminando con un golpe a la cabeza. Luego vino un tercero solo para tener el mismo resultado que sus compañeros.
Los demás policías y los bomberos maleantes se pusieron a luchar intensamente, no había ninguna baja considerable en los policías ya que por sus armas y manejos se suponía que eran fáciles de ser asesinados pero aquel evento no se dio.
Haruna estaba enfrentándose con otro delincuente que le plantaba buena pelea hasta que rompió la katana de su contrincante, éste trataba de huir pero fue cogido del cuello y lo empujó hacia una carretilla de madera traída por uno de los policiales y luego de eso se le mandó una escalera encima, dos lanzas de maderas estaban sobre sus hombros y otras dos sobre sus costados mientras la chica golpeaba constantemente con su jutte a la cara del joven.
Otro delincuente estaba contra la pared mientras una horquilla estaba sobre su cuello mientras dos bastones de madera estaban empujando fuertemente su estomago, el hombre fue llevado junto con sus demás compañeros golpeados en dos camionetas blancas con siglas de la goyoda.
Nuevamente Haruna estaba peleando con otro delincuente para terminar con su katana partida, el delincuente iba a huir pero la joven okkapiki lo tomó de la nuca y le propinó una serie de golpes con su jutte en la espalda hasta dejarlo en el suelo.
Kazemaru y Domon corrían juntos hacia cuatro tipos armados que les hacían, el peliazul dio un gran salto y con un jutte en mano golpeó en la frente a su oponente mientras que Domon estaba combatiendo con dos malhechores hasta que llegó un punto en desenvainar su ninjato (Espada ninja) y dar con el dúo de contrincantes usando el filo inverso de la espada.
Rex y Zoe aprovecharon para salirse del callejón con tal de irse desapercibidos por las cartas y el lector de Terry pero en eso uno de los ladrones tomó a la pelirrosa como rehén haciendo que la operación tuviera una pausa.
-¡Todos ustedes suelten sus armas!- Gritó el ladrón mientras tenía un cuchillo cerca del cuello de la chica- ¡Suelten sus armas o la cabeza de la niña volará en mil pedazos!
Pero no contaba que los dos dinos, Ace y París saltaron su espalda haciendo que el hombre cayera al suelo a lo que los dos chicos vieron su oportunidad dorada y aprovecharon para tomar las cartas y el lector mientras que el Kagatobi se levantó enojado.
-¡Maldita sea! ¿Quién fue...?
-¡MMMMIIIIAAAAUUUU!- Un gato negro saltó a su rostro y le empezó a darle rasguños en la cara haciendo que el hombre se diera vueltas desesperadamente con tal de quitarse al felino de la cara.
-¡Ah! ¡Déjame, maldita bola de pelos!- Luego de una lucha desesperada como ardua logró liberarse del gato lanzándolo lejos pero una cadena negra envolvió su cuerpo- Mierda...
Mientras lanzaba el gato negro, uno de los demás encapuchados, de uniforme táctico verde, lanzó una cadena que envolvió al Kagatobi y lo empezó a atraer hacia él mientras el sujeto trataba de liberarse. Luego de unos segundos, rápidamente el ninja verde sacó una jutte y le propinó cuatro golpes en la cara hasta dejarlo inconsciente en el suelo.
-Bien hecho, Osono- En eso el gato que se le lanzó al sujeto hace unos momentos fue al hombro izquierdo del ninja verde- ¿Estás bien?
-No te preocupes, no me pasó nada- Habló la gatita negra mientras su compañero estaba sonriendo.
Mientras tanto con Rex y Zoe, justo iban a ir del lugar cuando uno de los delincuentes que estaba tratando de huir desapercibido de los policiales vio la oportunidad perfecta para sacar un cuchillo e ir para matar al par de muchachos pero en eso una kunai se clavó en su mano haciendo que el matón gimiera de dolor y dejando caer el cuchillo, era una pelirroja de cabello recogido y vestida de uniforma táctico negro con detalles de color rojo que hacía juego con su cabello y ojos.
-Rex, Zoe, ¿Están bien?
-Estamos muy bien...
-Me llamo Osono Nakatsu- En eso la pelirroja de manera amistosa extendió la mano hacia el rubio del grupo quien no dudó en aceptar el saludo- Su amigo parece que está en la calle Toraya.
-¿En la zona de tolerancia?- Los dos jóvenes se impresionaron por lo dicho por la kunoichi.
-Sí, un chico de cabello parado y sombrero de cuernos está con una mascota de cresta y cuernos, ¿Acaso es su amigo y su mascota a quienes buscan?
-Sí, lo son- Asintió la pelirrosa.
-Entonces vayan con él hacia esa calle.
-Muchas gracias, Osono- Los dos jóvenes y sus dinos fueron corriendo hacia la zona de tolerancia dejando a la ninja pelirroja que estaba con espada en mano contra el oficial de los Kagatobi, Jukichi Uchida.
-Voy a matarte, perra- El pelialbino desenfundó su katana y comenzó una lucha de espadazos entre la kunoichi y el yakuza que no parecían ceder ante el otro.
Finalmente luego de una lucha ardua como pareja que daba un parcial empate entre los dos, Jukichi levantó su katana con tal de asestarle un golpe a Osono en dirección al rostro pero la joven tomó su forma gatuna haciendo desorientar al oficial.
-¿Qué demonios? ¿Qué mierdas pasó? ¿Dónde está esa mujer?
-Miau...- La gata negra estaba lejos de Jukichi, técnicamente estaba en medio de la trifulca entre Goyoda y Kagatobi- No me atraparás, humano.
-¡Ya vas a ver!
El peliblanco y la gata negra se pusieron a correr como si fueran Tom y Jerry en acción, la gata negra corría lo más rápido que podía mientras que el oficial de bomberos estaba con los brazos extendidos con tal de agarrar a la felina que se le escapaba hasta que finalmente el pobre villano quedó exhausto.
En eso una mano le tocó el hombro a lo que el villano se volteó para ver que era la pelirroja la cual con un chipote chillón en mano le propinó un golpe a la cabeza haciendo que le temblara el brazo izquierdo a lo que dio otro golpe a la cabeza haciendo que le temblaran los dos brazos, luego otro golpe que hizo que ahora le temblaran la pierna izquierda y sus extremidades superiores y otro golpe que hizo que el tipo cayera al suelo.
-Y decían que eso no servía para nada.
Haruna estaba combatiendo contra un bandido hasta que le dio un juttetazo a la cabeza causándole una herida, otro sujeto fue tras la peliazul pero Kido se metió en su camino y le propinó cinco golpes a la cara con su jutte hasta mandarlo al suelo.
Otro matón era sujetado por Genda mientras Sakuma le encestaba una serie de golpes con su jutte hasta que el portero lo empujó al suelo, dos bomberos falsos se lanzaron sobre el par de oficiales que afortunadamente como si siguieran la misma sincronía repartieron golpes a diestra y siniestra con sus juttes hasta derribar a sus contrincantes al suelo pero no conformes los agarrarían del cuelo y les propinaban golpes a los hombros y cuello.
Domon y Kazemaru estaban también peleando contra dos bomberos pero con la diferencia de que peleaban cuerpo a cuerpo hasta que finalmente el peliazul derribó su oponente con una patada voladora mientras que el peliverde flaco alto concluyó con un puñetazo a los genitales.
Sukehachi estaba batiendo un duelo de espadas con otro de los matones hasta que la espada del Kagatobi cayó al suelo por lo que el sujeto trataba de huír pero una cadena fue lanzada hacia su cuello, era Osono quien sujetaba fuertemente al tipo que trataba de huir.
Uno de los hombres Kagatobi trataba de matar a un policial que estaba contra el suelo y con su bastón de madera partida en dos pero en eso una cadena fue lanzada hacia su muñeca derecha, era Haruna quien estaba sujetando muy bien al hombre hasta llegar a un punto de arrastrarlo hacia ella mientras que el sujeto trataba de liberarse inútilmente hasta que llegó con la peliazul.
La peliazul en menos de nada soltó al tipo, le agarró del cuello y le propinó una serie de puñetazos en la cara llegando a un punto en que el pobre hombre terminara desfigurado hasta caer al suelo pero no conforme con eso, la okkapiki con jutte en mano le encestó muchos golpes al estomago.
Luego de dejar al sujeto en el suelo como adolorido, se le apareció otro tipo que sonriendo como un psicópata sacó un cuchillo de cocina, Haruna tenía jutte en mano pero lo guardó y decidió sacar una wakizashi que tenía oculta en su uniforme escolar. Ambos oponentes se pusieron en guardia mientras esperaban la oportunidad perfecta para hacer el primer acierto.
De repente, en el cielo comenzaron a sonar rugidos para posteriormente que la lluvia se volviera más fuerte llegando a ser un fuerte aguacero a la par que los cielos se iluminaban constantemente dando un escenario ideal para una batalla en buen clímax. Haruna fue primero y luego el ladrón.
Kido quien derribó a otro Kagatobi de cuatro golpes en la cara dio un rápido vistazo dando con su hermana y su contrincante.
Ambos se lanzaron dando con el uno estando atrás del otro. El yakuza estaba sonriendo en grande mientras la okkapiki estaba con su mirada cubierta por su cabello.
-¡HARUNA!- Gritó el joven yoriki como maestro del campo al ver que su hermana tenía una cortada en su mejilla izquierda mientras que el ladrón estaba sonriendo en grande seguro de su triunfo.
El hombre estaba empezando a reírse triunfante cuando sin saberlo algo rojo comenzaba a emanar de su estomago, el hombre seguía riéndose como nunca a medida que la mancha roja rápida y estrepitosamente comenzaba a empapar toda su ropa de rojo que se entremezclaba con el agua de las fuertes lluvias y luego de casi dos minutos el hombre colapsó al suelo y en un lecho de sangre.
Kido fue a ver como estaba su hermana y quedó helado cuando la joven estaba con una corte diagonal en su mejilla izquierda y por las fuertes lluvias dicha herida ya había manchado la parte izquierda de su camiseta escolar mientras no sabían que ambos fueron rodeados por cinco hombres, uno de ellos iba a darle pero el yoriki bloqueó con su jutte pero optó usar su katana para cobrar venganza.
Kido y el primer sujeto dieron un breve intercambio hasta que el yoriki despachó al maleante de dos golpes, los dos siguientes sujetos fueron hacia Haruna la cual reaccionó rápidamente al bloquear con su wakizashi uno de los dos aciertos aunque fue arrastrada hacia la derecha, fue en eso que un tercer matón tomó la oportunidad ráípida de eliminar a la chica.
-¡Haruna! ¡No!- Kido como todo hermano mayor fue por su hermana mientras el delincuente iba a encestarle un golpe a la espalda pero un gato blanco se lanzó sobre la cara del asesino.
El Kagatobi se revolcó en el piso con tal de quitarse al gato blanco mientras Kido fue hacia su hermana mientras seis sujetos los rodeaban, ambos hermanos se miraron brevemente y luego encararon los dos juntos, tres oponentes para cada uno.
El primer oponente del Yoriki se lanzó hacia él pero el joven desenfundó su katana dando un corte derecha-izquierda en el estomago haciendo que el matón cayera al suelo mientras el enfurecido muchacho de capa y gafas corría alzando su katana con ambos brazos levantados, el segundo recibió un corte en toda la cara que lo hizo inclinarse hacia atrás hasta caer bocarriba.
Haruna mientras tanto usaba su katana dando golpes bloqueados por la katana de su primer oponentes hasta que vio que su oponente estaba con el pecho desprotegido a lo que en menos de nada le apuñaló directamente el estomago acabando con su vida al instante. El segundo hombre trataba de huír pero la peliazul le encestó un fuerte golpe a la espalda haciendo que el Kagatobi gritara de dolor y muriera manchado de más rojo entremezclado con su uniforme táctico.
Los dos sujetos que restaban trataban de huír pero uno de ellos recibió un certero arañazo en la cara por parte de Genda mientras que Sakuma golpeaba sin piedad al otro sujeto en la cara a puros juttetazos.
Mientras con los dos ninjas de Raimon, Kazemaru golpeó a dos sujetos los cuales fueron llevados a rastras por los oficiales y Domon estaba llevando a uno de los hombres hasta una reja de una casa vecina y le empezó a dar una serie de puñetazos al pecho hasta hacerlo caer al suelo.
Sukehachi recurrió a los puñetazos conectando en repetidas ocasiones una ráfaga de puños sobre el estomago de su oponente pero cuando éste cayó al suelo le encestó un fuerte golpe de karate haciendo que éste se revolcara de dolor sobre el mojado suelo. Osono con su chipote chillón golpeaba sin misericordia al Kagatobi que le tocaba como oponente hasta que éste cayó al suelo.
Kido y Haruna como los hermanos que eran estaban unidos, otro de los matones se lanzó de lleno contra ambos pero la peliazul hizo una X con sus dos armas blancas bloqueando por segundos a su atacante hasta que el hombre la empujó fuertemente pero el castaño trenzado le encestó un fuerte golpe que le causó una cortada en la frente y automáticamente el Kagatobi cayó sin vida.
Mientras tanto con los policiales, dos de ellos golpeaban sin piedad con sus bastones de madera a uno de los delincuentes que gritaba de dolor mientras que cerca estaba otro policía golpeando en repetidas ocasiones con su jutte al rostro de otro sujeto hasta dejarlo desfigurado.
Con los dos hermanos, Haruna clavó su katana directamente al estomago de otro Kagatobi mientras Sakuma agarró del brazo izquierdo a otro bombero, le dio una patada de derecha al pecho y no dudó en encestarlo una lluvia de golpes con su jutte a la cabeza.
Genda bloqueó la katana de su oponente y lo arrinconó hasta un árbol que estaba en la misma manzana y lo arremetió una lluvia de arañazos con su mano libre hacia el rostro. Kido despachó a dos Kagatobi haciendo que el suelo comenzara a teñirse de sangre y se esparciera por las corrientes de agua creadas por las fuertes lluvias.
Kazemaru bloqueó con las manos unidas la katana de su oponente haciendo que ésta se rompiera en el acto y con gran fuerza cargó al bombero falso hasta mandarlo al suelo mientras Domon derribó a su oponente con una lluvia de patadas al rostro.
Sukehachi con su mano izquierda tomó brazo de su oponente quien llevaba un cuchillo y conectó un derechazo al estomago haciendo que el sujeto vomitara sangre y cayera de rodillas sobre el mojado suelo mientras que Osono usaba el lado inverso de su ninjato dando cuatro golpes al rostro de su oponente.
Mientras tanto, otro de los Kagatobi planeaba ir a una de las casas para robar pero un grupo de cuatro policiales lo atraparon entre ellos, uno de los gendarmes sostenía fuertemente al maleante que por el dolor se hincó de rodillas mientras que el segundo le encestaba fuertes golpes a la cara con el jutte hasta que lo dejaron en el suelo. Los otros dos policiales le encestaron uno que otro golpe con sus bastones de madera hasta que el maleante dejó de moverse.
-¡Goyo, goyo, goyo!- Repetían constantemente los policías mientras luchaban y atrapaban a los Kagatobi que estaban en su camino mientras la gente no dejaba de ovacionar y alentarlos.
-¡Maldito idiota!
-¡Arréstenlos!
-¡No te resistas!
-¡A ellos!
Los policías no dudaban en usar sus juttes o sus armas de madera para atrapar y golpear a los bomberos falsos que les hacían frente en su camino hasta que usaban sogas lo bastante fuertes para amarrarles las manos y las caderas o las esposas y los llevaban a empujones e insultos a la estación para hacerlos escupir y luego remitirlos a Tenmacho que era la prisión del sur de la Ciudad Estado de Edo.
Ahora solo quedaban dos Kagatobi quienes estaban frente a frente a los dos hermanos los cuales se lanzaron como animales rabiosos contra sus oponentes. Los gruñidos y gritos eran la música a medida que los hermanos enfrentaron a espadazos con sus oponentes arremetiendo y empujando hasta la pared de cualquier casa aledaña hasta que ambos hermanos culminaron con la vida de sus oponentes de uno o más cortes sobretodo Haruna quien destrozaba el estomago de su atacante a punta de puñaladas mientras que la gente ovacionaba a los héroes que lograron prácticamente acabar con los bomberos Kagatobi.
Ahora estaba Jukichi contra el suelo mientras estaba rodeado de los cuatro ninjas.
-¡Espereb, esperen, por favor!- Gritó el pelialbino quien en su rostro y en su voz estaban el miedo y el terror presentes- ¡Diré lo que quieran! ¡Se los pido, ayudenme!
Sukehachi le encestó un golpe en la cabeza con el chipote chillón que le dio Osono.
-Más vale que escupas todo en la comisaría- dijo el pelinegro- Osono...
-Sí- La pelirroja alistó una cadena y la envolvió sobre la cintura y manos contra la espalda del bombero malvado.
Jukichi fue puesto de pie a la fuerza hasta que se lo dieron a Domon y Kazemaru.
-Ichiro, Asuka, gracias por todo. Se los encargo junto con Kido-san.
-No hay de que, Osono.- Dijo el peliazul mientras que el alto y flaco llevó casi a rastras al derrotado lacayo.
-Más vale que te quedes calladito, Uchida-san- Dijo el peliverde con una sonrisa burlona haciendo palidecer de miedo a Jukichi- Por que así te quedarás bien bonito y créeme, te vamos a partir todo lo que se llama cara si es que no cooperas bien.
-¡Muy bien chicos!- Gritó Kido mientras guardaba su katana- ¡Vamos a llevar a estos desgraciados a la estación!
La gente se puso a gritar y a ovacionar a todos los participantes del operativo quedando solamente Sukehachi y Osono quienes miraban los cadáveres de los que fueron apuñalados por Kido y Haruna y sin olvidar el suelo ahora siendo un río de sangre. En eso los dos ninjas hicieron una reverencia hacia las personas testigos como una forma de disculpa por lo ocurrido.
